tag:blogger.com,1999:blog-214716922024-03-06T20:46:08.414-08:00Medio sospechoso...Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.comBlogger73125tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-61553854166154051032014-08-16T08:31:00.002-07:002014-08-16T19:25:00.902-07:00Otra vez tarde: mis reseñas de los estrenos del 2013 que viUn típico retraso de medio año hace que esto no sea muy vigente, pero los lectores asiduos de este blog (?) ya están acostumbrados: aquí va una mini-reseña de cada película que haya tenido un estreno comercial en Argentina en el 2013 que yo haya visto, en el orden en que las vi (sin importar si la vi antes de ese año, o si la vi en un contexto distinto a una sala de cine). Vale dejar comentarios, aunque traten de no insultar demasiado.<br />
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Caíto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a
pesar de que se estrenó hacia fin de año, la ubico al principio porque es la
que primero vi (en el Festival de Cine de Buenos Aires del año anterior). El
debut directorial de Guillermo Pfenning es un documental sobre su relación con
su hermano Caíto, quien padece una distrofia muscular que le dificulta moverse,
y a quien Guillermo quiere poner como actor principal de una ficción en la que
se interprete a sí mismo. Fluctuando entre esa ficción y la descripción de la
vida cotidiana de Caíto, la película logra interesar por su cruce de géneros y
porque cuenta lo que cuenta dignamente, sin caer en golpes bajos, pero sin
esconder esa peculiar enfermedad. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Ralph el demoledor”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otro buen film de “Disney sin Pixar”, aquí John C.
Reilly le pone su voz a un personaje de videojuego de arcade que, acostumbrado
a su rol de villano, descubre nuevos mundos en otros videojuegos. Como era de
esperar, hay un montón de guiños para los conocedores de los clásicos fichines,
pero, por supuesto, si el film es bueno no es por eso. Y es bueno: la tierna
relación que establece el protagonista con una niña de otro juego se constituye
en el corazón de una película cuya cursilería está bien llevada. No hay ninguna
arista sorpresiva (de hecho, sigue la típica línea argumental de un film de
Pixar, por más que no tenga la misma estética), simplemente es una película
fluida y muy llevadera. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cloud Atlas: la red invisible”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: extraño caso de un film codirigido por Tom Tykwer
(“Corre, Lola, corre”) y los hermanos Wachowski (quienes han recibido por la
trilogía “Matrix” una veneración que para mí merecerían más por la subvalorada
y genial “Meteoro”). Basada en una novela con una estructura narrativa muy
particular (y por eso considerada infilmable), los tipos se las arreglaron para
hacer un film que, sin seguir exactamente esa misma estructura, tiene un
montaje que lo hace único, ya que para unir sus distintas historias depende más
de sensaciones y relaciones instintivas que de una cronología tradicional o
alguna otra estructura fácilmente descriptible. Sus seis tramas transcurren en
distintas épocas, generalmente giran alrededor de la búsqueda de la libertad y
están protagonizadas por los mismos siete u ocho intérpretes (el alto grado de
maquillaje puede llegar a distraer por momentos), lo cual es parte del gancho;
lo increíble es que la cosa da resultado. Algunos la tildarán de “película new
age”, pero para mí es un espectáculo de una especificidad cinematográfica
invaluable, y le doy 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Lo imposible”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el español J.A. Bayona hace su primer film en inglés con esta historia real de
una familia que sufre el tsunami de fines del 2004. Hay que saber de antemano
que la película tiene escenas fuertes; muchos la consideraron “sensacionalista”
y otros criticaron que la familia española se haya reemplazado por una
angloparlante, pero justamente, lo que se cuenta es universal, y dos grandes
actores como Ewan McGregor y Naomi Watts no vienen nada mal cuando se quiere
narrar una odisea tan tremenda. También la película deja en claro que, más allá
de los pequeños momentos de felicidad que puede sentir un integrante de esa
familia por sobrevivir o suponer que uno de los suyos está vivo, la cantidad de
muerte que hay alrededor es inconmensurable. De hecho, hay tanta verdad en la
intensidad de las actuaciones (no sólo de los mencionados, sino del trío que
interpreta a sus hijos) que en tres momentos del film me emocioné mucho
internamente. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Jack Reacher: bajo la mira”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una gran sorpresa fue esta vuelta a la dirección de
Christopher McQuarrie (guionista de “Los sospechosos de siempre”, director de
“Al calor de las armas”), basada en un personaje de una serie de novelas de
intriga. El protagonista, un ex policía militar, es otra gran muestra del
carisma de Tom Cruise, quien aquí debe resolver un caso a fuerza de ingenio y
algo de destreza física. Con una gran dirección (que incluye una persecución automovilística
que recuerda al cine de los 70s), la cosa transcurre sin espectacularidades
bobas, y esa humildad le confiere su grandeza a la película (y, por supuesto,
también lo hace la presencia de Werner Herzog como villano). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Una aventura extraordinaria”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: cuando Ang Lee estrena, seguro que no es una pavada,
y que, ya sea desde lo estético o lo narrativo (o, con suerte, ambos aspectos
al mismo tiempo), lo que veremos será interesante (lo prueban, entre otras, “Sensatez
y sentimientos”, “El tigre y el dragón”, “Secreto en la montaña”, “Hulk” y “El
banquete de bodas”). Aquí adaptó una novela sobre un hombre indio que recuerda
la odisea que vivió cuando quedó en un bote a la deriva con la peligrosa
compañía de un tigre. Visualmente impresionante, también hay lugar aquí para la
“filosofía”; lo criticable son los momentos en que la narración vuelve al
presente interrumpiendo la aventura que estábamos viendo, pero eso no menoscaba
el resultado general. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El último desafío”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otro regreso, el de Arnold Schwarzenegger, que vuelve a protagonizar
una película diez años después de “Terminator <st1:metricconverter productid="3”" w:st="on">3”</st1:metricconverter>. Pero además este film de
acción es el debut norteamericano del director Kim Jee-woon, creador de
clásicos modernos como “The good, the bad, the weird”, “A bittersweet life” y
“I saw the devil”. Y ambos, director y actor, salen bien parados, en otro film
que, como “Jack Reacher”, gana por su sobriedad, su rigurosa puesta en escena y
su rechazo a ser un “espectáculo grandilocuente en el que el mundo está en
juego”. No, aquí se trata nomás de un pueblito de frontera del que Arnie es el
sheriff, y al que viaja un criminal que acaba de escapar de la cárcel. Además
de la sobriedad, otro acierto del film es que les da su tiempo a todos los
personajes y no pone a Schwarzenegger como centro único y regidor de toda la
trama. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hansel & Gretel: cazadores de brujas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: los ascendentes Jeremy Renner (el desarmabombas de
“The hurt locker”) y Gemma Aterton (cuya cara de canchera adornó films como
“Furia de titanes” y “El regreso de Tamara Drewe”) hacen de los famosos
hermanos en esta “versión cool” que los muestra ya crecidos combatiendo a seres
sobrenaturales en 3-D. Un film pochoclero que, por su carácter de modernoso, no
considero particularmente valorable, más allá de que se puede ver para pasar el
rato porque sus protagonistas tienen al menos un mínimo de carisma. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Django sin cadenas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: con “Bastardos sin gloria”, Quentin Tarantino había
logrado un film épico, cinéfilo, ambicioso, melómano y prácticamente un “arte
poética” sobre las posibilidades del cine de género. Con “Django sin cadenas”,
también ambientada en el pasado, sigue en la misma línea; ahora no se mete con
la guerra sino con la esclavitud, y esta vez Christoph Waltz también da una
actuación impecable, pero no como el villano más ruin sino como un cazador de
recompensas “honorable” que intenta ayudar al negro Jamie Foxx a recuperar a su
mujer. Y también, como en la anterior, hay largas escenas en las que la tensión
se acumula hasta límites insostenibles. No comparto las críticas que dicen que
este director no se debería ocupar de esta temática; si bien hay humor en la
película (incluso una escena con Jonah Hill que yo sacaría porque parece una
parodia que no concuerda con el tono del resto del film), queda claro que la esclavitud
en sí no es un tema que Tarantino se tome a la ligera. Conclusión: un grandioso
(y relevante) western para relamerse durante sus dos horas y cuarenta y cinco
minutos. 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La noche más oscura”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: luego de “Vivir al límite”, Kathryn Bigelow sigue la
senda de un cine de temática “actual y seria”, en este caso nada menos que
sobre la caza a Bin Laden. Y, como en aquella película, esta da para todo tipo
de debates. ¿Justifica el film cada uno de los procedimientos por los cuales se
llega al paradero del criminal (incluyendo la tortura)? Dado que a muchos les
apreció evidente que sí y a muchos les pareció evidente que no, considero
evidente que, justamente, no hay ninguna interpretación “evidente”. La
narración avanza con la suficiente “distancia y supuesta objetividad” como para
que el trabajo de la agente de la CIA que interpreta la gran Jessica Chastain
nunca quede endiosado pero tampoco explícitamente criticado. Esa aparente
tibieza le va bien a este “procedural” de guerra, en el que la directora
muestra una vez más su talento para generar tensión, sobre todo en la media
hora final. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Fuerza antigangster”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una relectura de “Los intocables”, con Josh Brolin
juntando a un grupo de agentes de la ley para contrarrestar el reinado del
terror del gángster que hace Sean Penn. Como el reparto incluye a Ryan Gosling,
Robert Patrick, Giovani Ribisi, Emma Stone y Nick Nolte, la cosa se sigue con
interés, aunque hay que decir que, sorpresivamente, el romance entre Gosling y
Stone no tiene la química que tenía en “Loco y estúpido amor”. Pero un film
noir ambientado en la década del 40 que intente ser mínimamente populista tiene
que ser aunque sea parcialmente disfrutable, y en efecto, este lo es. Podría
ser bastante mejor, seguro (por ejemplo, si ciertas escenas no estuvieran
filmadas tan evidentemente con modernas cámaras digitales). 6 Aires<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Tesis sobre un homicidio”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el director de la gran screwball comedy argentina
“Música en espera” pasó al suspenso, adaptando un clásico moderno de la
literatura de misterio. Una vez más en el cine nacional, Ricardo Darín fue el
gran gancho para atraer espectadores y, una vez más, el tipo hace creíble
cualquier papel que le toque, en este caso el de un abogado criminalista
convencido de que un discípulo suyo cometió un crimen sólo para mostrarle su
superioridad. La puesta en escena está muy bien, pero el carisma de Darín no
alcanza como único punto de apoyo y el resultado es algo menor de lo que esperaba. Dato triviesco: que el film no tenga un final que explicite
verbalmente la respuesta a un enigma no significa que tenga un final ambiguo,
con lo cual me sorprendí por la cantidad de público que considera que el final
es, justamente, abierto. Público argentino, pónganse las pilas. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La niña del sur salvaje”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una de esas películas pequeñas norteamericanas que
de repente son amadas por todo el público y la crítica, ganan muchos premios y
adquieren un prestigio gigante. Como muchas veces, los elogios son algo
exagerados. Si bien la niña protagonista despliega un gran carisma y la
película no tiene idioteces hollywoodenses, sí tiene momentos típicos de “film
de arte que te quiere hacer emocionar”, y, dado que esa sensación fue la que
predominó en mi percepción del film, le doy sólo 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Monsters, Inc.”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: como “Buscando a Nemo”, este reciente éxito de Disney-Pixar se
reestrenó en 3-D como paso previo al estreno de una secuela. Así que no hay
quejas posibles cuando se nos da la posibilidad de disfrutar esta genialidad
nuevamente en cine, una que pertenece a “los dos tercios que valen mucho la
pena” de los films hechos hasta ahora por Pixar. La tercera dimensión no
agregaba demasiado, pero por suerte pudimos escuchar las voces originales de
Billy Crystal y John Goodman como los dos monstruos que se meten en problemas
cuando meten a una niña humana en su mundo. 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“The master”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
parecía imposible que Paul Thomas Anderson (“Petróleo sangriento”, “Boogie
nights”, “Magnolia”) superara la brillantez de “Embriagado de amor”, pero lo
hizo, entregando el mejor estreno del año. Joaquin Phoenix y Philip Seymour
Hoffman son un buscavidas y el líder de un culto que lo toma bajo su ala.
Parece un argumento sencillo, pero el film tiene una narrativa muy poco
tradicional, más basada en sensaciones y en “momentos de pura vida” que en
explicaciones y hechos. Phoenix entrega una de las mejores actuaciones de la
historia; da gusto ver cómo pasó de la sobreactuación de “Gladiador” a esta
genialidad. El film no es para todos los gustos, pero a mí cada segundo me
pareció tan trascendente como le debió haber parecido a su director (el
segmento que más quedará en mi memoria es un montaje de 10 minutos en que el
líder hace que su alumno camine hacia las paredes para golpearse la cabeza y
ampliar su universo, todo bajo la música de fondo del guitarrista de Radiohead
Jonny Greenwood). 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Lincoln”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: había
leído que este era el film menos “particularmente estilístico o
cinematográfico” de Steven Spielberg, pero aun así me sorprendió el nivel al
que esto era cierto. Así que en eso concuerdo con la crítica en general; en lo
que no concuerdo es en que este es un film brillante y uno de los mejores que
hizo este director. Es verdad que los diálogos y las actuaciones logran la
hazaña de que un proceso político resulte interesante (parece algo así como
Aaron Sorkin haciendo un film histórico), pero quizás esperaba que el film
tuviera algo más que eso (viendo el resultado, podría haber sido dirigido por
alguien que no sea un maestro en la puesta de escena). Y los minutos finales ciertamente
caen en un sentimentalismo del que muchas veces se acusa injustamente a
Spielberg; aquí sí sería pertinente la acusación, ya que esos segmentos se
sienten como agregados a la fuerza, y parecen muy “de escuela primaria”. Ah,
sí, Daniel Day-Lewis ganó su tercer Oscar, pero el elenco entero es increíble,
todos dando grandes actuaciones: Tommy Lee Jones, David Strathairn, James
Spader, Jared Harris, Sally Field, Jackie Earle Haley... 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El vuelo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
después de “El expreso polar”, “Bewoulf” y “Los fantasmas de Scrooge”, Robert
Zemeckis deja la animación para volver al cine “tradicional” con esta historia
sobre un piloto adicto a todo lo imaginable (drogas, sexo, alcohol) que logra
evitar un accidente de aviación (o al menos minimizar en gran medida los daños
humanos). Pero, dado su historial, las autoridades y los medios no paran de
investigarlo... Denzel Washington está perfecto en ese papel, y la película
nunca deja de interesar (aunque lo más impresionante, como era de esperar, es
el accidente del principio), pero el final es un poco (bastante) moralista. 6
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Duro de matar: un buen día para morir”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: quizás por el director (el mismo de “Tras líneas
enemigas”, que no vi pero me la recomendaron), quizás por la saga (que, a pesar
de haber tenido tres directores en las entregas anteriores, había sido
consistentemente entretenida), quizás por algunas buenas reseñas, le tenía
confianza a la quinta parte de la saga del policía John McLane. Pero resultó
una de las decepciones del año: el elemento “pez fuera del agua” (transcurre en
Rusia) no aportó humor sino oscuridad y aburrimiento, el compañero de Bruce
Willis en esta entrega (su propio hijo) no entregó ningún interés especial, y
las escenas de acción solo a veces resultaron impactantes. Bien por la ajustada
duración (menos de una hora cuarenta y cinco minutos, lo cual hoy es un ejemplo
de economía fílmica), mal por todo lo demás. 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los miserables”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: finalmente llegó al cine la versión del exitoso musical (cuya versión
en habla inglesa reemplazó en el imaginario popular al musical original
francés). El director de “El discurso del rey” repite algunos tics, como sus
ángulos raros de cámara “porque sí”, y además el film peca de las trampas en
las que puede caer cualquier musical, es decir: que se note demasiado el
aspecto “adaptación de una obra escénica” y al mismo tiempo el intento por
“des-teatralizar la propuesta”. Por suerte, algunos momentos escapan de ese
tormento (como la famosa toma en la que Anne Hathaway interpreta sin cortes la
mítica “I dreamed a dream”) y además, a pesar de que las actuaciones en general
no se destacan, sí lo hacen la de dos o tres personajes, como Eponine, Fantine
(Anne Hathaway) y el protagonista Valjean (Hugh Jackman), y en este film el
hecho de que el protagonista dé una actuación empática y emocionante salva
mucho las papas. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cirque du Soleil: mundos lejanos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a priori, un film hecho con la única intención de
ser “el film del Cirque du Soleil” (ya hubo varios, pero en general eran para
televisión o no tenían la distribución que tuvo este). La fina línea que debe
amalgamar argumento, abstracción, 3-D, poesía, malabarismo, romance, humor,
terror y bizarrez es en general pisada con acierto (no hay un exceso de
abstracción ni de narrativa ni de uso exhibicionista del 3-D), pero justamente
el resultado es tan tibio como esa intención. Volvemos al principio: el film
fue hecho más como “film del Cirque du Soleil” que como “propuesta artística en
la que el creador considera que muchas escenas serían geniales si son interpretadas
por integrantes del circo”. Visualmente era tan atractiva como podría esperarse
(o sea, algo pero no tanto), pero admito haber cabeceado. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hitchcock, el maestro del suspenso”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: un típico film qualité: Anthony Hopkins y Helen
Mirren haciendo de Alfred Hitchcock y su esposa, la guionista Alma Reville,
durante la problemática filmación de “Psicosis”. A pesar de ese peligré, si uno
decide no tomar al film como un proyecto “prestigioso” y sí como lo que es (y
que también son otros films “qualité”, es decir: una telenovela grasa con
momentos efectistas y algunos aspectos interesantes de puesta en escena), la
cosa se vuelve mucho más entretenida. Por ejemplo, es divertido tenerlo a
Hopkins haciendo del personaje Hitchcock hablando a los espectadores (imitando
la manera en que el mítico director se dirigía a los televidentes en la presentación
de la serie “Alfred Hitchcock presenta” o en los trailers de algunos de sus
films). Por supuesto, todo lo dicho también deja entrever que no se trata de un
gran film. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Elena”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: película
rusa, típica exponente de “film de arte ganador de premios en varios festivales
de cine” que está a la altura de su prestigio. Una mujer intenta pedir dinero a
su esposo para ayudar a un hijo de su anterior matrimonio; las consecuencias
serán imprevisibles (o no). Todo es como debe ser en “el prototipo de un buen
film ruso”: las tomas son preciosistas sin ser amaneradas, el tono es frío, y la
tensión y desesperanza de algunos momentos son la columna vertebral de la
película. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“En la mira”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
David Ayer (director de “Harsh times” y “Reyes de la calle”, guionista de “Día
de entrenamiento”, “Rápido y furioso” y “U-<st1:metricconverter productid="571”" w:st="on">571”</st1:metricconverter>) sigue en la senda del cine de “acción y
algo más”, en este caso narrando la historia de dos policías a través de
filmaciones de cámaras de seguridad o de videos caseros realizados por ellos
mismos. Siendo los policías Jake Gyllenhaal y Michael Peña, no se puede negar
el carisma de los protagonistas (sobre todo cuando forman una típica pareja de
“hermanos en el deber” capaces de sacrificarse el uno por el otro). Pero el
formato de found footage no era necesario para este film (quizás habría sido
incluso mejor como un film tradicional, ya que al fin y al cabo no se puede
lograr mucha “sensación de realidad” si los actores son conocidos). 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mala”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: obviamente,
muchos espectadores (y parte de la crítica) se burlaron de este film diciendo
“¡mala es la película, jaja!” (cuac). Pero no es mala, sino arriesgada, muy
aplaudible y no apta para espectadores que esperen un thriller tradicional.
Adrián Caetano (“Bolivia”, “Un oso rojo”, “Crónica de una fuga”, “Francia” y
también co-director de “Pizza, birra, faso”) sigue mostrando al mismo tiempo un
dominio de los recursos cinematográficos y una mirada personal sobre los
géneros. Aquí hay una protagonista femenina interpretada por varias actrices
que busca venganza contra un hombre por motivos que conviene no develar. Todo
termina siendo menos previsible que lo que uno esperaría, incluyendo el carisma
de Rafael Ferro, María Dupláa y la injustamente criticada Juana Viale. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La chica del sur”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: documental estrenado sólo en el Malba sobre el intento de su director
de entrevistar a una activista coreana que lo había fascinado veinticinco años
antes en un “Festival para la Juventud y los Estudiantes” organizado por la
Unión Soviética. Por un lado, es encantador ver el optimismo juvenil de las
filmaciones de 1989; por otra parte, en la “parte actual” es interesante cómo
el director termina siendo más protagonista que el supuesto objeto del
documental, ya que pone tanto esfuerzo en encontrar a la muchacha coreana y
ella se muestra tan reticente a ser entrevistada que lo que vemos es
básicamente la odisea de cómo el film llegó a existir. Y cuando ella finalmente
se deja entrevistar... no sirve develar cómo se desarrolla ese momento; hay que
verlo y sentir esa tensión. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mamá”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el
argentino Andy Muschietti expande su cortometraje del mismo nombre en su primer
largometraje, nada menos que un debut hollywoodense con la actriz del momento:
Jessica Chastain. Quien sigue demostrando que se toma todos los proyectos en
serio sin situarse “por encima del género” (en este caso, un film de terror).
Buen uso de los recursos típicos del horror para generar lo básico que debe dar
un film de este género: misterio y tensión. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mi novio es un zombie”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el ascendente Nicholas Hault está muy bien en esta comedia
posmoderna que imagina un mundo futuro donde hay zombies pero además muestra
que, por dentro, estos seres tienen algún tipo de pensamiento (y, por lo tanto,
pueden relacionarse con los demás seres humanos). Este punto de partida da pie
a una historia de amor a lo “Romeo y Julieta”, en donde no hay tanto cinismo ni
chistes tontos sino que predomina el humor del bueno y un romance que mantiene
nuestro interés en los personajes. No sé si era imperativo verla en cine, pero
la risa (abundante) del público en este film era contagiosa. Hermoso uso
diegético de algunas grandes canciones que el protagonista escucha en
tocadiscos (“Patience” de Guns N’ Roses, “Hungry heart” de Bruce Springsteen,
“Shelter from the storm” de Bob Dylan). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Oz, el poderoso”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: precuela del clásico “El mago de Oz” (el film, no la novela). Sam
Raimi intenta una vez más mezclar la parte “locamente cinética” de su estilo
con lo que se espera de una gran producción hollywoodense. Y de a ratos lo
consigue. Emulando la famosa transición de Kansas a Oz del film original, aquí
el comienzo es en blanco y negro y formato 1x1,37 (la pantalla semicuadrada que
tenían los films de la primera mitad del siglo XX), y cuando el protagonista
llega a Oz la pantalla se ensancha, el color llega para quedarse y Raimi se
indulge en una espectacular y extensa toma que muestra el universo mágico al
que llega el tipo. Si bien James Franco como el protagonista no despierta tanto
interés como el que podría haber logrado alguna otra mejor elección, las
aventuras se siguen con interés si aceptamos este género, sobre todo en los
momentos en que irrumpe el terror (gran uso de las sombras) y en el homenaje al
cine que llega en el final. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los Croods”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
primera comedia animada de Dreamworks del año (y la única en darse en algunas
copias subtituladas), el aspecto visual hacía que valiera la pena verla en
cine. Una familia de cavernícolas debe afrontar el fin de su hogar y mudarse a
tierras mejores con la ayuda de un extraño del que la hija parece enamorarse,
lo cual llena de conflictos al padre. Emma Stone y Nicolas Cage les ponen sus
voces a la hija y el padre, y es curioso cómo ella parece ser la protagonista
de la primera mitad del film mientras que en la segunda él se vuelve el
personaje principal. Más allá de cierta ternura y, repito, el gran trabajo
visual, la cosa no tiene la coherencia ni excelencia narrativa de “Cómo
entrenar a tu dragón” o “Kung-fu panda <st1:metricconverter productid="2”" w:st="on">2”</st1:metricconverter>, así que le damos sólo 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Efectos colaterales”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Steven Soderbergh se despide del cine
(supuestamente) con este pequeño gran thriller en el que Jude Law da la mejor
actuación de su carrera como un psiquiatra que debe atender a una traumada
Rooney Mara (otra gran actuación) en un caso que se complica hasta niveles
insospechados. Soderbergh entrega una gran intriga sin muchos manierismos (sólo
hay pequeños toques estilísticos que muestran que se tomó la cosa en serio y no
“de taquito”), y los intérpretes dan todo de sí para generar empatía y al mismo
tiempo misterio. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Anna Karenina”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Joe Wright filmando la clásica novela de Tolstoi, o sea, una unión que
era de esperar, pues le da a este director la posibilidad de seguir con sus
constantes: films estilizados hasta la médula ya sea desde la fotografía, el
vestuario o la dirección artística (“Orgullo y prejuicio”, “Expiación, deseo y
pecado”) y el protagónico de Keira Knightley. Admito que la puesta en escena
tiene aspectos muy imaginativos (como el hecho de que varias escenas tengan un
ritmo muy musical a pesar de que el film no pertenezca a ese género), pero no
sé si la novela se presta bien a un film de dos horas y monedas, que fascina
visualmente pero no logra que nos identifiquemos con los personajes. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Posesión infernal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otro latino en Hollywood, en este caso, el uruguayo Fede Álvarez, a
quien Sam Raimi dio su bendición para que filmara una remake de su primer film,
“Evil dead”. El feeling de la original y de esta entrega son ciertamente
distintos; la de Raimi tenía mucho humor lunático, mientras que la actual
apunta puramente al terror (y terror “serio”). Y en ese sentido es efectiva,
aunque más por el gore que por el suspenso (de ninguna manera es “la película
más terrorífica que hayas visto”, como fue promocionada). Los personajes en sí
no generan mucho interés por más que se les haya adosado una historia que
supuestamente nos debería crear empatía. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Contrarreloj”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
otra película con Nicolas Cage como héroe de acción (y van...), y en este caso
estoy muy a favor del resultado. No es gran cosa, pero su falta de pretensiones
y el hecho de que cada intérprete se toma su papel en serio la hacen bastante
disfrutable. Aquí el tipo debe rescatar a su hija de un antiguo compañero de
fechorías, y las diversas escenas de acción y persecución están dirigidas con
rigor. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La memoria del muerto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: sinceramente, no entiendo del todo por qué este film
argentino de terror tuvo buenas críticas. A pesar de contar con un gran reparto
(que incluye a Lola Berthet, Matías Marmorato, Rafael Ferro, Gabriel Goity y
Luis Ziembrowski), la cosa parce estar dirigida como si fuera un chiste entre
amigos, o como si el mero hecho de dirigir una película de este género en este
país diera como resultado sí o sí algo valorable, y entonces cualquier cosa
vale. La verdad es que la dirección de actores se acerca más a lo histérico-telenovelesco,
y sólo algunos de los climas generan algo de miedo. 3 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“G.I. Joe: el contraataque”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: la secuela del film de aventuras del film del 2009
reformula casi todo su elenco, haciendo que esta vez el protagonista principal
sea Dwayne Johnson (y en la segunda mitad se agrega Bruce Willis). El film es
por momentos mejor y peor que el anterior, según la escena que estemos viendo
(una pelea entre personajes que se balancean colgados entre montañas compite en
belleza visual con la escena de acción en París del film original). En general
el film va a los bifes sin muchas complicaciones ni aires de grandeza, lo cual
podría ser elogiable, pero también se extraña algo del espíritu novelesco e
historietista del film anterior. Al menos el “ninja bueno” y el “ninja malo”
son interpretados por los mismos carismáticos actores de la original, pero eso
no alcanza para levantar al film a más de 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La reconstrucción”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Juan Taratuto (“No sos vos, sos yo”, “Un novio para mi mujer”,
“¿Quién dijo que es fácil?”) vuelve a dirigir a Diego Peretti, pero esta vez la
dupla sorprende por el cambio de registro; ya no se trata de una “comedia
inteligente” sino de un dramón de aquellos (aunque con toques de humor), con
Peretti viajando a la Patagonia para ayudar a un antiguo compañero de trabajo e
involucrándose con la familia de éste de una manera más profunda que la
esperada. Una de las mejores actuaciones de Peretti (decir eso de este
camaleónico actor ya es decir mucho), y el resto del elenco no se queda atrás.
Uno de esos films que algunos criticarán de “paisajista”, pero defiendo esa
belleza, defiendo la humanidad de sus personajes (que otros criticarían como
“naif”) y defiendo el uso de canciones en inglés de Alexi Murdoch (a pesar de
que es medio fiaca que se hayan elegido canciones usadas justamente en otro
film, “El mejor lugar del mundo”). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Jack, el cazagigantes”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a contramano del “modernismo cool” de films que
reinterpretan cuentos clásicos como “La chica de la capa roja” y “Hansel y
Gretel: cazadores de vampiros”, la historia de Jack y las habichuelas es
filmada aquí con mucho respeto por el espíritu de lo que son los cuentos de
hadas y las aventuras de matiné. Bryan Singer (“X-Men”, “Los sospechosos de
siempre”, “Operación Valquiria”, “Superman regresa”) se sigue mostrando como un
director amante del cine clásico, y Nicholas Hault demuestra, sin tener
necesariamente un gran carisma, al menos una pasta suficientemente querible
como para que deseemos que su héroe resulte triunfante en su lucha contra una
raza de temibles gigantes (y algunos soldados humanos corruptos). Una gran
aventura para experimentar en pantalla grande (sobre todo en Imax, donde la vi).
7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Leones”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: típica
película “de ghetto” argentina que sólo podrían apreciar los amantes de “lo
lento” o de los “films de festivales” (de hecho, la vi en el Bafici). Si no
tuviera una excelente fotografía (que sigue a un grupo de amigos por el bosque
mientras parecen hablar de intrascendencias), el film no tendría razón de ser,
pero no me parece mal que un componente fundamental del film (y que afecta la
manera en que debemos “aprehender” la historia) sea el manejo de la cámara (al
contrario: aplaudo que los recursos puramente cinematográficos se usen al
máximo, sobre todo cuando entregan tomas largas y sublimes como aquí). Por
supuesto, no es sólo eso lo que hace al film; hay además un misterio sobre por
qué algunos personajes se comportan de determinadas maneras o adónde están
yendo, y eso también importa. Esta película sí es pretenciosa, pero considero
que lo vale. 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Bomba”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra
que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. Sergio Bizzio deja de lado
la bizarrez y extrañeza de sus films anteriores (como director y/o guionista)
para contar la comprimida historia de un joven que se sube a un taxi cuyo
chofer tenía pensado detonar una bomba. El casi desconocido Alan Daicz y el
legendario Jorge Marrale aguantan toda la película ellos solos (salvo por algún
que otro flashback). El duelo no es tan jugoso como podría esperarse, pero es un
buen ejercicio de estilo. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Post tenebras lux”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. El polémico
mexicano Carlos Reygadas filma otra provocación fílmica que provoca tanta
fascinación y rechazo al mismo tiempo como “Japón” y “Batalla en el cielo”
(dejo afuera a “Luz silenciosa”, que no sólo es excelente y mi film favorito de
Reygadas sino que suele provocar pocos enojos). Filmada con un formato de
pantalla semicuadrado de 1x1.37 (y con unos lentes que a veces hacen difusos
los bordes de la pantalla, como si viéramos la escena a través de un vidrio),
el film combina lo sublime (como el comienzo, con una niña caminando en una tormenta)
con lo shockeante, y la aparente poca hilación entre algunas escenas y el todo
lo hacen muy críptico. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Viola”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra
que vi antes de su estreno comercial, en el Bafici. Y otra gran película del
argentino Matías Piñeyro (“El hombre robado”, “Todos mienten”) que vuelve a
mezclar enredos amorosos con referencias literarias (en este caso,
shakespeareanas). Es sublime y deliciosa la manera en que la cámara sigue a
cada una de las mujeres protagonistas, y también lo es la actuación de cada una
de ellas. Cada línea de diálogo está perfectamente entonada y cada toma está
milimétricamente planeada, pero nada se siente frío; todo fluye dejándonos con
una sonrisa permanente (al menos a mí; para otros será quizás otro film
argentino que se mira al ombligo con pretensiones cool). 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Oblivion, el tiempo del olvido”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Tom Cruise volvió a la ciencia ficción con este film
(que, de paso, vino a promocionar a Buenos Aires) del director de la
hiperestética pero decepcionante “Tron: el legado”. La verdad es que es
imposible que el argumento y la imaginería visual no nos remitan todo el tiempo
a otras películas (“Planeta de los simios”, “2001, odisea del espacio”,
“Matrix” y otras), pero aun así la cosa no se resiente, porque Cruise, como
siempre, nos hace interesar por el devenir de su personaje, y el ritmo del film
devela más amor por el cine y la narración que “intención de entregar puros
efectos especiales para recaudar dinero”. Aplausos también para Andrea
Riseborough, brillante en su papel de esposa profesional, sexy, insegura y
celosa. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“911, llamada mortal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra que vino a promocionar su estreno a Buenos
Aires: Halle Berry, quien en esta película hace de una operadora de una línea telefónica
de emergencias que debe ayudar a una adolescente secuestrada. Un film de
suspenso y acción pequeño en escala, que logra generar tensión de a ratos pero
no tiene nada de especial o llamativo para ser recordado (o particularmente
recomendado). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“The host: la huésped”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el nacimiento de otra saga de “adolescentes
enamorados que deben sobrevivir en un mundo peligroso”, basada en un
best-seller de la autora de la anterior saga con esas características: “Crepúsculo”.
El resultado es similar: obras con poca sustancia fílmica y diseñadas para recaudar
millones haciendo que los adolescentes se sientan únicos, especiales y con
principios. Quizás en este caso la película es mejor que en aquella otra saga,
globalmente hablando: se nota por momentos la mano de un buen director (Andrew
Niccol, responsable de “Gattaca” y “El señor de la guerra”) y las actuaciones
son mejores (la protagonista es Saoirse Ronan, quien mantiene su carisma de
siempre, y por ahí andan William Hurt como la voz de la sabiduría y Diane
Kruger como la villana). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“En trance”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
después de algunas películas muy aptas para el gran público (“Sunshine, alerta
solar”, “Slumdog millonaire”, “127 horas”), Danny Boyle volvió a provocar con
su film más laberíntico, un thriller con toques de humor y un trío protagónico
que pocas veces ha estado mejor: James McAvoy, Rosario Dawson y Vincent Cassel.
Un argumento con hipnosis, robos de cuadros, una problemática relación amorosa
y muchos flashbacks y cambios de perspectivas en la trama. Deliciosa para el
que está dispuesto a dejarse llevar por una catarata cinematográfica bien
lúdica. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Tadeo, el explorador perdido”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: film de animación español con un personaje a lo
Indiana Jones y toda la estructura de esos films de aventura en que el héroe
viaja a tierras remotas a buscar algún artefacto mítico o desentrañar algún
misterio. La intención de generar un entretenimiento clásico es buena, pero el
film es demasiado infantil, sin casi ningún atractivo para cualquier persona
mayor de 10 años. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Lazos perversos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: primer film norteamericano del coreano Park Chan-wook (creador de mi
admirada “Oldboy”), con los mejores papeles que han tenido hasta ahora Matthew
Goode y Mia Wasikowska, aquí como un tío y su sobrina que mantienen una
particular relación cuando él llega a la casa familiar luego de la muerte del
padre de ella. Hay una permanente sospecha sobre el personaje de él (¿es o no
un psicópata?), pero ella también tiene sus grises... Un film absolutamente a
base de climas, con un montaje que descoloca y un uso exquisito de la
fotografía y el sonido. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“En otro país”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
unión rara: la mítica Isabelle Huppert en un film del coreano Hong Sang-soo. La
película es absolutamente prototípica de su director, lo que equivale a decir
que es encantadora y brillante, y la Huppert se amolda perfectamente, dando una
de sus performances menos atormentadas. La historia son tres variaciones sobre
una situación similar (una mujer francesa que llega a una tierra remota, cada
vez por un motivo distinto), con recurrencias, diferencias e influencias entre
una historia y otra. Para el espectador que no acostumbra a ver films coreanos,
este podría funcionar como buena puerta de entrada al universo de este gran
director. 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Iron Man 3”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
la saga de “The Avengers” sigue adelante con uno de sus mejores films. Robert
Downey Jr. está mejor que nunca como el cínico superhéroe millonario que esta
vez empieza la película con crisis de nervios y que debe pasar gran parte del
film enfrentándose a los villanos sin mucha ayuda tecnológica, pues su armadura
es cuasidestruida en una gran escena de acción. Y esa alquimia entre el humor
constante y las impresionantes escenas de acción es altamente efectiva (la
mejor es la del héroe intentando rescatar a un grupo de rehenes soltados al
vacío desde el Avión Presidencial). El protagonista hasta se consigue un niño
compinche, una relación que no sólo no se apoya en cursilerías sino que hasta
se ríe sabiamente de ellas. Se nota la mano de Shane Black (guionista de “Arma
mortal”, “El último boy scout”, “Entre besos y tiros”), sobre todo cuando
Downey Jr. y Don Cheadle se perfilan como una pareja de acción que debe valerse
de ingenio y armas “normales” al mejor estilo Mel Gibson y Danny Glover. 8
Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El gran Gatsby”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Baz Lurhman es un director muy atendible, un desaforado creador de
películas que es imperativo ver en cine (“Moulin Rouge”, “Romeo y Julieta”,
“Australia”), pero casi siempre le faltan 5 para el peso. O le mete mucho
montaje frenético en la primera mitad de sus films, o construye personajes que
no terminan de generar empatía, o hace una mezcla a la que por momentos se le
ven las costuras. En este caso lo último no sucede pero lo otro sí: Leonardo
DiCaprio como el clásico personaje de la novela de Francis Scott Fitzgerald
provoca una interesante mezcla de simpatía y distancia en el espectador, pero
es el único del elenco que logra algo así, lo cual vuelve todo un poco
pedestre. Quizás enamorarse de los personajes no es un objetivo de este film,
sino presentar un mundo ideal para historias glamorosas y trágicas, y en ese
sentido sí logra lo que se propone. Lurhman parece haber nacido para hacer esta
adaptación, ideal para dar rienda suelta a sus delirios de dirección artística,
montaje y fotografía (e incluso el uso del 3-D, novedad para un film de este
director y para una adaptación de una obra literaria clásica). 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Ataque a la Casa Blanca”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el primero de los dos films del año con argumento
“terroristas atacan la Casa Blanca”, esta es la que tiene un tono más serio.
Lamentablemente Gerard Butler como el héroe protagonista no despliega el
carisma suficiente (pero eso es casi una constante con este actor). De todos
modos, la película funciona como “una de acción y punto” (de hecho, la toma en
sí del edificio es un gran momento, por más que muchas reseñas hayan resaltado
lo inverosímil de la escena). Con momentos demasiado patrioteros (sobre todo en
el personaje de Melissa Leo), pero que por suerte no provocan indignación sino
risa por lo exagerados. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Spring breakers: viviendo al límite”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: cosa rara, se estrenó en la Argentina un film del
polémico Harmony Korine. El motivo, por supuesto, es el relativo éxito mundial que
tuvo, y el gancho de tener protagonistas conocidos (James Franco, Selena Gomez,
Vanesa Hudgens) en una trama muy “explotation” (jovencitas superficiales que
veranean, se alcoholizan y se drogan eternamente en bikini y pasan a ser
acompañantes de un mafioso que las adiestra en el mundo de las armas).
Fotografía, sonido, música y montaje se aúnan para dar una experiencia
sensorial que por suerte es más que lo recién descripto, pero no llega a ser la
obra maestra que muchos vieron. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El reino secreto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: bienvenido el hecho de que estrenen con copias subtituladas un film
de animación, sobre todo uno que no es de los dos estudios de animación más
populares (Disney y Dreamworks), sino de BluSky, los responsables de las sagas
“Río” y “La era de hielo”. A diferencia de ellas, “El reino secreto” no está
tan orientada al humor o al infantilismo, sino más bien a la aventura. Y en ese
sentido, se banca bien (sobre todo visualmente) pero no mucho más. Se destaca
el hecho de tener a un co-protagonista masculino que durante gran parte del
film está lamentándose por la muerte de una reina a la que no pudo salvar,
dándole una sorprendente adultez al asunto. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Rápidos y furiosos 6”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: la anterior entrega de esta saga había sorprendido
gratamente, ya que, a diferencia de los films previos, no era “innecesariamente
oscura” ni tenía “tiempos muertos o aburridos”, sino que apostaba todo el tiempo
por la humorística camaradería entre sus personajes, la claridad argumental y
escenas “larger than life” que pagaban cada una el precio de la entrada (sobre
todo si se veía el film en Imax). La sexta tiene las mismas características,
aunque esta vez sí hay un velo de tragedia que sobrevuela al film. Pero el
disfrute es igual o mayor que en la quinta parte, y casi podría decir que este
film tiene el más claro ejemplo de “escena de acción inverosímil pero
absolutamente mítica y placentera que, si no te gusta por considerarla
exagerada, es que no entendés el placer que puede dar el cine pochoclero cuando
es bueno”. Por si todo esto parece una “apología de la estupidez”, debo decir
que los personajes están tratados con verdadera personalidad y cariño, a diferencia
de lo que ocurre en sagas como “Transformers”. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Rouge amargo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
buen intento del cine argentino por hacer un film noir sucio, cínico y
pesimista, es decir, como se debe. Y en teoría Luciano Cáceres y Emme tienen
toda la pinta para hacer de los antihéroes protagonistas, pero en la práctica
no exudan el carisma necesario y la cosa se queda a medio camino. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Ginger y Rosa”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: mi primer film de Sally Potter en cine (y menos mal que fue esta y no
la aburrida y premiada en su momento “La lección de tango”). La siempre
encantadora y talentosa Elle Fanning coprotagoniza la historia de dos amigas de
las cuales una se va relacionando poco a poco con el padre de la otra. Más allá
de eso, el contexto (Londres 1962: guerra fría, revolución sexual, etc.) y el
elenco (Annette Bening, Oliver Platt, Alessandro Nivola) generan un constante
interés, y el film se sostiene hasta su final sin dar respuestas fáciles a
ningún conflicto. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Masacre en Texas: herencia maldita”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el mítico slasher de los 70s “El loco de la
motosierra” (“The Texas chainsaw massacre”) había tenido varias secuelas e
incluso una remake que generó una nueva saga, pero ahora a alguien se le
ocurrió hacer una nueva secuela... de la original (que ignora a las otras
secuelas existentes). Y en 3-D. Interesante idea, y el argumento no es ridículo
como mucha gente opina, excepto por el tema del tiempo: la acción transcurre 20
años después de la original siguiendo a una mujer que es heredera de la familia
psicótica sin saberlo, pero ese personaje no tiene 40 años ni se comporta como
alguien de esa edad, sino más como alguien de 20... y, definitivamente, el film
transcurre en la actualidad. Así que, salvo que estén pretendiendo que la
original transcurría en los 90s, la secuela parte de un sinsentido. Podría
pensarse que esta disquisición es más interesante que el film en sí, pero eso
sería en parte injusto: el film cumple con su cometido de ser una de misterio y
terror que continúa (o inaugura, más bien) una mitología atendible. Incluso muchos
se quejaron del final pero para mí es exactamente adonde la película apuntaba y
no está mal. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cristiada”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
épica mexicana (pero hablada en inglés) sobre la lucha de los cristeros contra
el gobierno que en la década de 1920 perseguía a quienes practicaban la
religión católica. Un par de nombres míticos centroamericanos (Andy García y
Rubén Blades) encabezan el elenco de un film con mucho atractivo para pantalla
grande y con un niño coprotagonista con sorprendente sentido del honor que se
roba gran parte de la atención. Podría criticársele al film que no aporta nada
nuevo al género y que de hecho parece una película propagandística y “for
export”, pero su valor de entretenimiento la salva. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Héroes del espacio”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: film de animación (el primero para cines de los
estudios Rainmaker Entertainment) sobre dos extraterrestres que caen en la
Tierra. Nada novedoso, ni argumental ni estilísticamente. Al menos su aspecto
visual era disfrutable en cine, pero globalmente hablando la película apunta a
niños o púberes y nada más; quién sabe si habiendo visto la versión subtitulada
opinaría lo mismo... 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hermanos de sangre”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el gran Sergio Boris compone a un genial personaje,
un desquiciado que se comporta como ángel guardián de un gordito al que le va
mal en muchos aspectos de su vida. Que un desquiciado sea tu ángel guardián
implica que probablemente acosará a quienes te humillan, y otras cosas más...
Con mucho humor y algo de gore (y con guión de Nicanor Loreti, el de la
grandiosa “Diablo”), este film es un pequeño triunfo del cine argentino. 7
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Un lugar donde refugiarse”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra película basada en una de las lacrimógenas
novelas de Nicholas Sparks, y de hecho, su segunda adaptación cinematográfica
en ser dirigida por Lasse Hallstrom (la primera fue “Dear John”). Todos sabemos
que este director ha hecho cosas mejores, pero también sabemos el género al que
pertenece el film y que lo mejor que podemos esperar es eficiencia narrativa
y buenas actuaciones, no una obra maestra del cine. Por suerte, lo esperado
está, así que no tengo mucho que criticarle a esta película porque nunca esperé
más de lo que me podía dar (y no considero que lo que da es ninguna bazofia). 6
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Nada es lo que parece”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: le habían dado tanta manija a este pochoclero film
hollywoodense que, la verdad, me decepcionó un poco (no es tan disfrutable como
las dos últimas entregas de “Rápido y furioso”, por poner ejemplos de películas
que sólo buscan entretener a la masa sin ninguna pretensión de prestigio).
Tiene un elencazo: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher y Dave Franco
como un cuarteto de ilusionistas que roban a los poderosos, Morgan Freeman y
Michael Caine como dos voces de la experiencia que los buscan por diversos
motivos, y Mark Ruffalo y Melanie Laurent como dos agentes de la ley que
intentan resolver los diversos misterios de la trama. Pero en la práctica, solo
estos dos últimos se lucen; los otros aportan oficio pero nada que nos
maraville, y tampoco lo hace el argumento por más sorpresas que esconda. 6
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Después de la Tierra”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: después de “Sexto sentido” y “El protegido”, los
films de M. Night Shyamalan han sido cada vez más odiados por público y
crítica, pero creo que esta película lo redime un poco. A priori es otro film
de ciencia ficción apocalíptico de los que tanto predominan hoy en día, pero en
la práctica es una de aventuras clásica, con un personaje enfrentándose a la
naturaleza en un viaje en el que debe lidiar con retos físicos y psicológicos.
Que el dúo protagónico sean Will Smith y su hijo molestó a muchos, pero esta
vez el pibe no es odioso (para mi gusto), y además el final es ideológicamente
atendible, lo cual es sorpresivo. En cuanto al estilo, lo sigo bancando a
Shyamalan, y este film es una muestra más del rigor y cinefilia que le aplica a
cualquiera de sus obras. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La cacería”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el director de la ya mítica “La celebración” vuelve a generar interés, ahora
con Madds Mikkelssen como impresionante protagonista de una historia en la que
un maestro de kindergarten es acusado de abusar de una niña. La tensión se
corta con papel, y Mikkelssen se carga toda la película al hombro. Este es un
perfecto ejemplo de “película europea prestigiosa” que puede gustar al gran
público, ya que su narrativa es absolutamente convencional y su devenir atrapa
a cualquiera. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El hombre de acero”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: la decepción del año. Increíble que se diga que esta
nueva versión de Superman “tiene toda la acción que siempre deseamos”, cuando
la verdad es que la media hora final es PURA acción al punto de dejar de ser
interesante (sobre todo cuando el héroe genera tanto daño colateral en su lucha
contra el villano, ¿dónde está la clásica bonhomía de Superman, que siempre se ocupa
de que ningún inocente salga lastimado?). Increíble que se diga que Amy Adams
es la mejor Lois Lane de la historia (es una buena actriz, pero que su
personaje no sea “despistado” como la Lois que hacía Margot Kidder no es
síndrome de “seriedad”, sino que en la práctica deriva en, lisa y llanamente,
un personaje menos atractivo y cinematográfico). Increíble que se diga que los
personajes están mejor desarrollados que en cualquier otra versión: que las
motivaciones de cada uno sean claras no implica calidad en el resultado si
nadie entrega el carisma que en la saga original tenían los villanos Terence
Stamp y Gene Hackman o el héroe Christopher Reeve (quien no daba solo una gran
actuación sino dos, ya que sus personificaciones de Superman y Clark Kent eran
realmente distintas). En fin, la solemnidad que impuso el productor Christopher
Nolan no funciona tan bien como en su propia saga “Batman, el caballero de la
noche”. Al menos el director Zack Snyder dejó un poco de lado el desborde
visual de “<st1:metricconverter productid="300”" w:st="on">300”</st1:metricconverter>,
“Watchmen” o “Sucker punch” (que habría generado mucha distancia entre este
film y el espectador) y la música de Hans Zimmer es buena y épica (no sería
justo compararla con la amada música de John Williams de la vieja saga, ya que
un film no es malo sólo por ser menos bueno que otro, pero todos los otros
aspectos que mencioné sí son criticables por sí solos sin necesidad de
comparaciones). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Guerra mundial Z”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una de las sorpresas del año. Si bien no se mantiene la original (y
poco hollywoodense) estructura de la novela en que se basa, este film logra ser
una muy buena, entretenida y seria película de catástrofe en la que la
catástrofe es una epidemia que transforma a la gente en zombies. Las cuatro o
cinco grandes escenas de acción del film están dirigidas con un rigor y una
tensión que uno no esperaría del director de la incomprensible película de
James Bond “Quantum of solace” (sobresalen la escalada de violencia en Israel y
la escena en el avión, de la cuál uno se pregunta cómo es posible que alguien
vaya a salir vivo). El 3-D está muy bien aprovechado y Brad Pitt se la banca
bien como protagonista sin presentar actitudes superheroicas o divismos. 7
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Monsters University”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: precuela del hit “Monsters Inc.”, este film de
animación de los estudios Pixar zafa porque no pretende ser más de lo que es:
una película de estudiantina pero ambientada en ese particular universo donde
los monstruos aprenden a asustar a los humanos para abastecer a su mundo de
energía. O sea: no hay mucha moralina, y el humor se asemeja al de “Colegio de
animales” (pero se mantiene la excelencia de Pixar y su no abdicación a las
tonterías típicas de Dreamworks: una escena de quietud al borde de un lago
cerca del final del film es una muestra de que más que impactar, al director le
interesa narrar). Una buena muestra de que Pixar puede dar buenos films aunque
no sean todas obras maestras. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mi villano favorito 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra saga de animación que vuelve, en este caso de
menor calidad que los films de Pixar (tanto en la entrega original como en la
secuela). Sin un arco emocional que la sostenga como el de la primera parte, el
interés vuelca a lo romántico: el protagonista (que ya no tiene nada de
villano: empieza y termina siendo el bueno y punto) se enamora de una compañera
de espionaje con la que debe resolver un caso. Que, por supuesto, da pie para
la intervención de sus hijas adoptivas y, más importante, de los minions, esos
seres cilíndricos que se robaron la primera película y tienen ahora un
protagonismo mayor. Digamos que en la secuela los minions son lo único
grandioso (quizás el rapport entre Steve Carrell y Kristen Wiig sea bueno si
uno pudiera ver el film en inglés, pero aquí sólo se estrenó doblado). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El llanero solitario”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: fracaso en el resto del mundo, éxito en la
Argentina. Merecido para mi gusto, ya que el film, a pesar de estar
innecesariamente inflado (tanto en complejidad argumental como en cantidad de
personajes y duración), es un agradable western como los de antes. Johnny Depp
vuelve a hacer de un personaje extravagante como el Jack Sparrow que ya había
hecho para el mismo director en la saga “Piratas del Caribe” (o el “Rango” del
film animado en el que ambos incursionaron dos años atrás), y de a ratos su excentricidad
resulta molesta, pero de a ratos tiene el humor exacto que el film precisa.
Como protagonista, Arnie Hammer no es la mejor elección, pero tampoco provoca
un particular rechazo. ¿Quién no quiere volver a vivir una aventura clásica (en
la que lo digital de los efectos especial no se note y todos parezca realizado
“en vivo”) y, sobre todo, quién no quiere escuchar en cine la overtura de
Guillermo Tell, mítica música que este personaje se apropió hace más de medio
siglo? 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Antes de la medianoche”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: tercera parte de la saga que nos dio “Antes de
amanecer” y “Antes del atardecer”. Es decir: Ethan Hawke y Julie Delpy haciendo
de una pareja de enamorados al mismo tiempo abatidos por la vida pero con algo
de idealistas y con muchas ganas de conversar sobre cualquier aspecto de la
vida (y discutir), con Richard Linklater dirigiendo de manera brillante sin que
su mano se note como un estilo que interfiera con lo que se narra (hay tomas
larguísimas pero uno no se percata de la técnica en el momento por estar tan
compenetrado en lo que sucede). En mi opinión es la menos buena de las tres (y
diría que fue injustamente considerada una de las obras maestras del año), pero
continúa dignamente la saga y ofrece, como las otras, mucho para pensar y
sentir. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Turbo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el
film animado de Dreamworks de mediados de año. Siendo que para esa época cada
estudio se reserva la película a la que más confianza le tienen, esta funciona
como síntoma de lo decepcionante que fue el 2013 en materia de animación.
Quizás el verla doblada al castellano influya bastante en mi apreciación (el
aspecto visual era al menos atractivo en pantalla grande), pero sospecho que
esta historia de un caracol que se quiere meter en el mundo de las carreras de
autos no sería demasiado mejor si uno viera la versión con las voces
originales. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Metegol”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: después
del Oscar por “El secreto de sus ojos”, el sorpresivo siguiente proyecto de
Juan José Campanella fue este film de animación que, más allá del formato,
exhibía las constantes de su filmografía pero en “envase para niños”: cariño
nostalgioso por los valores “barriales”, bronca contra el progreso cuando
avanza sin pensar en el pasado, cinefilia a la orden del día, personajes
tiernos que parecen dejarse llevar por las conveniencias pero terminan
jugándose por sus principios... En este caso se trata de la historia de un
cuasiloser al que los personajes de un juego de metegol ayudan (a recuperar a
su enamorada, a enfrentarse al malvado de turno, a salvar a su ciudad). No me
parece mal que el estilo intente (y logre) copiar a Pixar y Dreamworks, ya que
Campanella siempre se nutrió de los géneros populares y hoy en día ese estilo
es casi un género (y no creo que el tipo haga un film así “sólo para recaudar
mucho” sino porque realmente lo popular es lo que le gusta). De todos modos,
por más que el público quede fascinado por ver esta técnica en un film
argentino, el guión no es tan redondo y la cosa se siente demasiado calculada.
Y un tema no menor es la contradicción ideológica que se presenta en un
importante partido: los muñequitos ayudan imperceptiblemente a meter goles al
equipo del protagonista, y cuando él se da cuenta les prohíbe seguir haciendo
trampa... ¡pero no dice nada de los goles ya metidos, que se siguen contando! 5
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Titanes del Pacífico”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el lúdico Guillermo del Toro (“Hellboy”, “El
espinazo del diablo”) se dio el gusto de su vida al contar con un presupuesto
millonario para filmar “una de kaijus”, es decir, monstruos gigantes que
amenazan la Tierra y deben ser contrarrestados con robots gigantes. Es decir,
algo así como varios Godzillas contra varios Mazinger Z, filmado con toda la
magnificencia visual, respeto y sensación de asombro que deberían haber
proporcionado los films de la saga “Transformers” si hubieran aprovechado el
material que tenían entre manos. Del Toro sí lo hace, así que tenemos gloriosas
batallas en las que realmente se siente la gigantez de monstruos y robots, pero
también tenemos humor del bueno y personajes con un mínimo de trascendencia (el
hecho de que, para manejar los robots, los humanos deban establecer una
conexión emocional, da pie para ahondar en conflictos personales y para algunos
gloriosos flashbacks). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los pitufos 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: sí, vi esta película en cine, porque le tenía confianza al director
desde la subvalorada “Scooby-Doo”... pero en este caso la crítica tenía razón.
Se trata de una pérdida de tiempo demasiado infantil, con un desperdicio
memorable de Hank Azaria, Neil Patrick Harris y Brendan Gleeson. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Wolverine: inmortal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el siempre atendible James Mangold (que dirigió las
sobrevaloradas “Tierra de policías”, “Inocencia interrumpida” y “Johnny y
June”, pero también las muy buenas “Heavy”, “3:10 a Yuma” y “Encuentro
explosivo”) se ocupa del nuevo film del personaje principal de la saga “X-Men”,
que da pie una vez más para una gran personificación de Hugh Jackman en su
versión recia. Y está muy bien que el talento en la puesta en escena esté al
servicio de una historia sobria en la que, por una vez, no está en juego el
destino del universo; el conflicto involucra sólo a unos pocos personajes y
sobre todo al honor (y el escondido corazón) de su protagonista, un héroe
torturado que no puede evitar enamorar a la joven doncella a la que debe
proteger. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El conjuro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el film de terror hollywoodense más venerado en los últimos años. Y la crítica
tenía razón: James Wan (que había inaugurado la polémica saga “El juego del
miedo” pero luego había sorprendido con la clásica y terrorífica “La noche del
demonio”) entrega su film más clásico, otra suerte de remake de “Poltergeist”.
Una familia es acechada por fuerzas sobrenaturales, y una pareja de
investigadores de lo paranormal acude en su ayuda. Salvo el padre de familia,
todos se lucen, desde la madre poseída que interpreta Lili Taylor hasta, sobre
todo, la pareja protagónica de Vera Farmiga y Patrick Wilson, que aportan mucha
humanidad y honor a sus personajes. Que la historia esté basada en hechos
reales no importa: la película funciona por la tensionante construcción de
climas, su clásica puesta en escena (que hace que la película sea buena todo el
tiempo, no sólo en las escenas de miedo) y el hecho de tener personajes
queribles y creíbles. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Red 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: tres
años antes se había estrenado “Red”, comedia de acción con gran reparto (Bruce
Willis, John Malkovich, Morgan Freeman, Mary-Louise Parker, Helen Mirren,
Richard Dreyfuss, Brian Cox y más) y basada en una historieta. Tenía buena
crítica pero me decepcionó; su aire demasiado cool quería hacernos sentir que
lo que veíamos era entretenido cuando para mí nunca lo fue. Pero eso sí lo
logra su secuela, definitivamente menos interesada en ser cool y más en ser una
agradable comedia de espionaje. Los agregados de Anthony Hopkins, Catherine
Zeta-Jones, David Thewlis y Byung-hun Lee aportan al disfrute. Pero, más que
nada, el personaje co-protagónico de Mary-Louise Parker tiene más espacio de
lucimiento. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El infiltrado”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: ¿Dwayne Johson (alias The Rock) como un padre de familia que se debe
infiltrar en mafias de camioneros para reducir la condena de su hijastro?
Seguramente se tratará de una película donde el tipo sensible muestra su garra
de acción al mejor estilo Vin Diesel, ¿no? No; increíblemente, no se recurre a
la imagen heroica de su actor protagónico, sino que el personaje podría haber
sido interpretado por cualquier hijo de vecino, pues, a pesar de su físico, es
un “hombre normal que no está acostumbrado a pelear”. Lo cual transforma al
film en algo más sobrio de lo esperado, cosa que, por un lado, es buena, pero,
por otra parte, lo hace menos especial. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los amantes pasajeros”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el peor film de Almodóvar desde la sobrevalorada
“Todo sobre mi madre”, aunque no es realmente una mala película (simplemente,
las que hizo en el medio tenían una calidad superlativa). Es más que nada un
regreso a las comedias desfachatadas que hacía en los 80s, pero con toda la
exquisitez visual que les suele imprimir a sus films hoy en día, incluyendo una
escena musical. El punto de partida (un avión queda a la deriva) dio para
muchas interpretaciones metafóricas por parte de la crítica, pero el film
debería sostenerse por sí solo sin necesidad de eso. Lo hace de a ratos (sobre
todo cuando vira al melodrama, la gran especialidad de Almodóvar en los últimos
años). 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Rockshow”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
increíble que se haya reestrenado en algunos países esta película-recital de
Wings, la banda que tenía Paul McCartney en los 70s, e increíble que ese
reestreno haya bajado también a la Argentina. Bah, no es tan raro si se tiene
en cuenta el fanatismo local por Macca, pero es muy celebrable que pasen esta
película mítica en vez de una filmación actual. Esto nos da la posibilidad de
ver (y en pantalla grande) una banda que hoy en día mucho no se escucha, y era
una gran banda. Con joyas como “Let ‘em in” y un sorpresivo cover de “Richard
Cory” de Simon & Garfunkel (a cargo de Denny Laine, un musicazo con toda la
polenta), más allá de incluir, naturalmente, los otros hits de Wings (“Band on
the run”, “Let me roll it”, “Live and let die”, “My love”, “Jet”) y algunos de
los Beatles, que en esa época no eran tantos como los que incluiría en sus
recitales un par de décadas después. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Habi la extranjera”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: interesante film sobre una chica del interior que
llega a Buenos Aires y se embebe en la cultura islámica. Gran trabajo
protagónico de Martín Juncadella y excelente ambientación (la pensión donde
vive y los vecinos están trabajados con realismo y carisma). Y además esta por
ahí el siempre bienvenido Martín Slípak. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Zambezia”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
una de las tantas películas regulares de animación estrenadas en el 2013 (y
casi todas en castellano, encima). Que África se vea impresionante es de
esperar (¿qué film animado hoy en día puede permitirse no ser visualmente
atractivo?), pero no recuerdo casi nada de su trama, y eso debe ser síntoma de
algo. Sólo sé que era otra más pensada sólo para niños. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Paisajes devorados”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: película rara para la filmografía de Eliseo Subiela,
y estrenada, si no me equivoco, solamente en el Malba. Un grupo de estudiantes
de cine descubre a un mítico director en un loquero, y lo intentan entrevistar
para dar a la luz su obra y entender qué pasó con su vida. El ambiente recuerda
a “Hombre mirando al sudeste”, pero el feeling de la película es bastante más
descontracturado y realista que lo que suelen ser las fantasías subielanas. Sin
llegar a ser gran cosa, tiene un espíritu sobrio que le hace bien. Valor
agregado: aparece por ahí Rodolfo Otero, guionista, novelista y profesor
argentino y conocido personal mío, a quien yo había visto un par de meses antes
(y menos mal que no me avisó de su presencia en el film, así pude tener la
sorpresa). 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Vino para robar”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: film argentino “industrial” que se inscribe en el género “heist
movie” o, más específicamente, en el género “film de intriga en escenarios
lujosos con una pareja despareja en la que inevitablemente nace el amor” (como
los que hacían Alfred Hitchcock o Stanley Donen en los 50s y 60s, onda
“Charada” o “Para atrapar al ladrón”). En este caso la pareja es Daniel Hendler
y Valeria Bertucelli, y mínimamente la cosa funciona. Hay un gran uso de los escenarios
naturales (la acción transcurre en Mendoza) y un buen timing, sin llegar a ser
una maravilla (una o dos fallas de guión se resienten). 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Star trek: en la oscuridad”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una vez más, J.J. Abrams hace una película
pochoclera de las buenas, llena de aventura, humor y personajes con carnadura.
No tiene sentido comparar esta secuela con la serie o con la anterior saga de
películas de “Viaje a las estrellas”, ya que se trata de una saga diferente; lo
único que importa es si es buena y tiene sentido en sí misma (y como secuela de
su predecesora del 2009), y así es. No hay referencias que sólo puedan ser
entendidas por fans de la anterior saga, y sí hay puro entretenimiento, un
genial uso de los efectos especiales (especialmente apreciable en las escenas
con pantalla ampliada que se veían en Imax), la grandiosa música de Michael
Giacchino y un mayor énfasis en la relación entre los protagonistas: el heroico
capitán Kirk y el cerebral Spock. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Causas y consecuencias”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el ex galán Robert Redford ya llega a la decena de films
como director, y su última película, como otras suyas anteriores, tiene más
peso en la seriedad de su argumento que en su construcción narrativa o su valor
como obra artística. El hecho de que él mismo sea el protagonista es
refrescante, ya que hoy en día no suele aparecer en muchas películas, y el
reparto combina otras viejas glorias (Nick Nolte, Julie Christie, Susan
Sarandon, Sam Elliott) con performers más actuales (Shia LaBeouf, Chris Cooper,
Anna Kendrick, Stanley Tucci, Terrence Howard, Brendan Gleeson). El argumento
gira alrededor las consecuencias que en el presente deben enfrentar ex
militantes que en los 70s ocasionaron la muerte de un guardia de seguridad. 6
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Drácula”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: maestro
del terror en los 70s, hace varios años que el italiano Darío Argento no hace
una gran película. Y viendo esta versión del clásico de Bram Stoker, es casi
imposible pensar que el tipo alguna vez fue un genio del género. Ridícula por
donde se la mire (excepto por un uso del 3-D que al menos es tan ostensivo que llama
la atención), el único atractivo es ver en pantalla grande a Asia Argento, hija
del director, y Rutger Hauer, en un papel tan mítico como el del Dr. Van
Helsing. Pero de terror o de climas, nada. 3 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Amenaza roja”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
otra remake de un clásico (o no tanto) de los 80s, en este caso se trata de
“Red dawn: los jóvenes defensores”, aquella película de acción donde Patrick
Swayze, Charlie Sheen, Lea Thompson y Jennifer Grey eran unos adolescentes que
debían enfrentarse a una invasión comunista en USA. Ahora los protagonistas
incluyen a Chris Hemsworth (o sea, Thor) y Josh Hutcherson (o sea, el pibe de
“Los juegos del hambre”) y los invasores son coreanos, pero, a diferencia del
film original, aquí no hay una sensación pesimista de “todo está perdido”, sino
que los improvisados guerrilleros parecen un grupo de héroes típico (con sus
altibajos, claro). Un aceptable entretenimiento de acción que no dura en la
memoria más que lo que dura la película. 5 Aires<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Reality”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: todavía
no vi “Gomorra”, pero le tengo ganas por todas las críticas que recibió. Y del
mismo director sí pude ver en cine “Reality”, que, a pesar de no ser un film
sobre el crimen organizado sino una comedia, posee un esplendor visual y una
garra cinematográfica difícil de superar. Un actor quiere aparecer en la
versión italiana de “Gran hermano”, y su deseo se va convirtiendo poco a poco
en obsesión. Ese resumen argumental no describe por qué la película es buena
(y, ciertamente, muchos de los que la vean entera no estarán de acuerdo, ya que
encontrarán intrascendente todo el asunto), pero era una experiencia
esplendorosa de ver en cine. 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cazadores de sombras: ciudad de huesos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra saga basada en una serie de novelas donde una
protagonista adolescente se enfrenta a un universo de villanos mientras se
enamora del muchacho que funciona como guía en ese mundo (como en “Crepúsculo”,
“La huésped” o “Divergente”). Tan intrascendente como las otras mencionadas,
con algo de interés que se desprende por ósmosis del relato (o de tener a Jared
Harris como la voz de la experiencia). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Aviones”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: film
animado desprendido de la saga “Cars”, esto es: según materiales promocionales,
el film está ambientado en el mismo universo en el que los seres vivos no son
humanos sino vehículos, pero en verdad no hay ningún personaje ni locación de
aquella saga que reaparezca en este film. En la práctica, no importa: si
alguien pensaba que la saga “Cars” era de lo peor de los estudios Disney-Pixar,
este spin-off es un abismo (aunque técnicamente es un film Disney pero no
Pixar). Lo sorpresivo es que el director y guionista de varios de los mejores
films de Pixar, John Lasseter, fue el guionista y productor de esta película. 4
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Percy Jackson y el mar de los monstruos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: esta secuela de “Percy Jackson y el ladrón del rayo”
es ligeramente mejor que su antecesora, lo cual no es decir mucho. La historia
que usa (o más bien tergiversa) mitología griega para narrar las aventuras de
los adolescentes descendientes de los dioses sigue siendo tan potencialmente
interesante como antes pero al mismo tiempo tan decepcionante... 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El hombre con los puños de hierro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otra decepción. El músico RZA protagoniza su primer
film como director, una historia de acción con varios héroes ambientada en el
siglo XIX, con artes marciales, prostitutas, espadachines y toda la mescolanza
que uno podría esperar de un film “apadrinado” por Quentin Tarantino. Es
básicamente un film grindhouse, es decir, una de esas películas desvergonzadas
setentistas de explotación que se pasaban en los autocines. Lo malo es que, por
más carisma que muestre el co-protagonista Russell Crowe, el protagonista
principal no provoca la suficiente empatía como para que nos importe lo que le
sucede, y todo lo que queda son escenas de acción que, si bien son buenas, no
son las genialidades que dirige el propio Tarantino. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Séptimo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el
segundo film del año con Ricardo Darín, y, como “Tesis sobre un homicidio”, es
una eficaz muestra de suspenso pero algo inflada desde las publicidades, y decepcionante
si uno espera encontrarse con una gran película. En este caso hay un misterio
(¿qué ha pasado con los hijos del protagonista, que han desaparecido de repente
de su edificio?) y una tensión constante del protagonista con la que es fácil
identificarse (y recordemos que Darín vuelve creíble e interesante cualquier
personaje; por más que sea un lugar común decir eso, es absolutamente cierto).
Pero este es un raro caso en que la corta duración del film es algo
contraproducente: casi no hay tiempo para saborear ese misterio y odisea porque
la película termina muy rápido. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cacería macabra”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: agradable sorpresa del cine de terror moderno. Aunque no debería ser
una sorpresa: el film no es bueno por novedoso o moderno, sino por su aspecto
clásico, por su generación de climas y su construcción de una heroína que es de
las mejores que ha dado este género en su historia (tanto en lo que respecta a
la actuación de la actriz como a la fortaleza del personaje en sí). Y más allá
de la protagonista principal, la puesta en escena es muy buena, y eso es lo que
inconscientemente les entrará a los espectadores (y no el hecho de que varios
de los actores sean directores representativos del cine independiente actual,
lo cual incluso podría ser una distracción si uno conociera sus rostros). 7
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Wakolda”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Lucía
Puenzo dirige su film más comercial (sin por eso llegar a ser lo que se dice
una película “pochoclera”), con dos figuras muy conocidas como Diego Peretti y
Natalia Oreiro como una pareja de 1960 que regentea un hotel en la Patagonia,
donde se esconde el criminal de guerra nazi Joseph Mengele, quien intenta usar
a la hija de ellos para sus experimentos genéticos. La joven actriz y el actor
que hace de Mengele también están muy bien, y completan un cuarteto protagónico
sin divismos (Oreiro confirma una vez más, para los que lo quieran ver, que
tiene carisma y entrega absoluta en cada rol que toma). La película en su
totalidad no llega ser todo lo buena (o tensionante) que podría ser teniendo en
cuenta su argumento, pero no deja nunca de ser interesante. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Dos armas letales”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Denzel Washington y Mark Whalberg son una impensada pareja con buena
química para esta comedia de acción con dos protagonistas enfrentándose a
traficantes de droga. No importa si los protagonistas están del lado de la ley
o no, ya que sus motivaciones y las de otros personajes son un ida y vuelta con
sorpresas que intentan mantener el interés del film, pero ni falta que hacía:
el carisma y el rapport entre ellos mantiene al film a flote en todo momento, y
además están Bill Paxton y Edward James Olmos relamiéndose en sus roles de
villanos. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Morrissey 25: live”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: film recital de Morrissey. Lo único criticable es
que no le hayan puesto subtítulos, y considerar que eso no es necesario porque
es un recital muestra que el que pensó eso ni vio la película, ya que hay
varias minientrevistas a los fans y además el propio Morrissey es un
hipershowman que le habla a su público (se desvive con una mezcla de sinceridad
y divismo al mismo tiempo, se muestra como alguien que sufre por amor pero con
humor... en fin, ¡es Morrissey!). La música: excelente, por supuesto. Pero
diría que conviene conocerla de antemano para saborear al máximo la experiencia
(o saber bien inglés si uno no conocía las canciones). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“R.I.P.D.: policía del más allá”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una de las películas peor recibidas por la crítica
en los últimos tiempos, no es que tenga algo particularmente terrible pero es
simplemente una pérdida de tiempo y desperdicio de recursos e ideas. Jeff
Bridges y Ryan Reynolds hacen de dos integrantes del cuerpo institucional que
da su nombre al film, es decir, dos muertos que deben poner el orden entre los
vivos, y camuflarse de maneras similares en que se camuflan otros
muertos/villanos. Todo esto suena muy parecido a “Hombres de negro”, lo cual
nos da un ejemplo de película elogiable con el mismo punto de partida
argumental y la misma mezcla de humor y efectos especiales. Esta debería haber
tenido un feeling similar, pero no hay química entre los protagonistas, y Jeff
Bridges por su cuenta no puede levantar la intrascendencia en la que se hunde
el film. 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El ataque”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el segundo de los dos films del año con argumento “terroristas atacan la Casa
Blanca”, esta la dirige Roland Emmerich (“Día de la independencia”, “Godzilla”,
“El día después de mañana”, “Stargate”), pero a diferencia de otros de sus
films, el énfasis no está puesto en la seriedad sino en la diversión del
asunto. Y, sin ser ninguna maravilla, la cosa funciona. Chaning Tatum zafa como
héroe porque no se toma mucho en serio a sí mismo (a diferencia de Gerald
Butler en “Ataque a la Casa Blanca”) y además los villanos (James Woods y Jason
Clarke) presentan actuaciones más carismáticas y creíbles que las de Rick Yune
en aquel film. Y hasta la hija del protagonista, un típico personaje que en
teoría odiaríamos, está bien actuado al punto que la niña se gana mis respetos.
