Wednesday, May 24, 2006

La frase del día

"¿Quieres que te diga lo que quieres escuchar
o vas a escuchar lo que te quiero decir?"

Muchos sabrán de dónde es esa frase magistral, ¿no? Y si no lo saben... averígüenlo.

Friday, May 19, 2006

Crónicas del Festival de Jazz

El lunes a la noche presencié el que quizás sea el único recital del Festival de Jazz al que pueda ir en esta edición. Gratis, por suerte. En el Paseo La Plaza, y en una ubicación de las diez peores del auditorio, porque fui uno de los últimos en adquirir entrada. Pero no me quejo: se disfrutó igual.
La artista en cuestión era Ligia Piro. Me había comprado a oferta su último álbum y por suerte en vivo resultó más agradable y menos canchera que lo que parece en las fotos del CD, aún cuando despliegue un aire de seducción crooner típico de cantantes de jazz. Probablemente lo que la acercaba más al público era el hecho de que esta actitud crooner no se sentía forzada y se notaba como algo relajado, como si fuese más una piba de barrio que una femme fatale.
Y probablemente uno de los motivos por el que disfruté mucho el show fue porque casi todo lo que cantó fueron standards, clásicos del jazz que uno conoce o quizás tiene olvidados pero retornan a la memoria cuando se los vuelve a escuchar.
Mentira, no fue ése el motivo que me hizo disfrutar; fue ella, que le da un feeling especial, juguetón, intenso y no exhibicionista a cada cosa que canta.
La banda estaba formada por un contrabajista y un baterista que yo no conocía y además el guitarrista Ricardo Lew, quien también ha sacado discos en solitario y recibía ovaciones todo el tiempo durante el show, en parte por su talento musical y en parte por su gracia y humor al moverse e interactuar con Ligia Piro. Primero hicieron ellos solos una versión instrumental de “Over the rainbow” y luego llegó Ligia, que arrancó con “Our love is here to stay”. Después vino “You’ve changed”, versión introducida por parte de la letra recitada en castellano por Ligia en un estilo “casual”, casi como de lunfardo.
Los clásicos se sucedían: “Ain’t misbehavin”, “Georgia on my mind”, “God bless the child”, “I can’t give you anything but love” y algunos otros que yo no conocía, incluyendo cuatro excepcionales bossa novas brasileras. La excusa de esto último era que el festival se llama “Jazz y otras músicas”, lo cual también posibilitó que cantara “Zamba de Juan Panadero” (que me gustó mil veces más que la versión de Pedro Aznar) y la hermosa “La borrachita”, interpretada soberbiamente a capella.
Luego vinieron “Body and soul” y un medley con tres temas de los Beatles: “Here, there and everywhere” (la mejor versión que escuché en mi vida), “I’ll follow the Sun” y “Can’t buy me love”, muy buenas versiones que me hicieron recordar cuán sobrevalorado está el álbum “Bossa n’ Beatles” de Rita Lee.
Lo mejor de la noche llegó al final: Ligia vio que en el público estaba Sergio Mihanovich (que todavía no sé si tiene algo que ver con Sandra Mihanovich) y dijo que harían un tema suyo: “Some time ago”. Soberbio y conmovedor, y con toda la pasta de un clásico que podría haber sido escrito por Gershwin o Cole Porter. Fue el mejor momento del show, junto con el tema que le siguió, el brillante clásico “Angel eyes” (qué gran final para una canción sobre un borracho que se lamenta por una mujer: “Excuse me while I disappear…”). La noche terminó, cuándo no, con “Summertime”, perfecto broche de oro para un show que en sólo una hora y media entregó veintipico joyas musicales y fue todo lo disfrutable que se podía pedir y más. Aguante Ligia.

Friday, May 12, 2006

La nada

Perdón, hacía mucho que no posteaba, así que tenía por poner algo. Ya se me ocurrirá algo más trascendente que esto.
Dejen comentarios, este post es emocionante!

Thursday, May 04, 2006

Crónicas del Festival de Cine: Parte 12: final con Jan Svankmajer

-El cineasta checo fue el realizador casi excluyente de los últimos films que vi en el festival. El sábado 22 a las 22:45 vi en el Abasto "Little Otik", basada en un cuento en el que una pareja que no puede tener hijos cría a un tronco de árbol como si fuese un bebé, pero éste desarrolla un apetito asesino. Al ser un largometraje era más "realista" que los cortos de este director (aunque "realista" es un término con el que no describiría su filmografía). Mucho humor y la presencia de una vecinita inteligente, casi la heroína de la historia, elevaron esta película a 8 aires.
-El domingo 23 a las 11:15, también en el Abasto, vi "La muralla verde", un film peruano que no era para nada aburrido pero se proyectó en videoproyección, y en una copia malísima. Eso hizo que esta historia de una familia que vive en la selva me resultase poco interesante, aunque seguramente el ritmo de la película también conspiró. Todavía no entiendo cómo no cabeceé. 5 aires.
-A las 14, siguiendo en el Abasto, era el turno del Programa 1 de cortos de Jan Svankmajer, conformado esta vez por "Dimensiones of dialogue" (10 aires), "Et cetera" (7 aires), "Jabberwocky" (7 aires), "Leonardo's diary" (7 aires) y "The fall of the house of Usher" (8 aires), todos ellos basados en principios repetitivos y por tanto cansadores, excepto el primero, más variado e interesante, y el último, en donde sólo aparecen objetos inanimados en pantalla mientras una voz en off relata el famoso cuento de Poe.
-A las 15:30, todavía en el Abasto, llegaba "The corridor", el segundo y último film de Sharunas Bartas que vi en el festival. Una película sin subtítulos, porque no había diálogo. No, no era tan aburrido como suena. Se seguía con interés, aunque ahora no me acuerde nada. 8 aires.
-A las 17:45 vi mi última película del Atlas Santa Fe: "Three times", del alabado Hou Hsiao-Hsien. Film dividido en tres episodios, cada persona opina que uno de ellos es brillante, otro está bien y el que queda es tirando a flojo. Pero pocos se ponen de acuerdo en cuál es el episodio grandioso y cuál es el flojo. Son historias románticas ambientadas en la década del 60, a comienzos del siglo XX y en la actualidad (la más antigua es narrada como un film mudo, con intertítulos). A mí la que menos me gustó es esta última, pero no bajó mi apreciación del film por eso: 8 aires.
-Finalmente, a las 21 volví al Abasto para ver mi último film del festival: "Lunacy" de Jan Svankmajer, extrañamente prologada por el propio director, que "avisa" a la audiencia que lo va a ver es una mezcla de Poe y Sade. Por suerte, además había humor, y la presencia de la carne animada en stop-motion que tanto molestó a muchos espectadores. 7 aires.
Y final con foto.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 11: Ford, Bodganovich, Browning, Vidor, Hopper… (los clásicos son lo más)

