Saturday, August 16, 2014

Otra vez tarde: mis reseñas de los estrenos del 2013 que vi

Un típico retraso de medio año hace que esto no sea muy vigente, pero los lectores asiduos de este blog (?) ya están acostumbrados: aquí va una mini-reseña de cada película que haya tenido un estreno comercial en Argentina en el 2013 que yo haya visto, en el orden en que las vi (sin importar si la vi antes de ese año, o si la vi en un contexto distinto a una sala de cine). Vale dejar comentarios, aunque traten de no insultar demasiado.

-“Caíto”: a pesar de que se estrenó hacia fin de año, la ubico al principio porque es la que primero vi (en el Festival de Cine de Buenos Aires del año anterior). El debut directorial de Guillermo Pfenning es un documental sobre su relación con su hermano Caíto, quien padece una distrofia muscular que le dificulta moverse, y a quien Guillermo quiere poner como actor principal de una ficción en la que se interprete a sí mismo. Fluctuando entre esa ficción y la descripción de la vida cotidiana de Caíto, la película logra interesar por su cruce de géneros y porque cuenta lo que cuenta dignamente, sin caer en golpes bajos, pero sin esconder esa peculiar enfermedad. 7 Aires.

-“Ralph el demoledor”: otro buen film de “Disney sin Pixar”, aquí John C. Reilly le pone su voz a un personaje de videojuego de arcade que, acostumbrado a su rol de villano, descubre nuevos mundos en otros videojuegos. Como era de esperar, hay un montón de guiños para los conocedores de los clásicos fichines, pero, por supuesto, si el film es bueno no es por eso. Y es bueno: la tierna relación que establece el protagonista con una niña de otro juego se constituye en el corazón de una película cuya cursilería está bien llevada. No hay ninguna arista sorpresiva (de hecho, sigue la típica línea argumental de un film de Pixar, por más que no tenga la misma estética), simplemente es una película fluida y muy llevadera. 8 Aires.

-“Cloud Atlas: la red invisible”: extraño caso de un film codirigido por Tom Tykwer (“Corre, Lola, corre”) y los hermanos Wachowski (quienes han recibido por la trilogía “Matrix” una veneración que para mí merecerían más por la subvalorada y genial “Meteoro”). Basada en una novela con una estructura narrativa muy particular (y por eso considerada infilmable), los tipos se las arreglaron para hacer un film que, sin seguir exactamente esa misma estructura, tiene un montaje que lo hace único, ya que para unir sus distintas historias depende más de sensaciones y relaciones instintivas que de una cronología tradicional o alguna otra estructura fácilmente descriptible. Sus seis tramas transcurren en distintas épocas, generalmente giran alrededor de la búsqueda de la libertad y están protagonizadas por los mismos siete u ocho intérpretes (el alto grado de maquillaje puede llegar a distraer por momentos), lo cual es parte del gancho; lo increíble es que la cosa da resultado. Algunos la tildarán de “película new age”, pero para mí es un espectáculo de una especificidad cinematográfica invaluable, y le doy 8 Aires.

-“Lo imposible”: el español J.A. Bayona hace su primer film en inglés con esta historia real de una familia que sufre el tsunami de fines del 2004. Hay que saber de antemano que la película tiene escenas fuertes; muchos la consideraron “sensacionalista” y otros criticaron que la familia española se haya reemplazado por una angloparlante, pero justamente, lo que se cuenta es universal, y dos grandes actores como Ewan McGregor y Naomi Watts no vienen nada mal cuando se quiere narrar una odisea tan tremenda. También la película deja en claro que, más allá de los pequeños momentos de felicidad que puede sentir un integrante de esa familia por sobrevivir o suponer que uno de los suyos está vivo, la cantidad de muerte que hay alrededor es inconmensurable. De hecho, hay tanta verdad en la intensidad de las actuaciones (no sólo de los mencionados, sino del trío que interpreta a sus hijos) que en tres momentos del film me emocioné mucho internamente. 8 Aires.

-“Jack Reacher: bajo la mira”: una gran sorpresa fue esta vuelta a la dirección de Christopher McQuarrie (guionista de “Los sospechosos de siempre”, director de “Al calor de las armas”), basada en un personaje de una serie de novelas de intriga. El protagonista, un ex policía militar, es otra gran muestra del carisma de Tom Cruise, quien aquí debe resolver un caso a fuerza de ingenio y algo de destreza física. Con una gran dirección (que incluye una persecución automovilística que recuerda al cine de los 70s), la cosa transcurre sin espectacularidades bobas, y esa humildad le confiere su grandeza a la película (y, por supuesto, también lo hace la presencia de Werner Herzog como villano). 8 Aires.

-“Una aventura extraordinaria”: cuando Ang Lee estrena, seguro que no es una pavada, y que, ya sea desde lo estético o lo narrativo (o, con suerte, ambos aspectos al mismo tiempo), lo que veremos será interesante (lo prueban, entre otras, “Sensatez y sentimientos”, “El tigre y el dragón”, “Secreto en la montaña”, “Hulk” y “El banquete de bodas”). Aquí adaptó una novela sobre un hombre indio que recuerda la odisea que vivió cuando quedó en un bote a la deriva con la peligrosa compañía de un tigre. Visualmente impresionante, también hay lugar aquí para la “filosofía”; lo criticable son los momentos en que la narración vuelve al presente interrumpiendo la aventura que estábamos viendo, pero eso no menoscaba el resultado general. 8 Aires.

-“El último desafío”: otro regreso, el de Arnold Schwarzenegger, que vuelve a protagonizar una película diez años después de “Terminator 3”. Pero además este film de acción es el debut norteamericano del director Kim Jee-woon, creador de clásicos modernos como “The good, the bad, the weird”, “A bittersweet life” y “I saw the devil”. Y ambos, director y actor, salen bien parados, en otro film que, como “Jack Reacher”, gana por su sobriedad, su rigurosa puesta en escena y su rechazo a ser un “espectáculo grandilocuente en el que el mundo está en juego”. No, aquí se trata nomás de un pueblito de frontera del que Arnie es el sheriff, y al que viaja un criminal que acaba de escapar de la cárcel. Además de la sobriedad, otro acierto del film es que les da su tiempo a todos los personajes y no pone a Schwarzenegger como centro único y regidor de toda la trama. 8 Aires.

-“Hansel & Gretel: cazadores de brujas”: los ascendentes Jeremy Renner (el desarmabombas de “The hurt locker”) y Gemma Aterton (cuya cara de canchera adornó films como “Furia de titanes” y “El regreso de Tamara Drewe”) hacen de los famosos hermanos en esta “versión cool” que los muestra ya crecidos combatiendo a seres sobrenaturales en 3-D. Un film pochoclero que, por su carácter de modernoso, no considero particularmente valorable, más allá de que se puede ver para pasar el rato porque sus protagonistas tienen al menos un mínimo de carisma. 5 Aires.

-“Django sin cadenas”: con “Bastardos sin gloria”, Quentin Tarantino había logrado un film épico, cinéfilo, ambicioso, melómano y prácticamente un “arte poética” sobre las posibilidades del cine de género. Con “Django sin cadenas”, también ambientada en el pasado, sigue en la misma línea; ahora no se mete con la guerra sino con la esclavitud, y esta vez Christoph Waltz también da una actuación impecable, pero no como el villano más ruin sino como un cazador de recompensas “honorable” que intenta ayudar al negro Jamie Foxx a recuperar a su mujer. Y también, como en la anterior, hay largas escenas en las que la tensión se acumula hasta límites insostenibles. No comparto las críticas que dicen que este director no se debería ocupar de esta temática; si bien hay humor en la película (incluso una escena con Jonah Hill que yo sacaría porque parece una parodia que no concuerda con el tono del resto del film), queda claro que la esclavitud en sí no es un tema que Tarantino se tome a la ligera. Conclusión: un grandioso (y relevante) western para relamerse durante sus dos horas y cuarenta y cinco minutos. 10 Aires.

-“La noche más oscura”: luego de “Vivir al límite”, Kathryn Bigelow sigue la senda de un cine de temática “actual y seria”, en este caso nada menos que sobre la caza a Bin Laden. Y, como en aquella película, esta da para todo tipo de debates. ¿Justifica el film cada uno de los procedimientos por los cuales se llega al paradero del criminal (incluyendo la tortura)? Dado que a muchos les apreció evidente que sí y a muchos les pareció evidente que no, considero evidente que, justamente, no hay ninguna interpretación “evidente”. La narración avanza con la suficiente “distancia y supuesta objetividad” como para que el trabajo de la agente de la CIA que interpreta la gran Jessica Chastain nunca quede endiosado pero tampoco explícitamente criticado. Esa aparente tibieza le va bien a este “procedural” de guerra, en el que la directora muestra una vez más su talento para generar tensión, sobre todo en la media hora final. 8 Aires.

-“Fuerza antigangster”: una relectura de “Los intocables”, con Josh Brolin juntando a un grupo de agentes de la ley para contrarrestar el reinado del terror del gángster que hace Sean Penn. Como el reparto incluye a Ryan Gosling, Robert Patrick, Giovani Ribisi, Emma Stone y Nick Nolte, la cosa se sigue con interés, aunque hay que decir que, sorpresivamente, el romance entre Gosling y Stone no tiene la química que tenía en “Loco y estúpido amor”. Pero un film noir ambientado en la década del 40 que intente ser mínimamente populista tiene que ser aunque sea parcialmente disfrutable, y en efecto, este lo es. Podría ser bastante mejor, seguro (por ejemplo, si ciertas escenas no estuvieran filmadas tan evidentemente con modernas cámaras digitales). 6 Aires

-“Tesis sobre un homicidio”: el director de la gran screwball comedy argentina “Música en espera” pasó al suspenso, adaptando un clásico moderno de la literatura de misterio. Una vez más en el cine nacional, Ricardo Darín fue el gran gancho para atraer espectadores y, una vez más, el tipo hace creíble cualquier papel que le toque, en este caso el de un abogado criminalista convencido de que un discípulo suyo cometió un crimen sólo para mostrarle su superioridad. La puesta en escena está muy bien, pero el carisma de Darín no alcanza como único punto de apoyo y el resultado es algo menor de lo que esperaba. Dato triviesco: que el film no tenga un final que explicite verbalmente la respuesta a un enigma no significa que tenga un final ambiguo, con lo cual me sorprendí por la cantidad de público que considera que el final es, justamente, abierto. Público argentino, pónganse las pilas. 6 Aires.

-“La niña del sur salvaje”: una de esas películas pequeñas norteamericanas que de repente son amadas por todo el público y la crítica, ganan muchos premios y adquieren un prestigio gigante. Como muchas veces, los elogios son algo exagerados. Si bien la niña protagonista despliega un gran carisma y la película no tiene idioteces hollywoodenses, sí tiene momentos típicos de “film de arte que te quiere hacer emocionar”, y, dado que esa sensación fue la que predominó en mi percepción del film, le doy sólo 6 Aires.

-“Monsters, Inc.”: como “Buscando a Nemo”, este reciente éxito de Disney-Pixar se reestrenó en 3-D como paso previo al estreno de una secuela. Así que no hay quejas posibles cuando se nos da la posibilidad de disfrutar esta genialidad nuevamente en cine, una que pertenece a “los dos tercios que valen mucho la pena” de los films hechos hasta ahora por Pixar. La tercera dimensión no agregaba demasiado, pero por suerte pudimos escuchar las voces originales de Billy Crystal y John Goodman como los dos monstruos que se meten en problemas cuando meten a una niña humana en su mundo. 9 Aires.

-“The master”: parecía imposible que Paul Thomas Anderson (“Petróleo sangriento”, “Boogie nights”, “Magnolia”) superara la brillantez de “Embriagado de amor”, pero lo hizo, entregando el mejor estreno del año. Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman son un buscavidas y el líder de un culto que lo toma bajo su ala. Parece un argumento sencillo, pero el film tiene una narrativa muy poco tradicional, más basada en sensaciones y en “momentos de pura vida” que en explicaciones y hechos. Phoenix entrega una de las mejores actuaciones de la historia; da gusto ver cómo pasó de la sobreactuación de “Gladiador” a esta genialidad. El film no es para todos los gustos, pero a mí cada segundo me pareció tan trascendente como le debió haber parecido a su director (el segmento que más quedará en mi memoria es un montaje de 10 minutos en que el líder hace que su alumno camine hacia las paredes para golpearse la cabeza y ampliar su universo, todo bajo la música de fondo del guitarrista de Radiohead Jonny Greenwood). 10 Aires.

-“Lincoln”: había leído que este era el film menos “particularmente estilístico o cinematográfico” de Steven Spielberg, pero aun así me sorprendió el nivel al que esto era cierto. Así que en eso concuerdo con la crítica en general; en lo que no concuerdo es en que este es un film brillante y uno de los mejores que hizo este director. Es verdad que los diálogos y las actuaciones logran la hazaña de que un proceso político resulte interesante (parece algo así como Aaron Sorkin haciendo un film histórico), pero quizás esperaba que el film tuviera algo más que eso (viendo el resultado, podría haber sido dirigido por alguien que no sea un maestro en la puesta de escena). Y los minutos finales ciertamente caen en un sentimentalismo del que muchas veces se acusa injustamente a Spielberg; aquí sí sería pertinente la acusación, ya que esos segmentos se sienten como agregados a la fuerza, y parecen muy “de escuela primaria”. Ah, sí, Daniel Day-Lewis ganó su tercer Oscar, pero el elenco entero es increíble, todos dando grandes actuaciones: Tommy Lee Jones, David Strathairn, James Spader, Jared Harris, Sally Field, Jackie Earle Haley... 8 Aires.