6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hannah Arendt y la banalidad del mal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: si bien no era una gran película, fue para agradecer
que se estrenara en Argentina un film sobre la filósofa Hannah Arendt, que de
paso hizo posible que pudiéramos ver en pantalla grande hoy en día una película
de Margarethe von Trotta. Y protagonizada por la mítica Barbara Sukowa, nada
menos. Con una estética y una progresión narrativa casi televisivas, el film
interesa por su argumento pero no es nada imperativo ni siquiera dentro del
género biografía o testimonial. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La noche de la expiación”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: thriller con elementos de terror que parte de una
original premisa: Estos Unidos ha prosperado gracias a reservar una noche al
año en la que cualquier crimen es legal. Con ese punto de partida y una pareja
protagónica conformada por Ethan Hawke y Lena Heady, el interés está
garantizado, ¿no? En los primeros minutos parece ser así, pero cuando se desata
el caos, increíblemente la cosa se vuelve aburrida, y además termina muy
rápido. 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Jurassic Park”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: si había una película que merecía un reestreno, era esta aventura
sobre un grupo de personas intentando sobrevivir en un parque de diversiones
con dinosaurios recreados genéticamente. Básicamente, porque es uno de los
mejores entretenimientos que dio el cine en las últimas dos décadas, y porque
DEBE verse en cine. Sospecho que no hace falta volver a hablar de la brillantez
de Steven Spielberg para la conjunción de talentos (fotografía, montaje y, por
supuesto, música son perfectos), para la dirección de actores (sí, los
personajes importan en este film, o no nos interesaría seguir viéndolo) y para
la puesta en escena (lo que hace genial a la película no es el hecho de que los
efectos especiales sigan siendo excelentes 20 años después, sino la tensión y
la sensación de “descubrimiento de un universo nuevo”). Un excelente ejemplo de
cómo el cine pochoclero puede ser digno. 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Starlet”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: pequeña
comedia dramática sobre una actriz porno que, por particulares circunstancias,
se hace amiga de una anciana cascarrabias a la que trata de ayudar. La joven
actriz es Dree Hemingway, la bisnieta de Ernest, hija de Mariel y sobrina de
Margot, o sea: no le falta pedigré. Y la verdad es que se luce, en una
actuación naturalista que no la muestra como una actriz pretenciosa sino, todo
lo contrario, llena de humildad. La vieja también se luce, y el universo del
cine porno aporta algo de humor (y, contra lo esperado, poco y nada de
sordidez). 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Elysium”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: cuatro
años después de “Sector <st1:metricconverter productid="9”" w:st="on">9”</st1:metricconverter>,
su director vuelve con otra película futurista con elementos sociales. El
protagonista de aquella, Sharlto Copley, tiene un rol muy jugoso de villano;
mientras tanto, el héroe de esta película bastante más hollywoodense lo
interpreta Matt Damon. La construcción de una sociedad distópica en la que los
marginados intentan acceder al nivel de vida de los poderosos recuerda a “Metrópolis”,
pero con todo el “realismo” que permiten los tiempos actuales. Pero esa mezcla
de tecnología y suciedad no termina de involucrar lo suficiente, como tampoco
lo hace el usualmente confiable Damon. Por eso para mí la parte más interesante
fue el tercio final, criticado por muchos porque deriva demasiado a la acción.
6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Springsteen & I”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: otro reducido estreno musical, pero este se
diferenció de otros que hubo en el año por estar más centrado en el aspecto
documental que en el musical. Además los entrevistados no son Bruce Springsteen
ni su banda, sino sus fans; cada uno cuenta su amor por “el Jefe” y las
circunstancias en que lo vio en vivo. Increíblemente, esto resulta
interesantísimo, incluso para los que ni conocen a este músico, porque, justamente,
lo que tenemos es “gente cualquiera” que expone sus vivencias y sus pasiones,
casi siempre con humor (gran ejemplo: el esposo de una fan, que siempre la
acompaña a los conciertos de Springsteen, se queja de que suelen ser recitales
muy largos). Para el que quiere solo música, la media hora final es una
filmación “profesional” de parte de un recital reciente, con gloriosas
versiones de temas de todas sus épocas, y luego un epílogo relata cómo los
“afortunados que terminaron estando en la película” se enteraron de que iban a
aparecer en ella, y cómo algunos de ellos llegaron a encontrarse personalmente
con Springsteen. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La noche del demonio: capítulo 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: luego de “El conjuro”, James Wan estrenó la continuación
del film que hace tres años lo consagró como un maestro del terror clásico.
Lamentablemente, no pudo hacer doblete de grandes películas en el mismo año, es
decir, esta secuela es lo suficientemente entretenida como para pasar el rato
(sobre todo por sus protagonistas, Rose Byrne y Patrick Wilson), pero no llega
a las alturas gloriosas de la primera parte o de “El conjuro”, que nos había
esperanzado mucho por el estreno de esta secuela. Hay aspectos argumentales
ridículos y hasta risibles, pero esta cualidad más “grasa” del film en comparación
con los anteriores de Wan no lo hace malo, sino disfrutable en otro sentido
(uno mucho más intrascendente, por supuesto). 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Blue Jasmine”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
una vez más, un film de Woody Allen es un sorprendente éxito en la cartelera
porteña. Y una vez más se dice que es “su mejor película en muchos años”.
Admitamos que esta comedia dramática es más centrada y empática que lo que han
sido otros de sus films recientes, y que todo lo dicho sobre su protagonista
Cate Blanchett es verdad: se merecía el Oscar, el premio Nobel y cualquier cosa
que se nos ocurra por hacer de esta frívola pero débil mujer que debe comenzar
de nuevo en la vida intentando sobrellevar la decepción de que su esposo fuera
un estafador. Como siempre en Allen, el final es de lo mejor. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Riddick”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: nunca
había visto “Pitch black” ni su secuela “La batalla de Riddick”, films de
acción/fantasía/ciencia ficción que comenzaron a hacer de Vin Diesel una
estrella antes de la saga “Rápido y furioso”. Ahora que se estrenaba la tercera
me puse al día para poder verla en cine, y concuerdo con la opinión general: la
primera es un gran film de suspenso y la segunda es algo fallida. Pero la nueva
fue la sorpresa: Vin se muestra más carismático que nunca, y el comienzo son
unos 20 minutos a puro ascetismo sin diálogos que muestra cómo el protagonista
sobrevive solo en un paisaje inhóspito al mejor estilo “Náufrago” o “Wall-E”.
Luego el film se pone más “normal”, con el antihéroe yendo y viniendo entre
unos mercenarios que lo intentan atrapar y unas bestias autóctonas que masacran
todo a su paso, todo filmado con una sequedad y una precisión en el montaje que
hacen que la película sea una versión perfecta de lo que intenta ser. Y lo que
intenta ser es un entretenimiento muy digno: 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Capitán Phillips”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Paul Greengrass sigue con su estilo realista de cámara en mano,
realismo y tensión que tan buenos resultados artísticos le dio en “Domingo
sangriento” y “Vuelo <st1:metricconverter productid="93”" w:st="on">93”</st1:metricconverter>.
Nuevamente dirige una historia basada en hechos reales (la odisea reciente de
un barco abordado por piratas y el intento de rescate por parte de las
autoridades), y la película funciona tanto como las mencionadas, lo cual es
mucho. La novedad es que esta vez hay una superestrella como protagonista: Tom
Hanks. Se podría pensar que eso iría en contra de la sensación de realismo que
siempre busca este director, pero en la práctica su performance es de las menos
“ostensiblemente actuadas” que ha dado en su carrera, al punto tal que los
minutos finales sorprenden por la emoción genuina que generan (tal es así que
por esos minutos muchos consideramos que esta es la mejor actuación de Tom
Hanks en su vida). 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Adoro la fama”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Soffia Coppola sigue tan joven y personal como siempre; ahora filma
la historia real de un grupo de adolescentes que hace unos años se dedicó a
ingresar a las casas de famosos para robar alguna que otra ropa o joya y,
fundamentalmente, sentirse parte de la elite. Un tono bastante austero (casi
“realista”) cubre todo el film, y es una gran elección estética. Otra es la
dirección de actores, que busca resaltar la mezcla de inocencia y frivolidad de
estos personajes. Uno de ellos lo interpreta la ex Hermione de Harry Potter,
Emma Watson, que sobreactúa de la manera exacta que su personaje requiere y
confirma su buen futuro en el cine. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los elegidos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el director de los films de acción y fantasía “Legión” y “Priest” estrena ahora
algo un poco más recatado, serio y digno: una película de ¿ciencia ficción?
¿terror? ¿suspenso? Es básicamente un film de fantasmas en el que los fantasmas
parecen ser extraterrestres. Y es efectivo, en parte por la buena generación de
climas y el uso del sonido y en parte porque describe muy bien la
descomposición familiar que lleva a los protagonistas a ser víctimas de un
ataque sobrenatural. La siempre bienvenida Keri Russell y el resto del elenco
destilan la suficiente credibilidad como para que nos importe lo que les
sucede. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Tiempo de caza”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una de esas duplas con las que los blockbusters habrían soñado hace
unos años, John Travolta y Robert DeNiro, se unen por primera vez. El argumento
es obvio y minimalista pero no por eso deja de ser atractivo: un veterano de
guerra que busca a un antiguo contrincante para vengarse de un hecho del pasado,
y el subsiguiente enfrentamiento solitario entre ellos en medio de la
naturaleza, aislados del resto del mundo. Con ese argumento, hace unos años el
western con Liam Neeson y Pierce Brosnan “Perseguidos por el pasado” logró
mucho pathos y mística, pero en el caso que nos ocupa la cosa es sólo lo
suficientemente entretenida como para mantener un poco de interés durante el
metraje y nada más. Aunque hay que decir que esta película recibió críticas
malísimas injustamente. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Kick-ass 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
no había visto la mítica primera parte del 2010, así que la vi ahora para poder
ver la secuela en cine, y la verdad es que su mezcla de acción y desenfado me
encantó. Pero la continuación no es tan buena: si bien tiene el mismo universo
estético, humorístico y argumental que la primera, ya nada nos sorprende como
en la anterior, e incluso el viaje emocional de los protagonistas no es tan
intenso. Entre ambas, la joven Chloe Grace-Moretz se hizo cada vez más famosa,
con lo cual no es de extrañar que esta vez su personaje sea el que tenga el
arco argumental más interesante. A pesar de los reparos, es un film digno (que
muchos incluso encontraron mejor que la original), y tiene una gran escena de
acción en una autopista. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Gravedad”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
junto con “The master”, el mejor estreno comercial del año en mi opinión. Un
film que había que ver sí o sí en cine (y, si es posible, en 3-D), por la
tensión y emoción que genera y su espectacularidad y belleza visual. Sandra
Bullock sorprendió a todos como una sufrida científica en el espacio que debe
hacer de todo para sobrevivir lluvias de escombros e infinidad de peligros. El
director Alfonso Gómez Cuarón y su director de fotografía Emanuel Lubezki vuelven
a entregarnos sus famosos planos secuencia (con tomas que llegan a durar 10 o
15 minutos), pero en verdad es la totalidad del film la que conspira para hacer
de este “thriller catástrofe” una experiencia brillante: sonido, montaje,
música. En su segunda mitad la película se pone bastante emocional, al punto de
haber movido el interior de este espectador al menos un par de veces. 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Rush: pasión y gloria”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: mi primera película en cine de Ron Howard, director
de infinidad de films que todo el mundo vio en los últimos 30 años (de calidad
variable: “Splash”, “Una mente brillante”, “Llamarada”, “El Grinch”, “Apollo <st1:metricconverter productid="13”" w:st="on">13”</st1:metricconverter>, “El diario”, “Cocoon”, “El
código Da Vinci”, “Willow”). Y por suerte me tocó una buena para pantalla
grande: la historia de la rivalidad entre los automovilistas Nikki Lauda y
James Hunt, bien interpretados por Daniel Bruhl y Chris Hemsworth. Como es de
esperar, las escenas de carreras son adrenalínicas y tienen un uso de la
fotografía, el sonido y el montaje admirables. Pero también hay talento en la
descripción de los personajes y la época que les tocó: en esto Howard no parece
un director recatado sino un joven que quiere poner todo al asador con
desfachatez y garra. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Corazón de león”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: una de las grandes apuestas comerciales argentinas del 2013, de esta
comedia con Guillermo Francella y Julieta Díaz como una pareja que debe sobrellevar
el hecho de que él sufre una especie de enanismo podrían esperarse cientos de imprudencias
cinematográficas e ideológicas, pero la película sale bastante mejor parada de
lo que uno supondría de antemano. Los personajes de reparto casi no existen
(salvo quizás el hijo de Francella, interpretado por su hijo en la vida real),
pero Francella y Díaz sostienen el metraje con su carisma, y nunca hay una
innecesaria “defensa bienpensante y/o progresista” del protagonista. Es más, en
una escena el tipo deja de lado el humor y dice explícitamente que le molesta
“ser un enano”, y esa escena no tiene ninguna “solución” o “respuesta
tranquilizadora” de los otros personajes. No será una maravilla, pero es una
película hecha con al menos algo de respeto por el espectador, a diferencia de
lo que solían ser los “vehículos actorales” de Francella en la década del
noventa. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El arte de la guerra”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: mi primer film en cine de Wong Kar-Wai, el gran
clásico y moderno que nos dio, entre otras, “Chunking Express”, “Happy
together” e “In the mood for love”. La historia real de un maestro de artes
marciales chino y las idas y venidas con otros luchadores, entre ellos una
mujer con la que mantiene una rivalidad a lo largo de los años pero al mismo
tiempo una atracción amorosa nunca verbalizada. A pesar de que visualmente la
película es todo lo esplendorosa que uno esperaría, la verdad es que resultó un
poco más aburrida de lo deseado; sé que no fue una sensación mía porque a todos
los que conozco que la vieron les pasó lo mismo (quizás sí toca una fibra en
los expertos en la historia de las artes marciales, aspecto que se trata con
minucioso respeto). 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Metallica: through the never”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: el director de “Kontroll” (que todavía no vi) y la
gran secuela “Depredadores” realizó ahora “el film de Metallica”, algo que a
simple vista parece una mezcla de “ficción surrealista al estilo The wall o
Moonwalker” y recital, pero en realidad es 100% ficción. Y a pesar de que las
partes de concierto son las que llevaron a gran parte del público al cine (si
vas a ver una película cuyo título incluye la palabra “Metallica”, es porque te
gusta la banda y esperás verla en pantalla), en verdad lo más interesante es el
segmento “no recital”, con un joven que le hace los mandados a la banda y se ve
envuelto en situaciones de violencia post-apocalíptica y surrealista. Allí la
fuerza primal de las imágenes (casi no hay diálogos) y el buen uso del 3-D
hacían de la experiencia algo muy saboreable (si uno está dispuesto a dejarse
llevar más por clima que por argumento). 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Un paraíso para los malditos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a veces me parece que a Joaquín Furriel se le nota
el “esfuerzo por actuar bien”, y otras veces me parece que entrega la actuación
exacta que requiere el papel. Por suerte en este film sucede lo segundo: el
tipo es un recio que comienza un trabajo como sereno al mismo tiempo que
establece una relación con un enfermo mental del cual parece aprovecharse al
mismo tiempo que quererlo. La atención se la lleva el enfermo, interpretado por
Alejandro Urdapilleta en una de sus pocas apariciones en cine (y en el que fue
su último papel: gran despedida, realmente). El clima de cine negro está bien
logrado, y contar más sería contar demasiado. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“The iceman”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
basada en hechos reales, el ascendente Michael Shannon interpreta a un asesino a
sueldo que trabajaba para la mafia mientras le escondía su profesión a su
esposa e hijas durante toda su vida. Dado su argumento y su buen utilizado elenco
(que incluye un bienvenido regreso de Winona Ryder y una gran actuación de
Chris Evans), el film debería ser un poco más atrapante de lo que termina
siendo. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Las brujas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
después del derrape de “La chispa de la vida” (que aquí se estrenó después),
Alex de la Iglesia volvió al cine fantástico que marcó sus comienzos, sin dejar
de lado el humor. Todo comienza con una genial escena de robo, a partir de la
cual ya empezamos a querer al trío de ladrones protagonistas, sobre todo cuando
el hijo de uno de ellos está incluido en el hecho de manera tan campante. Y
cuando van a parar a una casona donde son apresados por un grupo de brujas
(liderado nada menos que por Carmen Maura), el disfrute sigue. Confieso una
debilidad por el humor español cuando ese habla tan particular viene dirigida
por tipos como De la Iglesia o Almodóvar. En su segmento final la película se
vuelca un poco de más a los efectos especiales, pero el balance es positivo.
Quizás no nos acordemos del film cuando hayan pasado varios meses, pero es un
rato muy entretenido. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Carrie”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: en
los papeles, esto se veía interesante: una nueva versión de la gran novela de angustia
y terror de Stephen King, con Chloe-Grace Moretz como la atormentada
protagonista y Julianne Moore como su dominante madre, y dirigida por Kimberly
Pierce (“Los muchachos no lloran”). En la práctica el film es una decepción en
todo sentido. No la comparemos con la anterior versión (del genio de Brian de
Palma), pero la verdad es que a la película le faltan dos cosas fundamentales
que la podrían hacer efectiva: identificación con los personajes y construcción
de tensión. Por supuesto, si uno la compara con el clásico de De Palma, es más
decepcionante todavía: cada cosa en que el nuevo film se diferencia del viejo
es una mala elección (en general nacida del afán de “aggiornar detalles para
atraer a los jóvenes de hoy”, por ejemplo haciendo que una de las humillaciones
que sufre la protagonista sea que la filmen con celulares cuando llora por
tener su menstruación). 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Thor: un mundo oscuro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: mucha gente criticó la primera “Thor”, que para mí
era una perfecta aventura que recordaba mucho a “Superman” por su humor, sus
escenas en espacios abiertos, el honor de su protagonista, el romance con la
“chica humana” y la estructura de “pez fuera del agua”. Con la secuela volví a
tener diferencias con la crítica en general: a todos les pareció mejor que la
anterior, pero para mí es un gran paso en falso, al punto de ser la segunda
peor película de la saga “Los Vengadores” (la peor sería el Hulk con Edward
Norton). El villano no logra ser interesante, y la historia va de aquí para
allá sin llegar a atraparnos demasiado; sólo se disfruta mucho, cuándo no, a
Kat Dennings en su papel de comic-relief y a Tom Hiddleston como el engañoso
Loki (el mejor personaje de esta saga, ya que, además de carismático, es
alguien cuyas intenciones nunca podemos estar seguros de conocer con certeza).
6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Escape imposible”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a pesar de que Arnold Schwarzenegger había aparecido en la saga de
Sylvester Stallone “Los indestructibles”, eso solo era un cameo (y además esa
saga estaba llena de estrellas de acción de los ochentas), con lo cual hasta
ahora no existía una “película posta protagonizada por una dupla
Stallone-Schwarzenegger”. Bueno, finalmente existió, aunque no tuvo tanta
promoción como la que habría tenido hace 20 años. Lo sorprendente es que es
sobria: no pone énfasis en el aspecto “encuentro entre dos leyendas de la
acción yanki”, sino que transcurre con normalidad como si los intérpretes no
fueran una dupla mítica. Lo decepcionante es que no tiene nada de especial,
nada por lo cual podamos acordarnos de ella media hora después de haberla
visto. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El quinto poder”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Benedict Cumberbatch (el nuevo Sherlock Holmes, que está apareciendo
en todos lados en cine) hace de Julian Assange en esta biopic que se centra,
por supuesto, en Wikileaks. Sumado a ese protagónico tenemos a Daniel Bruhl
como un antiguo socio que pasó a ser casi un enemigo por sentirse defraudado...
lo cual recuerda, naturalmente, a “Red social”. Pero eso no molesta, y de hecho
solo nos damos cuenta de esa similitud cuando la película ya terminó. Lo que sí
se nota durante el film es una supuesta “amplitud” que quiere cubrir todas las
posiciones sin tomar partido y un intento por hacer que la cosa se vea
“visualmente interesante” en diversos momentos para que no parezca puro
diálogo. Y eso es quizás lo que más se resiente, ya que en este caso el
argumento por sí solo debería generar interés sin necesidad de recurrir a
floreos... si la cosa está bien narrada, naturalmente. Y de alguna manera lo
está, pero es raro que el resultado no sea más apasionante. Punto a favor:
hacia el final el protagonista se queja de que la película sobre su historia
que se está filmando (o sea, el film que estamos viendo) seguramente incurrirá en
falsedades, y urge al público a que busque la verdad por su cuenta. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Diana, la princesa del pueblo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: finalmente se hizo “el film sobre Lady Di” y es
bastante menos épico y más personal de lo esperado. El motivo: la película no
cuenta toda su vida, sino que se centra en la historia de amor que ella vivió
con un médico pakistaní meses antes de su muerte. Hay humor y algo de realismo
en la manera en que se muestra la vida cotidiana de ella, que incluye sus
tratos con la prensa y sus intentos (fallidos) de que la guardia real no se
entere de sus relaciones. Y no importa que la caracterización de Diana sea
bastante distinta de lo que uno recuerda: Naomi Watts y Naveen Andrews logran
generar empatía en sus roles protagónicos. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Una segunda oportunidad”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a Julia Louis-Dreyfuss solo la vi en las series
“Seinfeld” y “Arrested development”, lo cual debería ser suficiente para ser su
fan, pero tengo entendido que hay otros proyectos en donde mostró más talento
todavía. Por suerte sí vi este film, una comedia donde ella y James Gandolfini
(que filmó esta película poco antes de morir) despliegan todo su encanto como
dos personas maduras que comienzan una relación minada por el hecho de que ella
conoce a la ex-esposa de él. No hay suficientes elogios para el carisma que
despliegan ambos: entre los dos se comen la película, que por otra parte no
intenta ser exageradamente graciosa ni insoportablemente tierna; está en su
punto justo. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El mayordomo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
como en sus dos films anteriores (“Preciosa” y “The paperboy”), el director
incluye su propio nombre en el título (“Lee Daniel’s The butler”), aunque esta
vez parece haber muy poca personalidad en el metraje. Lo cual implica un
desperdicio del gran Forest Whitaker como protagonista, quien aquí hace de un
mayordomo negro que sirvió a una multitud de presidentes de Estados Unidos
desde mediados del siglo XX. La supuestamente interesante idea (contar la
historia de cómo los afroamericanos fueron tratados por la sociedad y el
gobierno yankis a través del tiempo) no termina de enganchar, pues todo se
siente como una sucesión de escenas en vez de como una narración homogénea. Del
impresionante elenco (Robin Williams como Eisenhower, John Cusack como Nixon,
James Mardsen como Kennedy, Jane Fonda como Nancy Reagan, Alan Rickman como
Ronald Reagan, Liev Schreiber como Lyndon B. Johnson), sólo se destaca Oprah
Winfrey en su regreso al cine como la esposa del protagonista. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La sospecha”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
el canadiense Denis Villeneuve (director de la versión cinematográfica de la
aclamada obra “Incendies”) pasó a Hollywood con esta mezcla de drama y thriller
sobre la búsqueda de dos niños desaparecidos. Hugh Jackman es el padre de
familia que secuestra a un sospechoso porque está convencido de su
culpabilidad; Jake Gyllenhaal es el policía que trata de resolver el caso. Lo
más curioso de la película es que hacia la mitad el protagonismo pasa de uno al
otro. Algunos actores están desperdiciados (Maria Bello, Viola Davis), pero casi
ni nos percatamos, porque la ambición del film se vuelve cada vez más épica en
el buen sentido, llegando a durar dos horas y media y ofrecer una buena dosis
de tensión. El final en sí es para aplaudir, sugerente pero no explícito. 8
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El abogado del crimen”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: en los últimos años, cada nuevo film de Ridley Scott
resultaba “su mejor película en muchos años”, no por brillante sino porque su
etapa previa había sido bastante regular (ejemplos: “Hasta el límite”,
“Gladiador”, “Hannibal” o “La caída del Halcón Negro”). Pero ahora el tipo
entregó lo que considero, sin necesidad de comparar con nada, una cuasi obra
maestra. “El abogado del crimen” fue maltratada por la crítica, que consideró
que el guión del novelista Cormac McCarthy (“The road”, “No country for old
men”) era, precisamente, demasiado literario, y que “nadie habla así en la vida
real”. Ah, y que además la historia no va para ningún lado. Qué quieren que les
diga, para mí esa irrealidad le calza perfecto a la película, que, justamente,
es más un film de atmósfera, ambicioso y cínico, y no tanto una simple y lineal
historia de “abogado que se enreda en negocios sucios y debe hacer lo posible
por salir”. Ah, y también estoy en desacuerdo con los que critican la
performance de Cameron Díaz: su desquiciada frialdad es perfecta para lo que el
film propone. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Machete kills”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: hace unos años, Robert Rodríguez había expandido a largometraje su
“falso trailer” de una figura recia y heroica, “Machete”, que le daba la
posibilidad de lucirse como nunca a Danny Trejo. El resultado era menos
delirante y un poco más serio de lo esperado, pero no por eso poco interesante.
De hecho, la secuela, que es bastante más alocada y lúdica, termina siendo en
la práctica poco disfrutable, ya que el “todo vale” redunda en un desinterés
casi constante. Sí, varios famosos se divierten (Charlie Sheen, Mel Gibson,
Sofía Vergara, Cuba Gooding Jr, Lady Gaga, Antonio Banderas), pero el
co-protagonista, Damian Bechir, está totalmente desdibujado, y su ir y venir
entre el lado bueno y el lado malo es bastante más arbitrario de lo que incluso
un film tan loco como este debería permitirse. 4 Aires<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“En llamas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
quién sabe por qué, pero, a pesar de que esta secuela de “Los juegos del
hambre” mantiene una continuidad estilística y de espíritu con su antecesora,
es bastante más disfrutable e interesante. Y eso que su primer tercio no
funciona para nada bien y se siente como una sucesión de escenas mal hiladas.
Pero luego el juego en sí (es decir, la aventura) y la incorporación de contrincantes
como Amanda Plummer, Jena Malone y Jeffrey Wright dotan de vida al film, y el
final, si bien llega de súbito, corta donde tiene que cortar de manera
perfecta. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Lluvia de hamburguesas 2: la venganza de las sobras”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: lástima que esta secuela de aquella sorpresa del
2009 no estuviera dirigida por los mismos realizadores (quienes también
hicieron las buenísimas “La gran aventura: Lego” y “Comando especial”). Porque,
si bien es disfrutable, es una continuación bastante convencional. Por suerte,
la mezcla de humor y aventura sigue estando, junto con esa animación tan
estilizada que caracterizó a la original. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Kon-Tiki: un viaje fantástico”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: en 1947, un explorador noruego armó una balsa para
hacer un viaje antropológico entre Sudamérica y la Polinesia. El reducido
equipo que lo acompañaba incluía un camarógrafo, y el resultado de la filmación
ganó el Oscar a mejor documental en 1951. Ahora una dupla de noruegos filmó la
“versión cinematográfica oficial”, es decir, la peli de ficción, de este hecho.
Y, como sucedía con muchos films en la década del 30, se filmaron dos
versiones: una en noruego y otra en inglés (no hubo doblaje, sino que al mismo
tiempo se filmaron dos versiones que intentaron ser iguales). Lamentablemente
en Argentina se estrenó la hablada en inglés, que resulta “antropológicamente
menos realista”, pero de cualquier manera valía mucho la pena ver esta aventura
en pantalla grande. Cine primal, aventuras en altamar. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Omisión”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: le
tenía confianza a este thriller argentino con un argumento similar a “I
confess” de Alfred Hitchcock. Pero bueno, sin desmerecer, el director no es
Hitchcock, y más importante, Gonzalo Heredia no es Montgomery Clift. Y el
villano de Carlos Belloso y la policía de Eleonora Wexler no alcanzan para
levantar la puntería. La película es corta y nunca llega a despertar el interés
pretendido, aunque es respetable el intento de hacer un thriller industrial. 4
Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Paranoia”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
una de las peores decepciones del año. No porque alguien esperara algo
grandioso de este thriller, pero nadie creía que iba a ser tan increíblemente
aburrida. Y encima con dos leyendas como Harrison Ford y Gary Oldman secundando
al protagonista... Pero claro, es precisamente el actor principal el que atenta
contra el resultado, ya que Liam Hemsworth (básicamente, el hermano de Thor)
parece tener cero carisma y se lleva todo el film abajo. 3 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cuestión de tiempo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: Richard Curtis, guionistas de varios clásicos
modernos de la comedia romántica (“Cuatro bodas y un funeral”, “Un lugar
llamado Notting Hill”, “El diario de Bridget Jones” y “Realmente amor”, que
también dirigió) estrena su tercera película como realizador, una comedia con
romance pero también con bastante de drama. Y cómo no va a ser así si su tema
es el tiempo: cómo aprovecharlo, cómo intentar volver atrás, cómo apreciar cada
momento. Sí, todo suena muy cursi, y la película lo es, pero lleva ese peso con
orgullo. Su protagonista Denholm Gleeson (un joven que puede viajar al pasado
para cambiar eventos importantes de su vida) me parece por ahora un típico “joven
canchero que quiere ser un ganador haciendo de cuasi-loser”, así que espero que
en un futuro me caiga mejor. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Este es el fin”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: la única de las dos “comedias del 2013 sobre el fin del mundo” en
estrenarse en Argentina (la otra, “The world’s end”, fue directo a video). En
esta, varios integrantes de la “nueva comedia americana” (Seth Rogen, James
Franco, Jay Baruchel, Jonah Hill) hacen de sí mismos y muestran una mezcla de
hermandad, superficialidad, cobardía y procacidad supuestamente “realista”
(humanidad, bah) que es el gran gancho de la película. Eso podría molestarme:
el valor debería ser que el humor sea bueno, no que los personajes hagan de sí
mismos, aunque siempre sea ese factor, junto con la multitudes de cameos, lo
que atraiga a gran parte del público. Por suerte, en la práctica el humor no se
apoya sólo en el hecho del conocimiento previo que tengamos de sus
personalidades, y además el film realmente desarrolla una relación interesante
entre los dos personajes principales en vez de ser sólo una sucesión de escenas
humorísticas. Hay mucho delirio, lo cual está bien durante gran parte del
metraje pero no en un final musical que parece decirle al espectador “esta
parte no tiene relación con lo previo pero no importa, jodete”. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“En el camino”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">:
finalmente llegó al cine la adaptación de la supuestamente infilmable mítica
novela “beat” de Jack Kerouac. El director Walter Salles (“Estación central”,
“Diarios de motocicleta”) quiso hacer algo fiel al espíritu del original,
aspecto que no puedo juzgar porque no la leí, pero aplaudo que su ambición
intente aunar esa intención y al mismo tiempo las ganas de hacer algo que “se
sienta como una película” y no como una obvia adaptación de escenas de un
libro. No tiene sentido quejarse por la naturaleza trotamundos “sin conflicto
único particular” del film, ya que esa es la idea; a lo sumo podría decir que
es, esperablemente, un film que aburre por momentos, pero se sostiene
principalmente por la fuerza de su personaje más famoso (no el narrador, sino
el problemático Dean Moriarty), sorprendentemente bien interpretado por Garret
Hedlund, el antes galancito heroico de “Tron: el legado”. 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Pequeñas diferencias”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: a los habitués del Bafici, este film nos recordó a
la brillante “Yuki y Nina”. Sin llegar a esas alturas, esta película centrada
en la visión del mundo de una niña es todo lo gentil que podría pedir el gran
público, pero no por eso es tonta o malamente cursi y/o melodramática. La
puesta en escena es relativamente imaginativa (por momentos me recordó a la
novela “Le petit Nicolas”), y la trama también le presta atención a los
conflictos de los adultos. Hay un detalle argumental polémico, que en mi caso
acepté totalmente (y, por supuesto, no develeré aquí). 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El hobbit: la desolación de Smaug”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: la secuela de “El hobbit: un viaje inesperado” es
mejor y peor que aquella al mismo tiempo. Es mejor porque no parece haber
escenas innecesariamente extendidas, y el humor infantil de los enanos ha
disminuido bastante, con lo cual todo parece un poco menos “innecesariamente
infantil”. Es peor porque parece no haber una unidad, un “conflicto personal a
superar por parte del protagonista”, que sí tenía la anterior, por más que,
como esta, forme parte de una historia mayor. Incluso si eso no hubiera estado
pero las situaciones argumentales sí hubiesen tenido algún tipo de cierre (como
también ocurría en el capítulo del medio de la saga “El señor de los anillos”),
el film daría más la sensación de completitud. Tal como está, el final con
cliffhanger es bueno pero no es lo que yo considero artísticamente ideal para
una película. Ah, sorprende Evangeline Lily (la Kate de “Lost”) haciendo de una
elfa cuyo entendimiento/romance platónico con uno de los enanos, a diferencia
de lo que opinó gran parte de la crítica, no me pareció para nada traído de los
pelos. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Ritual sangriento”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: remake del film español “Somos lo que hay”, este film de terror
psicológico me aburrió bastante. La trama da para mucho, y la verdad es que los
protagonistas tienen rostros interesantísimos para una película de este género,
pero en la práctica los personajes no terminan de generar interés ni simpatía.
Además, el argumento hace que lo que va sucediendo no sorprenda nunca, pues
todo es tal cual lo imaginamos desde un principio. 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La chispa de la vida”</span></b><span style="font-size: 10.0pt;">: quién sabe por qué, este film de Alex de la Iglesia
con dos años de retraso finalmente se estrenó en Argentina (¿por el éxito de
“Las brujas”? No creo que haya tenido tanto éxito). Por mí la hubieran dejado
en el cajón, pues me pareció tan decepcionante como dijo gran parte de la
crítica. José Mota es un padre de familia con muy mala suerte, no sólo porque
está en busca de trabajo, sino porque un peculiar accidente lo deja tumbado con
una viga incrustada en la cabeza de manera que parece que moverlo causaría su
muerte. Comprensiblemente se convierte en la atracción de los medios, y ese es
el aspecto que más le importa a la película. Lo cual está muy bien, pero al
mismo tiempo hay una cuota de seriedad que no cuaja con lo satírico de la
película. Esto se vuelve muy patente en el final, que parece tirar por la borda
el espíritu del film que acabamos de ver. 4 Aires.</span></div>
Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-63599094487927503212013-09-29T21:24:00.000-07:002013-09-29T21:32:46.045-07:00Crónicas desde GEBA (Bruce Springsteen & the E-Street Band en Argentina)<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><span style="font-family: inherit;">14 de
septiembre, estadio de GEBA. Vayamos
por partes: empecemos mencionando al artista soporte, <b>Luciano Napolitanno</b>, que esbozó sendos covers de su viejo, el
fallecido y mítico Pappo. Sin diplomacia pero con encanto, el tipo (que tiene
una voz igual a la de su padre) intercalaba frases <st1:city w:st="on">como</st1:city>
“Aguante el rock and roll, carajo” y “Ésta es la mejor canción <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> mundo, qué hijo de
puta mi viejo”. Eso último era exagerado en mi opinión, viniendo antes de la
canción <b>“El tren de las <st1:metricconverter productid="16”" w:st="on">16”</st1:metricconverter></b>, que será un clásico <st1:state w:st="on">del</st1:state> rock local pero nunca consideraré la mejor canción <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> mundo. Como esa,
sonaron varios covers de Pappo (<b>“No
obstante lo cual”</b> de su etapa con Riff, <b>“Sándwiches de miga”</b>, <b>“El
auto rojo”</b>, <b>“Hombre suburbano”</b>)
y así el tipo logró amenizar un poco la hora previa al show del artista
principal. Terminó a las 20:20, y ahí nomás los plomos empezaron un largo
proceso de preparación del escenario que duró casi una hora, durante la cual el
público trató de amedrentar las inclemencias del tiempo con humor y buena onda
(la frase más escuchada fue “¡Dale, che, que tengo frío!”).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><span style="font-family: inherit;">Finalmente,
a las 21:13 los diecisiete integrantes de la E-Street Band se hicieron
presentes junto a un tipo algo jovial de 63 años que llegó trotando y se calzó
la guitarra dispuesto a todo: sí, el mítico <b>Bruce Springsteen</b> estaba entre nosotros, veinticinco años después de
su anterior visita. Y su estadía actual tuvo un comienzo mágico con el cover <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> gospel tradicional <b>“This little light of mine”</b>. No es un hit
precisamente, pero fue algo representativo del hecho de que, no importara
cuánto conociera uno las canciones que sonaran esa noche, cada segundo fue 100%
disfrutable y glorioso. Cuando sonaban los beats finales de la batería, Bruce
gritó “One, two, three” y ahí nomás se vino <b>“We take care of our now”</b> del último disco (cuyo título-estribillo
fue coreado por el público como si fuera una vieja canción amiga) y otro de los
aspectos representativos del show: muchas canciones se sucedieron sin pausa, es
decir, en los instantes finales de una se daba comienzo a la siguiente, llegando
a haber pasajes de media hora en los que no había un segundo de respiro. Después
de este ejercicio de salto y grito popular vino el alegre, lúdico y emocionante
riff que anuncia el comienzo de <b>“Badlands”</b>,
uno de esos temones que uno podría esperar hacia el final de un recital (aunque
en este caso yo había leído que la suele hacer por el principio). Y después el
Jefe volvió a su último disco para cantar una con espíritu celta: <b>“Death to my hometown”</b>, con su típico
tamborileo que parecía una marcha de guerra. Otra característica de la
trayectoria de este músico, que se hace patente en esta canción: el tipo puede
hacer canciones pesimistas, pero a veces les mete una instrumentación y melodía muy “up” que las hace sentir más bien "celebratorias y bailables".<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit;"><span lang="EN-US">Los dos
temas siguientes fueron los no tan conocidos por mí <b>“No surrender”</b> y <b>“Downbound
train”</b>, durante el cual, como era de esperar, el Jefe rió cuando se vio
pasar un tren por el costado de <span style="font-family: inherit;">GEBA. </span></span></span><span style="font-family: inherit;">Después vino <b>“Something in the
night”</b> y, ya que estaba con la temática de la noche, al terminar Bruce
preguntó en perfecto castellano y con voz de predicador religioso: “Esta banda
ha viajado miles de kilómetros para hacerles una pregunta: ¿pueden sentir el
espíritu esta noche?”. Y</span><span style="font-family: inherit;"><span lang="EN-US"><span style="font-family: inherit;"> </span>volvió
a repetir la pregunta un par de veces más, transformando a todo el estadio en
una suerte de iglesia. El sentimiento era de epifanía, realmente: todos los
presentes nos sentíamos hipnotizados por este pastor <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> rock and roll, que se mandó con la vieja
y seductora <b>“Spirit in the night”</b>.
Durante este tema se lució el saxofonista Jake Simmons, sobrino <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state> fallecido Clarence,
uno de los miembros más queridos y de más larga data de la banda. Jake y Bruce empezaron
a pasearse por las distintas pasarelas para acercarse al público, y ahí se
entendió la disposición de “porción izquierda-porción derecha” del campo; era para que el
tipo pudiera pasearse por el medio y estar lo más ecuánimamente cerca de todos
al mismo tiempo. No llegó al extremo de dejar que lo audiencia lo llevara en
andas, <st1:city w:st="on">como</st1:city> leí que sucedió en <st1:place w:st="on"><st1:country-region w:st="on">Chile</st1:country-region></st1:place>, pero casi. Este desvivirse
porque el público lo pase bien fue algo que hizo muy especial al show: a pesar
de que algunas frases en castellano (como “¡Hola, porteños!”) hacían recordar
la insoportable demagogia del Bono más moderno y temer lo peor, la actitud de
Bruce es distinta, porque en él es muy claro el disfrute y la sinceridad con
que hace las cosas (y además mi sensación es que en Bono importa más el gesto
mientras que en Bruce importa más el resultado, es decir, el disfrute
compartido de público y artista). La cosa es que después de esta explosión de
demagogia “bien entendida”, el tipo recogió varios de los carteles del público
en los que se pedían canciones específicas, los llevó detrás del escenario y
volvió con uno: <b>“Cover me”</b>, que a
continuación la banda pasó a interpretar. Uno de los temas menos interesantes
de la noche para mi gusto, al que siguió otro <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state> cual opino lo mismo: <b>“She’s the one”</b> (ojalá que los fans no
me asesinen por sacrílego, sé que fueron canciones muy festejadas). Luego llegó
otra canción “por pedido de carteles”: <b>“The
promised land”</b>, una de esas joyitas de cuya existencia uno quizás se había
olvidado, y qué bueno fue redescubrirla en vivo. A continuación, una de esos
hits pop de los 80s en los que el tipo emulaba (muy bien) el groove de los 50s
y 60s: <b>“Hungry heart”</b>. Dejó que el
público cantara los primeros versos y aprobó en castellano: “¡Muy bueno, muy
bueno!”. Y del mismo disco vino otro tema que inauguró una tríada de canciones
más oscuras, que resultó uno de los grandes momentos de la noche. Primero fue <b>“The river”</b>, una de las mejores
canciones de su repertorio, en donde no sólo se lució en la armónica sino en su
desempeño vocal, tirando unos falsettos finales que parecían aullidos tímidos
de un lobo que lloraba en <st1:city w:st="on">soledad</st1:city> (el silencio que
reinaba por parte <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state>
público casi ponía la piel de gallina). Para los que, <st1:place w:st="on"><st1:city w:st="on">como</st1:city></st1:place> yo, aman esa canción, la performance
merece ser linkeada: </span><span lang="EN-US"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=pIGrVGxEb7Q">https://www.youtube.com/watch?v=pIGrVGxEb7Q</a></span><span lang="EN-US">
(la parte final con el elogiado falsetto empieza en 04:05). La segunda de esa
tríada fue <b>“American skin”</b>, una de
las sorpresas de la noche, ya que, siendo una “canción de temática social muy
específica”, sólo la hace en contadas ocasiones, pero el público se la sabía
bien y coreó con sentimiento el mantra “forty-one shots...” sorprendiendo al
propio Bruce. La tercera fue <b>“Because
the night”</b> (clásico que fue editado por primera vez por Patti Smith, a
quien también tuve la suerte de ver cantar este tema), y aquí el legendario
guitarrista Nils Lofgren se mandó un solo durante el cual empezó a girar <st1:city w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:city> un trompo para
delirio de la platea. Quizás no dije hasta ahora que la mayoría de las
canciones del show eran muy “para saltar con emoción” y esta fue casi el súmum
de eso.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText">
<span style="font-family: inherit;"><span lang="EN-US"> Después
volvió la “alegría” con <b>“<st1:placename w:st="on">Darlington</st1:placename> <st1:placetype w:st="on">County</st1:placetype>”</b>
(que yo confundí con “Cadillac ranch”), durante la cual el tipo se volvió a
acercar a distintos sectores <st1:state w:st="on">del</st1:state> público,
llegando incluso a treparse unos metros a la torre de sonido que se encontraba
en el medio <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state>
campo para saludar a la parte de más atrás y que pudieran verlo mejor. Luego
vino <b>“Shackled and drawn”</b>, que, sin
ser un clásico ni mucho menos, es otra que merece linkearse por ser un resumen
perfecto del feeling general del recital, ya que el siguiente video muestra
bien de cerca el disfrute que obtienen (y generan) Bruce y los suyos por el
simple hecho de hacer música en vivo: </span><span lang="EN-US"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=PIM-57WuWOU">https://www.youtube.com/watch?v=PIM-57WuWOU</a></span><span lang="EN-US">. Y siguiendo con
muestras bien representativas de la noche, se vino <b>“</b></span><b><span lang="EN-US">Waitin'
on a sunny day”</span></b><span lang="EN-US">, un clásico moderno de esta gira, una canción que
es imposible no disfrutar en vivo, sobre todo cuando Bruce siempre hace subir a
un niño <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place>
público para que cante una parte. En este caso el joven privilegiado no sabía
la letra, lo cual derivó en un momento de mucho humor tanto para el cantante <st1:city w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:city> para la platea, y
eso también merece linkearse: en 03:40 de </span><span lang="EN-US"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=KW4F8EKAj9o">https://www.youtube.com/watch?v=KW4F8EKAj9o</a> </span><span lang="EN-US">empieza ese mágico
momento.</span><span lang="EN-US"> Luego vino <b>“The
Rising”</b>, nacida <st1:city w:st="on">como</st1:city> canción esperanzadora
ante los atentados <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place>
11-9-2001, y debo decir que musicalmente es de sus canciones menos interesantes
para mi gusto. Pero por suerte lo que siguió fue otra de sus glorias míticas: <b>“Thunder road”</b>. O sea, una de esas
canciones que son viejas, buenas y emocionantes y que parecen resumir vidas y
SER vidas enteras... El saxofón del final tuvo ese sabor agridulce de siempre
que hace sentir que algo bueno se está terminando, pero por suerte todavía
faltaba un trecho (y aquí debo hacer un paréntesis: no seré el primero en
decirlo, pero Bruce Springsteen es uno de los pocos rockeros que ha sabido
hacer un buen uso del saxofón en sus canciones, incluso en los 80s, década en
la que ese instrumento cayó en las bastardas garras del easy listening).
Finalmente llegó <b>“Land of hope and
dreams”</b>, que sirvió <st1:city w:st="on">como</st1:city> un muy buen cierre <st1:state w:st="on">del</st1:state> primer bloque <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state>
show. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit;"><span lang="EN-US">Pero la
cosa seguía, y menos mal: el feeling celta regresó con <b>“We are alive”</b>, una celebración de la vida y el legado que nos
dejan los muertos, y uno de los mejores momentos de la noche, que dio lucimiento
a toda la E-Street Band. Y, claro, faltaban muchas canciones míticas; con la
emoción de todo lo vivido, yo hasta había olvidado la existencia de varias de
ellas, así que de ahí en adelante el sentir “¡uau, cierto que está este tema!”
se hizo cotidiano. La primera de ellas fue <b>“Born
in the USA”</b>, generadora del gran malentendido entre Bruce y la Argentina:
los que no lo conocen creen que es un tipo patriotero y nacionalista por esta
canción y la portada del álbum homónimo, pero no saben que toda su trayectoria
fue una crítica al poder que malogra las condiciones de vida de la clase
trabajadora, y que incluso este tema también es eso. Por suerte, el público <st1:state w:st="on">del</st1:state> recital no silbó la canción, cosa que yo temía;
arriba <st1:state w:st="on">del</st1:state> escenario blandían las banderas
norteamericana y <st1:country-region w:st="on">argentina</st1:country-region>, <st1:city w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:city> para recalcar que en
el fondo no somos tan distintos. Más allá de mi aceptación de la canción,
musicalmente no me llama mucho, todo lo contrario de la que siguió, la
archimítica <b>“Born to run”</b>. Pocas
veces debo haber coreado algo tanto <st1:city w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:city>
la frase “Tramps like us, baby, we were born to run”. En la parte final de esta
performance para atesorar, el tipo volteó la guitarra para dejarla con las
cuerdas hacia el público y se paseó por la pasarela para que los que pudieran
la arañaran, así que durante unos segundos lo que se escuchó fue algo impensado
en cualquier otro recital: la distorsión del público tocando la guitarra del
músico al que habían ido a ver (y eso puede apreciarse desde 03:41 de este
link: </span><span lang="EN-US"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=Wy8iGiQjUac">https://www.youtube.com/watch?v=Wy8iGiQjUac</a></span><span lang="EN-US">).
Acto seguido, Bruce volvió a los carteles que había recogido antes y sacó el de
<b>“Bobby Jean”</b>, otro tema que en
estudio no me había hecho mella pero en vivo se transformó en un recuerdo
impagable. Después vino otro “pop grasoso” que no es santo de mi devoción: <b>“Glory days”</b>. Aún así, la performance
se disfrutó, en particular por el despliegue de humor de Bruce y su eterno
ladero, el guitarrista Steve Van Zandt, que hasta hicieron algo así <st1:city w:st="on">como</st1:city>
la versión 2013 <st1:state w:st="on">del</st1:state> “a ver, a ver, <st1:city w:st="on"><st1:place w:st="on">cómo</st1:place></st1:city> mueve la colita”. Y
luego, lo infaltable: Springsteen sacando a bailar a alguna jovencilla <st1:place w:st="on"><st1:state w:st="on">del</st1:state></st1:place> público durante <b>“Dancing in the dark”</b>. En este caso
primero bailó unos segundos con una pelirroja y luego sacó a una que había
estado muy cerca mío y que tenía toda la pinta de “fan de Bruce” con bandana y
todo, al punto tal que el tipo le calzó una guitarra y la hizo rockear (o hacer
como que rockeaba) para delirio del público, que canalizó su deseo de cercanía
al artista con esta jovial avatar (desde 04:55 de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=1RI-nMFwkvc">https://www.youtube.com/watch?v=1RI-nMFwkvc</a>
se ven las intervenciones de ambas muchachas).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><span style="font-family: inherit;">Ahora sí,
la noche estaba por terminar. Durante otro tema mítico, <b>“<st1:street w:st="on"><st1:address w:st="on">Tenth Avenue</st1:address></st1:street>
freeze-out”</b>, y mientras Bruce se acercaba a todos los sectores <st1:state w:st="on"><st1:place w:st="on">del</st1:place></st1:state> público una vez más,
en las pantallas se vieron imágenes de Danny Federici y el ya mencionado
Clarence Simmons, dos recientemente fallecidos miembros de la E-Street Band.
Con todo el desgaste de energía de la noche y sus idas y venidas por el
recinto, Bruce bromeó gritando en castellano “¡No más, no más!”, pero por
supuesto que faltaba algún tipo de despedida oficial. En efecto, la última
canción con intervención de toda la banda fue <b>“Shout”</b>, el cover de los Isley Brothers, que se extendió durante
casi diez minutos durante los cuales el Jefe presentó a todos los integrantes
del grupo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><span style="font-family: inherit;">Y ese fue
el adiós de la E-Street Band, pero no de Bruce. El tipo hizo referencia a su
anterior visita prometiendo que esta vez volverá pronto, y dijo que tenía
preparada una canción en castellano pero no quería estropearla después de todo
ese ruido (“fuck it up after all that noise” fueron sus palabras exactas). Así
que prometió subirla a su web al día siguiente y dedicarla a <st1:place w:st="on"><st1:country-region w:st="on">Argentina</st1:country-region></st1:place>; ese tema resultó ser
“Sólo le pido a Dios” de León Gieco. En compensación, eligió para cerrar la
noche en solitario algo con un feeling parecido, una performance acústica y
casi bobdylanesca de <b>“This hard land”</b>,
otra oda a la clase trabajadora que recordó mucho a su álbum “The ghost of Tom
Joad”. Y con esa plácida despedida se fue, dejando a todos maravillados por
esas tres horas y veinte minutos de felicidad plena, y casi podría asegurar que
el 90% de los que tenían alguna duda ya saben con certeza que alguna vez en la
vida querrán volver a presenciar un recital de este tipo. Es posible que la
abundancia de adjetivos de esta reseña no dé una muestra verdadera de los sentimientos
que provocó el show, así que linkeo otras críticas que han hecho un buen
trabajo en describir las sensaciones que dejó el recital, que fue (junto con
el de Crosby, Stills & Nash en el Luna Park en el 2012) el mejor que vi en
mi vida.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><a href="http://www.elsicofante.blogspot.com.ar/2013/09/bruce-springsteen-en-argentina.html"><span style="font-family: inherit;">http://www.elsicofante.blogspot.com.ar/2013/09/bruce-springsteen-en-argentina.html</span></a></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><a href="http://cinematvcritik.blogspot.com.ar/2013/09/musica-critica.html#more"><span style="font-family: inherit;">http://cinematvcritik.blogspot.com.ar/2013/09/musica-critica.html#more</span></a></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="EN-US"><a href="http://www.hugozapata.com.ar/2013/09/bruce-springsteen-en-geba-un-sueno-cumplido/"><span style="font-family: inherit;">http://www.hugozapata.com.ar/2013/09/bruce-springsteen-en-geba-un-sueno-cumplido/</span></a></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyText" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-60543940402386011522013-05-26T21:56:00.001-07:002013-05-26T21:56:41.923-07:00Pequeñas reseñas del 2012<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 10pt;">Sí, señoras y señores, por primera vez en varios años, esta entrega no se retrasa un año, sino sólo unos meses. Les presentamos a continuación unas breves reseñas de los estrenos (o reestrenos) comerciales que han tenido lugar en Argentina en el 2012 y que yo he visto. Se puede leer sin temor a que se develen sorpresas de los films, ya que eso no sucede. Y vale dejar comentarios y estar en desacuerdo (pero no mucho).</span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Esperando la carroza”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>a pesar de que el
reestreno de este clásico argentino ocurrió en mayo del 2012, la sitúo aquí por
haberla visto antes que las otras. De hecho, no la fui a ver al cine, pero la vi
alguna vez, así que entra en la lista. Y el motivo por el que no vi su
reestreno es porque con los años fui descubriendo que no me parece una película
tan imperativa o merecedora de su fama (ni, por supuesto, un film que valga la
pena pagar para ver en cine). Es cierto que, a pesar de que su grotesco es a veces
exagerado, no es el único tipo de humor presente; hay una heterogeneidad de
recursos cómicos, y eso ayuda a que el film no resulte agobiante (por caso,
Mónica Villa y China Zorrilla muestran preocupación por crear situaciones
graciosas pero con personajes que se palpan “reales” en vez de con seres que se
agotan en muecas o en gritos fuertes; sí, digo esto teniendo en cuenta los
gritos que da Mónica Villa en toda la película). Aún así, el cine que uno fue
descubriendo a lo largo de su vida luego de ver este film de joven (incluso el
cine cómico) hacen pensar que esta película sólo le puede parecer grandiosa a
personas que no hayan visto mucho (eso suena elitista pero está dicho desde la
más pura estadística: cuanto más ve uno, más conoce, y más elementos tiene para
darse cuenta de a qué puede aspirar una película en general y una comedia en
particular). 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Buscando a Nemo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>otro reestreno que
no vi pero que incluyo porque es un film que vi alguna vez en mi vida (y la
sitúo en este lugar porque la vi hace unos 14 años). Lamentablemente me perdí
el 3-D, pero eso no impide recordar que este film de animación ya de por sí era
genial sin ese agregado, con su esplendor visual, su mezcla de humor y aventura
y personajes gloriosos con las voces de Willem Dafoe, Ellen DeGeneres (la
olvidadiza y ya clásica Doris) y Albert Brooks en un merecido e inesperado
protagónico como el pez Marlin que va en busca de su hijo perdido (el personaje
del hijo, Nemo, no es tan interesante). Otra de las joyas de Pixar. 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La separación”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>otra que se estrenó
después pero la situó aquí, porque la vi en el Festival de Cine de Buenos Aires
del año anterior. Una de las mejores películas iraníes de los últimos años (y
el mejor estreno del 2012 si no tenemos en cuenta reestrenos de films viejos),
algo que la diferencia de películas meditativas o más “lentas” como “El sabor
de la cereza” o “La manzana” es su ritmo: la tensión está siempre presente como
en el mejor thriller. Un matrimonio está en vías de separación porque la esposa
quiere emigrar y el esposo considera que no pueden dejar solo a su frágil
padre. En el medio de todo están la hija de ambos, una señora que ayuda en la
casa y el surgimiento de un nuevo litigio, cuya naturaleza conviene no develar.
Todo el elenco está sublime, y el film logra narrar brillantemente y al mismo
tiempo describir un estado de cosas en Irán sin sermonear. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El chico de la
bicicleta”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b>
</b>otra que se estrenó después pero la situó aquí por haberla vista antes en
un ciclo de cine. El primer film de los elogiados hermanos Dardenne que vi, y
al hacerlo entendí por qué son tan prestigiosos. La historia de un joven con
necesidad de alguna guía paterna (rol que termina cumpliendo la gran Cecile De
France) está narrada con una enorme humanidad y sin golpes bajos por más que el
argumento sea propicio para ello. Y sin efectismos que llamen la atención sobre
el film en sí; los directores hacen culto de una invisibilidad y humildad que
parece ser marca de fábrica. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El puerto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>otra que se estrenó
después pero la situó aquí por haberla vista antes en un ciclo de cine. De Aki
Kaurismaki, esta comedia de bajo perfil fue muy bien recibida por la mayor
parte de la crítica pero también recibió algunos palos (por ejemplo, de un
amigo fan de Kaurismaki, a quien llamaremos Jan-Paul para mantener en
anonimato). Los elogios son por narrar una historia pequeña con el encanto de
su protagonista, un chanta de gran corazón que sufre por la enfermedad de su
esposa mientras ayuda a un inmigrante ilegal. Los palos son porque la extrañeza
que sobrevuela el film parece forzada, casi como si la película hubiera sido
diseñada para cautivar audiencias de “films de arte” en vez de como un
verdadero proyecto personal. Creo estar un poco de acuerdo con ambas apreciaciones,
así que le doy 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Terror en lo profundo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>en los últimos años
el recientemente fallecido David R. Ellis había renovado un poco el género de
la intriga y el terror al otorgarle algo de desvergonzada diversión (“Celular”,
“Terror a bordo”, “Destino final <st1:metricconverter productid="2”" w:st="on">2”</st1:metricconverter>).
La cosa tambaleó con “El destino final”, la cuarta parte de la saga, en donde
casi no había motivos para disfrutar del film excepto por una tensionante
escena final. Y su último film, una versión moderna de las sagas de “Tiburón” y
“Piraña” originadas en los 70s, terminó siendo lamentablemente su peor
película. Aun teniendo de su lado el 3-D, la película no logra generar interés
en ningún momento. Hasta podríamos decir que hay demasiado énfasis en los
personajes y pocas escenas de tiburones, lo cual sería buenísimo si los actores
generaran algo de empatía. Pero ni fu ni fa; uno de los peores estrenos del
año. 3 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El precio del mañana”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>Andrew Niccol<b> </b>(guionista
de “The Truman show”, director de “Gattaca” y “Lord of war”) nos sitúa nuevamente
en un universo futurista. En este mundo la gente no envejece después de los 25,
pero también tiene un tiempo limitado de vida después de esa edad, que sólo se
puede aumentar... comerciando. Así es, aquí el tiempo es dinero, y el
protagonista (un Justin Timberlake al que me sorprendió poder soportar) está
todo el tiempo desplegando su carisma y su “calle” para ir comprando tiempo y
sobrevivir día a día (o a veces hora a hora). Queda muy clara la antinomia con
los ricos, que tienen todo el tiempo (vida) del mundo, y a quienes el
protagonista decidirá enfrentarse en una cruzada a lo Robin Hood. Tuvo algunas
críticas no tan buenas, pero a mí me pareció popcórnicamente entretenida. 7
Aires. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Las aventuras de Tintín”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: con la cuarta película de
Indiana Jones, Steven Spielberg había decepcionado un poco en su regreso al
cine de “aventuras pasatistas puramente popcorn”, género en el que supo reinar.
Pero con esta versión cinematográfica de las clásicas historietas de Hergé, el
tipo se redimió; es un film que tiene la mezcla perfecta entre acción y humor
que merecen estos relatos, y el hecho de que sea una película de animación
permite todo tipo de tomas y escenas “larger than life” que Spielberg está
acostumbrado a entregar. A pesar de que le técnica usada es el motion capture
que en otros films resulta en personajes con ojos de zombies, aquí la cosa
tiene el perfecto punto medio entre realismo y estilización. Vayan los títulos
del comienzo como muestra del disfrute que puede generar la película, o el
hecho mismo de que el guión es juicioso y, en vez de tener la típica duración
excesiva de las aventuras de hoy en día, termina la película a la hora cuarenta
y cinco dejándonos con ganas de más. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La última noche de la
humanidad”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b>
</b>extraterrestres invaden la Tierra. Nada que no hayamos visto en los últimos
años en el cine, con lo cual este film tendría que tener algo de novedoso o de
particular para entretener. O al menos debería ser entretenido... pero no,
simplemente se “aguanta” todo el tiempo con la suposición de que en algún
momento sucederá algo más interesante que lo visto en el minuto anterior. Y
nunca sucede. 4 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Sherlock Holmes</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> juego de sombras”</b>:<b>
</b>esta secuela potencia las virtudes y defectos del éxito del 2009. O sea: lo
negativo es que se lleva al extremo el cancherismo de Robert Downey Jr (lo cual
no es tan bueno como muchos piensan, ver también “Iron Man <st1:metricconverter productid="2”" w:st="on">2”</st1:metricconverter>) y el estilo clipero que el
director Guy Ritchie también despliega en otras películas (“Snatch”, “Juegos,
trampas y dos armas humeantes”, “Rock’n’rolla”). Pero también, por suerte,
sigue presente el espíritu de aventura y se expande la importancia de Watson,
un Jude Law que le da una increíble humanidad y carisma al personaje. Y esta
vez el villano es ciertamente más atractivo: Jared Harris como el mítico
Moriarty está inmejorable. 6 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los Muppets”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: un regreso muy esperado
por muchos por suerte no sólo no decepcionó a nadie, sino que compite
seriamente por el puesto de mejor film de los Muppets. Se recuperan aquí en sus
mejores expresiones todos los aspectos que conforman el universo de estos
seres, que podemos resumir en: alegría, melancolía, autorreferencia, música y
delirio. Los personajes siguen teniendo las mismas personalidades excéntricas
de siempre, Jason Segel (impulsor del proyecto) y su hermano, el nuevo Muppet, se
amoldan a la perfección al espíritu de esta saga y las nuevas canciones son
realmente geniales (“Man or muppet” fue la ganadora del Oscar, pero nada
provoca una sonrisa en el rostro como “Life’s a happy song”, y además regresa
la mítica “The rainbow connection”). Por si lo olvidaron: en este universo, no
hay nada de raro en convivir junto a muñecos, y a mucha honra. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“J. Edgar”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: Clint Eastwood sigue con
sus altibajos como director, es decir: no se puede decir que esta biopic del
director del FBI J. Edgar Hoover sea una mala película, pero casi no parece
suya. Y durante gran parte del metraje, si bien no aburre, nos presenta una
narrativa fragmentada que parece no tener ningún foco puntual, sino ser
solamente una suma de situaciones. El maquillaje que hace que Leonardo Di
Caprio, Arnie Hammer y Naomi Watts se vean como cuasiviejos fue elogiado y
criticado por igual, pero las actuaciones logran ir más allá y hacernos creíble
e interesante todo el film. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Misión imposible</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> protocolo fantasma”</b>:
después de “El gigante de hierro”, “Los Increíbles” y “Ratatouille”, había gran
expectativa por el paso de Brad Bird de la animación al cine con actores de
carne y hueso, y más cuando se supo que sería con la cuarta parte de esta saga
de aventuras. El resultado es la mejor entrega de la franquicia, con un Tom
Cruise cada vez mejor en su papel de jefe del comando que debe, cuándo no,
salvar el mundo. Como la produce Bad Robot (la compañía de J.J. Abrams, quien
también dirigió la tercera entrega), siguen presentes la música de Michael
Giacchino y un espíritu lúdico constante, lo cual son dos grandes puntos a
favor. Otro es que esta vez hay un verdadero sentido de equipo: Paula Patton,
Jeremy Renner y Simon Pegg acompañan a Cruise con carisma y personajes que no
son simple relleno sino que tienen su peso. Por último: las típicas escenas
“larger than life” de este tipo de films se ampliaban a una proporción de
pantalla de 4x3 en el cine Imax (para el cual fueron filmadas), lo cual
proporcionaba un disfrute y vértigo inimaginables, sobre todo en la ya clásica
escalada al edificio más alto del mundo. No por nada el film recibió tantas
loas: es uno de los mejores “entretenimientos popcorn” de los últimos años, con
la elegancia, timing y sentido del espectáculo típicos del viejo Hollywood. 9
Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Inmortales”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: por su barroco y
alucinógeno estilo visual, el director indio Tarsem Singh es considerado un
cineasta de culto, sobre todo a partir de “The fall”, que no vi. Pero vi sus
otros films, que sirven para entrar en su mundo: la anterior “La celda”, el
cuento de hadas “Espejito espejito” y la película que nos ocupa, una saga de
guerras entre humanos con intervenciones de los dioses, narrando una especie de
versión “realista” del enfrentamiento entre Teseo y el minotauro. Aunque
“realista” no es precisamente la palabra: ¿para qué mostrar ese enfrentamiento
como la batalla entre dos hombres, desmitificando y “desmetaforizando” la idea
del minotauro, si en el universo del film el resto de los aspectos no son
precisamente realistas? (No sólo están presentes Zeus y otros dioses, sino que
hasta intervienen en las batallas). En fin, todo esto no importaría si la cosa
resultara interesante, pero eso nunca sucede, a pesar de tener a Mickey Rourke
como villano y de contar con el estilo de Tarsem (que en este film no me
pareció nada del otro mundo, aún teniendo en cuenta el buen uso del 3-D). 5
Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La chica del dragón
tatuado”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:
luego de completarse la versión fílmica noruega de la trilogía de bestsellers
“Millenium” comenzó a filmarse la remake yanqui. Y comenzó con buen auspicio:
David Fincher en la dirección, retomando el género del thriller que tanto supo
cosechar en el pasado (“Pecados capitales”, “Al filo de la muerte”, “La
habitación del pánico”, “Zodíaco”), y esta vez el tipo se pone más “clásico y
elegante” que nunca. Daniel Craig y Mara Rooney están perfectos como el
periodista y la hacker que se unen para investigar la desaparición de una
muchacha que tuvo lugar varias décadas atrás. Si bien el misterio intriga, los
personajes son el verdadero corazón del film, por eso es muy elogiable que
luego del supuesto clímax de la película todavía nos quedamos con ellos un buen
tramo hasta que termine (llega a durar más de dos horas y media). 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La dama de negro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>la primera película
de Harry Potter (perdón, de Daniel Radcliffe) luego de terminada aquella saga
es esta historia de terror ambientada a comienzos del siglo XX acerca de un
padre viudo que viaja a un pueblo para ordenar los papeles para vender una
mansión, y se encuentra con habitantes socialmente hostiles y una casa,
digamos, algo embrujada. Bah, lo típico: fantasmas. El espíritu “gótico” está
muy bien logrado, o sea, la película logra provocar terror con algunos sustos
propios de la era moderna pero más que nada con climas tensionantes de misterio
que la hacen muy clásica. Y Harry Potter (perdón, Daniel Radcliffe), como en
aquella saga, hace creíble y querible al protagonista. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Viaje 2</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> la isla misteriosa”</b>:<b>
</b>la secuela de “Viaje al centro de la Tierra” (ese blockbuster donde Brendan
Fraser y su hijo usaban la novela de Julio Verne como base para encontrar a un
pariente perdido en un clima de aventuras fantasiosas) repite el mismo esquema
pero usando otra novela de Verne. Ahora no está Fraser, pero sí el padrastro
del muchacho: Dwayne Johnson, alias The Rock. Y al que van a buscar a la isla
es al abuelo, nada menos que Michael Caine. Pero es obvio que al film no le
interesan los personajes, por más que la trama haga hincapié en las relaciones
de familia: lo que importa es el festival de efectos especiales que, como está
“mínimamente bien filmado” (y con buen uso del 3-D) y está acompañado de personajes
“mínimamente no desagradables”, hacen que la película sea al menos visible.
Aunque nadie necesitaba ver a The Rock cantando. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mini espías 4 y los
ladrones del tiempo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la trilogía original me había encantado, y el cine de Robert Rodríguez
siempre me parece atendible, así que me entregué a esta cuarta parte aunque la
protagonista fuera Jessica Alba y sólo se estrenara doblada (porque, claro, es
un film infantil, ¿no?). Y la muchacha está mejor de lo que esperaba, y además
hacen su regreso los protagonistas originales, los ya crecidos Daryl Sabara y
Alexa Vega. Nada de eso eleva a esta película a alturas particularmente
recomendables, pero aquél a quien le gusten las películas lúdicas y tontonas de
Rodríguez (o sea, solamente yo) puede sacar disfrute de esto. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La invención de Hugo
Cabret”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b>
</b>el debut de<b> </b>Martin Scorsese con el 3-D. O sea, para la crítica, “el
primer uso artístico del 3-D”. Lo cual es falso, por supuesto, pero eso no
importa; la película es buena. No es la obra maestra que muchos decían, pero es
altamente disfrutable la manera en que el director mezcla tecnologías modernas
con clasicismo para contar una historia que muchos calificarían de infantil, la
de un huérfano que vive en una terminal de trenes de París y se hace amigo de
la nieta de un misterioso inventor. El argumento le da a Scorsese la
posibilidad de homenajear a los pioneros del cine y al cine mismo de una manera
que no es forzada excepto por un único momento en que el “llamado a la
solidaridad para la conservación del cine antiguo” está puesto como un mensaje
dirigido demasiado explícitamente al espectador, es decir, hacia el “afuera de
la película”. De todos modos, 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Star wars</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> episodio 1</b>:<b> la
amenaza fantasma”</b>: uno de los films más esperado de fines de los 90s había
sido la primera precuela de “La guerra de las galaxias”, que al mismo tiempo
marcaba el regreso de George Lucas a la dirección. La excusa de este reestreno
es el 3-D; supuestamente los siguientes episodios también serían reestrenados
en este formato (aunque eso ahora está en dudas, lamentablemente). Cualquier
excusa es buena para ver un film de esta saga en la pantalla grande de un cine,
por más que éste sea el peor episodio. Entre los desaciertos está la
performance de Jake Lloyd como Annakin (el futuro villano Darth Vader): que el
personaje sea un niño no es excusa para que la actuación sea ostensivamente
aniñada. Y por supuesto también se sufre la presencia del famosamente odiado
Jar Jar Binks: en realidad el problema no es él, sino que toda la raza a la que
pertenece está pintada con pinceladas ridículas e infantiloides. Pero sigo
aplaudiendo la actuación de Liam Neeson y el ritmo del film, que respeta el
espíritu de la saga original. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Poder sin límites”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una de las ideas más
originales de la corriente de films que usan el formato “found footage” (es
decir, lo que se ve supuestamente corresponde a filmaciones del universo del
film, a veces realizadas por los mismos protagonistas). Usando este formato se
narra una típica historia de adolescentes que adquieren poderes y se convierten
en superhéroes, sólo que, siguiendo con el “realismo” de esta técnica, las
actuaciones y situaciones son naturalistas, y los efectos especiales son menos
exagerados que en un típico film hollywoodense. Por otra parte, más allá del
“gancho para vender entradas” que supone la mezcla de found footage + film de
superhéroes, los personajes tienen verdadera carnadura humana, y uno entiende
perfectamente por qué algunos realizan acciones que los acercan más a lo que
suelen ser los villanos. Un interesante experimento. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El artista”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>la ganadora del
Oscar a mejor película del 2011-2012 fue este film francés en blanco y negro,
mudo y con una proporción de pantalla de 1x1.37. No por esos factores dejaba de
ser un film gustable para el gran público; su humor, ternura y estilo de
actuación auguraban un gran éxito, y así fue. Para los cinéfilos también era
muy disfrutable: hay muchas referencias a films famosos puestas de manera no
forzada y un espíritu general que celebraba el arte del cine mudo, el género
musical y el carisma de las estrellas de antaño. El tufillo a “producción
realizada para recibir elogios y premios” hace que el puntaje no sea el máximo
posible, así que nos quedamos en 9 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Historias cruzadas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>no la vi en cine
pero la vi, así que entra en la lista. A priori es el prototipo de “film
hollywoodense sobre un tema serio como el racismo con grandes actuaciones pero
contado con mucho de picaresca y humor”. Eso nos llevaría hacia una crítica
negativa, pero la verdad es que esta historia sobre una chica blanca que quiere
contar la historia de las negras que se dedican a ser “personal de limpieza” de
gente pudiente (pero también madres sustitutas de sus hijas) tiene pulsión
narrativa, y realmente es menos solemne de lo esperado. Y más allá del esperable
lucimiento de los dos personajes afroamericanos más importantes (Viola Davis y
la ganadora del Oscar Octavia Spencer), son sorprendentes las personificaciones
de Bryce Dallas Howard como una tilinga a quien amamos odiar y Jessica Chastain
en uno de los ochenta mil roles en los que demostró su talento en el último
año. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Caballo de guerra”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra de Steven Spielberg,
su film más reminiscente del espíritu de John Ford y el Hollywood clásico de
los 40s. Aquí el caballo del título, que va pasando en dueño en dueño a lo
largo del film, no es tanto el protagonista (de hecho, sólo se vislumbra algo
de su “personalidad” en unos pocos pasajes, uno de los cuales, sí, es
emocionante), sino que es más bien el MacGuffin, o sea, la excusa para unir
varios episodios ambientados en la Primera Guerra Mundial que muestran diversas
facetas de la naturaleza humana. Como siempre, Spielberg se muestra como buen
director de actores (algunos rostros modernos, como Jeremy Irvine, Tom
Hiddleston y Benedict Cumberbatch, se mezclan con performers de trayectoria más
avanzada y a veces mítica, como Peter Mullan, Emily Watson, David Thewlis y
Niels Arestrup), pero lo que sigue caracterizando su cine es su manejo de la
fotografía y el montaje para crear emoción a través de la imagen. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El topo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: uno de los films más
decepcionantes para el gran público, que esperaba una de espionaje con un ritmo
de entretenimiento bien moderno y se encontró con algo más parecido a un film
de arte o a una novela compleja. Lo cual es comprensible, ya que está adaptada
de una novela de John Le Carré, pero hay distintas maneras de adaptar una obra
así, y ésta, en mi opinión, es la mejor: dándole al espectador algo de ritmo
reposado, con una buena generación de climas, un argumento que debe seguirse
con atención para no perderse y una gran caracterización de personajes (que
hasta el momento final les da a cada uno motivación y respeto). Gary Oldman
recibió las loas que se merecía como el mítico agente George Smiley (de quien
siempre es difícil captar si está enojado, alegre o triste), pero todos en el
reparto están excelentes: John Hurt, Mark Strong, Colin Firth, Toby Jones y
siguen las firmas... El director de “Criatura de la noche: vampiro” (también
conocida como “Let the right one in”) se tomó la cosa en serio, no se la hizo
fácil a quienes querían un típico blockbuster, y por eso lo aplaudo. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Drive”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una de mis favoritas del
año. Nicolas Winding Refn (director de los clásicos modernos que todavía no vi
“Bronson” y “Valhalla rising”) dirige un film de acción y suspenso con un
antihéroe que se mete en problemas por querer ayudar a una bella vecina. Como
el antihéroe es Ryan Gosling en una de sus tantas (pero justamente celebradas)
personificaciones de un “duro de buen corazón al estilo Steve McQueen”, y como
la dirección es una mezcla perfecta entre la cámara lenta de Brian De Palma y
un espíritu setentista pleno de violencia, romance trágico y autos, el
resultado es un festín audiovisual (la música es más bien ochentosa, pero el mejunje
no se siente como un Frankenstein, sino como algo absolutamente natural y
sincero). 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Un dios salvaje”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: después de diez años volví
a ver un film de Roman Polanski en cine (no sé por qué me perdí “Oliver Twist”
y “El escritor oculto”). Con su lúdico cinismo a cuestas era el director ideal
para la adaptación cinematográfica de la obra de Yasmina Reza sobre dos parejas
que se reúnen para resolver un conflicto entre sus hijos y terminan exponiendo
todas sus miserias de adultos. ¿Teatro filmado? Eso no tendría nada de malo si
no se disfrazara el hecho, pero de todos modos Polanski logra imprimirle
personalidad cinematográfica a lo que vemos. Se podría esperar un show de la
actuación de John C. Reilly, Jodie Foster, Christoph Waltz y Kate Winslet, pero
por suerte la cosa no llega tan lejos, porque así como están las performances
tienen el tono perfecto. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Caracortada”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>a pesar de no estar
entre mis cinco o seis films preferidos de Brian De Palma (mi director
favorito), ver en pantalla grande este reestreno lo revalorizó mucho en mi
ranking personal, y confirmó, aunque no hacía falta, que sus películas son para
cine. Su uso del widescreen y la tensión (generada a partir de tomas largas,
planos detalle, cámara lenta y otros recursos típicos depalmianos) se adaptan
bien a esta historia cuasiépica del ascenso y caída de un mafioso cubano que
quiere vivir el gran sueño americano. Más allá de la famosa actuación
desbordada de Al Pacino hay un verdadero personaje, y más allá de la pericia
técnica hay un buen guión (de Oliver Stone). 10 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“John Carter</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> entre dos mundos”</b>:<b>
</b>así como Brad Bird se sacó una buena nota en su pase de la animación al
cine con actores, también Andrew Stanton (director de “Wall-E” y co-director de
“Buscando a Nemo”) lo logra en esta adaptación del clásico de aventuras “Una
princesa de Marte”, del mismo autor de “Tarzán”. Lamentablemente, la crítica y
el público no opinaron lo mismo: el film fue un fracaso, lo cual fue injusto ya
que es un gran exponente de su género. Taylor Kitsch tiene carisma en su
performance de héroe recio, y la película tiene un diseño de producción que no
ahorra vistas espectaculares. Se siente todo el tiempo el cariño y la
sinceridad con que se llevó a cabo el proyecto (desde el lúdico comienzo hasta el
emocionante final), todo cohesionado con la música del gran Michael Giacchino.