-El viernes 21 a las 15 era el turno de "Black brush", una comedia húngara sobre adolescentes que vagan de un lado a otro y se envuelven en diversas actividades. La abulia de sus protagonistas se me contagió y el film me aburrió. 5 aires.
-Luego de las decepciones de "Tideland" y "Black brush", lo mejor del viernes llegaría a la noche, más precisamente a las 22 en el Malba: "Directed by John Ford", mítico documental donde el director Peter Bodganovich habla sobre las características de la obra de Ford y entrevista a James Stewart, Henry Fonda, John Wayne y al propio Ford. Aquí está la famosa escena en que Bodganovich le hace preguntas a Ford y éste responde monosilábicamente, minimizando los tópicos acerca de los que se le pregunta. Las entrevistas a los tres actores mencionados también son jugosas, y las escenas de los films de Ford, bueno, ¿qué se puede decir de su excepcional manejo de la imagen, la música y los intérpretes? De todos modos, para ser un documental mítico, no resultó tan brillante o interesante como yo esperaba, y las escenas de los films de Ford a veces se extendían mucho. Igual fue encantador ver esta película en pantalla grande. 7 aires.
-Luego, a las 12 de la noche, ya que estaba en el Malba aproveché a ver gratis el film correspondiente al ciclo "Mi película favorita", presentado en este caso por el historietista Rep. El film era "Fenómenos" (también conocido como "Freaks") de Tod Bowning, ambientado en un circo de (sí, adivinaron) freaks, donde una femme fatale no-freak seduce a un enano y al mismo tiempo se burla de él, provocando las más tenebrosas consecuencias. Película brillante, cosa que yo ya sabía porque la había visto por tele hace unos años, pero nunca en pantalla grande en fílmico. 10 aires.
-El sábado 22 a las 13:45 vi en el Malba "Crime delicado", del brasilero Beto Brant, tenido en buena consideración por gran parte de la crítica. Y el film resultaba muy interesante en su primera mitad, contando la historia de un escritor tímido pero pasional que se relaciona con una mujer lisiada. Pero la segunda mitad introducía a un pintor (que trabajaba pintando a la lisiada desnuda) y gran parte de este segmento tenía un feeling documental sobre cómo trabajaba este tipo. Eso lo alejaba del conflicto principal del film, aunque no dejaba de ser interesante. 7 aires.
-A las 15:30, también en el Malba, era el turno de "Ganarás el pan", un clásico de King Vidor sobre un hombre que construye una comunidad socialista o cooperativa en el campo. Lo curioso de esta función es que estaba precedida por un prólogo: un discurso filmado del senador Mario Bravo para su exhibición antes del film en las sedes del Partido Socialista Argentino en el momento de su estreno (década del 30). Y también había otra introducción, una reflexión del propio Vidor muchos años después de filmada la película. El film en sí era un encanto, ingenuo, sí, pero esos veinte minutos finales con el pueblo haciendo un surco para que las cosechas reciban agua… fueron de lo mejor del festival. 9 aires.
-A las 19:45 en el Abasto vi la película de la que quizás me siento más feliz de haber aprovechado en el festival: el clásico de los 70s "The last movie", de y con Dennis Hopper como un actor vestido de cowboy para la filmación de un film en Perú, en donde los locales quedan fascinados con el cine y empiezan a hacer sus propias películas, con la salvedad de que en ellas los golpes y la violencia son reales. Y eso no es todo, el film se divide en muchísimas líneas narrativas, algunas de las cuales no conducen a ningún lado, pero respira una libertad y una precisión al mismo tiempo que me hicieron sentir nuevo y fresco. Un film maldito, en el mejor de los sentidos. 10 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 10: dos buenas y dos decepciones en el Atlas Santa Fe

-A las 18 del jueves 20 en el Atlas Santa Fe se venía "Dam Street", un drama chino sobre una joven que da a luz a un bebé a quien ceden a otra familia y luego, años más tarde, conoce a un niño que podría o no ser su hijo y que se enamora de ella. El film se seguía fluidamente, pero no tuvo nada especial para mantenerse en mi recuerdo. 6 aires.
-A las 20:15, también en el Atlas Santa Fe seguía "Someone else's happiness", un drama belga que mostraba las reacciones de distintos personajes y familias frente a la muerte de un niño y la búsqueda del conductor que lo atropelló por accidente y se dio a la fuga. Interesantísima película, con muchos toques de humor inesperado que provocaban risas nerviosas en el espectador. 8 aires.
-A las 22:30 terminaba mi día con "Election" de Johnny To (sus films de acción "Fulltime killer", "PTU" y "Breaking news" hacían anhelar que diesen su nueva película en la sala 1, y así fue). Como siempre en sus films, la violencia y el humor se hacen inseparables de lo que se está contando, que en este caso es la lucha de algunos grupos mafiosos de Hong Kong, casi como "El padrino". Brillante, la que más me gustó de To hasta la fecha. 9 aires.
-Al día siguiente, viernes 21, llegaba la esperada "Tideland" de Terry Gilliam a las 12 del mediodía en el mismo cine (aunque en la más chica sala 2, lo cual es ridículo porque se sabía que se iba a llenar con una película de Gilliam, quien tiene muchos adeptos en Argentina a partir de "Brazil" y "12 monos"). El tipo debe ser de los que más tardan entre película y película, así que es raro que haya hecho dos en el último año (ésta y "Los hermanos Grimm") y, la verdad, no se hubiera molestado. Hay, como siempre, un gran diseño de producción, una imaginería alucinógena y un personaje principal noble envuelto en un mundo raro, pero parece una película hecha más para fans de Gilliam que para amantes del cine, más interesada en llegar a un anhelada posición de "film de culto" que en ser una verdadera película cuya historia se pueda seguir con interés. Porque hay una historia, y hay personajes, pero todo produce una falta de compromiso increíble. Ni Jeff Bridges la salva. Al terminar recibió aplausos, por supuesto, lo cual me hizo pensar "Ah, los jóvenes de hoy en día que aplauden estas cosas…". 3 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 9: sordidez, clásicos y muñecos