-“El vuelo”: después de “El expreso polar”, “Bewoulf” y “Los fantasmas de Scrooge”, Robert Zemeckis deja la animación para volver al cine “tradicional” con esta historia sobre un piloto adicto a todo lo imaginable (drogas, sexo, alcohol) que logra evitar un accidente de aviación (o al menos minimizar en gran medida los daños humanos). Pero, dado su historial, las autoridades y los medios no paran de investigarlo... Denzel Washington está perfecto en ese papel, y la película nunca deja de interesar (aunque lo más impresionante, como era de esperar, es el accidente del principio), pero el final es un poco (bastante) moralista. 6 Aires.

-“Duro de matar: un buen día para morir”: quizás por el director (el mismo de “Tras líneas enemigas”, que no vi pero me la recomendaron), quizás por la saga (que, a pesar de haber tenido tres directores en las entregas anteriores, había sido consistentemente entretenida), quizás por algunas buenas reseñas, le tenía confianza a la quinta parte de la saga del policía John McLane. Pero resultó una de las decepciones del año: el elemento “pez fuera del agua” (transcurre en Rusia) no aportó humor sino oscuridad y aburrimiento, el compañero de Bruce Willis en esta entrega (su propio hijo) no entregó ningún interés especial, y las escenas de acción solo a veces resultaron impactantes. Bien por la ajustada duración (menos de una hora cuarenta y cinco minutos, lo cual hoy es un ejemplo de economía fílmica), mal por todo lo demás. 4 Aires.

-“Los miserables”: finalmente llegó al cine la versión del exitoso musical (cuya versión en habla inglesa reemplazó en el imaginario popular al musical original francés). El director de “El discurso del rey” repite algunos tics, como sus ángulos raros de cámara “porque sí”, y además el film peca de las trampas en las que puede caer cualquier musical, es decir: que se note demasiado el aspecto “adaptación de una obra escénica” y al mismo tiempo el intento por “des-teatralizar la propuesta”. Por suerte, algunos momentos escapan de ese tormento (como la famosa toma en la que Anne Hathaway interpreta sin cortes la mítica “I dreamed a dream”) y además, a pesar de que las actuaciones en general no se destacan, sí lo hacen la de dos o tres personajes, como Eponine, Fantine (Anne Hathaway) y el protagonista Valjean (Hugh Jackman), y en este film el hecho de que el protagonista dé una actuación empática y emocionante salva mucho las papas. 6 Aires.

-“Cirque du Soleil: mundos lejanos”: a priori, un film hecho con la única intención de ser “el film del Cirque du Soleil” (ya hubo varios, pero en general eran para televisión o no tenían la distribución que tuvo este). La fina línea que debe amalgamar argumento, abstracción, 3-D, poesía, malabarismo, romance, humor, terror y bizarrez es en general pisada con acierto (no hay un exceso de abstracción ni de narrativa ni de uso exhibicionista del 3-D), pero justamente el resultado es tan tibio como esa intención. Volvemos al principio: el film fue hecho más como “film del Cirque du Soleil” que como “propuesta artística en la que el creador considera que muchas escenas serían geniales si son interpretadas por integrantes del circo”. Visualmente era tan atractiva como podría esperarse (o sea, algo pero no tanto), pero admito haber cabeceado. 5 Aires.

-“Hitchcock, el maestro del suspenso”: un típico film qualité: Anthony Hopkins y Helen Mirren haciendo de Alfred Hitchcock y su esposa, la guionista Alma Reville, durante la problemática filmación de “Psicosis”. A pesar de ese peligré, si uno decide no tomar al film como un proyecto “prestigioso” y sí como lo que es (y que también son otros films “qualité”, es decir: una telenovela grasa con momentos efectistas y algunos aspectos interesantes de puesta en escena), la cosa se vuelve mucho más entretenida. Por ejemplo, es divertido tenerlo a Hopkins haciendo del personaje Hitchcock hablando a los espectadores (imitando la manera en que el mítico director se dirigía a los televidentes en la presentación de la serie “Alfred Hitchcock presenta” o en los trailers de algunos de sus films). Por supuesto, todo lo dicho también deja entrever que no se trata de un gran film. 5 Aires.

-“Elena”: película rusa, típica exponente de “film de arte ganador de premios en varios festivales de cine” que está a la altura de su prestigio. Una mujer intenta pedir dinero a su esposo para ayudar a un hijo de su anterior matrimonio; las consecuencias serán imprevisibles (o no). Todo es como debe ser en “el prototipo de un buen film ruso”: las tomas son preciosistas sin ser amaneradas, el tono es frío, y la tensión y desesperanza de algunos momentos son la columna vertebral de la película. 8 Aires.

-“En la mira”: David Ayer (director de “Harsh times” y “Reyes de la calle”, guionista de “Día de entrenamiento”, “Rápido y furioso” y “U-571”) sigue en la senda del cine de “acción y algo más”, en este caso narrando la historia de dos policías a través de filmaciones de cámaras de seguridad o de videos caseros realizados por ellos mismos. Siendo los policías Jake Gyllenhaal y Michael Peña, no se puede negar el carisma de los protagonistas (sobre todo cuando forman una típica pareja de “hermanos en el deber” capaces de sacrificarse el uno por el otro). Pero el formato de found footage no era necesario para este film (quizás habría sido incluso mejor como un film tradicional, ya que al fin y al cabo no se puede lograr mucha “sensación de realidad” si los actores son conocidos). 7 Aires.

-“Mala”: obviamente, muchos espectadores (y parte de la crítica) se burlaron de este film diciendo “¡mala es la película, jaja!” (cuac). Pero no es mala, sino arriesgada, muy aplaudible y no apta para espectadores que esperen un thriller tradicional. Adrián Caetano (“Bolivia”, “Un oso rojo”, “Crónica de una fuga”, “Francia” y también co-director de “Pizza, birra, faso”) sigue mostrando al mismo tiempo un dominio de los recursos cinematográficos y una mirada personal sobre los géneros. Aquí hay una protagonista femenina interpretada por varias actrices que busca venganza contra un hombre por motivos que conviene no develar. Todo termina siendo menos previsible que lo que uno esperaría, incluyendo el carisma de Rafael Ferro, María Dupláa y la injustamente criticada Juana Viale. 7 Aires.

-“La chica del sur”: documental estrenado sólo en el Malba sobre el intento de su director de entrevistar a una activista coreana que lo había fascinado veinticinco años antes en un “Festival para la Juventud y los Estudiantes” organizado por la Unión Soviética. Por un lado, es encantador ver el optimismo juvenil de las filmaciones de 1989; por otra parte, en la “parte actual” es interesante cómo el director termina siendo más protagonista que el supuesto objeto del documental, ya que pone tanto esfuerzo en encontrar a la muchacha coreana y ella se muestra tan reticente a ser entrevistada que lo que vemos es básicamente la odisea de cómo el film llegó a existir. Y cuando ella finalmente se deja entrevistar... no sirve develar cómo se desarrolla ese momento; hay que verlo y sentir esa tensión. 8 Aires.

-“Mamá”: el argentino Andy Muschietti expande su cortometraje del mismo nombre en su primer largometraje, nada menos que un debut hollywoodense con la actriz del momento: Jessica Chastain. Quien sigue demostrando que se toma todos los proyectos en serio sin situarse “por encima del género” (en este caso, un film de terror). Buen uso de los recursos típicos del horror para generar lo básico que debe dar un film de este género: misterio y tensión. 8 Aires.

-“Mi novio es un zombie”: el ascendente Nicholas Hault está muy bien en esta comedia posmoderna que imagina un mundo futuro donde hay zombies pero además muestra que, por dentro, estos seres tienen algún tipo de pensamiento (y, por lo tanto, pueden relacionarse con los demás seres humanos). Este punto de partida da pie a una historia de amor a lo “Romeo y Julieta”, en donde no hay tanto cinismo ni chistes tontos sino que predomina el humor del bueno y un romance que mantiene nuestro interés en los personajes. No sé si era imperativo verla en cine, pero la risa (abundante) del público en este film era contagiosa. Hermoso uso diegético de algunas grandes canciones que el protagonista escucha en tocadiscos (“Patience” de Guns N’ Roses, “Hungry heart” de Bruce Springsteen, “Shelter from the storm” de Bob Dylan). 8 Aires.

-“Oz, el poderoso”: precuela del clásico “El mago de Oz” (el film, no la novela). Sam Raimi intenta una vez más mezclar la parte “locamente cinética” de su estilo con lo que se espera de una gran producción hollywoodense. Y de a ratos lo consigue. Emulando la famosa transición de Kansas a Oz del film original, aquí el comienzo es en blanco y negro y formato 1x1,37 (la pantalla semicuadrada que tenían los films de la primera mitad del siglo XX), y cuando el protagonista llega a Oz la pantalla se ensancha, el color llega para quedarse y Raimi se indulge en una espectacular y extensa toma que muestra el universo mágico al que llega el tipo. Si bien James Franco como el protagonista no despierta tanto interés como el que podría haber logrado alguna otra mejor elección, las aventuras se siguen con interés si aceptamos este género, sobre todo en los momentos en que irrumpe el terror (gran uso de las sombras) y en el homenaje al cine que llega en el final. 7 Aires.

-“Los Croods”: primera comedia animada de Dreamworks del año (y la única en darse en algunas copias subtituladas), el aspecto visual hacía que valiera la pena verla en cine. Una familia de cavernícolas debe afrontar el fin de su hogar y mudarse a tierras mejores con la ayuda de un extraño del que la hija parece enamorarse, lo cual llena de conflictos al padre. Emma Stone y Nicolas Cage les ponen sus voces a la hija y el padre, y es curioso cómo ella parece ser la protagonista de la primera mitad del film mientras que en la segunda él se vuelve el personaje principal. Más allá de cierta ternura y, repito, el gran trabajo visual, la cosa no tiene la coherencia ni excelencia narrativa de “Cómo entrenar a tu dragón” o “Kung-fu panda 2”, así que le damos sólo 6 Aires.

-“Efectos colaterales”: Steven Soderbergh se despide del cine (supuestamente) con este pequeño gran thriller en el que Jude Law da la mejor actuación de su carrera como un psiquiatra que debe atender a una traumada Rooney Mara (otra gran actuación) en un caso que se complica hasta niveles insospechados. Soderbergh entrega una gran intriga sin muchos manierismos (sólo hay pequeños toques estilísticos que muestran que se tomó la cosa en serio y no “de taquito”), y los intérpretes dan todo de sí para generar empatía y al mismo tiempo misterio. 8 Aires.

-“Anna Karenina”: Joe Wright filmando la clásica novela de Tolstoi, o sea, una unión que era de esperar, pues le da a este director la posibilidad de seguir con sus constantes: films estilizados hasta la médula ya sea desde la fotografía, el vestuario o la dirección artística (“Orgullo y prejuicio”, “Expiación, deseo y pecado”) y el protagónico de Keira Knightley. Admito que la puesta en escena tiene aspectos muy imaginativos (como el hecho de que varias escenas tengan un ritmo muy musical a pesar de que el film no pertenezca a ese género), pero no sé si la novela se presta bien a un film de dos horas y monedas, que fascina visualmente pero no logra que nos identifiquemos con los personajes. 7 Aires.

-“Posesión infernal”: otro latino en Hollywood, en este caso, el uruguayo Fede Álvarez, a quien Sam Raimi dio su bendición para que filmara una remake de su primer film, “Evil dead”. El feeling de la original y de esta entrega son ciertamente distintos; la de Raimi tenía mucho humor lunático, mientras que la actual apunta puramente al terror (y terror “serio”). Y en ese sentido es efectiva, aunque más por el gore que por el suspenso (de ninguna manera es “la película más terrorífica que hayas visto”, como fue promocionada). Los personajes en sí no generan mucho interés por más que se les haya adosado una historia que supuestamente nos debería crear empatía. 6 Aires.

-“Contrarreloj”: otra película con Nicolas Cage como héroe de acción (y van...), y en este caso estoy muy a favor del resultado. No es gran cosa, pero su falta de pretensiones y el hecho de que cada intérprete se toma su papel en serio la hacen bastante disfrutable. Aquí el tipo debe rescatar a su hija de un antiguo compañero de fechorías, y las diversas escenas de acción y persecución están dirigidas con rigor. 7 Aires.

-“La memoria del muerto”: sinceramente, no entiendo del todo por qué este film argentino de terror tuvo buenas críticas. A pesar de contar con un gran reparto (que incluye a Lola Berthet, Matías Marmorato, Rafael Ferro, Gabriel Goity y Luis Ziembrowski), la cosa parce estar dirigida como si fuera un chiste entre amigos, o como si el mero hecho de dirigir una película de este género en este país diera como resultado sí o sí algo valorable, y entonces cualquier cosa vale. La verdad es que la dirección de actores se acerca más a lo histérico-telenovelesco, y sólo algunos de los climas generan algo de miedo. 3 Aires.

-“G.I. Joe: el contraataque”: la secuela del film de aventuras del film del 2009 reformula casi todo su elenco, haciendo que esta vez el protagonista principal sea Dwayne Johnson (y en la segunda mitad se agrega Bruce Willis). El film es por momentos mejor y peor que el anterior, según la escena que estemos viendo (una pelea entre personajes que se balancean colgados entre montañas compite en belleza visual con la escena de acción en París del film original). En general el film va a los bifes sin muchas complicaciones ni aires de grandeza, lo cual podría ser elogiable, pero también se extraña algo del espíritu novelesco e historietista del film anterior. Al menos el “ninja bueno” y el “ninja malo” son interpretados por los mismos carismáticos actores de la original, pero eso no alcanza para levantar al film a más de 5 Aires.