Cierta pesadez en algunos pasajes equilibra el puntaje en 7 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Inframundo</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> el despertar”</b>:
luego de una precuela que narraba hechos anteriores a las primeras dos películas
de esta serie, la saga continúa nuevamente con Kate Beckinsale como la vampira
Selene, que esta vez debe enfrentar no sólo a la raza de hombres-lobo a los que
siempre combatió, sino también a los humanos, que, en el futuro en el que está
ambientado el film, cazan a los chupasangres como a moscas. La película es lo
que pretende ser: una de acción con buenos efectos especiales (y buen uso del
3-D) y una protagonista femenina desplegando fortaleza y tiros enfundada en un
traje de cuero. Las otras también eran eso, pero eran quizás más solemnes, lo
cual da un punto a favor de esta cuarta parte. Pero que nadie espere nada
particularmente emocionante o interesante. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los juegos del hambre”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: uno de los films más
esperados del año, esta adaptación del bestseller inaugural de una franquicia
futurista fue bien recibido por público y crítica, aunque en mi opinión no es
nada especial. Obviamente, si el punto de comparación es la saga “Crepúsculo”,
entonces estamos de parabienes: el film que nos ocupa tiene verdaderos
personajes, verdaderas actuaciones y una creación de un mundo verdaderamente
interesante. Jennifer Lawrence se consagra como una perfecta estrella para
tiempos modernos en su interpretación de una adolescente que debe participar de
una suerte de olimpíada para jóvenes en la que deben matarse el uno al otro
para sobrevivir y ganar. Es bienvenida cierta crudeza y también lo es el
rechazo de la “marcación machacana de lo que se quiere transmitir” que suele
aquejar a muchos films serios de hoy en día. Pero también estoy de acuerdo con
los detractores que opinan que en muchos momentos la típica cámara en mano
“nerviosa” y la abundancia de planos cerrados no tienen ningún sentido y no
dejan respirar al film. Una correcta película y nada más. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El Lórax, en busca de la
trúfula perdida”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otro cuento del Dr. Seuss llevado al cine en una película de animación.
Esta versión fue vilipendiada por situar moralina dentro un film lleno de
chirimbolos y tonterías puestas para atraer a los más pequeños, o sea, para recaudar
(un contexto en el que el protagonista es un niño que quiere conquistar a la
chica que le gusta, un enfrentamiento contra un frío empresario, canciones
cancheras). Dentro del film esas cosas no desentonan, es decir: sólo molestan
si uno tiene una relación personal con el cuento. Aún así, es cierto que la
película no es nada memorable y, dadas las posibilidades de la animación hoy en
día, podía haberlo sido. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Ghost rider</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> espíritu de venganza”</b>:
en 2007 se estrenó la adaptación cinematográfica de la historieta “Ghost
Rider”, con Nicolas Cage como un motociclista que se transforma en una figura
macabra cuando las papas queman. Por algún motivo tardaron cinco años en sacar
una secuela, que en algún punto es tan innecesaria como la anterior, excepto
por el hecho de que abraza desvergonzadamente la grasitud de su género y la
posibilidad de entregar imágenes delirantes. Claro, los directores de esta
segunda parte son la dupla Neveldine & Taylor, que habían hecho “Crank,
veneno en la sangre” y, aunque esta vez no logran nada antológico, la cosa es
más entretenida que en la primera parte. Nicolas Cage sigue loco como siempre,
pero en algunos proyectos eso es algo bueno, y además por aquí aparecen Idris
Elba (siempre bienvenido) y Christopher Lambert. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Furia de titanes 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: esta secuela es algo mejor
que la primera parte de dos años atrás, que a su vez era una remake del clásico
de 1981 sobre las aventuras mitológicas de Perseo. Aventuras inventadas, por
supuesto: aquí se toman los nombres de humanos, dioses y titanes, se los
retuerce y se filma la ensalada resultante, que, más allá de su poca fidelidad
a los clásicos, puede ser una ensalada con gusto. Y casi lo tiene: por un lado,
es ridículo cómo se quiere imprimir suciedad y realismo a las batallas de una
historia llena de aspectos “sobrenaturales-fantásticos”, pero por otra parte
los personajes tienen más carnadura humana, comenzando por Sam Worthington como
Perseo y Rosamund Pike como Andrómeda, que reemplaza a la insulsa actriz que
había interpretado ese rol en la anterior película. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Protegiendo al enemigo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una premisa interesante:
un agente de la CIA que no está acostumbrado a la acción debe escapar de un
centro de detención con un criminal a cuestas porque alguien de la agencia es
un vendido que los busca para matarlos. Una elección de actores interesante: el
agente que quiere probar su hombría es Ryan Reynolds, y el criminal que no se
quiere dejar arrastrar tan fácilmente es Denzel Washington (y además andan por
ahí Sam Shepard, Brendan Gleeson Vera Farmiga, Rubén Blades). Un resultado casi
aburrido: es increíble cómo no se logra ningún gran momento de tensión a lo
largo de toda la película. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Espejito espejito”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la primera de las
“películas sobre Blancanieves” del año, el gancho aquí para gran parte del
público era ver a Julia Roberts como la malvada madrastra, pero para los
cinéfilos el interés era ver cómo el “visionario” Tarsem (director de “The
fall”, “La celda” e “Inmortales”, estrenada este mismo año) llevaba al cine
este universo de cuento de hadas. Es decir: por naturaleza el proyecto se
acoplaba perfectamente a su estilo que mezcla efectos especiales psicodélicos,
una dirección artística muy inventiva y vestuario de su colabora habitual Eiko
Ishioka (quien murió pocos meses después de esta filmación). En efecto, el
comienzo hace pensar que la cosa vale la pena, pero lamentablemente el resto no
está a esa altura. Aun así, es aplaudible el estilo lúdico del evento. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Un método peligroso”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: en los últimos años David
Cronenberg se alejó del género del “terror venéreo” (que tan buenos resultados
le había dado en “La mosca”, “Cuerpos invadidos”, “Scanners”, “eXistenZ” y
otras) y entregó films innovadores para lo que suele ser su currículum: “Una
historia violenta”, “Promesas del este” y ahora este film sobre la relación
entre Freud, Jung y Sabina Spielrein, una paciente que se volvió psicoanalista
y amante de Jung. Con actuaciones perfectas de, respectivamente, Vigo
Mortensen, Michael Fassbender y Keira Knightley, es ella la que más sobresale,
quizás porque es de quien menos solemos esperar (cosa injusta, a mi criterio,
pues la considero una buena actriz). El film avanza sobrio y sin golpes de
efecto evidentes, casi sin preocuparse si lo que narra puede aburrir, aunque la
verdad es que no hay peligro de que eso ocurra: es una atrapante historia de
maestros, admiradores, culpa, innovaciones, autosuperación y obsesiones. De
hecho, sorprende el nivel de enganche que genera una película que podría
pensarse como un simple “biopic o drama de época”. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El príncipe del
desierto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:
el qualité Jean-Jacques Annuad (responsable de “El oso”, “La guerra del fuego”,
“El amante”, “El nombre de la rosa”, y “Siete años en el Tíbet”) sigue fiel a
sí mismo y entrega otro film “serio”, esta vez ambientado en el mundo árabe.
Una épica telenovelesca con guerra, amor, petróleo, desierto y honor, con una
gran performance de Mark Strong (que últimamente está apareciendo por todos
lados) y un aceptable ritmo. Entretenida, pero si no se la ve en cine no tendrá
el mismo efecto. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Fuera de Satán”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: a pesar de que se estrenó
después, la sitúo en este punto por haberla visto antes, en el Festival de Cine
de Buenos Aires. El primer film que veo de Bruno Dumont, considerado un grande
del cine contemporáneo. Y a juzgar por esta evidencia, la fama está justificada.
No podría describir bien de qué trata este drama rural sin arruinar sorpresas,
pero la película encuentra un clima propio al que aporta mucho la no
explicitación de las motivaciones de uno de los personajes centrales. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“[Rec]3</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> génesis”</b>: la
primera parte de esta saga había sido una intensa, concisa y original
experiencia cinematográfica, que lograba su objetivo de provocar terror en el
espectador (al menos en el espectador que les habla). La segunda no tenía el
factor sorpresa, y era efectiva pero menos centrada y coherente. Esta tercera
parte tiene un primer aspecto novedoso que llama la atención, y es que, pasada
una primera media hora, se deja de lado el formato “found footage” (que era
precisamente el aspecto novedoso de la original) y se pasa a una narración más
convencional. Lo que a priori parece una elección desacertada resulta efectivo
si se tiene en cuenta que de esta manera el film tiene logros que los anteriores
no, como una construcción más tradicional de los personajes y un empleo del
humor que transforma a toda la experiencia en algo lúdico y también
celebratorio del género de zombies. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El líder”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: uno de los films que más
me llegó en el año. Lian Neeson confirma que es uno de los grandes del cine de
hoy en día dando la mejor actuación de su carrera en esta angustiante película de
Joe Carnahan (quien ya lo había dirigido en la más liviana “Brigada A”) sobre
un grupo de trabajadores que tienen un accidente de aviación y caen en Alaska,
donde deben sobrevivir al clima, a la conflictiva convivencia y desesperación
de la situación y a unos lobos que los acechan. Cada segundo es de una
brillantez conceptual y emocional que hiela los huesos, y es definitivamente
una de las películas que mejor aúna el costado visceral con el filosófico. Si
hasta contiene la mejor y más desesperada puteada a Dios que yo haya visto:
“Fuck faith! Earn it!”. Y también uno de los mejores finales, por más que
muchos que esperaban una película de acción hayan salido decepcionados. 10
Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El último Elvis”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: esta película argentina
fue archipromocionada y bien recibida por la crítica, pero tengo la sospecha de
que al gran público no le gustó. A priori parecía perfilarse como una mezcla
perfecta entre “film de arte” y “film popular”: el desconocido John McInervy
hace de un imitador de Elvis tan bien que casi se cree el Rey en su vida
cotidiana, lo cual da pie al humor y a una visión glorificada de su alma
soñadora. Pero las buenas actuaciones, la excelsa fotografía y la mítica música
no alcanzan para elevar el film a algo realmente trascendente. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Shame</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> sin reservas”</b>: el
realizador Steve McQueen (ningún parentesco con el mítico actor) vuelve a
dirigir a Michael Fassbender luego del éxito de crítica que fue “Shame”. Y Fassbender
vuelve a dar un tour de force actoral ahora no como un preso que hace una
huelga de hambre sino como un galán adicto al sexo, un hombre que no puede
mantener relaciones emocionales con ninguna mujer más allá de su hermana (con
quien, por otra parte, tampoco tiene una relación muy normal que digamos). La
dupla actor-director funciona una vez más, entregando un retrato relevante de
la vida moderna (o de parte de ella). 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Titanic”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: catorce años después se
reestrena en 3-D el gran hit de James Cameron, que en su momento fue el film
más caro de la historia, luego el film más taquillero de la historia, luego el
film más nominado a los Oscars, luego el film que más Oscars ganó... A pesar del
éxito que tuvo en su momento, con el correr de los años se volvió usual hablar
pestes de esta épica romántica, cosa habitual cada vez que algo popular tiene
tanto éxito. Lo cierto es que muchos de los diálogos son, en efecto, populistas
en el mal sentido (es decir, sobreexplicitan todo, no se sienten reales,
apuntan a cautivar a quinceañeras enamoradizas y provocan momentos de actuación
risible, sobre todo en el caso del villano que hace Billy Zane). Pero la
estructura del film funciona, el ritmo no decae (sobre todo en la tensionante
segunda mitad, que narra el naufragio en tiempo real) y se nota que Leonardo
DiCaprio y Kate Winslet hacen lo posible por dar vida a sus arquetipos de
personajes. Por más que sólo haya hecho tres obras maestras (“Terminator”, “Aliens,
el regreso” y “El abismo”), James Cameron es un gran narrador. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La bella y la bestia”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otro reestreno en 3-D, y
esta vez yo no había visto la película, así que bienvenida sea la oportunidad
de ver en cine el primer film animado que fue nominado al Oscar a mejor
película, aunque sea doblada al castellano. Y me rindo ante la evidencia: el
film es excelente, sin nada del cinismo que puebla muchos de los dibujos
animados de hoy en día y con todo el clasicismo que merece esta historia de
comprensión entre dos seres distintos. Y fue una sorpresa descubrir que aquí el
amor de la bella por la bestia aparece de manera realista, es decir, ella sólo
se da cuenta de que está enamorada por una circunstancia particular que se da
hacia el final del film, lo cual hace menos forzado y más creíble todo lo que
vino antes. Un film tierno en el buen sentido y uso de esa palabra. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“¡Piratas! Una loca
aventura”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:
después de algunas incursiones en el cine de animación por computadora, los
estudios Aardman regresan a las fuentes y entregan su primer film en
stop-motion desde “La batalla de los vegetales”. El resultado es adorable, tal
como lo eran los cortos o largometrajes de Wallace y Gromit y “Pollitos en
fuga”, es decir: si se habían olvidado del humor lunático, la expresividad de
los rostros y la tierna torpeza de los movimientos, háganse el favor de ver
esta divertida aventura que tiene la arbitraria participación de Charles Darwin
entre los personajes. Lástima que con el doblaje no pudimos escuchar a Hugh Grant
como el Capitán Pirata, pero, como en casi todos los films animados de hoy en
día, las voces en castellano son aceptables. Una pequeña delicia. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Essential killing”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>el polaco Jerzy
Skolimowski (de quien hace siglos que no se estrena comercialmente un film en
nuestro país) vuelve con una película protagonizada por Vincent Gallo en una
actuación enigmática como un talibán que no pronuncia palabra en todo el film.
La persecución que sufre por parte de las autoridades ocupa gran parte del
metraje, y es lo suficiente interesante como para mantenernos en la butaca.
Paisajista, cruda, ascética, una buena película. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El campo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: Leonardo Sbaraglia y
Dolores Fonzi son un matrimonio que se va a vivir a una casona en el campo con
su beba. La construcción precisa los arreglos típicos, la casera es la típica
mujer “de buena intención que quizás se mete demasiado”, la naturaleza presenta
sus típicas bondades y peligros... pero más allá de todo eso hay algo casi
imperceptible que incomoda al personaje de Fonzi, y la no explicitación de ese
factor es el gran valor de la película. Y también el realismo de los
comportamientos humanos; no se me ocurre ahora otro film en donde se muestren de
esta manera los cambios de ánimo y el hecho de que una pareja pueda tener días
buenos y días malos. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Elefante blanco”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: el cine de Pablo Trapero
(“Mundo grúa”, “El bonaerense”, “Carancho”) se pone cada vez más mainstream (es
la segunda vez que trabaja con Ricardo Darín, y la escala del film es ambiciosa)
sin por ello resignar calidad. La historia de dos curas y una asistente social
intentando hacer un lugar mejor de la villa Ciudad Oculta es tan intensa como
el mejor drama de Costa-Gavras, y el virtuosismo de la puesta en escena, con
tomas larguísimas que recorren gran parte de la villa, aportan a una
comprensión visual del espacio retratado. No hay miserabilismo (por más que un
aire trágico sobrevuele el film) y no hay partidismo político; si se encuentra
algo de denuncia, se siente natural y justificada por el relato. Se ha
criticado que los protagonistas de la historia son seres ajenos a la villa,
pero no hay nada intrínsecamente de malo en eso. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hombres de negro 3”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: entre la primera parte y
la segunda tardaron cinco años, que es mucho teniendo en cuenta los ritmos de
hoy en día. Y entre la segunda y la tercera tardaron el doble: diez años. Al
menos esta entrega es bastante mejor que la anterior, es decir: es una película
aceptable, si bien no concuerdo con la crítica que la celebra tanto. El
personaje de Will Smith (que esta vez es el protagonista cuasiabsoluto) debe
viajar en el tiempo a la década del 60 para salvar de la muerte a su compañero
de aventuras (Tommy Lee Jones en la actualidad, Josh Brolin en el pasado). La
ambientación de época le da algo de su buen humor al film, pero se percibe que
los creadores querían hacer algo tan divertido y emocionante como la primera y
no les salió. Alguna falla de guión por aquí y alguna solemnidad por allá
boicotean un poco la cosa, pero hay que darle un “aprobado”. 6 Aires. <b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Battleship</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> batalla naval”</b>: del
director de “The kingdom” y “Hancock” llega su film más hollywoodense, casi al
punto de parecerse a uno de Michael Bay. Y casi lo es, de hecho: algo de
nacionalismo por aquí (la excusa es el ataque sorpresa de aliens a la Tierra),
una duración excesiva por allá, un amor por los vehículos y armas militares,
mujeres bellas de armas tomar que son más bien un ideal masculino que
verdaderos personajes... pero la cosa no naufraga, gracias a una dirección que
deja que las escenas se entiendan (logrando incluso que algunas escenas de
acción puedan calificarse como realmente buenas) y gracias al protagónico de
Taylor Kitsch (el mismo de “John Carter”, que muchos consideran de madera pero
a quien yo le veo carisma). 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“The Avengers</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> Los Vengadores”</b>: y
finalmente llegó. Cinco películas con superhéroes varios que se aludían unas a
otras preanunciaban al film que los combinaría a todos. El resultado debía ser
ambicioso y efectivo y debía cumplir esa difícil regla de “no explicar todo de
nuevo pero al mismo tiempo ser clara para los neófitos”. Y el venerado Joss
Whedon lo consigue: su film es tan fresco, entretenido y poco cínico como los
mejores de esta saga (o sea, “Thor” y “Capitán América”), y logra el milagro de
narrar una historia con acción y efectos especiales, sí, pero también con todo
el tiempo que cada personaje se merece para desarrollar su dilema existencial y
brillar por su cuenta. Cada actor está a la altura, aunque las sorpresas son
Scarlett Johansson y Jeremy Renner (cuyas participaciones en los films
anteriores no eran destacadas) y el Hulk de Mark Ruffalo, un científico que
acepta con resignación y humor el hecho de transformarse cada tanto en una gran
bestia verde. Concuerdo con la crítica y el público: uno de los mejores films
de superhéroes de la historia. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Blancanieves y el
cazador”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:
la “otra” película sobre Blancanieves del 2012, éste es un film de fantasía que
se quiere adentrar en la buena tradición del género, aunque pone un énfasis en
el aspecto bélico y la “suciedad palpable” de la época mucho mayor que el que
suele tener un cuento de hadas. Aquí Kristen Stewart se prueba como la heroína
dark de nuestros tiempos (con una actuación algo más cuidada que en la saga
“Crepúsculo”), y sale lo suficientemente airosa. Pero se lucen más Charlize
Theron como la reina-villana y Chris Hemsworth (o sea, Thor, con lo cual merece
nuestros respetos) como el leñador. A pesar de la magia que se mete en la
historia está el feeling “realista” que ya mencioné antes, pero el mix da
resultado, aunque no sea nada para alabar. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Prometeo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una de las películas más
esperadas del año, la precuela de “Alien” dirigida por el tipo que inauguró la
saga, Ridley Scott (quien al mismo tiempo hace su regreso a la ciencia ficción
treinta años después de “Blade runner”). La amplia expectativa le jugó en
contra y, como le ocurrió a las también esperadas precuelas de “Star wars” hace
unos años, fue destrozada por el público y parte de la crítica. Pero algunos
supimos encontrar un gran disfrute en ella, desde el paisajístico comienzo con
la esplendorosa música de Marc Streitenfeld hasta el excelente uso de
decorados, escenarios y efectos especiales. El argumento es similar a la
“Alien” original: un grupo de astronautas se encuentra con algo más pavoroso de
lo que parecía en un principio, y uno por uno empiezan a morir... pero esta vez
el motivo último del viaje especial le aporta mucho a la trama, transformando
al film en una aventura filosófica. Y a pesar de que los personajes a veces
incurren en idioteces, hay que aplaudir la presencia de Idris Elba (cuyo
personaje cita a mi admirado músico Stephen Stills, cosa inesperada en un film
actual), el carismático protagónico de Noomi Rapace (la Lisbeth Salander de la
saga noruega “Millenium”) y el enigmático androide de Michael Fassbender, otra
de sus grandes actuaciones de los últimos años . 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Sombras tenebrosas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: después del fiasco de
“Alicia en el país de las maravillas”, Tim Burton regresa (en algún punto) a un
cine más personal. Es decir: aquí hay humor negro, personajes un poco más
delineados y un universo más interesante que el símil-videojuego de aquel film.
El problema es que esta película es una adaptación de una serie de televisión
con una amplia mitología (sobre una familia con un antepasado vampiro que
vuelve a la vida), y Burton quiso meter a toda costa muchos personajes y
eventos de la serie sin darse cuenta de que en la película algunos quedan
descolgados (es decir: no tienen valor salvo como alusión a la serie o ilusión
de “completitud” en la adaptación). El reparto está bien (bienvenido el regreso
de Michelle Pfeiffer), y sobresale Eva Green como la sexy, carismática y
despechada villana. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El camino”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la nueva película como
director de Emilio Estévez tiene como protagonista a su padre, Martin Sheen,
como un hombre que se propone recorrer el Camino de Compostela en homenaje a su
hijo, quien falleció en el intento. En la travesía conoce a otros peregrinos,
cada uno con su personalidad e historia particular, y junto a tres de ellos
forma un grupo humano que constituye una pequeña familia. Obvia y explícita
pero sincera; al menos esas obviedades no me provocaron rechazo, pues no son
“enseñanzas de vida” ni “bajadas de línea”, sino simplemente reflexiones
personales y situaciones coloridas, casi turísticas podría decirse. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La era de hielo 4”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: sólo había visto la
primera de esta saga, así que debería haberme puesto al día con la segunda y
tercera partes si quería ver la cuarta en cine, pero no tuve tiempo y sospeché
que no importaría demasiado. Y a pesar de estrenarse aquí sólo en castellano, el
doblaje era soportable (como en casi todos los films infantiles de los últimos
años). Por supuesto, el film no es gran cosa; es sólo una agradable aventura
que garantiza, sí, algunas escenas de espectacularidad visual y un buen uso del
3-D. Pero me sorprendió que resultó ser más bancable de lo esperado, aún en su
ñoñez. Ah, la ardillita Scrat sigue siendo lo mejor de la serie, cosa que queda
evidenciada ya desde los trailers. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El asombroso
Hombre-Araña”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: cinco años después de la tercera parte de la saga de Sam Raimi,
Hollywood hace borrón y cuenta nueva y contrata al director de “500 días con
ella” para que cuente nuevamente desde cero la historia de Peter Parker, un
joven que, a partir de la picadura de una araña de laboratorio, adquiere
poderes y se convierte en superhéroe. Hay buena música de James Horner, una
interesante secuencia de “primer acto heroico del protagonista” y actuaciones
correctas (Andrew Garfield da nerd como Tobey Maguire pero no “atolondrado”, lo
cual no es bueno ni malo, pero al menos es distinto), pero la verdad es que la
película no es “distintivamente” distinta de la del 2002, así que parece una
copia hecha con más plata y más “intención de vender a un público adolescente
que quiere ver teenagers conflictuados en pantalla”. Aunque admito que una
escena con la tía May en el final casi me conmovió. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El precio de la codicia”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>no la vi en cine
pero la vi, así que entra en esta lista. Un film que ficcionaliza la noche en
que un grupo de empleados bancarios tomaron las decisiones que llevaron a la
crisis económica del 2007-2008. Un poco demasiado técnica para los que no
entendemos tanto de economía, aún así se disfruta este duelo actoral (Kevin
Spacey, Paul Bettany, Zachary Quinto, Jeremy Irons, Dylan Baker, Demi Moore,
Stanley Tucci) en el que queda claro que los personajes son conscientes de que
lo que deciden arruinará a muchos y beneficiará a unos pocos (casualmente, ellos
mismos). Hay tensión y cinismo, el suficiente para hacer de este drama un show
de cine; el énfasis está en el argumento y no en las formas, pero cuando el
argumento es interesante y está plasmado sin exhibicionismos estéticos, a veces
es suficiente. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Amigos intocables”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: el mayor éxito del cine
francés de los últimos años y, por lo tanto, como era de esperar, una película
no muy arriesgada en lo formal ni en lo temático. Una película “para sentirse
bien”: la historia real de un parapléjico que contrata a un joven negro para
que lo asista y la relación que se desarrolla entre ambos. Los contrastes entre
las personalidades de los protagonistas están remarcados de manera casi
grosera, pero al menos es mínimamente destacable que el film no caiga en golpes
bajos y esté casi todo el tiempo apuntando al humor, lo cual no era algo de
esperar dada su temática. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La fuerza del amor”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: alguna vez “El perfecto
asesino”, de Luc Besson, fue mi película favorita, pero luego pasé a estar de
acuerdo con los críticos que lo consideran un manierista/sensacionalista que
sólo busca el impacto cool (con algunas excepciones en su filmografía, como la
ya citada). En este caso no hay nada de cool, ya que cuenta la historia de la
activista Aung San Suu Kyi, quien buscó libertades políticas en Burma pero fue
separada de su familia y puesta en arresto domiciliario por más de una década.
Sorprende que Besson haya puesto sus manos en un tema semejante, sobre todo por
la sobriedad con la que narra el film, pero no hay nada que la diferencie de
biopics televisivos, es decir, nada que la haga especialmente cinematográfica
(lo cual también sorprende por parte de Besson). Sólo se destacan los protagónicos
de Michelle Yeoh (que cosechó merecidos elogios) y David Thewlis como su
esposo. 5 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Batman, el caballero de
la noche asciende”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: a este film le dieron menos bola que a su predecesora de hace cuatro
años, “The dark knight”, lo cual es comprensible. Esta vez no hay una
“personificación hipercarismática de un villano para la posteridad” como el
Guasón de Heath Ledger, y se nota menos la “intención altisonante de decir algo
relevante sobre el heroísmo y la construcción de la verdad”. Lo cual, por otra
parte, le quita algo de solemnidad al asunto: la película es una mezcla del
realismo de la segunda con la “fantasía de superhéroe” de la primera, y el mix
sale airoso, aunque sigue cometiendo el pecado de sentirse muy “creído de su
importancia” (la música es perfecta para algunas escenas catárticas, pero hay
un par de momentos en donde es realmente intrusiva: ¿qué hace Hans Zimmer
sonando mientras dos personajes hablan en un auto?). Pero el disfrute no te lo
quita nadie: el villano que hace Tom Hardy es realmente intrigante y
carismático (mucho más que la aclamada Gatúbela de Anne Hathaway), el final es
casi emocionante y las escenas en formato 4x3 (cuya totalidad sólo se podía ver
en Imax) pagaban por sí solas el precio de la entrada (sobre todo la primera,
una fabulosa emboscada que otorga tanto o más placer cinematográfico que el robo que abría “The dark knight”). 7
Aires. <b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Abraham Lincoln</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> cazador de vampiros”</b>:
el director de “Wanted” sigue entregando “aventuras filmadas con pose cool y
llenas de efectos especiales protagonizadas por personajes improbables”. En
este caso se cuenta la historia secreta del presidente yanqui más admirado de
la historia, una historia donde el tipo se enfrentaba a vampiros desde joven, y
donde los chupasangres tuvieron un papel relevante en la Guerra de Secesión.
Por más alocado que eso pueda sonar, el film se aferra a su lógica y consigue
interesar, aunque el fuerte, por supuesto, son las escenas de acción, algunas
filmadas con bastante imaginación. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El legado Bourne”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: después de la trilogía con
Matt Damon (que había tenido un cierre argumental y estilístico perfecto),
Hollywood sigue exprimiendo la vaca y entrega una cuarta parte, esta vez con
Jeremy Renner en el papel de un soldado de la misma rama de Bourne, sólo que
sin pérdida de memoria. A partir del escándalo de Bourne, sus jefes quieren tapar
todo, y la manera en que el argumento se toma su tiempo para unir a sus dos protagonistas
(Renner y la bella Rachel Weisz) y para dejar en claro qué es lo que sucede es
respetuosa con el espectador atento que no busca simplemente una aventura
hiperquinética. La acción está muy bien dirigida, pero hay que decir que el
film no alcanza el nivel de identificación con su protagonista ni el aura de
“clásico moderno” que lograron los otros. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los indestructibles 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la crítica le dio con un
palo, usando una lógica que dice que el film original de hace dos años sólo
tenía su razón de ser en la novedad de “juntar en una película a gran parte de
los héroes de acción de los ochentas con algunos actuales” (Stallone, Jason
Statham, Schwarzenegger, Jet Li, Bruce Willis y otros), y que habiendo pasado
esa novedad, no hay ningún sentido en hacer una secuela. Pero yo realmente
valoré esta aventura a la vieja usanza, que tiene más clasicismo y corazón que
la anterior, y dos nuevos aportes con carisma: Chuck Norris y Jean-Claude Van
Damme (no digo que esos dos musculosos suelan ser carismáticos, sino que lo son
en este film). 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El vengador del futuro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: remake del clásico moderno
de Paul Verhoeven (basado a su vez en un relato de Philip Dick), todos sabíamos
que esta nueva versión no iba a estar a la altura de la original, sobre todo
cuando el protagonista es Colin Farrell y el director es Len Wiseman (el de la
saga “Inframundo”). Pero al menos íbamos a poder disfrutar de Kate Beckinsale
como villana y de persecuciones al ritmo de un futuro lleno de los buenos
efectos especiales de los que podemos disponer hoy en día. En efecto, esos dos
son los únicos aspectos interesantes del film; es increíble como una historia
con tanto potencial (la de un hombre que descubre que toda su vida es
simplemente un recuerdo “implantado” en él) no llega a generar adrenalina ni
interesar como debería. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El molino y la cruz”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: mi primer film en cine del
mítico Lech Majewski fue esta rara obra que, al estilo de “El arca rusa”, puede
catalogarse como “film arty que toma un elemento real y lo describe y desmenuza
usando talento y elementos ficcionales”. En este caso se trata de la disección
del cuadro “Vía al calvario” de Pieter Bruegel: Rutger Hauer hace del pintor,
quien le explica a un acompañante sus intenciones y su relación con el
contexto, mientras al mismo tiempo vamos presenciando “en vivo” cada rincón del
cuadro, lo cual incluye algunas escenas fuertes. Un film del que a priori uno
podría desconfiar por su pátina de qualité, pero la verdad es que es una
experiencia muy original y para nada indulgente. 8 Aires.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Posesión satánica”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otro film de exorcismo,
con la novedad de que el demonio en este caso es judío. Sí, así como suena,
aunque en realidad esa fue la novedad “vendible”; en realidad si hay algo por
lo que la película interesa es por su buena composición de personajes y poca
recurrencia a los sustos fáciles. El terror tarda en aparecer, y cuando lo hace
no se trata de una muestra de efectos especiales exhibicionistas, lo cual no
está nada mal. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Todos tenemos un plan”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: el “cuervo” Vigo Mortensen
en su debut argentino, acompañado por Soledad Villamil, Daniel Fanego y Sofía
Gala Castiglione. Una historia de suspenso que mezcla espíritu noir, apicultura,
el paisaje del Delta y dos hermanos gemelos. Y un aparato de promoción que
hacía ver que los creadores se habían tomado la cosa en serio. Todo eso
prefiguraba una gran experiencia cinematográfica, pero la cosa se queda corta.
No hay nada particularmente criticable en el film, pero con su argumento,
ambientación y reparto debería haber resultado mucho más interesante. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hungarian rhapsody</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> Queen live in Budapest”</b>:
el concierto de Queen que repetían en TV una y otra vez hace unos años se ha
“rescatado” digitalmente y ahora se estrena en cines, ¿qué tal? Con un
minidocumental agregado en el comienzo (básicamente, un “extra” del DVD), es
raro entender qué gancho comercial le encontraron los distribuidores (la banda
no está en gira actualmente ni sale en los medios por ningún motivo que yo
recuerde), pero agradezco la posibilidad de verlo en pantalla grande. Es lo que
ya saben, el Queen ochentoso con Freddie Mercury en su mejor estado atlético y
con segmentos de cada integrante haciendo turismo por Budapest. Y si bien no
llega a la altura del “The song remains the same” de Led Zeppelin, son 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Sal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una coproducción
argentino-chilena que generaba obvio interés en mí teniendo en cuenta que se
apoyaba principalmente en el imaginario del western pero con un protagonista
que es guionista de cine. Debería haberme imaginado que el resultado también
podía ser un film ombliguista y sin capacidad de generar empatía, cosa que es
lo que terminó sucediendo. 3 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Topos”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra decepción argentina.
Una persona que conozco laburó en el diseño artístico del film, que es
realmente impresionante (imagínense una versión local del “Brazil” de Terry
Gilliam), pero eso no alcanza para que el balance sea positivo, ya que el
director optó por crear un futuro tan negro y lúgubre (no en cuanto a tono,
sino en cuanto a espíritu) que ningún personaje genera empatía, ni siquiera el
protagonista. Y cuando eso sucede, se nos van las ganas de querer saber qué
pasará a continuación (y, de hecho, nos entran fuertes deseos de que la
experiencia termine lo antes posible). Otra fuente de rechazo es el exagerado
grotesco de los villanos Gabriel Goity y Leonor Manso. Una pena, pero aún así
se ve talento en el director debutante Diego Romero. 3 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“¡Vivan las antípodas!”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: coproducción entre varios
países (uno de ellos Argentina), este es otro caso de film de género indefinido
que mucha gente calificaría de documental. Porque podría pensarse que su
pantallazo a distintas antípodas del planeta (es decir, lugares que se
encuentran en el punto opuesto de la Tierra) es un pantallazo “real”, y de
hecho en parte es así, hay escenas que son pura documentación sensorial. Pero
también hay segmentos actuados y planificados, y eso incluso le agrega valor al
conjunto, ya que no hay ninguna mentira fílmica (es obvio en esos momentos que
se trata de ficción) y entonces la mezcla se disfruta sin complejos. Sigue sin
haber mucho argumento que digamos, lo cual aleja a mucho público de las salas,
pero yo le doy 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La casa del miedo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: remake norteamericana de
la uruguaya “La casa muda” (film cuyo gancho era principalmente ser “una de
terror filmada con un celular y en una sola toma”), esta nueva versión quizás
no está filmada en una sola toma pero sí da esa impresión (¿A quién le importa
cómo fue filmada? Lo que importa es lo que se ve). Más allá del aspecto visual
(que realmente se disfruta), la protagonista Elisabeth Olsen genera el
suficiente magnetismo como para que nos interese su destino, que incluye
extrañas relaciones con algunos de sus parientes, con sus vecinos y con la casa
familiar a la que viaja para poner en orden antes de su venta. Una sensación de
extrañeza sobrevuela al film, lo cual genera un acertado desconcierto. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Resident evil 5</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> la venganza”</b>: a
pesar de que parte de la crítica celebró esta nueva entrega de la saga por
considerarla la más “desvergonzada y honesta en sus intenciones”, yo considero
que es de las peores, pues es, lisa y llanamente, la más aburrida. Además, las
escenas de acción de por sí no son interesantes si los personajes no nos importan;
en este caso, como siempre, está Milla Jovovich (cuya actuación es funcional a
estos films), pero el resto del reparto no genera interés por más que aparezcan
clones de viejos conocidos en escenas aisladas. Sólo se puede aplaudir la
imaginativa secuencia de títulos, una pasada “al revés” de la batalla que deja
a los protagonistas en el estado en que comienzan el film. 4 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La casa de al lado”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra de suspenso y terror
cuyo título en castellano empieza con “La casa de...”. Bah, en realidad no es
de terror, por más que su póster o trailer así lo hacían parecer; es más bien
de suspenso con algunos sobresaltos o momentos tensionantes típicos del género
de horror, pero el énfasis está puesto en el misterio. La chica del momento
Jennifer Lawrence hace de hija de Elisabeth Shue en el momento en que ambas se
mudan a una casa con un vecino misterioso que perdió a su familia hace varios
años y quizás no haya quedado bien de la cabeza, o quizás eso es lo que la
gente del pueblo cree y lo tratan mal injustamente. Si bien las dos
protagonistas ponen lo mejor de sí, la cosa no termina de ser muy apasionante
que digamos, sobre todo porque ya en la mitad del film nos enteramos de algunos
secretos con los que habría convenido que nos sorprendiéramos al final. 6
Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cacería implacable”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: gran éxito de Noruega,
este thriller está un poco sobrevalorado para mi gusto, aunque sirve para pasar
el rato. Un ladrón de guante blanco (que esconde su hobby a su mujer) se ve
envuelto en una trama criminal que lo lleva a situaciones inesperadas, algunas
de ellas impregnadas de humor y ridiculez. Sí, además del misterio hay una
cuota de cinismo presente todo el tiempo a partir de la narración en off del
protagonista, lo cual hace a la película un poco más “canchera” que lo que me
gustaría. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Búsqueda implacable 2”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: secuela del inesperado
éxito del 2008 que llevó al renacimiento de Liam Neeson como héroe de acción,
es, como la anterior, una entretenida película de a ratos sin ser nada del otro
mundo (de hecho, lo sorprendente es que se le haya dado tanta bola a la
original). La primera mitad es definitivamente más tensionante e ingeniosa que
la segunda, con la hija del protagonista ayudándolo a él y su ex-esposa a zafar
de los secuestradores (que buscan venganza por los hechos del primer film). No
sólo los personajes son más interesantes en la primera mitad, sino que las
escenas de acción son mejores. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Luces rojas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: dos años antes el español
Rodrigo Cortés sorprendió con “Enterrado”, un intenso film de terror que
transcurría enteramente en un ataúd en el que se hallaba el protagonista. A
pesar de tener algunos detractores, no se podía negar cierto talento, con lo
cual no estábamos preparados para la decepción de este segundo largometraje.
Cilian Murphy y Sigourney Weaver son lo único rescatable como la pareja
protagónica, dos científicos que desenmascaran a falsos videntes y se ven
enfrentados al personaje de Robert de Niro, quien parece ser “uno de verdad”.
La película se sigue con fluidez, pero sin verdadero interés: simplemente
estamos todo el tiempo esperando ver algo especial, talentoso o emocionante que
justifique el precio de la entrada, y nunca sucede (y no me digan que el final
es conmovedor). 4 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Hotel Transilvania”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: uno de los films animados
menos interesantes del año es el más “infantil”. No deja de ser gracioso de a
partes, pero el motivo es la performance de los dos personajes principales
(Adam Sandler como un Drácula sobreprotector con su hija y Andy Sanberg como un
joven despistado que llega al castillo-hotel y se ve envuelto con todos los
monstruos típicos del género de terror). Es decir: es una lástima que se
desaproveche mucho todo un mundo de monstruos y comediantes que podría haber
sido jugoso. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Looper</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> asesinos del futuro”</b>:
a partir de “Brick” y “The brothers Bloom”, el director Rian Johnson se volvió
un tipo de culto, y su siguiente proyecto era muy esperado, más si es una
mezcla de film noir y ciencia ficción que reúne a Joseph Gordon-Levitt y Bruce
Willis como dos versiones de un mismo personaje. Así es, aquí los asesinos a
sueldo matan a personas enviadas desde un futuro lejano, y esto a veces implica
matar la versión futura de uno mismo. Pero cuando esa versión futura es Willis,
la cosa no es tan fácil, y más si el tipo viene con un plan que implica
venganza y asesinatos de niños que podrían ser peligrosísimos en el futuro. Eso
suena un poco a “Terminator”, pero no hay que dejar que la semejanza nos impida
disfrutar esta original y negrísima película estilizada al mango y con
actuaciones de tipos que se toman en serio la cosa (no sólo los dos
protagonistas, sino también la bella Emily Blunt). 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Casablanca”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: para muchos, el mejor film
de la historia. No llego a ese extremo, pero definitivamente que este reestreno
de la ganadora del Oscar a mejor película de 1942 está entre las joyas más
disfrutables que ha dado el cine de entretenimiento, con actuaciones
carismáticas de todo el elenco (no sólo los protagonistas, Humphrey Bogart e
Ingrid Bergman), que logran que cada línea del guión sea algo esplendoroso y milimétrico.
Por si no la conocen, la historia, ambientada en la Segunda Guerra, reúne al
dueño de un bar de Casablanca con una pareja de fugitivos de la resistencia
contra el nazismo que tratan de escapar a Estados Unidos; entre esos tres
personajes están Bogart y Bergman, que tienen un pasado en común y un presente
desencantado. Si se la perdieron, siempre estarán a tiempo de descubrir por qué
es un film perfecto. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Argo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: siguiendo con ganadoras
del Oscar a mejor película, vamos al último exponente hasta la fecha. Ben
Affleck confirma que es un buen director (y, al mismo tiempo, que mejoró
bastante como actor) y entrega esta “historia real” sobre el intento de rescate
(no diré si con éxito o no para no arruinar el final a los que no conocen el
hecho) de diplomáticos yanquis que debieron esconderse en la casa del embajador
canadiense en Irán durante semanas turbulentas en las que extremistas iraníes
tomaron la embajada norteamericana. Lo ingenioso fue el método: un experto en
rescates se hizo pasar por productor hollywoodense y se propuso llevarse al
grupo aduciendo que formaban parte del equipo de filmación de una película de
ciencia ficción. Con un estilo setentista y una tensión digna del mejor
thriller, Affleck logra un film que no sería nada espectacular hace treinta y
cinco años, pero que hoy en día, frente al resto de la producción
hollywoodense, es un prodigio de guión, montaje y dignidad cinematográfica. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Un reino bajo la luna”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la nueva película de Wes
Anderson (“Rushmore”, “Los excéntricos Tenenbaum”) es quizás mi favorita, y eso
le pasó a mucha gente. También están los que dijeron “es más de lo mismo” (es
decir: un estilo lúdico que mezcla personajes “tiernos” y alocados, una
fotografía preciosista, un uso de música no original pensado al milímetro,
todos elementos para cautivar a un público ya cautivo, a la manera de
Tarantino), pero creo que en este caso hay una verdadera novedad: el hecho de que
los protagonistas sean niños torna a todo el asunto más “tierno” todavía, y ese
sentimentalismo está bien ganado. Es más: se podría decir que en realidad éste
es el súmmum de Anderson, la película a la que se dirigía toda su filmografía
previa. Los adultos (Bruce Willis, Frances McDormand, Bill Murray, Edward
Norton, Tilda Swinton, Harvey Keitel) también se lucen y se acoplan
perfectamente al estilo del director, y la música (del genial Alexandre
Desplat) no sólo es brillante, sino que recibe unas merecidas loas en los
títulos de cierre, durante los cuales una voz en off nos disecciona cada
instrumento y nos hace conscientes del trabajo, la lucidez y el amor por su
arte que tiene el compositor. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“La araña vampiro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: Martín Piroyanski está en
todos lados, y uno de esos lados es éste, la segunda película del director de
la gran “Los paranoicos”. Justamente por ese antecedente salí un poco
decepcionado, aunque aplaudo la búsqueda personal del director, que entrega
ahora una película de género (o algo así) que no se vende a los cánones de lo
comercial. Un muchacho picado por una araña muy particular debe hacer un viaje
por la naturaleza para encontrar otra araña igual que lo pique para revertir el
efecto venenoso que podría terminar con su vida. Con ese punto de partida se
logra una efectiva mezcla de humor y tensión (y a veces terror) que mantiene el
interés todo el tiempo porque no se sabe adónde nos llevará. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Dredd”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: una grata sorpresa. Con el
antecedente de un fracaso de crítica y público como lo fue “El juez” con
Stallone, Hollywood decide hacer borrón y cuenta nueva para esta nueva
adaptación de la historieta futurista “Judge Dredd”. Ahora es Karl Urban el que
se pone en la piel del estoico policía-juez que despacha a los malos impartiendo
su propia (y legal, en este universo) sentencia. Y esta vez el protagonista no
se saca el casco en toda la película: con ese misticismo y la amalgama perfecta
de sonido, montaje y gore se logra una clásica película de tensión y acción que
parece una bocanada de aire fresco en el universo de los blockbusters de la
actualidad. Y otro mérito es que el film no pierde tiempo innecesario en contar
el origen de ese futuro o del protagonista, cosa que, viendo el resultado, no
hace falta, y se agradece esa economía. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El cuervo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>no la vi en cine
pero la vi, así que entra en esta lista. Del director de mis admiradas “V de
venganza” y “Asesino ninja”, este film sobre un Edgar Allan Poe involucrado en
crímenes que toman como base sus relatos parecía seguir la línea de
“entretenimiento grasa, pochoclero y manierista pero a mucha honra” de esos dos
films previos, y con un protagónico de John Cusack, todo auguraba buenos
resultados. Pero en la práctica el argumento nunca levanta vuelo; mucha
estética gótica desperdiciada. 5 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Donde habita el diablo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>no la vi en cine
pero la vi, así que entra en esta lista. Uno de los tantos films de terror
actuales del género “found footage”, en este caso se trata de un grupo de
investigadores de lo paranormal que se instalan en la casa de una familia a la
que aquejan fuerzas extrañas. Los personajes tienen su fuerza (incluso hay
momentos bien catárticos) y el terror de algunas escenas es efectivo. Sin ser
nada del otro mundo, se deja ver, y hay un intento de hacer algo original
(excepto en el susto final, que lamentablemente parece ser típico y obligatorio
en los films de terror de hoy en día). 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Celebration day”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: esta “película-concierto”
en proyección digital de alta definición corresponde al recital-reunión que dio
Led Zeppelin en 2007, y lamentablemente sólo se pasó pocos días y en pocos
horarios. Por suerte pude verla gracias a una avant-premier que gané, y la
verdad es que está filmada con todo el misticismo propio de la banda. Sobre la
música no hay nada nuevo que decir, o quizás sí: al tener “menos voz” que
antes, Robert Plant está obligado a no irse por las ramas con sus delirios de
exhibicionismo vocal, y eso en mi opinión le hace muy bien a las
interpretaciones. El film por momentos adquiere la estética del clásico de Led
Zeppelin “The song remains the same” (pantalla dividida, juegos visuales y
glorificación de la figura de Jimmy Page), lo cual está muy bueno pero al mismo
tiempo no se siente forzado porque sucede poco. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Paranorman”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: cerca de fin de año se
estrenaron varios films de animación relacionados con lo macabro: “Hotel
Transilvania”, “Frankenweenie” y ésta, la mejor de las tres, una hermosa
historia de aventuras con mucha personalidad, sobre un niño que puede ver
fantasmas y que es el único que puede avisarle a su comunidad del peligro que
están por correr... y el único que tiene los medios para salvarlos. Pero no
está solo; como en los mejores films de animación, los personajes secundarios
son uno mejor que el otro, y esto está claro incluso en la copia doblada
(aceptablemente) al castellano que se estrenó aquí. Las reseñas de afuera
hablaban de una grata sorpresa, y no se equivocaban: es uno de los mejores
films de animación de los últimos años. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Sinister”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: venerada y criticada por
igual, esta película de terror de Scott Derrickson (“El exorcismo de Emily
Rose”, “El día que la Tierra se detuvo”), como otros exponentes de los últimos
años, se toma su tiempo para generar sus sustos y tiene personajes que
realmente están construidos con interés. Pero también, como esos mismos buenos
exponentes, recurre mucho al “jump scare”, o sea, los famosos momentos “chan”
que te hacen saltar por algún impacto. El balance da positivo, sobre todo por
el final, que es muy particular, y por un siempre bienvenido protagónico de
Ethan Hawke. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Operación Skyfall”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: después del fiasco de
“Quantum of solace”, esta tercera entrega del “nuevo” James Bond casi alcanza
la gloria de “Casino Royale”. Aspectos a aplaudir. 1: el preciosista vacío Sam
Mendes (“Belleza americana”, “Camino a la perdición”, “Soldado anónimo”) dirige
aquí su primera GRAN película. 2: el director de fotografía Roger Deakins se
luce tanto como en las películas más prestigiosas y oscuras en las que suele
laburar (como “Sin lugar para los débiles” o “El asesinato de Jesse James por
el cobarde Robert Ford”), logrando composiciones brillantes como las de Bond
entrando a un casino en Macau o peleando con un villano en una larga toma
oscura con un cartel de neón como única luz de fondo. 3: la música (tanto la
orquestal, de Thomas Newman, como la canción, de Adele) es de las mejores de la
saga. 4: el film rescata el espíritu de intriga y acción dura del mejor
espionaje, pero lo mezcla con una segunda mitad bastante atípica para un film
de James Bond; muchos podrían criticar esto último, pero para mí es más
importante que sea una buena película, y lo es. 5: contrariamente a ese
alejamiento del “espíritu Bond”, la película funciona casi como el final de una
gran precuela (que en realidad llevó tres films) que se encarga de situar a
Bond en un universo con gadgets y personajes clásicos de los que parecía
haberse alejado esta nueva saga. Bienvenidos los aspectos “típicos” si están
re-trabajados de una manera moderna que no se siente forzada. 6: Daniel Craig
está genial, como siempre, pero, cosa rara en Bond, se destacan las actuaciones
de todo el elenco, desde el villano de Javier Bardem hasta Ralph Fiennes, Naomi
Harris, Judi Dench y Ben Wishaw. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Cosmópolis”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: David Cronenberg hace su
primera película sin Viggo Mortensen en diez años, y su primer film realmente
“molesto” en mucho tiempo. Todo transcurre en una limusina, donde un joven
millonario (el vampiro carilindo de la saga “Crepúsculo”, cuya actuación aquí es
funcional al film) tiene encuentros fugaces con co-workers, amantes y gente de
su pasado, mientras divaga sobre tecnología, modernidad y el sentido de la
vida. Y a pesar de que eso podría dar lugar a una experiencia interesantísima
(la locación constante no es lo que molesta), el resultado es algo tan
alienante y poco empático que resulta frustrante para la mayoría de los
espectadores. No es una falla del film; se nota claramente que ese efecto es
buscado por Cronenberg, y le salió milimétricamente bien. Es una buena obra de
arte (es estéticamente jugosa y original, y dice cosas interesantes sobe el
mundo) pero es tan poco atractiva de experimentar que es difícil saber a quién
recomendarla. 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Frankenweenie”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: el primer film de
animación enteramente dirigido por Tim Burton (“El extraño mundo de Jack” sólo
estaba producida por él, y “El cadáver de la novia” estaba codirigida con Mike
Johnson), ésta es una expansión de su corto de hace tres décadas sobre un niño
que quiere volver a la vida a su perro muerto, realizada ahora como un dibujo
animado stop-motion. Después de la decepcionante “Alicia en el país de las
maravillas”, que era mala y no se sentía burtoniana, el tipo entregó en el 2012
“Sombras tenebrosas”, que era mejor y más burtoniana, y luego “Frankenweenie”,
que es aun mejor y aun más burtoniana. Pero incluso celebrando toda la ternura y el
amor por el cine y los freaks que demuestra esta película, sigue faltando algo
novedoso u original, que existió casi siempre en los films de Burton hasta
“Sweeny Todd” inclusive. De todos modos, un buen regreso. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Infancia clandestina”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: el hijo de desaparecidos
Benjamin Ávila había dirigido el documental “Nietos: identidad y memoria”, y
ahora entrega su primer film de ficción. Contra lo que se podría esperar, la
película está pensada como una verdadera experiencia cinematográfica, con el
énfasis puesto no en el mensaje de “miren lo mala que era la dictadura militar”
sino en el aspecto narrativo, es decir, en la historia de un niño que vive de
cerca la clandestinidad pero también tiene otras experiencias importantes en su
vida, como enamorarse. Y la dirección y las actuaciones (de un elenco en el que
el joven protagonista se destaca pero en el que también está la siempre
subvalorada Natalia Oreiro) son realmente excelentes. Se le criticó cierta
obviedad de imágenes y metáforas, pero yo considero que están justificadas por
transcurrir su mayoría en la cabeza de un niño. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El origen de los
guardianes”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:
en los últimos años Dreamworks dejó un poco de lado las boberías de “chistes
pop” y se puso las pilas con la construcción de verdaderas buenas películas
(“Cómo entrenar a tu dragón”, “Kung fu panda <st1:metricconverter productid="2”" w:st="on">2”</st1:metricconverter>, “Gato con Botas”), además de aumentar
considerablemente el caudal de cuidado visual que le dedicó a cada nuevo proyecto.
En esta nueva aventura, lo primero no se percibe tanto, pero sí lo segundo. La
historia cuenta la batalla entre personajes míticos como el maléfico “Boogeyman”
(a quien nosotros llamaríamos “el hombre de la bolsa”) y los buenos Santa
Clause y Jack Frost, entre otros, pero los personajes no llegan a interesar
mucho, lo cual es lamentable (tenían cinco héroes y un villano y no lograron
que ninguno sea memorable). De todos modos, el film sí funciona como un festín
para los ojos (de hecho, el comienzo es tan visualmente delicado que casi no se
puede creer, aunque luego todo cerró cuando vi que el mítico director de
fotografía Roger Deakins ofició de consultor). 6 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Historias que sólo
existen al ser recordadas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: film brasilero sobre una fotógrafa mochilera que llega a un pueblito y
comienza a relacionarse con sus habitantes, en particular con la mujer que la
aloja. Minimalista y con una bella fotografía, podría tomarse como el prototipo
de “film de arte”, y de hecho lo es, pero de la vertiente “honesto y
espontáneo”. Realmente una de las mejores del año, lástima que se proyectaba en
digital y no en el digital prístino de las proyecciones hollywoodenses, sino en
uno que no se veía del todo bien y que cada tanto se “congelaba”. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Buscando un amigo para
el fin del mundo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: infiltrándome en las funciones del Cineclub Núcleo gracias a Salvador
Sammaritano (igualito a su padre) pude ver este film que, por otra parte, nunca
supe por qué se proyectaba en ese ciclo ya que no era un preestreno sino todo lo
contrario (o sea, un post-estreno). Contra lo que se podría esperar, el film no
tiene un humor “modernosamente cínico” ni disparatado, sino uno más bien
apagado, melancólico y romántico. Sí, es el fin del mundo, y sí, Steve Carrell
y Keira Knightley comienzan una relación de amistad mientras cada uno busca
algo a lo que aferrarse en esos días finales. Con carisma, la hacen llevadera.
Y el final emociona. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El romance del siglo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la película de Madonna.
Sí, lo único que le faltaba era ser directora de cine, pero hay que decir que
el proyecto es algo original teniendo en cuenta lo que uno esperaría de ella
(nadie vería este film y aseguraría que lo dirigió ella si no lo supiera de
antemano). Temáticamente sí se relaciona con algo en lo que hizo énfasis en su
carrera: la manera en la que la sociedad condena a las mujeres y cómo ellas
deben ser fuertes y superar esas condenas. Aquí hay dos tramas yuxtapuestas: la
de una mujer moderna que se interesa por un romance del pasado y la de ese
romance, el del rey Eduardo VIII y la plebeya (y divorciada) Wallis Simpson,
quienes enfrentaron todo tipo de críticas. Se nota que los actores ponen lo
mejor de sí, pero el guión hace que pensemos que la mujer moderna está más
cerca de la obsesión que de la pasión, y además la película llega a aburrir. Un
intento aplaudible pero fallido. 4 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Siete psicópatas”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: del director del mítico
film que todavía no vi “Escondidos en Brujas” llega su siguiente película, que
también mezcla humor, violencia y reflexiones sobre el sentido del arte y la
vida. Y además le da al protagonista Colin Farrell una de las pocas
posibilidades que ha tenido para demostrar que es un buen actor, aquí haciendo
de un guionista que intenta comenzar un nuevo proyecto mientras su alocado
amigo (Sam Rockwell, más Rockwell que nunca, lo cual está bien para mí pero
insoportable para muchos otros) lo mete en problemas que involucran gángsters,
asesinatos y secuestros de perros. En el elenco además están (y se
archidestacan) Christopher Walken, Woody Harrelson y hasta Tom Waits, y el film
todo el tiempo es una deconstrucción cínica pero con corazón de lo que es una
película de gángsters. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Fausto”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: la “versión Alexander
Sokurov” de la leyenda de Fausto. Es decir: una película que no tiene reparos
en aburrir a gran parte del público, aunque a mi entender es absolutamente
fascinante. E incluso es veloz y tensionante para ser un film “de arte”. Ya
todos conocemos la historia de un médico con sed de sabiduría que hace un pacto
con el diablo, pero aquí el diablo no se presenta como tal, sino como un
pordiosero deforme pero seductor que filosofa de todo un poco con el
protagonista y lo lleva a recorrer un submundo de miseria, hedondiez, bajos
instintos y belleza. En muchos segmentos la lente provoca un estiramiento de la
imagen, casi como si estuviéramos viendo un film mal proyectado, lo cual aporta
a la sensación de extrañamiento constante de este film, que, por otra parte, a
diferencia de otras películas de Sokurov (como “El arca rusa”), tiene una maestría
visual “secreta”, es decir, no evidente. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Mátalos suavemente”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra joya del director de
“El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, aunque ésta es menos
ambiciosa y más errática. Pero sigue presente la utilización imaginativa de la
música (original o preexistente) y el uso de cámara lenta, fotografía precisa y
tensionante, montaje virtuoso y actuaciones setentistas. Contra lo que
mostraban los afiches, Brad Pitt no es el personaje principal, sino uno más del
reparto (cuyos verdaderos protagonistas son ilustres desconocidos para mí) en
esta historia de dos piringundines que deciden robarle a la mafia y cómo la
mafia reacciona ante eso. Situada durante las elecciones que llevaron a Barack
Obama al poder en 2008, hay constantes alusiones a campañas políticas desde
pantallas de TV, que muestran cínicamente la desconexión entre el sueño
americano y la negra realidad que se ve en las calles. Esto se reafirma en un
cuasimítico monólogo final de Brad Pitt que podría considerarse demasiado
explícito pero está pronunciado con tanta ira, concisión y cinismo que se
transforma en una obra de arte en sí misma. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“El hobbit</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> un viaje inesperado”</b>:
nueve años después de terminada la trilogía “El señor de los anillos”, Peter
Jackson vuelve al universo de Tolkien para filmar “la precuela”. Es decir, las
aventuras de un joven Bilbo que se alía con un grupo de enanos que quieren
reconquistar su tierra. El universo visual y el feeling es similar al que ya
conocemos de esta saga (y la música sigue siendo genial, con temas conocidos y
el esperado agregado de leitmotivs nuevos). El humor está bien trabajado, y en
mi experiencia las dos horas cuarenta y cinco parecieron mucho menos. Es decir:
sólo quitaría una innecesaria pelea y minimizaría la media hora inicial, que es
exagerada como presentación de personajes. Pero no puedo criticar la poca
diferenciación que se hace entre los trece enanos, porque no es algo que afecte
la historia (sólo es importante que identifiquemos al más carismático, y se
logra con creces), y tampoco me parece mal la división en tres partes de una
novela corta (de antemano no esperaría que el primer tercio de esa novela pueda
dar lugar a un film de más de dos horas y media, pero en la práctica el
resultado no me pareció forzado, así que ¿por qué no tener fe en las dos
secuelas que faltan?). Fantasía de matinée, un excelente protagónico de Martin
Freeman (quien le aporta un perfecto humor al film) y el regreso de Gollum en
un par de escenas sublimes: todo eso no merece menos de 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
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<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Escuela normal”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: no la vi en el 2012, pero
la vi, así que entra en esta lista. Después de las grandiosas “Ana y los otros”
y “Una semana solos”, Celina Murga dirige un documental. O mejor dicho: ¿es un
documental? Vemos a varios chicos, chicas, preceptores y directoras de una
escuela de Entre Ríos en sus quehaceres escolares cotidianos, es decir: dar y
recibir clases, ocuparse de la infraestructura y burocracia de la escuela,
organizarse en un centro de estudiantes... Y nunca hay ninguna actitud que dé
cuenta de las cámaras, casi como si se les hubiese dicho “compórtense como lo
hacen siempre y hablen entre ustedes haciendo como si la cámara no
estuviera”... lo cual es equivalente a pedirles que actúen. Más allá de esta
duda ontológica, la película nunca deja de ser interesante (sea documental o
ficción), lo cual era de esperar teniendo en cuenta su temática y el interés
por el cine y por las personas que muestra la directora en cada proyecto
(esperamos con ansias su siguiente película, supervisada por Martin Scorsese).
8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Blackie, una vida en
blanco y negro”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra que vi después de terminado el 2012. Uno de los films que sólo se
estrenó en el Malba y otros cines alternativos fue este documental sobre
Blackie, una de las celebridades más multifacéticas que haya dado la Argentina
(cantante de jazz, actriz, conductora de TV, productora). Es impresionante ver
pasar las imágenes y testimonios de todo lo que hizo, y aunque a priori ése
parece poco mérito para una película, en este caso es gran parte del atractivo.
Los segmentos ficcionales (con Dora Baret interpretando a una Blackie vieja que
recuerda su vida y desmiente datos) no son tan logrados, pero no logran opacar
lo interesante del resto. 7 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Tierra de los padres”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra que vi después de
terminado el 2012. De Nicolás Prividera, director del polémico documental “M”
sobre el activismo político de su madre desaparecida, llega otro film polémico
que ha sido llamado por críticos apurados “documental” aunque técnicamente no
lo es; el término “film ensayo” es más acertado, y la verdad es que, por más
que puedan llegar a existir otras películas así en la historia del cine, ésta
es algo único. Distintos escritores de la actualidad leen textos de escritores
e historiadores de la Argentina en diversos puntos del cementerio de la
Recoleta; así como los lectores pueden considerarse una arbitraria “síntesis de
la cultura actual”, los textos y autores leídos (y las tumbas sobre las cuales
los “protagonistas” leen, sentados) pueden considerarse una arbitraria
“síntesis de la historia argentina y sus eternas dicotomías solucionadas
siempre por la fuerza”. A priori esto puede sonar aburrido o abstracto (y en la
práctica lo es para muchos espectadores; no recomendaría este film a nadie sin
aclarar que se trata de algo distinto a todo lo que hayan visto); a mí me
resultó fascinante, al punto de considerarla la mejor película argentina de los
últimos años. Las lecturas se intercalan con filmaciones documentales de gente
visitando el cementerio, y toda la mezcla da la sensación de que en poco más de
hora y media se narra un mundo, sensación que se acrecienta en el final, donde
una larga y majestuosa toma aérea nos lleva desde el cementerio hasta el Río de
la Plata (es decir, el “otro” cementerio) mientras suena un conmovedor
fragmento de “Nabucco” de Verdi. 10 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Diablo”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra que vi después de
terminado el 2012. Buen cine de género argentino, entretenido hasta la médula.
Juan Palomino es un boxeador con un pasado tortuoso, lo cual es típico pero no
tanto, ya que su presente es esperanzador. Mientras el tipo espera que venga
una posible pareja a su casa a almorzar, le cae el primo, quien está metido en
líos que involucran, cuándo no, a mafiosos dispuestos a todo. Y el personaje de
Palomino deberá ingeniárselas no sólo con fuerza sino también con inteligencia
y actitud para salir del quilombo. Acusada por muchos de tarantinesca, yo
considero que sus rasgos estilísticos logran más provocar la (buscada) risa que
hacer sentir que estamos viendo una copia de algo, y también las actuaciones
aportan mucho al humor. Palomino se confirma (por si hacía falta) como un
grande. Es una lástima que no se le haya dado mucha bola al film, que casi no
se estrenó en salas “importantes”. 9 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Papirosen”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">: otra que vi después de
terminado el 2012. Este documental en el que el director muestra filmaciones
caseras de toda su historia familiar y “nuevas” entrevistas fue otro de los “estrenos
exclusivos del Malba”. La “apertura” con la que se muestran las idas y venidas
de esa familia es el atractivo del film, al punto de sorprender (¿cómo hacen
los involucrados para aceptar ser filmados en las situaciones en que lo son?).
Develar el “argumento” no tiene sentido (más allá de que ni lo recuerdo); sólo
basta saber que es como si un reality-show mostrara los trapitos al sol de una
familia pero estuviese filmado sin ninguna intención de escandalizar y con una
autoconsciencia de sus formas tal que transforma al film en verdadero arte. 8
Aires<b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 10.0pt;">-“Los ilegales”</span></b><span style="font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">:<b> </b>otra que vi después
de terminado el 2012. El director de mi admirado drama postapocalíptico “La
carretera” (que también hizo el elogiado western que todavía no vi “The
proposition”) sigue colaborando con Nick Cave (quien no sólo hace la música
sino también el guión) pero esta vez se mete con el género gangsteril. Luego de
su villano Bane en la tercera entrega de la saga de Batman, Tom Hardy sigue
demostrando que es un groso haciendo aquí del líder una banda de hermanos que
comercian alcohol ilegalmente en la década del 30. Comunicándose casi siempre
con gruñidos monosilábicos, el tipo redondea un personaje fuerte y tierno a la
vez. El resto del elenco también está muy bien: Shia LaBeouf (en la mejor
actuación de su carrera) y Jason Isaacs como los otros hermanos, Jessica
Chastain como la hermosa mesera que se une al grupo, Gary Oldman como un mítico
mafioso y Guy Pearce como el psicótico villano. Una muy entretenida película de
género de un director que se nota que ama lo que hace. 8 Aires.<b><o:p></o:p></b></span></div>
Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-37926361571052028582013-02-07T20:46:00.000-08:002013-02-08T15:23:03.647-08:00Pequeñas reseñas del 2011<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">Nuevamente llegan en exclusiva a este blog las "pequeñas reseñas de los estrenos cinematográficos del año que yo vi"... ¡y nuevamente llegan con retraso de un año! Quédense tranquilos que en poco tiempo llegarán las del 2012, pero mientras tanto confórmense con las del 2011, año en el que hubo cosas buenas. No se sorprendan de ver muchos films de aventuras, ya que ése suele ser el género del que veo mayoría de películas en cine, simplemente por suponer que en pantalla chica perderán gran parte de su posible interés. Y no teman, que en estas reseñas no se develan las sorpresas ni el final de ningún film. Aquí vamos, por orden de visionado:</span><br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Lo
que más quiero</b>”: aunque se estrenó a mediados de año, la ubico en primer
puesto porque es el primer estreno del 2011 que yo haya visto, pues la vi en el
Festival de Cine de Buenos Aires del año anterior. Una gran pequeña película
sobre dos amigas que pasan unos días en el interior del país, donde una de
ellas debe ocuparse de algunos asuntos de su fallecido padre. A pesar de las
tomas largas con la cámara fija, el film nunca aburre, y las dos chicas se
lucen. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Bummer
summer</b>”: aunque se estrenó avanzado el año, la ubico aquí porque la vi
antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires del año anterior. Una comedia
dramática indie yanqui en blanco y negro sobre la “adolescencia fiacosa y
confundida de hoy en día”. Sí, así de trillado como suena, pero como los
personajes están tratados con respeto, la cosa funciona, aun sin ser nada del
otro mundo. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Alamar</b>”:
otra que vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires del año anterior. Una
pequeña belleza sobre un padre pasando unos días con su hijo antes de tener que
dejárselo a la madre, de quien se acaba de separar. El gran atractivo del film,
más allá de las actuaciones naturalistas de padre, hijo y abuelo, es el lugar
donde está ambientado: como el hombre es pescador, se lo lleva al nene a que
conozca el mar, y la ambientación realmente hace a la película. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Volver
al futuro</b>”: obvio que había que ver en cine este reestreno del clásico de
1985 de cuando Robert Zemeckis hacía una gran película tras otra. Obvio que
sería genial si la copia fuera en fílmico, pero debo admitir que las
proyecciones digitales de hoy en día se la bancan. Obvio que cada milésima de
segundo se disfruta como la primera vez (o más), y que las inconsistencias se
perdonan porque ni se notan, ya que el ritmo y las actuaciones te atrapan y no
te sueltan. Obvio que Freud se haría un festín con la relación entre Marty
McFly y su madre. Obvio que es mítico escuchar en una sala de cine la mítica
música de Alan Silvestri. Obvio que son 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Los
santos sucios</b>”: otra película de Luis Ortega, o sea, un film valorable por
su intransigencia pero que no me llegó. Quizás es, justamente, muy sucio, y
prefiero un poco de limpieza. A pesar del poco interés que me generaron ésta y
“Monobloc”, todavía le tengo confianza al primer film de Ortega “Caja negra”,
que aún no vi. Pero a “Los santos sucios” le doy 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Más
allá de la vida</b>”: desde que Clint Eastwood dejó de dirigir films de género
y se metió con “temas serios” era obvio que tendría detractores, pero por suerte
sus films nunca dejan de lado un bienvenido clasicismo narrativo y siempre
tienen aristas interesantes y no convencionales, aún los más “típicamente
oscarizables”. Esta es una historia sobre cómo tres personas de distintas
nacionalidades lidian con el más allá, pero realmente el tema no es el después
de la vida, sino los seres vivos. Lo cual queda demostrado en uno de los
finales más hermosos que haya visto, ayudado, cuándo no, con música compuesta
por el propio Eastwood. Ah, y Matt Damon demuestra una vez más que es uno de
esos grandes sutiles de la pantalla. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
epidemia</b>”: del director de “Sahara” se podía esperar lo peor, pero esta
remake del clásico de terror de George A. Romero “The crazies” fue una
agradable sorpresa. Los personajes importan, los actores cumplen bien, el
suspenso está bien construido y la acción no se va por las ramas ni se mete en
sensacionalismos innecesarios. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Tron:
el legado</b>”: veintiocho años después de la original, llega la secuela. Y
aunque la primera no ocupa un lugar en mi corazón porque no es de esos films
que vi y atesaré de chico, como les pasó a muchos, aun así esperaba con ansias
esta película, pues sus avances dejaban entrever que sería una mezcla de los
mejores efectos especiales que puede dar el cine moderno, la imaginería visual
del film original, la carismática presencia de Jeff Bridges haciendo ¡dos! papeles
y un clima de “gran evento” que ni Star Wars ni Avatar... Parte de esas
expectativas se cumplieron, pero la película no logra ser todo lo entretenida
que debería (sobre todo en su segunda mitad; al menos la presentación de
personajes y ambientes sí conlleva interés y una sensación de “descubrimiento”
que, lamentablemente, poco a poco se diluye). 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Imparable</b>”:
el último film de Tony Scott (“Top Gun”, “El último boy scout”, “Escape
salvaje”, “El ansia” y varios etcéteras de acción producidos por el
blockbustérico Jerry Bruckheimer) resultó ser quizás el film más representativo
de su filmografía, ya que mezcla una historia de “gente de verdad” con el
montaje clipero, sensacionalista y grasa que caracterizó parte de su obra. Aquí
Denzel Washington y Chris Pine son dos ferroviarios que deben detener un tren
que se quedó fuera de control y avanza con una carga explosiva hacia una
posible catástrofe... Los actores hacen honor a los personajes, y el resultado
es una de esas ocasiones en donde ese montaje (que suele no gustarme), los
chistes fáciles y las explosiones gratuitas se ven justificadas. Ma sí, Tony,
te despediste con un típico entretenimiento hollywoodense, que no es malo. 6
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Enredados</b>”:
increíble sorpresa de los estudios Disney, que se animan una vez más a la
animación por computación sin la ayuda de Pixar. Esta versión más disparatada,
aventurera y feminista de la historia de Rapunzel es genialmente entretenida y
sincera con sus personajes. Y graciosa: en general no me río “hacia afuera”
(soy de los que sonríen “por dentro” ante un chiste) pero en esta película la
canción de la taberna me hizo reír a carcajadas. Ah, sí, hay canciones, y no
hay nada de qué avergonzarse: son de Alan Menken en un regreso triunfal. 9
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
vieja de atrás</b>”: Martín Piroyanski (que está apareciendo en todos lados)
protagoniza esta película sobre un pibe que se queda sin alojamiento y acepta convivir
con una vecina de la tercera edad que quiere un poco de compañía (Adriana
Aizemberg). El resultado es una película sin estridencias (ni tampoco
genialidades) que se banca bastante bien. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Los
viajes de Gulliver</b>”: generalmente defiendo las películas que disfruto, pues
les encuentro méritos, pero esta es una de las pocas que debo calificar como
“placer culposo”, es decir, una que disfruté aunque creo que no es digna de
ninguna veneración. Jack Black es el protagonista obvio, un perdedor que llega
al famoso reino de los enanos liliputienses, pero la verdad es que la cosa se
aleja muchísimo del original de Jonathan Swift y nunca deja de ser una comedia
tontita (de hecho, en un número musical del final, se transforma en una comedia
MUY tonta y arbitraria). No puedo darle más de 5 Aires... pero tampoco menos
(aunque debería).<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
Avispón Verde</b>”: esta sí que no la considero un placer culposo, es decir: a
pesar de lo poco desarrollado del personaje de Cameron Diaz y de lo poco
aprovechado que está el villano de Christoph Waltz (que brilló siendo el malo
de “Bastardos sin gloria”), este film de aventuras con humor se disfruta
bastante por la relación entre sus dos protagonistas: el vago millonario que
hereda el imperio familiar y su asistente Kato, quien le enseña muchas cosas,
entre ellas, cómo ser un superhéroe. El proyecto menos personal del
generalmente imaginativo Michel Gondry (“Eterno resplandor de una mente sin
recuerdos”), el film tiene, de todos modos, un estilo propio que mezcla clasicismo
con toques modernosos que no molestan. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Piraña</b>”:
luego del hit “Alta tensión”, Alexandre Aja siguió con el género del terror,
pero parece haberse decidido a hacer solamente remakes: “The hills have eyes”
(muy buena), “Mirrors” (bastante malita) y ahora esta nueva versión del clásico
de Joe Dante. Y se mandó una película con mucho de humor y mucho gore, al punto
que me perturbó un poquitín. Pero si uno acepta las reglas del juego, no se
puede negar que es una película que logra lo que se propone, y que eso no está
del todo mal si lo que se propone es ser un film “explotation” y al mismo
tiempo serlo tan ostensivamente como para ser una parodia de ese género.