-A las 17:30 del martes 18 era el turno de "Clean, shaven", otro film de Lodge Kerrigan (ya había visto "Keane", y como "Claire Dolan" la vi por tele hace unos años ya vi toda su filmografía, que son sólo esas tres películas). Esta vez, como en "Keane", también hay un padre desequilibrado buscando a su hija, pero este film era más incómodo de ver y ciertamente podía resultar sórdido para el espectador descuidado, porque incluía escenas con el protagonista mutilándose para buscar un transmisor que según él le habían puesto. Bue, me habría gustado ser amigo del protagonista de "Keane", pero no del protagonista de "Clean, shaven". 6 aires.
-A las 19:45 en el Malba pude ver el Programa 2 de cortos de Barry Purves, otro director del que se presentaban varias funciones formadas por cortometrajes. Su particularidad es que filma con muñecos: todo lo que vemos es tridimensional, y está hermosamente construido por manos humanas. Pasaron "Screenplay" (versión de una trágica historia clásica que se encuentra dibujada en muchos platos japoneses, 9 aires), "Rigoletto" (versión de la famosa ópera, con personajes de rostros adecuadamente carnavalescos y/o farsescos, 9 aires) y "Next" (con un Shakespeare haciendo una audición en la que interpretaba en un par de minutos todas sus obras, 9 aires). Barry Purves estaba ahí para contar detalles de sus films y resultó un tipo muy agradable, que casi siempre decía luego de sus funciones "I like this film… I think it's really good" y sin embargo no sonaba feo, como podría sonar un artista que se vanaglorie de su obra.
-A las 21:45 en el Malba era el turno de "Chang, a drama of the wilderness", un film mudo de los mismos creadores de la "King Kong" original, antes de que hiciesen su gran clásico. De hecho, éste es el prototipo de film que quiere filmar Jack Black en la nueva versión de "King Kong": una selva lejana y exótica y un grupo de pobladores nativos haciendo su vida cotidiana y luchando contra la naturaleza del lugar, que incluye amenazadores animales salvajes. Por esta descripción se podría esperar que la película tuviese un feeling documental, y ciertas partes lo tenían: todo lo que hacen los animales no son efectos especiales, es de verdad, y uno se maravilla por cómo hicieron para filmar eso y luego armar un argumento alrededor de esas imágenes. La historia es simpática, y hay infantilismos como un mono doméstico al que los directores le daban parlamentos en los intertítulos como a cualquier otro personaje. 9 aires.
-Siguiendo en el Malba, a las 23:30 venía "Juramento de venganza", una versión restaurada (con agregados del metraje original que los estudios le habían cortado al director en su momento) de "Mayor Dundee", el clásico bélico histórico de Sam Peckinpah con Charlton Heston, Richard Harris y James Coburn. Yo la había visto en la tele nueve años atrás, y la experiencia es muy diferente; en cine se aprecia como se debe la belleza del encuadre (sobre todo por poder verlo con el ancho de pantalla adecuado), la maestría en la dirección, la naturalidad en las actuaciones… Por más que Charlton Heston no me caiga bien como persona, hay que decir que, contra lo que muchos piensan, el tipo tenía carisma actoral. Pero el que se roba la película es Richard Harris, un animal de la actuación que se ve que ya era un genio de joven. 9 aires (algún día voy a escribir un post sobre Richard Harris).
-El miércoles 19 vi sólo dos films. El primero era "Song of songs" a las 17 en el Abasto, sobre una chica que quiere convencer a su hermano de que visite a su madre moribunda. Pero los tres son judíos bastante religiosos, parece, y eso les ocasiona problemas a los hermanitos, sobre todo si la relación entre ellos es un tanto especial… Una película sin ninguna escena sangrienta ni asquerosa y aún así bastante sórdida por su temática, tanto es así que al terminar nadie sabía qué preguntarle al director, que estaba presente. Muchos podrían objetarle al film que es sólo un buen argumento y que no tiene nada de cinematográfico, pero yo creo que su intensidad es especialmente cinematográfica: 7 aires.
-El otro film del día fue "Más allá de Zanzíbar" a las 23:45 en el Malba, otra película muda de un director clásico del período: Tod Browning, el realizador de "Freaks" y la primer "Drácula" con Bela Lugosi. Aquí actuaba otro mítico actor de la época, el "hombre de las mil caras" Lon Chaney, que hacía de un mago que se quedaba paralítico de piernas y era traicionado por un compañero de trabajo. Años después se encontraría liderando un grupo de malvivientes y nativos en Zanzíbar, donde llevaría a cabo su venganza contra el que lo había dejado en ese estado. El film era tal cual lo que suena: un gran melodrama. 10 aires.
-El jueves 20 a las 12:30 en el Abasto volvía la sordidez: "The living and the dead" empezaba como una comedia sobre un padre médico, su esposa enferma y el hijo de ambos, un tipo con problemas mentales que quiere mostrarse útil para que sus padres se sientan orgullosos de él. Ver a este personaje correr para atender el teléfono era hilarante, pero luego la película se ponía sombría, porque su locura le traía cada vez más problemas a la familia, transformando al film en una película de terror un poco triste y bastante escabrosa. 7 aires, y el director estaba presente pero no me pude quedar porque me tenía que tomar un supertaxi (el segundo y último del festival, por suerte)…
-…para ver el Programa 1 de cortos de Barry Purves, que incluía los films "Achilles" (que contaba en pocos minutos y muy bellamente la historia de la guerra de Troya, explicitando bastante la relación homoerótica entre Aquiles y Patroclo, 10 aires), "Gilbert & Sullivan: the very models" (8 aires, la problemática relación entre los creadores de operetas famosas como El Mikado, relación también descripta en el film de Mike Leigh "Topsy Turvey") y "Hamilton Matress" (el film más infantil de Purves, sobre un oso hormiguero muy preocupado por la moda que quiere triunfar en el espectáculo, 8 aires). La verdad es que el amor que tiene el director por sus muñecos es algo bastante especial.
-A las 16:15 fui al Abasto a ver "La mancha de sangre", un film mexicano de 1937 al que le faltaba el sonido de un segmento (en ese momento había subtítulos que mostraban los diálogos) y la imagen del segmento final, que sí tenía sonido. ¿Por qué la vi entonces? Porque el cine mexicano siempre ha sabido dar grandes melodramas, y además ésta era una rareza con cámara en mano, algún desnudo femenino y encuadres "documentales", todas cosas insólitas para esa época, y esta reconstrucción era la más completa que jamás se haría, porque el resto del film está perdido. Lamentablemente, este melodrama no me fascinó como otros films mexicanos que vi, aunque la ambientación era interesante. 5 aires.
Bue, se acabó este largo post que incluía sordidez, clásicos y muñecos. Veremos qué título invento para el siguiente.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 8: una sucesión de buenos films