-“La reconstrucción”: Juan Taratuto (“No sos vos, sos yo”, “Un novio para mi mujer”, “¿Quién dijo que es fácil?”) vuelve a dirigir a Diego Peretti, pero esta vez la dupla sorprende por el cambio de registro; ya no se trata de una “comedia inteligente” sino de un dramón de aquellos (aunque con toques de humor), con Peretti viajando a la Patagonia para ayudar a un antiguo compañero de trabajo e involucrándose con la familia de éste de una manera más profunda que la esperada. Una de las mejores actuaciones de Peretti (decir eso de este camaleónico actor ya es decir mucho), y el resto del elenco no se queda atrás. Uno de esos films que algunos criticarán de “paisajista”, pero defiendo esa belleza, defiendo la humanidad de sus personajes (que otros criticarían como “naif”) y defiendo el uso de canciones en inglés de Alexi Murdoch (a pesar de que es medio fiaca que se hayan elegido canciones usadas justamente en otro film, “El mejor lugar del mundo”). 8 Aires.

-“Jack, el cazagigantes”: a contramano del “modernismo cool” de films que reinterpretan cuentos clásicos como “La chica de la capa roja” y “Hansel y Gretel: cazadores de vampiros”, la historia de Jack y las habichuelas es filmada aquí con mucho respeto por el espíritu de lo que son los cuentos de hadas y las aventuras de matiné. Bryan Singer (“X-Men”, “Los sospechosos de siempre”, “Operación Valquiria”, “Superman regresa”) se sigue mostrando como un director amante del cine clásico, y Nicholas Hault demuestra, sin tener necesariamente un gran carisma, al menos una pasta suficientemente querible como para que deseemos que su héroe resulte triunfante en su lucha contra una raza de temibles gigantes (y algunos soldados humanos corruptos). Una gran aventura para experimentar en pantalla grande (sobre todo en Imax, donde la vi). 7 Aires.

-“Leones”: típica película “de ghetto” argentina que sólo podrían apreciar los amantes de “lo lento” o de los “films de festivales” (de hecho, la vi en el Bafici). Si no tuviera una excelente fotografía (que sigue a un grupo de amigos por el bosque mientras parecen hablar de intrascendencias), el film no tendría razón de ser, pero no me parece mal que un componente fundamental del film (y que afecta la manera en que debemos “aprehender” la historia) sea el manejo de la cámara (al contrario: aplaudo que los recursos puramente cinematográficos se usen al máximo, sobre todo cuando entregan tomas largas y sublimes como aquí). Por supuesto, no es sólo eso lo que hace al film; hay además un misterio sobre por qué algunos personajes se comportan de determinadas maneras o adónde están yendo, y eso también importa. Esta película sí es pretenciosa, pero considero que lo vale. 9 Aires.

-“Bomba”: otra que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. Sergio Bizzio deja de lado la bizarrez y extrañeza de sus films anteriores (como director y/o guionista) para contar la comprimida historia de un joven que se sube a un taxi cuyo chofer tenía pensado detonar una bomba. El casi desconocido Alan Daicz y el legendario Jorge Marrale aguantan toda la película ellos solos (salvo por algún que otro flashback). El duelo no es tan jugoso como podría esperarse, pero es un buen ejercicio de estilo. 7 Aires.

-“Post tenebras lux”: otra que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. El polémico mexicano Carlos Reygadas filma otra provocación fílmica que provoca tanta fascinación y rechazo al mismo tiempo como “Japón” y “Batalla en el cielo” (dejo afuera a “Luz silenciosa”, que no sólo es excelente y mi film favorito de Reygadas sino que suele provocar pocos enojos). Filmada con un formato de pantalla semicuadrado de 1x1.37 (y con unos lentes que a veces hacen difusos los bordes de la pantalla, como si viéramos la escena a través de un vidrio), el film combina lo sublime (como el comienzo, con una niña caminando en una tormenta) con lo shockeante, y la aparente poca hilación entre algunas escenas y el todo lo hacen muy críptico. 8 Aires.

-“Viola”: otra que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. Y otra gran película del argentino Matías Piñeyro (“El hombre robado”, “Todos mienten”) que vuelve a mezclar enredos amorosos con referencias literarias (en este caso, shakespeareanas). Es sublime y deliciosa la manera en que la cámara sigue a cada una de las mujeres protagonistas, y también lo es la actuación de cada una de ellas. Cada línea de diálogo está perfectamente entonada y cada toma está milimétricamente planeada, pero nada se siente frío; todo fluye dejándonos con una sonrisa permanente (al menos a mí; para otros será quizás otro film argentino que se mira al ombligo con pretensiones cool). 10 Aires.

-“Oblivion, el tiempo del olvido”: Tom Cruise volvió a la ciencia ficción con este film (que, de paso, vino a promocionar a Buenos Aires) del director de la hiperestética pero decepcionante “Tron: el legado”. La verdad es que es imposible que el argumento y la imaginería visual no nos remitan todo el tiempo a otras películas (“Planeta de los simios”, “2001, odisea del espacio”, “Matrix” y otras), pero aun así la cosa no se resiente, porque Cruise, como siempre, nos hace interesar por el devenir de su personaje, y el ritmo del film devela más amor por el cine y la narración que “intención de entregar puros efectos especiales para recaudar dinero”. Aplausos también para Andrea Riseborough, brillante en su papel de esposa profesional, sexy, insegura y celosa. 7 Aires.

-“911, llamada mortal”: otra que vino a promocionar su estreno a Buenos Aires: Halle Berry, quien en esta película hace de una operadora de una línea telefónica de emergencias que debe ayudar a una adolescente secuestrada. Un film de suspenso y acción pequeño en escala, que logra generar tensión de a ratos pero no tiene nada de especial o llamativo para ser recordado (o particularmente recomendado). 5 Aires.

-“The host: la huésped”: el nacimiento de otra saga de “adolescentes enamorados que deben sobrevivir en un mundo peligroso”, basada en un best-seller de la autora de la anterior saga con esas características: “Crepúsculo”. El resultado es similar: obras con poca sustancia fílmica y diseñadas para recaudar millones haciendo que los adolescentes se sientan únicos, especiales y con principios. Quizás en este caso la película es mejor que en aquella otra saga, globalmente hablando: se nota por momentos la mano de un buen director (Andrew Niccol, responsable de “Gattaca” y “El señor de la guerra”) y las actuaciones son mejores (la protagonista es Saoirse Ronan, quien mantiene su carisma de siempre, y por ahí andan William Hurt como la voz de la sabiduría y Diane Kruger como la villana). 5 Aires.

-“En trance”: después de algunas películas muy aptas para el gran público (“Sunshine, alerta solar”, “Slumdog millonaire”, “127 horas”), Danny Boyle volvió a provocar con su film más laberíntico, un thriller con toques de humor y un trío protagónico que pocas veces ha estado mejor: James McAvoy, Rosario Dawson y Vincent Cassel. Un argumento con hipnosis, robos de cuadros, una problemática relación amorosa y muchos flashbacks y cambios de perspectivas en la trama. Deliciosa para el que está dispuesto a dejarse llevar por una catarata cinematográfica bien lúdica. 8 Aires.

-“Tadeo, el explorador perdido”: film de animación español con un personaje a lo Indiana Jones y toda la estructura de esos films de aventura en que el héroe viaja a tierras remotas a buscar algún artefacto mítico o desentrañar algún misterio. La intención de generar un entretenimiento clásico es buena, pero el film es demasiado infantil, sin casi ningún atractivo para cualquier persona mayor de 10 años. 5 Aires.

-“Lazos perversos”: primer film norteamericano del coreano Park Chan-wook (creador de mi admirada “Oldboy”), con los mejores papeles que han tenido hasta ahora Matthew Goode y Mia Wasikowska, aquí como un tío y su sobrina que mantienen una particular relación cuando él llega a la casa familiar luego de la muerte del padre de ella. Hay una permanente sospecha sobre el personaje de él (¿es o no un psicópata?), pero ella también tiene sus grises... Un film absolutamente a base de climas, con un montaje que descoloca y un uso exquisito de la fotografía y el sonido. 8 Aires.

-“En otro país”: unión rara: la mítica Isabelle Huppert en un film del coreano Hong Sang-soo. La película es absolutamente prototípica de su director, lo que equivale a decir que es encantadora y brillante, y la Huppert se amolda perfectamente, dando una de sus performances menos atormentadas. La historia son tres variaciones sobre una situación similar (una mujer francesa que llega a una tierra remota, cada vez por un motivo distinto), con recurrencias, diferencias e influencias entre una historia y otra. Para el espectador que no acostumbra a ver films coreanos, este podría funcionar como buena puerta de entrada al universo de este gran director. 10 Aires.

-“Iron Man 3”: la saga de “The Avengers” sigue adelante con uno de sus mejores films. Robert Downey Jr. está mejor que nunca como el cínico superhéroe millonario que esta vez empieza la película con crisis de nervios y que debe pasar gran parte del film enfrentándose a los villanos sin mucha ayuda tecnológica, pues su armadura es cuasidestruida en una gran escena de acción. Y esa alquimia entre el humor constante y las impresionantes escenas de acción es altamente efectiva (la mejor es la del héroe intentando rescatar a un grupo de rehenes soltados al vacío desde el Avión Presidencial). El protagonista hasta se consigue un niño compinche, una relación que no sólo no se apoya en cursilerías sino que hasta se ríe sabiamente de ellas. Se nota la mano de Shane Black (guionista de “Arma mortal”, “El último boy scout”, “Entre besos y tiros”), sobre todo cuando Downey Jr. y Don Cheadle se perfilan como una pareja de acción que debe valerse de ingenio y armas “normales” al mejor estilo Mel Gibson y Danny Glover. 8 Aires.

-“El gran Gatsby”: Baz Lurhman es un director muy atendible, un desaforado creador de películas que es imperativo ver en cine (“Moulin Rouge”, “Romeo y Julieta”, “Australia”), pero casi siempre le faltan 5 para el peso. O le mete mucho montaje frenético en la primera mitad de sus films, o construye personajes que no terminan de generar empatía, o hace una mezcla a la que por momentos se le ven las costuras. En este caso lo último no sucede pero lo otro sí: Leonardo DiCaprio como el clásico personaje de la novela de Francis Scott Fitzgerald provoca una interesante mezcla de simpatía y distancia en el espectador, pero es el único del elenco que logra algo así, lo cual vuelve todo un poco pedestre. Quizás enamorarse de los personajes no es un objetivo de este film, sino presentar un mundo ideal para historias glamorosas y trágicas, y en ese sentido sí logra lo que se propone. Lurhman parece haber nacido para hacer esta adaptación, ideal para dar rienda suelta a sus delirios de dirección artística, montaje y fotografía (e incluso el uso del 3-D, novedad para un film de este director y para una adaptación de una obra literaria clásica). 6 Aires.

-“Ataque a la Casa Blanca”: el primero de los dos films del año con argumento “terroristas atacan la Casa Blanca”, esta es la que tiene un tono más serio. Lamentablemente Gerard Butler como el héroe protagonista no despliega el carisma suficiente (pero eso es casi una constante con este actor). De todos modos, la película funciona como “una de acción y punto” (de hecho, la toma en sí del edificio es un gran momento, por más que muchas reseñas hayan resaltado lo inverosímil de la escena). Con momentos demasiado patrioteros (sobre todo en el personaje de Melissa Leo), pero que por suerte no provocan indignación sino risa por lo exagerados. 6 Aires.

-“Spring breakers: viviendo al límite”: cosa rara, se estrenó en la Argentina un film del polémico Harmony Korine. El motivo, por supuesto, es el relativo éxito mundial que tuvo, y el gancho de tener protagonistas conocidos (James Franco, Selena Gomez, Vanesa Hudgens) en una trama muy “explotation” (jovencitas superficiales que veranean, se alcoholizan y se drogan eternamente en bikini y pasan a ser acompañantes de un mafioso que las adiestra en el mundo de las armas). Fotografía, sonido, música y montaje se aúnan para dar una experiencia sensorial que por suerte es más que lo recién descripto, pero no llega a ser la obra maestra que muchos vieron. 6 Aires.

-“El reino secreto”: bienvenido el hecho de que estrenen con copias subtituladas un film de animación, sobre todo uno que no es de los dos estudios de animación más populares (Disney y Dreamworks), sino de BluSky, los responsables de las sagas “Río” y “La era de hielo”. A diferencia de ellas, “El reino secreto” no está tan orientada al humor o al infantilismo, sino más bien a la aventura. Y en ese sentido, se banca bien (sobre todo visualmente) pero no mucho más. Se destaca el hecho de tener a un co-protagonista masculino que durante gran parte del film está lamentándose por la muerte de una reina a la que no pudo salvar, dándole una sorprendente adultez al asunto. 6 Aires.