Paradójicamente, las escenas de las pirañas atacando a los seres humanos tienen
un montaje y una música tal que la película parece tomarse a sí misma muy en
serio en esos momentos... y es por eso que no es apta para impresionables. 7
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>127
horas</b>”: Danny Boyle (“Trainspotting”, “Exterminio”) se diversifica cada vez
más y ahora entregó esta historia real de Aaron Ralston, un mochilero que queda
atrapado en un paisaje solitario, sin posibilidad de comunicarse con el mundo
exterior. James Franco es el protagonista excluyente, y logra dar un tour de
force repleto de distintos estados de ánimo que hacen creíble esta odisea. El
estilo del director es perfecto para esta historia, y, hay que decirlo, en un
mítico momento dan ganas de mirar para otro lado, pero al mismo tiempo es
imposible despegar los ojos de la pantalla... No develaré el final, pero Boyle
apunta a un espíritu optimista que sigue la línea de “Slumdog millonaire”,
aunque con más sinceridad. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Temple
de acero</b>”: mi film favorito de los hermanos Coen es esta remake del clásico
western con John Wayne, porque pertenece a la vertiente de su filmografía que
no se burla de sus personajes ni los mira desde arriba, sino que los trata con
cariño. Y cada inflexión en la voz de los tres protagonistas (Jeff Bridges,
Matt Damon y la nuevita Haylee Stainfeld) es perfecta, pero también se lucen
los villanos Josh Brolin y Barry Pepper, aun cuando no aparezcan mucho tiempo
en pantalla. Y se destacan además la colaboración del músico Carter Burwell y
el director de fotografía Roger Deakins, que aportan lo suyo para hacer de esta
la película más “clásica” de los Coen. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Invasión
del mundo. Batalla: Los Ángeles</b>”: una película que a simple vista podría
considerarse una pequeña bazofia, ya que narra una historia sin mucho
misticismo ni épica sobre una invasión extraterrestre a la que se enfrentan los
marines yanquis. Pero también se puede aplaudir la decisión de mostrar el
enfrentamiento a un nivel personal en vez de uno “nacional y/o universal a la
Día de la independencia”, y la decisión de casting de poner a Aaron Eckhart
como protagonista. Sin embargo, volvemos al principio: aun teniendo en cuenta
esas virtudes, los aciertos del film no son muchos, y se sigue sintiendo todo
el tiempo un tufillo patriotero que no ayuda. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Rango</b>”:
archivenerada película de animación; yo estoy de acuerdo con todos los elogios
que recibió, aunque, por un lado, una cita a “Apocalypse now” es muy obvia y
nos saca un poco del universo personal del film y, por otro lado, la peli es
genial pero no me llega tan hondo como otras joyas de los últimos años (“Ratatouille”,
“Cómo entrenar a tu dragón”, “Paranorman”, “Wall-E”). Pero es altamente
aplaudible que el director Gore Verbinski (“La llamada” y las tres primeras
“Piratas del Caribe”) haya filmado un western y se haya decidido por un humor
cuasiabsurdo y una imaginería visual para nada “linda”. Johnny Depp entrega su
mejor actuación en años al ponerle su voz al camaleón protagonista, un don
nadie con ansias de fama que llega a un pueblo y se hace pasar por héroe. 8
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Soy
el número cuatro</b>”: el director D.J. Caruso había hecho un par de
entretenidos thrillers hace unos años (“Paranoia” y “Control total”) y ahora se
despacha con una de ciencia ficción que parece ser una nueva inauguración de
una saga protagonizada por jóvenes de mundos distintos que se enamoran (y
van...). Por suerte el film mantiene el interés y no se transforma en una
sucesión de momentos para suspiros de la platea femenina, ni tampoco en un
conjunto de escenas de acción injustificadas. De hecho, cuando termina el clímax
de la película, uno casi se queda con ganas de más. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Infierno
al volante</b>”: Nicolas Cage sigue con su racha de héroes ridículos y films
desvergonzados, algunos de los cuales resultan interesantes. Éste queda a mitad
de camino; por un lado, es bienvenida la abundancia de violencia extrema y
desnudez, que sitúa a la película en un universo muy setentista. Por otro lado,
la verdad es que con este material la película tendría que haber sido un poco
más disfrutable. Por suerte, Nicolas Cage no es el único que se la banca: la
coprotagonista femenina, Amber Heard, tiene mucho carisma (más allá de ser
linda), y también está por ahí William Fichtner desplegando su histrionismo. 6
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
cisne negro</b>”: era obvio que esta película recibiría muchísimos elogios y
críticas al mismo tiempo, ya que se la puede considerar una gran obra de arte o
un film hecho sólo para ganar premios y hacer pensar a los espectadores que
están viendo algo profundo. Pero aún teniendo en cuenta esta segunda
posibilidad, se la puede disfrutar como un melodrama grasa con elementos de
terror y de “alta cultura”. Luego del aire fresco de “El luchador”, Darren
Aronofsky vuelve a los personajes enfermizos (como en “Pi” o “Réquiem por un
sueño”) y se apoya en Natalie Portman para contar la historia de una bailarina
a la que todas las represiones de la vida se le hacen carne cuando debe
interpretar los dos papeles principales de “El lago de los cisnes”. Retomando
mis palabras anteriores: no es una película necesaria, pero sí es una
experiencia cinematográfica jugosa. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Sucker
punch, mundo surreal</b>”: Zack Snyder había empezado bien su carrera, con una
dignísima remake de “El amanecer de los muertos”. Luego, con las épicas de
historieta “<st1:metricconverter productid="300”" w:st="on">300”</st1:metricconverter>
y “Watchmen”, recibió algunos palos de la crítica, y lo mismo cuando se
diversificó hacia la animación con “Ga-Hoole: la leyenda de los guardianes”. La
cosa es que hasta ahora no había realizado ningún proyecto de argumento
original, y aquí se despachó con su propia “Citizen Kane”: una película en la
que trató de meter TODO, tanto argumental como estilísticamente. Cine dentro
del cine, protagonistas femeninas de armas tomar que sin embargo son usadas
visualmente como objetos, elaboradísimas escenas de acción con tomas largas y
efectos especiales increíbles que sólo logran provocar aburrimiento, un uso
“pseudo-original” de la música pop que es puro cancherismo. Al menos es una
película personal. Pero muy fallida, y es una lástima dada la amplia gama de
recursos que el tipo desaprovecha. 3 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Fase
7</b>”: excursión del cine argentino en el terreno de la comedia apocalíptica y
violenta. Daniel Hendler es el protagonista perfecto, y el humorista Yayo se
luce. El único problema es que la mezcla de géneros no le hace tan bien al
film, porque no se termina de disfrutar como una comedia ni como un film serio.
No es que deba ser una cosa o la otra, pero la mezcla no termina de cuajar del
todo. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
vida útil</b>”: aunque se estrenó más tarde la ubico en este lugar porque la vi
antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Y la verdad es que esta película
uruguaya en blanco y negro y filmada en el humilde formato de 4 × 3 se merece
las loas que recibió. El cineclubista Federico Veiroj hace de sí mismo, aunque
poco importa cómo es él en realidad; lo importante es que el personaje genera
el suficiente interés como para que nos entristezcamos con él cuando el cine
donde trabaja se venga a menos y luego nos alegremos al descubrir junto con él
que sí, hay vida más allá de la sala de cine. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Vaquero</b>”:
otra que se estrenó después pero sitúo en este punto por haberla visto antes,
en el Festival de Cine. Debut directorial de Juan Minujín, una película sobre
un actor de segunda que se cree de primera. Lo que pinta sobre los actores
parece ser muy realista: el protagonista tiene un ego gigante y al mismo tiempo
se odia a sí mismo, lo cual también hace que tenga un odio generalizado hacia
el mundo exterior. Lo cual también genera una falta de empatía que hizo que a
mí no me copara tanto el film. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Torrente
4: lethal crisis</b>”: otra que se estrenó después pero sitúo en este punto por
haberla visto antes, en el Festival de Cine. Y la vi sin haber visto las partes
2 y 3, ya que un “ma sí” me llevó a suponer que aquí no habría tanto cuidado en
una continuidad o en personajes recurrentes. Lo recurrente es Torrente (uau,
encima rima): el policía reaccionario está más Torrente que nunca, y la
película mantiene su linaje, es decir: y humor políticamente incorrecto y
ausencia de cualquier atisbo de “alta cultura”. El 3-D aquí es sólo un
truquito, pero no está mal que así sea en una película que se propone
autoconscientemente como de explotation. Lo malo de todo el asunto es que el
film no es todo lo divertido que debería ser. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Medianeras</b>”:
otra que se estrenó después pero sitúo en este punto por haberla visto antes,
en el Festival de Cine. Una comedia romántica argentina que se suma cómodamente
al subgénero típicamente yanqui de “comedias modernas inteligentes un poco
cínicas pero con un melancólico corazón” (onda “Eterno resplandor de una mente
sin recuerdos” o “500 días con ella”). Funciona muy bien y tiene su encanto,
sin ser nada del otro mundo. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
estudiante</b>”: otra que se estrenó después pero sitúo en este punto por
haberla visto antes, en el Festival de Cine. Desde antes de su primera
proyección ya se perfilaba como el film argentino del año, y esos juicios
previos no eran exagerados. Un verdadero clásico moderno con toda la relevancia
y potencia narrativa de un “Citizen Kane” (ya son dos veces que menciono ese
film en las reseñas de este año), con un protagónico consagratorio de Esteban
Lamothe y una mirada desencantada del mundo de la militancia universitaria. O
de la política, lo cual es lo mismo. Ah, y ante la duda: sí, soy de los que
opinan que tiene un gran final. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Metrópolis</b>”:
el orgullo argentino. O sea, el film es alemán y en su momento se le habían
hecho varios cortes, con lo cual ya no existía ninguna copia completa que
respetara la duración original, pero hace un par de años se encontró en
Argentina una versión “completísima” que resultó haber salido de Alemania antes
del momento en que se hicieron aquellos cortes. Con lo cual, en el Festival de
Cine (y luego en el Malba durante varios meses) se pasó esta versión del
influyente clásico de ciencia ficción que, fuera de joda, era como verla por
primera vez. Los personajes estaban mucho más desarrollados, sus
comportamientos tenían más sentido, la narración respiraba mejor... y todo lo
que ya conocíamos seguía siendo tan fascinante como antes. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Le
quattro volte</b>”: otra que se estrenó después pero sitúo en este punto por
haberla visto antes, en el Festival de Cine. Un pequeño film que describe diversas
viñetas en un pueblito de Italia y que, casi sin protagonistas y con un énfasis
en la naturaleza y los animales, parece un documental, pero no. Con mucho humor
y unas increíbles tomas largas que dan pie a que los perros y cabras
desplieguen todo su carisma, ésta fue sin duda una de las cinco mejores
películas del año. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
cueva de los sueños olvidados</b>”: otra que se estrenó después pero sitúo en
este punto por haberla visto antes, en el Festival de Cine. Un documental de
Werner Herzog en 3-D que muestra una visita única a las cuevas de Chauvet, en
Francia, donde se encuentran las pinturas rupestres más antiguas jamás
descubiertas. Y es un típico documental de Herzog, o sea: algo interesantísimo
por la pasión entomológica que pone al narrar el objeto de estudio, por los
desvaríos personales que le imprime y por los sujetos particulares que descubre
en su viaje. A veces se notaba que el 3-D era un efecto de post-producción no
muy bien logrado, pero al menos en la filmación en sí de las cuevas lograba
transmitir la palpabilidad y relieve que el tipo se propuso. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Río</b>”:
del creador de la saga “La era de hielo” llega esta película de la que de
antemano yo no esperaba mucho. Primero, porque la saga mencionada no me parece
nada especial, y segundo, porque un film de animación ambientado en Río de
Janeiro y protagonizado por pajarracos parecía una típica ocasión para mostrar
un Brasil for export, es decir, colorido, carnavalesco y con favelas que
simplemente funcionaran como “color local”. Y algo de eso hay, o mejor dicho,
mucho de eso hay, pero la película zafa del bochorno simplemente por su pulsión
narrativa y, sí, su esplendor visual. Al no pretender ser una descripción
realista y seria de Río, se le perdona todo en pos del entretenimiento, y la
verdad es que es entretenida. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Thor</b>”:
el trailer me había dado ganas, y el film superó mis expectativas. Una película
clásica de superhéroe con un humor de “pez fuera del agua” al mejor estilo
Superman, pero también con un amor y nobleza que son los que tiene que aprender
el protagonista para hacerse digno de manejar el martillo que le otorga
poderes. Nadie esperaba que Kenneth Brannagh entregara como director un
blockbuster tan fresco y con uso tan juicioso de los efectos especiales, pero
la verdad es que el resultado es admirable, visualmente hermoso, con actuaciones
precisas y un villano carismático y con motivaciones que podemos comprender. 8
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Revolución:
el cruce de los Andes</b>”: el film oficial/oficialista sobre San Martín.
Aunque no tanto, lo cual está bueno: la película no es una biopic del prócer argentino,
sino que narra puntualmente el cruce de los Andes y la batalla de Chacabuco, y
lo hace desde el punto de vista de un combatiente “inexperto, ficticio y
anónimo”, lo cual no es ninguna novedad para una épica, pero sí es bienvenido
para el cine argentino. La fotografía y la acción cumplen: es un film eficiente
en su género aunque debo decir que no me conmovió en la medida que esperaba
(quizás había ido demasiado bien predispuesto por comentarios de conocidos míos
que la habían visto). 7 Aires.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Los
Marziano</b>”: la prestigiosa Ana Katz (“El juego de la silla”, “Una novia
errante”) dirige su primer film con actores bien “mainstream” (Guillermo
Francella, Arturo Puig, Mercedes Morán, Rita Cortese) y sigue recibiendo
elogios. Es cierto que logra una narración popular sin perder inteligencia,
pero yo esperaba que me gustara más. Aún así, esta comedia dramática sobre los
desencuentros entre dos hermanos distanciados es humilde y merece verse. 7
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Gnomeo
y Julieta</b>”: film de animación que transporta la historia de Romeo y Julieta
al ambiente de... enanos de jardín. Sí, una comedia sobre dos bandos
enfrentados con algunas referencias al propio Shakespeare y reflexiones sobre
cómo debería terminar realmente esta mítica obra. Buen intento de hacer algo original,
pero no deja de ser una simple película cuasi-infantil con no mucha relevancia.
6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
casa del demonio</b>”: del director de “El juego del miedo” se podía esperar un
film de “porn horror”, o sea, esas cosas sadísticas y visualmente explícitas que
pululan desde hace algunos años, con lo cual fue una sorpresa que dirigiera
este film austero y “clásico” sobre una familia acosada por sucesos
sobrenaturales al mejor estilo “Poltergeist”. Una película que mete miedo con
buenas armas. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Scream
4</b>”: once años después de la tercera parte regresa esta saga de Wes Craven,
y al menos es mejor que el film anterior de la serie. Si cada film de “Scream”
debe reflejar el posmodernismo de su época, entonces esta película acierta de a
ratos, con su constante alusión a la cultura youtube donde todos somos famosos.
Con respecto a los personajes y la historia en sí, es un digno regreso y nada
más, aunque está bien logrado el equilibrio entre los protagonistas de antes y
los “nuevos”. Hacia el final se pone muy buena y hasta parece que el film va a
presentar un aspecto original y novedoso, pero no, es una ilusión que dura
poco. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>X-Men:
primera generación</b>”: después del gran fiasco de la precuela “Wolverine”
llega otra precuela de esta saga, pero ésta es buena. En una de las ochocientas
actuaciones que dio en el último par de años, Michael Fassbender se luce como
Erik Leshner, el judío que quiere vengar la muerte de su madre y encontrar a
quienes se quisieron aprovechar de sus poderes en la Segunda Guerra Mundial. En
su camino se encuentra con Charles Xavier, que todavía no es un pelado aburrido
y postrado, sino un joven con algo de canchero y de mujeriego, y ambos unirán
sus fuerzas para enfrentarse a los malos. Un espíritu de intriga internacional
a lo James Bond sobrevuela este film, lo cual lo hace muy entretenido, y la
actuación de Fassbender logra atrapar y hasta emocionar. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Piratas
del Caribe: navegando aguas misteriosas</b>”: esta saga se había cerrado a la
perfección con la tercera parte, pero los estudios Disney siguen exprimiendo al
personaje de Jack Sparrow, que ya aburre un poco. Y encima ya no están Orlando
Bloom y Keira Knightley (aunque muchos los critiquen, yo creo que tenían
carisma en los otros films de la serie). Y encima el cambio de director (del
imaginativo Gore Verbinski al aburrido Rob Marshall) tampoco ayuda. Y encima la
coprotagonista es Penélope Cruz, que es buena actriz en películas españolas
pero cuando habla inglés dan ganas de matarla. Y encima, para tener un costado
romántico, hay un subplot sobre un hombre de fe que se enamora de una sirena
y... ya ni recuerdo. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Hanna</b>”:
cuatro años después de “Expiación, deseo y pecado”, Joe Wright vuelve a dirigir
a la joven Saoirse Ronan, que aquí ya es prácticamente una adolescente y esta
vez tiene el rol protagónico central en esta historia de una joven que vive
aislada con su padre y entrenada para cualquier tipo de amenaza. Con el correr
del metraje se irá develando el porqué de ese entrenamiento y el misterio que
rodea a su familia. Y además la trama le dará la posibilidad de relacionarse
con el mundo exterior, lo cual otorga uno de los mayores puntos de interés y
humor, ya que ella vivió como ermitaña toda su vida. El otro gran punto de
interés es la puesta en escena de Wright, que vuelve a mostrar que es un
estilista y organiza planos largos y/o de intricado montaje que valía mucho la
pena ver en la pantalla grande de un cine. Eric Bana y Cate Blanchett completan
el elenco, con lo cual no parecería faltar nada para que el film sea un festín,
y sin embargo no es todo lo genial o disfrutable que podría ser. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Aballay,
el hombre sin miedo</b>”: este film de Fernando Spiner recibió varios elogios,
y es al menos un western interesante que se puede ver. Pero no es la obra
maestra que muchos vaticinaban. Pablo Cedrón, como siempre, es un capo. 6
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Kung-fu
panda 2</b>”: bastante mejor que la original, esta secuela tiene un mayor
desarrollo del personaje protagónico y, a pesar de haber mucho humor, de alguna
manera la historia que se cuenta es más “seria”. Visualmente espectacular, y
con un gran villano con la voz de Gary Oldman (que hace de un pavorreal; por
fin Dreamworks aprendió que tenía que dibujar personajes que no sean iguales a
los actores que le ponen la voz). Hay algunos momentos realmente emocionantes,
como uno tan simple que sorprende: el protagonista, que se dispone a entrar en
batalla ayudado por sus guerreros amigos, les grita en cámara lenta “I love you
guys!!!”. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Ocho
minutos antes de morir</b>”: una de las sorpresas del año, aunque no lo debería
haber sido teniendo en cuenta que el director es Duncan Jones (hijo de David
Bowie), quien había dirigido el clásico moderno “Moon” (que todavía no vi, pero
sé que es archimítica). Aquí Jake Gyllenhaal pone toda la pasta de héroe para
hacer de un marine que trabaja en una suerte de sistema de realidad virtual
para encontrar sospechosos en un tren que está a punto de explotar por una
bomba de un terrorista. No se puede hablar mucho de cómo funciona ese sistema
para no arruinar la originalidad del film, que a su vez va presentando otras sorpresas,
y lo increíble es que ninguna parece forzada. Un thriller triste y optimista al
mismo tiempo, emocionante y atrapante. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Cars
2</b>”: la primera gran decepción de los estudios Pixar. Ya desde el trailer se
percibía que este film no tendría nada del encanto y la maravilla de las
anteriores películas de este estudio, pero uno se esperanzaba pensando que el
trailer simplemente era desafortunado. No; era muy representativo del film.
Donde la primera era una genial versión animada de “Doctor Hollywood”, la
secuela se vuelve una película de espionaje, pero no hay nada de malo en eso.
Donde el protagonista era el Rayo McQueen con la voz de Owen Wilson, ahora es
el tontuelo de Mate, pero tampoco hay nada de malo en eso. Lo malo es que el
film no respira alegría, y es “solamente” una entretenida y graciosa aventura
al estilo de las de Dreamworks. Una pena. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
túnel de los huesos</b>”: Raúl Taibo es el protagonista de este film argentino
sobre un grupo de presos que planea una fuga. La historia logra sumar todos los
atributos de este género, sin ser tampoco uno de los mejores exponentes que
hayan existido. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Atrapada</b>”:
si no contamos el film para TV “Cigarette burns”, pasaron nueve años entre la
anterior película de John Carpenter y ésta. Y como la anterior (“Fantasmas de
Marte”) no se había estrenado en Argentina, parecían siglos. El regreso del
maestro del terror fue aclamado por gran parte de la crítica y recibido con
algo de rabia por otros, quizás por la desaprovechada oportunidad de hacer algo
distinto con el género de “chica atrapada en un loquero donde alguien está
cometiendo asesinatos”. Yo me encuentro en un punto medio: es cierto que el
film transcurre con todo el estilo clásico que uno ansía de Carpenter, pero
también es verdad que no tiene nada de especial ni particularmente atrapante. 7
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Harry
Potter y las reliquias de la muerte, parte 2</b>”: diez años después de la
primera parte, llega el final. Y logra posicionarse como el mejor film de la
saga después de “Harry Potter y el prisionero de Azkabán”, esa genialidad de
Alfonso Gómez Cuarón. El motivo por el que esta conclusión es de las mejores
radica justamente en la partición en dos que se hizo de la última novela. Nadie
que no haya visto los films anteriores entenderá mucho lo que sucede en ésta,
pero se supone que si forma parte de una serie, HAY que ver las anteriores. Así
que, tomando en cuenta eso, llegamos al hecho de que en esta octava parte se
pierde menos tiempo en exponer información y se gana verdadera emoción,
verdadero cine (el comienzo, con una simple y misteriosa conversación entre
Harry y un duende, es antológico). Además, Daniel Radcliffe vuelve a entregar
una actuación con carisma y que logra identificar al espectador con el
protagonista (siempre opiné eso de él por más críticas que recibiera). 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Transformers:
el lado oscuro de la Luna</b>”: el nefasto Michael Bay (“Armageddon”, “Pearl
Harbor”) se pasó al chiche del 3-D y, paradójicamente, eso lo obligó a sosegar
su inentendible estilo de filmar la acción, para así lograr escenas que no
induzcan al dolor de cabeza en este formato en que uno debe llevar anteojos
todo el tiempo. Esto logra que el film sea más comprensible que aquella bazofia
que fue la segunda parte de esta saga, y además es mejor que ella porque su
humor es un poco menos racista y simplón. La verdad es que algunas escenas de
acción pagan el precio de la entrada, pero es claro que ése es el único motivo
para ver el film; no hay personajes, no hay espíritu de aventura, no hay
criterio de edición, y hay mucho asqueroso patriotismo y estética cool. 4
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Super
8</b>”: de J.J. Abrams siempre espero cosas buenas, ya sea como director
(“Misión imposible III”, “Star trek” y algunos capítulos de “Lost”) o como
productor (“Cloverfield”, “Déjame entrar”). Por si quedaban dudas de que una
enorme fuente de inspiración para él es el cine de Steven Spielberg, aquí el
tipo emula el estilo de las películas producidas y/o dirigidas por Spielberg en
la década del ochenta, y de otros films de esa época protagonizados por niños
(“E.T.”, “Gremlins”, “Cuenta conmigo”, “Los Goonies”). Y le sale bien: los
jóvenes actores están espectaculares y son el verdadero corazón de un film que
muchos tomaron sólo como “una de ciencia ficción”, sin darse cuenta de que eso
era el McGuffin, es decir, la excusa para narrar la historia de un pibe que
debe superar la muerte de su madre al mismo tiempo que empieza a enamorarse.
Ah, Michael Giacchino entrega una de sus mejores partituras. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Capitán
América: el primer Vengador</b>”: aunque “Thor” sea mi favorita de esta saga de
los superhéroes apodados “The Avengers”, probablemente “Capitán América” sea
una mejor película. No hay énfasis en el aspecto “superhéroe” del protagonista,
sino que es básicamente un film de aventuras y de guerra en donde simplemente
se da la circunstancia de que el protagonista es un superhéroe. La película
tiene todos los toques clásicos de ambientación y humor que Joe Johnston
(“Jumanji”, “Querida, encogí a los niños”, “Jurassic Park III”, “Hidalgo”, “El
hombre lobo”) ya le había imprimido a su otro film ambientado en esa época, la
gran “Rocketeer”. Chris Evans finalmente entrega una actuación digna, y el
resto del reparto está igual de preciso. Con estética de historieta y corazón
de niño, esta fue una de las películas de género más disfrutables del año. 8
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
planeta de los simios: (r)evolución</b>”: impresionante sorpresa, pues nadie
esperaba nada de un nuevo reboot de esta saga. Aquí se cuenta la historia de
cómo los simios (o al menos un grupo de ellos) llegan a desarrollar
inteligencia e independencia de los humanos, y uno de los motivos de que el
film funcione es que nos hace identificar con un mono (genialmente interpretado
con la técnica de motion capture por Andy Serkis). El film muestra lo obvio: si
los animales adquirieran la abstracción e inteligencia que tienen los seres
humanos, se darían cuenta de que están siendo sometidos como esclavos, dejarían
de lado cualquier comodidad y buscarían unirse para ser libres. Y, a pesar de
que esta idea sea obvia, se desarrolla con un pulso narrativo genial, sin
apuros y con mucho talento visual. Tan ensimismados nos sentimos en la historia
que nos olvidamos de que en la película podía suceder algo particular que,
cuando en efecto sucede... les aseguro que la sala de cine queda enmudecida de
sorpresa y maravilla. Uno de los momentos del año, y uno de los films del año. 8
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Cowboys
& aliens</b>”: el título auguraba un pastiche posmoderno con mucho de
desenfado, pero la película es muy tradicional, por la sencilla razón de que es
realmente un western (sólo que con elementos de ciencia ficción). Daniel Craig
sigue explotando su estampa de héroe taciturno, y Harrison Ford vuelve al cine
de género en el papel de un sheriff casi villanesco pero con un cierto honor en
su interior. En el reparto también se lucen mucho Clancy Brown, Adam Beach y
Sam Rockwell, y todo confluye para entregar una agradable historia clásica de
aventura y misterio. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>No
le temas a la oscuridad</b>”: Guillermo del Toro produjo esta remake de un
clásico film de terror hecho originalmente para televisión. Y esta nueva
versión pone toda la carne al asador si de meter miedo hablamos. Katie Holmes
finalmente presenta una actuación con la que nos podamos identificar, como la
nueva esposa de un hombre cuya hija se hace amiga de criaturas muy extrañas en
la casa a la que se mudan... Si bien no es creíble la poca atención que le
demanda el padre a las preocupaciones de las protagonistas femeninas, eso no
echa por la borda los aciertos del film. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Damas
en guerra</b>”: no la vi en cine pero la vi, así que entra en esta lista. Una nueva
comedia de la factoría de Judd Appatow, la novedad es que está protagonizada (y
guionada) por una mujer, la ex-humorista de Saturday Night Live Kristen Wiig.
Muchos odian a esta actriz, pero a mí me cae bien en general, y también en
particular en este film, donde hace de una perdedora cuya mejor amiga se va a
casar. Más allá del natural humor que se despliega a partir de la despedida de
soltera, la angustia de sentirse sin rumbo sobrevuela esta película, lo cual la
hace mucho más humana y efectiva. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Linterna
Verde</b>”: en el 2011 los films de superhéroes fueron por lo general muy
buenos, pero ésta es la excepción. A pesar de que Ryan Reynolds hace lo posible
para generar empatía como el rebelde Hal Jordan, que de la noche a la mañana
adquiere poderes gracias a un anillo extraterrestre, la construcción de
personajes no está a la altura de “Thor”, “Capitán América” o “X-Men: primera
generación”. Pero como los efectos especiales son muy buenos, la estructura del
film es una clásica relectura de “Superman” y Reynolds no es del todo
antipático, terminé disfrutándola, con algo de placer culposo. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Apollo
18</b>”: cada tanto el género de “found footage” intenta dar algo original, y
ése es el caso de esta película de terror que muestra las supuestas filmaciones
de una misión lunar de la década del 70 que “salió mal” por motivos
terroríficos. La película logra generar terror de manera muy efectiva en
algunos momentos, aunque, a diferencia de algo como “Rec”, deja de ser
interesante en los momentos en que no hay tensión. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Sin
límites</b>”: Bradley Cooper hace de un escritor al que le empieza a ir bien a
partir de una droga que potencia el 100% de su cerebro. Algunos personajes
incurren en comportamientos poco lógicos, lo cual resiente un poco el resultado
del film. Y además Cooper tiene un cancherismo que no cae bien a todo el mundo,
y que aquí se contagia a la película en sí. Entretiene y nada más. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Noche
de miedo</b>”: remake del clásico de terror de los 80s “La hora del espanto”,
los atractivos de esta nueva versión son básicamente tres: los adelantos
técnicos (que incluyen no sólo a los efectos especiales, sino a la posibilidad
de ver el film en 3-D), la personificación de Colin Farrell como el sangriento
y seductor villano y la aparición de David Tennant (el actual Dr. Who) como el
cínico y cobarde cazavampiros que debe guiar al protagonista. La película se
disfruta por estos factores, y no hay por qué compararla con la versión
anterior (de hecho, si lo hacemos, pierde, ya que aquélla, con menos fuegos
artificiales, entregaba una historia más clásica y atrapante). 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Destino
final</b> 5”: después de la decepcionante cuarta entrega de la saga, la
franquicia retoma sus formas con este film, el mejor desde las primeras dos
entregas. El accidente del comienzo de la película está filmado con verdadera
tensión y maestría, pero eso no debería sorprender, ya que de eso se trata esta
serie: cada momento previo a una muerte tiene una fotografía y montaje que le
sacan el jugo al máximo a las posibilidades de provocar tensión que tiene el
cine. Los personajes siguen sin existir, pero, como en las anteriores
películas, eso no importa demasiado. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Top
Gun</b>”: otro reestreno digital de una mítica película ochentosa, aunque, esta
vez, no de la misma calidad que “Volver al futuro”. Sin embargo, ver este film
en cine fue casi como una bocanada de aire fresco, ya que, acostumbrado a
burlarme de él, defenestrarlo y considerarlo aburrido, descubrí que en pantalla
grande la cosa funciona muy bien. Está llena de lugares comunes, sí, pero aún
así tiene vida, y cualquiera de las tomas en que aparecen aviones volando está
filmada con ambición y verdadero sentido del espectáculo. Se ve que todo lo que
yo precisaba para aceptar más este film era verlo como se debe. Tampoco digamos
que es una obra maestra: 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
árbol de la vida</b>”: desde que hace unos años Terrence Malick volvió al cine
con todo, cada uno de sus films es venerado y defenestrado por igual, pero
nunca deja indiferente. Esta vez se trata de la historia de una familia a
mediados del siglo XX vivida desde el punto de vista de uno de los hijos, que
adora a su madre y mantiene resentimiento hacia su padre por la educación
severa que éste imparte. Con su profusión de voces en off, reflexiones sobre
los sentimientos y el sentido de la vida, un montaje descontracturado que
provoca una relación íntima con lo que se ve (es inevitable que en la secuencia
del crecimiento de los niños el espectador recuerde su propia infancia) y un
uso ambicioso y solemne de la música (en particular en escenas que nos
retrotraen al origen del universo y de nuestro planeta), la película funciona
casi como paradigma del estilo de Malick. Muchos se fueron del cine, aburridos,
y otros la acusaron de new age, pero, por más en contra que se esté, no se
puede negar que hay un artista personal detrás de cámara, y que lo que hace no
es muy tradicional que digamos. Para mí y para muchos, fue uno de los mejores
estrenos comerciales del año. 10 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Detrás
de las paredes</b>”: una de las decepciones del año. Jim Sheridan (“Mi pie
izquierdo”, “En el nombre del padre”) se sale de su zona de confort y entrega
un thriller con elementos sobrenaturales. O mejor dicho: lo interesante del
film es que durante gran parte de su transcurso uno no sabe si hay fantasmas o
si se los está imaginando el protagonista, pero en la práctica eso no hace
diferencia, o es casi lo mismo. La cosa es que las sorpresas de la película habían
sido reveladas por un trailer realizado con mucha incompetencia; tengo la duda
de si el film habría sido tan previsible si no fuera por ese factor. El
resultado final es una película muy corta que no se disfruta mucho, por más que
los protagonistas sean Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Pina</b>”:
Wim Wenders volvió a recibir elogios de la crítica con este documental en 3-D
sobre la fallecida coreógrafa Pina Bausch. Y la verdad es que el éxito tanto de
crítica como de público me sorprende en este caso, ya que, sinceramente, no
creo que sea para tanto. Es una película correctita, no un documental
imprescindible, y la veneración que se le dio a su uso del 3-D fue exagerada.
Incluso hay algo que es casi irrespetuoso o contraproducente: en medio de
escenas de coreografías, la escena se corta para mostrarnos el testimonio de
uno de los bailarines, y, por más interesante que sea lo que dice, ¡no me
corten una escena musical en el medio! (y menos si se supone que quieren
mostrar al público lo que era el trabajo de Pina Bausch o de sus discípulos). 7
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Gigantes
de acero</b>”: algo que en los papeles parecía un desastre resultó en la
práctica un gran film, cosa sorprendente si se tiene en cuenta que su director
es el mismo de “Más barato por docena” y la remake de “La Pantera Rosa”. Hugh
Jackman entrega una clásica actuación de “chanta encantador” que debe hacerse
cargo de un hijo al que no ve hace mucho; lo interesante es que ninguno de los
dos tiene interés en esa relación, y la cosa sólo prospera “de casualidad”,
siendo la pasión por el boxeo lo que los une. Como en el universo futurista del
film el boxeo ya no es un deporte de hombres, sino de robots (los entrenadores
simplemente los diseñan, los arman y los controlan), hay profusión de efectos
especiales, que realmente se ven bien (ya que no hubo sólo robots generados por
computadoras sino también animatronics). Todo conspira para hacer de ésta una
película muy llevadera que hasta emociona un poco en su final. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Medianoche
en París</b>”: después de varios años volví a ver un film de Woody Allen en
cine, y esta vez no me decepcioné. Con esta película el tipo recupera el
encanto de épocas mejores, y en particular la magia de pequeñas joyitas como
“La rosa púrpura del Cairo”, ya que aquí también hay un elemento sobrenatural
que le da al protagonista la posibilidad de vivir sus sueños. Y como el
protagonista es Owen Wilson (uno de los actores más queribles con los que haya
trabajado Allen) y sus sueños incluyen la ciudad de París, el film es un festín
para los enamorados de ese lugar... y a los que no lo son, los enamora. Sí, es
muy romántico, pero a mucha honra. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
rey león</b>”: otro reestreno, que se agarra del éxito de los reestrenos 3-D de
las “Toy story” 1 y 2 del año anterior, aunque esta vez sin excusa de ninguna
secuela (a partir de este caso se empezarían a reestrenar varios otros films de
Disney en 3-D). La tercera dimensión no estaba usada de manera muy especial
desde mi punto de vista (que en este caso contrasta con la opinión del público
en general y de la crítica), pero el film por sí solo vale la experiencia. Una
relectura de “Hamlet” en plan “animales de la sabana africana”, con muy buenos
personajes de reparto, un gran espíritu de aventura, esplendor visual y muy
buena música (por más archiescuchadas que sean sus canciones, no dejan de ser
buenas). Y un villano de antología, que da a Jeremy Irons una oportunidad para
chuparse los dedos. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Ausente</b>”:
del director de “Plan B” se estrenó su siguiente film también en el Malba. Y
esta vez el resultado me gustó más. Quizás por el hecho de que sus dos
protagonistas me parecieran interesantes y por el grado de tensión logrado,
este film logró atraparme. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Contagio</b>”:
once años después de “Traffic”, Steven Soderbergh vuelve con otro “film serio y
multiestelar sobre un flagelo importante abordado desde distintos puntos de
vista y lugares del planeta”. En este caso el tema no es el tráfico de drogas,
sino una epidemia, y cómo distintos grupos humanos lidian con ella, desde
médicos, bloggers y funcionarios hasta los pocos que parecen ser
inexplicablemente inmunes. A pesar de tener un protagonismo repartido, casi todos
los personajes funcionan (salvo quizás el sensacionalista inglés de Jude Law).
El estilo sigue siendo distanciado, frío y para nada triunfalista, lo cual es
acertado para este género que podría denominarse “estudio clínico”. El final,
de todos modos, tiene algo de conmovedor. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Glee</b>”:
nunca vi la serie, pero, luego de haberla considerado prejuiciosamente como una
telenovelucha musical de cuarta, cambié de opinión y me entró curiosidad por
verla. Esto se debe un poco a las buenas críticas que leí y al universo que
muestra el film, que es el de una novela, sí, pero tal vez de las buenas y sin
ninguna vergüenza. Por otra parte, el supuesto registro documental del film es
jugoso: se presenta un recital de los protagonistas de la serie como si los personajes
(y no los actores) fueran los que cantan... lo cual hace este film un musical,
pero no un documental. Nada de eso: una chiclosa ficción, intercalada con
segmentos donde fans de la serie explican cómo ésta les cambió la vida y les
dio más confianza y vitorean a sus personajes favoritos (¿Estos segmentos sí
serán verdaderos registros documentales? Misterios del posmodernismo). 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Los
tres mosqueteros</b>”: del rey de los films clase-B en la actualidad, Paul W.S.
Anderson (responsable de “Resident evil”, “Alien vs. Depredador” y “Mortal
Kombat”) llega esta adaptación del clásico de Alejandro Dumas en una versión
que, más allá de ser en 3-D y contener escenas espectaculares que no eran
precisamente el espíritu de la novela original, tiene un aire de aventuras que
la acerca, sino a Dumas, al menos al género cinematográfico de matinée del cual
el film pretende formar parte. Hay humor, está Milla Jovovich y,
lamentablemente, hay algunos personajes desaprovechados o mal actuados (el
villano de Orlando Bloom, el mismísimo protagonista D’Artagnan), pero el
balance es sorpresivamente positivo. 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Peter
Gabriel & New Blood Orchestra</b>”: sólo en algunos cines se estrenó este
recital de Peter Gabriel filmado en 3-D, y debo decir que me pareció uno de los
usos más “artísticos” del 3-D que he visto hasta la fecha, ya que el film
combina distintos colores, profundidades de campo, sobreimpresiones visuales y
filmaciones desde el punto de vista del propio Gabriel para lograr algo único, no
simplemente “un concierto filmado”. Otro factor que hace especial a este
proyecto es que pertenece a la hasta ahora última gira de Gabriel, en donde los
covers de su último disco y las canciones de la etapa anterior de su carrera
son interpretados por una orquesta sinfónica que le agrega pompa y dramatismo a
muchas composiciones. Si a uno le gusta su música (o sea, si uno tiene buen
gusto), la cosa se disfruta con creces. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>De
caravana</b>”: una comedia cordobesa ambientada en el mundo de las bailantas,
realizada con unas ganas de comerse todo lo que se encuentre en el camino y
mostrar una pasión por el cine y sus personajes que sorprenden. Hay humor,
personajes geniales y una fotografía cuidada al milímetro que, como en pocos
casos que yo haya visto, presenta una enorme distancia entre su perfección y su
ostensión (es decir, nadie diría que es una película preciosista; es más,
muchos ni se percatarían de lo largas y elaboradas que son varias tomas). Y esa
distancia también es un acierto, ya que el film nunca se siente como un logro
técnico, sino como una aventura espontánea, sucia, visceral y totalmente viva.
10 Aires.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Violeta
se fue a los cielos</b>”: siete años después de “Machuca”, su director vuelve
con otra película de temática muy específicamente chilena (pero al mismo tiempo
universal, como todas las grandes películas). Esta vez se trata de un biopic
sobre la música Violeta Parra, pero no es una biografía “normal”; lo más
parecido a ella que se me ocurre es el film “I’m not there”, aquel
caleidoscopio donde varios actores encarnaban distintos aspectos de la vida y
obra de Bob Dylan. Sin llegar a esos extremos, aquí la trama va y viene en el
tiempo y transmite un perfecto mix entre la vida personal de Violeta Parra, su
pensamiento, su contexto, su obra... y hasta la intensidad con la que ella
emanaba su obra. La protagonista es muy parecida físicamente y logra un timbre
vocal muy similar, pero eso es anecdótico frente al hecho de que logra
transmitir toda la vida, pasión, dolor, amor y furia de aquella mujer. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Antes
del estreno</b>”: por lo que leí, esto es algo así como una versión argentina
de “Una mujer bajo influencia”, mítica película de John Casavettes que todavía
no vi. Aquí Érica Rivas despliega todo su histrionismo haciendo de una actriz
archinerviosa por la próxima obra que protagonizará, y el espectador ve su
mundo un día antes del estreno, en su casa de campo junto con su esposo
(también artista), su hija y algunos invitados. Ciertas hipocresías del medio y
la necesidad de validación que sienten algunos actores se transmiten a la
perfección; por otra parte, la brillante sucesión de planos secuencia y la muy
buena dirección de actores (incluido Nahuel Mutti, quien generalmente está
subvalorado) hacen de ésta una película que se sigue con atención, tensión y
hasta cariño por los personajes, por más que se nos muestren muchas de sus
miserias. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>La
piel que habito</b>”: Pedro Almodóvar sigue demostrando que su filmografía es
una perfecta, española y personal versión del espíritu de Douglas Sirk y Brian
De Palma. En este caso, el laberíntico guión cuenta la historia de un
científico y una mujer que tiene prisionera, y va hacia adelante y hacia atrás
en el tiempo, sin ninguna barrera autoimpuesta que no sea la de narrar un buen
cuento de la manera más cinematográfica posible (o sea, de la mejor manera
posible). Esa manera incluye un espíritu lúdico y honesto que nace de las
actuaciones de Antonio Banderas, Elena Anaya y el resto del reparto (en donde
también se luce Marisa Paredes), la música de Alberto Iglesias y un uso de la
fotografía y el montaje que acentúa lo más melodramático de un buen melodrama.
El momento final del film sorprende por su bajo perfil, pero lo aplaudo
justamente por eso; no hace falta continuar una escena sólo porque eso
dictarían los cánones regulares, así que la historia puede perfectamente
detenerse allí. Si no existiera “Hable con ella”, quizás ésta sería la mejor
película de Almodóvar. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Happy
Feet, el pingüino 2</b>”: la primera había sido tan venerada por la crítica que
cuando la vi me decepcionó un poco. Y con esta secuela sucede lo mismo. La
animación es excelente, pero los personajes no provocan interés, excepto por
dos peces cuasifumones con las voces de Matt Damon y Brad Pitt, que, en sus
charlas sobre el sentido de la vida, revelan la filosofía humanista del film.
Es lo único que llama la atención en este film cuasinoño. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>El
padrino</b>”: casi llegando a su 40º aniversario se reestrena esta gran joya
del cine. En proyección digital como casi todos los reestrenos de hoy en día,
pero un digital aceptable y hasta aplaudible. Sí, Marlon Brando está genial
como Vito Corleone (realmente nos hace sentir que es un viejo, cuando en
realidad tenía 48 años), pero el verdadero protagonista del film siempre fue y
será Al Pacino como su taciturno hijo Michael, quien empieza alejado de los
negocios familiares (léase mafia) y termina instaurando el nuevo orden. Francis
Ford Coppola sorprendió a todos (y sigue sorprendiendo) con un montaje
imaginativo, una ambientación perfecta y una dirección de actores que da
lucimiento hasta al personaje más pequeño. 10 Aires, ¿o esperaban otra cosa?<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Gato
con Botas</b>”: del director de la tercera parte de la franquicia “Shrek” (que
es justamente la peor) llega este derivado que es mucho mejor que cualquier
película de aquella saga. En esta ¿precuela?, el protagonista es el gato con la
voz de Antonio Banderas, y esta vez no hay mucho chiste alusivo a escenas
famosas de la historia del cine o a la cultura pop moderna, sino que, lisa y
llanamente, se quiere contar una historia de aventuras y punto. Y se lo
consigue. Si bien el universo en teoría es el mismo de Shrek, los personajes
tienen más carnadura humana (aunque sean un gato, una gata y un huevo), la
aventura se siente fresca y hasta el villano tiene motivaciones interesantes y
catárticas. 8 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Las
acacias</b>”: pequeña road-movie argentina que resultó un (pequeño) suceso, lo
cual no es tan raro si se tiene en cuenta su espíritu amable y “tierno” al
estilo de las historias mínimas de Carlos Sorín. Sólo que en este caso el éxito
es más elogiable, porque parece menos construido, menos “para vender”. El trío
protagonista es excelente. 9 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Larry
Crowne</b>”: no la vi en cine, pero la vi, así que entra en esta lista. El
regreso de Tom Hanks a la dirección quince años después de “¡Eso que tú haces!”
es, como aquella, una comedia al estilo del Hollywood clásico, y, también como
aquella logra algo de la magia buscada, aunque sin llegar a las alturas de
otros films con Hanks que él no dirigió, como “Sintonía de amor” o “Quisiera
ser grande”. También como aquella, fue muy bien recibida por la crítica
especializada (exageradamente desde mi punto de vista... también como aquella).
Hanks es un hombre que se queda sin trabajo y asiste a unos cursos que dicta
Julia Roberts. Ambos están muy bien, pero el reparto, si bien pretende ser muy
heterogéneo e interesante, no está tan a la altura. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Rápidos
y furiosos 5in control</b>”: no había visto ninguna de esta saga de acción,
sobre todo a partir de las malas críticas que recibieron, pero esta quinta
parte obtuvo muy buenas reseñas, que la calificaron de realmente entretenida y
con menos tonterías cool que las anteriores. Así que me puse a ver las
anteriores para ponerme al día con los personajes y resulta que no llegué a
tiempo para ver ésta en cine. Por suerte, meses después la repusieron en el
Imax, lo cual fue una muy buena oportunidad para comprobar que, en efecto, se
trata de un buen entretenimiento, donde Dwayne Johnson (antes The Rock) se suma
con altura al reparto, y donde las escenas de acción hacen valer el precio de
la entrada. 7 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Verdades
verdaderas: la vida de Estela</b>”: Susú Pecoraro hace de una Estela de
Carlotto treinta y cinco años más joven, en la época en que su hija fue
secuestrada por la dictadura militar y ella y su marido estaban en tensión
constante por no saber si estaba viva o muerta (y luego por las marchas y el
reclamo por la aparición de su nieto). Por suerte no hay mucho amarillismo ni
olor a propaganda en el film (a lo sumo hay propaganda del trabajo de las
Madres de la Plaza de Mayo, lo cual es natural, pero no vi ninguna obvia
alusión al kirchnerismo, nada que dentro de 200 años pueda hacer pensar a un
espectador “ey, esto sólo se entiende si es propaganda de un partido político de
esa época”). Más allá de eso, el film logra hacernos sentir cómo era la época,
pero siempre desde una estética televisiva, sin nada que lo distinga de una
típica emisión biográfica. Naturalmente, mucha gente salió de verlo emocionada,
pero eso tiene más que ver con sus experiencias personales y cercanía a lo
narrado que con los valores artísticos del film. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Juan
y Eva</b>”: otro film argentino que comparte algunas características con
“Verdades verdaderas”, a saber: fue muy promocionado por el kirchnerismo (y su
directora luego terminó dirigiendo el documental sobre Kirchner), intenta ser
realista y mostrar la humanidad de personajes históricos, tiene una austera
reconstrucción de época, buenas actuaciones protagónicas y una propuesta
estética sin nada de particular. Es decir, nuevamente: un telefilme. Con buenas
actuaciones (Osmar Núñez y Julieta Díaz tienen presencia, qué duda cabe) y
algún desliz en el montaje que hace que nos cansemos de una melodía que suena
en algunos momentos muy cercanos entre sí. Es original la idea de contar “sólo”
la historia de cómo nació el amor entre Perón y Evita (y darle al film un marco
temporal acotado, finalizándolo el 17 de octubre de 1945 y no, por ejemplo, con
la muerte de ella) pero el resultado, a mi juicio, es un desperdicio de la
oportunidad de contar una historia que emocione. Al menos a mí no me pareció un
film intenso ni necesario. 5 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Loco
y estúpido amor</b>”: no la vi en cine, pero la vi, así que entra en esta
lista. Una comedia con elementos de drama, elementos de film romántico y
elementos de film “coral”, con un reparto encabezado por Steve Carrell y Ryan
Gosling como un hombre recién separado y un joven que le enseñará a conquistar
mujeres. La ex-esposa de Carrell es Julianne Moore; el principal interés
romántico de Gosling es Emma Stone. Con lo cual tenemos un cuarteto de grandes
actores que, como tienen química y un buen guión entre manos, llevan a buen
puerto esta película. Ah, la niñera de Carrell (que está enamorada de él, y de
quien está enamorado el hijo de Carrell) tiene carisma hasta las nubes. 8
Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">-“<b>Un
zoológico en casa</b>”: no la vi en cine, pero la vi, así que entra en esta
lista. Y por más que muchos celebraron este film como un regreso a las buenas
formas en la carrera de Cameron Crowe (después del fracaso de sus últimos
trabajos ficcionales, “Vanilla sky” y “Elisabethtown”), a mí no me pareció gran
cosa. Es decir, tiene un espíritu humilde y actuaciones creíbles y queribles,
pero no la magia que la equipararía a los mejores films de este género en la
historia. ¿Cuál es el género? Es el género
“viudo-que-cría-a-sus-hijos-genera-la-admiración-respeto-y-amor-de-los-que-lo-rodean-y-lleva-adelante-un-excéntrico-proyecto-de-vida”
(en este caso, Matt Damon mudando a su familia a un zoológico). 6 Aires.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: small;">-“<b>Copia
certificada</b>”: me la perdí en su momento pero la pude ver en un ciclo de
“segunda oportunidad” en la sala Lugones. Había leído las reseñas más
auspiciosas, a tal punto que temía salir decepcionado o encontrarme con una
cuota de aburrido intelectualismo (su director Abbas Kiarostami hizo la “lenta”
“El sabor de la cereza”, sí, pero debería haberme acordado de “Five” y su amor
por las formas y el cine). Finalmente me rendí ante la evidencia y pasé a ser
uno más de los que sitúan a “Copia certificada” en sus listas personales como
la mejor película del año. Juliette Binoche y William Shimell (cantante lírico en
una rara incursión como actor) dan brillantes actuaciones como un escritor y
una mujer contratada para guiarlo por Italia... ¿o hay una relación
preexistente entre ellos? El enigma sobrevuela la película, mientras ellos
pasean y discuten sobre la vida, sobre el arte y sobre ellos mismos. Y la
exquisita fotografía de largos planos secuencia nos permite relajarnos y seguirlos
en su catártico periplo (otro hermoso caso de enorme distancia entre el
milimétrico trabajo visual y la ostensidad de ese aspecto, es decir, nadie
diría que lo bello de las imágenes o la fluidez de la cámara llaman la atención
sobre sí mismos). 10 Aires. O quizás diez mil; es uno de los mejores films de
la historia.</span></span></div>
Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-85767776708564182082012-06-09T07:43:00.001-07:002012-06-12T19:51:40.642-07:00Crónicas desde el Luna Park: Crosby, Stills & Nash en Argentina“Duración: 90 minutos”. Eso era lo que decía el cupón de descuento que usaría para ver a una legendaria banda de rock que estaba pisando la Argentina por primera vez con un concierto en el Luna Park. “Qué lástima”, pensé, “ver a estos tipos míticos sólo por una hora y media”. Por suerte, el cupón se equivocaba...<br />
Dentro del estadio alcancé a ver entre el público a varios argentinos que hacía 40 años que querían ver a este conjunto, como Rodolfo García (integrante de Almendra y Aquelarre) y Raúl Porchetto, y luego me enteraría de que también estaban entre el público Charly García, León Gieco, Nito Mestre, Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu... Era de esperar, ya que todos ellos mamaron de esta banda desde chicos. Y también era de esperar que, lamentablemente, entre el público hubiera varios espacios vacíos, pues no había habido mucha promoción, y además esa misma noche tocaba Noel Gallagher en otro estadio. Pero, como leí en varias crónicas, “todo aquel que sabía adónde había que estar, estaba en el Luna esa noche”.<br />
Quince minutos después de la hora prevista, se apagaron las luces y entraron al escenario los músicos “sesionistas” y la atracción principal: Crosby, Stills & Nash, es decir, David Crosby (el gordito, pelado, con cara de bonachón y bigotes de fumón que había formado parte de The Byrds), Stephen Stills (quien integró la primera banda de Neil Young: Buffalo Springfield) y Graham Nash (ex cantante de The Hollies). “¡Por fin!” se le escuchó gritar a uno de ellos en perfecto castellano (no sé a cuál, pero quizás a Stills, ya que en varios momentos de la noche recurrió humorísticamente a este idioma), y acto seguido empezó la fiesta con <b>“Carry on”</b>, el primer tema de “Deja vu”, que es el primer álbum que el trío grabó con la colaboración de Neil Young (unión que cada vez que se repetía los hacía llamarse Crosby, Stills, Nash & Young). No sé qué esperaba el público, pero la fuerza rockera de la interpretación nos voló la cabeza a todos. Y, por supuesto, no está nada mal comenzar con “una bien conocida”. Siguiendo con ese criterio, los siguientes dos temas también fueron reliquias míticas de sus primeros discos: <b>“Marrakesh Express”</b> y <b>“Long time gone”</b>. Cuando Crosby cantó el primer verso de esta última (“It’s been a looooong time comin’...”), muchos que no la habían reconocido rompieron en aplausos. Paréntesis: si no vieron el film “Woodstock” (ganador del Oscar al mejor documental), háganlo ya, y se entenderá un poco más el aura mítica de esta canción.<br />
Luego de esa gran seguidilla llegó el primer “no-clásico” de la noche: <b>“Military madness”</b>, del repertorio solista de Graham Nash. Fue uno de los varios momentos en donde el grupo dejó en claro su posición antibelicista que los acompaña desde su juventud hippie. Después volvieron a su “repertorio de grupo” con un tema que yo no conocía pero que resultó todo un hit (casi un “pop típico para radios”): <b>“Southern cross”</b>. Y luego llegó <b>“Lay me down”</b>, tema que forma parte del repertorio de Crosby & Nash como dúo. A continuación, Graham Nash volvió a su costado “comprometido” y regaló un tema reciente: <b>“Almost gone (The ballad of Bradley Manning)”</b>, canción en homenaje a un ex soldado yanqui disconforme con el ejército que fue apresado por develar secretos militares a Wikileaks.<br />
Luego vino uno de los pocos clásicos que no conocía: <b>“Bluebird”</b>, de Buffalo Springfield. Pero cada vez me daba más cuenta de que este era un recital muy disfrutable incluso para alguien que no conociera ninguna canción. Básicamente, la música era genial y se notaba que los tipos disfrutaban lo que hacían y no estaban parados en un escenario sólo por dinero. Luego de esta canción se mandaron con <b>“Wasted on the way”</b>, otro agradable clasiquito en el que mostraron que son uno de los mejores exponentes en cuanto a armonías vocales se refieren. Y hasta se dieron el lujo de mostrar temas nuevos, como el que siguió, llamado <b>“Radio”</b>.<br />
Después Nash, que era el que más oficiaba de interlocutor con el público, nos explicó que él es el que crea las melodías pegadizas, Stills es el que compone rock and roll y Crosby es el que escribe “the weird shit”. Y sí, fue el turno de una larga y jazzera versión de <b>“Deja vu”</b>, durante la cual hubo un momento de lucimiento para cada uno de los músicos “secundarios”. Incluso Nash tocó la armónica, momento muy aplaudido. Después de semejante apoteosis de aproximadamente 10 minutos, presentaron a los sesionistas (dos tecladistas, un baterista, un bajista y un guitarrista que también suelen acompañar a otros músicos como Jackson Browne, David Gilmour, Bruce Springsteen y Sting). Y luego llegó otro clásico, <b>“Wooden ships”</b>, que comienza de manera poco interesante para mi gusto pero se va poniendo uau. En vivo fue alargada con una gran zapada bien rockera, y los presentes nos terminamos de convencer de que Stephen Stills es uno de los mejores guitarristas del último medio siglo. Por otra parte, nadie parecía entender cómo era posible que el recital que estábamos presenciando superara de tal manera lo que habíamos esperado. Como ya había pasado hora y cuarto, yo temía que se acercara el final, pero, para alegría mía, Nash dijo “Nos vamos a tomar una pausa y volveremos en 20 minutos”. Era improbable que luego de esa pausa tocaran “sólo” 10 o 15 minutos, así que todavía quedaba mucho show...<br />
Veinticinco minutos después, el grupo regresó, y fue el comienzo de un segmento acústico. La elegida para volver fue la hermosísima y aplaudida <b>“Helplessly hoping”</b>. Luego fue el turno de otra diatriba contra la guerra que forma parte de la carrera solista de Graham Nash: <b>“In your name”</b> (nacida del enojo de ver cómo muchos matan en nombre de Dios). Después avisaron que no suelen hacer covers, pues tienen un repertorio propio muy amplio, pero aún así harían uno: <b>“Girl from the North country”</b>, de Bob Dylan, una canción que yo había escuchado cantar a su propio creador en otro gran recital 9 días antes. Naturalmente para un grupo que se caracteriza por sus armonías vocales, sonó mucho más prolija y afinada que como la canta Dylan, pero eso no es lo importante, sino el sentimiento, y la verdad es que sólo ellos (y en particular Stills) pueden cantarla con tanto sentimiento como Dylan. Después avisaron que se venía un cover más, pero agregaron que, con nuestra amplia cultura musical, íbamos a reconocer el tema enseguida. Y la verdad es que no lo reconocí, y me pareció que la mayoría de la gente tampoco. Quizás es porque era un tema de Stephen Stills como solista no tan famoso: <b>“As I come of age”</b>. La que vino después también era de Stills como solista, o más bien de su banda Manassas: la bellísima <b>“So begins the task”</b>. Definitivamente, Stills tiene una honestidad y dulzura en su manera de cantar que lo convierten en un favorito del público, aun cuando, de los tres, es el que menos conserva la voz.<br />
Después fue el turno de <b>“Jesus of Rio”</b>, canción que Nash compuso inspirado en el Cristo gigantesco de Brasil, y que forma parte del repertorio de la dupla formada por Crosby & Nash. Fue un tema poco interesante a mi gusto, pero se redimieron quedándose solos en el escenario para hacer el clásico <b>“Guinnevere”</b>, que mostró una vez más la creatividad de David Crosby tanto para las letras como para las melodías no convencionales (la versión en vivo me terminó de confirmar que el punteo de guitarra de esta canción me fascina mucho más que las partes cantadas). Lo que siguió fue la intimista y épica al mismo tiempo <b>“Cathedral”</b>, que empezó con Graham Nash al piano y luego recibió el aporte de toda la banda. Yo no conocía este tema y me voló la cabeza. Todo lo que siguió fue una recta final llena de clásicos, y cada uno de ellos me tomó casi una sorpresa, porque el concierto había sido tan disfrutable con canciones no conocidas por mí que ya me había olvidado que tenían varias famosas. Esta seguidilla empezó con la apoteosis de la melosidad, que no por eso deja de ser un gran tema: <b>“Our house”</b>. TODOS conocen esta canción, aunque sea por haberla escuchado en ochocientas publicidades. Y sonó tan linda como podría esperarse, con un público en éxtasis. Luego los tipos cuchichearon entre ellos, y Graham Nash avisó al público que habían cambiado de planes con respecto a la siguiente canción que tocarían. No sé qué tenían pensado, pero sonó un rock-blues que arrancó una enorme ovación del público cuando se escuchó a David Crosby entonar las primeras palabras de la canción: <b>“Almost cut my hair”</b>. Sí, un clásico que nos transporta instantáneamente a fines de los sesenta. Y aquí se comprobó más que nunca que Crosby mantiene su voz en perfecto estado, milagrosamente después de tantos excesos de drogas, humo y alcohol. Siguiendo con el espíritu de paz & amor, sonó el tema de la carrera solista de Stephen Stills <b>“Love the one you’re with”</b>, con el que la banda se despidió, aunque era obvio que habría algún bis. Cuando volvieron para alegría de la gente, sonó <b>“For what it’s worth”</b>, que formaba parte de Buffalo Springfield (así es, pudimos corear en vivo aquello de “Stop, now, what’s that sound? Everybody look what’s goin’ down!”). La banda se volvió a ir, pero obviamente todos sentíamos que faltaba algo. En efecto, volvieron y señalaron un cartel que sostenía alguien del público y que evidentemente los ponía muy contentos, pues decía “We taught our children well: they are all here tonight”. Y claro, sonó <b>“Teach your children”</b>.<br />
Y se fueron nuevamente del escenario. Pero todos seguimos aplaudiendo y pidiendo su regreso, así que volvieron sólo ellos tres, con la guitarra acústica de Stills como único instrumento. ¿Dije en alguna otra canción que el público estaba en éxtasis? ¿Y qué palabra uso ahora para la sensación que nos asaltó durante <b>“Suite: Judy blue eyes”</b>, mítico primer tema del primer álbum de la banda? Todos ya estábamos parados y prácticamente bailando de felicidad, y me aventuro a asegurar que cualquier integrante del público sabía que los desconocidos que se encontraban a su alrededor sentían la misma emoción y comunión. Cada frase y armonía vocal fue un hechizo. Como dato triviesco, en el momento en que Stills suele hacer un solo de guitarra, tocó la melodía de “Within you without you” de los Beatles. Ah, y alcanzó el agudo que tenía que alcanzar cuando cantó “It’s my heart that’s dying”. Y cuando se acercaba la parte final, pensé dos cosas. Una: que tararear “du-du-dududú, tup-tup-turúruru” iba a ser el mejor momento recitalístico de nuestras vidas. Dos: que era una lástima que los otros integrantes de la banda no estuvieran, ya que ese momento sería espectacular con batería. Para regocijo mío, apenas pensé esto vi que los demás músicos volvían a ocupar sus lugares en el escenario. Y sí, el momento de ese tarareo final fue tan hermoso y catártico como esperábamos, o más, si eso es posible. Mientras, la serie de palabras en castellano que canta Stills en ese segmento sonó tan a sinsentido lúdico como en el disco original, aunque logré captar referencias a Argentina.<br />
Y sí, ahí terminó todo: dos horas y media de show muy aprovechadas (los quince minutos de retraso y los veintipico de intervalo extendieron todo el evento a tres horas). No se podía pedir NADA más, excepto quizás que vuelvan pronto y hagan un recital tan bueno como este, el mejor que vi en mi vida. Y si creen que estoy exagerando, vayan al link <a href="http://www.rollingstone.com.ar/1471219#lectores">http://www.rollingstone.com.ar/1471219#lectores</a>, no para leer la nota de la revista Rolling Stone sino para clickear abajo “Ver más comentarios” y leer la veintena de impresiones que dejó la gente. Hay uno que hasta dice que estaba viendo a los Beatles en vivo...Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-38554191818887551372011-12-10T15:44:00.001-08:002011-12-20T19:54:31.189-08:00Pequeñas reseñas de los estrenos cinematográficos del 2010 (sí, leyeron bien el año)Así es, a fines del 2011, llega a los lectores una nueva edición de "las pequeñas reseñas de los estrenos que yo vi del año"... pero no del 2011, sino del 2010. Sí, un año más tarde de lo debido, pero a los lectores regulares eso no les importará (y tampoco a los lectores sobresalientes), y ya llegará la lista correspondiente al 2011. Aclaración: estas reseñas pueden leerse sin temor a que se develen sorpresas de los films en cuestión. Segunda aclaración: no se sorprendan si la mayoría son films de género, pues son las que suelo ver en cine por pensar que en pantalla chica perderían mucho de su impacto.<br />
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<b>-“Samarra”</b>: la sitúo en primer lugar porque es el estreno del 2010 que vi antes que cualquier otro, pues lo vi en el festival de Cine de Buenos Aires del 2008. Y por suerte la vi en fílmico, no en DVD ampliado, como se terminó estrenando en el 2010. Pero bueno, la cosa es que una vez más Brian de Palma (mi director favorito) entrega una obra polémica que lo lleva a ser duramente criticado en su país e incluso tildado de “antinorteamericano”. El motivo: retratar los desmanes y horrores en los que toman parte un grupo de soldados yanquis en Irak. La novedad es que De Palma deja de lado su clasicismo narrativo y se suma a la moda del “found footage”, es decir, todo lo que se ve en la pantalla forma parte de filmaciones televisivas o de personajes de la trama. Un film valiente y “necesario” (por poner un lugar común), aunque se aleja tanto del estilo de De Palma que definitivamente no formará parte de las películas suyas que más se mantengan en mi memoria. 7 Aires<br />
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<b>-“Luz silenciosa”</b>: otra que se estrenó en formato DVD ampliado y que yo vi antes, en fílmico, durante el Festival de Cine del 2008. El usualmente polémico Carlos Reygadas entregó una película majestuosa ambientada en una colonia menonita, con un estilo reposado que aburrió a muchos pero que formaba un todo perfecto con la esplendorosa fotografía y la historia de un hombre de familia que mantiene una relación paralela con otra mujer. Esta película pedía a gritos verse en pantalla grande y en fílmico: esos planos largos, la lluvia, la repentina emoción de algunos momentos, el comienzo y el final espejados que parecen transcurrir en una sola toma que va de la noche al día y viceversa... Para mí, el mejor estreno del 2010. 10 Aires<br />
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<b>-“Hansel y Gretel”</b>: otra que vi antes, en el Festival de Cine del 2009. Una de suspenso/terror oriental que esta vez no se apoya en niños fantasmas, aunque sí hay niños amenazantes. La primera mitad atrapa bastante, pero en su última media hora la película se vuelve increíblemente repetitiva y solemne. Y a diferencia de otras ocasiones en las que hay puntos a favor y en contra, en este caso fue más fuerte la sensación de rechazo que me generó toda la parte final, que definitivamente transforma lo que era una atrapante película en una cosa pretenciosa. 5 Aires<br />
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<b>-“Wendy & Lucy”</b>: otra de las grandes películas del año, es una lástima que se haya estrenado en DVD ampliado, pero por suerte la vi antes, en el Festival de Cine del 2009... en fílmico (prometo que es la última vez que digo eso). De Kelly Reichardt, que se está transformando en una de mis directoras favoritas a partir de este film y de “Old joy”. Aquí Michelle Williams (Wendy) deja de lado todo glamour para hacer de una desclasada que intenta llegar a Alaska pero tiene problemas de dinero, de transporte y de perro. Sí, la perra Lucy es su inseparable compañera, y todo lo que hace Wendy por ella constituye gran parte de la trama del film. A partir de un “realismo” minimalista, pesimista y optimista al mismo tiempo, el film logra emocionar con buenas armas. 10 Aires<br />
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<b>-“Avatar”</b>: la esperada épica futurista de James Cameron (y su regreso al cine de ficción 12 años después de “Titanic”) se estrenó con un inmenso aparato de promoción que puso el énfasis en los efectos especiales y lo avanzado del 3-D. Esto llevó, naturalmente, a que muchos preguntaran “¿Y la historia? ¿Y las actuaciones?”. Sin irme para ninguno de los dos extremos, diré que los efectos especiales son, en efecto, fantásticos, creando un mundo totalmente creíble de la nada, pero eso no sería valorable por sí solo, así que, con respecto al costado “humano”, diré que las actuaciones están “lo suficientemente en tono para una película de este género”. Pero podrían estar mejor; Cameron está lejos de lograr la empatía con los personajes que obtuvo en, por ejemplo, “El abismo”. Lo que hace disfrutable a “Avatar” es, más allá de todo espectáculo visual, su espíritu de aventura clásica. 8 Aires<br />
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<b>-“La Tigra, Chaco”</b>: una pequeña gran sorpresa, este film argentino ambientado “en el interior” tiene todo el encanto y la nobleza como para ganarse a cualquiera. Típica historia de adolescente que regresa al pueblo de su infancia para tratar asuntos familiares y se reencuentra con una antigua amiga que ahora es una mujercilla de la que es imposible no enamorarse. Y el pibe se enamora, y los espectadores también, pero todo el retrato de sus vivencias en el pueblo también es interesante. Como leí en la revista “El Amante”, la película es minimalista pero no porque esté hecha con dos mangos, sino porque sabe contar lo necesario. 9 Aires<br />
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<b>-“Tierra de zombies”</b>: no la vi en cine, pero es un estreno del 2010 que vi, así que entra en la lista. Y el motivo por el que no la vi en cine es sencillamente porque estuvo en pocas salas y me la perdí, pero le tenía todas las ganas. ¿Cómo no querer ver una comedia en la que el típicamente nerd Jesse Eisenberg se junta con el típicamente chiflado Woody Harrelson para sobrevivir en un mundo atestado de zombies? La película es todo lo que uno espera de ella, o sea que es muy entretenida pero nada imperativa. Cada uno hace su personaje de taquito y el espectador agradece. 7 Aires<br />
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<b>-“Asesino ninja”</b>: me había encantado “V de venganza”, así que esperaba con curiosidad la siguiente película de James McTiegue. Más cuando supe su desvergonzado título: parecía como si alguien se hubiese atrevido a hacer una película setentista (u ochentosa) “straightforward”, o sea, narrada sin ironía ni llamados de atención sobre su estilo. Y así fue. Espíritu clase B, pasión por la narración, artes marciales y policías, todo lleno de lugares comunes “pero bien”. Una película disfrutable (si uno no está en contra del género a priori, ¿y por qué estarlo?). 7 Aires<br />
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<b>-“Halloween II”</b>: en el 2007 el músico Rob Zombie dirigió una digna remake del clásico “Noche de brujas” (no vi la original, lo cual ya de por sí es un crimen, pero eso no me impide aplaudir la nueva versión). Y ahora el tipo filmó la secuela de la remake, que de alguna manera también es la remake de una secuela (pues la original también tenía una continuación de la que creo entender que ésta sigue los pasos). Aquí se intensifica más todavía la sensación de podredumbre y pesimismo (la protagonista femenina tiene la vida hecha un desastre aun antes de la reaparición del asesino Michael Myers), pero, admitiendo que este film es más personal, desquiciado y alejado de la media que el anterior, tengo que decir que no me gustó tanto más allá de un gran comienzo. El clasicismo de la primera parte me llegó mucho más. 6 Aires<br />
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<b>-“Daybreakers: vampiros del día”</b>: otra de género bien resuelta. En el futuro, la “normalidad” estará en ser vampiro, y uno de los aciertos de este film es el retrato de esa cotidianeidad gris de seres humanos que ya se acostumbraron tanto a su nueva forma que ni siquiera son conscientes de qué es lo que los deprime tanto. Pero cuando el “vampiro con remordimientos de beber sangre humana” Ethan Hawke se une a un grupo de “no vampiros” que se niegan a ser convertidos (comandados por un carismático Willem Dafoe), nace la aventura. Interesantísima y con un montaje muy preciso, fue una de las películas que más placer me dio ver en cine en el 2010. 8 Aires<br />
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<b>-“Nine, una vida de pasión”</b>: me gustan los musicales, pero odié esta película. Y no porque fuera una remake del que considero el mejor film de la historia (“Ocho y medio” de Federico Fellini), sino porque es absolutamente aburrida y se siente todo el tiempo el “intento por hacer un film de arte, pretencioso e interesante”. Todo el elenco está insoportable, zafando solamente Marion Cotillard y Penélope Cruz. Es decir que se desaprovecha a Daniel Day-Lewis, que a priori parecía el actor perfecto para hacer de director de cine en conflicto con su arte y con las mujeres de su vida. Y con respecto a lo estrictamente musical: por un lado, es muy perezoso que en el comienzo se recree el escenario de la obra, en donde van apareciendo una a una las actrices coprotagonistas (tal cual como uno se lo imaginaría en un teatro) y, por otro lado, el director Rob Marshall demuestra que las virtudes de su anterior “Chicago” eran sólo excepciones, pues viendo “Nine” uno tiene la impresión de que al tipo no le interesa que se entiendan algunas de las coreografías... ni tampoco que se disfruten. 1 Aire<br />
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<b>-“Andrés no quiere dormir la siesta”</b>: una película argentina ambientada en la época de la dictadura que posa su punto de vista en la mirada de un niño. Eso la hace relativamente novedosa para el cine nacional, y le otorga algunos de sus aciertos. Los malos son los malos, como es de esperar, pero los “buenos” también tienen sus grises en esta película. 6 Aires<br />
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<b>-“Toy story”</b>: sí, ya sé, es de 1995, pero fue un reestreno (en 3-D) del 2010, así que entra en la lista. Lástima que sólo se pasó en castellano, pero el doblaje era aceptable. Y, como era de esperar, este hiperclásico moderno me compró, con sus dilemas existenciales y su excelente desarrollo de personajes y entretenimiento a toda máquina. No se le puede dar menos de 10 Aires.<br />
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<b>-“Sherlock Holmes”</b>: la película más mainstream del modernoso Guy Ritchie resulta ser su mejor film, justamente por buscar algo así como un clasicismo (al menos para sus parámetros) en detrimento del mero aspecto “cool” de sus anteriores “Snatch”, “Revolver” o “Rocknrolla”. Robert Downey Jr aprovecha su nueva fama ganada por “Iron Man” para hacer un personaje que se parece al de ese superhéroe en su cancherismo, pero igual lo perdonamos. Y también se luce Jude Law como Watson; entre ambos crean una relación de complementariedad que no necesariamente es homoerótica (como podría interpretarse fácilmente) pero que tiene, al menos, mucho de celos por parte de Holmes cuando éste siente que su ayudante está a punto de abandonarlo para casarse con una dama de la alta sociedad. 7 Aires<br />