-Lunes 17, 12 del mediodía en el Malba: "Little fugitive", un film yanqui de la década del 50 que ganó notoriedad por su novedosa utilización de locaciones reales y actores no profesionales. La historia se sigue con mucho interés: un pibe le hace creer a su hermano menor que éste lo mató y el niño escapa de casa. Grandiosas las actuaciones de los dos pibes, y se notaba que era una película humildemente avanzada para su época. 8 aires.
-14:15, Atlas Santa Fe: "One night in Mongkok", un muy buen film de acción con una pareja protagónica de gran carisma: un asesino a sueldo y una prostituta que se conocen y viven una noche llena de idas, venidas y violencia. Gran fotografía (ideal para la sala 1 de este cine), gran utilización del sonido, grandes actuaciones y gran guión, sin ninguna vuelta de tuerca ni nada novedoso. 8 aires.
-17:30, Abasto: era el turno del Programa 2 de cortos de Jan Svankmajer, un director checo de films de animación que mezclan dibujos tradicionales, actores de carne y hueso y animación stop-motion y que se caracterizan por la obsesión con la carne, la comida en general y una violencia cruda y desaforada que nos puede hacer salir espantados, sentirnos fascinados o morirnos de risa. Bueno, no tanto, sólo a veces… Esta función estaba conformada por "Down to the cellar" (una nena baja al sótano y descubre gente con costumbres extrañísimas viviendo allí, 9 aires), "Virile games" (un espectador de TV observa un partido de fútbol donde los jugadores se destruyen mutuamente, 7 aires), "Darkness light darkness" (un cuerpo humano que se va "construyendo" poco a poco en una habitación pequeñísima, 10 aires) y "Food" (diversas situaciones salvajemente humorísticas relacionadas con la comida, 10 aires).
-Luego de esa función me fui a echar un vistazo a la charla sobre cine argentino en donde debatían y respondían preguntas Daniel Burman, Juan Villegas, Sergio Wolf y Edgardo Cozarinsky. Interesante, y Burman es tanto o más gracioso que el personaje de Daniel Hendler en sus películas. La conclusión unánime fue que el cine argentino necesita construirse una industria seria (entendiéndose por "industria" no un aparato que produzca films detestables como "Papá se volvió loco" sino un aparato que permita la promoción y convivencia de todo tipo de films y el hecho básico de que un director pueda terminar una película sin deberle nada a los técnicos que trabajaron en ella).
-Finalmente volví al Atlas Santa Fe a las 20:30 para ver "Crying fist", una historia oriental sobre dos personajes relacionados con el boxeo que no se cruzan en casi todo la película. Uno se ofrece como punching-bull en las calles (y lo interpreta el protagonista de "Oldboy") y el otro es un preso que encuentra una vía de catarsis y/o salvación en el box. Buena, tradicional, con algo de humor, se dejaba ver: 6 aires.
-Martes 18, 12 del mediodía en el Atlas Santa Fe: la gente llena la sala 1 para ver "Takeshis'", el último film de Kitano. Si el tipo suele ser autorreferente, aquí nos encontramos con el colmo de la kitaneada: podría describirse como una versión libre de "8 y medio" de Fellini, que, como todos saben (y si no es así deberían verla, ya que es una de las cinco mejores películas de la historia), trata sobre un cineasta en conflicto con su obra, con la gente que lo rodea y con su vida, y las escenas que se suceden mezclan lo real con lo imaginario. Bueno, acá Kitano hace de las suyas, con la violencia de siempre y un humor más lunático que nunca, porque gracias a la lógica del film cualquier cosa puede suceder. Lo cual, por otra parte, hace que las cosas dejen de ser tan interesantes cuando nos acostumbramos a esa anarquía. Con la coartada de "meterse en la cabeza del artista" todo se permite, y eso deriva en escenas graciosas, sí, pero no mucho más que eso. Aún así, 7 aires.
-Luego bajé a la sala 2 del Atlas Santa Fe para ver a las 14:30 "The piano tuner of earthquakes", un nuevo film de los hermanos Quay (los creadores de la mítica "Institute Benjamenta, or this dream people call human life", que vi en el festival hace tres años), que hacen historias enrevesadas en las que meten aparatos mecánicos complicados y hermosos y mezclan actuación tradicional con algo de animación bizarra stop-motion. En este caso el film era mucho más placentero que "Institute Benjamenta", y le debía algo a la narrativa de Felisberto Hernández (como un guiño, el protagonista se llamaba casi igual: Felisberto Fernández). Bellísima, y además la protagonista femenina era Assumpta Serna. 9 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 7: historias convencionales e historias inclasificables