-“Rápidos y furiosos 6”: la anterior entrega de esta saga había sorprendido gratamente, ya que, a diferencia de los films previos, no era “innecesariamente oscura” ni tenía “tiempos muertos o aburridos”, sino que apostaba todo el tiempo por la humorística camaradería entre sus personajes, la claridad argumental y escenas “larger than life” que pagaban cada una el precio de la entrada (sobre todo si se veía el film en Imax). La sexta tiene las mismas características, aunque esta vez sí hay un velo de tragedia que sobrevuela al film. Pero el disfrute es igual o mayor que en la quinta parte, y casi podría decir que este film tiene el más claro ejemplo de “escena de acción inverosímil pero absolutamente mítica y placentera que, si no te gusta por considerarla exagerada, es que no entendés el placer que puede dar el cine pochoclero cuando es bueno”. Por si todo esto parece una “apología de la estupidez”, debo decir que los personajes están tratados con verdadera personalidad y cariño, a diferencia de lo que ocurre en sagas como “Transformers”. 8 Aires.

-“Rouge amargo”: buen intento del cine argentino por hacer un film noir sucio, cínico y pesimista, es decir, como se debe. Y en teoría Luciano Cáceres y Emme tienen toda la pinta para hacer de los antihéroes protagonistas, pero en la práctica no exudan el carisma necesario y la cosa se queda a medio camino. 5 Aires.

-“Ginger y Rosa”: mi primer film de Sally Potter en cine (y menos mal que fue esta y no la aburrida y premiada en su momento “La lección de tango”). La siempre encantadora y talentosa Elle Fanning coprotagoniza la historia de dos amigas de las cuales una se va relacionando poco a poco con el padre de la otra. Más allá de eso, el contexto (Londres 1962: guerra fría, revolución sexual, etc.) y el elenco (Annette Bening, Oliver Platt, Alessandro Nivola) generan un constante interés, y el film se sostiene hasta su final sin dar respuestas fáciles a ningún conflicto. 8 Aires.

-“Masacre en Texas: herencia maldita”: el mítico slasher de los 70s “El loco de la motosierra” (“The Texas chainsaw massacre”) había tenido varias secuelas e incluso una remake que generó una nueva saga, pero ahora a alguien se le ocurrió hacer una nueva secuela... de la original (que ignora a las otras secuelas existentes). Y en 3-D. Interesante idea, y el argumento no es ridículo como mucha gente opina, excepto por el tema del tiempo: la acción transcurre 20 años después de la original siguiendo a una mujer que es heredera de la familia psicótica sin saberlo, pero ese personaje no tiene 40 años ni se comporta como alguien de esa edad, sino más como alguien de 20... y, definitivamente, el film transcurre en la actualidad. Así que, salvo que estén pretendiendo que la original transcurría en los 90s, la secuela parte de un sinsentido. Podría pensarse que esta disquisición es más interesante que el film en sí, pero eso sería en parte injusto: el film cumple con su cometido de ser una de misterio y terror que continúa (o inaugura, más bien) una mitología atendible. Incluso muchos se quejaron del final pero para mí es exactamente adonde la película apuntaba y no está mal. 6 Aires.

-“Cristiada”: épica mexicana (pero hablada en inglés) sobre la lucha de los cristeros contra el gobierno que en la década de 1920 perseguía a quienes practicaban la religión católica. Un par de nombres míticos centroamericanos (Andy García y Rubén Blades) encabezan el elenco de un film con mucho atractivo para pantalla grande y con un niño coprotagonista con sorprendente sentido del honor que se roba gran parte de la atención. Podría criticársele al film que no aporta nada nuevo al género y que de hecho parece una película propagandística y “for export”, pero su valor de entretenimiento la salva. 6 Aires.

-“Héroes del espacio”: film de animación (el primero para cines de los estudios Rainmaker Entertainment) sobre dos extraterrestres que caen en la Tierra. Nada novedoso, ni argumental ni estilísticamente. Al menos su aspecto visual era disfrutable en cine, pero globalmente hablando la película apunta a niños o púberes y nada más; quién sabe si habiendo visto la versión subtitulada opinaría lo mismo... 5 Aires.

-“Hermanos de sangre”: el gran Sergio Boris compone a un genial personaje, un desquiciado que se comporta como ángel guardián de un gordito al que le va mal en muchos aspectos de su vida. Que un desquiciado sea tu ángel guardián implica que probablemente acosará a quienes te humillan, y otras cosas más... Con mucho humor y algo de gore (y con guión de Nicanor Loreti, el de la grandiosa “Diablo”), este film es un pequeño triunfo del cine argentino. 7 Aires.

-“Un lugar donde refugiarse”: otra película basada en una de las lacrimógenas novelas de Nicholas Sparks, y de hecho, su segunda adaptación cinematográfica en ser dirigida por Lasse Hallstrom (la primera fue “Dear John”). Todos sabemos que este director ha hecho cosas mejores, pero también sabemos el género al que pertenece el film y que lo mejor que podemos esperar es eficiencia narrativa y buenas actuaciones, no una obra maestra del cine. Por suerte, lo esperado está, así que no tengo mucho que criticarle a esta película porque nunca esperé más de lo que me podía dar (y no considero que lo que da es ninguna bazofia). 6 Aires.

-“Nada es lo que parece”: le habían dado tanta manija a este pochoclero film hollywoodense que, la verdad, me decepcionó un poco (no es tan disfrutable como las dos últimas entregas de “Rápido y furioso”, por poner ejemplos de películas que sólo buscan entretener a la masa sin ninguna pretensión de prestigio). Tiene un elencazo: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher y Dave Franco como un cuarteto de ilusionistas que roban a los poderosos, Morgan Freeman y Michael Caine como dos voces de la experiencia que los buscan por diversos motivos, y Mark Ruffalo y Melanie Laurent como dos agentes de la ley que intentan resolver los diversos misterios de la trama. Pero en la práctica, solo estos dos últimos se lucen; los otros aportan oficio pero nada que nos maraville, y tampoco lo hace el argumento por más sorpresas que esconda. 6 Aires.

-“Después de la Tierra”: después de “Sexto sentido” y “El protegido”, los films de M. Night Shyamalan han sido cada vez más odiados por público y crítica, pero creo que esta película lo redime un poco. A priori es otro film de ciencia ficción apocalíptico de los que tanto predominan hoy en día, pero en la práctica es una de aventuras clásica, con un personaje enfrentándose a la naturaleza en un viaje en el que debe lidiar con retos físicos y psicológicos. Que el dúo protagónico sean Will Smith y su hijo molestó a muchos, pero esta vez el pibe no es odioso (para mi gusto), y además el final es ideológicamente atendible, lo cual es sorpresivo. En cuanto al estilo, lo sigo bancando a Shyamalan, y este film es una muestra más del rigor y cinefilia que le aplica a cualquiera de sus obras. 7 Aires.

-“La cacería”: el director de la ya mítica “La celebración” vuelve a generar interés, ahora con Madds Mikkelssen como impresionante protagonista de una historia en la que un maestro de kindergarten es acusado de abusar de una niña. La tensión se corta con papel, y Mikkelssen se carga toda la película al hombro. Este es un perfecto ejemplo de “película europea prestigiosa” que puede gustar al gran público, ya que su narrativa es absolutamente convencional y su devenir atrapa a cualquiera. 8 Aires.

-“El hombre de acero”: la decepción del año. Increíble que se diga que esta nueva versión de Superman “tiene toda la acción que siempre deseamos”, cuando la verdad es que la media hora final es PURA acción al punto de dejar de ser interesante (sobre todo cuando el héroe genera tanto daño colateral en su lucha contra el villano, ¿dónde está la clásica bonhomía de Superman, que siempre se ocupa de que ningún inocente salga lastimado?). Increíble que se diga que Amy Adams es la mejor Lois Lane de la historia (es una buena actriz, pero que su personaje no sea “despistado” como la Lois que hacía Margot Kidder no es síndrome de “seriedad”, sino que en la práctica deriva en, lisa y llanamente, un personaje menos atractivo y cinematográfico). Increíble que se diga que los personajes están mejor desarrollados que en cualquier otra versión: que las motivaciones de cada uno sean claras no implica calidad en el resultado si nadie entrega el carisma que en la saga original tenían los villanos Terence Stamp y Gene Hackman o el héroe Christopher Reeve (quien no daba solo una gran actuación sino dos, ya que sus personificaciones de Superman y Clark Kent eran realmente distintas). En fin, la solemnidad que impuso el productor Christopher Nolan no funciona tan bien como en su propia saga “Batman, el caballero de la noche”. Al menos el director Zack Snyder dejó un poco de lado el desborde visual de “300”, “Watchmen” o “Sucker punch” (que habría generado mucha distancia entre este film y el espectador) y la música de Hans Zimmer es buena y épica (no sería justo compararla con la amada música de John Williams de la vieja saga, ya que un film no es malo sólo por ser menos bueno que otro, pero todos los otros aspectos que mencioné sí son criticables por sí solos sin necesidad de comparaciones). 5 Aires.

-“Guerra mundial Z”: una de las sorpresas del año. Si bien no se mantiene la original (y poco hollywoodense) estructura de la novela en que se basa, este film logra ser una muy buena, entretenida y seria película de catástrofe en la que la catástrofe es una epidemia que transforma a la gente en zombies. Las cuatro o cinco grandes escenas de acción del film están dirigidas con un rigor y una tensión que uno no esperaría del director de la incomprensible película de James Bond “Quantum of solace” (sobresalen la escalada de violencia en Israel y la escena en el avión, de la cuál uno se pregunta cómo es posible que alguien vaya a salir vivo). El 3-D está muy bien aprovechado y Brad Pitt se la banca bien como protagonista sin presentar actitudes superheroicas o divismos. 7 Aires.

-“Monsters University”: precuela del hit “Monsters Inc.”, este film de animación de los estudios Pixar zafa porque no pretende ser más de lo que es: una película de estudiantina pero ambientada en ese particular universo donde los monstruos aprenden a asustar a los humanos para abastecer a su mundo de energía. O sea: no hay mucha moralina, y el humor se asemeja al de “Colegio de animales” (pero se mantiene la excelencia de Pixar y su no abdicación a las tonterías típicas de Dreamworks: una escena de quietud al borde de un lago cerca del final del film es una muestra de que más que impactar, al director le interesa narrar). Una buena muestra de que Pixar puede dar buenos films aunque no sean todas obras maestras. 7 Aires.

-“Mi villano favorito 2”: otra saga de animación que vuelve, en este caso de menor calidad que los films de Pixar (tanto en la entrega original como en la secuela). Sin un arco emocional que la sostenga como el de la primera parte, el interés vuelca a lo romántico: el protagonista (que ya no tiene nada de villano: empieza y termina siendo el bueno y punto) se enamora de una compañera de espionaje con la que debe resolver un caso. Que, por supuesto, da pie para la intervención de sus hijas adoptivas y, más importante, de los minions, esos seres cilíndricos que se robaron la primera película y tienen ahora un protagonismo mayor. Digamos que en la secuela los minions son lo único grandioso (quizás el rapport entre Steve Carrell y Kristen Wiig sea bueno si uno pudiera ver el film en inglés, pero aquí sólo se estrenó doblado). 5 Aires.

-“El llanero solitario”: fracaso en el resto del mundo, éxito en la Argentina. Merecido para mi gusto, ya que el film, a pesar de estar innecesariamente inflado (tanto en complejidad argumental como en cantidad de personajes y duración), es un agradable western como los de antes. Johnny Depp vuelve a hacer de un personaje extravagante como el Jack Sparrow que ya había hecho para el mismo director en la saga “Piratas del Caribe” (o el “Rango” del film animado en el que ambos incursionaron dos años atrás), y de a ratos su excentricidad resulta molesta, pero de a ratos tiene el humor exacto que el film precisa. Como protagonista, Arnie Hammer no es la mejor elección, pero tampoco provoca un particular rechazo. ¿Quién no quiere volver a vivir una aventura clásica (en la que lo digital de los efectos especial no se note y todos parezca realizado “en vivo”) y, sobre todo, quién no quiere escuchar en cine la overtura de Guillermo Tell, mítica música que este personaje se apropió hace más de medio siglo? 7 Aires.

-“Antes de la medianoche”: tercera parte de la saga que nos dio “Antes de amanecer” y “Antes del atardecer”. Es decir: Ethan Hawke y Julie Delpy haciendo de una pareja de enamorados al mismo tiempo abatidos por la vida pero con algo de idealistas y con muchas ganas de conversar sobre cualquier aspecto de la vida (y discutir), con Richard Linklater dirigiendo de manera brillante sin que su mano se note como un estilo que interfiera con lo que se narra (hay tomas larguísimas pero uno no se percata de la técnica en el momento por estar tan compenetrado en lo que sucede). En mi opinión es la menos buena de las tres (y diría que fue injustamente considerada una de las obras maestras del año), pero continúa dignamente la saga y ofrece, como las otras, mucho para pensar y sentir. 8 Aires.

-“Turbo”: el film animado de Dreamworks de mediados de año. Siendo que para esa época cada estudio se reserva la película a la que más confianza le tienen, esta funciona como síntoma de lo decepcionante que fue el 2013 en materia de animación. Quizás el verla doblada al castellano influya bastante en mi apreciación (el aspecto visual era al menos atractivo en pantalla grande), pero sospecho que esta historia de un caracol que se quiere meter en el mundo de las carreras de autos no sería demasiado mejor si uno viera la versión con las voces originales. 5 Aires.