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<b>-“El hombre lobo”</b>: Dirección de Joe Johnston (“Rocketeer”, “Cielo de octubre”, “Jurassic Park III”, “Océano de fuego”), música de Danny Elfman, actuaciones de Benicio del Toro y Anthony Hopkins, montaje de Walter Murch, maquillaje de Rick Baker y un espíritu que se propone homenajear a los clásicos del terror de la productora Hammer. Las condiciones estaban dadas para un festín del género, pero, salvo por momentos, la película aburre, y ninguno de los rubros mencionados se sale de la media. De hecho, en gran parte del metraje el maquillaje es reemplazado por efectos digitales que hacen ver todo irreal, en el mal sentido. Una pena. 5 Aires<br />
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<b>-“Astroboy”</b>: una grata sorpresa. La clásica historia del niño robot vuelve a cobrar vida en un film animado cuya primera mitad contiene elementos de muerte y abandono bastante sorprendentes para una película infantil. Pero en todo momento se muestra un gran respecto por el espectador y una verdadera pasión por lo que se cuenta, lo cual puede llegar a emocionar a los espectadores bien predispuestos y poco prejuiciosos. 8 Aires<br />
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<b>-“Toy story 2”</b>: como la primera parte, es un reestreno en 3-D. Me decepcionó un poquitísimo, solamente por el hecho de que había leído y escuchado que era mejor que la original y no me pareció así. De hecho, el final con todos los personajes entonando una canción pop es algo que luego apareció en muchos films animados de Dreamworks, y en efecto es lo peor de esta secuela. De todos modos, todo esto sólo significa que no le doy 10 Aires, pero sigue siendo una de las joyas de Pixar y se merece 9 Aires.<br />
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<b>-“Vivir al límite”</b>: la ganadora del Oscar a mejor película le dio un merecido reconocimiento a Kathryn Bigelow, la directora de las también grandiosas “Punto límite”, “Días extraños”, “K-19”, “Testigo fatal” y los clásicos modernos que me falta ver “Cuando cae la oscuridad” y “El peso del agua”. Esta vez la tipa se mete en la guerra de Irak desde el punto de vista de un comando “desarmabombas” que recibe a un nuevo integrante, un loco de la adrenalina que parece disfrutar de cada momento de riesgo. La película fue tan venerada como discutida ideológicamente, y en parte entiendo la negativa que obtuvo, ya que por mostrar lo que se muestra no necesariamente se produce una crítica a la intervención yanqui en esas tierras. De todos modos, no todo film bélico actual tiene que ser una crítica a Bush (mientras no se pase al extremo opuesto de alabarlo, en cuyo caso sí me parecería deleznable). En este caso la crítica parece estar no en el intervencionismo sino en la sociedad que produce almas que sólo pueden llenarse con el frenesí de la guerra. Para mí basta con la constante tensión y maestría que maneja la película para darle 9 Aires.<br />
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<b>-“Percy Jackson y el ladrón del rayo”</b>: otra saga de fantasía, parecida a Harry Potter en el sentido de que hay un joven que descubre que es parte de un mundo mitológico que desconocía (en este caso, el mundo de la mitología griega). Apoyándose en un espíritu de “road movie de videojuego” en el que el protagonista y sus amigos van encontrándose con diversos dioses en cada nivel, la película intenta emular a la saga de Potter por medio de efectos especiales y humor, y lo consigue sólo por momentos. Cuando se delira mucho, no funciona. El interés por el protagonista que se vislumbra durante los títulos del comienzo (un comienzo con el Percy en el fondo de una piscina, aguantando la respiración relajadamente) es una muestra de lo buena que podía haber resultado la película. 6 Aires<br />
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<b>-“Desde mi cielo”</b>: después de tantos años llegó la esperada nueva película de Peter Jackson: la adaptación de la novela de culto “The lovely bones”. No estoy de acuerdo con las pésimas críticas que recibió (aunque sí me parece que su visión del Más Allá es un tanto edulcorada y “new age” en el mal sentido del término). Pero considero que lo que funciona en la película funciona bien, y, teniendo en cuenta que el film mezcla estilos y feelings en diversos momentos (comedia, thriller, fantasía, romance, drama lacrimógeno), es elogiable que la mezcla sea una mezcla que se sigue con interés y no una mezcolanza. La protagonista Soairse Ronan se banca la película, y también se luce especialmente Stanley Tucci. 5 Aires, aunque el disfrute al verla era más de lo que indica ese magro puntaje.<br />
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<b>-“El imaginario mundo del doctor Parnassus”</b>: otro esperado regreso, esta vez el de Terry Gilliam. Y en un film que, fiel a su tradición, corrió riesgos de no estrenarse, debido a la muerte de uno de sus protagonistas, Heath Ledger. Mágicamente, su reemplazo en diversas escenas por Jude Law, Johnny Depp y Colin Farrell no se siente arbitrario, sino que fluye con la historia del espejo que cambia a las personas que ingresan en él, develando su verdadero ser. Hay efectos digitales pero se amoldan bien al estilo del director, y hay un gran duelo actoral entre la experimentada y conflictuada vejez de Christopher Plummer y el villano deliciosamente demoníaco que interpreta Tom Waits. 7 Aires<br />
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<b>-“Alicia en el país de las maravillas”</b>: la segunda gran decepción en la carrera de Tim Burton (la anterior fue “El planeta de los simios”), que incursiona aquí en la moda del 3-D. Los efectos especiales de esta suerte de secuela del clásico de Lewis Carroll son espectaculares, pero la película llega a aburrir, algo inaudito teniendo en cuenta su potencial y su elenco. Quizás el problema principal sea que Alicia parece no sorprenderse de nada, lo cual nos deja sin un protagonista con quien nos podamos identificar. Además, el mundo “real” del que sale y al que vuelve nos deja una introducción y un final algo pedestres y “respetablemente aburridos”. Lo que se salva, además del aspecto visual, es la partitura de Danny Elfman, quien demuestra, con “Alice’s theme”, que se pueden seguir creando clásicos instantáneos de la música para cine. 5 Aires<br />
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<b>-“Número 9”</b>: esta película de animación fue producida (pero no dirigida) por Tim Burton, y algo de su estilo oscuro y freak se percibe en los personajes y la ambientación. La historia es interesante: muñecos de trapo (o algo así) intentan salvarse de unas máquinas malévolas y averiguar cómo nacieron y por qué toda la humanidad parece haber desaparecido. A partir de esta premisa y de un gran despliegue visual, el film adquiere todo el look de una obra que se pretende de culto. Desde mi punto de vista, no logra serlo, y sólo llega a los 6 Aires.<br />
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<b>-“La isla siniestra”</b>: casi 20 años después de “Cabo de Miedo”, Martin Scorsese vuelve al cine de género, con un thiller/film noir que durante gran parte de su metraje se siente como una película de terror. Si alguien precisaba alguna muestra de su gran manejo de la técnica y la narrativa cinematográfica, aquí tienen esta fiesta descomunal de montaje, fotografía y sonido que crea todo el tiempo un clima tensionante y perfecto para experimentar en la sala oscura de un cine. Básicamente una película clase B filmada con presupuesto “clase A” pero con un feeling que recuerda a aquellas historias paranoicas de Alfred Hitchcock y Jacques Tourner de mediados del siglo pasado. Hay que elogiar también la compilación de música no original que hizo Robbie Robertson, que incluye música cuasiatonal, canciones viejas, obras clásicas y esa belleza llamada “On the nature of daylight”. 8 Aires<br />
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<b>-“Vincere”</b>: a pesar de que se estrenó más tarde en el año, la sitúo en este lugar porque la vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Aquí el legendario Marco Bellocchio se despacha con un melodrama que cuenta la historia de una amante de Mussolini que tuvo un hijo suyo y fue encerrada en un asilo para evitar que se divulgue su historia. La protagonista Giovanna Mezzogiorno da todo de sí y logra que nos interese el destino de su personaje, aún cuando mucho del film parece episódico y repetitivo. Es que tampoco falla Bellocchio: su estilo operísticamente melodramático nos mantiene en la butaca como ante el mejor film de intriga hollywoodense. 9 Aires<br />
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<b>-“La pivellina”</b>: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Es el primer film de ficción de sus directores, que antes habían dirigido documentales. Y ciertamente tiene un etilo cuasidocumental, con sus escenarios naturales, su ausencia de efectismos y sus actuaciones “realistas”. La historia de una mujer que se hace cargo de una beba abandonada es conmovedora, con buenas armas y nada de golpes bajos. Y los interludios circenses (la mujer y sus allegados forman un pequeño circo ambulante) aportan una bienvenida frescura. 9 Aires<br />
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<b>-“Yuki y Nina”</b>: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine. Y otra pequeña obra maestra, una protagonizada por niños (específicamente niñas), que, como todos saben, si están bien dirigidos, se roban cualquier película. Este film co-dirigido por un francés y un japonés cuenta una historia “multicultural”: dos amigas deben enfrentar una posible separación ya que la madre de una de ellas planea irse a otro país. Con esa premisa se logra un conmovedor y siempre divertido relato. 10 Aires<br />
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<b>-“La cinta blanca”</b>: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. En un pueblito alemán de comienzos del siglo XX comienzan a ocurrir extraños sucesos, varios de ellos violentos y sin responsables a la vista. Otra película áspera del celebrado Michael Haneke, aunque ésta tuvo varios detractores por su pátina de film “metafórico y oscarizable”. La verdad es que en el momento de ver la película, la historia me resultó lo suficientemente atrapante como para no dejarme llevar por esas críticas. 8 Aires<br />
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<b>-“Policía, adjetivo”</b>: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Ésta venía bien recomendada y alabada por críticas de todos lados, y sí, es original e interesante, pero no al punto de considerarla una obra maestra. Le dije a una amiga en su momento: “se trata, como su título lo indica, de un policía y un adjetivo”. No, mentira: se trata de un policía y la burocracia legal que lo obliga a hacer un seguimiento de un muchacho que fuma marihuana; ante la posibilidad de mandar a la cárcel a un simple consumidor, el protagonista cuestiona su trabajo y... sí, cuestiona también al diccionario. En este film hay discusiones lingüísticas y cotidianas que se vuelven más interesantes que el procedimiento policial, y que terminan con una gran escena-confrontamiento. Pero antes de llegar a esa escena, hubo algo de aburrimiento. 8 Aires<br />
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<b>-“La caja mortal”</b>: grandiosa, ambiciosa e incomprendida película que parece haber nacido para ser de culto (como “Donnie Darko”, del mismo director), esta expansión del cuento de misterio de Richard Matheson es algo así como la serie “Lost” en pantalla grande. Es decir: hay grandeza y emocionalidad visual, hay misterios cuyas respuestas no se explicitan, hay buenas actuaciones de gente que se toma en serio sus personajes (los sorprendentemente empáticos James Marsden y Cameron Díaz), hay aspectos sobrenaturales, hay música deliciosa y sutil (creada por integrantes de Arcade Fire), hay dilemas existenciales. Y, como “Lost”, es una obra que puede irritar a los que busquen un entretenimiento más explícito o menos exagerado en sus locuras. 8 Aires<br />
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<b>-“Cómo entrenar a tu dragón”</b>: la primera gran película de dibujos animados de Dreamworks, a la altura de las de Disney/Pixar. Esto es porque, por una vez, dejan de lado las alusiones al universo pop y los gags más propiamente infantiles y se disponen a narrar una historia poniendo el interés en crear un protagonista querible, un universo creíble y escenas en donde se justifica el uso de la animación. Cada vez que “el héroe” y el dragón vuelan juntos, el 3-D se aprovecha con creces y la pantalla emana emoción, por más que en gran parte la relación entre ellos parezca un refrito de la del extraterrestre y el protagonista humano en “E.T.”. Todo esto no es de extrañar si se tiene en cuenta que los directores habían hecho “Lilo y Stitch”, una película de Disney que no vi pero de la que leí críticas muy alabadoras. 8 Aires<br />
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<b>-“Furia de titanes”</b>: se criticó mucho que esta película haya sido transformada a 3-D luego de haberse filmado “normal” (lo cual haría que la profundidad de campo no estuviera tan bien lograda como en “Avatar” u otras películas filmadas originalmente con esta técnica en mente), pero ése no era el verdadero problema del film. Esta remake de la película de fantasía de comienzos de los ochenta en la que los dioses griegos se inmiscuyen en las aventuras de Perseo es un típico signo de los tiempos: solemnidad, efectos especiales digitales que muchas veces se ven ridículos, poco carisma en las actuaciones. La vieja versión tenía al menos un interés asegurado en las criaturas stop-motion que creara Ray Harryhausen en su última película, pero ahora no hay nada equivalente que genere la más mínima emoción. Hay un pequeño sabor a aventura en algunos momentos (habría sido imperdonable que desperdiciaran totalmente la idea del enfrentamiento con Medusa), pero nada que salve al film. 5 Aires<br />
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<b>-“Carancho”</b>: Pablo Trapero (“Mundo grúa”, “El bonaerense”) entrega su film más mainstream, al menos si tomamos en cuenta su adscripción al género negro y la fama de su protagonista masculino (Ricardo Darín). Claro que si es género negro, es negro a lo argentino, es decir, con ese “realismo sucio” (en el buen sentido del término) de varias de las anteriores obras de Trapero, a las que se suma esta vez un enorme pesimismo. Lo único que puede molestar un poco es cierto aroma a sensacionalismo y “seriedad para ganar premios” que la película adquiere en momentos, y esto también se traslada a la puesta en escena: hay varios virtuosos planos-secuencia que también podrían caracterizarse de exhibicionistas, y aportan a mi apreciación esquizofrénica del film. 7 Aires<br />
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<b>-“Iron Man 2”</b>: lamentablemente esta secuela no está a la altura de la primera. Parece haberse tomado la decisión de exprimir los aspectos que hicieron un éxito de la anterior (cosa lógica desde el punto de vista comercial), pero el resultado se siente demasiado calculado. Es decir: el cinismo de Robert Downey Jr. y los diálogos con su secretaria Gwyneth Paltrow en que ambos se interrumpen todo el tiempo llegan a cansar. Las buenas noticias son que Mickey Rourke zafa bien como villano, y Sam Rockwell aporta una frescura equivalente a la de Downey Jr. en el film original. Pero, salvo una gran escena en una carrera de autos, esta película es mucha chispa y poca sustancia. 6 Aires<br />
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<b>-“El príncipe de Persia: las arenas del tiempo”</b>: Mike Newell (quien solía hacer films buenísimos o al menos interesantes, como “Bailar con un extraño”, “Cuatro bodas y un funeral”, “Abril encantado”, “Brasco” y “Mi espacio”) entrega esta adaptación del clásico videojuego con Jake Gyllenhaal como protagonista. Y el pibe está bien, pero es lo único aceptable del film junto con el comic-relief de Alfred Molina, y eso no es suficiente. Se intenta apelar a la frescura que caracteriza a, por ejemplo, los films de Indiana Jones, y sólo se logra esto en pequeños momentos. Encima el personaje femenino que acompaña al protagonista parece más un intento de actriz que una persona. 5 Aires<br />
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<b>-“Robin Hood”</b>: una vez más en estos veintipico de años, Ridley Scott casi hace una película valorable. Volviendo al género épico y usando una vez más a Russell Crowe, se manda una precuela de la historia de Robin Hood que muestra cómo el tipo se transformó en el héroe que terminó siendo. Si bien la solemnidad a veces es excesiva, esto se contrarresta con toques de humor que funcionan, sobre todo en la relación entre el protagonista y Marian, bien jugada por Cate Blanchett (no estoy de acuerdo con los que opinaron que no hay química entre ellos). Ah, también se luce Max von Sydow (¿cuándo no se luce?). Da un poco de lástima que la película nunca llegue a ser lo mítica o disfrutable que se propone, pero se aplaude el intento de regreso a la aventura clásica. 6 Aires<br />
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<b>-“Bye bye life”</b>: distanciándose un poco de su labor como denunciante de males político/sociales (“Whiskey Romero Zulu”, “Fuerza Aérea Sociedad Anónima”, “El Rati Horror Show”), Enrique Piñeyro entrega un documental muy placentero e incómodo al mismo tiempo sobre los últimos días de la fotógrafa Gabriela Liffschitz, quien falleció de cáncer. Incómodo porque vemos en pantalla el sufrimiento real de una persona real, alguien que decidió apurar el rodaje justamente por saber que le quedaba poco de vida. Y placentero porque se ve en ella un desafío a la muerte y al destino, ya que, dentro de lo limitado de sus opciones, se propone hacer muchas cosas y enfrentar la vida con toda la fuerza de los que tienen ganas. Y con mucho humor negro y autoconsciente, una característica que se traslada al film mismo (que, en un acto de honestidad, incluye en un momento una crítica de uno de los miembros de la filmación a la propia película y a la protagonista). 8 Aires<br />
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<b>-“Los mejores de Brooklyn”</b>: Antoine Fuqua (“Día de entrenamiento”) sigue con su saga de corrupción policial. Aquí se cuenta la historia de tres policías que sólo se cruzan en determinados momentos del film: Ethan Hawke, Richard Gere y Don Cheadle. Contra lo que podría esperarse, Cheadle es el que menos se destaca, y sobresale más la garra y corazón que ponen Gere y Hawke. El aspecto coral (o “multi-protagonistal”) no sorprende a nadie, y todo el peso del film recae en el carisma de los personajes, es decir que alcanza los 7 Aires.<br />
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<b>-“Brigada A: los magníficos”</b>: quién sabe por qué los vampiros de Hollywood tardaron tanto en llevar la serie de los 80s a la pantalla, pero finalmente llegó la peli de “Brigada A”. En los papeles, el casting se ve perfecto: Lian Neeson canoso emulando al coronel John Hannibal Smith de George Peppard, el galán Bradley Cooper haciendo del ganador Face, el loco lindo Sharto Copley haciendo del loco lindo Murdock y el deportista de lucha libre Quinton “Rampage” Jackson como el fortachón Mario Baracus. Más allá de la teoría, en la práctica el casting funciona (con pico en Murdock y valle en Mario, que realmente tiene un rol y una actuación bastante mejorables). Y la película como totalidad entrega la mezcolanza para la que fuimos a verla: humor y acción que remiten a la serie pero también se adaptan a la espectacularidad de los tiempos que corren. Como muestra bien vale la escena de los héroes cayendo al vacío dentro de un tanque... y usando lógica y locura para zafar de ese cliffhanger. 7 Aires<br />
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<b>-“La carretera”</b>: ascética, sutil y enorme, esta adaptación de la mítica novela de Cormac McCarthy (“Sin lugar para los débiles”) es una de esas experiencias para ver en la pantalla grande de un cine. En un futuro postapocalíptico, Viggo Mortensen y su hijo deambulan en dirección al mar y, mientras tanto, intentan salvarse de un sinfín de amenazas que los acechan a cada instante (que van desde el hambre y el clima hasta la mera presencia de otros seres humanos que, en este futuro gris, buscan su propia supervivencia y en el proceso se transforman en el enemigo). La pareja protagónica entrega actuaciones descomunales, el guión es todo lo perfecto que puede ser (presentando varios dilemas éticos sin sobreexplicitarlos) y el devenir de los acontecimientos entrega escenas duras y espeluznantes matizadas con momentos de solaz y algo así como felicidad. Dato triviesco: mientras veía la película, el tono elegíaco y la música me recordaban a esa obra maestra llamada “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”. Luego supe que al menos en lo que respecta a la banda sonora mi percepción tenía cierto sentido, ya que los compositores eran los mismos: Nick Cave y Warren Ellis. 10 Aires<br />
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<b>-“Toy story 3”</b>: once años después de la segunda parte se estrenó el motivo por el cual fueron reestrenadas las dos primeras películas de la saga. Más allá del excelente background de los estudios Pixar, muchos temían (temíamos) que esta tercera entrega sería un “cash-in”, es decir, un producto generado sólo para recaudar dinero que rompería con la racha de obras maestras continuadas que significó “Ratatouille”, “Wall-E” y “Up”. Sin embargo, Pixar nos calló la boca a todos: está el chiche del 3-D, sí, pero el humor y el espíritu de aventura siguen tan presentes como antes, y también sigue presente el subtexto sobre el paso del tiempo y la finitud de la vida, que aquí se hace especialmente conmovedor en dos escenas que desarman a cualquiera. Y las incorporaciones de personajes (con voces míticas como las de Michael Keaton, Timothy Dalton y Ned Beatty) se amalgaman con total fluidez al resto de los geniales personajes. 10 Aires<br />
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<b>-“El aprendiz de brujo”</b>: Jon Turteltaub vuelve a dirigir a Nicolas Cage en un intento de “blockbuster de aventuras clásicas y humor para toda la familia” (como en “La leyenda del tesoro perdido” y su secuela). El objetivo no es nada del otro mundo, es decir, la película no se propone como un GRAN entretenimiento al nivel de, por ejemplo, Steven Spielberg, sino que su ambición es la de un film pochoclero con un protagonista mínimamente simpático y efectos especiales que mantengan interesado al espectador. Y la presencia de Cage, por supuesto, que imparte sus enseñanzas con algo de bienvenida picardía “deadpan”. Lástima que en las escenas de acción el film sucumbe al típico montaje moderno que no deja entender muy bien lo que sucede, pero bueno, desde el vamos no se le podía pedir mucho, sólo un poco de entretenimiento deshechable, cosa que cumple. 5 Aires<br />
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<b>-“Encuentro explosivo”</b>: una película bien noventosa, que, como tal, recupera el “brillo” del star system y trata de emular la frescura, sofisticación y humor de aquellas glorias del Hollywood de oro como “Charada”. Tom Cruise es un misterioso agente que envuelve a Cameron Díaz en una sucesión de aventuras propias del género de espionaje. Lo que debe funcionar en este film funciona, es decir: no importa que en un par de escenas los efectos especiales se sientan digitales (o sea, falsos), pues lo que sostiene la película es la química entre los protagonistas (que realmente están bien cada uno en su rol) y el feeling de aventura internacional a la vieja usanza. 8 Aires<br />
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<b>-“Shrek para siempre”</b>: desde el estreno de la primera, cada tres años llega otra entrega de la saga de dibujos animados sobre el ogro bueno, esta vez en 3-D. Si bien la cosa ya cansaba, ésta es mucho mejor que la anodina tercera entrega. Con un argumento un poco menos “canchero y poblado de alusiones al universo pop” que las dos películas anteriores de esta serie, esta cuarta parte narra una aventura lostiana, si se quiere, en la que el protagonista, por aceptar un trato faustiano, crea un presente paralelo en el que nunca existió (a la manera del clásico navideño “¡Qué bello es vivir!”). Esto posibilita que la película le preste atención a algo así como un “argumento propiamente dicho”, lo cual se agradece. Y además, la película parece proponerse como el final de la saga, lo cual también es bienvenido. 6 Aires<br />
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<b>-“Miss Tacuarembó”</b>: esta película basada en una novela de Dani Umpi (¡!) está protagonizada por Natalia Oreiro como una fanática de “Flashdance” que no tiene suerte ni en sus sueños de fama ni con los hombres (¡!). La villana del film es... Natalia Oreiro, como una arrugada regenta de un colegio de monjas (¡!), en un papel muy típico de contrafigura de telenovelas. También aparece por ahí Mike Amigorena como Jesucristo (¡!), pues el film está ambientado en un parque de atracciones de temática “cristiana”. La narración va y viene entre dos tiempos (¡!), el actual y el de la infancia de la protagonista. Ah, y hay escenas musicales. Todo lo dicho hace pensar que esta película es una hiperbizzarreada, y en parte así es, pero funciona. Funciona el hecho de que parezca un film para niños pero tenga un argumento un poco más complejo y arriesgado del esperado. Funciona el hecho de que muestra los grises de fenómenos como la religión o la televisión en vez de simplemente rechazarlos. Y funciona el hecho de que no parece tomarse nada en serio cuando en realidad tiene respeto y cariño hacia su protagonista. Por supuesto, no es un film convencional, y eso alejará a muchos espectadores. 7 Aires<br />
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<b>-“El recuento de los daños”</b>: Inés de Oliveira César, de quien me había fascinado “Como pasan las horas” y me había aburrido “Extranjera”, estrenó otra historia con reminiscencias de la tragedia griega (esta vez, de Edipo). Un punto medio entre los dos films anteriores, esta película me atrapó y al mismo tiempo me dio sueño (pero quizás venía muy cansado), así que sepan disculpar que no pueda decir mucho más. Es decir, es casi como si no la hubiera visto, pero el recuerdo que tengo es que era como mínimo interesante. 7 Aires<br />
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<b>-“Portadores”</b>: oscuro film post-apocalíptico en el que una epidemia causa desconfianzas y distanciamiento entre los seres humanos. A pesar de que este argumento podría haber derivado en una típica película de zombies (sobre todo teniendo en cuenta el juvenil elenco, comandado por Chris Pine, el capitán Kirk de la nueva “Star trek”), el film es más que nada una historia de personajes y de dramatismo y desesperanza. Y la verdad es que es muy bueno: intenso, bien narrado y pesimista hasta la médula. 7 Aires<br />
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<b>-“Francia”</b>: uno de los adalides del “nuevo cine argentino”, el ¡uruguayo! Adrián Caetano (“Un oso rojo”, “Bolivia”, “Crónica de una fuga”, “Pizza, birra, faso” en colaboración con Bruno Stagnaro) regresa con algo atípico para su filmografía: la historia de una nena de padres separados (o algo así) que se ven obligados a convivir bajo el mismo techo nuevamente. El film mantiene el interés durante todo el metraje a pesar de ser inclasificable: es drama, comedia, o algo de ambos, pero cualquier categorización en un género le quita su jugosa especificidad a esta experiencia. Por momentos la película parece, como su pequeña protagonista, jugar con las formas y los sonidos, y eso ya lo transforma en una obra feliz, como si se estuviera descubriendo el cine por primera vez. Pero este aspecto “experimental” no le quita humanidad al asunto: el trío protagonista (la nena + los brillantes Lautaro Delgado y Natalia Oreiro como los padres) es absolutamente creíble y querible, y por ahí anda también Daniel Valenzuela entregando una gran actuación. 9 Aires<br />
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<b>-“Paco”</b>: no la vi en cine, pero la vi. Ya desde el trailer se veía como un film que se encaminaba irremediablemente a críticas malísimas por su ambición, solemnidad, ingenuidad y grandilocuentes actuaciones (de hecho, el trailer pasó a ser un chiste interno entre un grupo de mis conocidos). La sorpresa es, por un lado, que la película no es “tan” mala; algo de su candor y buenas intenciones se transforman en un valor al verla. Por otro lado, la novedad es que no intenta ser una versión argentina de “Traffic” (con “descripción global del flagelo de la droga desde varios aspectos”), sino más bien una versión argentina de los films corales de Robert Altman o Paul Thomas Anderson, o incluso una versión para cine de “Vulnerables”, ya que la trama se centra más en la relación entre varios integrantes de un grupo de autoayuda que en la descripción del “mal social”. Es imposible no sacar algo de placer de un elenco que incluye a Tomás Fonzi, Luis Luque, Juan Palomino, Norma Aleandro, Claudio Rissi, Esther Goris, Guillermo Pfening, Leonora Balcarce, Gabriel Corrado, Sofía Gala... Más bien, es imposible no reírse un poco de las interacciones entre todos ellos (aunque varios compongan personajes honestamente, es decir, sin mirarlos desde arriba). 4 Aires<br />
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<b>-“Mi villano favorito”</b>: otro film animado en 3-D que vi en cine a pesar de estar doblado al castellano. Y otra buena película, que parece mezclar la emoción de Pixar y el slapstick de Dreamworks. Si bien se promocionaba su ángulo novedoso de presentar a un villano como protagonista, la verdad es que, como era de esperar, el villano del título es más bueno que un caramelo de mostaza, lo cual quita al film de esa tan moderna obligación de ser original y le da rienda libre a un clasicismo que la ayuda mucho. Y los bichitos amarillos que funcionan como esbirros del protagonista son un gran acierto. 7 Aires<br />
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<b>-“El origen”</b>: desde “Memento”, el director Christopher Nolan ganó un seguimiento de culto que no hizo más que acrecentarse con la saga de Batman. Dos años después del megaéxito de “The dark knight”, todos esperaban su siguiente film, sobre todo cuando era promocionado con imágenes misteriosas y se desconocía todo sobre su trama. Finalmente resultó mucho ruido y pocas nueces, es decir, quizás para Hollywood sea un argumento novedoso (un grupo de “ladrones de la mente” debe adentrarse en los sueños de otras personas para descubrir secretos o implantar ideas), pero la ejecución de esa idea se apoya mucho en diálogos explicativos y reglas que no se sienten fluidas sino todo lo contrario: arbitrarias. Y el a veces muy bueno Leonardo Di Caprio no logra generar la empatía suficiente como para que sintamos un supremo deseo de que su personaje logre su objetivo de concretar el robo (mental) del siglo. 5 Aires<br />
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<b>-“Depredadores”</b>: veinte años después de “Depredador 2” (y sin tener en cuenta esos impases que fueron la saga “Alien vs. Depredador”) llega esta tercera parte de la saga. Con un elenco raro y atractivo (Adrian Brody, Alice Braga, Danny Trejo y otros conocidos-pero-no-tanto), esta gran película de acción/ciencia-ficción recupera algo del buen gusto que se tenía en este género en la década del 80. Es decir, la película no es una idiotez para descerebrados llena de chistes y efectos-especiales-porque-sí ni tampoco es una cosa solemne (bueno, casi... es ciertamente más seria de lo que podría ser). Con un comienzo impactante y original, el suspenso se mantiene como si fuera la primera vez que estamos viendo a estas míticas criaturas. El desenlace no está a la altura del resto, pero, de todos modos, 8 Aires.<br />
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<b>-“El último maestro del aire”</b>: otra película “pasada casi aceptablemente a 3-D después de haberse filmado”. Luego de las brillantes “Sexto sentido” y “El protegido”, M. Night Shyamalan empezó a estrenar films cada vez peor recibidos por crítica y público (“Señales”, “La aldea”, “La dama en el agua”, “El fin de los tiempos”), y creo que el único que sigue sacando algo de disfrute de su estilo soy yo. Pero en esta historia de aventura y fantasía hay poco lugar para su estilo (excepto por un gran plano secuencia en medio de una pelea) y mucho lugar para malas actuaciones. Y es una lástima, porque la historia podría dar lugar a una entretenida película de su género. 4 Aires<br />
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<b>-“Plan B”</b>: estrenada solamente en el Malba, esta comedia (¿dramática?) sobre un pibe que finge ser gay para conquistar al novio actual de su ex novia (y de esa manera sacarlo de la competencia) no es la gran cosa que esperaba. Los protagonistas están bien, pero el interés de la primera mitad decae bastante cuando los protagonistas empiezan a mostrar sus incertidumbres. Paradójicamente, es ahí donde la película deja de ser algo que no sabemos qué mostrará a continuación para pasar a ser algo que ya sabemos cómo sigue. Y ni las buenas actuaciones (o intenciones) salvan ese trillado tramo final. 5 Aires<br />
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<b>-“Agente Salt”</b>: el regreso al buen cine de espionaje por parte de Philip Noyce (“Juegos de patriotas”, “Peligro inminente”, “El Santo”). Una amalgama entre las espectaculares escenas de acción que son posibles hoy en día y la intriga y el star system de los 80s, con Angelina Jolie brindando una carismática performance que mantiene el misterio sobre su personaje hasta casi el final de la película. Tanto ella como el film fueron menospreciados por el público y parte de la crítica, pero se merecían un mejor trato. 7 Aires<br />
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<b>-“Los indestructibles”</b>: en los últimos años Sylvester Stallone volvió con todo a la dirección, con una venerada nueva entrega de Rocky, una no tan venerada nueva entrega de Ramo y ahora este esperado film que reúne a los más famosos exponentes del cine de acción de los 80s y algunos actuales: el propio Stallone, Jet Li, Jason Statham, Eric Roberts, Mickey Rourke, Dolph Lundgren, cameos de Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis... creo que los únicos que no aceptaron fueron Jean-Claude van Damme y Steven Seagal. Se suponía que la película sería un festín que recuperaría lo mejor de ese género de “misiones heroicas” tan de aquella época, pero no resultó tan brillante. Paradójicamente, lo mejor del film son las actuaciones (sólo ver a estos tipos interactuando es un placer), mientras que las escenas de acción, salvo alguna que otra excepción, no tienen nada de espectacular (hay un bienvenido gore, pero nada que permanezca especialmente en el recuerdo, y de hecho en algunos momentos hay un montaje veloz muy de hoy en día que se resiente). En resumen: un film relativamente decepcionante con respecto a lo esperado, pero aun así disfrutable... para el público que esté dispuesto a disfrutarlo. 7 Aires<br />
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<b>-“Pájaros volando”</b>: otra pequeñísima decepción, pero muy pequeña. A diferencia de sus actuaciones televisivas, Diego Capusotto está más contenido y humilde, verdaderamente al servicio de la historia. Nuevamente dirigido por Néstor Montalbano y acompañado por Luis Luque (o sea, el mismo trío de “Soy tu aventura”), aquí Capusotto interpreta a una suerte de ex-”rockero bardero” que se va al interior del país a visitar a su primo y se encuentra con un montón de personajes cuasibizarros pero queribles mientras tiene nuevas experiencias alucinógenas, amorosos y... ¿del tercer tipo? Con un humor muy argentino y muy de nicho y apariciones de gente como Miguel Cantilo, Claudia Puyó y Miguel Zavaleta, la película funciona, pero no es todo lo graciosa o apasionante que podría ser. 6 Aires<br />
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<b>-“El descenso 2”</b>: la primera parte de esta saga fue una gran sorpresa en el 2004, constituyéndose en una favorita del género de terror para gente como Stephen King y el servidor que les habla. Esta continuación es la típica secuela que trata de apoyarse en las características de la anterior (claustrofobia, traiciones, seres horripilantes acechando en cualquier esquina, personajes femeninos que parecen débiles pero van desarrollando una enorme fortaleza a medida que avanza el metraje). Debido a este espíritu de “fotocopia del original”, la película no tiene personalidad propia y pierde algo de su posible interés. Simplemente zafa porque logra algunas buenas escenas de tensión y porque los protagonistas principales son creíbles (gracias a sus actuaciones, no gracias al guión, que tiene una serie de aspectos bastante inverosímiles). 5 Aires<br />
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<b>-“Dos hermanos”</b>: No la vi en cine, pero la vi. Y fue una enorme decepción por parte de Daniel Burman, quien suele entregar cosas mejores. Este era su film más “mainstream”, al menos si se tiene en cuenta el argumento y los protagonistas: Antonio Gasalla y Graciela Borges como dos hermanos que se aman y se odian y deben aprender a cuidarse mutuamente. A pesar de esa descripción, se suponía que Burman iba a darnos humor y emoción, sí, pero en “formato inteligente”. En efecto, no sucumbió a la melosidad y tonterías de las comedias de, por ejemplo, Guillermo Francella en los noventa, pero lo que filmó no fue ni muy gracioso ni muy profundo. Aplaudimos el regreso de Gasalla al protagónico en cine y celebramos, cuándo no, a la Borges. Pero el film en sí se queda en 4 Aires.<br />
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<b>-“La mirada invisible”</b>: la esperada adaptación de Diego Lerman de la novela “Ciencias morales” de Martín Kohan tiene algunos aciertos que hacen lamentarnos por sus fallas. Julieta Zylberberg y Osmar Núñez están perfectos como la preceptora retraída y el jefe de preceptores de comienzos de la década del ochenta en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Y el colegio en sí también está muy bien: contra lo que dicen muchos puristas, la imposibilidad de filmar en el verdadero edificio no hace que los ambientes que veamos nos parezcan falsos (lo que importa es el “espíritu”, y, como ex alumno, me aventuro a decir que el espíritu está). Pero la película explicita demasiado su título y se vuelca un poco al sensacionalismo y la sordidez “porque sí” (o al menos eso se siente al verla; quizás en la novela todo era más fluido). 5 Aires<br />
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<b>-“El hombre de al lado”</b>: la gran película argentina del año. Los creadores de “El artista” perfeccionaron su arte (cuac) y lograron una película en la que cada segundo, cada encuadre y cada línea de diálogo están justificados. Se siguen tirando contra el snobismo, pero con unas performances y un relato más realista, gracioso y tensionante que antes. Sí, tensionante: ésta es una comedia, pero la relación entre los dos protagonistas es siempre imprevisible, aún cuando creemos percibir que uno es una persona enormemente falsa (y por lo tanto siempre actuará movida por su egoísmo y escondiéndolo) y el otro es alguien más inocente. Rafael Spregelbrud y Daniel Aráoz se entregan a la historia como nunca. 10 Aires<br />
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<b>-“Sin retorno”</b>: otra gran película argentina. Martín Slípak es el causante involuntario de un accidente, pero Leonardo Sbaraglia es el señalado como el culpable por la sociedad. La visión de los medios es todo lo crítica que podría esperarse, y por eso no sorprende. Lo que fascina es el ritmo del film, digno del cine clásico norteamericano y con uno de los mejores montajes que recuerde haber visto en películas argentinas. Los dos protagonistas verdaderamente se lucen, y también el resto del elenco (que incluye a Federico Luppi, Luis Machín y Ana Celentano). 8 Aires<br />
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<b>-“Ga’Hoole: la leyenda de los guardianes”</b>: Zack Snyder es ciertamente un director que trata de impactar desde lo visual (como en las adaptaciones de historietas “300” y “Watchmen”, que no se acercan a la calidad de su más humilde y fabulosa “El amanecer de los muertos”). Era de esperar que el tipo alguna vez dirigiera un film de animación en 3-D. Lo raro es el punto de partida: un mundo en donde los personajes son aves, con familias, enfrentamientos, tradiciones y leyendas como las de un típico mundo de fantasía habitado por seres humanos. El film parece no saber si quiere ser una aventura infantil “apta para todo público” o una épica violenta y sombría (hay mucha maldad en los villanos, y traiciones en el bando de los buenos). A pesar de esto (y del bizarro punto de partida), la película no se siente como una mezcolanza, y de hecho llega a volverse tan tradicional que pierde algo de su individualidad. Al menos el hecho de que los protagonistas tengan la facultad de volar (y que tengan poses y rostros particularmente fotogénicos) aporta al interés visual del film, y en parte se logra algo de emoción cuando se focaliza en esos aspectos. 6 Aires<br />
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<b>-“El ocaso de un asesino”</b>: Anton Corbijn (el mítico fotógrafo que debutó en la dirección de cine con el clásico moderno “Control”) vuelve a dirigir otra película con pátina de film de culto. George Clooney (alguien que con el paso del tiempo demostró un verdadero interés en el cine y en proyectos que se salgan de lo fácilmente exitista) hace aquí de un solitario asesino a sueldo que se refugia en un pueblo italiano y comienza una relación con una mujer al mismo tiempo que prepara un “último trabajo” e intenta vislumbrar si está siendo acechado por ex-colegas o empleadores. Todo está narrado con un ritmo “lento” propio del cine europeo setentista, y, contra lo que se podría esperar de una narración tan solemne, la cosa funciona, y logra ser exactamente eso: una versión actual del cine de aquella época. Que, por supuesto, defraudará a los que esperaban algo más hollywoodense, pero allá ellos. 7 Aires<br />
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<b>-“Atracción peligrosa”</b>: todavía no vi el debut directorial de Ben Affleck, la aclamada “Desapareció una noche”, pero su siguiente opus recibió críticas casi tan buenas como el anterior, y me llevó de narices al cine. Deudora (otra más) de la gran “Fuego contra fuego” de Michael Mann, este policial muestra a un Affleck que dirige bien, sin aspavientos ni estupideces y con bastante nobleza, una clásica historia de “buenos ladrones” cuyo líder quiere dar un último golpe para dejar el rubro. Como actor, el tipo zafa, pero el que dignifica es su compañero de andanzas, el loquito Jeremy Renner. 8 Aires<br />
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<b>-“Resident evil 4: la resurrección”</b>: el creador inaugural de la saga, el “te-filmo-cualquier-historia-con-efectos-especiales-y-alma-clase-B-y-casi-siempre-me-sale-un-mamarracho-pero-a-veces-hago-algo-digno” Paul W.S. Anderson, retorna la dirección en esta cuarta parte. Milla Jovovich vuelve a hacer de la heroína de armas tomar Alice, quien, junto a viejos y nuevos amigos, debe enfrentar zombies, monstruos y otras yerbas. Aunque parezca raro, en este film importan los personajes, o al menos están jugados con carisma e interés por los intérpretes. Esto no justifica el abuso de los efectos digitales y la acción ralentizada cancheramente, características propias de esta serie. Ah, era en 3-D, pero habrán notado que hoy en día eso ya casi no significa nada. 5 Aires<br />
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<b>-“Enterrado”</b>: Ryan Reynolds se consagra como actor de films “serios” con este thriller cuyo gancho para atraer al espectador era que toda la acción transcurre en un solo escenario: un ataúd en el que repentinamente despierta un hombre común, que a partir de ahí debe intentar salir por cualquier medio posible. Los títulos del comienzo y la música de Víctor Reyes rememoran claramente a los films de Alfred Hitchcock, y en todo momento el film logra el objetivo hitchcockeano de atrapar al espectador con un punto de partida mínimo y un solo “decorado”. Tensionante, pesimista y terrorífica, esta película no será la obra maestra que muchos auguraban pero es un gran entretenimiento que provoca cualquier cosa menos indiferencia. 8 Aires<br />
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<b>-“Ágora”</b>: Luego de los films de suspenso “Tesis”, “Abre los ojos” y “Los otros”, Alejandro Amenábar se atrevió con un género bien distinto cuando filmó el biopic “Mar adentro”, y ahora, seis años después, vuelve a probar nuevo terreno con esta historia ambientada en la Roma del siglo IV donde Rachel Weisz interpreta a Hipatia, una mujer volcada a la filosofía y a la ciencia que fue venerada y criticada al mismo tiempo. Como en las viejas épicas hollywoodenses de los 50s y los 60s, la historia de un grupo de individuos sirve para narrar la Historia, en este caso el ascenso del cristianismo. Y, como en aquellos films, la calidad no depende del dinero invertido, el tema de la película o el renombre de su reparto, sino del guión, la puesta en escena y la dirección de actores. El despliegue visual es majestuoso, sí, pero la película es buena porque logra combinar su ambientación ostentosa con personajes interesantes (sin importar cómo hayan sido en realidad) y una trama que avanza a fuerza de la confrontación de ideas y posiciones ideológicas, cosa rara hoy en día. Todo eso sin perder un ápice de entretenimiento. 8 Aires<br />
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<b>-“Red”</b>: del director de la subvalorada “Te amaré por siempre” llegó este film de “acción irreverente”, con un reparto increíble que, de todos modos, no alcanzó para hacer una gran película. Los personajes tienen garra y corazón, pero si sus aventuras pudieran tener algo de emoción y riesgo, el aspecto “cool” que empaña todo el relato le quita seriedad y posibilidad de preocuparnos por ellos. Que conste que está todo bien con la pelada de Bruce Willis, su accidentada relación con Mary-Louise Parker, la locura inocentona de John Malkovich y el solapado romance de los “mayorcitos” Helen Mirren y Brian Cox... pero bueno, todo eso se desaprovechó en un producto relativamente digno pero que no constituye uno de esos films de entretenimiento tan sostenido que hace que querramos volver a ellos una y otra vez. 5 Aires<br />
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<b>-“Red social”</b>: cuando se supo que David Fincher (“Pecados capitales”, “El club de la pelea”, “La habitación del pánico”) iba a dirigir “la película sobre Facebook”, muchos pensamos “¿Lo qué?”. Pero claro, la trampa es que, obviamente, no es una película sobre Facebook, sino sobe las personas involucradas en su creación y la historia de ambición, logros, traiciones y juicios que involucró a esos protagonistas. Una película donde encajan a la perfección el montaje, la dirección de actores y el ritmo veloz de los diálogos que escribió Aaron Sorkin (guionista especializado en proyectos donde la palabra está muy presente, como “Cuestión de honor” y la serie “The West Wing”). Una película deliciosa y adictiva, con grandes performances de Jesse Eisenberg (que por una vez se sale de su rol de “chico bueno” para hacer de un egocéntrico que a veces parece no tener sentido de la realidad), Andrew Garfield y un sorpresivo Justin Timberlake. 10 Aires<br />
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<b>-“Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 1”</b>: el séptimo y último libro de la saga del niño mago se dividió en dos películas, pues los productores no encontraban manera de hacer entrar todo el argumento en una sola. Y les dio resultado: si bien, como en la anterior entrega, el film termina sin una clara resolución, no hay razón para criticar eso si aceptamos que estamos viendo el equivalente actual de un serial (por más que las películas anteriores sí tuvieran un final más tradicional). Lo que importa es la cohesión interna, y esta primera entrega del final tiene eso, pero también posee un estilo desesperanzado y “contemplativo” que la convierte en lo más parecido a un “film de arte” que puede ser un film de esta saga, con varios pasajes en los que “no pasa nada” y en los que los escenarios principales ya no son colegios y castillos, sino la naturaleza. Por supuesto, el ritmo del film decepcionó a muchos espectadores... ojalá les hubiera importado que lo principal, que es la relación entre los tres protagonistas, estaba allí, y quizás como nunca antes. 7 Aires<br />
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<b>-“Skyline: la invasión”</b>: dos especialistas en efectos especiales debutaron en la dirección con esta película sobre un grupo de personas que trata de sobrevivir a una extraña invasión extraterrestre. Y, en efecto, los efectos son espectaculares, pero, para que nadie critique a la película de pensar sólo en los efectos, los directores decidieron que los personajes se comportarían de una manera “realista”, es decir, estúpida, confusa o egoísta según el momento. Nada de esto sería malo si generaran empatía, pero eso sólo sucede con el protagonista masculino, y no es suficiente. Al menos los últimos minutos de la película logran sorprender a partir de un inesperado romanticismo. 5 Aires<br />
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<b>-“Machete”</b>: tres años después de haber filmado un falso trailer para la inexistente película “Machete”, Robert Rodríguez entregó el sueño soñado por muchos fans de Danny Trejo... la película “Machete”. Y el resultado es todo lo divertido que uno podría esperar, con Cheech Marin, Michelle Rodríguez, Don Johnson, Jessica Alba, Robert de Niro, Steven Seagal y otras luminarias en diversos roles que brindan a cada uno de ellos grandes posibilidades lúdicas. Lo sorprendente es el énfasis en el aspecto político; la película es una exacerbada defensa de los mexicanos y un ataque a la cultura e ideología de “fronteras cerradas”. Por supuesto, no faltan frases de culto como “You fucked with the wrong Mexican” o “Machete don’t text”. 7 Aires<br />
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<b>-“El inmortal”</b>: acción francés, así tal cual eso. Con Jean Reno, nada menos. Un tipo al que la mafia le rinde un ajuste de cuentas y lo deja casi por muerto, aunque... sí, adivinaron, no muere, y quiere venganza. Se sigue con interés, aunque no es gran cosa. 6 Aires<br />
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<b>-“La reunión del diablo”</b>: el vilipendiado M. Night Shyamalan (director al que, como dije antes, todavía le tengo confianza y de cuyos films sigo disfrutando) debuta como “creador de la idea original y productor, pero no director”. Esta película logra ser un aceptable exponente de género clase B de “misterio whodunit con algún toque de terror y con moraleja”. Sí, a pesar de cómo suena eso y de lo explícitas que son algunas interpretaciones que algunos personajes hacen acerca de lo que ven, la cosa fluye, y tiene el tino de no estirarse más de lo necesario (dura menos de una hora y media). 6 Aires<br />
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<b>-“Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba”</b>: la segunda entrega de la saga había sido mejor que la primera al darle más importancia al espíritu de aventura que a la fastuosidad de los efectos especiales. Y esta tercera las supera a ambas, pues justamente es la que más énfasis le da al desarrollo de personajes y a ese espíritu de matinée que hace que esta vez la abundancia de efectos y el gimmick del 3-D fluyan de manera perfecta con la sensación de “aventuras clásicas” que se pretende (y se logra). 7 Aires<br />
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<b>-“Gigante”</b>: no la vi en cine, pero la vi, así que es un estreno del 2010 que entra en esta lista. Una película uruguaya con una atmósfera seca y un protagonista totalmente querible que nos invita a vivir su historia, la de un patovica “de buen corazón” que además trabaja como personal de seguridad de un supermercado y siente una silenciosa atracción hacia una compañera de trabajo. Con un humor deudor de Jim Jarmusch y Aki Kaurismaki, este film se eleva triunfante por sobre la medianía. 8 Aires<br />
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<b>-“Mi familia”</b>: no la vi en cine, pero la vi, así que es un estreno del 2010 que entra en esta lista. Y es una pequeña decepción, ya que tuvo reseñas muy positivas y estaba dirigida por Lisa Cholodenko (que supo entregar films como “High art” y “Laurel Canyon”). Annette Bening y Julianne Moore son una pareja cuyos dos hijos (los elogiables Mia Wasikowska y Josh Hutcherson) deciden buscar al padre “biológico” (Mark Ruffalo, en otro acierto del reparto). En verdad las actuaciones son lo mejor de la película; el problema es cierto aire a “provocación/originalidad” que tiene el film, que lo termina afectando un poco, ya que no se ve justificado por lo que uno ve (la trama sólo podría resultar provocativa a alguien que tenga una mente muy cuadrada). 6 AiresMerrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-12593237076705861912010-01-23T08:37:00.000-08:002010-01-23T08:41:02.063-08:00Pablostory Nº 58 (El nacimiento de "ALTERNATIVA")En 2005-2006, cuando trabajaba en una editorial a la que llamaremos, para no develar su verdadera identidad, “B-Y”, tuve que encargarme de la documentación gráfica por un tiempo, es decir, era el encargado de revolver el banco de imágenes de la editorial (que consistía en diapositivas a ampliarse) para encontrar las fotos que ilustraran los pedidos de los autores (por ejemplo: “en esta página debe haber una foto de una madre llevando a la escuela a su hijo”). Al mismo tiempo, intentaba formar parte de la edición de los textos en la mayor medida posible. Por suerte, entró temporiaramente al staff una antigua co-worker que se ocupaba específicamente de la documentación gráfica, a quien llamaremos “Coralina de las Estepas Desoladas”. Esto era bueno por varios motivos. Punto 1: Coralina era (y debe seguir siendo) una persona muy copada. Punto 2: ella sabía más que yo sobre documentación visual y tenía acceso a otros bancos de imágenes externos a nuestra oficina. Punto 3: si ella se ocupaba del aspecto visual, yo podía dedicarme exclusivamente a la edición de los textos.<br />La cosa es que cuando ella llegó, yo ya había llenado una carpeta con imágenes seleccionadas para algunos capítulos de los libros en proceso, y le dije “Mirá, vos obviamente sabés más que yo de esto, entonces hacé tu research como si esta carpetita no existiera, y simplemente la tendremos guardada a un costado como posible alternativa a las imágenes que vos encuentres”. Así que separé esa carpeta y le puse encima una enorme hoja a la que le escribí bien grande “ALTERNATIVA”.<br />Días después empezó a trabajar en la editorial una pasante, que resultó ser otra persona muy copada a quien llamaremos “Monique Moulain”. Cuando vio el cuasipóster que decía “alternativa”, dijo “Me gusta eso”, y nos dimos cuenta de que parecía un slogan. Pero un slogan en el que la palabra “alternativa” no hacía referencia a algo fashion (como en “música alternativa”), sino al simple significado de “opción disponible por si las moscas”. El significado implícito de esa palabra suelta escrita en mayúscula pasó a ser para nosotros algo así como “busquemos alternativas para tener siempre disponibles, no sólo en el trabajo sino en la vida”, consigna tan imperativa como “seamos realistas, pidamos lo imposible”. Nos parecía una idea tan positiva que le agregué un signo de exclamación a la palabra, y el resultado, “ALTERNATIVA!”, quedó como un bandera que nos acompañó a Coralina, a Monique y a mí hasta nuestra partida de la editorial.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-19683912294403988092010-01-10T16:58:00.000-08:002010-01-17T17:54:01.760-08:00Pequeñas reseñas de todos los estrenos cinematográficos del 2009 que yo haya visto (o sea, un clásico)Si usted ya pasó por este blog, ya sabe cómo es esto. Y si no, le cuento: las siguientes reseñas pueden leerse sin temor a que se develen secretos de los films en cuestión. Y corresponden en su mayoría a films de género simplemente porque es lo que más suelo ver en pantalla grande (no es que sólo me interesen las películas de género). Así que bueno, acá va la cosa.<br /><br /><strong>-“Crepúsculo”</strong>: no leí los libros en que se basa esta saga de vampiros, pero parece que, a diferencia de los subestimados Harry Potter, éstos sí son verdadera basura. Aún así, eso no es excusa para que la película lo sea; siempre digo que uno debe preocuparse más en hacer una buena película que en hacer algo fiel al material original sin meter ninguna visión personal. Pero aquí parece que fueron bastante fieles al espíritu: lo que se ve en pantalla no respira alma, y se siente como una sucesión de tonterías filmadas para atraer únicamente a adolescentes o a mujeres que se vuelvan locas por el joven carilindo que hace de chupasangre enamorado. Y justo el suyo es el personaje menos interesante; al menos la protagonista femenina exuda un poco más de carisma en la pantalla, y hasta se podría decir que la relación con su padre está respetablemente narrada. Pero es lo único aceptable; el film en general parece estar filmado sin un mínimo de sentido común, y con efectos especiales malos y exhibicionistas al mismo tiempo. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“El día que la Tierra se detuvo”</strong>: remake del clásico “El día que paralizaron la Tierra”, esta película de ciencia ficción no es mala como todo el mundo dijo, pero sí bastante decepcionante. El carisma de Jennifer Connelly no levanta la cosa, y Keanu Reeves vuelve a hacer de robot, cosa que le sale bien. Bueno, no es robot, es alien, pero para el caso es lo mismo. El verdadero robot es el gigantesco Gort, que por suerte no fue aggiornado y genera al menos algo de nostalgia en el espectador al recordarle al Gort original. Por lo demás, como dije antes, el film se ve con algo de interés, pero debería haber sido bastante más emocionante para lo que cuenta. Un punto a favor son los efectos especiales, y un gran punto en contra es el actorcito que hace de hijo de Jennifer Connelly. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Australia”</strong>: siete años después de “Moulin Rouge” vuelve Baz Lurham, reclutando nuevamente a Nicole Kidman y agregando a Hugh Jackman al combo, para hacer otra de esas películas “larger than life” que tan bien le salen. Como en su anterior obra magna, aquí varios dirán que hay mucho estilo y poca carnadura (incluso lo dijo mucho gente que antes amaba a este director), pero yo creo que el tipo sigue siendo fiel a una pulsión narrativa-romántica-apoteótica, y que mientras esa pasión se perciba en pantalla, todo bien. Por eso le perdono que la película decaiga en su segunda mitad, que el segmento final se asemeje a “Pearl Harbor” y que haya algo de solemnidad exagerada sobrevolando todo el film. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Bolt, un perro fuera de serie”</strong>: película animada de Disney en 3-D, pero sin Pixar. Eso quiere decir que no es una joya absoluta, pero aún así es mejor que el intento de hace unos años, “Chicken Little” (que era peor que un film de Dreamworks). Aquí se cuenta una historia clásica de un perro que quiere convertirse en héroe; contra todo lo esperado, la voz de John Travolta como protagonista funciona. Y también funcionan los personajes secundarios y el humor. Una grata sorpresa. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“El sustituto”</strong>: Clint Eastwood sigue con su cine “serio e importante”, pero, por más que eso suene como una crítica, sus películas siguen siendo atendibles. Ésta quizás sea la peor que haya dirigido en los últimos años, pero aún así había que verla (y en cine, por su esplendor visual y exquisitez sonora); el tipo, como Spielberg, nunca podrá hacer algo que no sea interesante y valorable en algún punto. En esta historia real de una madre que busca desesperadamente a su hijo, se aprecia mucho la reconstrucción de época “romantizada” y hasta la performance protagónica de Angelina Jolie. Muchos la criticaron, pero yo creo que acertó perfectamente con una composición que remite a esas heroínas trágicas de las décadas del 30 y 40. Lo cuestionable es cierto regodeo en el sensacionalismo, y no es excusa que la historia real sea dura, ya que hay mil formas de contarla. De todos modos, 7 Aires.<br /><br /><strong>-“The Spirit: el Espíritu”</strong>: el historietista Frank Miller había asesorado a Robert Rodríguez en la filmación de “Sin City”, basada en una obra suya; parece que le tomó el gusto al cine y ahora debutó como director posta en esta adaptación de una historieta (que no había escrito él). La verdad: mejor que se quede en los comics. Por más ideas visuales que le quiera encajar al film, el tono es ridículo y los actores están pésimos. Se nota que hubo un intento de humor lunático, pero no funca. Una de las peores “cosas” estrenadas este año. 2 Aires.<br /><br /><strong>-“El curioso caso de Benjamin Button”</strong>: el gran hacedor de thrillers David Fincher se mete con el cine qualité en esta adaptación de un relato de Francis Scott Fitzgerald sobre un hombre que nace viejo y envejece para atrás, o sea, rejuveneciendo. Ehhhh... Sí, era así. Hay mucho para saborear en esta película (Fincher siempre le dio mucha importancia a la fotografía y el montaje, y aquí además brilla la música de Alexander Desplat), y hasta debo admitir que el film logró conmoverme en un segmento que duró quince minutos. Pero si el objetivo era que todo el metraje me conmoviera, no fue así, de hecho hay partes en que a uno le agarran ganas de tirarles algo por la cabeza a los responsables del film, de tan pretencioso que quedó. Pero como generalidad, Brad Pitt y Cate Blanchett logran hacer creíble esa pareja que se encuentra y desencuentra con el paso del tiempo. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Operación Valquiria”</strong>: Bryan Singer se aleja de los thrillers y las películas de superhéroes para filmar la historia real de un grupo de funcionarios y militares alemanes que quisieron matar a Hitler y acabar con su tiranía durante la Segunda Guerra Mundial. El protagonista es Tom Cruise, que no está tan magistral como en algunas otras actuaciones suyas de los últimos años pero igual todo bien con él. Y, como corresponde a todo buen film de intriga basado en hechos reales, no importa que conozcamos el desenlace, porque la fluidez narrativa y la buena construcción de personajes hacen que queramos seguir viendo qué pasa. Incluso hay pocos momentos “emotivos”; el film parece ser más un “documento de lo que pasó”. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“A prueba de muerte”</strong>: con dos años de retraso llegó el film más defenestrado de Quentin Tarantino por su ritmo tan particular. Originalmente formaba parte de “Grindhouse”, un proyecto que consistía en ver en doble función esta película y “Planet terror”, de Robert Rodríguez, separadas por varios trailers apócrifos. Para mí es mejor el estreno por separado: no sólo hay menos cansancio en el espectador, sino que además cada film gana unos minutos extra que le son necesarios. Por otra parte, la mitad de Tarantino ya es de por sí una experiencia dividida claramente en dos partes: en cada una hay un grupo de protagonistas femeninas y siempre, acechando por detrás, un misterioso y temible personaje encarnado por Kurt Russell. Los que esperaban acción tuvieron que aguantarse una primera mitad que les habrá aburrido, pero ellos tienen la culpa; en los films de Tarantino, el verdadero qué es el cómo (bah, como en toda obra de arte, sólo que aquí es más notorio); hay que ver y saborear esos diálogos en los que parece que ante nuestros ojos no pasa nada excepto el estilo del director. Y de todos modos, en el segmento final sí hay una gran escena de acción que Tarantino, por suerte, eligió filmar a la vieja usanza, es decir, de manera que resulte obvio que lo que vemos se filmó tal cual con actores y dobles de riesgo, sin apelar a lo digital. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Música en espera”</strong>: el guión lo coescribió una gran amiga, pero aún así creo ser objetivo cuando digo que ésta es una muy buena comedia romántica que tiene todo el timing que precisa el género (género subvalorado, por cierto). Fue mítico ver plasmado en pantalla grande un proyecto del que vengo sabiendo hace cinco años, y, por suerte, el resultado está a la altura del guión. Diego Peretti y Natalia Oreiro (actriz subvalorada, por cierto) son una perfecta pareja despareja, y Norma Aleandro está muy bien aprovechada como la madre de ella. Y cuando uno está pensando que al film le está faltando música (que es algo tan importante para su trama), hace su aparición la música de Guillermo Guareschi, que de ahí en adelante puebla de manera mágica las imágenes. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“El transportador 3”</strong>: Jason Statham vuelve a encarnar al chofer que no debería meterse en los asuntos de sus clientes pero termina siempre enredado en complicadas tramas de acción y espionaje. Esta entrega de la saga no está a la altura de la segunda parte, pero su acción descabellada, imaginativa y sin solemnidad sigue siendo bienvenida. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Watchmen: los vigilantes”</strong>: la esperadísima versión cinematográfica del comic de culto de los 80s estuvo a cargo de Zack Snyder, que fue (justamente) aplaudido por “El amanecer de los muertos” e injustamente defenestrado por “300”. El mayor problema del film que nos ocupa es que intentó ser lo más fiel posible a la historieta, y, si bien acertó en eliminar aspectos que no le hacían falta a la película, se siente todo el tiempo como una adaptación que no respira libertad. Uno de los pocos atisbos de personalidad propia está en la brillante escena de títulos, en la que a través de imágenes “tableaux” se cuenta la historia de los protagonistas mientras suena “The times they are-a changing” de Bob Dylan: lo malo es que esa escena sólo se entiende fluidamente si uno leyó la historieta. Hay otras elecciones musicales usadas de manera original y/o efectiva, pero también hay otras usadas de manera trillada o hasta exasperante (como el uso ridículo del “Hallelujah” de Leonard Cohen durante una innecesaria escena de sexo y el horrible cover final de la gran “Desolation row” de Bob Dylan a cargo de My Chemical Romance). La atrayente personalidad del intransigente vengador anónimo Rorschach fue reflejada con éxito, y eso al menos es valorable. Y hay varias escenas que son una pequeña obra de arte en sí mismas, como el crimen del comienzo del film. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Coraline y la puerta secreta”</strong>: muchos creen que Tim Burton dirigió “El extraño mundo de Jack”, pero no: fue Henry Selick, que también hizo las atendibles “Jim y el durazno gigante” y “Monkeybone”. Y ahora se mandó su obra maestra: este film de animación stop-motion en 3-D que regala belleza, detalle y artesanía en cada plano. Y, adaptado de una novela de Neil Gaiman, es ciertamente un film oscuro: una niña descubre un portal a un mundo paralelo donde todo parece más divertido que en el suyo, pero donde debería someter su libertad para quedarse... A pesar de que la estrenaron en castellano, el doblaje era aceptable y había que verla en cine (sobre todo por el 3-D, usado de manera poco exhibicionista y muy juiciosa). 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Adventureland: un verano memorable”</strong>: a pesar de que se estrenó un tiempo después, la ubico aquí porque la vi en el Festival de Cine de Buenos Aires. El director de “Supercool” entrega otra divertida y melancólica mirada a la adolescencia, esta vez ambientada en los años 80. La reconstrucción de época y la identificación con el protagonista es fenomenal. En realidad, hasta el mínimo personaje secundario está bien trabajado desde el guión y las actuaciones (Ryan Reynolds es un descubrimiento, y también Kristen Stewart, cuyo carisma está desperdiciado en la saga “Crepúsculo”). 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Igor”</strong>: esta película animada se estrenó casi a fin de año, pero también la vi antes en el Festival de Cine. Los malditos organizadores hicieron trampa: no avisaron que la darían en castellano. El doblaje no la arruinaba, pero no era tan respetable como el de “Coraline y la puerta secreta” o la posterior “Lluvia de hamburguesas”. Y la película en sí tampoco llega a la altura de aquellas; si bien tenía un espíritu más Disney que Dreamworks (lo cual es bueno), no era ninguna genialidad de la que uno saliera maravillado. Una agradable comedia de aventuras con un típico antihéroe de protagonista. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Monstruos vs. aliens”</strong>: otra de animación, la cuota Dreamworks del año. Parecía ser que esta vez, con el cuidado que habían puesto en trasladar a la actualidad el espíritu clase B de las películas de ciencia ficción de los 50s y 60s, se había llegado a buen puerto. Y sí, se nota algo más de cariño por el producto que en otros films Dreamworks, pero aún así es una película fácilmente olvidable. Los monstruos son creíbles y queribles, pero la actuación de la protagonista principal es pésima (sí, hay actuaciones en los dibujos animados), y el villano alien es más una morisqueta que otra cosa. Por si fuera poco, en algunos momentos la película “lanza” objetos a la pantalla de manera obscena, lo cual convierte a éste en un film en 3-D que apela a lo más básico de esa herramienta en vez de usarla de manera más estéticamente interesante o movilizadora. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Slumdog millonaire: ¿Quién quiere ser millonario?”</strong>: el director Danny Boyle cada tanto sorprende al entregar brillantes films de género (“Exterminio”, “Sunshine, alerta solar”); ahora volvió a hacer otro cambio de timón y filmó una película “Bollywood”, esto es, una trama exacerbada ambientada en la India, con actores nativos y algún número musical al final. Como telenovela está muy bien (dicho esto sin ofender al género), y la estructura narrativa es muy interesante: un adolescente debe responder acusaciones de haber hecho trampa en un programa de preguntas y respuestas televisivo, y al hacerlo presenciamos su turbulenta historia de vida, que incluye una mujer de la que está perdidamente enamorado, un hermano conflictivo y un paseo por las miserias típicas de un “slumdog” (vagabundo). El problema es, por un lado, que la India está pintada muy a lo “visión panorámica para los extranjeros”, y, por otro lado, que todo el tiempo se enfatiza un supuesto “destino” del protagonista, lo cual hace que los personajes menos afortunados que él va conociendo a lo largo de su vida queden pintados como “herramientas no importantes” (la sensación es casi la de que “no importa que este otro personaje sufra, porque no es el protagonista, sino sólo un elemento para que se cumpla el destino del protagonista”). A pesar del buen manejo narrativo del director, esa visión manipulativa que nos hace despreocuparnos de muchas tragedias mientras celebramos los triunfos que va teniendo el personaje principal me impide darle más de 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Agente internacional”</strong>: el director de “Corre, Lola, corre” y “Perfume: historia de un asesino” se despacha con su film más hollywoodense, una trama de intriga internacional en el mundo de los bancos. Naomi Watts está desaprovechada, pero Clive Owen se la banca como verdadero protagonista de una historia con una narrativa clásica, que tiene un final muy interesante y hasta llegar ahí no está hiperpoblada de innecesarias escenas de acción (de todos modos, “la” escena de acción del film es de lo mejor del año: un tiroteo en el Museo Guggenheim magistralmente filmado). 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Gran Torino”</strong>: Clint Eastwood anunció que ésta sería su última actuación; ojalá no lo sea, pero si es así, es una digna despedida. Aquí hace de un cascarrabias solitario que, a pesar de todos sus prejuicios y mal carácter, empieza a entablar una amistad con sus vecinos hmong. Un festín para los que opinamos que el tipo es un actorazo, y también para los que nos dejamos llevar placenteramente por su visión del mundo. Tiempo después de ver la película pasé a opinar que estaba un poco inflada; es muy buena, pero no es la obra maestra que muchos consideraban (y, sorprendentemente, no era nada especial en el aspecto visual). Aún así, 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Cuenta regresiva”</strong>: por más que Alex Proyas difícilmente sea considerado un autor (hizo “El cuervo”, “Ciudad en tinieblas” y “Yo, robot”), hay que admitir que sus films tienen la constante de introducir elementos de ciencia ficción que, en vez de generar impacto, invitan a cierta reflexión (o, al menos, son introducidos de forma “filosófica”, por llamarla de alguna manera). Aquí Nicolas Cage vuelve a entregar una de esas performances donde se lo acepta o se lo detesta, como un padre viudo que debe enfrentarse a la posibilidad de poseer en sus manos las claves de los futuros cataclismos y tragedias que enfrentará la humanidad. Después del 11 de septiembre, esta película es una de las que más intentó en los últimos años mostrar un “efecto in your face” de lo que es una catástrofe, con un increíble plano secuencia que mejor no describir. Eso solo ya vale el precio de la entrada, pero la película sigue siendo interesante hasta el final, por más que unos misteriosos personajes sean presentados de manera tontamente evidente. Ah, la música de Marco Beltrami es tenebrosa y bellísima al mismo tiempo. 7 Aires. <br /><br /><strong>-“Del tiempo y la ciudad”</strong>: se estrenó solamente en el Malba, pero fue un estreno al fin y al cabo. Este ensayo fílmico consiste en una narración en off de su director, Terence Davies, sobre su Liverpool natal. Pero no es un ensayo con pretensión de objetividad, sino un apasionado (y a veces furibundo) monólogo sobre lo que sea que le venga a la cabeza a su creador, acompañado por imágenes de distintas etapas de la ciudad. Su odio hacia los Beatles le ganará enemigos y su abierta homosexualidad le ganará admiradores; la verdad es que, más allá de casa cosa que el tipo diga, narre, recuerde, explique o muestre en este film, la película es una obra personal única. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“La Tierra”</strong>: este film es un compendio de diversas partes de una serie de TV documental sobre el planeta Tierra y, como tal, comete el error de inventar o paralelizar tramas entre distintas familias de animales, lo cual queda medio tonto. Pero por suerte la voz en off no es tan insípidamente explicativa como podría serlo, o, mejor dicho, el film tiene muchos momentos sin narración que pueden disfrutarse sin oír “explicaciones”. Claro que el otro error es la música; unir melodía e imagen es un ejercicio siempre interesante de ver, pero aceptar eso implica también aceptar que el film nos esté diciendo todo el tiempo cómo nos tenemos que sentir ante cada imagen. Ya sé, en los films de ficción eso pasa mucho, pero, siendo éste un documental, podrían haber puesto simplemente imágenes con sonido ambiente y listo: de esa manera se habría respetado un poco más la “realidad” que se quiere mostrar. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“X-Men orígenes: Wolverine”</strong>: otra de las grandes decepciones del año. Al menos “Watchmen” lograba ser disfrutable para los que no leyeron la historieta, pero este film es una suma de incoherencias con superhéroes que van y vienen arbitrariamente de la trama, puestos sólo para “cumplir con el trámite” y contentar a los fans (aunque dudo que los comiqueros se hayan sentido satisfechos). Hugh Jackman vuelve a interpretar a Wolverine, sí, ya sabemos que lo hace con carisma, pero esta precuela a los films de “X-Men” es una mescolanza que no encuentra su corazón (por más que se supone que debemos simpatizar con los conflictos del protagonista). Y la estética modernosa, impersonal y para nada apasionante es un asco. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Star Trek”</strong>: J.J. Abrams, considerado “el nuevo genio televisivo”, ya se había mostrado apto para el cine con su debut (“Misión imposible 3”), y ahora pasó a su tan apreciado género de ciencia ficción para entregar esta película que los fans de la saga, tan necesitados de mantener una cronología con lo ya visto, consideran una precuela a la serie original. Para mí es simplemente una versión cinematográfica de la serie y listo (del mismo modo que casi todo film basado en una serie es una versión con cronologías y actores propios: “Los intocables”, “El fugitivo”, “Los ángeles de Charlie”, etc). Como tal, el film debía arreglárselas para proporcionar personajes, una trama y un espíritu que sean fieles (en algún punto) a la serie original y al mismo tiempo propios de la época actual y del estilo personal que quiera imprimirle el director en cuestión. Y creo que la película logró ambos cometidos: debe estar llena de citas a la serie, pero no tiene ningún momento que sea incomprensible para un “no trekkie”. A pesar de que el protagonista principal parece ser el capitán Kirk, el personaje más complejo y que más se luce es el señor Spock, con su eterna dicotomía entre sensatez y sentimientos. Todo lo que tiene que ver con él es emocionante, pero además el film entretiene con armas nobles durante todo el metraje (y, como siempre, Michael Giacchino se luce en la música). 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Días de mayo”</strong>: Gustavo Postiglione abandonó por un ratín sus films íntimos y abrazó el cinemascope para contar una historia ambientada durante el Rosariazo en 1969. Filmada en blanco y negro, su estética remite un poco a los films godardianos de aquella época, pero al mismo tiempo esta película se toma a sus personajes protagónicos con un poco más de empatía. El problema es que, siendo una película con cierta pretensión de seriedad, se percibe más el hecho de que los protagonistas no están tan bien personificados como para generar esa identificación. Se nota que es un proyecto personal del director, pero no se logró el realismo buscado. Los personajes parecen más construcciones del guión que personas reales (salvo en una hermosa escena en que una mujer relata una fallida experiencia amorosa). 5 Aires.<br /><br /><strong>-“La sangre brota”</strong>: lamentablemente me perdí la otra película de Pablo Fendrik estrenada en la misma época, “El asaltante”, que tuvo muy buena crítica. Con esta otra no pasó lo mismo, aunque me parece un film bastante respetable. Arturo Goetz y Nahuel Pérez Biscayart son los protagonistas que casi no se cruzan en toda la película, cada uno envuelto en su historia enrevesada que puede volverse sangrienta. Un muy buen montaje y ajustadas actuaciones mantienen el interés en la película. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Terminator: la salvación”</strong>: en esta cuarta parte de la saga ya no está Schwarzenegger, y por mí todo bien: aunque el tipo sea un ícono, no lo considero necesario para que esta historia apocalíptica siga su curso. Tampoco está el director James Cameron, pero la tercera también estaba dirigida por otro, y había resultado una gran película (menospreciada en todos lados). En ésta, el papel del mítico guerrillero John Connor está a cargo de Christian Bale, que es un actorazo pero últimamente me está cansando por actuar siempre con una carga de monótona solemnidad. Eso, sumado a que la película nunca encuentra su centro, la daña bastante (y no el hecho de que sea dirigida por el realizador de “Los ángeles de Charlie”, ya que el estilo que usó ahora es totalmente distinto). Por ser famoso, Bale logró aumentar la cantidad de tiempo en pantalla de su personaje, lo cual fue contraproducente, ya que el verdadero carisma del film lo entrega Sam Worthington en un enigmático papel cuasiprincipal. Su rol y algunas escenas (como un largo plano secuencia en medio de una batalla al comienzo) logran que el film no termine de desbarrancar, pero muchas otras decisiones (de guión y de casting, ya que tampoco funciona Bryce Dallas Howard como la mujer de Connor) provocan que el film se hunda en un mar de desinterés casi constante. Y Danny Elfman es otro talento desperdiciado, ya que su revisión del tema musical original es un sinsentido. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Una semana solos”</strong>: después de la brillante “Ana y los otros”, Celina Murga sigue entregando grandes obras personales, esta vez es la historia de un grupo de chicos que pasan unos días en un country con poca supervisión adulta. Y empiezan las discriminaciones, los desmanes, las atracciones... La sensación es que no se juzga a los personajes y que la cámara simplemente filmó algo que estaba sucediendo a la vista del que quisiera ver: seres humanos creciendo, con lo bueno y lo malo que esto puede acarrear. Bah, algo malo definitivamente hay cuando no se ve una educación responsable que sepa poner frenos, y ésa es quizás la crítica subyacente al film. Pero no se dejen llevar por cómo suena eso: no hay nada de moralismo en esta pequeña obra de arte. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“El artista”</strong>: ¿Sergio Pángaro haciendo de un pintor de cuadros que se aprovecha de un paciente al que cuida al hacer pasar como propias las “obras” que éste realiza? ¡Hay que ver esta película! Parece obvio que nos encontraremos con una crítica al mundo de los marchands, los tasadores de “arte” y los frecuentadores de museos que se dejan llevar por el prestigio de lo que está de moda. Y, en efecto, así es. Pero además el film presenta un interesante aspecto formal muy “dogmático”: cada toma es un plano fijo. No hay movimientos de cámara, con lo cual cada “viñeta” que presenciamos tiene mayor unidad y “objetividad”, si se la puede llamar así... y también frialdad. De todos modos, cada situación o diálogo que presenciamos es tan ridículamente posible que no podemos evitar reírnos. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Up, una aventura de altura”</strong>: Pete Docter vuelve a dirigir un largometraje ocho años después de la también brillante “Monsters Inc”, y con esta nueva película de animación, Pixar cierra una posible “trilogía de indiscutidas obras maestras para grandes y chicos que proporcionan humor y emoción al mismo tiempo” (trilogía integrada por “Ratatouille”, “Wall-E” y este film). Un anciano viudo cuasiclon de Spencer Tracy decide usar su casa como un gran globo aerostático para viajar a un recóndito rincón del planeta por razones personales, y un pequeño boy-scout se le unirá inesperadamente. Como en casi todo film de Pixar, cada aspecto de la película está brillantemente ligado a los demás, desde los personajes protagónicos hasta los “comic-relief” secundarios, pasando por el bienvenido espíritu de “aventuras en paisajes remotos” y la genial música de Michael Giacchino (¡qué bueno volver a escuchar un bellísimo leitmotiv al estilo del John Williams de hace unos años!). Al igual que sucedía en “Wall-E”, al comienzo de esta película también hay un segmento que muestra con maestría cómo se puede narrar y emocionar sin palabras. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Che (Guerrilla)”</strong>: Steven Soderbergh terminó su díptico sobre el Che Guevara con esta película tan detallista e interesante como la primera parte (pero probablemente más interesante). Benicio del Toro sigue siendo el actor perfecto para este biopic atípico que respeta los idiomas de los sucesos que cuenta por más que su director sea yanqui. Es que, como dije ante el estreno de “El argentino”, Soderbergh podrá hacer cosas cuestionables cada tanto pero es admirable el profesionalismo que le mete a todo lo que agarra y la heterogeneidad de sus proyectos. La caída del Che se narra con algo más de romanticismo que el que tenía la primera parte (el suficiente como para incluir una toma subjetiva desde su punto de vista en el momento de su muerte, y para que unos minutos después suene “Zamba de Valderrama” en la voz de Mercedes Sosa). 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Transformers: la venganza de los caídos”</strong>: hace un año dije que “Borat” era el peor insulto a la inteligencia estrenado en mucho tiempo, pero ahora el puesto lo toma esta secuela del éxito del 2007 sobre la guerra de los robots alienígenas en la Tierra. Salvo por la entretenida “La roca”, ya sabíamos que Michael Bay no tenía criterio artístico para elegir lo que pone en pantalla, pero aquí el tipo se excede mal. Todo lo que vemos apela al denominador común más bajo de los espectadores: música machacona que de repente se vuelve insoportablemente solemne, chistes sexuales que sorprenden por su casi explicitez, un uso modernoso de la fotografía y el montaje que ni siquiera deja disfrutar de las escenas de acción, tomas en las que los aviones del ejército norteamericano se glorifican más que los propios robots, buenos efectos especiales desperdiciados por ser usados de manera nada emocionante (¿recuerdan lo intenso que era ver a los dinosaurios de Jurassic Park?), Shia LaBeouf queriendo interpretar a un pibe “normal” pero sin un grado de humildad (todo el tiempo su histrionismo llama la atención al hecho de que es un pibe gracioso envuelto en situaciones extraordinarias, lo cual actoralmente es un asco). Pura explosión (literal y metafóricamente), pero nada del placer sensorial que pueden dar otros blockbusters hollywoodenses. 1 Aire.<br /><br /><strong>-“Harry Potter y el misterio del príncipe”</strong>: después del éxito estilístico de “Harry Potter y la Orden del Fénix”, los productores volvieron a llamar al mismo director para la sexta entrega de la saga del niño mago, y el tipo volvió a entregar un film con mucho criterio en el uso de los efectos especiales, la dirección de actores y un montaje que nos haga maravillarnos y divertirnos con ese mundo mágico. El problema es el guión en sí: si bien considero que la novela es la mejor de la saga, el film sólo deja conformes a los fans del libro, ya que en los hechos, y para hablar ligero, “pasa poco y nada”. Cada escena está bien, pero lo único verdaderamente interesante ocurre en la última media hora, y el film en su totalidad no tiene ninguna unidad (a diferencia de la novela, que, por su naturaleza librística, tiene más margen y posibilidad de cohesionar las partes, y por tanto no termina dejando al lector la sensación de que la aventura faltó a la cita). 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Enemigos públicos”</strong>: después de la impresionante sucesión de “El último de los mohicanos”, “Fuego contra fuego”, “El informante”, “Muhammad Alí” y las subvaloradas pero brillantes “Colateral” y “Miami Vice”, Michael Mann entrega su primer film “no tan buenísimo” en mucho tiempo. Johnny Depp está bien como el ladrón de bancos John Dillinger, y Christian Bale por suerte abandona su sufrida autoimportancia como el agente que quiere apresarlo. Y Mann vuelve a demostrar su maestría en el uso del sonido, la fotografía, el montaje, la dirección artística y la filmación digital. No hay nada particularmente mal en la película, excepto que la historia se sigue con menos interés y pasión que los que uno supondría de antemano. La excepción es la muerte de Dillinger, montada de la manera tensa que Mann sabe hacer tan bien. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“G.I. Joe: el origen de Cobra”</strong>: luego de la autoinflada “Van Helsing”, Stephen Sommers se redime un poco con esta adaptación de la serie televisiva sobre un grupo comando que combate al mal. Muchos dirán que estoy loco, pero le encuentro dignidad a esta película. Por un lado, se nota algo de interés en la construcción de los personajes (incluso se inventa un pasado para muchos de ellos que explica sus condiciones actuales, lo cual para los fans podrá ser un psicologismo criticable pero yo creo que es una elección válida que funciona dentro de la película, y permite, por ejemplo, que veamos al “ninja bueno” y el “ninja malo” enfrentarse ya de niños en una escena delirante donde uno de ellos tiene tanto hambre que no puede parar de comer aún mientras pelea). Por otra parte, también se percibe que las escenas de acción se crearon de modo de que uno entienda lo que sucede en pantalla y logre maravillarse con tanta espectacularidad (la persecución en París se disfruta bastante). El protagonista Channing Tatum no tiene carisma, pero al menos su actuación mantiene un nivel deadpan de bajo perfil (que contrasta, por ejemplo, con el boludeo de Shia LaBeouf en “Transformers 2”). Los contras: un horrible cameo de Brendan Fraser y la confusión que presenta la batalla submarina del final. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El secreto de sus ojos”</strong>: como cada tanto sucede, una película argentina arrasa con la taquilla, y en este caso por suerte se trató de una que recibió (merecidas) buenas críticas. Por primera vez en quizás diez años, Juan José Campanella deja de lado el sentimentalismo de barrio y se mete con un argumento más universal y oscuro, la historia de un hombre que recuerda un complicado caso criminal que marcó su vida y la de sus seres queridos. Como dijo todo el mundo, Ricardo Darín y Soledad Villamil vuelven a destacarse, y Guillermo Francella sorprende en un rol atípico para su carrera y magistralmente interpretado más allá de quién sea el actor. El resto del elenco también funciona a la perfección (incluso el criticado Javier Godino): todos logran que los diálogos craneados al milímetro por Campanella (con un evidente conocimiento del timing del cine clásico) se sientan espontáneos. Y muchos dijeron que la increíble toma de cinco minutos que recorre gran parte de la cancha de Huracán fue un toque exhibicionista que no concordaba con el feeling del film, pero para mí el momento en que ocurre esa toma se merece esa espectacularidad. Lo que encuentro criticable es que cierta elección ética de algún personaje hacia el final no es cuestionada por el protagonista, que supuestamente es el centro moral de la historia. Aún así, 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Arrástrame al infierno”</strong>: con “El Hombre-Araña” (y más con su secuela), Sam Raimi se había mostrado apto para hacer blockbusters con pasión, pero en la tercera parte de esa saga el tipo se desbarrancó y entregó una gran decepción. Así que ahora parece haber vuelto a sus inicios, cuando filmaba sin actores de renombre, con menos efectos especiales y con más cuidado en los climas y el humor negro. Para conseguir un ascenso en su trabajo, una joven le niega un préstamo bancario a una anciana, que luego le hecha una maldición de la que la protagonista intenta librarse los días siguientes, antes de que sea demasiado tarde... La película es toda una montaña rusa de emociones a puro ingenio y talento directorial. Y la música de Christopher Young es toda una revelación. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Sangriento San Valentín 3-D”</strong>: por un lado, esta remake del clásico de terror “My bloody Valentine” tiene un buen ritmo y un aprovechamiento inmersivo del 3-D. Pero por otra parte, los personajes generan cero interés, sobre todo el protagonista. El espíritu ochentoso es bienvenido (hasta hay un desnudo femenino que, sorpresivamente, dura varios minutos), pero si nadie nos genera empatía, sólo vemos la película por los climas y las escenas de asesinatos, que, sí, están bien, pero no son nada del otro mundo. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El destino final”</strong>: otra de terror en 3-D. La cuarta entrega de esta saga vuelve a ser dirigida por el gran David R. Ellis, que hizo la jugosa segunda parte además de las trasheras (en el mejor sentido) “Celular” y “Terror a bordo”. Pero este film resulta el peor; no es que antes la saga haya entregado actuaciones modélicas, pero los personajes generaban algún mínimo interés, mientras que aquí parecen estar actuando mal a propósito (y no, no queda bien). Y las muertes, salvo una o dos, no son tan imaginativas como en las anteriores películas. Del mismo modo, el 3-D parece usarse sólo como un juguetito para esas escenas, lo cual desperdicia la técnica en el resto del film. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“El vestido”</strong>: nunca está de más ver una película con Antonella Costa, ya que, más allá de la calidad del film en cuestión, ella siempre entregará ese magnetismo especial que va un poco más allá de su rara belleza. Claro que, siendo ésta una película donde había varias escenas de sexo, seguro que lo digo no será tomado en serio y me acusarán de que la vi sólo por ese motivo, pero no, les juro que no sabía... Bueno, la cosa es que estoy de acuerdo con lo que decían muchas críticas: este film tiene todos los clichés de típica película sesentista enigmática, pero de alguna manera se bancan (hasta la música de Diego Frenkel, a pesar de repetir pretenciosamente un mismo leitmotiv una y otra vez, no cansa, sino que llega a caer simpática). Quizás por sentir que cada integrante del reparto se tomó el trabajo en serio (y que el proyecto parece verdaderamente personal), la película me gustó, y le doy unos 6 Aires.<br /><br /><strong>-“La huérfana”</strong>: del director de la muy buena y subvalorada “La casa de cera” llega otro buen film de terror. Ésta, además, tuvo buenas críticas. El argumento es típico: una familia adopta a una niña huérfana que parece angelical pero irá develando poco a poco que es capaz de hacer las cosas más terribles. Quizás le sobren algunos minutos, pero la buena construcción de personajes y de climas nos agarran y no nos sueltan por dos horas de puro entretenimiento. Y la joven “huérfana” protagonista es un prodigio, que además justifica con su macabro encanto la atracción que podamos sentir hacia ella (aunque no seamos pedófilos). 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Te amaré por siempre”</strong>: raro film que cuenta una historia de amor entre una mujer y un hombre que, por inexplicables condiciones físicas, no puede evitar saltar en el tiempo involuntariamente. Por suerte la película reduce al mínimo la sorpresa de ese aspecto fantástico: no se pierde tiempo en una explicación para cada nuevo personaje que se entera de la condición del protagonista, sino que el film elige en su mayor parte lidiar con las consecuencias de esos conocimientos. Como se ve, esta historia de un amor posible pero dificultoso se asemeja en parte a “El curioso caso de Benjamin Button”, pero tiene menos pretensión y más corazón. Eric Bana y Rachel McAdams son los protagonistas perfectos. Hay algo de poesía en la manera en que el tipo aparece y desaparece repentinamente, en el modo casual en que esto se acepta en su círculo de conocidos y en ese bello comienzo donde se consuela a sí mismo por no poder evitar la muerte de un ser querido. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Sector 9”</strong>: cuando se estrenó esta película de ciencia ficción se remarcó en todos lados que su aspecto “documental” apoyaba el costado metafórico: los extraterrestres varados en Johannesburgo y humillados por los medios representaban a todas las minorías que los poderosos (no sólo USA) han desclasado por siempre, en particular durante al apartheid africano. Por supuesto, para que el film funcione, tiene que haber más que una metáfora; los personajes y eventos tienen que ser interesantes por sí mismos, y no como representación de otra cosa. Por suerte, el protagonista se vuelve cada vez más real y entrañable a medida que transcurre el metraje y se desarrolla una trama propiamente dicha. Lamentablemente, es el único personaje interesante, pero podría decirse que con eso alcanza. Incluso el hecho de que los aliens no generen tanta empatía es una decisión respetable, ya que si fuera así sería más fácil “aceptar al diferente”, y la idea es que veamos la injusticia más allá de la cara del sometido. Lo malo de esta no-identificación con ellos es que, cuando en su segunda mitad el film se transforma en una película de aventuras en la que el humano protagonista y un alien se ayudan mutuamente, ahí sí haría falta que nos interese el destino del extraterrestre. Ah, por cierto, los efectos especiales están muy bien. En resumen, con sus pros y contras, este atendible aunque algo inflado film llega a los 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Bastardos sin gloria”</strong>: otro film-evento de Quentin Tarantino, que llega a las alturas míticas de “Pulp fiction” y la saga “Kill Bill”. De hecho, cuando el personaje de Brad Pitt dice “Ceo que esto que acabo de hacer es mi obra maestra”, bien podría entenderse que el que lo dice es el propio Tarantino, con poca humildad pero totalmente justificado. El tipo logró trasladar a su estilo una típica “película de guerra” de las que se hacían medio siglo atrás en las que un grupo de héroes debía enfrentarse a los nazis. Por supuesto, los personajes son de lo más jugosos, ya sea que estén interpretados por caras famosas o no (se lucen especialmente los hasta ahora no tan conocidos Christoph Waltz como un temible y carismático “cazador de judíos” y Melanie Laurent como la bellísima, mítica y vengativa Shosanna Dreyfus). Tarantino sigue logrando tensión a partir de un simple diálogo bien actuado y sigue mostrando su maestría en montar imagen y música como nadie (el comienzo, con “The green leaves of summer” de Dimitri Tiomkin, ya nos avisa que nos esperan dos horas y media de placer cinematográfico). Como era de esperar, su (re)visión pop de hechos reales tan serios fue bastante criticada, pero no por mí. Por un lado, el film se inscribe claramente dentro del cine de género, con un estilo fuerte pero muy estilizado que la aleja de la realidad y deja en claro que no puede haber falta de respeto posible a los que verdaderamente sufrieron esa época. Por otra parte, con su particular venganza furiosa hacia los nazis, Tarantino de alguna manera ejecuta algún tipo de “justicia artística”. Seguí así, Quentin, entregándonos estas intensas bellezas scope. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Lluvia de hamburguesas”</strong>: con ese poster y ese trailer, nadie daba dos mangos por este film animado en 3-D de los estudios Sony. Primera sorpresa: los personajes generan empatía, no son simples acumulaciones de chistes tontos o poses cool como en los films de Dreamworks. Segunda sorpresa: los chistes no consisten en alusiones a otras películas o a la cultura pop para que disfruten los mayores, sino que fluyen naturalmente del relato. Tercera sorpresa: el efecto 3-D está bien usado, no se “arrojan cosas al espectador” sino que más bien se propone una fisicidad muy tangible y acorde al argumento del film, según el cual vemos enormes alimentos que caen del cielo, primero como una bendición y luego como un peligro catastrófico que genera vértigo, sí, pero un vértigo feliz y bien filmado. Ah, y cuarta sorpresa: hay un saludable rescate de lo nerd. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Las viudas de los jueves”</strong>: Marcelo Piñeyro vuelve a desbarrancarse con la adaptación de una novela de culto actual sobre el submundo de los countries durante la debacle del 2001. Lo que se siente al ver el film es más una intención que una película (y una intención pretenciosa, lamentablemente). El diseño de personajes es grosero al punto de no generar interés, salvo quizás en las performances de Leonardo Sbaraglia, Ernesto Alterio y Juana Viale (pero no por lo bien delineados que puedan estar sino por la veracidad que le imprimen los intérpretes). Pero hay un halo de autoimportancia que sobrevuela la película, y que resulta bastante molesto. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Boogie, el aceitoso”</strong>: como adaptación de la historieta, este film animado en 3-D logra ser fiel al comic original y al mismo tiempo ampliar sus horizontes para aprovechar todo lo que pueda dar el ámbito cinematográfico. Pablo Echarri y Nancy Duplá salen airosos en la empresa de poner voces bien yankis y casi irreconocibles para contar una historia ambientada en ese submundo noir heredado precisamente de la literatura y el cine de USA, que sin embargo le agrega de forma muy natural el espíritu “Fontanarrosa”. Boogie es malo, muy malo, y su mundo es oscuro; sorprendentemente la película respeta eso a rajatabla y entrega una violencia lúdica e inédita para estos pagos. También hay citas a films clásicos, pero no están presentadas con cancherismo sino para afirmar la pertenencia de la película a muchas tradiciones, y al mismo tiempo mostrar cómo Boogie logra apropiarse de esas imágenes icónicas y hacerlas suyas. Otra particularidad del film es que se podía ver en formato 3-D: esa versión tenía verdadero criterio artístico y hasta acentuaba el aspecto “historietil” de la experiencia. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“[Rec] 2”</strong>: la primera era una sorpresiva montaña rusa de terror, de los mejores y más intensos films del género que he visto. La secuela no vale mucho la pena. Sus pocos méritos (su eficacia climática, digamos) son herederos de las virtudes de la primera parte, y la estructura es una copia de aquella que trata de agregar algún aspecto novedoso por aquí y por allá sin éxito. De hecho, así como muchas continuaciones expanden la trama del film original presentando aspectos insospechados, esta película también lo intenta, sólo que lo único que logra es arruinar el argumento cerrado de la primera parte. Recuerdo una sola escena que daba verdadero terror por lo que sugería que ocurriría a continuación. Del resto del metraje, sólo el final es relativamente interesante, pero para llegar hasta ahí hubo que pasar por muchas arbitrariedades narrativas que disminuyen bastante el disfrute. 5 Aires.<br /> <br /><strong>-“Los abrazos rotos”</strong>: después de varios años en los que me perdí de ver en cine los films de Pedro Almodóvar, esta vez me apuré para presenciar uno de sus recargados y coloridos melodramas en pantalla grande, como debe ser. Muchos dijeron que aquí el tipo empezó a dar muestras de poca originalidad, ya que el argumento parece bastante autorreferencial: el protagonista es un director de cine que recuerda la época en que filmaba una delirante comedia, bastante similar a “Mujeres al borde de un ataque de nervios”. De todos modos, eso es sólo un punto de partida: las vicisitudes amorosas que vive el tipo con la actriz que encarna Penélope Cruz constituyen el grueso de la película, y todo lo que sucede alrededor de ellas es lo suficientemente jugoso y pasional como para que ni nos preguntemos si es original o no. Y la Penélope está mas estrella, diva, bella, actriz y carismática que nunca, siguiendo con la buena racha de films que saben aprovecharla (“Volver”, “La elegida”, “Vicky Cristina Barcelona”). Con este film me di cuenta de que Almodóvar es el Brian De Palma español: nadie filma con esa mezcla de clasicismo y conocimiento de cómo usar el montaje, la fotografía, la música y las actuaciones para meternos en un mundo intenso y “bigger than life” (y de hecho, la música de su compositor fetiche, Alberto Iglesias, recuerda a las bombásticas y melancólicas melodías de los films de De Palma). Esto no tendría ninguna importancia si no fuera porque De Palma es mi director favorito, como habrán sospechado. Me fui de tema: a “Los abrazos rotos” le doy 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Cuestión de principios”</strong>: otra película relacionada con Fontanarrosa, en este caso él colaboró en el guión. Un hombre de la tercera edad se niega a venderle un raro ejemplar de una revista a su jefe por más que éste le ofrezca mucha plata; esto lo hace ver como “el rey de la dignidad”, lo cual genera una guerra psicológica con su jefe. A pesar de los afiches y de la sensación que podría dar la descripción del argumento, la película no es mala ni es “televisión en pantalla grande” (bueno, un poco sí, pero no tanto). Federico Luppi nos recuerda que puede ser un gran actor (su performance incluso es distinta a lo que esperaba de él), y Norma Aleandro muestra una vez más que, si está bien dirigida, su interpretación no parecerá pretenciosa. El único que no zafa tanto es Pablo Echarri, aunque parezca haber nacido para hacer del joven hombre de negocios que no quiere perder bajo ningún punto de vista. Un film al menos interesante, aunque me estoy olvidando de él muy rápidamente. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Identidad sustituta”</strong>: del subvalorado Jonathan Mostow (director de las subvaloradas “Terminator 3” y “U-571, la batalla del Atlántico”) llega este film basado en una historieta con un feeling a lo Philip Dick, ambientado en un futuro donde los seres humanos usan avatares robóticos para comunicarse (algo así como la realidad virtual hecha real). Como Bruce Willis es el protagonista, sospechamos que la película irá volcándose cada vez más hacia una defensa de los cuerpos gastados, imperfectos y “reales” en detrimento de lo artificial y perfecto. En efecto, así sucede. La excusa es una trama policial en la que él y su compañera deben desentrañar un asesinato, pero lo raro del film es que, siendo muy interesante y sin tener nada particularmente criticable, decepciona un poco por el simple motivo de que es muy corto. Vale la pena y entretiene con buenas armas, pero podría haber sido mucho más. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El último verano de la boyita”</strong>: superando definitivamente a su debut directorial “Hermanas”, Julia Solomonoff dirige su segundo film con más sutileza y espontaneidad al mismo tiempo. Y con una dirección de actores más lograda: antes estaban las consagradas Ingrid Rubio y Valeria Bertuccelli, pero sus diálogos se sentían muy guionados y actuados, mientras que ahora hay dos chicos ignotos que se la bancan con soltura y un carisma kilométrico. La protagonista principal es una niña, que vacacionando en el campo entabla amistad con un chico que labura ayudando a sus padres. La relación que se establece entre ellos guarda algunos puntos de contacto con “XXY”, pero la película de Solomonoff es bastante menos sensacionalista, lo cual se agradece. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Fantasma de Buenos Aires”</strong>: película argentina que intenta encuadrarse dentro del género de la comedia fantástica que supieron cultivar films norteamericanos como “Hay una chica en mi cuerpo” o “El cielo se equivocó”. Un grupo de amigos invoca involuntariamente el espíritu de un malevo de comienzos del siglo XX, que pasa a interactuar con (y poseer de a ratos) el adolescente protagonista, un muchacho que hasta el momento en que empieza a desarrollar esa pseudoesquizofrenia parece un actor de madera, pero de ahí en adelante se devela como un performer con buen timing para jugar dos papeles al mismo tiempo. Todavía no termino de decidir si la película se considera a sí misma una gran comedia (en cuyo caso es un film bastante fallido, ya que no llega nunca a grandes alturas) o si es un laburo humilde que simplemente intenta revitalizar un género con cariño (en cuyo caso es un acierto). Mientras me sigo debatiendo, le doy 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Luna nueva”</strong>: la secuela de “Crepúsculo” es ligeramente mejor que aquella. Remplazaron a la directora Catherine Hardwick por Chris Weitz (que decepcionó hace dos años con “La brújula dorada” pero antes supo entregar una joya como “Un gran chico”), trajeron al gran Alexander Desplat para elevar el nivel de la música a límites insospechados, se deshicieron del insulso Rob Pattinson durante buena parte del metraje, el ritmo está un poco mejor trabajado y hasta se podría decir que hay una o dos escenas que generan algo de interés (aunque una es mérito único de Dakota Fanning, luciéndose en un papelito de villana que dura unos pocos minutos). Por lo demás, el argumento sigue siendo tan ridículo como antes y la protagonista Kristen Stewart se mantiene nuevamente en ese limbo que va entre un carisma natural y una insoportabilidad adolescente llena de mohines que supuestamente la hacen más “real” (ah, pero el que hace de su padre sigue siendo un copado). 4 Aires.<br /><br /><strong>-“500 días con ella”</strong>: desde hace un tiempo estamos en el auge de las comedias románticas melancólicas cuyos protagonistas son tan pertenecientes a la cultura pop que resulta imposible no identificarse con sus pasiones y penurias. Mientras no sea una pose (es decir, mientras el espectador, o sea, yo, sienta que hay sinceridad en el asunto), entonces está todo bien con este subgénero, y éste es el caso. La empatía que genera el enamoradizo personaje de Joseph Gordon-Lewitt es inmediata, más cuando lo vemos metejonearse con esa belleza inalcanzable y real al mismo tiempo que es Zoey Deschanel. Y además de estos dos buenos actores hay citas a Ingmar Bergman y hasta una escena musical. ¿Cómo no disfrutar de esta película? Ah, me olvidaba de lo fundamental, que es la estructura del film: una no-cronología que salta de etapa en etapa avisándonos en qué día de la relación nos encontramos cada vez. No, no resulta confuso, al contrario: es un procedimiento que señala relaciones entre diversos momentos de la vida de una pareja, y al hacerlo crea nuevos discursos (emocionales, causales, estilísticos), como también lo hacía la no-cronología de “Memento”. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Terror en la Antártida”</strong>: Kate Beckinsale es otra joven actriz que, cuando está bien dirigida, muestra que puede ser algo más que una cara bonita. Pero está desperdiciada en esta adaptación de una historieta de misterio ambientada en la Antártida dirigida por Dominic Sena, que había entregado “Kalifornia”, luego había perdido un poco el rumbo con “60 segundos” y luego había vuelto a la diversión con “Swordfish: acceso autorizado”. Parece que la progresión sigue su curso y el tipo volvió a perder el rumbo... Sin tener nada especialmente malo, la película es aburiiiiiida, y no la salvan ni la belleza del paisaje ni la actuación de Tom Skerrit. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Los fantasmas de Scrooge”</strong>: la última película no animada del otrora grandioso Robert Zemeckis fue “Náufrago”, hace casi diez años. Desde entonces el tipo se volcó a los films de dibujos animados que usan la técnica de motion capture: los actores usan trajes con sensores que luego transmiten esos movimientos a personajes generados por computadora. Esto hace que el actor no sólo ponga su voz, sino también toda su expresión corporal. Lamentablemente, hasta ahora no hubo imaginación para plasmar los rostros de los personajes: “El expreso polar”, “Beowulf” y “Los fantasmas de Scrooge” han creado avatares que imitan casi a la perfección la fisonomía facial de los actores involucrados, pero ¿para qué? Por un lado, es un desperdicio del formato de animación, donde justamente se pueden crear imágenes totalmente distintas a las reales. Y por otro lado, los personajes parecen maniquíes, ya que no se ha logrado darles una expresión vital a los ojos. Es tétrico y hasta vergonzoso. Más allá de eso, esta adaptación del clásico relato de Charles Dickens sorprende por su fidelidad al original y por algún que otro aspecto imaginativo (la representación del fantasma del pasado y el hecho de que todo el segmento que lo incluye, de unos 10 o 15 minutos, es una sola toma). Pero en un momento desbarranca mal: cuando parecía que la técnica estaba usada con criterio (tanto la motion capture como el 3-D) llega una escena totalmente innecesaria y hecha por puro exhibicionismo de efectos especiales, que encima aburre y no genera el vértigo que intenta lograr. Con sus más y sus menos, lo dejamos en 5 Aires.<br /><br /><strong>-“2012”</strong>: aquí está, ésta es. Un ejemplo perfecto de blockbuster hollywoodense aceptable, emocionante de a ratos, entretenido y un poco más interesante a nivel sociológico que lo que la gente cree. Nótese que dije “un ejemplo perfecto de blockbuster” y no “un ejemplo de perfecto blockbuster”. Esta película no es como las gloriosas aventuras que dirige Steven Spielberg o que filmaban John Huston o Howard Hawks. Pero ciertamente no pertenece a la categoría de basura fílmica irredimible y sin criterio que suele hacer, por ejemplo, Michael Bay (“Bad boys”, “Armageddon”, “Transformers”). Aquí el alemán Roland Emmerich vuelve al género catástrofe y le sale una película similar en muchos aspectos a “El día después de mañana”, por ejemplo en el disfrute de su clasicismo y en un desarrollo de personajes que al menos nos engancha a ver cómo se salvan (si es que se salvan...). Y, por supuesto, hay muchas escenas de esas “larger than life” que justifican el precio de la entrada (un escape en auto a través de una ciudad que se va cayendo a pedazos es particularmente grandioso). Esta vez, como protagonista creíble y querible contrataron a John Cusack, cuyo carisma aguanta pero tampoco se luce tanto. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Gallero”</strong>: estrenada solamente en el Malba, esta película de Sergio Mazza hace recordar un poco a los clásicos films rurales de Leonardo Favio. Al principio parece que la película será una obra ascética con un estilo semidocumental y un argumento mínimo, pero poco a poco nos vamos enterando que no es así. El argumento es nada menos que la relación entre dos personas, y hacia el final agarra para ribetes inesperados que ni te cuento. Básicamente me quedé con sentimientos opuestos: una buena película que no me provocó mucho y por tanto fue olvidada por mi cerebro al poco tiempo. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Actividad paranormal”</strong>: una de esas películas de terror de bajo presupuesto promocionadas como “la gran cosa nueva”, como le pasó a “El proyecto Blair Witch” hace diez años. De hecho, otra semejanza con aquel film es que se trata de un caso de “found footage”, es decir, lo que vemos es lo que uno o varios de los personajes filman con una cámara. En este caso es la historia de una pareja que sospecha que su casa puede estar embrujada, pero, como vivimos en tiempos muy modernos, el hombre descree de lo sobrenatural y tienta al destino filmando todo con una cámara y una actitud sobradora que sospechamos podría enojar a los hipotéticos demonios... Las actuaciones son creíbles (y muy soportables teniendo en cuenta que en este tipo de films se les suele pedir a los actores que dialoguen con “naturalidad”, lo cual puede provocar desastres). Y los momentos tensionantes realmente funcionan; el problema es que son sólo dos o tres y, si bien son terroríficos, no alcanzan como para que uno otorgue grandes elogios al film. Básicamente, la película en su totalidad no es esa “gran cosa nueva”, sólo tiene destellos de genialidad aquí y allá que no la elevan a más de 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Criatura de la noche (Vampiros)”</strong>: finalmente se estrenó (¡y en fílmico!) esta tan esperada película sueca de terror sobre la cual venimos leyendo críticas muy elogiosas hace más de un año (lástima que de su sugerente título internacional, “Let the right one in”, no quedó nada). En realidad, a pesar de que el género del film sea el terror, la intención no es provocar miedo en el espectador, sino contar una historia que tiene aspectos fantásticos: un niño de padres separados conoce a una niña misteriosa y entabla con ella una relación emocionante y al mismo tiempo provechosa para ambos... y no digo más para no develar nada a los que no todavía no sepan más del argumento. Con una fotografía exquisita y actuaciones superlativas de los jóvenes actores, esta película avanza con humildad y demostrando que el género puede usarse para hacer films que no sólo no sean tontos sino que además sean conmovedores. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Eden Lake”</strong>: otra de terror, y está sí mete miedo. Pero no a partir de monstruos ni asesinos seriales; aquí el miedo viene de sentir que lo que vemos en pantalla podría suceder en la vida real (y de hecho han ocurrido casos similares). Una pareja tiene la intención de pasar un par de días en las playas de un idílico lago, pero deben enfrentarse a una pandilla de chicos que parecen no tener nada mejor que hacer que molestar a los demás, llegando a límites insospechados. Tanto los protagonistas como los chicos entregan actuaciones muy creíbles, y eso separa a esta película de tantos films similares de la actualidad; como creemos lo que vemos, el terror es mayor (y hay un par de escenas que son particularmente terribles). La fotografía y el montaje son geniales para un director debutante; con respecto a la totalidad del film, hay que decir que cumple con el objetivo de perturbar al espectador. Lo hace con una violencia casi pornográfica, y todavía no decidí si considero eso un sensacionalismo innecesario o una forma estética que en este film sí está usada con seriedad y por lo tanto es aceptable (a diferencia de sagas como “El juego del miedo” o “Hostel”). Lo dejamos en 6 Aires. Pero no la vean si no quieren perturbarse.<br /><br /><strong>-“Castro”</strong>: sabía que parte de este film de Alejo Moguillansky estrenado en el Malba había sido filmado en mi ambiente de trabajo, pero no reconocí el lugar al ver la película. Sí reconocí a algún que otro visitante ocasional de mi laburo (que resultó ser nada menos que el protagonista del film) y a la particularmente hilarante Carla Crespo, cuyo personaje está todo el tiempo buscando al Castro del título, y para eso se une a una banda de delirantes que practican el peor espionaje del que uno tenga memoria. Hay mucho de slapstick en las persecuciones y en los súbitos intercambios de medios de transporte que efectúan los personajes. Y hay un humor seco, veloz y “robótico” en los diálogos, propio de muchas comedias argentinas actuales (un despistado diría que las actuaciones son malas, pero tendría que estar muy despistado para no darse cuenta de que la intención del director fue darle ese tono a todo el film). Me sorprendí por la calidad de la proyección digital, y ciertamente no me sorprendí por lo singular de la película y por su precisa fotografía, ya que había leído comentarios al respecto durante meses. 8 Aires.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-52437121925711127692009-12-12T19:32:00.000-08:002009-12-14T21:29:06.726-08:00Crónicas desde Vélez Sarfield (La noche histórica de Spinetta)Si Lennon y Harrison vivieran y los Beatles se reunieran, sería un evento musical histórico, ¿no? Eso no podrá suceder, pero a lo largo de la historia ha habido varias reuniones de otras bandas míticas que se habían disuelto (y con esto me refiero a reuniones que mantienen a los miembros originales, como Cream, The Police o, en la Argentina, Serú Girán, Sui Géneris y Soda Stéreo). Pero nunca hubo una reunión de tres de estas bandas en una misma noche, en un mismo escenario... hasta ahora. Contra todo pronóstico, Luis Alberto Spinetta decidió hacer un recital que repasara oficialmente toda su carrera ofreciendo temas significativos de cada etapa y tocando con todos los integrantes de cada formación que integró. Esto significaba que en un único show podríamos cumplir el milagro de ver a Invisible, Pescado Rabioso y Almendra, tres grupos que entre fines de los 60s y fines de los 70s mostraron el vuelo poético del “Flaco” y la calidad musical de varios compañeros de ruta junto a los cuales formó una de las piedras fundacionales del mejor rock argentino.<br />Tan importante es este evento que se le dio la misma magnitud que el recital de algún prócer extranjero como Bob Dylan, esto es: cancha de Vélez, una mitad del campo ocupada por sillas para un público “vip” que debía pagar alrededor de 300 pesos, y la otra mitad, más alejada, ocupada por la plebe (que aún así debía pagar sus 100 pesos). Bueno, si Dylan tiene un equivalente argentino, ése es Spinetta (y no Calamaro, como yo sostenía el año pasado; Spinetta tiene una trayectoria cuya extensión, letras, variedad estilística y concesión mínima a los cánones radiales lo acercan más al gran Bob). En mi caso decidí ir a popular/campo, y ya sabía que por el horario tardío en que llegaría al estadio, estaría bastante atrás en el campo, así que me convendría ir a las tribunas populares, desde donde al menos vería el escenario y las pantallas (y tendría una visión más abarcativa del lugar). Por suerte no estaba solo en la empresa: una legendaria amiga a quien llamaremos Ludmila (sí, como el tema de Spinetta Jade) decidió acompañarme junto con su novio, a quien llamaremos Leon-O (sí, como el de los Thundercats).<br />Al llegar logré posicionarme en un lugar con buena vista y poder ver a Ludmila y Leon-O desde lejos, a quienes llamé por celular para guiarlos hacia mí (“Estoy saludándote más o menos en el centro, mirá más arriba y a tu derecha... ¡a tu izquierda no, a tu derecha!”). Y a las 21:55, casi una hora después de lo previsto, salió el Flaco, que, antes de comenzar con la música, leyó dos listas: una de músicos cuya ausencia lamentaba (lista que empezaba con mi admirado Pedro Aznar e incluía a Litto Nebbia y Rodolfo Mederos) y otra de compositores que no podría versionar durante la noche, ya que iban a sonar covers pero, por falta de tiempo, no todos los que él quisiera (los “no homenajeados” serían Moris, Calamaro, el Indio Solari y Hugo Fattoruso, “el genio más grande que dio el Río de la Plata” según Spinetta). Y, contra todas las modas, el recital propiamente dicho no empezó con ningún hit o tema mítico: lo que sonó fue <strong>“Mi elemento”</strong>, de su último álbum. Esta canción, seguida de <strong>“Tu vuelo al fin”</strong>, me reconfirmó que los temas de sus últimos discos me parecen un poco fríos en estudio pero más cálidos en concierto (para la segunda invitó a Baltasar Comotto, un “violero atómico” según sus palabras). Lo que siguió me mató: subió al escenario el tecladista Diego Rappoport, pianista que lo había acompañado en los 80s, para hacer <strong>“Ella también”</strong>, una de las gemas de “Kamikaze”. Era de esperar que sonara algo de éste, uno de mis dos discos favoritos del rock nacional, pero aún así la elección de este tema puntual fue una bienvenida sorpresa (lamentablemente, sería la única canción de ese álbum que tocaría en el recital: sacrilegio total, sobre todo cuanto existe algo tan necesario para la vida como “Barro tal vez”). Rappoport se quedó para el siguiente tema: <strong>“No te busques ya en el umbral”</strong>, que, como muchas canciones de la etapa de Spinetta Jade, me resultó desconocida, pero su belleza nos llegó a mí y a todos (era raro en un show de estadio escuchar tanto silencio y respeto por la música por parte del público, aunque no podían faltar algunos charlatanes, como una familia que había atrás nuestro).<br />Luego el Flaco presentó a otro tecladista, “un músico estratosférico”: el Mono Fontana, que lo acompañó en <strong>“Fina ropa blanca”</strong>, otra canción que por suerte yo conocía y admiraba (y pude corear en vivo eso de “Acaso las sombras huirán”). Con el Mono también hicieron <strong>“La bengala perdida”</strong>, la primera de seis o siete canciones cuyas versiones originales no me fascinan para nada pero en vivo logran atraparme. Para las dos siguientes llamó al tecladista Juan del Barrio, otro de sus compinches de la etapa Spinetta Jade. Tocaron <strong>“Sombras en los álamos”</strong>, a la que siguió una bellísima versión de la bellísima <strong>“Alma de diamante”</strong> (una de las pocas de Spinetta Jade cuyo original sí me encanta, y aquí fue glorioso escuchar su epifánico comienzo). Después vino un tema más moderno, <strong>“Cisne”</strong>, y el regreso del Mono Fontana, con <strong>“Al ver, verás”</strong> y <strong>“¿No ves que ya no somos chiquitos?”</strong>. Era interesantísimo descubrir cuáles habían sido las selecciones del repertorio para esta noche (porque, claro, con 40 años de historia y 30 discos de los cuales elegir, había mucho de donde elegir).<br />Después, Spinetta presentó a “un músico descomunal”, y, al darse cuenta de que usaba siempre adjetivos como ése, dijo “No quiero decir siempre “genio” pero sí, son una bola de genios los que pasan por este escenario”. El invitado era Javier Malosetti, con quien hizo la reposada y romántica <strong>“Cielo de ti” </strong>(yo no recordaba esa canción, pero ¿cómo no rendirse cuando el Flaco entona tan emotivamente “Una luna de tu noche tiene tiempo”?). Al terminar fue el turno del siguiente invitado: Fito Páez, cuyo histrionismo me gusta cada vez menos, pero en esta noche no molestó tanto porque se comportó más medido. Hicieron <strong>“Las cosas tienen movimiento”</strong> (donde Spinetta entonando “La, la la la...” fue particularmente genial) y <strong>“Asilo en tu corazón”</strong>. Durante esta canción, símbolo de una noche mágica, vi una estrella fugaz por primera vez en mi vida. Para confirmar mi visión me volví hacia Ludmila, que estaba por preguntarme lo mismo (más tarde algunos diarios mitificarían la noche diciendo que “algunos dicen haber visto una estrella fugaz”. ¡Nosotros la vimos en serio!) A continuación vino la etapa de los covers, que empezó con un homenaje a Miguel Abuelo y su hermosa y simple <strong>“Mariposas de madera”</strong>. El Flaco hasta admitió que seguramente el sintagma “ojos de papel” había sido un robo inconsciente al “mariposas de madera” de Abuelo. El cover siguiente fue de “uno de los padres de todos nosotros, en muchos sentidos”: Litto Nebbia (en verdad, de su banda Los Gatos). La canción <strong>“El rey lloró”</strong>, muy versionada por infinidad de músicos, sonó ahora en la particular voz de Spinetta, pero antes aclaró que “me estaba olvidando de presentar a otro genio: ¡Beto Satragni! Espero acordarme dónde está mi casa cuando termine esta noche...”.<br />Luego subió al escenario otro “genio” que para mi gusto no merece ese calificativo: Juanse. El cantante de los Ratones Paranoicos acompañó al Flaco cantando con potencia un muy buen cover de <strong>“Adónde está la libertad”</strong>, de Pappo’s Blues. Y el siguiente invitado fue uno de los músicos argentinos en cuya voz más se nota la influencia de Spinetta: Gustavo Cerati. Juntos hicieron la hermosa <strong>“Té para tres”</strong>, de Soda Stéreo, pero era obvio que la otra canción que compartirían sería <strong>“Bajan”</strong>, que Cerati había versionado en su álbum debut como solista. Y así fue: el estadio coreó como pocas veces en la noche, y la verdad es que sonó espectacular (pero casi todo fue espectacular esa noche). En este tema estuvo como invitado Gustavo Spinetta, que había tocado la batería en la versión del álbum original, “Artaud”. Al terminar, Cerati agradeció al anfitrión “por un sueño cumplido” (en verdad, ya habían interpretado juntos esas mismas dos canciones hace un par de años, pero supongo que con “sueño cumplido” se refería al show en sí y al hecho de haber sido invitado). Y, siguiendo con “Artaud”, sonó <strong>“Cementerio club”</strong>, cuyo comienzo sorprendió a gran parte de los presentes. Y escuchar en vivo el riff blusero-minimalista de guitarra fue uno de los tantos momentos míticos de la noche (aunque otro crimen fue que de este disco, el mejor de la historia del rock argentino en mi opinión, sólo hayan sonado estos dos temas. ¿Cómo se pueden dejar afuera “Cantata de puentes amarillos”, “La sed verdadera”, “Todas las hojas son del viento”, “A Starosta, el idiota” o “Las habladurías del mundo”?)<br />A continuación hizo su entrada Leo Sujatovich, con quien se dio paso a otro segmento “Spinetta Jade”: así, sonó una tríada que comenzó con <strong>“Era de Uranio”</strong>, siguió con <strong>“Vida siempre”</strong> y terminó con <strong>“Maribel se durmió”</strong>, otro de los grandes momentos de la noche. A la hora de seguir presentando invitados, cada vez que Spinetta decía “El siguiente músico...”, el público ya se reía, porque sabían que no podía escucharse otra cosa que “genio”. Así que el propio anfitrión se dio cuenta de esto y lo usó a su favor, dejando frases incompletas para que los espectadores completen: “¿El autor del siguiente tema es un...?”. “...genioooo”, completaba el público. “No escucho. ¿Dicen que tienen sueño?”, contraatacaba el Flaco, como un maestro ciruela que usa su ciruelez para juguetear con sus alumnos y caerles bien. Es un showman atípico, pero un gran showman al fin y al cabo. Los invitados en cuestión eran sus hijos Dante y Valentino, quienes rapearon una versión de <strong>“Necesito un amor” </strong>de Manal, canción que constituyó el homenaje de Spinetta a Javier Martínez (por suerte el rap sólo ocupó la mitad del tema, y no fue tan molestamente modernoso como yo temía). Y después sonaron unos acordes inconfundibles de piano que me hicieron preguntarle sorprendido a Ludmila “¿Esto no es <strong>“Filosofía barata y zapatos de goma”</strong>, de Charly García?”. Lo era, y la verdad es que era una canción ideal para las inflexiones vocales y la voz sentida del Flaco. Por supuesto, este homenaje a García significaba que el bigote bicolor estaba por hacer su aparición, y en efecto así fue. El estadio se vino abajo en aplausos, y el tema que tocaron juntos fue, naturalmente, <strong>“Rezo por vos”</strong> (canción que escribieron juntos pero grabaron por separado). De Charly hay que decir lo mismo que en los últimos meses: parece que todavía le cuesta hablar, pero al cantar eso no se nota taaanto. Y la versión sonó con toda la expresividad que le podía dar la unión de estos dos monstruos, que luego se abrazaron y posaron tomados de la mano para una de esas fotos que quedarán en la posteridad. Con esto, Spinetta dio fin a la primera parte del show. Eran las 00:10, habían pasado dos horas y cuarto que parecían sólo la mitad, y todavía faltaba mucho. Lo mejor.<br />Luego de un intervalo llegó la etapa del trío “Los Socios del Desierto”, rebautizados para la ocasión como “Los Socios del Concierto”. Esto significa que se hizo presente Marcelo Torres y, para reemplazar al fallecido Daniel Wirtz, se subió a la batería nada menos que Javier Malosetti. Fue fabuloso ver a este power trío en acción: pensé que sería poco melódico para mi gusto, pero los tres temas que hicieron me fascinaron: <strong>“San Cristóforo”</strong>, <strong>“Bosnia”</strong> y <strong>“Nasty people”</strong>, dedicado a los idiotas que no respetan la vida humana cuando se sientan detrás de un volante (o en tantas otras circunstancias...). Luego vino otra pausa, durante la cual se preparó el escenario para una de las reuniones cumbres de la noche (todo bien con los Socios del Desierto y Spinetta Jade, pero me aventuro a decir que el plato fuerte para la mayoría eran las tres grandes bandas que mencioné al principio). Y por suerte esta primera reunión fue otro aspecto que superó mis expectativas: mis escuchas de Invisible no me habían hecho fanático, pero en vivo la banda me encantó. El Flaco presentó a los míticos Pomo Lorenzo y Machi Ruffino y después de un refrescante “un, dos, tres...” sonó el extraño comienzo de la archimítica <strong>“Durazno sangrando”</strong>. Y, por supuesto, como tantos otros del público, me sentí algo irreal, presenciando algo que se suponía que no podía estar sucediendo. Lo que siguió fue la más bizarra y potente todavía <strong>“Jugo de lúcuma”</strong>, primer tema del primer álbum de Invisible. Cada vez resultaba más evidente que la calidad interpretativa no le hacía ninguna concesión a la nostalgia: la banda sonaba espectacular. Y si de bizarreadas hablamos, el título del siguiente tema es famosamente notorio: <strong>“Lo que nos ocupa es la conciencia, esa abuela que regula el mundo”</strong> (justamente yo lo conocía de nombre pero nunca lo había podido escuchar). Finalmente, los temas de Invisible culminaron con <strong>“Perdonado (Niño condenado)”</strong>: a riesgo de sonar repetitivo, diré que fue sublime, con ese grito en crescendo de Spinetta que ponía la piel de gallina. Pero había una yapa: Lito Epumer se sumó a Invisible y los acompañó en un gran cover de <strong>“Amor de primavera”</strong> de Tanguito. Y se vino la (pronta) despedida de Invisible, sin que hayan tocado algunos otros temas míticos como “Que ves el cielo”, “Los libros de la buena memoria” o “Doscientos años”. Pero sería injusto quejarse después de lo recibido, y, como dijo Spinetta, “esto no termina acá”. <br />No, faltaba otra pausa más para luego ver en el escenario a los legendarios Black Amaya, Carlos Cutaia y David Lebón y escuchar “Con ustedes, Pescado Rabioso”. Secundados por Guillermo Vadalá, estas leyendas vivientes se mandaron con <strong>“Poseído del alba”</strong>, un comienzo extraño y familiar a la vez (como muchos comienzos spinetteanos), y con ese irresistible “Hoy te quiero proponer que mires en tu mar, mar cerebral...”. Lo siguiente fue otro punto altísimo de la noche: Luis le cedió el protagonismo al “ruso” Lebón (que, con anteojos oscuros y bufanda, tenía toda la pinta de mafioso) y éste entonó la breve y hermosísima <strong>“Hola, dulce viento”</strong>. La andanada de clásicos siguió con <strong>“Serpiente (viaja por la sal)”</strong>, donde terminó de quedar claro que, al igual que pasaba con Invisible, los integrantes de Pescado mantienen el mismo vuelo de hace treinta y cinco años. Y después de esta potente canción llegó la breve y mítica <strong>“Credulidad”</strong> (sí, ya sé, usé la palabra “mítica” ochenta veces, pero me justifico igual que el Flaco cuando llamaba “genio” a cada uno de los invitados). Luego llegó el turno del rock and roll más puro y directo, con la increíble sucesión de <strong>“Despiértate, nena”</strong>, <strong>“Me gusta ese tajo” </strong>y <strong>“Post crucifixión”</strong> (en ésta hubo pogo del público, totalmente justificado al escuchar ese riff de guitarra tan poderoso, inolvidable y contagioso). De esa tríada, en las dos últimas participó otro invitado más, el legendario Bocón Frascino, mientras Spinetta se divertía cambiando la letra de “Me gusta ese tajo” y fingiendo un tartamudeo al mejor estilo frenético-seductor de “My generation” de The Who: “co-co-co-con sus lindas piernas ella me hace pensar...”. Y con esas siete canciones quedó finiquitado el set de Pescado Rabioso. Una vez más, podríamos decir que merecían tocar dos horas más para contentar a todos, pero bue... También, una vez más, Spinetta aclaró “Esto no termina acá”.<br />Claro que no, porque el recorrido había ido cronológicamente hacia atrás, así que ahora se venía el nacimiento de Spinetta como músico: en efecto, el tipo presentó a Emilio Del Guercio, Rodolfo García y el querido Edelmiro Molinari (cada uno más parecido a Gandalf que el otro) y tiró al aire otra de esas frases para generar ovaciones: “Con ustedes, Almendra”. Y el cuarteto psico-hippie de los 60s abrió con <strong>“Color humano”</strong> (tema que luego daría nombre a otra banda de Edelmiro Molinari). Impresionante escuchar las entregas vocales de todos y los solos de guitarra. Y el tema que llegó después fue otra de esas hermosuras que uno nunca esperaba escuchar en vivo interpretado por la banda que lo creó: <strong>“Fermín”</strong>. Una reposada joyita que dio paso a una canción considerada por muchos como la mejor del rock nacional: <strong>“A estos hombres tristes”</strong>. Yo no estoy de acuerdo, pero sí es grandiosa, y sí fue espectacular verlo a Rodolfo García lucirse en la batería. Lugo vino algo que no era sorpresa porque yo había leído que la habían ensayado: <strong>“Hermano perro”</strong>. Elecciones un tanto raras, ya que, si bien podría decirse que toda canción de Almendra es un hiperclásico obligatorio, faltaron otras más “conocidas” como “Plegaria para un niño dormido”, “Ana no duerme”, “Rutas argentinas” o “Tema de Pototo”. Pero no faltó lo que todos esperábamos: los músicos dejaron sus instrumentos y se acercaron despojados a Spinetta para funcionar como coro en la joya acústica que se venía. El tipo anunció: “No sé cuándo se volverá a cantar esta canción, así que se la dedico a mi mamá, esto es lo tuyo”. Y sonó nomás <strong>“Muchacha (ojos de papel)”</strong> en la versión más celestial que nadie se pueda imaginar. Y fidedigna: el único instrumento era la guitarra, mientras que los compañeros del Flaco hacían los coros, que sonaban con la misma belleza arrasadora de la versión original.<br />Así terminó el set de Almendra. Pero “esto no termina acá” dijo el Flaco una vez más. Y después de otro intervalo, volvió y presentó a otro invitado (“a éste lo quiero más que a otros”): Ricardo Mollo. El cantante de Divididos se unió a Spinetta para hacer <strong>“Ocho de octubre”</strong>, un tema en honor a los chicos fallecidos en la tragedia de Santa Fe. El Flaco aclaró que la canción había sido compuesta junto a León Gieco, quien no podía estar presente porque estaba presentando en festivales de cine su documental “Mundo Alas”, que según Spinetta “es la mejor película de hoy en día, ¿okey?”. La siguiente canción también había sido escrita a partir de esa tragedia: <strong>“Retoño”</strong>. Y luego el Flaco decidió terminar su recital con tres temas hiteros (si se puede decir eso de algún tema de Spinetta) de los 80s y comienzos de los 90s: <strong>“Seguir viviendo sin tu amor”</strong> (donde se sumó el Mono Fontana), <strong>“Yo quiero ver un tren”</strong> (donde se sumaron Daniel Rawson y Nico Cota) y <strong>“No te alejes tanto de mí”</strong>. Claro, él insistió con que “esto no termina acá”, pero lo que quedaba no era una canción, sino un gesto: se puso una remera que aludía a la tragedia de Santa Fe y aludió (sin nombrar) a la revista Rolling Stone: en la tapa del número que está en los kioscos, se ve a Spinetta y Charly posando juntos, pero las letras de la remera de Spinetta (“todos fuimos, todos somos, todos pudimos ser”, en solidaridad con los familiares de los fallecidos en la tragedia de Santa Fe) fueron photoshopeadas para hacer más legible los textos de la tapa. Como Spinetta consideró esto una traición (ya que se había puesto la remera especialmente para que saliera en la tapa), instó a todo el público a que lo acompañara en un gesto de “fuck up” a la revista, y trajo a gran parte de los invitados de la noche a que posaran con las remeras en cuestión, “a ver cómo cortan la imagen ahora”.<br />Y así terminó la noche. Casi cinco horas y media de música que parecieron la mitad, grandes gemas de una extensa carrera, muchos momentos históricos para el recuerdo y la posibilidad de ver a tres bandas de tiempos antediluvianos que demostraron por qué generan tanto seguimiento. Escuché rumores de que quizás Almendra haga recitales enteros el año que viene, ¿y por qué no podemos soñar con eso? Y ya que estamos, con más recitales de Invisible y Pescado Rabioso...Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-71814786924988100382009-09-16T18:19:00.000-07:002009-09-16T18:58:27.014-07:00(In)consciente colectivoEstaba en una parada de colectivo leyendo una nota sobre la carrera de Quentin Tarantino, a partir del estreno de su film "Bastardos sin gloria". Justo estaba leyendo la parte en que hablaban de su debut, "Perros de la calle", pero tuve que guardar la revista porque venía el colectivo. Al subirme y pagar, escucho que la hija del chofer (una niña de unos 7 años que lo estaba acompañando en su trabajo) le pregunta a su padre "¿Y por qué les dicen perros de la calle?".<br />Mi sorpresa fue mayúscula, pero lo fue más escuchar lo que siguió. El chofer le respondió: "Porque son perros que no son de nadie, son vagabundos, están ahí en la calle sin dueño...". O sea que no estaban hablando sobre la filmografía de Quentin Tarantino, por supuesto, sino, literalmente, sobre perros de la calle. Y de hecho, eso es lo raro: si hubiera escuchado a dos personas hablando sobre Tarantino, esa casualidad no tendría nada extraño en una fecha cercana al estreno de un film suyo (sería como si una persona reflexiona sobre candidatos presidenciales el día de las elecciones y luego escucha a dos desconocidos hablar de lo mismo: nada raro).<br />Lo altamente curioso que uno lea una sucesión muy específica de palabras y luego escuche esas mismas palabras en boca de otros sin que el objeto de la lectura y el objeto del diálogo ajeno tengan nada que ver.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-64821363643796156752009-03-23T21:14:00.000-07:002009-03-23T21:18:37.403-07:00Crónicas desde el Gran Rex (Roger Hodgson en Buenos Aires)<strong>Prólogo: hace 10 años...</strong><br />Cuando terminaba la escuela secundaria vi que en el programa del canal Volver “Puerta V” pasarían un recital de Roger Hodgson, cosa rara puesto que era un músico inglés, y yo pensaba que ese programa sólo pasaba recitales de música en castellano. La cosa es que vi la transmisión: ya conocía varias canciones de Supertramp, la banda que él había co-liderado tiempo atrás, pero esa noche descubrí muchas otras, y además varias del tipo como solista, que tenían también una respetable armazón de “joyitas pop” como en lo mejor de aquella subvalorada banda. Y me fasciné con “Death and the zoo”, un emotivo e intenso tema inédito que, junto al resto del recital, me hicieron lamentar no haber ido al concierto. “Pero la próxima vez que vuelva a Argentina, voy de cabeza”, pensé...<br /><br /><strong>Presente: comienzos del año 2009</strong><br />Diez años después, Roger volvió, y mi cariño por su música y sus modos gentiles no había desaparecido, así que fui a verlo nomás al Gran Rex. A tono con los tiempos cínicos que corren, antes de su aparición en el escenario una voz femenina en off anunció que “si ustedes quieren presenciar una parte importante del pasado y vivir una noche de grandes canciones... pueden comprar el DVD de Roger Hodgson que se encuentra a la venta en el hall del teatro. Mientras tanto, pueden vivir algo similar con la presencia en vivo de este artista”. INCREÍBLE!!! NUNCA HABÍA ESCUCHADO ALGO ASÍ!!! En vez de anunciar el recital como la experiencia principal y el DVD como atracción secundaria o posible “sustituto”, esta voz nos decía que lo principal era el DVD, y que “mientras tanto” podíamos escuchar a Roger en persona. Supongo (y espero) que él no tuvo nada que ver con ese caradurismo.<br />El recital empezó nomás con <strong>“Take the long way home”</strong>, obvia elección para un comienzo luego del cual Roger se lamentó de que hubiesen pasado diez años entre su anterior visita y ésta, y expresó su deseo de que todos viviésemos una vuelta al pasado escuchando estas canciones que forman parte de su vida y, ojalá según él, también de las nuestras.<br />A continuación siguió otro hiperclásico que cantó acompañado solamente por su guitarra acústica, <strong>“Give a little bit”</strong>, para pasar luego al gran piano de cola que ocupaba el centro del escenario. Durante todo el recital el tipo alternó entre este piano, la guitarra y un pequeño teclado que emanaba sonidos muy “Supertramp”. Y lo primero que hizo en el piano fue otro gran hit, el ochentoso (en el mejor sentido de la palabra) <strong>“Lovers in the wind”</strong>. Yo no recordaba esto, pero en la visita anterior sólo había dos músicos que lo acompañaban, así que esta vez fue bueno ver una banda completa en el escenario, banda cuyos integrantes tuvieron cada uno su momento de lucimiento (y donde no faltaba, como casi siempre en estos casos, un grandioso multiinstrumentista que cumplía varias funciones durante el concierto). <br />Así se fueron sucediendo temas como <strong>“Hide in your shell”</strong>, <strong>“Easy does it”</strong> (durante la cual los silbidos de la canción fueron coreados por el público como mantra de estadio), <strong>“The more I look”</strong> y <strong>“Sister Moonshine”</strong>, para luego llegar a una de las joyas más esperadas de la noche: <strong>“Breakfast in America”</strong>. Después de esta canción que este año cumple tres décadas de existencia, el propio artista bromeó sobre la letra: “Not much of a girlfriend, I never seem to get a lot... las cosas que uno escribe cuando es joven” dijo riéndose.<br />Durante el recital, varias veces Roger describía la génesis de una canción antes de interpretarla, como cuando dijo que le encanta la naturaleza y que una noche a la intemperie mirando las estrellas surgió la siguiente canción: <strong>“Lord is it mine”</strong>. A continuación siguieron otras joyitas pop, como <strong>“Along came Mary”</strong>, <strong>“Even in the quietest moments”</strong> y <strong>“You make me love you”</strong>. Luego explicó que cuando era chico tenía los típicos sentimientos de cualquier adolescente hacia la escuela, un lugar que le enseñaba muchas cosas pero “nada de lo importante”, y que esos pensamientos le inspiraron varias canciones. Y cuando parecía que ésta era la introducción para “School”, lo que se vino fue mucho mejor: nada menos que el mítico pianito de <strong>“The logical song”</strong>, probablemente el más grande éxito de Supertramp, y con justicia. El público deliraba, por supuesto. Y la alegría del señor Hodgson se percibía muy claramente: no hace nada mal al ego tener espectadores que expresen tanta devoción. Tanto es así que varias veces él pidió que se encendieran todas las luces de la sala para poder ver mejor al público.<br />Lo sorprendente que uno descubría viviendo el recital es que hay muchos más temas famosos de Hodgson de los que uno imaginaba en un principio, los suficientes como para que hayan quedado afuera clásicos suyos solistas como “Showdown” o “In jeopardy”. Y también faltó, lamentablemente para mí, “Death and the zoo” (pero al menos al llegar a casa hice lo que hubiese sido obvio en estos diez años: la bajé de Internet, y volví a escucharla después de una década de haberla tenido solamente en la memoria). Volviendo al concierto, seguro hubo otros temas que no estoy citando, ya que no conozco su obra tan al dedillo y por lo tanto no recuerdo todos los que tocó. Pero sí sonaron los clásicos <strong>“Child of vision”</strong>, <strong>“A soapbox opera”</strong> (típico ejemplo de los intereses trascendentales de Hodgson, ya que la canción fácilmente puede interpretarse como la expresión de la eterna duda sobre la existencia de Dios) y <strong>“Fool’s overture”</strong>, que incluyó todos los efectos de sonido de la versión original y ese piano tan de fines de los 70s...<br />Llegado el momento de los bises escuchamos las consabidas palabras “Bueno, ya les dije antes que escribí algunas canciones sobre la escuela...”. Y ahí sí, sonó <strong>“School”</strong>, muy bienvenida por la mayoría del público, que gritó las partes de sirena con gran complicidad. Y para finalizar, dos clásicos con un (p)optimismo a prueba de todo: <strong>“Dreamer”</strong> e <strong>“It’s raining again”</strong>. Era obvio que ése era el último tema, no podía ser de otra manera; cualquiera que estaba viviendo esa fiesta de sonidos se daba cuenta de que era el perfecto final. Y así fue como Roger Hodgson terminó su recital, dejando a todos más que contentos (y yéndose él muy contento, por cierto). Mucha gente menosprecia a Hodgson o a Supertramp por considerarlos un “intento de banda de rock progresivo” (cosa que para muchos es un insulto) o una banda hacedora de hits “típicamente FM”, pero el costado progresivo nunca resultó lo suficientemente pretencioso como para desvalorizarlos, y sus canciones típicamente pop son excelentes dentro de ese género (género donde reinaron los Beatles más complacientes, que, al igual que Supertramp, entregaban verdaderas gemas pop para el recuerdo). Toda esta defensa viene a cuento para decir: ¡no se lo pierdan la próxima vez!Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-62151338476172612432009-01-17T04:55:00.000-08:002009-01-17T06:50:35.550-08:00Pablostory Nº 43Durante unas vacaciones, luego de haber tenido muchas conversaciones sobre religión con mis amigos en las que cada uno expresaba sus creencias (o no creencias) en Dios, fuimos a ver el amanecer. Y allí, envueltos en el bello paisaje en que nos encontrábamos, mi amigo-místico-y-al-mismo-tiempo-superinteligente-seguidor-de-creencias-cuasihinduísticas le gritó feliz a mi-amigo-superinteligente-ateo-y-cientificista: "¿¿¿Cómo podes creer que Dios no existe???".<br />(Minutos más tarde le aclaró que no era un tonto que consideraba que la belleza del planeta era una prueba de la existencia de Dios, sino que simplemente se había dejado llevar por la emoción del momento en que contemplábamos callados ese amanecer.)Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-25312306485563273712009-01-16T16:44:00.000-08:002009-01-16T16:59:04.291-08:00Mis pequeñas reseñas cinematográficas del 2008Como es de esperar, las reseñas que aparecen a continuación son sólo de los films que vi, que suelen ser en su mayoría películas de género (no porque las prefiera, sino porque son las que más lamentaría no haber visto en pantalla grande si las llego a ver por tele). Esto fue escrito sin petensión de estilo, casi como "escritura para los amigos". Ah, y no se devela ningún secreto o misterio de las películas, así que adelante nomás.<br /><br /><strong>-“Election”</strong>: a pesar de que se estrenó pasada mitad de año, yo la ubico al principio porque ése fue mi orden cronológico, ya que la vi en el Festival de Cine de Buenos Aires del 2007 y entonces es el primer estreno del 2008 que yo haya visto alguna vez (y en el Festival la vi en fílmico, no en proyección digital como se terminó estrenando en el 2008). La cosa es que el gran Johnny To inauguró con este film una gran saga mafiosa que combina acción con intrigas y traiciones al punto de poder catalogarse perfectamente como la “El padrino” de Hong Kong. Una lástima el estreno en formato digital. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Gánster americano”</strong>: después de tantas películas fallidas en los últimos 15 años (como “Corazón de héroes”, “Hasta el límite”, “Hannibal” y la sobrevalorada “Gladiador”), Ridley Scott finalmente dirige un film aceptable. Russell Crowe y Denzel Washington son el policía y el traficante enfrentados que, a la manera de “Fuego contra fuego”, no se ven las caras casi hasta el final del film. La película, basada en hechos reales, no es nada brillante, pero se deja ver sin que surja ningún costado hipercriticable, prepotente o modernoso, lo cual ya es bastante en este director, que antes supo hacer gemas como “Blade Runner” y “Alien”. De todos modos, el film desaprovecha mucho la ambientación setentista, que debería haber sido mucho más atrayente. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“La leyenda del tesoro perdido: el libro de los secretos”</strong>: esta secuela del agradable blockbuster de hace unos tres años tiene su mismo espíritu pero no resulta tan copada. Sí, leyeron bien, considero que la anterior era realmente una buena película, aceptando desde el vamos el género “escapismo puro” al que pertenece (y teniendo en cuenta que no llega a la altura de grandes películas de ese género, como las de Indiana Jones). Pero la segunda parte pierde el pequeño encanto de la novedad, y por más que haya glorias como Harvey Keitel, Helen Mirren y Ed Harris, el film se hace sólo llevadero, y absolutamente olvidable a pesar de la interesante premisa de encontrar secretos en pedazos de la historia de los Estados Unidos. Otro de los motivos por los que la original era mejor es que no era tan insufriblemente patriótica como ésta. Aún así, que el film mantenga su ritmo fresco es un logro en estos días de tanto blockbuster con montaje hiperkinético que no deja respirar. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El hombre robado”</strong>: raro estreno que sólo se vio en el Malba, esta película argentina en blanco y negro merece un estreno mayor y en fílmico. Algo así como una versión nacional de los amores cruzados y diálogos ingeniosos que proponen los films del francés Eric Rohmer, el film resulta altamente disfrutable si se acepta el “mood”. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“1408”</strong>: volvieron a ponerse de moda las adaptaciones de Stephen King. Este film está basado en un cuento con una idea bastante aprovechable y filmable: un escritor de guías de turismo de “hoteles embrujados” quiere alojarse en una mítica habitación de hotel famosa por las muertes que en ella sucedieron. Si el protagonista es John Cusack, ya hay interés garantizado, y, en efecto, la película logra atrapar hasta pasada la mitad del metraje, pero hacia el final se torna tan arbitraria y psicologista que pierde mucho de su mérito. Como film de terror, proporciona sustos y angustia, pero ese último tramo hace que le bajemos la posible buena nota a unos 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Hitman”</strong>: fallido film de acción basado en un videojuego, sobre un asesino profesional que… ¿Cuál era el argumento? Bueno, obviamente no quedó en mi memoria mucho que digamos. El protagonista tiene el mismo carisma que el que desplegó como villano en “Duro de matar 4.0” (es decir, ninguno), la trama no involucra al espectador y las escenas de acción ni siquiera resultan particularmente notorias. Al menos la coequiper femenina era Olga Kurylenko, que está mejor aquí (tanto en belleza como en capacidad actoral) que en la posterior película de James Bond que la hizo famosa. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Cloverfield: monstruo”</strong>: una de las varias películas del año filmadas como si el camarógrafo fuese uno de los protagonistas, es decir, a la manera del “cinema verité” (como “El proyecto Blair Witch” o la posterior “Rec”). Con una publicidad enigmática que mantenía misterio sobre la trama, el film cumple su propósito de hacernos entrar en la vida de unos personajes de manera “realista” para luego arrojarlos en un infierno donde Manhattan es atacada por quién sabe qué. A pesar de que mucha gente se mareó por el movimiento de cámara, no me pasó a mí, y disfruté muchísimo este típico blockbuster filmado de manera distinta. Como casi todo lo que dirige o produce J.J. Abrams (“Lost”, “Misión imposible 3”, “Alias”, la próxima “Star Trek”), mantiene interés y logra posicionarse con talento dentro de un género al mismo tiempo que presenta algún aspecto novedoso. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Promesas del este”</strong>: vuelve la dupla actor-director de “Una historia violenta”: Viggo Mortensen y David Cronenberg. Y esta segunda colaboración me gustó mucho más, quizás gracias a que esta vez Viggo está acompañado por la gran Naomi Watts. La historia es la de una mujer que se ve envuelta en la mafia rusa, donde labura nuestro querido Viggo. Su gesto de señalarse el cuello con cara de “a vos te voy a matar” es uno de los grandes momentos del año, como también lo es una feroz y visceral pelea en un sauna en la que se ve envuelto. Más allá de esa escena, el film mantiene un tono sobrio (que contrasta con los habituales excesos de Cronenberg) pero el interés nunca decae. La imagen final es un perfecto resumen de la brillantez de la película. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Sweeny Todd, el barbero demoníaco de la calle Fleet”</strong>: si había una obra musical que fuera perfecto material para que Tim Burton lleve a la pantalla, era ésta. Otra oportunidad para que su aliado Johnny Depp se despache con una de esas actuaciones para la historia, aquí como un barbero que vuelve a su ciudad para vengarse del hombre que provocó la perdición de su familia. Todo es casi perfecto: la manera en que son interpretadas las canciones, la fotografía, el montaje, la ambientación… Sólo falla la poco interesante performance de los actores jóvenes, y un final que deja algún que otro cabo suelto. Es cierto que Burton fue incluyendo costados inesperados e imaginativos en cada uno de sus últimos films y se podría decir que aquí “se dejó estar”, es decir, que esta película parece más una copia del estilo de Tim Burton que una obra personal suya. Pero sería injusto criticarla por eso; aunque no sea todo lo brillante que puede ser, sí es más que suficiente el placer que obtenemos al ver la interacción entre Depp y Helena Bonham-Carter y al empaparnos del jugoso cinismo que emana la historia. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Expiación, deseo y pecado”</strong>: sin ser mala, es una de las decepciones del año. Del director de la gloriosa última versión de “Orgullo y prejuicio” (y con su misma protagonista, Keira Knightley) llega esta adaptación de otra novela de época. Como el anterior trabajo de esta dupla, este film destila pasión, buenas actuaciones y un uso deslumbrante de la fotografía, el montaje y el sonido. Pero es el guión el que falla esta vez: la primera mitad de la película es apasionante pero luego se vuelve menos interesante hasta llegar a un final que a mí me decepcionó mucho. Y no sirve decir que es una adaptación fiel de la novela en que se basa; lo importante es que haya un buen resultado cinematográfico, y no ganar fidelidad al precio de que el film resulte menos bueno. De todos modos, es una película que hay que ver, pero ciertamente en cine, ya que en pantalla chica perderá mucho de su esplendor. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Petróleo sangriento”</strong>: sí, es un film altisonante y pretencioso, como su protagonista, ese Daniel Plainview interpretado magistralmente por Daniel Day-Lewis. Pero esa ambición no es arbitraria ni contraproducente; encaja perfectamente con la historia que se cuenta, la de un buscador de petróleo cuyas ansias de poder y control no se detienen ni ante su propio hijo. Dura más de horas y media, pero nada está de más (aunque no me gustó tanto como “Magnolia” y “Embriagado de amor”, dos verdaderas joyas del mismo director). El secundario Paul Dano también se merece loas, sobre todo por su humillante confrontación final con el malo de Daniel, escena para el recuerdo. Y frase para el recuerdo: “I drink your milkshake!”. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“3:10 a Yuma”</strong>: esta remake del clásico western recibió muy buenas críticas, y sí, se merece muchos elogios por contar una historia con clasicismo y sin aspavientos, aunque no es una brillantez como otros exponentes modernos del género (“Los imperdonables”, “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”). Russell Crowe es un villano carismático, y Christian Bale está bien como un perdedor que le quiere dar lecciones de ética a su familia transportando a ese criminal al tren que lo llevará a prisión. Como dije, es una película a la que le falta mucho para convertirse en un film “especial”, pero sí llega a los 7 Aires. <br /><br /><strong>-“Sin lugar para los débiles”</strong>: los hermanos Coen tuvieron su momento más prestigioso (Oscar incluido) por su lograda adaptación de una novela que es un clásico moderno. Y Javier Bardem también ganó incontables premios por su rol de un asesino tan despiadado y tan poco emocional que no parece de este mundo. Pero Josh Brolin está igual de bien como un perdedor que encuentra la oportunidad de su vida al llevarse dinero de una fallida transacción mafiosa, y Tommy Lee Jones no se queda atrás en su papel del veterano sheriff que no entiende los tiempos modernos. Casi sin música, los Coen logran una película tensionante al mango, que de todos modos decepciona a muchos espectadores en sus minutos finales. A mí también, lo admito, pero lo que vino antes es tan poderoso que le doy 9 Aires.<br /><br /><strong>-“10.000 A.C.”</strong>: después de despropósitos como “Stargate”, “Día de la independencia” y “El patriota”, pareció vislumbrarse un poco de luz en la filmografía de Roland Emmerich con el estreno de “El día después de mañana”, un film catástrofe con un ritmo acertado y protagonistas creíbles y queribles. Pero ahora volvió a entregar otro bodoque: una aventura ambientada en tiempos prehistóricos, con un joven héroe enfrentándose a mamuts, tigres de dientes de sable y toda una civilización que esclaviza a los suyos, todo en busca de su amada. Un argumento que podría haber dado una película aceptable, pero que fue guionado y filmado sin mucho talento y con muchos momentos ridículos, incluyendo una descolgada voz en off de Omar Shariff. De hecho, es sorprendente lo aburrido que puede resultar este blockbuster creado para ganar millones de dólares. 2 Aires.<br /><br /><strong>-“Angel-A”</strong>: este demorado estreno de Luc Besson volvió a mostrar sus manierismos visuales y argumentales, pero al menos con este film (y sus posterior y grandiosa “Arthur y los minimoys”) el tipo se desembarazó del ridículo de “El quinto elemento” y “Juana de Arco”. Aquí, un loser recibe la ayuda de una hermosa y desenfadada mujer que tiene más de un secreto… y ambos tratan de encontrarle un sentido a la vida mientras deambulan por París y tratan de solucionar los problemas monetarios de él. La fotografía en blanco y negro ayuda mucho a disfrutar del film, que, de todos modos, como era de esperar, no se eleva más allá de los 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El diario de los muertos”</strong>: por todo lo que había leído sobre este film, suponía que esta nueva incursión del legendario George Romero en el mundo de los zombies sería un film tan entretenido como los anteriores y al mismo tiempo una incisiva mirada a los tiempos que corren. Y quizás sea lo segundo, pero no lo primero. Definitivamente es la más aburrida de sus películas de zombies, con sólo algunos momentos dignos de atención (como el comienzo y el final). Desde el guión se propone una distancia con los personajes que hace que no nos involucremos emocionalmente, con lo cual se pierde gran parte del interés posible. Y además, el film ni siquiera resulta tan interesante desde su comentario sociopolítico: la idea de que los medios pueden manipularse y que las filmaciones caseras pueden ser más “verídicas” resulta cansadora cuando la machacan una y otra vez. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“U23D”</strong>: este film se estrenó sólo en IMAX, en 3-D. Es una versión reducida de lo que sería un típico concierto de la gira 2005-2006 que trajo a U2 a la Argentina, y de hecho varios segmentos están filmados en Buenos Aires. Es disfrutable por fans de U2, por supuesto, pero los efectos 3-D no eran tan grandiosos. De todos modos, lo que me creó un problema cuasiético fue el saber que en un film que supuestamente muestra un recital (o partes de varios recitales), para lograr una mayor cercanía entre las cámaras 3-D y los miembros de la banda muchas tomas están filmadas en un estadio vacío, con el grupo “actuando” su performance para que cuadre con el sonido grabado de esos recitales pero sin mostrar nunca el estadio vacío, de manera que el espectador piense que lo ve es parte de los recitales. Considero que eso es una deslealtad y un engaño, aunque el film no sea un documental. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Viaje a Darjeeling”</strong>: cada tres años nos llega la cuota Wes Anderson, que aquí entrega otra obra con su estilo al mango, como en “Tres es multitud”, “Los excéntricos Tenenbaum” y “La vida acuática”. El cortometraje “Hotel Chevalier” (sí, ése donde se luce Natalie Portman) sirve como aperitivo al film, que cuenta la historia de tres hermanos (Owen Wilson, Jason Schwartzman y Adrien Brody) que viajan a la India en una travesía de reencuentro y autoconocimiento. La crítica dijo que éste es el film más manierista y calculado del director, pero a mí no me llegó así: realmente me conmovió este viaje cinematográfico de seres frágiles que mezcla exotismo, valijas metafóricas, una fotografía exquisita, Anjelica Huston, música hindú y pop clásico. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Los paranoicos”</strong>: a pesar de que se estrenó cerca de fin de año, la coloco aquí porque la vi en el Festival de Cine de abril. Otra vez Daniel Hendler haciendo de Hendler, y en esta película logra casi su mejor composición, como un tipo un tanto alienado (aunque no taaanto) que se reencuentra con un viejo amigo exitoso, quien le ofrece una oportunidad laboral al mismo tiempo que lo humilla (¿involuntariamente?). Y por si el perfecto guión no era suficiente, de repente aparece Jazmín Stuart para traer más luz a esta muy disfrutable y catártica película argentina. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Persépolis”</strong>: otra que vi en el Festival de Cine, este film está basado en una historieta autobiográfica de una mujer iraní y está codirigido por ella. Narra su vida desde pequeña y su posterior exilio, con pinceladas precisas sobre la situación política de su país y sobre todo lo que atañe al crecimiento y aprendizaje de un ser humano, fanatismos musicales y desengaños amorosos incluidos. El film logra eso manteniendo una estética muy de comic pero al mismo tiempo muy cinematográfica, sin exhibicionismos técnicos y recurriendo incluso al uso de primitivas sombras chinescas. Una experiencia distinta que todos deberían ver. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Shine a light”</strong>: finalmente, uno de los tantos documentales de Martin Scorsese tiene su estreno comercial en Argentina. Cuándo no, si es sobre los Rolling Stones. Y, justamente, es más musical (la grabación de un recital) que un documental (tiene alguna que otra entrevista de archivo). Es ya un lugar común decir esto, pero la banda se mantiene en forma, aunque yo no soy ningún fan del estilo gritón y movedizo de Mick Jagger. Sí del resto del grupo, sobre todo de Keith Richards, un alma hecha guitarra, y hasta canta con más sentimiento que Jagger. Hay invitados como Cristina Aguilera, Jack White y Buddy Guy, que tiene una mirada de verdadero diablo del blues y el rock and roll. Y hay hits obvios, pero también delicias como “She was hot” y “You got the silver”, todo filmado con una belleza puramente cinematográfica. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Iron Man: el hombre de hierro”</strong>: una grata sorpresa, un blockbuster sobre un superhéroe de historieta que resulta una gran película, más allá de una confrontación final un poco falta de imaginación. Uno de los grandes aciertos del film es tener a Robert Downey Jr. como protagonista haciendo de Tony Stark, un millonario que se comporta como un playboy y sólo se preocupa por ganar dinero hasta que algunos infortunios personales le hacen ver que fabricar armas no está bueno. De ahí a convertirse en superhéroe hay un paso. La interacción con su secretaria (Gwyneth Paltrow), su manera de hacer chistes “dead-pan” mientras sostiene un trago, todo hace que nos preguntemos: ¿cómo es posible que recién ahora este tipo tenga este tipo de protagonismo estelar? 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Los crímenes de Oxford”</strong>: luego de grandes films (algunos no tanto, pero siempre interesantes y personales) como “El día de la bestia”, “Perdita Durango”, “Muertos de risa”, “La comunidad”, “800 balas” y “Crimen ferpecto”, Álex de la Iglesia dirige su película más impersonal, que llega a ser verdaderamente fallida para cualquier parámetro. Esta adaptación de la novela de misterio “Los crímenes imperceptibles” (escrita por un argentino) tiene una trama interesante que nunca llega a apasionar, por más que por ahí ande dando vueltas John Hurt en su típico rol de sabelotodo. Pero Elijah Wood como protagonista no logra ningún tipo de empatía, y todo parece resuelto de un modo “profesional y distante”, sin alma. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Meteoro: la película”</strong>: parece que esta adaptación de la vieja serie de TV será un film incomprendido por siempre. Con un uso totalmente innovador de la fotografía y el montaje, los hermanos Wachowski logran una película con mucho amor por el cine y el pop (a diferencia de su trilogía “Matrix”, hecha sin amor a nada). Carreras, humor, psicodelia, secretos de familia, ninjas, estética de historieta, animé, flashbacks, monos, golosinas… en esta locura sobre ruedas hay de todo, y aún así el resultado es coherente y respetuoso con sus personajes. Y, sobre todo, altamente disfrutable para todos aquellos dispuestos a presenciar una película cuya estética se corre de los cánones tradicionales. Lamentablemente, no fueron muchos. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“La rabia”</strong>: este film estrenado en el Malba es el primero que vi de Albertina Carri (“No quiero volver a casa”, “Los rubios”, “Géminis”) y me decepcionó un poco. Narra una historia rural con sexo, violencia y sordidez, y tiene un estilo propio, más afín al llamado Nuevo Cine Argentino que al de una película “popular”, lo cual no me parece para nada mal. Pero el resultado es quizás demasiado crudo y distante para mi gusto. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal”</strong>: diecinueve años después del último film de la saga, Steven Spielberg, George Lucas y Harrison Ford vuelven a entregarnos otra aventura del arqueólogo más famoso del cine. A pesar de que Spielberg mintió cuando dijo que el film, como los anteriores, tendría pocos efectos digitales, el resultado sigue teniendo ese espíritu lúdico y de amor por el cine que tenían las anteriores entregas. Ford está más viejo, sí, y eso parece contagiarse un poco a todo el film, pero el poder disfrutar una vez más de una de estas aventuras no tiene precio. Cate Blanchett es una villana a la altura del reto, y, contra lo que se podría esperar, el side-kick Shia LaBeouf no está insoportable, y hasta nos regala una de las escenas del año, saltando de liana en liana en una selva como Tarzán. Ah, y por fin podemos escuchar rock and roll en un film de Indiana Jones, y podemos ver una de esas clásicas “peleas en un bar de los años 50” al mejor estilo “Volver al futuro”. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“La niebla”</strong>: luego de “Sueño de libertad” y “Milagros inesperados”, Frank Darabont vuelve a dirigir un film basado en un texto de Stephen King. Esta película, cuyo título en castellano es el mismo que el de un gran clásico de terror de John Carpenter de 1980, también tiene todo para convertirse en un clásico del terror de los tiempos modernos. Sin ninguna gran estrella en el reparto, la historia conjuga el terror más básico (miedo a lo desconocido, que llega envuelto en una niebla para provocar muertes espeluznantes) con un terror más bien psicológico, que nace de las diversas reacciones que tienen los protagonistas frente a esa situación. Con un sorprendente final y un feeling entre “setentista” y “ochentoso”, este film se posiciona fácilmente entre lo mejor del año. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“I’m not there”</strong>: milagrosamente se estrenó en cines la película de Todd Haynes (“Lejos del paraíso”, “Velvet goldmine”) sobre Bob Dylan, mítica por el hecho de que diversas etapas de su vida son personificadas por seis intérpretes distintos, uno de ellos una mujer, nada menos que Cate Blanchett haciendo del Dylan modelo ’66, el de anteojos oscuros que daba antológicas declaraciones a la prensa. Pero no sólo Blanchett está perfecta; también el chico que hace de un joven Dylan negro admirador de Woody Guthrie, el Dylan etapa “western crepuscular” que hace Richard Gere (en el segmento más críptico de todos, filmado como si fuera un viejo film de Robert Altman) y el Dylan que sufre por la separación de su esposa interpretado por Heath Ledger. Además de Altman, el film usa la estética de Fellini y Godard, logrando estilos distintos en cada segmento para dejar en claro que una vida y obra como las de Dylan serían inabarcables por una “biopic normal”, y que, justamente, el tipo es tan camaleónico que se merece un film así. La película quizás confunda a los que tengan pocos datos sobre su historia, pero a mí me fascinó. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Michael Clayton”</strong>: no la vi en cine, pero la vi, así que es un estreno del 2008 que entra en esta lista. George Clooney hace uno de sus mejores papeles como un abogado que debe revisar su vida y su ética a partir de un caso complicado. El film tiene un tono minimalista (como la música de James Newton Howard que acompaña el metraje), y esa falta de estridencias hollywoodenses ayuda a que nos tomemos la cosa en serio. Tampoco es la brillantez que muchos decían, pero es ciertamente una buena película. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian”</strong>: salvo por la confrontación final, la primera parte de esta saga no estaba mal. Esta secuela no sólo es mejor sino que es realmente un muy buen film de aventuras. Como en la anterior, hay pocas estupideces de blockbuster, no hay un montaje frenético imposible de seguir, y las actuaciones de los jóvenes protagonistas son sobrias, pero además esta vez el argumento es más “clásico”, si se quiere, permitiendo disfrutar del film de manera más simple y directa, como si fuera una película de fantasía de las que veíamos cuando éramos chicos. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Hulk, el hombre increíble”</strong>: la versión de Ang Lee de la clásica historieta del científico afectado por rayos gamma que se vuelve un monstruo verde cada vez que se estresa era una gran película, pero era tan distinta de lo que uno esperaría al ver un film de superhéroes (y era tan innovadora estéticamente) que será por siempre incomprendida. Por eso, en vez de hacer una secuela los capos de Hollywood decidieron hacer otra historia partiendo otra vez desde un “punto cero”, con nuevo director y elenco, para borrar cualquier filiación con el film anterior. Como era de esperar, el resultado es una película más “normal”, con una primera mitad aceptable y una segunda que se desbarranca por el abuso de efectos especiales exhibicionistas. Además, el personaje de Liv Tyler (que en la versión de Ang Lee hizo la perfecta Jennifer Connelly) está aquí muy desdibujado, sobre todo cuando de un momento para el otro deja a su novio sin darle ninguna explicación y se decide a seguir al protagonista. 5 Aires, aunque sea por el clasicismo de su primera mitad.<br /><br /><strong>-“Kung-fu panda”</strong>: siempre digo que Dreamworks hace films animados gritones, atolondrados, colmados de referencias poco imaginativas a otras películas y con poca preocupación por dotar de verdadera vida a sus personajes y pasión a su narración, a diferencia de los films animados de Disney y Pixar. Teniendo en cuenta eso, esta película de Dreamworks parece acercarse un poco al molde Disney. Un oso panda con la voz de Jack Black sueña con ser un capo de las artes marciales y se ve envuelto en aventuras acordes a su sueño. Esta vez no hay un cúmulo de personajes histéricos o alocados, sólo lo es el protagonista, pero como tiene la voz y actitud de Jack Black, le creemos y le perdonamos todo. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Super Agente 86”</strong>: Steve Carrell es el actor ideal para llevar al cine la serie de TV sobre Maxwell Smart, el temible operario del recontraespionaje. Y Anne Hathaway está increíblemente sexy como la 99, su compañera de misiones. La película no tiene el espíritu de la serie (lo cual no está mal), sino que resulta un “equivalente actual” de ella. Hay algunos buenos gags y dos protagonistas creíbles, pero no demasiado más; nadie diría que está entre los mejores films que mezclan espionaje y humor. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El fin de los tiempos”</strong>: después de las brillantes “Sexto sentido” y “El protegido”, M. Night Shyamalan hizo tres films que tuvieron una recepción cada vez peor de público y crítica: “Señales”, “La aldea” y “La dama en el agua”. Si bien comparto algunas de esas críticas, me seguían pareciendo films personales, no complacientes y lo suficientemente interesantes para considerarlos valorables. Y con “El fin de los tiempos”, estoy de acuerdo con muchas reseñas que señalan que volvió a su mejor nivel. Un misterioso y silencioso apocalipsis acecha a la raza humana, y eso da pie para generar una tensión al estilo del Hitchcock de “Los pájaros”. Lamentablemente, muchos no aprecian ese manejo de la puesta en escena y además consideran que las actuaciones de Mark Whalberh y Zoey Deschanel son malas, sin darse cuenta de que responden al estilo y al ritmo del film. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Wall-E”</strong>: si a los estudios Pixar les faltaba demostrar algo, con “Ratatouille” quedó claro que los tipos se preocupan por lograr obras maestras completas, no sólo en los aspectos técnicos sino también en el guión, el ritmo y las actuaciones (sí, hay actuaciones en los films animados). El equivalente del 2008 fue “Wall-E”; como aquel film, éste también es considerado por muchos no sólo uno de los mejores films animados de la historia sino también una de las mejores películas en cualquier género. La historia futurista de un enamoradizo robot encargado de limpiar un devastado planeta Tierra tiene una primera mitad que muestra con maestría cómo se puede narrar, hacer reír y emocionar casi sin palabras. La segunda mitad se vuelve más tradicional, pero aún así el film no baja su nivel en ningún momento. Una mezcla de E.T. y Cortocircuito, Wall-E es uno de los personajes del año. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Batman, el caballero de la noche”</strong>: por varios motivos, la película más esperada del año: por un lado, era la secuela de la valorada “Batman inicia”, además reemplazaba a la insulsa Katie Holmes por la gran Maggie Gyllenhaal, agregaba al reparto a Aaron Eckhart en un mítico rol y contenía la última actuación del fallecido Heath Ledger, que, aunque no hubiese muerto, habría recibido las mismas loas por su perfecta caracterización de un desquiciado y terrorífico Guasón. Todas esas expectativas se vieron cumplidas: a pesar de que la película tiene varios errores de guión, su ritmo y su uso preciso y medido de los recursos envuelven al espectador en la historia, que, como dijo su director, tiene ecos del policial “Fuego contra fuego”, ya que se siente más como una película que muestra las diferentes maneras de combatir al crimen que como un film de superhéroes. Además de Ledger y Eckhart, se lucen especialmente Michael Caine como Alfred y Gary Oldman como Gordon. Quizás le sobran diez minutos, pero alcanza unos dignos 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Hancock”</strong>: otra vez Will Smith haciendo de Will Smith. Eso a veces funciona y a veces resulta en desastres; por suerte, acá nos encontramos con el primer caso. El trailer del film nos hacía creer que se trataba de un superhéroe que anda siempre borracho y ocasiona más problemas que soluciones al realizar sus hazañas. Pero ése es sólo el punto de partida; en su segunda mitad, esta película cambia el tono y deja de ser una simple comedia para enseriarse un poco. Muchos opinarán que fue un mal cambio de rumbo, pero yo creo que el error está en las promociones del film (que apuntaban a los chistes obvios para atraer público). Realmente disfruté el conflicto generado y la empatía lograda por el reparto, que incluye a Jason Bateman (de quien soy fan a partir de haber descubierto la serie “Arrested development”) y Charlize Theron, que por una vez me cayó bien. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Extranjera”</strong>: como “La rabia”, éste es otro film argentino prestigioso que recibió buenas críticas pero no me llegó en lo personal. Estrenado en el Malba, el segundo largometraje de Inés César de Oliveira (de quien me encantó “Como pasan las horas”) traslada el núcleo de la obra “Ifigenia en Aulide” de Eurípides al interior de la Argentina (puntualmente, las sierras cordobesas). No alcancé a maravillarme por la sequedad que proponía el film ni por la fotografía, y el conflicto me pareció muy distante. Como con otros films alejados del mainstream (algunos de los cuales disfruto mucho), celebro que exista esta película pero ojalá me hubiera gustado más. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Viaje al centro de la Tierra”</strong>: filmada para ser vista en 3-D, esta película se estrenó en Argentina en “dos dimensiones”, lo cual fue un desperdicio de algunas grandes escenas. Además se estrenó en castellano, pero el doblaje era aceptable. En conclusión, esas dos grandes contras no impedían que el film fuera disfrutable, y lo era por estar realizado con cierto sentido del clasicismo, como si estuviéramos viendo una de esas viejas películas de Sábados de Super Acción. Simplemente había que dejar de lado la novela de Julio Verne y dejarse maravillar. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“La momia: la tumba del emperador dragón”</strong>: a pesar de lo que muchos digan, los dos films anteriores de la saga, dirigidos por Stephen Sommers, estaban hechos con un sentido de diversión que los hacía nobles y disfrutables. Pero acá la cosa se fue al demonio. Sommers se fue de la saga y también la gran Rachel Weisz; en su lugar pusieron a Maria Bello, que en otros films está muy bien pero aquí tiene cero química con el protagonista Brendan Fraser… quien, por otra parte, parece estar en piloto automático. Y lo mismo el film: ya no hay más frescura sino puros efectos digitales obvios y feos (y hasta desaprovechan a Jet Li; podrían usar su experiencia en artes marciales para alguna buena secuencia física de pelea cuerpo a cuerpo pero sólo lo transforman ridículamente en monstruos generados por computadoras). Lo único rescatable del film es el humor que destila John Hannah, pero no alcanza para elevar la película más allá de los 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Star wars: clone wars”</strong>: hace unos años hubo una interesante serie de animación artesanal (es decir, “a mano”) que narraba los hechos bélicos que ocurrían entre los episodios 2 y 3 de la saga de “La guerra de las galaxias”. Ahora, a George Lucas se le ocurrió volver a contar esas guerras pero con animación digital, y abrir esta nueva serie con un film que se proyecte en cines. Pero aquí la animación está pésimamente lograda: los robots, ambientes y naves espaciales se ven muy bien, pero los personajes no tienen expresión ni espontaneidad, y eso se contagia a los parlamentos, bastante mal “actuados”. Si la serie es como este film introductorio, Lucas la volvió a pifiar. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Muerte en la granja”</strong>: con un espíritu y una estética bastante similares a los del primer film de Peter Jackson (“Mal gusto”), un compatriota neocelandés se mandó un pequeño gran film de terror con mucho humor negro y fabulosamente entretenido. Con personajes ridículos pero creíbles, es sorprendente pensar que éste sea el primer film de terror de la historia en el que la amenaza sean… ovejas. Ochentosa en el mejor sentido de la palabra. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Se busca”</strong>: basada en una historieta, esta fallida película cuenta la historia de un perdedor reclutado por una organización de asesinos a sueldo que recibe instrucciones del siempre solemne Morgan Freeman y de un telar cuyos tejidos deben ser interpretados para saber quién debe ser la próxima víctima (que, en teoría, es siempre alguien cuya desaparición “le hace bien al mundo”). La mayor atracción del film son sus exageradas escenas de acción (que no están mal) y Angelina Jolie como la reclutadora. Lo ridículo (y éticamente cuestionable) es que estos asesinos sólo se cuestionan su misión cuando piensan que el telar puede estar siendo manipulado o mal interpretado. Pero hasta ese momento… obediencia debida. Encima el final parece expresarles a los espectadores que si no están “rebelándose” como el protagonista (agrediendo a sus jefes, ex-parejas y otras personas desagradables que hayan conocido) están perdiendo el tiempo. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“La mujer sin cabeza”</strong>: esperadísimo tercer largometraje de Lucrecia Martel (“La ciénaga”, “La niña santa”), que está a la altura de las expectativas, es decir, es tan perfecta, misteriosa y árida como uno podría esperar (de hecho, casi se podría decir que al lado de ésta, “La ciénaga” es una película “ágil”). María Onetto tiene su merecido protagónico haciendo de una mujer que cree atropellar a algo o alguien en la ruta, y esa duda la carcome durante el resto del film. Como en su filmografía previa, Martel presta atención al sonido, al habla de las personas que retrata y al mundo que las rodea, todo con un estilo visual milimétrico pero no pretencioso. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Rec”</strong>: al entrar en la sala cometí el error de sentarme aproximadamente en la fila del medio, y en este film había que estar lo más alejado posible de la pantalla, ya que se trata de otro caso de supuesto “found footage”, es decir, lo que muestra la película es lo que uno de sus personajes filma en su cámara, pero esta vez, a diferencia de “Cloverfield”, el resultado sí marea. Sumemos a esto que el género aquí es terror puro, y tenemos como conclusión que casi me dieron ganas de vomitar, pero no sucumbí. De hecho, más allá de ese mareo pasajero, pude disfrutar del film, que logra lo que se propone: aterrorizar con la historia de una reportera que acompaña a unos bomberos a un edificio en el que se desatará un desastre “contenido desde afuera” pero espeluznante para los que lo viven (y para los espectadores). Con una duración que no se extiende más de lo debido (menos de una hora y media), la película tarda un poco en agarrar vuelo porque al principio todo es “normal” y los personajes no logran interesar, pero luego el film agarra a los espectadores y los lleva de aquí para allá en un ambiente claustrofóbico que culmina en unos últimos quince minutos realmente tensionantes. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Control total”</strong>: Sheia LaBeouf y D.J. Caruso, protagonista y director del éxito del 2007 “Paranoia” (modesto y buen thriller), se unen nuevamente para otro homenaje a Alfred Hitchcock. Si antes fue un film que citaba desde su premisa a “La ventana indiscreta”, aquí se trata de una aventura que hace referencia a esos films de espionaje donde un hombre inocente se ve envuelto en una trama que lo supera, como “Intriga internacional”, “Los 39 escalones” y “El hombre que sabía demasiado”. Una extraña voz femenina que parece controlar gran parte de los recursos yanquis (aviones, teléfonos, semáforos, etc) obliga por teléfono a nuestro héroe y a la coprotagonista (Michelle Monaghan) a seguir sus instrucciones, que tienen que ver con conspiraciones políticas. Típico blockbuster de los que logran cumplir su cometido de entretener. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Yo soy sola”</strong>: la vi en un preestreno en el Malba, y fue sorprendente lo decepcionante que resultó este film nacional. Dividido en cuatro historias protagonizadas cada una por una actriz distinta, la película es esquemática y poco interesante, casi a la manera de los malos films argentinos de la década del 80 y comienzos de los 90s. Se salva Eugenia Tobal por su carisma, pero no hay mucho más. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Historias extraordinarias”</strong>: estrenada en el Malba en proyección digital, esta película fue alabada como un ejemplo de cómo se puede hacer un film argentino épico, ambicioso, sin estrellas, sin apoyo económico de fuentes oficiales, filmado en las afueras de la periferia y con una pátina de “alta cultura” (dura cuatro horas, narra muchas historias y tiene constantes voces en off) que sin embargo no desentona con su afán popular y aventurero. Por suerte el director aclaró que no es su intención alzarse como una bandera a seguir, y si así fuera sería imposible: el film es único en la mezcla de los aspectos ya mencionados y en la experiencia de presenciar historias narradas con prosa cuasiborgeana que son un compendio entre las aventuras de la colección Robin Hood que leíamos cuando éramos chicos y las tramas complejas de cualquier gran novelista del siglo XX. Es bueno que exista una película con una ambición tal que uno pueda referirse a ella como el equivalente al “Adán BuenosAires” o “Rayuela” en cine (y también es bueno que tenga dos intervalos en el medio de esas cuatro horas). 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Hellboy II: el ejército dorado”</strong>: esta continuación es bastante mejor que el primer film de la saga. Guillermo del Toro sigue mostrando un gran amor por sus personajes, por todo lo monstruoso y marginal y por los efectos especiales artesanales por sobre los digitales (eso no quiere decir que en el film no haya efectos digitales, sino que están usados con criterio y de manera tal que todo se sienta corpóreo, como bien sabe hacer Spielberg). En esta secuela, al secundario de Sapien le llega su etapa romántica, tanto como para cantar borracho junto con Hellboy la versión de Barry Manilow de “Can’t smile without you” (gran momento). Una película guionada y actuada con criterio y con amor por el cine de género, cosa que se nota también en la inclusión de ese gran nuevo personaje cuasiinvisible de Johan Krauss. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Espejos siniestros”</strong>: el hecho de que Kiefer Sutherland haya obtenido la popularidad que se merece con su gran protagónico en la serie “24” no significa que haya que perdonarle sus malas decisiones cinematográficas; en esta remake de un film oriental de terror, el tipo pone empeño pero no puede salvar un argumento bastante arbitrario y rutinario. Y eso que el film está dirigido por Alexandre Aja, que supo hacer la gran remake de “The hills have eyes” y la hipervalorada “Alta tensión” (que no era gran cosa pero tenía estilo). Como el título nos avisa, los espejos acechan terroríficamente a Kiefer y sus seres queridos, dando lugar a sobresaltos obvios y frases tan ridículas como “Ten cuidado con el agua, puede crear reflejos”. Lo único rescatable es el uso de la obra musical “Asturias” de Albeniz en una versión propia de un film de horror; es tan buena que uno se pregunta cómo no se le ocurrió a nadie antes versionarla de esa manera. Pero de todos modos el film se queda en 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Entre la vida y la muerte”</strong>: otra de las decepciones del año. Ed Harris vuelve a dirigir y protagonizar una película, en este caso un western en el que lo acompaña el gran Viggo Mortensen, y donde además se hacen presentes Rennee Zelweger como “la chica” y Jeremy Irons como “el villano”. Con ese reparto y unas reseñas que hacían referencia al estilo de John Ford, todos esperábamos un gran western “al estilo de los de antes”. Sin embargo, nos engañaron: de tan “revisionista”, la película se vuelve casi aburrida y, si bien la interacción entre Harris y Mortensen es interesante, no logran que el film se eleve por encima de su (muy) bajo perfil. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El extraño mundo de Jack 3-D”</strong>: la proyectaban doblada al castellano, pero obviamente había que ver en pantalla grande el reestreno de este mítico film de 1993 producido por Tim Burton y dirigido por el olvidado Henry Selick, más si se trataba de una versión en 3-D. A partir de esta experiencia descubrí por fin que una proyección digital puede ser respetable: la imagen se veía realmente bien, para nada pixelada, y daba para desear que ojalá hubiese más proyecciones digitales de esa calidad. Sobre la película no hay mucho nuevo para decir: es un exponente prototípico del estilo halloweenesco de Burton, con sus personajes festivos y marginales al mismo tiempo, y el 3-D no aporta demasiado (lo cual era de esperar, ya que el film no fue hecho originalmente en ese formato sino que fue retocado especialmente para este evento). 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Shara”</strong>: la revista sobre cine El Amante (en cuyas críticas confío bastante) venía diciendo desde el 2003 que esta película era una gran obra maestra, y que era una vergüenza que no se estrenara en la Argentina. Finalmente, lo hizo, y la expectativa estaba justificada. La historia de una familia en la que uno de los hijos desaparece misteriosamente está narrada con sencillez, humildad y un respetuoso pudor, y hacia el final incluye un desfile/comparsa que, bajo la lluvia y con toda la garra, desata la energía contenida en algunos personajes. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Che (el argentino)”</strong>: finalmente llegó la esperada primera parte de la saga sobre el Che Guevara filmada por Steven Soderbergh y protagonizada por Benicio Del Toro. Como era de esperar, la experiencia está narrada con rigor, verosimilitud, respeto y hasta ascetismo; la película no sigue los cánones hollywoodenses ni en el idioma (el yanqui Soderbergh filmó todo de manera cuasidocumental, en la lengua que corresponde a cada momento, casi siempre castellano) ni en la descripción de los personajes, todos seres humanos con manías, aciertos y fallas, incluyendo al Che, en quien vislumbramos una persona normal y al mismo tiempo un héroe por el simple hecho de ser fiel a sus convicciones. A pesar de las reservas que me merecen ciertos films de Soderbergh como “Traffic” y “Erin Brockovich”, hay que admitir que el tipo se acerca a cada género que aborda con verdadero empeño e imaginación, y que ha logrado una película realista y no sensacionalista sobre un personaje mítico. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Max Payne”</strong>: otro film basado en un videojuego, esta vez sobre un agente de la ley al que le asesinan la familia. A diferencia de “Hitman”, ésta al menos tiene un protagonista con carisma: Mark Whalberg. Pero igual no se logró una película que involucre demasiado al espectador. Hay una atmósfera dark pero eso no alcanza para darle personalidad al film, que por cierto parece estar filmado para fetichistas de las armas. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Quantum of solace”</strong>: con el gran Mathieu Amalric como villano y la bella Olga Kurylenko como la chica de turno, muchos esperábamos que la nueva película de James Bond estuviera a la altura de aquel renacimiento que fue “Casino Royale”, que develó a Daniel Craig como un nuevo agente 007, más vital y oscuro que los anteriores. Y aquí el tipo vuelve a mostrar su increíble carisma, pero el film no funciona: pese a ser la película más corta de toda la saga, llega a resultar aburrida gracias a un guión casi confuso y varias escenas de acción filmadas con planos cortos y cerrados que no dejan disfrutar de lo que sucede (de todos modos, hay un par de escenas que sí se salvan). Esto no es lo que nos prometieron con “Casino Royale”, así que esperemos que la tercera vuelva al nivel de la anterior. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Madagascar 2”</strong>: como casi siempre sucede con Dreamworks, este film animado es disfrutable pero olvidable con el paso del tiempo. Definitivamente mejor que la película anterior de esta saga, aquí se introducen algunos nuevos personajes pero lo mejor sigue siendo la performance de los pingüinos y el King Julian con la voz de Sacha Baron Cohen. Y lo peor sigue siendo la inclusión de esa viejecita molesta y atlética que no concuerda con el mundo que propone la película (al menos con el mundo de los seres humanos). Divertida y nada más. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Planet terror: furia en la ciudad”</strong>: por suerte se terminó estrenando en cines una de las dos partes que conforman el díptico “Grindhouse”, homenaje de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino a los films bizarros de la década del 70 filmados con bajo presupuesto y poca vergüenza y exhibidos en pésimas condiciones en doble programa. En este caso se trata de la mitad correspondiente a Rodríguez, una película que nos da tiempo para encariñarnos con los personajes antes de enfrentarlos a un ejército de zombies de las maneras más insólitas. Los protagonistas son Rose McGowan, Freddy Rodríguez y la casi desconocida Marley Shelton como tres perfectos antihéroes, y en toda la película sobrevuela un humor lunático que de todos modos no le falta el respeto a los personajes, más bien referencia a las imaginativas ideas que tenían los films de género en aquella década. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Rock n rolla”</strong>: siete años después de “Snatch, cerdos y diamantes”, vuelve a estrenarse un film de Guy Ritchie en la Argentina. Parecida a aquella en sus idas y vueltas y en el tono desfachatado con que describe las andanzas de un grupo de gangsters (hasta tiene una escena de baile que intenta ser tan mítica como la de “Pulp fiction”), la película resulta entretenida, aunque ese estilo “canchero y modernoso” puede tornarse un poco pretencioso (juro que la rima fue involuntaria). 6 Aires.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-80984685982189532102008-11-23T18:12:00.000-08:002008-11-23T18:28:32.966-08:00Crónicas desde Vélez Sarfield (Queen en Buenos Aires)<div align="justify"><span style="font-size:85%;">Un profesor de la facultad dijo una vez: “Se puede entrar en Borges a través de Paulo Coelho, pero no a la inversa: no se puede leer a Coelho después de haber leído a Borges”. Del mismo modo, es posible que resulte difícil que alguien sienta fascinación por Queen si conoce la obra de monstruos como Bob Dylan, Tom Waits, The Who, Joni Mitchell o Lou Reed, pero lo opuesto no sólo es posible sino que es algo muy común en muchísimos argentinos que “descubrieron” la música a comienzos de los 90s. En ese entonces, muchos jóvenes empezamos a escuchar rock y pop a partir de la masividad que ganó Queen con la muerte de Freddie Mercury. Luego, a partir de Queen (y Guns N’ Roses, otra grupo popularísimo del momento), “entramos” a otros artistas, pero nos quedó ese amor por “nuestra primera banda”, ese sentimiento irracional de pertenencia a canciones que mantuvieron cierta magia en nuestra memoria. Y, si bien pasé a ser de la opinión de que mucho del Queen de los 80s es pura música FM que cualquier banda podría haber creado, siempre seguí opinando que en los 70s hacían un glam rock muy respetable y que, aún en los 80s, sus shows en vivo poseían una energía envidiable y demoledora. Es por eso que cuando me enteré de que los dos miembros activos de la banda en la actualidad se habían juntado con otro cantante y habían organizado una gira que incluía a Argentina, no lo dudé: encontrarme con esa parte de mi pasado, con ese “primer amor” musical, era una cita ineludible.<br />El lugar que elegí, campo vip, era ciertamente caro, pero tenía que vivirlos de cerca, y no era tan caro como los que estaban en sillas en el campo, que deben haberse sentido estafados al ver que los que pagaron menos, por estar parados, les tapaban la visión. Apenas llegué me posicioné a la izquierda de la pasarela, lo más cerca posible del escenario, y la espera fue amenizada por un Coro de Niños conducido por un tal Claudio (al que el público apodó Gepetto por su barba y anteojos), que interpretaron versiones instrumentales de “Oye cómo va/Mi pito” de Santana, “Yesterday” y “All my loving”, de los Beatles, y un popurrí de Queen que incluyó “We will rock you”, “Bohemian rhapsody” y “We are the champions”. En ese ambiente tan abierto era difícil apreciar la calidad de semejante ensamble (cincuenta músicos sin mucha amplificación que digamos), pero el público valoró el empeño y la onda y aportó su fanatismo coreando todo lo que sabía. La siguiente banda soporte (unos brit pop llamados Underdog, argentinos que cantan en inglés) tuvo menos suerte: les habría ido mejor en un ambiente más pequeño, y con un público un poco mejor dispuesto y no tan ansioso por ver salir a su banda. Encima, los tipos se presentaron diciendo “Somos Queen”; se imaginan que recibieron algunos insultos, ¿no?<br />Finalmente, media hora después de lo previsto (¿dónde quedó la puntualidad inglesa?), las luces se apagaron y la pantalla gigante se llenó de truenos, relámpagos, lluvia y un viaje por el espacio que culminaba en el planeta Tierra, mientras una voz en off decía frases relacionadas con el cosmos. La guitarra de Brian May interrumpió todo eso; los tipos ya estaban ahí, comenzando con <strong>“Hammer to fall”</strong>, y el público se vino abajo. Hay que decir que el micrófono del "nuevo cantante" Paul Rodgers no estaba del todo ajustado: su voz sonaba muy baja. Sumemos a esto que el tipo muchas veces no cantaba con toda la energía del mundo, y que el público coreaba absolutamente todas las letras que conocía, y tenemos este resultado: su voz casi era casi imperceptible. Y para mí eso estuvo bien, ya que había escuchado un álbum en vivo representativo de esta gira y no me había gustado del todo este cantante. Se preguntarán entonces por qué fui al recital; la respuesta, más allá del motivo nostálgico apuntado anteriormente, tiene que ver con el “sonido Queen”, que sigue presente más allá de quién sea el cantante, y además muchas canciones las cantan May y Taylor, cuyas voces sí me llegan. La cosa es que, terminado el primer tema, la banda se mandó con <strong>“Tie your mother down”</strong>, otro rock clásico imbatible que demostró a la banda lo que tanto sorprendió al cantante de Pearl Jam cuando vino a la Argentina: ¡el público canta hasta las partes de guitarra! Luego fue May quien entonó los versos iniciales sin acompañamiento de <strong>“Fat bottomed girls”</strong>. Lo de “sin acompañamiento” es un decir, ya que si conocen la canción sabrán con qué energía cantó el público el famoso “Aaaare you gonna take me home tonight?”.<br />Luego sonaron las inconfundibles líneas de bajo de <strong>“Another one bites the dust”</strong>. Como en esta canción hay un poco más de lugar para el juego vocal, aquí sí se escuchó más la voz de Rodgers, y yo confirmé mis impresiones previas. Y luego May volvió a guerrear con su guitarra unas líneas que derivaron en el comienzo de <strong>“I want it all”</strong>, una de las primeras canciones de Queen que me fascinaron allá por 1990. Con esta andanada de hits, el público deliraba y pogueaba como loco, tanto que las primeras palabras de May (en un español accidentado pero eficiente) fueron para decir algo así como “Tengo que pedirles un favor… parece un poco peligroso desde acá… traten de tener un poco de calma y no venirse tan para adelante”. Todos aplaudieron esta preocupación de May por el público, aunque el pogo no se detuvo, ¿y cómo lo iba a hacer si la siguiente canción fue <strong>“I want to break free”</strong>?. Un clásico, sí, pero nunca me sedujo tanto como a otra gente.<br />A continuación vino un “descanso de clásicos”, es decir, sonaron dos temas del nuevo disco: <strong>“C-lebrity”</strong> y <strong>“Surf’s up… school’s out”</strong>. Nada memorables, pero con algún riff de guitarra que los fans ya tenían aprendido. Luego quedó bien al frente la voz de Rodgers, quien se acompañó con guitarra acústica para hacer <strong>“Seagull”</strong>, un clásico suyo de los tiempos en que era el cantante de Bad Company. De hecho, mientras sonaba la canción, las pantallas mostraban imágenes de toda la carrera de Rodgers, incluyendo fotos de cuando era un joven pelilargo que formaba parte de las bandas Free, The Firm y The Law. Ésta fue la interpretación vocal de Rodgers que más conforme me dejó. Pero terminado este segmento, se vino lo mejor.<br />Brian May se vino a la pasarela que se adentraba en el público, mientras yo me adentraba entre el campo para estar lo más cerca posible de ese sector. Nuevamente en español, expresó que era un honor volver a estar en Argentina, dijo “hola a nuestros viejos amigos y hola a nuestros nuevos amigos” y dedicó el siguiente tema a “alguien que no puede estar aquí con nosotros”, obviamente Freddie Mercury. Y sí, tocó <strong>“Love of my life”</strong>, en la memorable e inolvidable versión acústica que todos conocemos. La voz de May sonó conmovedora, dándole, si se quiere, más emotividad a la canción que si la hubiera cantado el propio Mercury. Luego se vino Roger Taylor con un timbalcito y se sentó junto a May, quien dijo que iban a hacer “un viejo tema folk”. Los fans más acérrimos del álbum “A night at the opera” deliramos, porque lo que sonó fue <strong>“39”</strong>. Y al llegar el estribillo, viendo que gran parte del público sabía la letra y la coreaba con alegría superlativa, May y Taylor dejaron de cantar y se quedaron quietos observando. Finalmente, aplaudieron y May dijo “Está muy bien… pero necesitamos más músicos”, y se vinieron el bajista, el otro guitarrista y el tecladista (una mezcla de Mark Knopfler y Peter Gabriel). Sí, cinco tipos parados en el borde de esa pasarelita haciendo “39”, lo cual fue mágico. Al terminar se fueron todos salvo Taylor y el bajista, que se mandaron un curioso y exhibicionista experimento: el bajista mantenía presionadas las cuerdas de su instrumento y Taylor golpeaba, sacando de esta manera las bases rítmicas de temas como “Another one bites the dust” (que ya había sonado) y “Under pressure” (que esperanzó al público haciéndonos pensar que se venía esa canción, pero no). Luego se fue el bajista y Roger se puso a tocar su timbalcito mientras un técnico le iba alcanzado las diversas partes de su batería, y a medida que lo hacía, la cantidad de platillos que Taylor tocaba iba en aumento, hasta tener toda la batería armada ahí enfrente nuestro, a dos metros nomás. Ya me palpitaba lo que se venía, y se me hacía agua la boca; en efecto, desde el escenario principal, Brian May tocó en guitarra el comienzo de <strong>“I’m in love with my car”</strong>, una de las canciones del repertorio de Queen que siempre cantó Taylor. Y la versión sonó con toda la fuerza de su voz guerrera y disfónica, tal como en el disco de hace 33 años.<br />Y ya que estaba como centro del espectáculo, Taylor siguió siendo la voz principal en el siguiente tema, nada menos que <strong>“A kind of magic”</strong>, también de su autoría. Luego volvió May a sentarse nuevamente junto a Taylor y dijo “Ustedes saben qué quiere decir esta próxima canción… las palabras de amor”. Y sí, lo sabíamos, sabíamos que <strong>“Las palabras de amor”</strong>, canción con nombre en español y dos frases en castellano había sido escrita en 1982, luego de la visita de la banda a la Argentina, quizás para mandar un mensaje de unión entre los dos países a pesar del conflicto de Malvinas. Podía haber supuesto que lo iban a tocar esa noche. Finalmente, Taylor empezó a entonar los versos de la mejor de las nuevas canciones de Queen: el lento y esperanzador <strong>“Say it’s not true”</strong>, cuya segunda estrofa canta May. Y para la tercera estrofa volvió Paul Rodgers; fue un símbolo de que “el hechizo había terminado”, ya que, en efecto, fue el último tema que hicieron posicionados en ese lugar de la pasarela adentrado en el público.<br />Lo que siguió fue <strong>“Feel like makin’ love”</strong>, otro tema de la ex banda de Paul Rodgers Bad Company. Y luego vino <strong>“We believe”</strong>, del último disco: créanme que he visto tantas alusiones a Barack Obama en los últimos meses que ya no recuerdo si aquí también pusieron una imagen suya o si lo estoy imaginando. Luego se fueron todos del escenario y Brian May empezó a pasearse de aquí para allá mientras hacía su clásico solo de guitarra distorsionado, también conocido como <strong>“Brighton rock”</strong>. Cerca del final del solo, se subió a una parte superior del escenario (básicamente al lugar donde estaba la pantalla) para que todos pudieran verlo en pose mítica, y dar lugar a <strong>“Bijou”</strong>, un tema casi instrumental excepto por unos pocos versos cantados originalmente por Freddie Mercury, y que aquí fueron reproducidos de la misma manera, es decir, con imágenes y voz de Freddie. Y esta parte cuasiinstrumental de May derivó en <strong>“Last horizon”</strong>, un tema solista de May con una melodía incluida originalmente en el primer álbum de Queen.<br />Luego volvió toda la banda y sonaron los acordes de <strong>“Under pressure”</strong>… y esta vez no fue un amague, la canción pasó enterita ante nosotros, con el bajista haciendo las partes vocales que hacía David Bowie como invitado en la versión original. Durante este tema escuché a alguien del público decirle a su acompañante “¿Te das cuenta de lo que estás escuchando?”, y ésa parecía ser la sensación general de todos los presentes. Siguiendo con temas míticos, llegó <strong>“Radio Ga Ga”</strong>, y sí, todos hicimos los movimientos de brazos que se ven en el videoclip de la canción y en todos los recitales que alguna vez vimos por televisión. No cantaron la segunda estrofa, pero la canción no pareció más corta por eso. Y luego Rodgers se colgó la guitarra y se mandó con <strong>“Crazy little thing called love”</strong>: después de tanto pogo catártico, que sonara un tema “bailable” al estilo del rock and roll más clásico fue raro y casi gracioso. Pero lo que vino después no fue gracioso: nada menos que la intro tecladística de <strong>“The show must go on”</strong>. Una vez más, el canto del público se escuchó más que el de Rodgers, y bien que estuvo. Luego volvió a aparecer Freddie Mercury en la pantalla; mientras sonaba una grabación suya de una versión en vivo de <strong>“Bohemian rhapsody”</strong>, los músicos en el “presente” lo acompañaban, hasta llegar a la parte operística, donde, como en las viejas épocas, sonó la grabación original (el público, por supuesto, no dejó pasar la oportunidad de gritar a viva voz “Mama mia, mama mia, mama mia, let me go”). Luego, para la parte rockera, Rodgers sí se atrevió a reemplazar a Freddie Mercury, y en la parte final hicieron una suerte de dueto, Rodgers desde el presente y Freddie desde la pantalla. Final apoteótico con la clásica línea “Anyway the wind blows”, y la banda dejó el escenario.<br />Pero obviamente volverían, esta vez con camisetas argentinas. Hicieron <strong>“Cosmos rockin”</strong>, otro rockito con pasta de semiclásico del nuevo álbum, que fue seguido por <strong>“All right now”</strong>, tema de cuando Paul Rodgers formaba parte de Free. A pesar de ser un tema conocido, la gente ni lo coreó; el fervor del público sólo volvió cuando la batería de Roger Taylor le hizo saber al público que estaba sonando nada menos que <strong>“We will rock you”</strong>… y otra vez las inevitables palmas. Y, como ya todos sabemos de memoria, después de este tema se viene el final con <strong>“We are the champions”</strong>, que, teniendo en cuenta su estatura mítica, sonó bastante humilde. Y ahí sí, la banda se acercó al público a saludar mientras sonaba <strong>“God save the Queen”</strong>, el himno inglés en versión de… Queen.<br />Y chau. Una treintena de temas a lo largo de dos horas y media, una sucesión de momentos míticos y la emoción de tenerlos a May y Taylor ahí, a tres metros, pudiendo ver sus gotas de transpiración y el agradecimiento en sus rostros al ver tanta pasión por parte del público. Una noche para atesorar.</span></div>Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-56953069575108454872008-11-09T07:11:00.000-08:002008-11-09T07:15:57.201-08:00Crónicas desde el Torcuato Tasso (Pablo Dacal en vivo)Después de más de un año sin ver un concierto de Dacal, finalmente pude convencer a dos amigos del trabajo y la novia de uno de ellos de ir a verlo al Torcuato Tasso el jueves 30 de octubre. No sería un recital de Dacal en solitario, sino uno compartido con Manuel Onis, que no me interesaba tantísimo pero bienvenido sea. Lamentablemente uno de mis coworkers anduvo con dilemas de salud esos días y tuvo que desistir junto con su novia, así que del laburo sólo pudo acompañarme el otro, un venezolano-canadiense a quien llamaremos Willem para respetar su intimidad. Y como entonces me vi con dos lugares libres en nuestra mesa, hice algunos llamados y milagrosamente pude convencer a una gran amiga y su no menos copada hermana, a quienes llamaremos Ludmila y Mary Ann. Quedamos en encontrarnos con ellas en la zona alrededor de las nueve: con el Torcuato Tasso nunca se sabe a qué hora empieza el recital, pero sospechábamos que no sería puntual.<br />En efecto, así fue: Willem y yo entramos pero el lugar estaba vacío y Dacal estaba ensayando. Así que salimos para hacer tiempo y aprovechar para cenar algo por ahí y “descubrir” la zona (Willem no había ido nunca, yo sí pero no muy seguido, y el Parque Lezama y sus alrededores siempre son interesantes). Finalmente nos encontramos con las muchachas y nos dirigimos al local: a pesar de no figurar nuestra reserva, nos dieron una mesa muy buena, y en el tiempito que pasó hasta que empezara el concierto, nos fuimos encontrando con conocidos y conocidas, al mismo tiempo que vislumbrábamos que el lugar se llenaba de gente que incluía a músicos del mismo “movimiento” de Dacal, como Alvy Singer y Tomi Lebrero, que terminaron sentados al lado nuestro. Como la información promocional avisaba que en el recital habría invitados, supusimos que ellos subirían al escenario en algún momento, pero no fue así: simplemente fueron por camaradería, supongo, y para pasar un buen rato, como nosotros.<br />Una hora después de lo avisado en la página web subieron los músicos. El recital empezó con “<strong>Quiero verte hoy”</strong>, la canción que abre el disco que presentaba Onis. Y con la potencia del vivo y el acompañamiento de Dacal sonó mucho mejor en vivo que en estudio. Luego se fue Dacal y quedó sólo Onis con su banda, que en esta ocasión incluía a Alfonso Barbieri, el acordeonista y cofundador de Los Cocineros. Entre las canciones que interpretaron hubo algunos temas del disco, como <strong>“Canten”</strong>, <strong>“Portugal”</strong> y <strong>“Fondo de Omar”</strong>, y un par de covers: <strong>“2001”</strong> (de Os Mutantes, aquella banda brasilera donde empezó Rita Lee) y <strong>“Lo’ dedo negro”</strong>, del mítico uruguayo Eduardo Mateo. Salvo algún que otro tema, el segmento de Manuel Onis no nos fascinó demasiado; me gusta que exista este tipo de música, sólo que la voz de Onis no nos llegó a nuestro interior de la misma manera catártica que logra Dacal, y sus melodías tampoco nos “movieron el alma”.<br />Finalmente, Pablo Dacal volvió a subir al escenario como invitado en <strong>“Enterrada”</strong>. Y luego, antes de comenzar el segmento específico de Dacal, ambos músicos hicieron subir a “un gran músico argentino, que formó parte de las bandas Don Cornelio y La Zona y Los Visitantes”. Obviamente, se referían a Palo Pandolfo; su inesperada presencia nos sorpendió a todos. Y cuando sonó la frase “Te estoy esperando ansiosamente…”, todo el local reconoció la canción, aunque muchos no nos acordábamos el nombre: era la gran <strong>“Antojo”</strong>, del primer disco de Los Visitantes. Palo Pandolfo al micrófono mostró su conocido histrionismo y expresividad, cosa que se hizo más patente todavía con la siguiente canción, la conmovedora <strong>“A través de los sueños”</strong>. Escuchar los lamentos de la parte sin letra del tema entonados por Pandolfo, Dacal y Onis era algo que casi ponía la piel de gallina. Finalmente, se fue Onis del escenario y quedaron sólo Dacal y Pandolfo para hacer <strong>“Zamba del fin del mundo”</strong>, uno de los tantos temas del último disco de Dacal que tienen toda la pasta para ser clásicos instantáneos, con momento para silbar incluido. A continuación Pandolfo abandonó el escenario y quedó sólo Dacal para hacer un gran cover de Atahualpa Yupanqui: <strong>“El árbol que tú olvidaste”</strong>. De ahí en adelante, varios músicos lo acompañaron en lo que quedó del recital, y lo extraño fue que tocaban instrumentos típicos de una banda de rock (cosa rara para este artista): guitarra eléctrica, bajo y batería (además de un piano, que era algo más esperable). De manera que lo que en cualquier recital sería normal, aquí fue especial, y pudimos escuchar con “formación de rock” algunos hitos de Dacal como <strong>“Todo o nada”</strong> o <strong>“Amor es un monstruo”</strong>, que definitivamente sonaba muy diferente de esta manera (me tomo el atrevimiento de decir que me gusta más la versión acústica de este último tema). Del álbum “La era del sonido”, además de la ya mencionada “Zamba del fin del mundo” sonaron <strong>“La guitarra y el bolsón”</strong> y <strong>“El mundo del espectáculo”</strong>, durante la cual los instrumentos de viento fueron reemplazados por los coros espontáneos de parte del público. En resumen, de su último disco Dacal eligió los tres temás más “instantáneamente hiteros”, lo cual fue una buena muestra para mis tres acompañantes, que todavía no habían escuchado el disco.<br />Además sonaron en el recital dos temas que yo no conocía: <strong>“De pie”</strong> y <strong>“El mundo es una canción”</strong>. Y por suerte Dacal retomó un cover que lo vi interpretar hace un par de años: <strong>“Mandolín”</strong>, del fallecido uruguayo Gustavo Pena, alias “El Príncipe” (“una pena que nos haya dejado”, dijo Dacal). Para finalizar, volvieron a subir al escenario Manuel Onis y Palo Pandolfo, y Pablito Dacal hizo referencia a que se estaban cumpliendo 25 años de la vuelta de la democracia al país, motivo por el cual cantarían una canción que tenía que ver con eso. Y lo que sonó fue, una vez más, otra sorpresa: <strong>“No llores por mí, Argentina”</strong> de Serú Girán.<br />Y ahí terminó todo. Media hora de Onis, una hora de Dacal: en total fue una hora y media que se pasó muy rápido, y nos quedamos contentos y con ganas de bises. Como no hubo ninguno, en compensación me acerqué al escenario y me llevé la lista de temas de ambos músicos, repitiendo la acción que efectué hace dos años cuando vi a Me Darás Mil Hijos en el mismo lugar. Así que después de unos minutos de “after show” nos fuimos, reafirmando algunos (inaugurando otros) nuestro gusto por este “almagrense de nacimiento, rosarino por elección” (según Fito Páez). Hasta el próximo post, y, como diría Dacal: “¡Salut!”.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-18864681840728735602008-03-18T09:54:00.000-07:002008-03-18T10:49:09.581-07:00Crónicas desde Vélez Sarfield (Bob Dylan en Buenos Aires)<span style="font-size:85%;">Sábado 16 de marzo de 2008, 20 horas, estadio de Vélez Sarfield. El telonero de la noche es <strong>León Gieco</strong>, según muchos el “Bob Dylan argentino”, aunque los que dicen eso parecerían basarse solamente en el hombre que cantaba canciones de protesta entre 1962 y 1965. Pero Dylan tuvo cuarenta años más de carrera; si quisieran poner en el escenario a un verdadero equivalente argentino deberían haber puesto a Andrés Calamaro, alguien mucho más dylaniano por sus canciones sobre amores torturados, sus repentinos autoexilios, sus rimas imaginativas, su voz destrozada y de inflexiones juguetonas al mismo tiempo y su rescate de la canción popular (sin que “popular” signifique sólo “folk”).<br />Pero bueno, estuvo Gieco, y no estuvo tan mal. Como homenaje a la canción latinoamericana interpretó buenas versiones (varias de ellas acompañado por la banda Aca Seca Trío) de “<strong>Como la cigarra</strong>” de María Elena Walsh, “<strong>Maturana</strong>” de Cuchi Leguizamón, “<strong>Los chacareros de Dragones</strong>” (un legendario tema propio dedicado a Víctor Jara), “<strong>Cuando llegue el alba</strong>” de Jorge Cafrune, “<strong>Zamba por vos</strong>” de Alfredo Zitarrosa, “<strong>A nuestros hijos</strong>” compuesta junto a Iván Lins, “<strong>Casamiento de negros</strong>” de Violeta Parra y “<strong>La guitarra</strong>”, letra inédita de Atahualpa Yupanqui que Gieco musicalizó luego de su muerte (al introducir este tema se mandó una fea, ya que dijo que era una suerte haber compuesto un tema con Yupanqui, y eso es lisa y llanamente falso; como lo que digo no es ninguna pavada, si alguien tiene datos que prueban que estoy equivocado, hágamelo saber). En el medio hizo subir a Gustavo Santaolalla: gran sorpresa (mi amigo Mr. Cínico, sentado al lado mío, dijo “Uau, el ganador del premio de la Academia”). Juntos rememoraron la época del proyecto “De Ushuaia a La Quiaca” interpretando la bella “<strong>Canto en la rama</strong>”, una de esas canciones tradicionales recopiladas por Leda Valladares. Finalmente, Gieco entonó a capella “<strong>Cinco siglos igual</strong>”, que se grabaría para un CD a beneficio de las Madres de Plaza de Mayo, al igual que la siguiente canción: “<strong>La memoria</strong>”. El guiño fue que esta última la interpretó con un feeling muy “The freewhelin’ Bob Dylan”, o sea, con armónica, guitarra y un ritmo veloz, distinto al de la versión original y más similar al que nuestro visitante ilustre usaba en los 60s para hacer sus canciones de protesta. El público había recibido unos volantes con la letra de estas canciones, acompañadas por un texto “cuasisurrealista a lo Dylan” escrito por Gieco, con muchas faltas de ortografía (que quizás no eran de él sino del transcriptor). Finalmente, Gieco dijo algo así como que se tenía que ir yendo, pero que no podía desaprovechar el hecho de que dos grandes amigos estuvieran allí, y subieron al escenario Gustavo Santaolalla y Charly García. Muchos temimos por el comportamiento de Charly, pero éste dijo “Todo por Bobby…” y quedó claro que el “todo” incluía portarse bien. Sonó el inconfundible comienzo de “<strong>Pensar en nada</strong>” y el trío mítico jugó a ser un trío mítico teloneando a un artista mítico. Para despedirse hicieron la obvia: “<strong>El fantasma de Canterville</strong>”, que Charly compuso para que la cantara Gieco como parte del grupo Porsuigieco. Y chau teloneros.<br />Pasados cinco minutos de las 21:30 se apagaron las luces y sonó la voz grabada de un locutor cuasicircense que ampulosamente presentaba al Artista terminando con las ya míticas palabras: “Ladies and gentlemen - Columbia recording artist <strong>Bob Dylan</strong>”. Y salió nomás el Hombre de Negro con su Sombrero y sus Secuaces a tomar por asalto la noche. Los que estábamos sentados nos paramos aplaudiendo, por supuesto, y a continuación sonaron unos inconfundibles (para mí) golpes de batería: “PAPA PA-PAM PA-PAM…” y yo casi muero de emoción: era el comienzo exacto de “Blonde on blonde”, el primer disco de Dylan que poseí y escuché en mi vida. “¡¡¡<strong>Rainy day women 12 & 35</strong>!!!” le grité a Mr. Cínico, y sí, era esa nomás, con esas lúdicas notas circenses transformadas aquí en puro rock. Y por fin pudimos cantar con Dylan eso de “Everybody must get stoned”. Bueno, cantar es un decir: cuando Dylan quiere, entona como cualquier mortal, pero la mayor parte del tiempo no quiere, sino que hace una mezcla entre un canto “normal”, un recitado que se rastrea fácilmente en sus últimos discos y un fraseo imprevisible que hace que uno nunca sepa cómo va a interpretar cada canción.<br />De ahí en adelante, cada vez que la banda empezaba un nuevo tema, Mr. Cínico y yo tratábamos de resolver lo más rápido posible el enigma lostiano de comprender de qué canción se trataba, ya que sabíamos que en vivo Dylan deforma los temas haciéndolos casi irreconocibles (mucha gente sólo los reconoce al escuchar el primer verso, y otros sólo al llegar el estribillo). Debo decir que, salvo en dos casos en que no conocía tanto la canción en cuestión, no me resultó difícil reconocer los temas: siempre había cierta instrumentación, arreglos, cadencia o estructura reconocible para aquel que recordaba las versiones originales, de manera que resultaba claro de qué canción se trataba. Al menos para mí, que la mayoría de las veces me adelanté a Mr. Cínico: “¡<strong>Lay lady lay</strong>!” le grité al empezar el segundo tema, emocionado e intrigado porque nadie más parecía haberse dado cuenta. Pero luego cayeron, y todos nos preguntábamos felizmente cómo era posible que dos canciones tan míticas fueran los primeros temas del show, ya que habíamos ido resignados a escuchar cosas menos conocidas. Algo así sucedió a continuación: sonó “<strong>Watching the river flow</strong>” pero, aunque quizás muchos no la conocían, nadie se quejó, porque la entrega de Dylan y el poderío de la banda suplían cualquier posible desinterés que pudiese surgir. Esa banda era sublime; no puedo destacar el desempeño de ninguno en particular por sobre los demás, pero debo decir que el baterista era quizás el que más se lucía. Y cuando había algún solo de guitarra, la gente siempre aplaudía, pero no por el virtuosismo (ya que ningún solo resultó lo que se dice virtuoso), sino por la simple belleza de la música.<br />A partir de ahí, Dylan dejó la guitarra que había estado tocando y se puso paradito al teclado (lugar que no abandonaría en toda la noche) para hacer otro clásico absoluto: “<strong>Masters of war</strong>”. A esa altura, me acostumbré a lo inesperado, a una noche llena de hits. Esta versión me gustó definitivamente más que la original, ya que, con toda la instrumentación y la voz gastada de Dylan, se hacía más patente el tono sombrío y apocalíptico del tema, que en su época supo defenestrar Joan Baez porque incluía frases como “Espero que ustedes se mueran” y según ella eso es algo que ni siquiera hay que desearles a los fabricantes de armas.<br />A continuación vinieron canciones más modernas, empezando por dos de su último disco: el rock “<strong>The leeve’s gonna break</strong>” y la plácida (y favorita en mi último ambiente de trabajo) “<strong>Spirit on the water</strong>”. Así es, pudimos escuchar en vivo frases como “I can’t go back to paradise no more, I killed a man back there…”. Y pudimos escuchar a Dylan en armónica, algo mítico y hermoso que se repetiría durante toda la noche. Luego vino una favorita personal de Mr. Cínico (quizás por eso él la reconoció antes que nadie): “<strong>Things have changed</strong>”, compuesta para la brillante comedia de Curtis Hanson “Wonderboys” (estrenada aquí como “Fin de semana de locos”). Pero, en una noche llena de emociones, esa interpretación nos resultó la menos interesante. Como dato curioso, el Oscar ganado por ese tema reposaba sobre uno de los parlantes, aunque no me percaté en el momento sino que lo leí en otras críticas. Después Dylan volvió a su último álbum para hacer “<strong>Workingman’s blues 2</strong>”: sorpresivamente, fue muy ovacionada por el público, que aplaudía al finalizar cada estrofa (no es un superhit, así que sólo supongo que los emocionó la belleza de la canción en sí). Pero lo siguiente sí fue un superhit: empezó a sonar “<strong>My back pages</strong>” pero sin letra, solo instrumental, y cuando yo ya estaba por extrañar las figuras de los que lo habían acompañado a Dylan en esa gloriosa versión del recital por su trigésimo aniversario con la música (George Harrison, Tom Petty, Roger McGuinn, Eric Clapton y Neil Young), los músicos sacaron de la galera un famoso riff que transformó el tema en una versión IN-CRE-Í-BLE de “<strong>Just like a woman</strong>”. Como en todas las canciones coreadas por el público, resultaba gracioso escuchar cómo la gente entonaba el estribillo y Dylan recién cantaba cada verso después de que el público lo hiciera, a su particular ritmo. Como sea, ese tema fue de lo más aplaudido de la noche.<br />El tema siguiente fue “<strong>Honest with me</strong>”, otra muestra de sus últimos álbums, que fue seguida por la bella y lenta “<strong>When the deal goes down</strong>”. Y luego vino una DE-MO-LE-DO-RA versión de “<strong>Highway 61 revisited</strong>”, cuyo original nunca me gustó del todo debido a unos sonidos circenses que por suerte estaban ausentes en vivo. En esta canción, más que nunca en todo el show, la banda la rompió. Para contrarrestar tamaña energía, Dylan volvió a los lentos, esta vez con la bellísima “<strong>Nettie Moore</strong>”, otro punto alto de la noche. Era muy conmovedor escuchar cómo de repente el público empezó a hacer palmas siguiendo el ritmo reposado y marcial (nada “populero”) de la batería; esos sonidos retumbando en todo el estadio ponían la piel de gallina, igual que la canción, ideal para escuchar bajo esa luna que nos había acompañado desde muchas horas antes. Finalmente, llegó el turno de “<strong>Summer days</strong>”, último tema “actual” de la noche, ya que después sólo habría clásicos. Y el primero de esta última seguidilla fue “<strong>Like a rolling stone</strong>”. Una vez más, gran parte del público sólo reconoció la canción cuando Dylan entonó el famoso “Once upon a time you dressed so fine…”. Ahí sí, se pararon todos (en consecuencia, nosotros también), y el estribillo (“How does it feel…”) fue el más coreado de la noche.<br />Al finalizar esa joya, la banda se fue del escenario por un par de minutos mientras nosotros nos preguntábamos cuáles serían los dos bises elegidos para cerrar la noche (sabíamos que Dylan hace 17 temas por show). Y mi sorpresa al volver la banda y comenzar el siguiente tema fue similar a la del comienzo, ya que sonó otro clásico de “Blonde on blonde”: “<strong>Stuck inside of Mobile with the Memphis blues again</strong>”. Esta fue quizás la canción que más demoró en “cazar” el público, pero cuando se dieron cuenta, nadie pudo resistirse al “Oh… mama… can this really be the end…”. Para terminar, un rasguido guerrero de guitarra y un telón con un extraño símbolo anunciaron otro de los riffs más reconocibles (no sólo del repertorio de Dylan, sino de toda la historia de la música): el de “<strong>All along the watchtower</strong>”, otra demoledora versión que dejó extasiados a todos. Cuando Dylan terminó de decir “Outside in the distance a wildcat did growl, two riders were approaching, the wind began to howl…”, efectivamente, la banda se mandó un aullido instrumental para atesorar. Todo había terminado, y Dylan y sus Secuaces se juntaron para saludar al público (su pose era mítica, con un brazo arqueado como para un retrato antiguo). Y, según dicen los que estaban más cerca, Dylan miró a sus músicos y asintió, como diciendo “Sí, hagamos una más”. Y se vino el más famoso de sus himnos: “<strong>Blowin’ in the wind</strong>”, en versión bluseada. Cuando uno pensaría que él ya está viejo para una letra tan inocente, el tipo vuelve a incorporar esta necesaria canción a su repertorio regular. Y por eso podemos considerarnos afortunados: no sólo hizo 18 canciones en vez de sus usuales 17, sino que rompió la regla de no hacer “All along the watchtower” y “Blowin’ in the wind” las dos en un mismo show (generalmente, si hace una no hace la otra). Obviamente, esas cosas se piensan después; en el momento sólo captamos el dedo de Dylan que se levantaba hacia la gente haciendo el signo de “Está todo OK”, y supusimos que esa rara muestra de humanidad con su público significaba que le habíamos caído bien.<br />¿Y luego? Después de que la banda se fue, sólo restaba volver a casa. Más allá de nuestro gran recuerdo del show, Mr. Cínico sacó el dato curioso de que en una noche habíamos visto a dos ganadores del oscar sin haber visto ninguna película. Mi correspondiente dato curioso fue: “Dentro de una hora vamos a volver a vivir el horario en que Dylan cantó sus últimas canciones”. Así es, porque esa noche el reloj volvía a atrasarse: al dar las 12 de la noche, volvían a ser las 11. <strong>El día en que Dylan tocó en Buenos Aires fue tan especial que duró 25 horas.</strong></span>Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-49369189425117394822008-03-12T21:28:00.000-07:002008-03-12T22:27:49.081-07:00Trece observaciones al tuntún sobre Bob Dylan<span style="color:#000000;"><em><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000000;">(Aclaración: las citas textuales fueron recopilados de varios sitios webs devotos de Dylan. No chequée las fuentes, sólo creo en ellas...)</span></em></span><br /><span style="color:#000000;"><em><span style="color:#000000;"></span></em></span><br /><span style="color:#000000;"><em><span style="color:#000000;">-</span>Bob Dylan <strong>es como Einstein. Como un disparo divino. (Kris Kristofferson)</strong></em><br /></span><br /><strong>-01: Soportar la voz nasal.</strong> Empecemos por la trampa: el unplugged. Lo primero que muchos argentinos escucharon de Dylan fue su recital para MTV Unplugged, muy promocionado a mediados de los 90’. Y muchos comentarios fueron del tipo “Si Dylan tiene esa voz horrible nunca más lo escucho en mi vida”. Pero imaginemos que alguien no conoce a Charly García y para hacerlo concurre a uno de sus shows actuales y tiene la mala suerte de que justo resulta uno de sus shows desastrosos, donde rompe todo, canta poco y tiene la voz increíblemente hecha pelota, y luego esa persona opina “De este tipo no voy a escuchar ningún disco, con ese desgano que tiene y esa voz horrible”. Por su impresión de un show específico, esa persona se estaría perdiendo de escuchar muchas joyas de épocas mejores. El caso de Dylan en parte es similar, con la diferencia de que en la noche del unplugged el tipo <em>realmente no estaba cantando mal.</em> Lo que hacía era llevar al extremo su deconstrucción de las melodías, usando su voz nasal al límite de las posibilidades. Si esta explicación no dice nada, entonces baste decir que en los discos en estudio su voz no sólo no es para nada insoportable, sino que es una de las voces más expresivamente bellas jamás grabadas. Y si alguien considera que ese unplugged fue un punto bajo, entonces digamos que el tipo volvió a resurgir como exquisito cantante, y que ese resurgimiento es uno de los tantos en su carrera, que está llena de vaivenes estilísticos, cambios de rumbo, de religión (cosa que influyó en su música), de estilo y de… voz. Pero claro, “entrar” en Dylan no es fácil, y hay algunos discos (como el Unplugged) que es más fácil disfrutar cuando ya se ha asimilado la variedad e intensidad de las performances dylanianas.<br /><br /><em>-La mayor parte de la crítica musical está en el siglo XIX. Está muy por detrás de, pongamos por caso, la crítica de pintura. No se concibe el hecho de que Dylan quizá sea un cantante más sofisticado que Whitney Houston, de que <strong>él es seguramente el cantante más sofisticado que hemos tenido en una generación.</strong> Nadie identifica a nuestros cantantes populares como a Matisse o Picasso. <strong>Dylan es un Picasso, con esa exuberancia, variedad y asimilación de la historia entera de la música (…). Dylan es uno de esos personajes que sólo aparecen una vez cada 300 o 400 años. (Leonard Cohen)</strong></em><br /><br /><strong>-02: Un cantante de verdad.</strong> De cantantes como Whitney Houston o Mariah Carey (o de tantos aspirantes a American Idol) se podrá decir que entonan bien o que tienen un buen registro, pero, obviamente, eso en sí no es un valor… al menos para mí (los valores son relativos). Encuentro más placentero y admirable ver gente “no dotada vocalmente” pero que toca y canta con pasión (pongamos por caso The Police o Neil Young) que ver a un cantante eximio que “llega a notas altas” para cantar basuras pop. Y la calificación de “basuras pop” no se refiere a las canciones en sí, sino a la sinceridad con que son interpretadas. Bob Dylan también puede cantar cosas cursis, como “Si tuviera las estrellas de la noche más oscura y los diamantes del océano más profundo, renunciaría a ello a cambio de tu dulce beso, porque eso es todo lo que quiero poseer”. La diferencia es que el “yo lírico Dylan” <strong>cree en la verdad de lo que canta</strong>, lo cual hace que su canto sea muy expresivo, y esa expresividad nos emociona, porque nos relaciona en un nivel personal con el cantante y nos hace sentir que estamos escuchando verdadera pasión, verdadera alegría, verdadero dolor, y no sólo “una persona cantando una letra cursi”.<br />Es por esto que <strong>el verdadero poder de Dylan no está en sus letras sino en su interpretación</strong>. Claro que si queremos ocuparnos del aspecto exclusivo de las letras, descubriremos también que nadie ha escrito la cantidad, calidad y variedad de genialidades que él compuso.<br /><br /><em><strong>-No hace falta oír lo que dice Bob Dylan, lo importante es cómo lo dice. (John Lennon)</strong></em><br /><br /><strong>-03: El mejor disco de todos los tiempos.</strong> Para “entrar” en Dylan, recomiendo escuchar el mejor disco de todos los tiempos: <strong>“Blood on the tracks”</strong>. Casualmente, el mejor disco de todos los tiempos tiene el comienzo más hermoso posible. Pongan play y escuchen “Tangled up in blue”, donde una guitarra apacible, limpia y calma nos da amablemente la bienvenida. Parece decir cálidamente “seguí escuchando, seamos amigos por un rato”.<br /><br /><em><strong>-Dylan ha escrito canciones que tocan lugares de la mente a los que nadie antes había llegado. (Jerry Garcia, cantante de The Grateful Dead)</strong></em><br /><br /><strong>-04: La mejor canción de la historia.</strong> Y ya que estamos con “Blood on the tracks”, sigamos. Por suerte, el mejor álbum de la historia contiene la mejor canción de la historia: <strong>“If you see her, say hello”</strong>. ¿En qué me baso para semejante juicio? En lo que la canción me hace sentir. Dylan no es famoso por esto, pero <strong>ha creado las canciones de amor más hermosas, catárticas y conmovedoras que uno pueda escuchar</strong>. Por un lado, este tema está genialmente escrito, con esa cuota de resignación por el amor perdido y al mismo tiempo esa sensación de que el yo lírico todavía no terminó de aceptar esa pérdida en verdad. Por otra parte, la interpretación vocal llega tan hondo que pone la piel de gallina. Y si alguna vez tienen la suerte de escuchar esta canción, quizás noten un tercer componente que la hace dramáticamente sublime: el cambio de velocidad. Comienza con un ritmo reposado, y, poco a poco, a medida que la voz de Dylan se vuelve más “urgente”, la canción va ganando ritmo de manera casi imperceptible hasta volverse algo en lo que al yo lírico le va la vida.