-Domingo 16, 12:15 en el Atlas Santa Fe: "Two girls", historia que tuvo mucho éxito en su país de origen, lo cual lleva a pensar que muy "rara" no puede ser. Efectivamente, es un film de narración convencional sobre dos chicas que se hacen amigas y se meten en diversos problemas. No, no se parece a "Criaturas celestiales" de Peter Jackson. Las actuaciones eran lo que salvaba en parte al film, porque la historia, si bien era llevadera, no logró que los espectadores saliesen del cine pensando que habían visto algo que les había cambiado el día. 5 aires.
-Ahora sí viene algo fuera de lo común: el Programa 2 de cortos de Paul Driessen, a las 15:30 en el Malba. Esta vez los films eran "The story of Little John Bailey" (su primer corto y el más convencional, quizás por su intención de denuncia ecológica), "The killing of an egg" (el título dice todo, 8 aires), "Spotting a cow" (el título arruina todo, porque la vaca recién se descubre al final, siendo que antes sólo veíamos formas negras y blancas y el efecto sorpresa sería más jocoso si el título fuese otro, 9 aires), "Uncles and aunts I" (viñetas humorísticas casi de periódico, 8 aires), "Uncles and aunts II" (ídem anterior, 8 aires) y "The end of the world in four seasons" (otra vez pantalla dividida para contar varias historias por estación, 10 aires). Esta vez sí pude quedarme a las preguntas que le hicieron al director, aunque en seguida había que salir y volver a hacer la cola para ver en la misma sala el…
-Programa 3 de cortos de Paul Driessen, a las 17. Éste fue el conjunto de cortos que más me gustó, principalmente por los dos primeros: "The water people" (comiquísima historia del encuentro entre una comunidad que vive en un pueblo cubierto de agua y otra que viene de afuera, 10 aires) y "The boy who saw the iceberg" (pantalla dividida en dos para contar la realidad y la imaginación de un niño, con un final excelente y triste, 10 aires). Los otros dos cortos de esa función eran "3 misses" (en donde el tiempo parece dilatarse mientras vemos un cowboy intentando salvar a una mujer a la que el tren está por arrollar, un hombre corriendo a la vereda de enfrente para salvar a una suicida que está (eternamente) cayendo y los siete enanitos corriendo para salvar a Blancanieves de la bruja, 10 aires) y "2D or not 2D" (el intento de encontrarse de un hombre y una mujer separados por una línea, imposibilitado por varias cuestiones que no conviene develar, 9 aires). Esta vez no pude quedarme a la charla, ya que tenía que tomarme un supercolectivo que me llevase…
-…nuevamente al Atlas Santa Fe a ver "Be with me" a las 18:30. Siguiendo con el título de este post: ¿esta película era convencional o inclasificable? Extrañamente, las dos cosas. Por un lado, contaba la relación amorosa de dos amigas, en donde una parece cansarse de la otra y no devolverle los llamados (gran parte de este segmento estaba constituido por los mensajes de texto que se mandaban las protagonistas). Por otro lado, la historia de un guardia de seguridad gordinflón que se enamoraba. En tercer lugar, un señor mayor que parece abatido y sin ningún interés por la vida. Nada fuera de lo común hasta ahora. El cuarto componente del film era la historia de una vieja ciega y sorda, que, extrañamente, estaba basada en una historia real: la mujer que veíamos en pantalla se interpretaba a sí misma. Y parte de este segmento era básicamente documental: en pantalla se leía la biografía que ella escribió mientras se veían escenas de su vida. No es raro que exista un documental así, lo raro fue la mezcla de historias ficticias y documental del film. Al final, por supuesto, las historias se unían. 6 aires.
-Siguiendo en el Atlas Santa Fe, a las 20:30 venía "Le domaine perdu", una historia "convencional" para lo complicado que podría ser un film de su director, Raoul Ruiz. Yo había visto solamente tres films suyos, pero sentía que ya conocía su estilo, y esta película me pareció un Ruiz típico, temática y estilísticamente. O sea, un Ruiz que vale la pena. Por suerte, la historia se entendía (algunos de sus films son fascinantes pero incomprensibles), y el protagonista era Gregoire Colin, figura que volví a ver en pantalla años después de "Olivier Olivier", "Fiesta" y "El año del despertar". Las diversas líneas temporales y los personajes secundarios eran los condimentos de una hermosa historia (o quizás una historia normal, pero hermosamente narrada) donde las coincidencias y las recurrencias, como siempre en Raoul Ruiz, tienen su peso. 9 aires.
-Finalmente, el epítome de lo convencional: "El Conde Drácula" a las 23:15 en el Malba. Christopher Lee hacía del clásico chupasangre en este film que no pertenecía a la saga de films suyos que todos conocemos, sino que era una nueva adaptación de la novela original, con Herbert Lom (el Dreyfus de los viejos films de la Pantera Rosa) como Van Helsing y Klaus Kinski como Renfield. Era una de las adaptaciones más fieles de la novela que se hayan hecho (mucho más que la versión mainstream que Lee había hecho 15 años atrás), pero eso no dice nada de su calidad: el film me resultó aburrido, sólo interesante por su valor de rareza y la risa que provocaban los zooms y algunas actuaciones. 4 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 6: funciones que vencían mi estado de zombie… y funciones que no