-“Metegol”: después del Oscar por “El secreto de sus ojos”, el sorpresivo siguiente proyecto de Juan José Campanella fue este film de animación que, más allá del formato, exhibía las constantes de su filmografía pero en “envase para niños”: cariño nostalgioso por los valores “barriales”, bronca contra el progreso cuando avanza sin pensar en el pasado, cinefilia a la orden del día, personajes tiernos que parecen dejarse llevar por las conveniencias pero terminan jugándose por sus principios... En este caso se trata de la historia de un cuasiloser al que los personajes de un juego de metegol ayudan (a recuperar a su enamorada, a enfrentarse al malvado de turno, a salvar a su ciudad). No me parece mal que el estilo intente (y logre) copiar a Pixar y Dreamworks, ya que Campanella siempre se nutrió de los géneros populares y hoy en día ese estilo es casi un género (y no creo que el tipo haga un film así “sólo para recaudar mucho” sino porque realmente lo popular es lo que le gusta). De todos modos, por más que el público quede fascinado por ver esta técnica en un film argentino, el guión no es tan redondo y la cosa se siente demasiado calculada. Y un tema no menor es la contradicción ideológica que se presenta en un importante partido: los muñequitos ayudan imperceptiblemente a meter goles al equipo del protagonista, y cuando él se da cuenta les prohíbe seguir haciendo trampa... ¡pero no dice nada de los goles ya metidos, que se siguen contando! 5 Aires.

-“Titanes del Pacífico”: el lúdico Guillermo del Toro (“Hellboy”, “El espinazo del diablo”) se dio el gusto de su vida al contar con un presupuesto millonario para filmar “una de kaijus”, es decir, monstruos gigantes que amenazan la Tierra y deben ser contrarrestados con robots gigantes. Es decir, algo así como varios Godzillas contra varios Mazinger Z, filmado con toda la magnificencia visual, respeto y sensación de asombro que deberían haber proporcionado los films de la saga “Transformers” si hubieran aprovechado el material que tenían entre manos. Del Toro sí lo hace, así que tenemos gloriosas batallas en las que realmente se siente la gigantez de monstruos y robots, pero también tenemos humor del bueno y personajes con un mínimo de trascendencia (el hecho de que, para manejar los robots, los humanos deban establecer una conexión emocional, da pie para ahondar en conflictos personales y para algunos gloriosos flashbacks). 8 Aires.

-“Los pitufos 2”: sí, vi esta película en cine, porque le tenía confianza al director desde la subvalorada “Scooby-Doo”... pero en este caso la crítica tenía razón. Se trata de una pérdida de tiempo demasiado infantil, con un desperdicio memorable de Hank Azaria, Neil Patrick Harris y Brendan Gleeson. 5 Aires.

-“Wolverine: inmortal”: el siempre atendible James Mangold (que dirigió las sobrevaloradas “Tierra de policías”, “Inocencia interrumpida” y “Johnny y June”, pero también las muy buenas “Heavy”, “3:10 a Yuma” y “Encuentro explosivo”) se ocupa del nuevo film del personaje principal de la saga “X-Men”, que da pie una vez más para una gran personificación de Hugh Jackman en su versión recia. Y está muy bien que el talento en la puesta en escena esté al servicio de una historia sobria en la que, por una vez, no está en juego el destino del universo; el conflicto involucra sólo a unos pocos personajes y sobre todo al honor (y el escondido corazón) de su protagonista, un héroe torturado que no puede evitar enamorar a la joven doncella a la que debe proteger. 7 Aires.

-“El conjuro”: el film de terror hollywoodense más venerado en los últimos años. Y la crítica tenía razón: James Wan (que había inaugurado la polémica saga “El juego del miedo” pero luego había sorprendido con la clásica y terrorífica “La noche del demonio”) entrega su film más clásico, otra suerte de remake de “Poltergeist”. Una familia es acechada por fuerzas sobrenaturales, y una pareja de investigadores de lo paranormal acude en su ayuda. Salvo el padre de familia, todos se lucen, desde la madre poseída que interpreta Lili Taylor hasta, sobre todo, la pareja protagónica de Vera Farmiga y Patrick Wilson, que aportan mucha humanidad y honor a sus personajes. Que la historia esté basada en hechos reales no importa: la película funciona por la tensionante construcción de climas, su clásica puesta en escena (que hace que la película sea buena todo el tiempo, no sólo en las escenas de miedo) y el hecho de tener personajes queribles y creíbles. 8 Aires.

-“Red 2”: tres años antes se había estrenado “Red”, comedia de acción con gran reparto (Bruce Willis, John Malkovich, Morgan Freeman, Mary-Louise Parker, Helen Mirren, Richard Dreyfuss, Brian Cox y más) y basada en una historieta. Tenía buena crítica pero me decepcionó; su aire demasiado cool quería hacernos sentir que lo que veíamos era entretenido cuando para mí nunca lo fue. Pero eso sí lo logra su secuela, definitivamente menos interesada en ser cool y más en ser una agradable comedia de espionaje. Los agregados de Anthony Hopkins, Catherine Zeta-Jones, David Thewlis y Byung-hun Lee aportan al disfrute. Pero, más que nada, el personaje co-protagónico de Mary-Louise Parker tiene más espacio de lucimiento. 6 Aires.

-“El infiltrado”: ¿Dwayne Johson (alias The Rock) como un padre de familia que se debe infiltrar en mafias de camioneros para reducir la condena de su hijastro? Seguramente se tratará de una película donde el tipo sensible muestra su garra de acción al mejor estilo Vin Diesel, ¿no? No; increíblemente, no se recurre a la imagen heroica de su actor protagónico, sino que el personaje podría haber sido interpretado por cualquier hijo de vecino, pues, a pesar de su físico, es un “hombre normal que no está acostumbrado a pelear”. Lo cual transforma al film en algo más sobrio de lo esperado, cosa que, por un lado, es buena, pero, por otra parte, lo hace menos especial. 6 Aires.

-“Los amantes pasajeros”: el peor film de Almodóvar desde la sobrevalorada “Todo sobre mi madre”, aunque no es realmente una mala película (simplemente, las que hizo en el medio tenían una calidad superlativa). Es más que nada un regreso a las comedias desfachatadas que hacía en los 80s, pero con toda la exquisitez visual que les suele imprimir a sus films hoy en día, incluyendo una escena musical. El punto de partida (un avión queda a la deriva) dio para muchas interpretaciones metafóricas por parte de la crítica, pero el film debería sostenerse por sí solo sin necesidad de eso. Lo hace de a ratos (sobre todo cuando vira al melodrama, la gran especialidad de Almodóvar en los últimos años). 6 Aires.

-“Rockshow”: increíble que se haya reestrenado en algunos países esta película-recital de Wings, la banda que tenía Paul McCartney en los 70s, e increíble que ese reestreno haya bajado también a la Argentina. Bah, no es tan raro si se tiene en cuenta el fanatismo local por Macca, pero es muy celebrable que pasen esta película mítica en vez de una filmación actual. Esto nos da la posibilidad de ver (y en pantalla grande) una banda que hoy en día mucho no se escucha, y era una gran banda. Con joyas como “Let ‘em in” y un sorpresivo cover de “Richard Cory” de Simon & Garfunkel (a cargo de Denny Laine, un musicazo con toda la polenta), más allá de incluir, naturalmente, los otros hits de Wings (“Band on the run”, “Let me roll it”, “Live and let die”, “My love”, “Jet”) y algunos de los Beatles, que en esa época no eran tantos como los que incluiría en sus recitales un par de décadas después. 7 Aires.

-“Habi la extranjera”: interesante film sobre una chica del interior que llega a Buenos Aires y se embebe en la cultura islámica. Gran trabajo protagónico de Martín Juncadella y excelente ambientación (la pensión donde vive y los vecinos están trabajados con realismo y carisma). Y además esta por ahí el siempre bienvenido Martín Slípak. 7 Aires.

-“Zambezia”: una de las tantas películas regulares de animación estrenadas en el 2013 (y casi todas en castellano, encima). Que África se vea impresionante es de esperar (¿qué film animado hoy en día puede permitirse no ser visualmente atractivo?), pero no recuerdo casi nada de su trama, y eso debe ser síntoma de algo. Sólo sé que era otra más pensada sólo para niños. 5 Aires.

-“Paisajes devorados”: película rara para la filmografía de Eliseo Subiela, y estrenada, si no me equivoco, solamente en el Malba. Un grupo de estudiantes de cine descubre a un mítico director en un loquero, y lo intentan entrevistar para dar a la luz su obra y entender qué pasó con su vida. El ambiente recuerda a “Hombre mirando al sudeste”, pero el feeling de la película es bastante más descontracturado y realista que lo que suelen ser las fantasías subielanas. Sin llegar a ser gran cosa, tiene un espíritu sobrio que le hace bien. Valor agregado: aparece por ahí Rodolfo Otero, guionista, novelista y profesor argentino y conocido personal mío, a quien yo había visto un par de meses antes (y menos mal que no me avisó de su presencia en el film, así pude tener la sorpresa). 6 Aires.

-“Vino para robar”: film argentino “industrial” que se inscribe en el género “heist movie” o, más específicamente, en el género “film de intriga en escenarios lujosos con una pareja despareja en la que inevitablemente nace el amor” (como los que hacían Alfred Hitchcock o Stanley Donen en los 50s y 60s, onda “Charada” o “Para atrapar al ladrón”). En este caso la pareja es Daniel Hendler y Valeria Bertucelli, y mínimamente la cosa funciona. Hay un gran uso de los escenarios naturales (la acción transcurre en Mendoza) y un buen timing, sin llegar a ser una maravilla (una o dos fallas de guión se resienten). 6 Aires.

-“Star trek: en la oscuridad”: una vez más, J.J. Abrams hace una película pochoclera de las buenas, llena de aventura, humor y personajes con carnadura. No tiene sentido comparar esta secuela con la serie o con la anterior saga de películas de “Viaje a las estrellas”, ya que se trata de una saga diferente; lo único que importa es si es buena y tiene sentido en sí misma (y como secuela de su predecesora del 2009), y así es. No hay referencias que sólo puedan ser entendidas por fans de la anterior saga, y sí hay puro entretenimiento, un genial uso de los efectos especiales (especialmente apreciable en las escenas con pantalla ampliada que se veían en Imax), la grandiosa música de Michael Giacchino y un mayor énfasis en la relación entre los protagonistas: el heroico capitán Kirk y el cerebral Spock. 8 Aires.

-“Causas y consecuencias”: el ex galán Robert Redford ya llega a la decena de films como director, y su última película, como otras suyas anteriores, tiene más peso en la seriedad de su argumento que en su construcción narrativa o su valor como obra artística. El hecho de que él mismo sea el protagonista es refrescante, ya que hoy en día no suele aparecer en muchas películas, y el reparto combina otras viejas glorias (Nick Nolte, Julie Christie, Susan Sarandon, Sam Elliott) con performers más actuales (Shia LaBeouf, Chris Cooper, Anna Kendrick, Stanley Tucci, Terrence Howard, Brendan Gleeson). El argumento gira alrededor las consecuencias que en el presente deben enfrentar ex militantes que en los 70s ocasionaron la muerte de un guardia de seguridad. 6 Aires.

-“Drácula”: maestro del terror en los 70s, hace varios años que el italiano Darío Argento no hace una gran película. Y viendo esta versión del clásico de Bram Stoker, es casi imposible pensar que el tipo alguna vez fue un genio del género. Ridícula por donde se la mire (excepto por un uso del 3-D que al menos es tan ostensivo que llama la atención), el único atractivo es ver en pantalla grande a Asia Argento, hija del director, y Rutger Hauer, en un papel tan mítico como el del Dr. Van Helsing. Pero de terror o de climas, nada. 3 Aires.

-“Amenaza roja”: otra remake de un clásico (o no tanto) de los 80s, en este caso se trata de “Red dawn: los jóvenes defensores”, aquella película de acción donde Patrick Swayze, Charlie Sheen, Lea Thompson y Jennifer Grey eran unos adolescentes que debían enfrentarse a una invasión comunista en USA. Ahora los protagonistas incluyen a Chris Hemsworth (o sea, Thor) y Josh Hutcherson (o sea, el pibe de “Los juegos del hambre”) y los invasores son coreanos, pero, a diferencia del film original, aquí no hay una sensación pesimista de “todo está perdido”, sino que los improvisados guerrilleros parecen un grupo de héroes típico (con sus altibajos, claro). Un aceptable entretenimiento de acción que no dura en la memoria más que lo que dura la película. 5 Aires

-“Reality”: todavía no vi “Gomorra”, pero le tengo ganas por todas las críticas que recibió. Y del mismo director sí pude ver en cine “Reality”, que, a pesar de no ser un film sobre el crimen organizado sino una comedia, posee un esplendor visual y una garra cinematográfica difícil de superar. Un actor quiere aparecer en la versión italiana de “Gran hermano”, y su deseo se va convirtiendo poco a poco en obsesión. Ese resumen argumental no describe por qué la película es buena (y, ciertamente, muchos de los que la vean entera no estarán de acuerdo, ya que encontrarán intrascendente todo el asunto), pero era una experiencia esplendorosa de ver en cine. 10 Aires.

-“Cazadores de sombras: ciudad de huesos”: otra saga basada en una serie de novelas donde una protagonista adolescente se enfrenta a un universo de villanos mientras se enamora del muchacho que funciona como guía en ese mundo (como en “Crepúsculo”, “La huésped” o “Divergente”). Tan intrascendente como las otras mencionadas, con algo de interés que se desprende por ósmosis del relato (o de tener a Jared Harris como la voz de la experiencia). 5 Aires.

-“Aviones”: film animado desprendido de la saga “Cars”, esto es: según materiales promocionales, el film está ambientado en el mismo universo en el que los seres vivos no son humanos sino vehículos, pero en verdad no hay ningún personaje ni locación de aquella saga que reaparezca en este film. En la práctica, no importa: si alguien pensaba que la saga “Cars” era de lo peor de los estudios Disney-Pixar, este spin-off es un abismo (aunque técnicamente es un film Disney pero no Pixar). Lo sorpresivo es que el director y guionista de varios de los mejores films de Pixar, John Lasseter, fue el guionista y productor de esta película. 4 Aires.