-El sábado 15 a las 11:45 fui al Abasto a ver "Seven invisible men", del lituano Sharunas Bartas, de quien se pasaban varios films en el festival. Otra que me aburrió y me hizo cabecear aunque, repito, fue por mi estado zombie y no porque el film fuese malo. A esta historia de marginales (eso parecían) en Crimea le doy 7 aires.
-Luego, a las 15 en el Abasto, vi otro film argentino de los 60s que, si entendí bien, no se había estrenado nunca hasta ahora: "Racconto", del mítico Ricardo Becher (a quien se le dedicaba una pequeña retrospectiva en el festival). Al igual que "Tiro de gracia", el otro film mítico de Becher que yo había visto hace un par de años, "Racconto" no me atrapó mucho. Tiene esos toques "modernosos-intelectualoides-experimentales-sesentistas-argentinos" que mencioné en "La herencia", pero aquí más resaltados todavía. Cuenta de manera enrevesada la relación entre una modelo y un actor, y creo que nunca una actriz me resultó tan fea y molesta al mismo tiempo. 5 aires.
-Después me fui al Atlas Santa Fe 1, sala a la que no iba desde el estreno de "Memento" hace cuatro años (el año pasado vi "Melinda y Melinda" en la sala 2, que es más chica). Y la verdad es que redescubrí y me reconcilié con esta sala, que tiene buen sonido y una pantalla muy grande que, si uno está bien ubicado y los proyectoristas saben lo que hacen, hace que el cine pueda pasar el examen de calidad de "imagen y sonido" que hoy lamentablemente sólo los multicines parecen cumplir. El film que vi ahí era "Keane", de Lodge Kerrigan, con Damian Lewis (el barbudo de "Cazador de sueños") en un tour de force actoral haciendo de un hombre con problemas mentales (que no son tan graves, o sea, la mayor parte del tiempo puede actuar normalmente) que busca a una hija que se le perdió (o le raptaron) en una estación de trenes. Su relación con una vecina y su hija le aporta calidez al relato, que fue lo suficientemente interesante como para que yo no cabecease ni una vez. 8 aires.
-A las 22 en el Malba era el turno del Programa 1 de cortos de Paul Driessen, una función donde se proyectarían varios cortometrajes animados de este director holandés que se encontraba presente para responder preguntas. Sus cortos eran brillantes, pero en algunos cabeceé porque esta hecho bolsa. El estilo del director fue bien descripto por Peña como "minimalista" y es increíble la libertad con la que mezcla las formas, los espacios y el tiempo. Dieron "Air!" (una línea horizontal que servía de cable para que posen los pájaros, de superficie de una pecera y de tantas otras cosas, 10 aires), "Cat's cradle" (una bizarra persecución entre humanos y seres de diversas formas, 9 aires), "An old box" (una caja en la calle que derivaba en otra historia delirante, 8 aires), "On land, at the sea and in the air" (pantalla dividida para contar varias historias que se entrecruzaban, con elementos que pasaban de un lado a otro, 10 aires), "Home on the rails" (una pareja por cuya casa pasa el tren, 9 aires), "Oh, what a knight" (un caballero que va a rescatar a una doncella, 9 aires), "Sunny side up" (un náufrago en una isla desierta, 10 aires) y "The writer" (una historia que sucede en un libro que escribe un tipo y en donde la Muerte cobra un papel preponderante, 9 aires). Como se imaginarán, las descripciones entre paréntesis sólo se refieren al "argumento" (si se lo puede llamar así) de los cortos, no a su forma, o sea que no describen la imaginación que había en ellos. Y lamentablemente no me pude quedar a escuchar las preguntas y respuestas que habría con el director porque me tuve que tomar un supertaxi (el primero de los dos únicos taxis que me tomé durante el festival, por suerte) para…
-…llegar al Abasto a las 23:45 y ver "Strange circus". Resultó un film oriental que sigue la senda de violencia, sordidez y revelaciones de "Oldboy", aunque no tiene su mismo nivel. Una película de suspenso con una historia bastante atrapante que, para los puedan soportar sus fuertes momentos, es puro popcorn cinematográfico, en el buen sentido de la expresión (aunque la evidente intención de mostrar algo "fuerte" es quizás mayor que el interés por narrar la historia en sí). 7 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 5: el día de menos cine

-A la salida del Colón me dirigí al Atlas Recoleta para ver "Loft", otro film de suspenso de Kiyoshi Kurosawa (nada que ver con Akira). Éste fue otro de los films en los que cabeceé un poco, pero era una muy agradable historia con muertes, fantasmas y romances. Y humor, por suerte, aunque el giro cínico del final era innecesario. A pesar de que la vi en estado zombie la recomiendo: 8 aires.
-Viernes 14, feriado. Tenía compradas sólo dos entradas para este día, y planeaba ir a comprar a los cines para los espacios restantes (para aprovechar al máximo el festival, que era la intención original) pero estaba tan cansado que decidí ir a ver solamente las películas para las que ya tenía entrada. Así que fui al Abasto recién a las 13:30 a ver "La herencia", un clásico del cine argentino de los 60s en versión restaurada. Era una comedia cínica con el gran Juan Verdaguer y resultó realmente muy interesante (aunque la segunda mitad no era tan ágil e interesante como la primera) y tenía, como muchos films argentinos de esa década, cierto aire "modernoso" e intelectual que puede haber envejecido un poco. Pero aún así fue una función de la que no me arrepiento: 7 aires.
-Después de pasar por mi casa a seguir descansando de tanto ir y venir, volví al Abasto para ver a las 19:30 "The forsaken land", el primer film de la competencia oficial que vi. Ambientado en Sri Lanka, el film muestra las historias de varios personajes en medio de un ambiente en el cual parece que en cualquier momento se viene una guerra (aunque más bien es un ambiente de posguerra… o quizás las dos cosas). Bastante pretenciosa, algo de sus ambiciones la hacía buena (en especial en los momentos en que un viejo le narra leyendas a una nena), pero el feeling general es que es un típico film "profundo y paisajístico sobre la guerra y las relaciones humanas para ver en un festival de cine". O sea, nada brillante, 6 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 4: mi experiencia proletaria