-“Percy Jackson y el mar de los monstruos”: esta secuela de “Percy Jackson y el ladrón del rayo” es ligeramente mejor que su antecesora, lo cual no es decir mucho. La historia que usa (o más bien tergiversa) mitología griega para narrar las aventuras de los adolescentes descendientes de los dioses sigue siendo tan potencialmente interesante como antes pero al mismo tiempo tan decepcionante... 5 Aires.

-“El hombre con los puños de hierro”: otra decepción. El músico RZA protagoniza su primer film como director, una historia de acción con varios héroes ambientada en el siglo XIX, con artes marciales, prostitutas, espadachines y toda la mescolanza que uno podría esperar de un film “apadrinado” por Quentin Tarantino. Es básicamente un film grindhouse, es decir, una de esas películas desvergonzadas setentistas de explotación que se pasaban en los autocines. Lo malo es que, por más carisma que muestre el co-protagonista Russell Crowe, el protagonista principal no provoca la suficiente empatía como para que nos importe lo que le sucede, y todo lo que queda son escenas de acción que, si bien son buenas, no son las genialidades que dirige el propio Tarantino. 5 Aires.

-“Séptimo”: el segundo film del año con Ricardo Darín, y, como “Tesis sobre un homicidio”, es una eficaz muestra de suspenso pero algo inflada desde las publicidades, y decepcionante si uno espera encontrarse con una gran película. En este caso hay un misterio (¿qué ha pasado con los hijos del protagonista, que han desaparecido de repente de su edificio?) y una tensión constante del protagonista con la que es fácil identificarse (y recordemos que Darín vuelve creíble e interesante cualquier personaje; por más que sea un lugar común decir eso, es absolutamente cierto). Pero este es un raro caso en que la corta duración del film es algo contraproducente: casi no hay tiempo para saborear ese misterio y odisea porque la película termina muy rápido. 6 Aires.

-“Cacería macabra”: agradable sorpresa del cine de terror moderno. Aunque no debería ser una sorpresa: el film no es bueno por novedoso o moderno, sino por su aspecto clásico, por su generación de climas y su construcción de una heroína que es de las mejores que ha dado este género en su historia (tanto en lo que respecta a la actuación de la actriz como a la fortaleza del personaje en sí). Y más allá de la protagonista principal, la puesta en escena es muy buena, y eso es lo que inconscientemente les entrará a los espectadores (y no el hecho de que varios de los actores sean directores representativos del cine independiente actual, lo cual incluso podría ser una distracción si uno conociera sus rostros). 7 Aires.

-“Wakolda”: Lucía Puenzo dirige su film más comercial (sin por eso llegar a ser lo que se dice una película “pochoclera”), con dos figuras muy conocidas como Diego Peretti y Natalia Oreiro como una pareja de 1960 que regentea un hotel en la Patagonia, donde se esconde el criminal de guerra nazi Joseph Mengele, quien intenta usar a la hija de ellos para sus experimentos genéticos. La joven actriz y el actor que hace de Mengele también están muy bien, y completan un cuarteto protagónico sin divismos (Oreiro confirma una vez más, para los que lo quieran ver, que tiene carisma y entrega absoluta en cada rol que toma). La película en su totalidad no llega ser todo lo buena (o tensionante) que podría ser teniendo en cuenta su argumento, pero no deja nunca de ser interesante. 6 Aires.

-“Dos armas letales”: Denzel Washington y Mark Whalberg son una impensada pareja con buena química para esta comedia de acción con dos protagonistas enfrentándose a traficantes de droga. No importa si los protagonistas están del lado de la ley o no, ya que sus motivaciones y las de otros personajes son un ida y vuelta con sorpresas que intentan mantener el interés del film, pero ni falta que hacía: el carisma y el rapport entre ellos mantiene al film a flote en todo momento, y además están Bill Paxton y Edward James Olmos relamiéndose en sus roles de villanos. 7 Aires.

-“Morrissey 25: live”: film recital de Morrissey. Lo único criticable es que no le hayan puesto subtítulos, y considerar que eso no es necesario porque es un recital muestra que el que pensó eso ni vio la película, ya que hay varias minientrevistas a los fans y además el propio Morrissey es un hipershowman que le habla a su público (se desvive con una mezcla de sinceridad y divismo al mismo tiempo, se muestra como alguien que sufre por amor pero con humor... en fin, ¡es Morrissey!). La música: excelente, por supuesto. Pero diría que conviene conocerla de antemano para saborear al máximo la experiencia (o saber bien inglés si uno no conocía las canciones). 8 Aires.

-“R.I.P.D.: policía del más allá”: una de las películas peor recibidas por la crítica en los últimos tiempos, no es que tenga algo particularmente terrible pero es simplemente una pérdida de tiempo y desperdicio de recursos e ideas. Jeff Bridges y Ryan Reynolds hacen de dos integrantes del cuerpo institucional que da su nombre al film, es decir, dos muertos que deben poner el orden entre los vivos, y camuflarse de maneras similares en que se camuflan otros muertos/villanos. Todo esto suena muy parecido a “Hombres de negro”, lo cual nos da un ejemplo de película elogiable con el mismo punto de partida argumental y la misma mezcla de humor y efectos especiales. Esta debería haber tenido un feeling similar, pero no hay química entre los protagonistas, y Jeff Bridges por su cuenta no puede levantar la intrascendencia en la que se hunde el film. 4 Aires.

-“El ataque”: el segundo de los dos films del año con argumento “terroristas atacan la Casa Blanca”, esta la dirige Roland Emmerich (“Día de la independencia”, “Godzilla”, “El día después de mañana”, “Stargate”), pero a diferencia de otros de sus films, el énfasis no está puesto en la seriedad sino en la diversión del asunto. Y, sin ser ninguna maravilla, la cosa funciona. Chaning Tatum zafa como héroe porque no se toma mucho en serio a sí mismo (a diferencia de Gerald Butler en “Ataque a la Casa Blanca”) y además los villanos (James Woods y Jason Clarke) presentan actuaciones más carismáticas y creíbles que las de Rick Yune en aquel film. Y hasta la hija del protagonista, un típico personaje que en teoría odiaríamos, está bien actuado al punto que la niña se gana mis respetos. 6 Aires.

-“Hannah Arendt y la banalidad del mal”: si bien no era una gran película, fue para agradecer que se estrenara en Argentina un film sobre la filósofa Hannah Arendt, que de paso hizo posible que pudiéramos ver en pantalla grande hoy en día una película de Margarethe von Trotta. Y protagonizada por la mítica Barbara Sukowa, nada menos. Con una estética y una progresión narrativa casi televisivas, el film interesa por su argumento pero no es nada imperativo ni siquiera dentro del género biografía o testimonial. 6 Aires.

-“La noche de la expiación”: thriller con elementos de terror que parte de una original premisa: Estos Unidos ha prosperado gracias a reservar una noche al año en la que cualquier crimen es legal. Con ese punto de partida y una pareja protagónica conformada por Ethan Hawke y Lena Heady, el interés está garantizado, ¿no? En los primeros minutos parece ser así, pero cuando se desata el caos, increíblemente la cosa se vuelve aburrida, y además termina muy rápido. 4 Aires.

-“Jurassic Park”: si había una película que merecía un reestreno, era esta aventura sobre un grupo de personas intentando sobrevivir en un parque de diversiones con dinosaurios recreados genéticamente. Básicamente, porque es uno de los mejores entretenimientos que dio el cine en las últimas dos décadas, y porque DEBE verse en cine. Sospecho que no hace falta volver a hablar de la brillantez de Steven Spielberg para la conjunción de talentos (fotografía, montaje y, por supuesto, música son perfectos), para la dirección de actores (sí, los personajes importan en este film, o no nos interesaría seguir viéndolo) y para la puesta en escena (lo que hace genial a la película no es el hecho de que los efectos especiales sigan siendo excelentes 20 años después, sino la tensión y la sensación de “descubrimiento de un universo nuevo”). Un excelente ejemplo de cómo el cine pochoclero puede ser digno. 9 Aires.

-“Starlet”: pequeña comedia dramática sobre una actriz porno que, por particulares circunstancias, se hace amiga de una anciana cascarrabias a la que trata de ayudar. La joven actriz es Dree Hemingway, la bisnieta de Ernest, hija de Mariel y sobrina de Margot, o sea: no le falta pedigré. Y la verdad es que se luce, en una actuación naturalista que no la muestra como una actriz pretenciosa sino, todo lo contrario, llena de humildad. La vieja también se luce, y el universo del cine porno aporta algo de humor (y, contra lo esperado, poco y nada de sordidez). 7 Aires.

-“Elysium”: cuatro años después de “Sector 9”, su director vuelve con otra película futurista con elementos sociales. El protagonista de aquella, Sharlto Copley, tiene un rol muy jugoso de villano; mientras tanto, el héroe de esta película bastante más hollywoodense lo interpreta Matt Damon. La construcción de una sociedad distópica en la que los marginados intentan acceder al nivel de vida de los poderosos recuerda a “Metrópolis”, pero con todo el “realismo” que permiten los tiempos actuales. Pero esa mezcla de tecnología y suciedad no termina de involucrar lo suficiente, como tampoco lo hace el usualmente confiable Damon. Por eso para mí la parte más interesante fue el tercio final, criticado por muchos porque deriva demasiado a la acción. 6 Aires.

-“Springsteen & I”: otro reducido estreno musical, pero este se diferenció de otros que hubo en el año por estar más centrado en el aspecto documental que en el musical. Además los entrevistados no son Bruce Springsteen ni su banda, sino sus fans; cada uno cuenta su amor por “el Jefe” y las circunstancias en que lo vio en vivo. Increíblemente, esto resulta interesantísimo, incluso para los que ni conocen a este músico, porque, justamente, lo que tenemos es “gente cualquiera” que expone sus vivencias y sus pasiones, casi siempre con humor (gran ejemplo: el esposo de una fan, que siempre la acompaña a los conciertos de Springsteen, se queja de que suelen ser recitales muy largos). Para el que quiere solo música, la media hora final es una filmación “profesional” de parte de un recital reciente, con gloriosas versiones de temas de todas sus épocas, y luego un epílogo relata cómo los “afortunados que terminaron estando en la película” se enteraron de que iban a aparecer en ella, y cómo algunos de ellos llegaron a encontrarse personalmente con Springsteen. 7 Aires.

-“La noche del demonio: capítulo 2”: luego de “El conjuro”, James Wan estrenó la continuación del film que hace tres años lo consagró como un maestro del terror clásico. Lamentablemente, no pudo hacer doblete de grandes películas en el mismo año, es decir, esta secuela es lo suficientemente entretenida como para pasar el rato (sobre todo por sus protagonistas, Rose Byrne y Patrick Wilson), pero no llega a las alturas gloriosas de la primera parte o de “El conjuro”, que nos había esperanzado mucho por el estreno de esta secuela. Hay aspectos argumentales ridículos y hasta risibles, pero esta cualidad más “grasa” del film en comparación con los anteriores de Wan no lo hace malo, sino disfrutable en otro sentido (uno mucho más intrascendente, por supuesto). 5 Aires.

-“Blue Jasmine”: una vez más, un film de Woody Allen es un sorprendente éxito en la cartelera porteña. Y una vez más se dice que es “su mejor película en muchos años”. Admitamos que esta comedia dramática es más centrada y empática que lo que han sido otros de sus films recientes, y que todo lo dicho sobre su protagonista Cate Blanchett es verdad: se merecía el Oscar, el premio Nobel y cualquier cosa que se nos ocurra por hacer de esta frívola pero débil mujer que debe comenzar de nuevo en la vida intentando sobrellevar la decepción de que su esposo fuera un estafador. Como siempre en Allen, el final es de lo mejor. 8 Aires.

-“Riddick”: nunca había visto “Pitch black” ni su secuela “La batalla de Riddick”, films de acción/fantasía/ciencia ficción que comenzaron a hacer de Vin Diesel una estrella antes de la saga “Rápido y furioso”. Ahora que se estrenaba la tercera me puse al día para poder verla en cine, y concuerdo con la opinión general: la primera es un gran film de suspenso y la segunda es algo fallida. Pero la nueva fue la sorpresa: Vin se muestra más carismático que nunca, y el comienzo son unos 20 minutos a puro ascetismo sin diálogos que muestra cómo el protagonista sobrevive solo en un paisaje inhóspito al mejor estilo “Náufrago” o “Wall-E”. Luego el film se pone más “normal”, con el antihéroe yendo y viniendo entre unos mercenarios que lo intentan atrapar y unas bestias autóctonas que masacran todo a su paso, todo filmado con una sequedad y una precisión en el montaje que hacen que la película sea una versión perfecta de lo que intenta ser. Y lo que intenta ser es un entretenimiento muy digno: 9 Aires.

-“Capitán Phillips”: Paul Greengrass sigue con su estilo realista de cámara en mano, realismo y tensión que tan buenos resultados artísticos le dio en “Domingo sangriento” y “Vuelo 93”. Nuevamente dirige una historia basada en hechos reales (la odisea reciente de un barco abordado por piratas y el intento de rescate por parte de las autoridades), y la película funciona tanto como las mencionadas, lo cual es mucho. La novedad es que esta vez hay una superestrella como protagonista: Tom Hanks. Se podría pensar que eso iría en contra de la sensación de realismo que siempre busca este director, pero en la práctica su performance es de las menos “ostensiblemente actuadas” que ha dado en su carrera, al punto tal que los minutos finales sorprenden por la emoción genuina que generan (tal es así que por esos minutos muchos consideramos que esta es la mejor actuación de Tom Hanks en su vida). 9 Aires.

-“Adoro la fama”: Soffia Coppola sigue tan joven y personal como siempre; ahora filma la historia real de un grupo de adolescentes que hace unos años se dedicó a ingresar a las casas de famosos para robar alguna que otra ropa o joya y, fundamentalmente, sentirse parte de la elite. Un tono bastante austero (casi “realista”) cubre todo el film, y es una gran elección estética. Otra es la dirección de actores, que busca resaltar la mezcla de inocencia y frivolidad de estos personajes. Uno de ellos lo interpreta la ex Hermione de Harry Potter, Emma Watson, que sobreactúa de la manera exacta que su personaje requiere y confirma su buen futuro en el cine. 7 Aires.

-“Los elegidos”: el director de los films de acción y fantasía “Legión” y “Priest” estrena ahora algo un poco más recatado, serio y digno: una película de ¿ciencia ficción? ¿terror? ¿suspenso? Es básicamente un film de fantasmas en el que los fantasmas parecen ser extraterrestres. Y es efectivo, en parte por la buena generación de climas y el uso del sonido y en parte porque describe muy bien la descomposición familiar que lleva a los protagonistas a ser víctimas de un ataque sobrenatural. La siempre bienvenida Keri Russell y el resto del elenco destilan la suficiente credibilidad como para que nos importe lo que les sucede. 7 Aires.

-“Tiempo de caza”: una de esas duplas con las que los blockbusters habrían soñado hace unos años, John Travolta y Robert DeNiro, se unen por primera vez. El argumento es obvio y minimalista pero no por eso deja de ser atractivo: un veterano de guerra que busca a un antiguo contrincante para vengarse de un hecho del pasado, y el subsiguiente enfrentamiento solitario entre ellos en medio de la naturaleza, aislados del resto del mundo. Con ese argumento, hace unos años el western con Liam Neeson y Pierce Brosnan “Perseguidos por el pasado” logró mucho pathos y mística, pero en el caso que nos ocupa la cosa es sólo lo suficientemente entretenida como para mantener un poco de interés durante el metraje y nada más. Aunque hay que decir que esta película recibió críticas malísimas injustamente. 6 Aires.

-“Kick-ass 2”: no había visto la mítica primera parte del 2010, así que la vi ahora para poder ver la secuela en cine, y la verdad es que su mezcla de acción y desenfado me encantó. Pero la continuación no es tan buena: si bien tiene el mismo universo estético, humorístico y argumental que la primera, ya nada nos sorprende como en la anterior, e incluso el viaje emocional de los protagonistas no es tan intenso. Entre ambas, la joven Chloe Grace-Moretz se hizo cada vez más famosa, con lo cual no es de extrañar que esta vez su personaje sea el que tenga el arco argumental más interesante. A pesar de los reparos, es un film digno (que muchos incluso encontraron mejor que la original), y tiene una gran escena de acción en una autopista. 7 Aires.

-“Gravedad”: junto con “The master”, el mejor estreno comercial del año en mi opinión. Un film que había que ver sí o sí en cine (y, si es posible, en 3-D), por la tensión y emoción que genera y su espectacularidad y belleza visual. Sandra Bullock sorprendió a todos como una sufrida científica en el espacio que debe hacer de todo para sobrevivir lluvias de escombros e infinidad de peligros. El director Alfonso Gómez Cuarón y su director de fotografía Emanuel Lubezki vuelven a entregarnos sus famosos planos secuencia (con tomas que llegan a durar 10 o 15 minutos), pero en verdad es la totalidad del film la que conspira para hacer de este “thriller catástrofe” una experiencia brillante: sonido, montaje, música. En su segunda mitad la película se pone bastante emocional, al punto de haber movido el interior de este espectador al menos un par de veces. 10 Aires.

-“Rush: pasión y gloria”: mi primera película en cine de Ron Howard, director de infinidad de films que todo el mundo vio en los últimos 30 años (de calidad variable: “Splash”, “Una mente brillante”, “Llamarada”, “El Grinch”, “Apollo 13”, “El diario”, “Cocoon”, “El código Da Vinci”, “Willow”). Y por suerte me tocó una buena para pantalla grande: la historia de la rivalidad entre los automovilistas Nikki Lauda y James Hunt, bien interpretados por Daniel Bruhl y Chris Hemsworth. Como es de esperar, las escenas de carreras son adrenalínicas y tienen un uso de la fotografía, el sonido y el montaje admirables. Pero también hay talento en la descripción de los personajes y la época que les tocó: en esto Howard no parece un director recatado sino un joven que quiere poner todo al asador con desfachatez y garra. 8 Aires.

-“Corazón de león”: una de las grandes apuestas comerciales argentinas del 2013, de esta comedia con Guillermo Francella y Julieta Díaz como una pareja que debe sobrellevar el hecho de que él sufre una especie de enanismo podrían esperarse cientos de imprudencias cinematográficas e ideológicas, pero la película sale bastante mejor parada de lo que uno supondría de antemano. Los personajes de reparto casi no existen (salvo quizás el hijo de Francella, interpretado por su hijo en la vida real), pero Francella y Díaz sostienen el metraje con su carisma, y nunca hay una innecesaria “defensa bienpensante y/o progresista” del protagonista. Es más, en una escena el tipo deja de lado el humor y dice explícitamente que le molesta “ser un enano”, y esa escena no tiene ninguna “solución” o “respuesta tranquilizadora” de los otros personajes. No será una maravilla, pero es una película hecha con al menos algo de respeto por el espectador, a diferencia de lo que solían ser los “vehículos actorales” de Francella en la década del noventa. 6 Aires.

-“El arte de la guerra”: mi primer film en cine de Wong Kar-Wai, el gran clásico y moderno que nos dio, entre otras, “Chunking Express”, “Happy together” e “In the mood for love”. La historia real de un maestro de artes marciales chino y las idas y venidas con otros luchadores, entre ellos una mujer con la que mantiene una rivalidad a lo largo de los años pero al mismo tiempo una atracción amorosa nunca verbalizada. A pesar de que visualmente la película es todo lo esplendorosa que uno esperaría, la verdad es que resultó un poco más aburrida de lo deseado; sé que no fue una sensación mía porque a todos los que conozco que la vieron les pasó lo mismo (quizás sí toca una fibra en los expertos en la historia de las artes marciales, aspecto que se trata con minucioso respeto). 7 Aires.

-“Metallica: through the never”: el director de “Kontroll” (que todavía no vi) y la gran secuela “Depredadores” realizó ahora “el film de Metallica”, algo que a simple vista parece una mezcla de “ficción surrealista al estilo The wall o Moonwalker” y recital, pero en realidad es 100% ficción. Y a pesar de que las partes de concierto son las que llevaron a gran parte del público al cine (si vas a ver una película cuyo título incluye la palabra “Metallica”, es porque te gusta la banda y esperás verla en pantalla), en verdad lo más interesante es el segmento “no recital”, con un joven que le hace los mandados a la banda y se ve envuelto en situaciones de violencia post-apocalíptica y surrealista. Allí la fuerza primal de las imágenes (casi no hay diálogos) y el buen uso del 3-D hacían de la experiencia algo muy saboreable (si uno está dispuesto a dejarse llevar más por clima que por argumento). 7 Aires.

-“Un paraíso para los malditos”: a veces me parece que a Joaquín Furriel se le nota el “esfuerzo por actuar bien”, y otras veces me parece que entrega la actuación exacta que requiere el papel. Por suerte en este film sucede lo segundo: el tipo es un recio que comienza un trabajo como sereno al mismo tiempo que establece una relación con un enfermo mental del cual parece aprovecharse al mismo tiempo que quererlo. La atención se la lleva el enfermo, interpretado por Alejandro Urdapilleta en una de sus pocas apariciones en cine (y en el que fue su último papel: gran despedida, realmente). El clima de cine negro está bien logrado, y contar más sería contar demasiado. 7 Aires.

-“The iceman”: basada en hechos reales, el ascendente Michael Shannon interpreta a un asesino a sueldo que trabajaba para la mafia mientras le escondía su profesión a su esposa e hijas durante toda su vida. Dado su argumento y su buen utilizado elenco (que incluye un bienvenido regreso de Winona Ryder y una gran actuación de Chris Evans), el film debería ser un poco más atrapante de lo que termina siendo. 7 Aires.

-“Las brujas”: después del derrape de “La chispa de la vida” (que aquí se estrenó después), Alex de la Iglesia volvió al cine fantástico que marcó sus comienzos, sin dejar de lado el humor. Todo comienza con una genial escena de robo, a partir de la cual ya empezamos a querer al trío de ladrones protagonistas, sobre todo cuando el hijo de uno de ellos está incluido en el hecho de manera tan campante. Y cuando van a parar a una casona donde son apresados por un grupo de brujas (liderado nada menos que por Carmen Maura), el disfrute sigue. Confieso una debilidad por el humor español cuando ese habla tan particular viene dirigida por tipos como De la Iglesia o Almodóvar. En su segmento final la película se vuelca un poco de más a los efectos especiales, pero el balance es positivo. Quizás no nos acordemos del film cuando hayan pasado varios meses, pero es un rato muy entretenido. 7 Aires.

-“Carrie”: en los papeles, esto se veía interesante: una nueva versión de la gran novela de angustia y terror de Stephen King, con Chloe-Grace Moretz como la atormentada protagonista y Julianne Moore como su dominante madre, y dirigida por Kimberly Pierce (“Los muchachos no lloran”). En la práctica el film es una decepción en todo sentido. No la comparemos con la anterior versión (del genio de Brian de Palma), pero la verdad es que a la película le faltan dos cosas fundamentales que la podrían hacer efectiva: identificación con los personajes y construcción de tensión. Por supuesto, si uno la compara con el clásico de De Palma, es más decepcionante todavía: cada cosa en que el nuevo film se diferencia del viejo es una mala elección (en general nacida del afán de “aggiornar detalles para atraer a los jóvenes de hoy”, por ejemplo haciendo que una de las humillaciones que sufre la protagonista sea que la filmen con celulares cuando llora por tener su menstruación). 4 Aires.

-“Thor: un mundo oscuro”: mucha gente criticó la primera “Thor”, que para mí era una perfecta aventura que recordaba mucho a “Superman” por su humor, sus escenas en espacios abiertos, el honor de su protagonista, el romance con la “chica humana” y la estructura de “pez fuera del agua”. Con la secuela volví a tener diferencias con la crítica en general: a todos les pareció mejor que la anterior, pero para mí es un gran paso en falso, al punto de ser la segunda peor película de la saga “Los Vengadores” (la peor sería el Hulk con Edward Norton). El villano no logra ser interesante, y la historia va de aquí para allá sin llegar a atraparnos demasiado; sólo se disfruta mucho, cuándo no, a Kat Dennings en su papel de comic-relief y a Tom Hiddleston como el engañoso Loki (el mejor personaje de esta saga, ya que, además de carismático, es alguien cuyas intenciones nunca podemos estar seguros de conocer con certeza). 6 Aires.

-“Escape imposible”: a pesar de que Arnold Schwarzenegger había aparecido en la saga de Sylvester Stallone “Los indestructibles”, eso solo era un cameo (y además esa saga estaba llena de estrellas de acción de los ochentas), con lo cual hasta ahora no existía una “película posta protagonizada por una dupla Stallone-Schwarzenegger”. Bueno, finalmente existió, aunque no tuvo tanta promoción como la que habría tenido hace 20 años. Lo sorprendente es que es sobria: no pone énfasis en el aspecto “encuentro entre dos leyendas de la acción yanki”, sino que transcurre con normalidad como si los intérpretes no fueran una dupla mítica. Lo decepcionante es que no tiene nada de especial, nada por lo cual podamos acordarnos de ella media hora después de haberla visto. 5 Aires.

-“El quinto poder”: Benedict Cumberbatch (el nuevo Sherlock Holmes, que está apareciendo en todos lados en cine) hace de Julian Assange en esta biopic que se centra, por supuesto, en Wikileaks. Sumado a ese protagónico tenemos a Daniel Bruhl como un antiguo socio que pasó a ser casi un enemigo por sentirse defraudado... lo cual recuerda, naturalmente, a “Red social”. Pero eso no molesta, y de hecho solo nos damos cuenta de esa similitud cuando la película ya terminó. Lo que sí se nota durante el film es una supuesta “amplitud” que quiere cubrir todas las posiciones sin tomar partido y un intento por hacer que la cosa se vea “visualmente interesante” en diversos momentos para que no parezca puro diálogo. Y eso es quizás lo que más se resiente, ya que en este caso el argumento por sí solo debería generar interés sin necesidad de recurrir a floreos... si la cosa está bien narrada, naturalmente. Y de alguna manera lo está, pero es raro que el resultado no sea más apasionante. Punto a favor: hacia el final el protagonista se queja de que la película sobre su historia que se está filmando (o sea, el film que estamos viendo) seguramente incurrirá en falsedades, y urge al público a que busque la verdad por su cuenta. 5 Aires.