-Jueves 13, salgo del trabajo (mi último día laboral en 11 días, por suerte) y me dirijo al Teatro Colón a hacer la cola para ver “El acorazado Potemkin” en la ubicación Paraíso. Sí, las ubicaciones buenas eran realmente caras (no iba a pagar 25 pesos para ver una película), así que por la módica suma de un peso me dispuse a ver parado por una hora y cuarto un hiperclásico que hacía nueve años que no veía, por primera vez en fílmico, en copia restaurada y completa y con el agregado de la orquesta del Colón tocando en vivo la música que el director Sergei Eisenstein había querido que acompañase al film. Una película es imagen y sonido y, contra lo que se podría pensar, la música de un film mudo (cuando era pensada junto con la película) es increíblemente importante, porque, al ser mudo, la música es justamente lo único que escuchamos, así que puede constituir fácilmente un 50% de la experiencia. O sea que desde el momento de su estreno en 1925 hasta ahora, todos los argentinos habíamos visto un Potemkin que no era el verdadero Potemkin (imaginen que Spielberg moría en 1981 y los estudios se adueñaban de “Los cazadores del arca perdida” y le ponían canciones de rock, quedando en existencia sólo unas pocas copias del film con la partitura original de John Williams… el feeling de la película sería ciertamente diferente).
Bueno, la cosa es que se abrieron las puertas del Colón y entré nomás con el proletariado, las masas populares que también habían gastado, como yo, un peso para ver un film "revolucionario" de parados y en la ubicación casi más lejana al escenario. Por suerte, yo fui de los primeros y nadie me tapaba, así que pude ver bien. El director del festival Fernando Martín Peña hizo un intento de chiste ("Mis disculpas a los que esperaban al otro Fernando Peña"), especificó las condiciones en que se había visto el film en su momento y las distintas fuentes que se usaron para su restauración y luego presentó al restaurador del film, el alemán Enno Patalas. Como nadie le había traducido a éste las palabras de Peña, el tipo contó exactamente lo mismo sobre el proceso de restauración del film, sin saber que para el público resultaba una situación levemente jocosa por escuchar lo mismo dos veces.
Mientras tanto, se empezaba a sentir un agradable olor a humedad, un sonido de tormenta que venía de afuera del teatro (luego me enteraría que había sido una GRAN tormenta) y, créanme, algunas gotas de lluvia… ¡adentro del teatro!
Bueno, la película empezó y todo anduvo bien, aunque un par de veces el público chifló porque no aparecían los subtítulos. El film sigue funcionando ochenta años después de su estreno, aunque pueda fácilmente ser tildado de simplista. La orquesta hizo lo que tenía que hacer, o sea, tocar. Y donde más se valoró la experiencia de escuchar la música que había sido pensada especialmente para el film (y el hecho de escucharla en vivo) fue en el crescendo dramático del final, donde el buque se prepara para una posible batalla y la música va creciendo en suspenso y dramatismo contagiándole una gran tensión al espectador, cosa que con cualquier otra música funcional de fondo no habría sucedido. El film fue hecho para que esa escena sea vista con esa música y, efectivamente, de esa manera resultaba una experiencia mucho más interesante.
Ah, el mítico momento del cochecito cayéndose por las escalinatas de Odessa (que mucha gente esperaba ver por primera vez, ya que inspiró innumerables referencias en "Los intocables", "Bananas" y muchos otros films) está a la altura de su fama, aunque más especial que ver el cochecito cayendo solitario es verlo cayendo entre la multitud de gente que corre y escapa de los soldados.
Al finalizar la proyección (10 aires ¿o esperaban otra cosa?), la orquesta recibió un gran aplauso de cinco minutos o más y luego todos nos encaminamos a la salida (aunque yo hice un tour personal por los pasillos del teatro y me metí en algún palco vacío para ver qué se sentía). Afuera había dejado de llover y la 9 de Julio se veía un poco solitaria.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 3: una expectativa que me durmió y una tapada que me encantó

-Entonces, miércoles 12, 19:30 en el Abasto: “A tale of cinema”. Una película recomendada por muchos, incluso por el señor de Mundo del Cinismo (a quien no hay que tomar al pie de la letra cuando defenestra un film, pero sí hay que darle bola cuando elogia algo). En mi caso, fue el primer film del festival en que cabeceé. Quizás la película no era del todo lenta, pero esa semana yo todavía estaba trabajando, despertándome a las 07:30 AM, con lo cual a veces estaba medio zombie… o quizás la película sí era un poco aburrida. Fue interesante verla en ese estado, porque cada vez resultaba más extraña, con una misma escena que se repetía interpretada por otros personajes. En mi estado de zombie, creo que cuando terminó la empecé a entender. 7 aires.
-Luego de una rápida escapada a mi casa, volví al Abasto a ver “Se arrienda” a las 22:30, del escritor chileno Alberto Fuguet, que debutaba en la dirección con esta película. Ya desde el comienzo me atrapó (además, desde “Machuca” que el habla de Chile me produce fascinación), con los personajes yendo a ver el recital de Amnesty de fines de los 80s al país vecino, Argentina. Luego el film seguiría principalmente a uno de esos personajes, con cuyo desencanto e ideales no es difícil identificarse. Fue por esa identificación que la película "me pudo" aunque no mostrase ningún manejo especialmente talentoso de los medios cinematográficos (mentira: hay una escena cercana al final donde un personaje ajeno al relato monologa durante casi diez minutos, y está filmada muy bien). 8 aires.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 2: los avisos institucionales