-“Diana, la princesa del pueblo”: finalmente se hizo “el film sobre Lady Di” y es bastante menos épico y más personal de lo esperado. El motivo: la película no cuenta toda su vida, sino que se centra en la historia de amor que ella vivió con un médico pakistaní meses antes de su muerte. Hay humor y algo de realismo en la manera en que se muestra la vida cotidiana de ella, que incluye sus tratos con la prensa y sus intentos (fallidos) de que la guardia real no se entere de sus relaciones. Y no importa que la caracterización de Diana sea bastante distinta de lo que uno recuerda: Naomi Watts y Naveen Andrews logran generar empatía en sus roles protagónicos. 7 Aires.

-“Una segunda oportunidad”: a Julia Louis-Dreyfuss solo la vi en las series “Seinfeld” y “Arrested development”, lo cual debería ser suficiente para ser su fan, pero tengo entendido que hay otros proyectos en donde mostró más talento todavía. Por suerte sí vi este film, una comedia donde ella y James Gandolfini (que filmó esta película poco antes de morir) despliegan todo su encanto como dos personas maduras que comienzan una relación minada por el hecho de que ella conoce a la ex-esposa de él. No hay suficientes elogios para el carisma que despliegan ambos: entre los dos se comen la película, que por otra parte no intenta ser exageradamente graciosa ni insoportablemente tierna; está en su punto justo. 8 Aires.

-“El mayordomo”: como en sus dos films anteriores (“Preciosa” y “The paperboy”), el director incluye su propio nombre en el título (“Lee Daniel’s The butler”), aunque esta vez parece haber muy poca personalidad en el metraje. Lo cual implica un desperdicio del gran Forest Whitaker como protagonista, quien aquí hace de un mayordomo negro que sirvió a una multitud de presidentes de Estados Unidos desde mediados del siglo XX. La supuestamente interesante idea (contar la historia de cómo los afroamericanos fueron tratados por la sociedad y el gobierno yankis a través del tiempo) no termina de enganchar, pues todo se siente como una sucesión de escenas en vez de como una narración homogénea. Del impresionante elenco (Robin Williams como Eisenhower, John Cusack como Nixon, James Mardsen como Kennedy, Jane Fonda como Nancy Reagan, Alan Rickman como Ronald Reagan, Liev Schreiber como Lyndon B. Johnson), sólo se destaca Oprah Winfrey en su regreso al cine como la esposa del protagonista. 5 Aires.

-“La sospecha”: el canadiense Denis Villeneuve (director de la versión cinematográfica de la aclamada obra “Incendies”) pasó a Hollywood con esta mezcla de drama y thriller sobre la búsqueda de dos niños desaparecidos. Hugh Jackman es el padre de familia que secuestra a un sospechoso porque está convencido de su culpabilidad; Jake Gyllenhaal es el policía que trata de resolver el caso. Lo más curioso de la película es que hacia la mitad el protagonismo pasa de uno al otro. Algunos actores están desperdiciados (Maria Bello, Viola Davis), pero casi ni nos percatamos, porque la ambición del film se vuelve cada vez más épica en el buen sentido, llegando a durar dos horas y media y ofrecer una buena dosis de tensión. El final en sí es para aplaudir, sugerente pero no explícito. 8 Aires.

-“El abogado del crimen”: en los últimos años, cada nuevo film de Ridley Scott resultaba “su mejor película en muchos años”, no por brillante sino porque su etapa previa había sido bastante regular (ejemplos: “Hasta el límite”, “Gladiador”, “Hannibal” o “La caída del Halcón Negro”). Pero ahora el tipo entregó lo que considero, sin necesidad de comparar con nada, una cuasi obra maestra. “El abogado del crimen” fue maltratada por la crítica, que consideró que el guión del novelista Cormac McCarthy (“The road”, “No country for old men”) era, precisamente, demasiado literario, y que “nadie habla así en la vida real”. Ah, y que además la historia no va para ningún lado. Qué quieren que les diga, para mí esa irrealidad le calza perfecto a la película, que, justamente, es más un film de atmósfera, ambicioso y cínico, y no tanto una simple y lineal historia de “abogado que se enreda en negocios sucios y debe hacer lo posible por salir”. Ah, y también estoy en desacuerdo con los que critican la performance de Cameron Díaz: su desquiciada frialdad es perfecta para lo que el film propone. 8 Aires.

-“Machete kills”: hace unos años, Robert Rodríguez había expandido a largometraje su “falso trailer” de una figura recia y heroica, “Machete”, que le daba la posibilidad de lucirse como nunca a Danny Trejo. El resultado era menos delirante y un poco más serio de lo esperado, pero no por eso poco interesante. De hecho, la secuela, que es bastante más alocada y lúdica, termina siendo en la práctica poco disfrutable, ya que el “todo vale” redunda en un desinterés casi constante. Sí, varios famosos se divierten (Charlie Sheen, Mel Gibson, Sofía Vergara, Cuba Gooding Jr, Lady Gaga, Antonio Banderas), pero el co-protagonista, Damian Bechir, está totalmente desdibujado, y su ir y venir entre el lado bueno y el lado malo es bastante más arbitrario de lo que incluso un film tan loco como este debería permitirse. 4 Aires

-“En llamas”: quién sabe por qué, pero, a pesar de que esta secuela de “Los juegos del hambre” mantiene una continuidad estilística y de espíritu con su antecesora, es bastante más disfrutable e interesante. Y eso que su primer tercio no funciona para nada bien y se siente como una sucesión de escenas mal hiladas. Pero luego el juego en sí (es decir, la aventura) y la incorporación de contrincantes como Amanda Plummer, Jena Malone y Jeffrey Wright dotan de vida al film, y el final, si bien llega de súbito, corta donde tiene que cortar de manera perfecta. 6 Aires.

-“Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras”: lástima que esta secuela de aquella sorpresa del 2009 no estuviera dirigida por los mismos realizadores (quienes también hicieron las buenísimas “La gran aventura: Lego” y “Comando especial”). Porque, si bien es disfrutable, es una continuación bastante convencional. Por suerte, la mezcla de humor y aventura sigue estando, junto con esa animación tan estilizada que caracterizó a la original. 6 Aires.

-“Kon-Tiki: un viaje fantástico”: en 1947, un explorador noruego armó una balsa para hacer un viaje antropológico entre Sudamérica y la Polinesia. El reducido equipo que lo acompañaba incluía un camarógrafo, y el resultado de la filmación ganó el Oscar a mejor documental en 1951. Ahora una dupla de noruegos filmó la “versión cinematográfica oficial”, es decir, la peli de ficción, de este hecho. Y, como sucedía con muchos films en la década del 30, se filmaron dos versiones: una en noruego y otra en inglés (no hubo doblaje, sino que al mismo tiempo se filmaron dos versiones que intentaron ser iguales). Lamentablemente en Argentina se estrenó la hablada en inglés, que resulta “antropológicamente menos realista”, pero de cualquier manera valía mucho la pena ver esta aventura en pantalla grande. Cine primal, aventuras en altamar. 8 Aires.

-“Omisión”: le tenía confianza a este thriller argentino con un argumento similar a “I confess” de Alfred Hitchcock. Pero bueno, sin desmerecer, el director no es Hitchcock, y más importante, Gonzalo Heredia no es Montgomery Clift. Y el villano de Carlos Belloso y la policía de Eleonora Wexler no alcanzan para levantar la puntería. La película es corta y nunca llega a despertar el interés pretendido, aunque es respetable el intento de hacer un thriller industrial. 4 Aires.

-“Paranoia”: una de las peores decepciones del año. No porque alguien esperara algo grandioso de este thriller, pero nadie creía que iba a ser tan increíblemente aburrida. Y encima con dos leyendas como Harrison Ford y Gary Oldman secundando al protagonista... Pero claro, es precisamente el actor principal el que atenta contra el resultado, ya que Liam Hemsworth (básicamente, el hermano de Thor) parece tener cero carisma y se lleva todo el film abajo. 3 Aires.

-“Cuestión de tiempo”: Richard Curtis, guionistas de varios clásicos modernos de la comedia romántica (“Cuatro bodas y un funeral”, “Un lugar llamado Notting Hill”, “El diario de Bridget Jones” y “Realmente amor”, que también dirigió) estrena su tercera película como realizador, una comedia con romance pero también con bastante de drama. Y cómo no va a ser así si su tema es el tiempo: cómo aprovecharlo, cómo intentar volver atrás, cómo apreciar cada momento. Sí, todo suena muy cursi, y la película lo es, pero lleva ese peso con orgullo. Su protagonista Denholm Gleeson (un joven que puede viajar al pasado para cambiar eventos importantes de su vida) me parece por ahora un típico “joven canchero que quiere ser un ganador haciendo de cuasi-loser”, así que espero que en un futuro me caiga mejor. 6 Aires.

-“Este es el fin”: la única de las dos “comedias del 2013 sobre el fin del mundo” en estrenarse en Argentina (la otra, “The world’s end”, fue directo a video). En esta, varios integrantes de la “nueva comedia americana” (Seth Rogen, James Franco, Jay Baruchel, Jonah Hill) hacen de sí mismos y muestran una mezcla de hermandad, superficialidad, cobardía y procacidad supuestamente “realista” (humanidad, bah) que es el gran gancho de la película. Eso podría molestarme: el valor debería ser que el humor sea bueno, no que los personajes hagan de sí mismos, aunque siempre sea ese factor, junto con la multitudes de cameos, lo que atraiga a gran parte del público. Por suerte, en la práctica el humor no se apoya sólo en el hecho del conocimiento previo que tengamos de sus personalidades, y además el film realmente desarrolla una relación interesante entre los dos personajes principales en vez de ser sólo una sucesión de escenas humorísticas. Hay mucho delirio, lo cual está bien durante gran parte del metraje pero no en un final musical que parece decirle al espectador “esta parte no tiene relación con lo previo pero no importa, jodete”. 7 Aires.

-“En el camino”: finalmente llegó al cine la adaptación de la supuestamente infilmable mítica novela “beat” de Jack Kerouac. El director Walter Salles (“Estación central”, “Diarios de motocicleta”) quiso hacer algo fiel al espíritu del original, aspecto que no puedo juzgar porque no la leí, pero aplaudo que su ambición intente aunar esa intención y al mismo tiempo las ganas de hacer algo que “se sienta como una película” y no como una obvia adaptación de escenas de un libro. No tiene sentido quejarse por la naturaleza trotamundos “sin conflicto único particular” del film, ya que esa es la idea; a lo sumo podría decir que es, esperablemente, un film que aburre por momentos, pero se sostiene principalmente por la fuerza de su personaje más famoso (no el narrador, sino el problemático Dean Moriarty), sorprendentemente bien interpretado por Garret Hedlund, el antes galancito heroico de “Tron: el legado”. 7 Aires.

-“Pequeñas diferencias”: a los habitués del Bafici, este film nos recordó a la brillante “Yuki y Nina”. Sin llegar a esas alturas, esta película centrada en la visión del mundo de una niña es todo lo gentil que podría pedir el gran público, pero no por eso es tonta o malamente cursi y/o melodramática. La puesta en escena es relativamente imaginativa (por momentos me recordó a la novela “Le petit Nicolas”), y la trama también le presta atención a los conflictos de los adultos. Hay un detalle argumental polémico, que en mi caso acepté totalmente (y, por supuesto, no develeré aquí). 7 Aires.

-“El hobbit: la desolación de Smaug”: la secuela de “El hobbit: un viaje inesperado” es mejor y peor que aquella al mismo tiempo. Es mejor porque no parece haber escenas innecesariamente extendidas, y el humor infantil de los enanos ha disminuido bastante, con lo cual todo parece un poco menos “innecesariamente infantil”. Es peor porque parece no haber una unidad, un “conflicto personal a superar por parte del protagonista”, que sí tenía la anterior, por más que, como esta, forme parte de una historia mayor. Incluso si eso no hubiera estado pero las situaciones argumentales sí hubiesen tenido algún tipo de cierre (como también ocurría en el capítulo del medio de la saga “El señor de los anillos”), el film daría más la sensación de completitud. Tal como está, el final con cliffhanger es bueno pero no es lo que yo considero artísticamente ideal para una película. Ah, sorprende Evangeline Lily (la Kate de “Lost”) haciendo de una elfa cuyo entendimiento/romance platónico con uno de los enanos, a diferencia de lo que opinó gran parte de la crítica, no me pareció para nada traído de los pelos. 6 Aires.

-“Ritual sangriento”: remake del film español “Somos lo que hay”, este film de terror psicológico me aburrió bastante. La trama da para mucho, y la verdad es que los protagonistas tienen rostros interesantísimos para una película de este género, pero en la práctica los personajes no terminan de generar interés ni simpatía. Además, el argumento hace que lo que va sucediendo no sorprenda nunca, pues todo es tal cual lo imaginamos desde un principio. 4 Aires.

-“La chispa de la vida”: quién sabe por qué, este film de Alex de la Iglesia con dos años de retraso finalmente se estrenó en Argentina (¿por el éxito de “Las brujas”? No creo que haya tenido tanto éxito). Por mí la hubieran dejado en el cajón, pues me pareció tan decepcionante como dijo gran parte de la crítica. José Mota es un padre de familia con muy mala suerte, no sólo porque está en busca de trabajo, sino porque un peculiar accidente lo deja tumbado con una viga incrustada en la cabeza de manera que parece que moverlo causaría su muerte. Comprensiblemente se convierte en la atracción de los medios, y ese es el aspecto que más le importa a la película. Lo cual está muy bien, pero al mismo tiempo hay una cuota de seriedad que no cuaja con lo satírico de la película. Esto se vuelve muy patente en el final, que parece tirar por la borda el espíritu del film que acabamos de ver. 4 Aires.

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