-Miércoles 12: mi primera función del Abasto, a las 19:30, y aquí pude ver por primera vez los avisos institucionales que anteceden a los films: había cosas obvias y molestamente modernosas como las propagandas de Metrovision y Look and Take, pero las verdaderas barbaridades fueron las dos propagandas “novedosas”. Una es el aviso de Proyecto 48, “un espacio creado para descubrir y poner a prueba a nuevos directores de cine que se animen a filmar un corto en sólo 48 horas”, en palabras de Gastón Pauls, quien habla a cámara con una actitud física que denota su intención de “querer explicar las cosas claramente”, como una figura paternal. Aparece también Julieta Cardinali, el epítome de lo cool, con anteojos negros, explicando que hay que “filmar, editar y entregarlo terminado o en la condición que esté en ese momento”, con una voz con la que quiere mostrarse segura y conocedora del tema aunque quizás no tenga idea de lo que está hablando. También aparece Soledad Villamil (la que menos hace el ridículo, aunque sus líneas no la ayudan: “El reloj corre, no para. La ansiedad crece”) y luego reaparece Pauls, con un inexplicable “Se filma o no se filma”. Inexplicable porque no se entiende si es una interrogación (“¿Se filma o no se filma?”) o una “duda tirada al aire” (como “Ser o no ser”), y en cualquiera de los dos casos es ridícula porque no hay ningún verdadero dilema: el que se preste a este proyecto hará lo posible para filmar y punto, no existiría una conveniencia de “no filmar”. Igual lo más ridículo de todo es que el proyecto no tiene que ver con el cine ni con el talento, sino con un juego innecesario y arbitrario (como llevar gente a la tele y ver quién aguanta más tiempo prendiéndose fuego en la cabeza mientras canta una canción… el día que eso pase, no tendremos salvación).
El otro aviso ridículo es el institucional de Clarín. Se ve un galpón, se escucha el ring de un teléfono y el siguiente diálogo: “No atiendas, eh… no atiendas” “No pasa nada…”. A continuación, una explosión, FIN y los títulos, que consisten en dos actores y una dedicación “en memoria de” esos dos mismos actores. Claro, como que murieron en esa explosión, porque es un film independiente, la explosión era real, no había dobles… ya entendí. Ésa es la manera en que Clarín caracteriza al cine independiente (“Clarín te invita a ver un cine hecho a pulmón”), cosa que se refuerza porque la música que suena en esos títulos ficticios es una melodía tarareada a capella por una mujer, como que no hay plata para instrumentación o para pagar canciones. Si el institucional de Clarín fuese sólo eso, sería sólo una idea estúpida y de muy poco gusto. El problema es que pocos segundos después hay otro institucional de Clarín, y dos ya es demasiado. ¡Encima es exactamente la misma idea, o sea, es EXACTAMENTE IGUAL al otro pero la explosión es en un choque en vez de en un galpón! Además, el tipo que tararea la melodía esta vez es tremendamente INSOPORTABLE; quizás es cómico escucharlo una vez, pero si uno tiene que ver no uno sino dos avisos institucionales de Clarín, con ese particular ingenio (y los dos prácticamente iguales), unas tres o cuatro veces por día, durante 13 días… el resultado es tremendamente contraproducente. Efectivamente, al tercer día ya había gente que los silbaba, cosa que se fue intensificando con el paso del tiempo, hasta llegar a un sentimiento cuasicomunitario de “buu, todos contra Clarín y sus propagandas idiotas”.
Bueno, hablé sólo de los institucionales y no de la película. Sigue en el próximo post.

Crónicas del Festival de Cine: Parte 1: introducción a la crónica

El BAFICI (siglas de Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, para el que todavía no lo sabe) terminó hace una semana, y dio para pensar un montón de cosas, algunas no del todo esperanzadoras, sobre la ideología de los multimedios y los organizadores, la distribución de las películas, la predisposición de los espectadores y el estado del cine actual, del arte en general y de la crítica y análisis de cine en particular. Pero en esta serie de posts que rememoran los días del festival no voy a reflexionar sobre ninguna de esas cosas (o al menos no me lo propongo explícitamente; si sale algo sobre esos temas, que salga…). Solamente haré una breve reseña sobre los films que vi, una suerte de diario de viaje que no se propone tener la calidad de tantas críticas incisivas que andan dando vueltas en el ciberespacio.
-Martes 11. Del trabajo llego al Malba para ver a las 20:15 “Last days” de Gus Van Sant, anunciada como una continuación estilística de “Elefante”, que me había fascinado. Pero “Last days” me decepcionó un poco. Van Sant pone como centro del film a una suerte de alter-ego de Kurt Cobain en sus últimos días, y parte de sus actitudes y movimientos torpes resultan encantadores, sí, pero la película termina aburriendo un poco (y no les digo cómo bostezarían los espectadores acostumbrados a films narrativamente más ágiles). Pero de todos modos le pongo 8 aires; la película es una búsqueda extremista de las posibilidades narrativas o expresivas cuando se parte de la nada. Simplemente, no fue de mi gusto (y decepcionó bastante al público en general).
-Luego vendría, a las 22:30, “Greaser’s palace”, una comedia-western que es una versión parodizada de la historia de Jesús. Fernando Martín Peña, director del festival, se refirió al realizador del film como “el padre de Robert Downey Jr… y viendo este film, se entiende por qué su hijo quedó así”. En efecto, es una de las experiencias más voladas y surrealistas que vi jamás en el cine, con momentos hilarantes y tiempos muertos que provocan nerviosismo y molestia en el espectador (lo cual era, efectivamente, el efecto buscado). 7 aires.
Y la frase que quedó flotando fue “If you feel, you heal”…

Monday, May 01, 2006

Aldebaran

Dios mío... en el primer álbum de Enya, el título de la segunda canción es "Aldebaran (dedicated to Ridley Scott)".