<br /><br /><em>-Bob era un príncipe. Aún le veo como <strong>el poeta más grande de nuestra época. (Roy Orbison)</strong></em><br /><br /><strong>-05: El humor. </strong>Además de cultivar el amor y el deseo como uno de sus grandes temas, Dylan tiene una larga lista de canciones puramente basadas en el humor y la ironía, cosa que en los 60’ quizás era novedosa pero ahora no. Pero lo más llamativo es la combinación de ambas vertientes: hay canciones suyas que hablan de algo trágico o disfuncional pero con una cuota de humor, como restándole algo de gravedad al asunto (o dejando ver que el humor es la única manera con la que el yo lírico puede lidiar con esa situación). Esa combinación se encuentra también en todo cantante o grupo posmoderno, pero generalmente está acompañada de una pose que parece decir “miren lo ingenioso que soy, cuento mis penurias con humor”. En Dylan no, en sus canciones <strong>el humor es todo sencillez y humildad</strong>. Ejemplo: “You’re gonna make me lonesome when you go”, otra joyita de “Blood on the tracks”. O cualquiera de sus últimos discos (la frase “It’s not dark yet, but it’s getting there” me parece particularmente brillante).<br /><br /><em>-Nada de folkie o poeta. <strong>Es la gran bestia del rock and roll. (Chuck Berry) </strong></em><br /><br /><strong>-06: Los mejores títulos de canciones que existen.</strong> Por puro capricho detengámonos en un aspecto muy poco serio o comprobable estadísticamente hablando: el tipo inventó los mejores títulos de canciones que se hayan escrito. Ninguna persona cuerda podría resistir la curiosidad de escuchar temas que se llamen “Dark eyes”, “Boots of Spanish leather”, “Hazel”, “Masters of war”, “Restless farewell”, “It’s alright, ma, I’m only bleeding”, “Every grain of sand”, “Most of the time”, “Death is not the end”, “A hard rain’s-a-gonna fall”, “One too many mornings”, “The wicked messenger”, “Love minus zero”, “I and I”, “Desolation Row”, “Seven days”, “All along the watchtower”, “Everything is broken”, “Buckets of rain”, “It takes a lot to laugh, it takes a train to cry”, “Bye and bye”, “My back pages” o “When I paint my masterpice”, por nombrar sólo algunos.<br /><br /><em>-<strong>Dylan se ha inventado a sí mismo.</strong> Se ha creado de la nada. Es decir, a partir de las cosas que tenía a su alrededor y dentro suyo. Dylan es una invención de su propia mente. La cuestión no pasa por comprenderlo sino por asimilarlo... <strong>(Sam Shepard)</strong></em><br /><br /><strong>-07: Los artistas que uno descubre al descubrir a Dylan.</strong> Pero Bob Dylan no empezó de la nada, y lo interesante es que si uno se adentra en su música descubre los artistas que lo influenciaron y posibilitaron su construcción como “héroe de la canción”. Artistas tan mágicos y mugrosos (en el buen sentido de la palabra) como él: Blind Lemon Jefferson, Bukka White, Woody Guthrie, Hank Williams, Blind Willie McTell, Jesse Fuller y Leadbelly son sólo algunos de los bluseros y cantantes de folk y country a los que vamos teniendo acceso cuando escuchamos los primeros discos de Dylan, esos en los que el tipo acomete la misma práctica que muchos de sus músicos admirados: ponerle una letra propia a una melodía ya existente para crear una versión nueva de un clásico, o directamente, una canción totalmente nueva. Así es, las melodías de “Blowin’ in the wind”, “A hard rain’s a-gonna fall” y “Song to Woody”, entre otras, no pertenecen a Dylan. Pero eso no le quita el valor a las versiones dylanianas. De hecho, la manera en que él organizó todos sus conocimientos en una nueva forma musical, más libre, directa, irónica y hasta autorreferencial, es única.<br /><br /><em>-Se sacaba esas canciones de la nada. No sabíamos si eran suyas o si las recordaba. Cuando las cantaba, no lograbas distinguir. <strong>(Robbie Robertson, cantante de The Band)</strong></em><br /><br /><strong>-08: Reversionándose a sí mismo.</strong> A medida que avanzaba su carrera y su estilo tomaba variados cambios de rumbo, Dylan fue cambiando su timbre característico, logrando que uno se sorprenda con, por ejemplo, el disco “Nashville skyline”, donde su voz suena radicalmente distinta a lo que el público estaba acostumbrado, casi como la voz de un afectado galán country en vez de la de un joven folkie. Y en sus shows incurría en cambios más drásticos, haciendo que algunos temas que en los discos eran reposados sonaran en vivo mucho más veloces. Hoy en día en sus recitales lleva al límite esa <strong>deconstrucción de su propio legado</strong>, creando melodías totalmente nuevas para varios temas legendarios, o cantando letras de una canción con la melodía de otra canción.<br /><br /><em><strong>-Yo nunca he visto carisma como el que exhibía Bob en sus actuaciones. (Joan Baez)</strong></em><br /><br /><strong>-09: Sobre héroes y tumberas.</strong> Hubo un boxeador negro llamado Rubin Carter y apodado “Huracán”, que fue injustamente acusado de asesinato y condenado a prisión. A medida que ese hecho se iba haciendo público, muchos famosos se pronunciaron públicamente en contra de su encarcelamiento, entre ellos Bob Dylan (que, sí, se hizo famoso como cantante de protesta, pero se transformó en mucho más que eso). Dylan sacó una canción detallando todas las mezquindades y arbitrariedades a que fue sometido Carter. Una canción brillantemente “narrativa”, por cierto, llamada precisamente “Hurricane”. A fines de los 90’, cuando Carter ya estaba en libertad, se hizo una película sobre su historia, con una duración de aproximadamente dos horas y media y un protagónico de Denzel Washington. Lo interesante fueron algunas críticas perspicaces que dijeron “La canción de Bob Dylan contaba la misma historia pero en sólo ocho minutos, y era mucho más entretenida”.<br />Esta canción, por otra parte, tuvo un muy buen cover en castellano a cargo de María José Cantilo, un cover que respetaba la estructura y melodía del original y además lograba recrear la letra en castellano de manera muy lograda y para nada forzada. Me gusta cuando se logra eso, y con Dylan no es fácil.<br /><br /><em>-Se creó a sí mismo, como Lawrence de Arabia, como alguien (…) que se convierte en <strong>una figura para la que no pasa el tiempo porque atraviesa las épocas. </strong>Alguien que, en su actuación y cambios, nos enseña a ver las diferentes posibilidades de las diferentes eras. <strong>(Greil Marcus)</strong></em><br /><br /><strong>-10: Yo, traductor.</strong> Como hizo María José Cantilo con “Huracán”, yo también intenté mis propias traducciones de Dylan. Mientras escuchaba sus canciones frente a una PC esperando que me ordenaran hacer trámites en una oficina céntrica, fui escribiendo temas de Dylan pero en castellano, o mejor dicho, “trasladando el feeling” al castellano, ya que no siempre eran traducciones literales. La única manera en que me salía era escuchando las canciones en el momento; si no, no podía. De esa manera, logré traducciones “artísticas” (o sea, no necesariamente literales) de “Wedding song”, “I threw it all away”, “Lovesick” y “Queen Jane approximately”. Debo decir que quedé bastante conforme con el resultado. No desesperen, algún día esos textos verán la luz.<br /><br /><em>-Cuando lo descubrí fue un deslumbramiento asombroso. Me gusta el caos, no la disciplina, y él era <strong>el profeta del caos</strong>... Él empezó a hablar de otras cosas, metió la literatura en el rock. Me ha alimentado y me sigue alimentando. <strong>(Joaquín Sabina)</strong></em><strong><br /></strong><br /><strong>-11: Yo, escribiendo a Dylan.</strong> Resulta que no sólo intenté traducciones. En “Pierre Menard, autor del Quijote”, Borges cuenta la historia de un tipo que se propone escribir un Quijote igual al de Cervantes (no una versión, sino uno exactamente igual). De modo parecido, yo me maravillé a tal punto con las letras de Dylan que descubrí que, siendo tan perfectas, el acto mismo de ponerlas por escrito es producir arte, aunque ese “escribirlas” sea “copiarlas”, o sea “reescribirlas sin cambiarles una coma”. De manera que, en esas tardes de pseudotrabajo donde intentaba mis traducciones, cuando la inspiración no me alcanzaba para traducir letras de Dylan simplemente escribía las originales a medida que escuchaba las canciones. Y ¿saben qué? Al transcribir las letras de Dylan, yo estaba produciendo arte. (Se ve que tenía tiempo libre en esa oficina…)<br /><br /><em><strong>-Bob suena como si sus canciones tuvieran 300 años pero hubieran sido escritas ayer. (Martin Scorsese)</strong></em><br /><br /><strong>-12: Como Gershwin, como Cole Porter, como Buddy Holly.</strong> Si no le creen a Scorsese, prueben escuchar los últimos dos discos de Dylan: “Love and theft” y “Modern times”. Su capacidad para reinventarse a sí mismo nunca quedó mejor plasmada que en ese resurgimiento en el que sacó de su galera canciones que parecen hipertradicionales, canciones que parecen haber estado escritas y sonando desde siempre, pero que tienen no más de siete años, canciones cuyas letras e interpretación tienen una belleza, complejidad y variedad que abarcan el blues, el country, el rockabilly y quién sabe cuántos ritmos más, llevándonos instantáneamente a <strong>otros tiempos menos tecnológicos</strong>, más propios de la primera mitad del siglo XX.<br /><br /><em>-Bob Dylan. Una mente fuera del tiempo.<strong> (Paul Williams)</strong></em><br /><br /><strong>-13: Imprevisibilidad absoluta.</strong> Cuando un artista saca un nuevo disco y sale de gira, suele interpretar los temas más exitosos de su carrera (con una o dos posibilidades de cambio de repertorio entre recital y recital) y algunas canciones del nuevo disco que promociona (canciones en las que también puede haber una pequeña variación entre recital y recital). Es decir, uno puede observar la lista de temas de una sucesión de shows y anticipar con certeza un 80% de lo que ese artista tocará en su próximo concierto. Con Dylan no; observen las listas de temas de recitales sucesivos suyos y sólo observarán un puñado de seis o siete canciones que se repiten. El resto es misterio, ya que varía ampliamente en cada concierto. Incluso esas seis o siete canciones no aparecen cada una en cada recital, o sea que no hay ninguna manera de anticipar con seguridad ninguna canción, ni siquiera las más famosas, como “Blowin’ in the wind”, “All along the watchtower”, “Like a rolling stone” o “The times they are-a changin’”. Todo eso hace de sus shows algo <strong>bienvenidamente imprevisible</strong>.<br />Por supuesto, cada fan de Dylan tiene decenas de canciones preferidas, y también muchas canciones que lo mantienen indiferente. Por eso, aún siendo Dylan mi artista favorito, creo que la única manera de enfrentarme a un recital suyo es saber de antemano que saldré decepcionado, es decir, inevitablemente sentiré que no tocó muchas canciones que forman parte de mi vida, y también que tocó muchas que podría haber reemplazado por otras. Pero bueno, intentaré gritarle “¡¡Mississippi!!”, a ver si me escucha…<br /><br /><em>-Lo que más puedo esperar es cantar lo que pienso, y quizás evocar algo en los demás. No me insultes diciéndome que soy una persona con mensaje. Mis canciones no son más que un diálogo conmigo mismo. <strong>(Bob Dylan)</strong></em><br /><br /><strong>-Cerrando poéticamente:</strong> si logran entrar en el mundo de las canciones de Bob Dylan (y su Voz, y los Instrumentos, y la Historia, y las Mujeres, y la Harmónica, y la Risa, y la Poesía, y todo gran artista clásico que descubrimos cuando descubrimos a Dylan), si logran entrar, entrarán en un mundo nuevo. Verán realmente cómo algo enorme y bellísimamente gratificante se abre ante ustedes.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-72107988291962889782008-01-06T19:36:00.000-08:002008-01-06T20:05:25.115-08:00Los estrenos comerciales de cine del 2007 que yo vi (qué título largo, che)El título lo dice todo, supongo. Aclaración 1: estas breves reseñas fueron escritas sin pretensión de "estilo", más bien como "escritura para los amigos". Aclaración 2: no cuento ningún secreto importante que les arruine los films si no los vieron. Aclaración 3: generalmente veo en cine las películas que presupongo que luego me arrepentiría de no haber visto en pantalla grande si las llego a ver en DVD o cable. O sea que hay mucho blockbuster hollywoodense en este resumen, pero, como en todos los años, hubo blockbusters buenos y malos. Y muchas las vi gratis por una credencial mágica que me prestó un amigo a quien mantendremos en respetuoso anonimato, así que no se sorprendan por la cantidad (75).<br /><strong></strong><br /><strong>-“Be with me”</strong>: a pesar de que se estrenó pasada mitad de año, yo la ubico al principio porque ése fue mi orden cronológico, ya que la vi en el Festival de Cine de Buenos Aires del 2006 y entonces es el primer estreno del 2007 que yo haya visto alguna vez. Una mezcla de historias, y para describirla citaré mis propias palabras de hace dos años. Por un lado, se cuenta la relación amorosa de dos amigas (gran parte de este segmento es mudo y está constituido por los mensajes de texto que se mandan las protagonistas). Por otro lado, la historia de un guardia de seguridad gordinflón que se enamora. En tercer lugar, un señor mayor que parece abatido y sin ningún interés por la vida. Nada fuera de lo común hasta ahora. El cuarto componente del film era la historia de una vieja ciega y sorda, que, extrañamente, está basada en una historia real: la mujer que vemos en pantalla se interpreta a sí misma. Y parte de este segmento es básicamente documental: en pantalla se lee la biografía que ella escribió mientras se ven escenas de su vida. No es raro que exista un documental así, lo raro es la mezcla de historias ficticias y documental del film. Al final, por supuesto, las historias se unen. No es ni por lejos la obra maestra que muchos decían, pero alcanza los 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El laberinto del fauno”</strong>: en medio de sus incursiones hollywoodenses, Guillermo del Toro vuelve al cine en castellano y entrega una obra con un estilo similar al de “El espinazo del diablo”. Y ésta también trata sobre cómo los niños se defienden del mundo de los adultos en tiempos de guerra. La imaginación del mexicano sigue dando buenos frutos, quizás hay más truculencia de la debida, pero se perdona fácilmente por lo llevadero del relato (un “horroroso cuento de hadas”), y hay que decir que el film tiene uno de los momentos más terroríficos del año. Ese monstruo sin ojos… brrr. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Eragon”</strong>: a partir de “El señor de los anillos” se pusieron de moda las películas ambientadas en mundos de fantasía, con hechiceros, dragones, profecías y etcéteras. A veces las cosas salen medianamente aceptables, como en “Las crónicas de Narnia”, y a veces sale una mezcolanza espantosa, como aquí. El protagonista de “Eragon” no tiene carisma, la historia no atrapa, los actores prestigiosos (John Malkovich, Robert Carlyle, Jeremy Irons) no logran aportar mucho, y está Djimon Hounsu, que, como tantas otras veces, parece un decorado de Hollywood para mostrar que ponen actores negros en roles importantes. Lo único bueno son los efectos especiales, que, sorprendentemente, no parecen tan evidentemente digitales como en algunas partes de “La crónica de Narnia”. Pero, como ya se dijo, eso no alcanza: 4 Aires.<br /><br /><strong>-“El grito 2”</strong>: ésta es la continuación de una remake yanqui de una de terror oriental, y forman un raro caso en el que todas están dirigidas por un mismo realizador. La anterior estaba a la altura del original, pero esta segunda parte decae bastante, aún sin llegar a ser mala. Sigue el molde de las otras: varias historias se alternan sin que el espectador entienda la relación espaciotemporal entre ellas, y en todas aparecen fantasmas y también una violencia ejercida entre seres humanos. A diferencia de la primera parte, en esta secuela los elementos parecen estar dispuestos para cumplir con los lugares comunes de este grupo de películas que forman el género del J-horror. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Babel”</strong>: después de “Amores perros” (que todavía no vi), Alejandro González Iñárritu pasó a Hollywood con “21 gramos”, que repetía la estructura de “entrecruzamiento de varias historias, idas y venidas en el tiempo”. Ahora hace lo mismo por tercera vez, pero sus films son cada vez peores: “Babel” es, lisa y llanamente, una porquería enaltecida. Enaltecida por la crítica, lamentablemente, que ve aquí una descripción global de la incomunicación humana. Sí, pero parece que no vieron un film hecho para ganar premios internacionales, sin verdadera preocupación por los personajes y con un enorme mal gusto. La música de Gustavo Santaolalla es buena para escucharse por separado, pero en el contexto del film sólo agrega más solemnidad y aires pretenciosos. 3 Aires.<br /><br /><strong>-“Deja vu”</strong>: volvió Tony Scott, un director que casi nunca se aparta de las películas de acción (“El último boy scout”, “Escape salvaje”, “Enemigo público”, “Hombre en llamas”) y que muchas veces logra hacerlas más interesantes que la media. Como aquí, por ejemplo. “Deja vu” es puro placer pochoclero, pero no placer culposo, porque no hay nada de qué avergonzarse si uno disfruta este film. Denzel Washington vuelve a poner su cara de policía honesto, lo secunda un bienvenido Val Kilmer, y la trama detectivesca se mezcla con elementos de la ciencia ficción. Como en todas las grandes películas sobre la posibilidad de relacionarse con otras líneas temporales, algo melancólico sobrevuela todo el relato. Ah, el auto con “cámara para ver el pasado” incorporada es un hallazgo, y permite una de las persecuciones más originales de los últimos tiempos. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Una noche en el museo”</strong>: sólo por tener una entrada gratis accedí a ver este film en cine. De todos modos, fue una grata sorpresa: a Ben Stiller le cae como anillo al dedo este papel de un guardia de museo que descubre que todo cobra vida a la noche. El film no aprovecha mucho esa premisa que promete asombro, ya que nos acostumbramos rápidamente y todo apunta más a hacernos reír que a maravillarnos. Y, dentro de sus intenciones de films “para toda la familia pero principalmente para un público infantil”, la película se deja ver. Si hasta Robin Williams entrega una performance no sólo “bancable” (lo cual ya es mucho) sino elogiable… 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El descanso”</strong>: una comedia romántica que parece ser una glorificación de las comedias románticas promedio. O sea, sin la brillantez de “La boda de mi mejor amigo” o “Un diván en Nueva York”, pero con actuaciones carismáticas y algún que otro toque ingenioso. Se podría esperar algo más de un cuarteto conformado por Kate Winslet, Cameron Díaz, Jack Black y Jude Law, pero los queremos y los aceptamos igual (sobre todo a Winslet y Díaz). Algunos personajes relacionados con el mundo del cine parecen ser una excusa para que la directora despliegue ironías al respecto, pero esos momentos no son especialmente ingeniosos (de hecho, hacen que la película parezca decir “mírenme, soy inteligente”, cuando la inteligencia debería estar más en el guión y en el desarrollo de las relaciones entre los personajes). La Asociación Ponedora de Aires se debate entre el 5 y el 6; hoy estamos generosos y le ponemos 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Hollywoodland”</strong>: lamentablemente estaba muy cansado cuando vi este film, así que cabeceé algunas veces (pero por suerte fue otra de las entradas gratis que obtuve, así que mi bolsillo no lo lamenta). Aún así, creo que si el relato hubiese sido más apasionante, yo lo habría seguido con total atención. Es cierto que Ben Affleck entrega una buena actuación (raro, ¿no?) como el tipo que hacía de Superman en los viejos seriales, y también hay que agradecer que la investigación que Adrian Brody hace del crimen de ese actor no está resuelta de manera “explícita para bobos”, como suele hacer Hollywood. Pero repito que el film era pesado de ver, y eso deja como resultado 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Apocalypto”</strong>: luego de un film sobre Cristo hablado en arameo, el nuevo capricho directorial de Mel Gibson es un film sin estrellas hablado en maya. La sorpresa es que esta película resulta ser todo lo apasionante y grandiosa que no fue la anterior. Las dos horas y cuarto se pasan volando, mientras presenciamos la clásica odisea de un hombre común (digamos, un “ordinary maya”) que debe salvar su vida y la de su familia del asedio de los poderosos. Un cine físico y violento como hacía mucho que no se veía. Y era para ver en pantalla grande. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Cartas desde Iwo Jima”</strong>: en pocos meses Clint Eastwood estrenó dos films sobre la batalla de Iwo Jima: “La conquista del honor” (que enfocaba la contienda y el después desde el lado yanqui) y “Cartas desde Iwo Jima”, un raro caso de conflicto bélico filmado por un norteamericano pero desde el punto de vista de los japoneses (incluso está hablada en japonés). Y el film alcanza la estatura y nobleza del general que interpreta Ken Watanabe. Violento, extenso y profundo (profundo de verdad, no como la falsa “Babel”), lo único que le puedo criticar es que las dos horas y veinte minutos se sienten. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Soñadoras: Dreamgirls”</strong>: en el momento la disfruté, pero luego me rendí ante la evidencia de que esta película hace agua por muchos lados. La visión que ofrece de la cultura afroamericana en los Estados Unidos es bastante unidimensional, aunque se intente mostrar la diversidad de estilos que estos tipos fueron haciendo desde la década del 60… diversidad que no alcanza al rap, por supuesto. Y las canciones del film (o sea, las canciones creadas para el musical en que se basa el film) no son realmente grandes exponentes del rythm n’ blues o el soul. Si uno las compara con las verdaderas canciones que sonaban en esa época, éstas salen perdiendo. Admitamos que Jennifer Hudson canta muy bien, y que Beyoncé es muy linda. Y nada más. Ah, sí, Eddie Murphy hace una (buena) actuación atípica para su carrera. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Diamante de sangre”</strong>: acá hay otra que se suponía que podía ser buenísima y terminó siendo un fiasco. Leonardo Di Caprio está bien como un “hombre recio/mercenario/al fin y al cabo, valiente y heroico” que podría ser la versión actual de un Robert Mitchum o un Clark Gable. Y Jennifer Connelly está hermosa como siempre, pero su papel no es muy creíble, y eso que ella siempre nos vende todo. Pero esta historia de violencia y tráfico de armas en Sierra Leona se apoya sólo en el carisma de sus protagonistas. A cada minuto alguien es acribillado (alguien “de fondo”, por supuesto, no los protagonistas), y la historia y los personajes siguen como si nada, como aceptando la normalidad de ese hecho. Más allá de eso, el film no llega a ser emocionante. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Perfume: la historia de un asesino”</strong>: Tom Tykwer podría pertenecer a la categoría “director detestable por pretencioso” (recordemos “Corra, Lola, corre”, donde sólo había una idea y nada más). Y, en efecto, esta adaptación cinematográfica del clásico moderno “El perfume” tiene aspectos típicamente qualité que uno podría criticar a priori, además de una narración en off de John Hurt cuyo cinismo nos recuerda a la de “Dogville”. Sin embargo, todo funciona sorpresivamente bien, la narración es amena y atrapante, y la adaptación se hizo con imaginación y con criterios puramente cinematográficos (o sea, no se propusieron adaptar todo lo importante de la novela, sino que hicieron cambios donde quisieron). Claro que la sorpresa que llega cuando faltan pocos minutos para el final es algo que no todos aceptarán (yo sí, y muy gustoso). 7 Aires.<br /><br /><strong>-“María Antonieta, la reina adolescente”</strong>: tres años después de “Perdidos en Tokyo”, Sofia Coppola vuelve a entregar una obra única. Es la historia de la famosa reina de Francia que fue decapitada, pero contada con una sensibilidad moderna y pop en vez de como un típico qualité. De todos modos, ese contraste entre historia antigua y visión moderna sólo sorprende al principio, porque enseguida uno se acostumbra (además, no sólo hay canciones pop, también hay música clásica). La niña Sofia logró su resultado: hacernos partícipe de esa mezcla de maravilla y posterior decepción de la reina. Y logró otro film bien personal. A muchos no les gustará, y yo no le daré 10, pero sí 8 Aires.<br /><br /><strong>-“El buen pastor”</strong>: después de 13 años, Robert De Niro vuelve a dirigir una película, para la que se reservó un pequeño papel. La ambición del proyecto (contar la historia de la CIA desde el punto de vista de uno de sus protagonistas) no llegó a buen puerto: el film es laaaargo… e interesante, pero no lo suficientemente apasionante. Matt Damon hace lo que puede con el rol protagónico, y Angelina Jolie también zafa con su desdibujado papel. Sin embargo, a pesar de la extensa duración y el distanciamiento con los personajes, cuando termina la película uno siente que vio algo bueno. La Asociación Ponedora de Aires se debate entre el 5 y el 6; hoy estamos amarretes y le ponemos 5 Aires.<br /><br /><strong>-“La reina”</strong>: la mítica Helen Mirren ganó finalmente el oscar por hacer de la reina Isabel y mostrarnos su escondida humanidad en la semana que siguió a la muerte de Lady Di, cuando todos esperaban que ella hiciese alguna declaración. La interacción con su familia, su vida cotidiana y su relación con Tony Blair son de lo más jugosas, aunque hay que decir que Blair queda muy bien parado (quizás es por eso que hay una escena donde ella le advierte que algún día él también se enfrentará al descontento de la población, para que veamos que los creadores del film eran conscientes de la situación actual). Otra rareza del inclasificable Stephen Frears (“Alta fidelidad”, “Relaciones peligrosas”, “Héroe accidental”, “Ropa limpia, negocios sucios”, “El secreto de Mary Reilly”). 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Más extraño que la ficción”</strong>: ésta se perfilaba como “la” comedia inteligente del año, como en otras ocasiones lo fueron “¿Quieres ser John Malkovich?”, “El ladrón de orquídeas” y “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Acá estaban Will Ferrell, Emma Thompson, Maggie Gyllenhaal y Dustin Hoffman, un cuarteto soñado para contar una de esas historias bizarras con protagonistas cuasifreaks pero muy queribles. El resultado no llega a las altas expectativas creadas de antemano, pero aún así logra ser un film disfrutable que uno no puede dejar de ver con una sonrisa en la cara. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Ghost Rider, el vengador fantasma”</strong>: el director de “Daredevil” (que no era buena, pero tampoco una bazofia) vuelve a adaptar un comic a la pantalla grande, y esta vez las cosas salieron mucho peor. No hay prácticamente nada bueno en este film; a pesar de las ganas que le ponga Nicolas Cage, todo el asunto parece estar guionado y dirigido como una berretada, y no en el buen sentido. Hasta los efectos especiales son malos, y la película no puede disfrutarse como si uno fuera un chico, porque… bueno, porque eso sólo es posible con buenas películas, como “Superman” (por nombrar una vieja) o “Ratatouille” (por nombrar una que se estrenó este año). A esta truchada sin sentido le doy 3 Aires.<br /><br /><strong>-“Crank, veneno en la sangre”</strong>: luego de la saga “El transportador”, sigue la buena racha del nuevo rey de los films de acción, Jason Statham (alguien con más carisma para hacer de rudo que, pongamos, un Stallone o un Schwarzenegger). Aquí hace de un asesino al que le inyectan una droga que lo mata si baja su ritmo cardíaco, con lo cual el tipo debe mantenerse siempre “up” si quiere encontrar a sus enemigos, y para mantenerse así usa los medios más insólitos, empezando por drogas, sexo y violencia. Más que las escenas de acción, lo que verdaderamente sorprende y se disfruta de esta película es su desfachatez e incorrección política, que la hacen muy necesaria. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“300”</strong>: hace tres años me quedé maravillado con Zack Snyder y su film “El amanecer de los muertos”, remake del clásico de terror de George Romero. Los proyectos futuros de Snyder serían esperados con ansias, y este año nos entregó esta adaptación de un comic de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas, donde 300 espartanos se enfrentaron a cientos de miles de persas. Acá estamos en presencia de un raro caso donde el director quizás haya querido glorificar el ejército y el nacionalismo pero su obra logró ser más que esa cuestionable intención. ¿Por qué? Porque logra mantener el espíritu cínico y exagerado de la historieta: todos los momentos y parlamentos que glorifican la valentía y el honor son tan exacerbados (y a veces con un timing tan humorístico) que es imposible no pensarlos con otro sentido más allá del literal. Ideologías aparte, los fans del comic veneraron la fidelidad del film a las imágenes de la historieta, pero, por supuesto, eso no es un valor en sí mismo; lo destacable es que haciendo eso el film resulta una experiencia estética asombrosa. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“El culto siniestro”</strong>: el film más extraño para la filmografía de Neil LaBute (director que se especializa en historias urbanas de tinte “independiente”, como “En compañía de los hombres”, “Tus amigos y vecinos” y “Nurse Betty”), esta remake de un clásico de culto del cine de terror de los 70s recibió muy malas críticas, pero creo que exageraron un poco. Para investigar un secuestro, Nicolas Cage se adentra en un pueblo donde la voz mandante la tienen las mujeres. Ese punto de partida deriva en una segunda mitad donde los personajes tienen comportamientos muy extraños, casi lisérgicos, y los sucesos nos hacen pensar que todo sucede en la cabeza del protagonista (véanlo a Cage correr por un bosque disfrazado de oso…). Quizás por ese delirio el film no tuvo éxito, pero es justo eso lo que lo salva del desinterés y lo eleva a los 4 Aires.<br /><br /><strong>-“El número 23”</strong>: doce años después de “Batman eternamente”, Jim Carrey y el director Joel Schumacher se vuelven a juntar, esta vez para un proyecto más sombrío: es la historia de un tipo que empieza a ver el número 23 en todas partes. Con un planteo interesante, el film se pierde por su forzada estética dark. La trama es un poco tirada de los pelos, pero eso no importa, el verdadero problema es que nunca llega a atrapar demasiado. Y no le echen la culpa a Jim Carrey. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“La familia del futuro”</strong>: este producto Disney se estrenó sólo en copias dobladas al castellano, pero, una vez más, no me molestó, porque conseguí entrada gratis. Y el doblaje no sólo no era insoportable sino que hasta era imaginativo y daba lugar a carcajadas sinceras de parte del público adulto. Como siempre en los últimos años, los films de los estudios Disney vencen a los de Dreamworks, porque son los que tienen no sólo chistes sino una verdadera historia contada con corazón, imaginación y pasión por la narración. Esta disparatada aventura de ciencia ficción tiene grandes personajes (como el villano) y momentos brillantes. Y el ritmo de alguien que sabe cómo contar una historia. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Crímenes oscuros”</strong>: a pesar de que se estrenó a fin de año la incluyo acá porque la vi antes, durante el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Buena historia de fantasmas de Kiyoshi Kurosawa, con un policía investigando extraños crímenes y descubriéndose más involucrado de lo que debería. El director japonés sigue aunando talentosamente el terror de lo sobrenatural con la melancolía de lo cotidiano, y, por suerte, las cosas no están sobreexplicitadas en esta película. Aún así, no es ninguna obra maestra. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Seduciendo a un extraño”</strong>: un thriller claramente malo. Lo único que la puede salvar es su posible consciencia de entretenimiento trash, pero ni aún así resulta todo lo entretenida que debería. Hale Berry está empeñada en saber quién mató a una vieja amiga, y para eso se infiltra en la empresa de Bruce Willis. Lamentablemente, Bruce Willis no está tanto tiempo en pantalla, y sí Berry, que es linda pero muchas veces sobreactúa mal, como aquí. Por suerte está Giovani Ribisi en una composición impecable como el amigo que la ayuda. Él se merece la poca gloria a la que pueda aspirar esta estupidez que sólo alcanza 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Arthur y los minimoys”</strong>: sí, suena infantil, y se estrenó doblada al castellano. Pero la dirigió Luc Besson, un francés que ha hecho algunas cosas ciertamente cuestionables (“El quinto elemento”, “Juana de Arco”) pero que siempre pone imaginación en lo que hace. Y acá volvió a la buena senda, porque esta aventurita que mezcla actores de carne y hueso y animación por computadora le salió redonda, uno de esos films que, como las buenas películas de Disney, pueden disfrutar tanto los chicos como los adultos. O al menos algunos adultos; varios rechazarán cualquier invitación a verla, pero yo aprecié el ritmo de la película, su estilo visual y el hecho de que el doblaje haya sido aceptable (aunque nos hayamos perdido las voces de Madonna, Robert de Niro, David Bowie, Harvey Keitel…). 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Las tortugas ninja”</strong>: sí, suena infantil, y se estrenó doblada al castellano (ya dije esto antes, ¿no?). Pero aún siendo un film de dibujos animados es menos infantil que las películas sobre estos personajes realizadas “con actores de carne y hueso” a comienzos de los 90s. Además yo era fanático de estos quelonios, y la animación permitía mostrar todo lo que los creadores quisieran. Una vez más, por culpa del doblaje nos perdimos de escuchar las voces de Laurence Fishburne, Patrick Stewart, Kevin Smith, Chris Evans y otros, pero la experiencia igual valió la pena. Una historia clásica de buenos y malos, aunque también se muestra que los buenos cometen errores teñidos por el egoísmo. Disfrutable, sin ser nada del otro mundo. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Letra y música”</strong>: agradable comedia romántica (más comedia que romántica) sobre un ex astro de la música pop y su relación con una chica ajena al medio pero con talento para escribir canciones. Hugh Grant y Drew Barrymore son dos performers que pueden resultar irresistibles, lo único que necesitan es un buen guión. Eso está presente aquí, y tampoco faltan las esperables ironías sobre el mercado de la música. El conjunto logra un gran timing, la película llega a buen puerto y todos contentos, como suele suceder cuando una comedia romántica es buena. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Sunshine, alerta solar”</strong>: como Spike Lee, Danny Boyle logra mejores resultados cuando dirige films “cuasihollywoodenses” que cuando hace sus films más independientes o personales (“Tumba al ras de la tierra”, “Trainspotting”, “Vidas sin reglas”). Eso sucedió con la gran “Exterminio” y vuelve a ocurrir con esta historia de ciencia ficción que tiene reminiscencias a “Alien”, “2001” y todo clásico del género “claustrofobia en el espacio” (su clima de desesperanza y terror recuerda sobre todo a la no tan lejana “Event Horizon”). Y como sucedía también en “Exterminio”, el elenco no tiene fisuras, desde el duro heroísmo de Chris Evans hasta el sufrido carisma de Cilian Murphy pasando por la sorpresiva aparición de Michelle Yeoh. Una aventura futurista que se vuelve terrorífica, y que apasiona gracias a un uso preciso del montaje, la fotografía y el sonido. Digna de ver en el cine. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Paranoia”</strong>: otra de las sorpresas del año. Imaginen “La ventana indiscreta” pero ambientada en la hipertecnologizada época actual y con dos adolescentes como protagonistas en vez de James Stewart y Grace Kelly. No suena muy bien, pero la película tiene un ritmo muy adictivo y los protagonistas logran hacer todo creíble. De hecho, el pibe Shia LaBeouf se perfiló como la estrella joven del año gracias a este film. No es para tanto, pero tiene carisma. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Los mensajeros”</strong>: los orientales hermanos Pang hicieron su primer hollywoodense, manteniendo las historias de fantasmas como su marca. El resultado no es todo lo bueno que uno podría pedir, es simplemente una modesta peliculita de terror que se deja ver pero que no es particularmente recomendable. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El hombre araña 3”</strong>: una verdadera decepción. Las anteriores habían sido entretenidas y admirables, pero esta tercera parte parece haber sido realizada como un trámite, intentando meter todo lo que “se debía” meter por más que eso dañara la película como totalidad. El humor sigue siendo efectivo, pero: 1-Los efectos especiales, en vez de ser funcionales a la historia, se volvieron exhibicionistas y claramente falsos y feos, como en los peores momentos de la nueva trilogía de “Star Wars”. 2-Se le dedica mucho tiempo a uno de los villanos, con lo cual el otro recibe poco tiempo en pantalla para que su personaje se desarrolle. 3-En la segunda parte había un par de ocasiones en que al héroe se le salía la máscara al pelear, lo cual aportaba al dramatismo, pero en ésta sucede casi todo el tiempo, es decir, Tobey Maguire ya es una superestrella y eso hace que los productores deseen que su rostro esté en pantalla el mayor tiempo posible, aún en ocasiones donde no tiene ninguna justificación narrativa/dramática que el héroe pelee con la cara al descubierto. Todas estas críticas develan que es el film menos cuidado y menos personal de la saga, el más “hecho por encargo”. La salvedad: una secuencia en la que el héroe se vuelve “canchero” está filmada con un desparpajo y un humor freak propio del mejor Sam Raimi. Podría ser algo a celebrar, pero lamentablemente se nota tanto la diferencia entre esa parte y el resto del film que eso evidencia la poca homogeneidad que se logró. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“La antena”</strong>: siete años después de su mítico debut con “Picado fino”, Esteban Sapir vuelve con otro film experimental, en este caso una distopía sobre una sobre una sociedad donde no hay voces y los jerarcas de la televisión controlan todo. El film es mudo y en blanco y negro, y esas no son sus únicas rarezas, ya que la historia utiliza una variedad de recursos estilísticos y técnicos como no se veía desde hacía mucho (o quizás nunca) en el cine argentino. Lo que prima es la imaginación (y las arquetípicas sombras) del expresionismo alemán, lo cual es muy bienvenido, y el film se disfruta como un clásico cuento de hadas. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“El tiempo”</strong>: una de las películas de Kim Ki-duk que tuvieron un estreno en salas comerciales de por aquí, este bizarro drama me decepcionó un poquitín. Una mujer hipercelosa comete algunas locuras para convencerse del amor que le tiene su pareja. El director tiene imaginación, sí, pero su película no me “llegó” tanto. De todos modos, sigue siendo para destacar el hecho de que sus films se estrenen en Argentina. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Zodíaco”</strong>: una de mis favoritas del año. Luego de “Pecados capitales”, el director David Fincher se había desbarrancado un poco con el supuesto ingenio de “Al filo de la muerte” y “El club de la pelea”, pero luego había vuelto al mejor cine (ese que no necesita sorpresas para ser bueno) con “La habitación del pánico”. Y aquí se supera: basada en hechos reales, “Zodíaco” cuenta la búsqueda de un asesino serial en la USA de los 70s, pero es más que nada un retrato de época, de personajes y de obsesiones. A partir de la música (con ese imaginativo uso del tema de Donovan “Hurdy gurdy man”), la fotografía, el vestuario, la dirección de actores y un ritmo perfecto, la película logra una sensación de veracidad o, lo que es lo mismo, un perfecto feeling setentista. El trío protagónico está impecable, sobresaliendo, cuándo no, Robert Downey Jr. 9 Aires, por no decir 10.<br /><br /><strong>-“Mr. Brooks”</strong>: el regreso de Kevin Costner y el regreso de Demi Moore, juntos por primera vez en un producto atípico. Costner es el Mr. Brooks del título, un cuasiperfecto hombre de familia que es, en secreto, un asesino serial. Demi Moore es la policía obsesionada con encontrarlo, y William Hurt encarna a la mitad “malévola” del protagonista, esa parte oculta que lo insta a seguir matando porque sí. Sin llegar a ser un film fuera de serie, este thriller es muy interesante, sobre todo por su violencia seca (nada común en el Hollywood de hoy) y el final, bastante abierto, por cierto. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Piratas del Caribe: en el fin del mundo”</strong>: la primera había sido realmente genial, la segunda un poco cansadora (y se había extendido hasta las dos horas y media), y este cierre llega a durar ¡casi tres horas! Sin embargo, increíblemente, se mantiene interesante durante todo su metraje, con algo (no todo) de la frescura que tenía aquella primera parte. Por supuesto, todo es enorme, no sólo la duración del film sino los escenarios, los extras, los efectos especiales y todos los etcéteras imaginables. Eso no siempre da un buen resultado, pero al menos no se fueron al tacho como con el cierre de la trilogía Matrix. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“El duelo”</strong>: una de acción oriental basada en hechos reales, humilde y ambiciosa al mismo tiempo. Jet Li hace de un mítico maestro de artes marciales de comienzos del siglo XX que alcanza la fama al mismo tiempo que sobrelleva tragedias personales y la mirada desaprovadora de los poderosos que no están de acuerdo con su manera de enseñar el deporte. De narración clásica, este film parece sucumbir por momentos ante la solemnidad de la historia real que narra, pero por suerte no se desbarranca, y nunca baja de unos aceptables 7 Aires.<br /><br /><strong>-“The host”</strong>: otro milagroso estreno que corría peligro de pasar directo a video y DVDs, esta película oriental combina aspectos de diversos géneros para narrar la odisea de un hombre y su familia que están resueltos a rescatar a su hija de las fauces de un monstruo nacido y criado en las entrañas de un río radiactivo. Si bien el argumento parece ser el de un film de ciencia ficción y acción, la película también tiene mucho de drama, de comedia y de crítica a las instituciones de Seúl. Esa mezcla de géneros está tan bien hecha que se siente como algo natural, y la película se disfruta como el blockbuster hollywoodense más tradicional, aunque sin ninguna de sus idioteces. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Exterminio 2”</strong>: decían que esta secuela era mejor que la original de Danny Boyle, pero eso resultó falso. De todos modos, sí valía la pena verla, sobre todo en cine, como sucede en general con los buenos films de zombies. Como en la primera, hay aquí alguna que otra aparición de actores ingleses famosos (como Robert Carlyle, que está bien aprovechado), mucha tensión y un par de escenas realmente imaginativas. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Shrek Tercero”</strong>: esta saga ya llegó a cansar. Aclaro de entrada que ni siquiera la primera parte me había parecido tan brillante como a todo el mundo (sólo 7 Aires), ya que, si bien era uno de los mejores films animados de Dreamworks, no llegaba (como ninguno de ellos) a la brillantez y verdadero interés por la narración y los personajes que demuestran las películas de los estudios Disney y los estudios Pixar. En esta tercera parte de la historia del ogro bueno sigue habiendo chistes graciosos, pero eso nunca es suficiente para hacer una buena película, y encima no son tantos. Increíblemente, la crítica en general opinó lo mismo que yo. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“La maldición de la flor dorada”</strong>: desde hace unos años, el antes director “de qualité” Zhang Yimou viene haciendo films de artes marciales mezclados con un trasfondo de época: “Héroe”, “La casa de las dagas voladoras” y ahora “La maldición de la flor dorada”, la más ambiciosa en cuanto a estrellas, ya que cuenta con el protagónico de Chow Yun-Fat y Gong Li. Como en las anteriores, las escenas de acción tienen todo el brillo estético que uno pueda imaginar, sólo que esta vez no se trata tanto de artes marciales sino de batallas entre ejércitos. Y en cuanto al resto del film, se suplanta un poco el comentario político a favor de una historia telenovelesca, lo cual da como resultado un melodrama bien grasa, pero, como corresponde a muchos productos grasa, bastante disfrutable. De todos modos, no llega a ser gran cosa y se queda en 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Los 4 Fantásticos y Silver Surfer”</strong>: de las películas de superhéroes de los últimos años, “Los 4 Fantásticos” había sido la más liviana y menos ambiciosa. No tenía, por lo tanto, las solemnidades innecesarias de los peores momentos de la saga “Spider-Man” pero tampoco el rigor narrativo y estético de las dos “X-Men” dirigidas por el gran Bryan Singer. Con esta secuela sucede lo mismo, aunque es ligeramente mejor que la original. De hecho, hasta se hace un poco corta. Lo malo sigue siendo que no hay mucho más que escenas de acción y chistes, con lo cual se sigue sintiendo como un film más para chicos que “para todo tipo de público”. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Ratatouille”</strong>: aún con el antecedente de “El gigante de hierro” y “Los Increíbles”, esta película de Brad Bird fue otra de las sorpresas del año. Es imposible no sentirse feliz al ver esta genialidad de los estudios Disney/Pixar. La crítica dijo que la rata que sueña con ser chef es uno de los personajes del año, pero no lo es menos su compañero humano, el mejor loser atolondrado que hemos visto en cine en mucho tiempo. El humor del film tiene un ritmo digno de las mejores screwball comedies, y en ciertos momentos hasta se ríe de la idea que los yanquis tienen formada de los franceses. El final expone una apreciación sobre la crítica a la que hay que prestar atención. Y, por supuesto, la animación es técnica y artísticamente increíble. 10 Aires, de lo mejor del año.<br /><br /><strong>-“XXY”</strong>: uno de los estrenos argentinos más esperados del año fue el debut de la hija de Luis Puenzo, y maravilló a gran parte de la crítica con su historia de una chica/chico hermafrodita a quien la sociedad le pide, sin palabras, que elija con qué sexo encarará el resto de su vida. Si bien admito que el film tiene varios aciertos (empezando por las actuaciones de Inés Efrón, Martín Piroyanksi y Ricardo Darín, quien parece actuar siempre perfecto no importa el film en el que esté), la historia cae en el amarillismo cinematográfico en algunos momentos. Y la elogiada actuación de Valeria Bertuccelli no me pareció nada especial, aunque no sabría decir si es por ella o por cómo estaba desarrollado el personaje desde el guión mismo. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El contrato”</strong>: en muchas ciudades de USA, esta película fue directo a DVD, y donde se estrenó, no tuvo buena crítica. Pero los responsables de eso están equivocados: este thriller de estructura típica y narración clásica es muy bueno. No hay sorpresas, pero el devenir de los personajes se sigue con interés por el buen ritmo de la propuesta (y su buen uso del montaje, los diálogos y los paisajes). John Cusack hace una excursión por los bosques con su hijo, y se encuentra al criminal Morgan Freeman escapando de la justicia. De ahí en adelante, suspenso y aventura al por mayor. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Transformers”</strong>: ya sé que era de Michael Bay (“Armaggedon”, “Pearl Harbor”, “Bad boys”), pero la producía Steven Spielberg y la cola no se veía tan mala… Pero bueno, una vez más el señor Bay nos hizo perder el tiempo y el dinero desaprovechando actores, efectos especiales y premisas argumentales interesantes. En el encuentro entre el antihéroe humano y los robots de otro planeta hay cierto espíritu juguetón medianamente disfrutable (seguro que Spielberg metió mano ahí), pero, como siempre en Bay, la segunda mitad del film deriva en una glorificación de la milicia yanqui, una sucesión de escenas de acción filmadas sin ningún sentido del ritmo y la emoción, y el típico mix totalmente falso y errado de la música y la cámara lenta que quiere provocar solemnidad (¡!) en medio de explosiones. Encima a los robots les hicieron tantos detalles y curvas que uno no logra distinguir qué es una boca, qué es un ojo y qué es una nariz, por lo cual no se entiende nada en las peleas. 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Borat”</strong>: no la vi en cine, pero la vi, así que es un “estreno comercial del 2006 que vi” y, por lo tanto, entra en esta lista. Y menos mal que no pagué para verla en pantalla grande: es increíble que esta película haya recibido alguna buena crítica y que sea considerada por muchos como una de las mejores comedias de los últimos años. Es increíble porque es, sin temor a exagerar, la peor película del año. Si el protagonista y creador del personaje considera que logró una crítica a los Estados Unidos, debería ver más cine. Hay uno o dos momentos que dejan ver algo de la idiotez de Norteamérica, pero la mayor parte del film consiste en escenas donde el tipo no logra comunicarse con los habitantes de USA por diferencias lingüísticas y sociales, y eso de por sí no resulta profundo ni crítico (de hecho, sólo lo hace quedar como un verdadero idiota a él, ya que, a pesar de que pueda entenderse como una intención de mostrar a los yanquis según la visión de un outsider, el resultado es que sólo nos sorprendemos por la inadaptación social del tipo y la abundante escatología que brinda el film). Encima la promoción de la película destacaba el hecho de que los entrevistados no actúan, sino que realmente creían que estaban siendo entrevistados por un periodista de Kazajstán… lo cual es obviamente falso (quizás en algunos momentos sea cierto, pero hay muchísimas escenas en donde todos los diálogos están evidentemente guionados). Y si dejamos de lado los “análisis” e intentamos simplemente dejarnos llevar por el humor, nos encontramos con que los chistes no son graciosos. Por si fuera poco, esta bazofia se hace larguísima aún cuando dura sólo ¡una hora y cuarto! El peor insulto a la inteligencia estrenado en mucho tiempo. 1 Aire.<br /><br /><strong>-“Harry Potter y la Orden del Fénix</strong>”: tratando de retomar un poco la maestría visual de la tercera parte y el ritmo “alocadamente mágico” que Alfonso Gómez Cuarón logró en aquella entrega, esta quinta película sobre el niño mago llega a ser la mejor después de aquella. Es decir, hace un uso responsable de la fotografía, el montaje y los efectos especiales (sobre todo en algunas partes admirables, como una en donde los alumnos hacen un examen bajo la rigurosa mirada de una odiosa directora y un gigantesco reloj de péndulo). Sólo se desbarranca un poco al final, al definirse todo un poco a las apuradas después del climático enfrentamiento entre Potter y su enemigo. Y, por supuesto, las imágenes nunca llegan a lo más profundo del subconsciente, como sí lo hacían en cada maravilloso segundo de la película de Cuarón. 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Los Simpsons: la película”</strong>: todos pensábamos que había dos posibilidades: que la película fuese tan brillante como su larga espera nos hizo suponer o que fuese tan decepcionante como lo fueron para muchos las últimas temporadas de la serie. Para algunos sucedió lo segundo, pero yo la considero una de esas obras cuasibrillantes que no lo parecen a simple vista (ni siquiera para los más acérrimos fans). Para empezar, los creadores ampliaron el espectro del film para que no sea sólo comprensible por los conocedores de cada ínfimo personaje de la serie. No; esta película no es “para ghettos” sino que es mejor que eso. Además, lograron un buen equilibrio entre el cinismo y lo popular-infantil de la serie: la historia tiene un argumento que puede seguir bastante bien un público infantojuvenil (un argumento con un clásico devenir de antihéroe, a diferencia de esas bizarreadas que fueron las últimas temporadas de la serie), pero al mismo tiempo el film mantiene la ironía constante y la mirada crítica hacia USA que caracterizó al programa de TV. Por último, la película no es un “greatest hits” de escenas graciosas que debieron unirse con un argumento: dura una hora y media pero no son “tres episodios”, sino que es una gran historia, es decir, los creadores se preocuparon por hacer una verdadera película, y eso también se nota en el aprovechamiento de la pantalla ancha y en el cuidado por la “dirección de fotografía” (si se la puede llamar así en un film animado). 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Hairspray”</strong>: como “Ratatouille”, este film es alegría absoluta. Nadie daba dos pesos por la versión del musical basado en la película de John Waters (!) con John Travolta haciendo el travestido papel (!) que había hecho Divine en el original y dirigida por el (i)rresponsable realizador de “Más barato por docena 2”, “Una intrusa en la familia” y “Niñera a prueba de balas” (!). Sin embargo, esta película destila amor por la música, por sus personajes y por la vida. Travolta está sorprendentemente bien, y lo mismo puede decirse de Christopher Walken, Michelle Pfeiffer y las jóvenes Amanda Baynes y Nikki Blonsky, como la gordita protagonista que se lleva la vida por delante a puro optimismo. ¡Good morning, Baltimore…! 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Ahora son 13”</strong>: tercera parte de la saga “La gran estafa”, esta película es la más lograda de las tres, aunque debo decir que las otras dos no me parecían malas como a mucha gente. Pero ésta es la que mejor logra esa mezcla de “star celebrity”, humor rápido, música lounge, ligereza sin culpa y olor a Las Vegas. Aquí se agrega Al Pacino como el antagonista a ser derrotado, pero lo mejor siguen siendo los diálogos cruzados entre George Clooney y Brad Pitt y el estilo “nouvelle vague” de Steven Soderbergh (que también puede dirigir desastres, pero no es este caso). 7 Aires.<br /><br /><strong>-“Duro de matar 4.0”</strong>: otra pequeña sorpresa, ya que todos esperaban un desastre (sobre todo si el director es el mismo de las dos “Inframundo”). Empieza un poquitín lento, sin ningún auspicio de que será una gran película, pero poco a poco se vuelve grandiosa desde su espíritu de blockbuster chatarra, a fuerza de escenas de acción filmadas con talento (“¡You just killed a helicopter with a car!”), un constante enfrentamiento entre lo analógico y lo digital y el regreso de un personaje querible y singular. En efecto, cuando yo creía recordar que el John McClane de Bruce Willis era como cualquier otro de sus antihéroes, ahí vino esta película a recordarme que no, que John McClane no es “cualquier” tipo. La Asociación Ponedora de Aires no acepta centésimos, así que los 7,50 que le pondría se transforman en 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Bourne: el ultimátum”</strong>: el director Paul Greengrass viene haciendo películas brillantes en los últimos años: las historias reales y contadas con nervio de “Domingo sangriento” y “Vuelo 93” y la acción a puro ritmo de “La supremacía de Bourne” son ahora continuadas por esta tercera parte de la saga protagonizada por Matt Damon. Que sigue estilística y argumentalmente a la anterior, y fue alabada por muchos críticos y espectadores como la mejor película de acción de la historia. Quizás sea exagerado, pero anda cerca; como en todo buen film, es el conjunto lo que vale, y esta película es una montaña rusa de adrenalina que además entrega las inevitables críticas a las agencias secretas de USA y actuaciones sin desperdicio de Damon, Joan Allen, David Strathaim y Julia Stiles. Y, por supuesto, fabulosas escenas de acción: considero que la de Damon persiguiendo a un asesino por los techos de Marruecos y la pelea con la que termina esa parte conforman una de las mejores escenas de acción jamás hechas. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Alex Rider: operación Stormbreaker</strong>”: sólo porque me dieron una entrada gratis me acerqué al cine a ver esta película (¡doblada!) sobre un adolescente que debe meterse en un mundo de espionaje al mejor estilo James Bond. A pesar de tener algunos elementos atractivos (Mickey Rourke y Andy Serkis como villanos, Alicia Silverstone como la niñera del protagonista), esta aventurita no alcanza alturas recordables. Si bien los creadores dejan en claro que usan las características del género con algo de ironía y autoconciencia, no llegan a hacer algo que se separe demasiado de una película de acción infantil. De todos modos, seguro que en inglés era más entretenida. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“La señal”</strong>: otro de los más esperados estrenos argentinos del año. Eduardo Mignona se murió, y el protagonista Ricardo Darín tomó las riendas de la dirección del film, ayudado por Martín Hodara. Lo que tiene de bueno este film noir ambientado en 1952 es que no es una obra exhibicionista de sus logros técnicos: el feeling de época está muy bien logrado, pero no te lo refriegan por la cara. El énfasis está puesto en los personajes y la trama, y ahí, si bien Darín y sobre todo Diego Peretti están muy bien, debo decir que el argumento me hizo cabecear algunas veces. Es cierto, yo estaba cansado, pero el motivo principal es que este film sólo alcanza alturas de “desapasionada corrección” en vez de una grandeza a la que podría haber aspirado. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Imperio”</strong>: si alguien pensaba que David Lynch se había zarpado (ya sea en el buen sentido o en el malo) con la casi incomprensible “Mullholland Drive: el camino de los sueños”, con este nuevo opus tienen todos los motivos para amarlo o detestarlo. Con una duración de tres horas, hay que decir que la primera hora avanza de manera “entendible”: con un argumento y personajes identificables (aunque con las infaltables bizarreadas de Lynch). Ya en el segundo tercio, la cosa se desbanda haciéndose totalmente incomprensible, y ahí no me sirvió de nada tratar de entender lo que veía, sino que me convino mejor dejarme llevar por lo que transmitía cada escena. Lynch es un artista de sensaciones, al fin y al cabo. Lo sorprendente es que al final parece retomar algo del hilo argumental. La última media hora se convierte en algo de los más intenso, terrorífico y catártico que se haya visto, aunque uno no entienda nada. Los que la vimos recordaremos particularmente una recurrencia: la habitación donde se desarrolla la sitcom protagonizada por conejos vestidos como humanos, un segmento que se repite y provoca terror por su extrañeza y por la manera en que está iluminado y musicalizado. Ah, ¡y en la canción final aparecen varias actrices de películas anteriores de David Lynch, como un regalito sorpresa! Haciendo la aclaración de que esta película será odiada por mucha gente, le doy 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Black book”</strong>: después del desbarranco de “El hombre sin sombra”, Paul Verhoeven se tomó seis años y volvió a su Holanda natal para esta historia ambientada a fines de la Segunda Guerra Mundial sobre una judía de la resistencia que se infiltra en la Gestapo para sobrevivir y colaborar con la caída del régimen. Por lo visto, el tipo volvió a hacer buenas películas; ésta fue celebrada por toda la crítica, y lo sorprendente para mí fue que era un film muy ameno, con diálogos y situaciones atractivos hasta para un público adolescente. De hecho, el feeling era el de una aventura de espionaje cuyos diálogos podría guionar un chico de 10 años, y no digo esto como crítica, sino para destacar que el film apunta más a las emociones del género de intriga que a la descripción de los horrores de la guerra (aunque hay escenas duras, obviamente). Highlight: una barra de chocolate que le salva la vida a la protagonista de una manera sorpresiva. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“El vidente”</strong>: el director Lee Tamahori confirma que su única gran película es la de James Bond “Otro día para morir”. En esta adaptación de un relato de Philip Dick (y van…), Nicolas Cage tiene la habilidad de ver distintos futuros posibles en cada situación en que se encuentra. Eso lo ayuda para conquistar a la bella Jessica Biel, pero también hace que agencias gubernamentales le pidan su colaboración para evitar actos de terrorismo. El problema con este film es que parece no empezar nunca, y de repente termina. Y encima termina con una vuelta de guión totalmente arbitraria con respecto a lo que se vio anteriormente. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Perseguidos por el pasado”</strong>: Pierce Brosnan y Liam Neeson en un western de pasta clásica. Hasta pasada la mitad del film, esta historia de perseguidor y perseguido es brillante en todo sentido, recordándonos por qué los westerns pueden ser grandes películas. Incluso se aplaude la decisión de demorar la información de por qué esos dos personajes se odian. Pasada la mitad, la experiencia toma un inesperado giro onírico que decepcionó a muchos. En este caso, las alusiones y metáforas son más comprensibles que las de, pongamos, David Lynch, pero aún así algunos espectadores fiacosos no las entendieron y simplemente consideraron que la película “se fue a la mierda”. Incluso a muchos de los que sí entendieron ese segmento final tampoco les gustó esa derivación, pero a mí me encantó tanto como el resto del film. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Invasores”</strong>: la cuarta versión del relato “The body snatchers”, una historia de aliens que invaden a los humanos haciéndose pasar por ellos. Esta película fue vilipendiada por la crítica, pero no es mala. Sí admito que tiene una mezcla de flashbacks y flashworwards que son molestos y estéticamente innecesarios, pero en general el devenir narrativo está bien llevado, y la química entre Daniel Craig y Nicole Kidman funciona. Hasta me sorprendió que Nicole, de quien podría esperarse una actuación fría y distante, muestra un verdadero carisma de “yo contra el que venga”. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Resident Evil 3: la extinción”</strong>: la tercera parte de una saga inspirada en un videojuego cuya primera parte no se estrenó en Argentina. Milla Jojovich es la heroína ideal en un futuro desolado y poblado de zombies: una hermosa mujer de armas tomar que encima tiene habilidades especiales porque su ADN fue modificado genéticamente. Aquí hay una saludable aceptación de la marihuana como algo normal, unas aceptables escenas de acción y una trama que logra mantener el interés si aceptamos todo el tiempo que es un film con espíritu clase B. Pero tampoco crean que es nada uau. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Matar o morir”</strong>: Clive Owen como un matón cínico y desencantado que debe proteger a un bebé que todos quieren matar, Monica Bellucci como su amante, Paul Giamatti como villano, una sucesión de imaginativas escenas de acción (una en caída libre en paracaídas, otra en medio de una relación sexual, otra con el bebé en brazos, etc). Todo hacía suponer que ésta sería una grandiosa e irreverente película de acción al estilo “Crank, veneno en la sangre”. Pero no. Es amena, sí, pero no pasional. Algo falló en esas muy planeadas escenas de acción, y algo definitivamente falló con los personajes, ya que Owen y Giamatti no están tan jugosos como uno esperaría. Y Monica Bellucci directamente actúa muy mal en esta película. 5 Aires.<br /><br /><strong>-“Stardust: el secreto de la estrella”</strong>: un cuento de hadas sin el bombardeo mediático de “Las crónicas de Narnia” o “La brújula dorada”. Lástima que la estrenaron doblada, pero aún así se aprecia el amor por la historia y el cuidado por contar un relato con una lógica interna que no parezca arbitraria. Michelle Pfeiffer se da el lujo de hacer de villana decrépita y Robert DeNiro hace de un pirata travesti (y, contra lo esperado, su papel resulta creíble y querible). Hay humor negro y espíritu de aventura de matiné, lo cual no es poco. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Halloween, el comienzo”</strong>: la “Noche de brujas” original de John Carpenter es uno de los clásicos del cine que todavía no vi. Pero por lo que sé, esta remake de Rob Zombie le hace justicia: no es lo que podría parecer de antemano (una típica película de terror moderna con jóvenes carilindos sin talento siendo perseguidos por un asesino con música rock metal de fondo), sino que es una película con un perfecto feeling setentista, dicho esto como el mayor de los elogios. Por una vez en tantos años, Malcolm McDowell está muy bien en el papel del psicólogo que hacía Donald Pleasence en la original, y los desconocidos del resto del reparto también cumplen dignamente. Y la película genera verdadero terror, no sólo por los crímenes del psicópata asesino sino por el clima tensionante que logra. Una pequeña joya que no tuvo toda la buena crítica que merecía. 9 Aires.<br /><br /><strong>-“Supercool”</strong>: tres adolescentes hacen todo lo posible por conseguir alcohol para poder ganarse a sus mujeres soñadas en una típica fiesta que tendrá lugar por la noche. La odisea de cómo llegan a esa noche y lo que sucede esa noche en la fiesta son los núcleos centrales de esta comedia que inmediatamente pasó a ser considerado un film de culto. Y está justificado: las risas vienen de todos lados y el retrato de personajes (y de época) es perfecto, más allá de si existen realmente personas tan singulares como Seth, Evan y Fogell. Encima, cerca del final hay una sorprendentemente explícita declaración de amistad que se lleva las palmas. 8 Aires.<br /><br /><strong>-“La dalia negra”</strong>: cuatro años después de la indiscutible joya que fue “Mujer fatal”, mi admirado Brian DePalma vuelve a “su normalidad”, o sea, a hacer films con aspectos fallidos. De todos modos, cualquier película suya, por más fallida que sea, siempre será más interesante (y pasional, y definitoria de lo que es el cine) que la media. Éste es el caso: un film que lo devuelve al noir de época que cultivó en “Los intocables” mezclado con la investigación de un asesinato, todo inspirado por un hecho real y basado en una novela del autor de “Los Ángeles al desnudo”. Los soberbios planos secuencia están aquí, también los ralentis, las subjetivas, la música “a lo Hollywood del ayer”, los montajes virtuosos, en fin, todo lo que hace único a De Palma. Sólo que esta vez el argumento avanza a toda velocidad y se hace un poco moroso e incomprensible de a ratos. Además, muchos objetarán a Josh Hartenett en el rol principal, pero yo creo que él, Aaron Eckhart, Scarlett Johansen y Hilary Sawnk conforman un perfecto “cuarteto protagónico grasa” digno de la filmografía de DePalma, que con este film no alcanza la perfección de otras de sus obras pero sí llega a los 8 Aires.<br /><br /><strong>-“Susurros de terror”</strong>: un típico film de suspenso y terror de clase B sin mucho aspaviento, realizado para sacar tajada de la popularidad que ganó Josh Halloway por la serie “Lost”. Pero la cosa resulta hecha con más profesionalismo y dignidad que lo que uno podría sospechar. Queda claro casi desde el principio que estamos frente a una suerte de variación de “La profecía”, con un niño de poderes maléficos que en este caso es secuestrado y atormenta a sus captores. Nada del otro mundo, pero pasable (lo cual tampoco es mucho). 5 Aires.<br /><br /><strong>-“El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”</strong>: en mi opinión, el mejor estreno comercial del año. El director Andrew Dominik logra lo mejor de cada actuación, desde el sorprendente (y amenazantemente terrorífico de a ratos) Brad Pitt hasta el aparentemente bueno-para-nada Casey Affleck. Todos los actores de reparto también brillan, y el film se toma su merecido tiempo para narrar la historia (o historias) de dos hombres, sus vidas y sus obsesiones. Por otra parte, como sucedía con, por ejemplo, “8 y medio”, “Los imperdonables” y “Magnolia”, esta película no sólo es excelente sino que se constituye en un arte poética sobre las posibilidades narrativas y sensoriales del cine. Además, como en “Los imperdonables”, el film es una mezcla perfecta entre mitificación y desmitificación del western. Cada segundo de esta película es una maravilla. 10 Aires.<br /><br /><strong>-“Bee movie”</strong>: otra animada de Dreamworks que no muestra la imaginación y el empeño de los films de Disney pero al menos es bastante más llevadera y fresca que otras de Dreamworks como “El espantatiburones”, “Madagascar”, “Vecinos invasores” o “Shrek Tercero”. Aquí Jerry Seinfeld hace la voz de una abeja que sale de su panal a “descubrir el mundo” y entabla una relación de amistad / amor platónico con una humana tan alocada como él. Y eso es lo bueno del film: que se vuelve cada vez más desquiciado en su trama y su ritmo. Por eso se disfruta, y no por la “construcción de un mundo paralelo y parecido al de los humanos”, cosa que ya vimos en “Antz” y otras similares y además no es algo que haya que aplaudir particularmente. 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Carretera al infierno”</strong>: remake de “Hitcher, el viajero”, aquella película de 1986 donde Rutger Hauer interpretaba a un asesino que hacía dedo en la ruta y se ensañaba especialmente con un muchacho cuya vida transformaba en un infierno. El villano en este caso es Sean Bean, especialista en hacer de malo (“Goldeneye”, “La leyenda del tesoro perdido”, “Ni una palabra”), pero aquí está más desquiciado y terrorífico que nunca. Él salva el film, ya que nos creemos su maldad, su enigmática e intensa personalidad y los “juegos” con los que quiere quebrar a sus víctimas. Hay gore, hay acción bien filmada, hay tensión, y pasada la mitad del film hay una escena particularmente impactante y no apta para impresionables. Sin llegar a las alturas del original, esta película araña unos dignos 6 Aires.<br /><br /><strong>-“La brújula dorada”</strong>: como en los casos de “El señor de los anillos” y “Las crónicas de Narnia”, la intención aquí es adaptar a la pantalla una saga de novelas de fantasía. Para hacerlo hay que mantener un equilibrio entre: fidelidad al material original (que en realidad no es necesaria pero los fans la piden), libertad de decisiones y cambios que pueda querer intentar el director al adaptar la novela, y uso de los recursos cinematográficos necesarios para que lo quede no se sienta como una “sucesión de eventos descriptos en una novela” sino como una película que fluya como si hubiese “nacido orgánicamente como film”, y no novela adaptada. Lamentablemente, eso último no se logra aquí, porque todo se siente muy arbitrario, lo cual evidencia los orígenes literarios y la mala adaptación. Ya de por sí la voz en off explicativa que abre el film aporta más confusión que claridad y evidencia la falta de confianza en el poder narrativo del cine, que debería ser el que “muestre” cómo es ese mundo (en vez de que eso se nos tenga que explicar en palabras). Además, hay momentos donde la música está muy mal usada. Sólo se elevan las actuaciones (la niña protagonista tiene una buena presencia cinematográfica, y Nicole Kidman y Daniel Craig siguen teniendo el carisma de siempre). Pero eso no salva al film de unos insulsos 4 Aires.<br /><br /><strong>-“Beowulf”</strong>: yo tenía desconfianza, ya que Robert Zemeckis eligió para este film el mismo recurso de animación usado en “El expreso polar”: los movimientos de los actores fueron capturados por computadoras para dar vida a los personajes de esta saga nórdica sobre un guerrero que se enfrenta a varias generaciones de monstruos y dragones. La intención de crear personajes físicamente “realistas” da como resultado esos inexpresivos rostros que parecen todo menos humanos. Y encima, como los personajes tienen rostros iguales a los de los actores que les ponen voces (salvo el protagonista y el monstruo Grendel), uno se pregunta dónde está lo artístico de usar los movimientos de un actor para que su cuerpo sea reemplazado digitalmente por otro que es básicamente igual. Pero más allá de eso, la experiencia es bastante mejor y más interesante que en “El expreso polar”, porque al menos “Beowulf” tiene una violencia nunca vista en un film de animación mainstream, y la fotografía y los efectos especiales aprovechan bastante las posibilidades que da la animación. El monstruo Grendel, por ejemplo, es una joyita de personaje. Por supuesto, es posible que la película sólo se disfrute lo suficiente si se la ve en 3-D (cosa que era posible en el cine IMAX de las afueras de Buenos Aires), así que el balance general arroja como resultado unos 6 Aires.<br /><br /><strong>-“Soy leyenda”</strong>: no la vi en el 2007 sino en el 2008, pero es un estreno del 2007, así que entra en la lista. Del director de la mediocre “Constantine” no se podía esperar mucho, pero esta adaptación de la clásica novela de Richard Matheson resulta algo mucho más digno y cuidado de lo que uno podría suponer de un producto hollywoodense. Un sobreviviente de un virus que parece haber acabado con toda la población del planeta vive sus días en una solitaria Nueva York, acompañado por un perro y asediado en las noches por seres humanos transformados en cuasivampiros por ese mismo virus. Las muy buenas escenas de terror no saturan, y no empañan el feeling de soledad que emana la performance de Will Smith (que por una vez no se muestra canchero). Los minutos finales no están a la altura del resto del film, pero eso no baja la calidad e intensidad de la experiencia. Mi escena favorita (sin contar nada importante): cuando el tipo queda colgado del pie por una trampa como las que hace él y debe liberarse antes de que se vaya el sol y entren en acción los perros infectados con el virus. La película está llena de momentos cinematográficamente hermosos como ése. 8 Aires.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-11358580909159024662007-12-03T14:54:00.000-08:002007-12-03T14:59:33.833-08:00Crónicas desde el Monumental (The Police en River)<strong>Prólogo: hace 10 años, casi 11…</strong><br />Enero de 1997. Con unos amigos vacacionábamos en un complejo de cabañas a medio construir en la costa. El último día teníamos pensado ver el amanecer, pero nadie tenía despertador. ¿Cómo asegurarnos de levantarnos a tiempo y no perdérnoslo? En un rapto de locura, me ofrecí a quedarme despierto toda la noche, a lo cual todos accedieron. Y esa noche la pasé escuchando el box set “Message in a box”, cortesía de uno de los compañeros de división que se encontraba allí, a quien llamaremos Glopi. Esa caja de 4 CDs contenía toda la discografía oficial en estudio que había sacado The Police, más algunas rarezas. Yo ya conocía los clásicos 12 o 13 hits de la banda, pero esa noche terminé de fanatizarme y de descubrir otras joyas musicales menos conocidas. Lo malo es que era una banda que se había separado cuando nosotros teníamos 4 años, así que nunca podríamos verla en vivo…<br /><br /><strong>Presente.</strong><br />Diciembre de 2007. Ya es sabido que este año será recordado por el regreso de un trío musical-rockero-amarillo-y-rojo-supersónico-jodón-y-serio-al-mismo-tiempo-estribillero-espectacular-con-un-cantante-cuyo-registro-vocal-se-mantiene-a-pesar-del-paso-del-tiempo. No, no hablamos de Soda Stéreo, sino del molde original: The Police. Veintisiete años después de su última visita a la Argentina, la Policía ha vuelto, y este evento se perfilaba tan imperdible que por una vez no me fue difícil convencer a cuatro acompañantes para que fuésemos a ver un recital.<br />Considerando que estábamos en popular (o sea, casi lo más lejos que se podía estar de la banda), la visión del escenario y de todo el estadio era muy buena. A las 19:30 salió Beck, telonero de lujo, por cierto, pero su performance resultó un tanto decepcionante. A pesar de tocar prácticamente todos sus hits (<strong>“Devil’s haircut”</strong>, <strong>“Where it’s at”</strong>, <strong>“The new pollution”</strong>, <strong>“Loser”</strong> y varios más), su show sólo pudo groovear a los que se encontraban cerca del escenario, ya que el resto del estadio se mantuvo bastante indiferente. Daba la impresión de que el tipo tocaba con algo de desgano. O quizás simplemente por estar muy lejos no pude apreciar su energía. O quizás simplemente tenga que emitir la firme opinión de que la música de Beck no me emociona.<br />A las nueve y veintipico, cuando las luces del estadio se apagaron y sonó “Get up, stand up”, no pude evitar pensar en las imágenes de la gira de Amnesty que trajo a Sting a la Argentina en 1987. Era la señal de que se venía el regreso, y, en efecto, con una puntualidad inglesa casi criticable (empezaron ANTES de las 21:30), The Police salió al escenario y sonaron los primeros acordes de <strong>“Message in a bottle”</strong>, un hiperclásico absoluto que podían reservar para el final pero eligieron como perfecto comienzo. En el momento de la frase “Woke up this morning, don’t believe what I saw, a hundred billion bottles washed up on the shore”, las luces del estadio se prendieron para que Sting y sus policías vieran cuántos billones de botellas había ahí perdidas en esa costa. Y no eran billones, pero lo parecían. A continuación llegó <strong>“Synchronicity II”</strong>, con su hermoso riff de guitarra, mientras las pantallas se llenaban de rojos, azules y amarillos cuasicomic que emulaban la portada del álbum del mismo nombre. Desde ese tema quedó claro que la cuestión visual no era algo descuidado en este regreso. Y durante toda la noche fue evidente que la banda mantenía ese espíritu jovial y juguetón que los caracterizaba hace 30 años, permitiéndose variaciones y zapadas varias en el medio de la mayoría de las canciones.<br />Luego vino <strong>“Walking on the Moon”</strong>, y el escenario se iluminó como un cráter que envolvía al baterista Stewart Copeland. Después se escuchó el poco conocido <strong>“Voices inside my head”</strong>, que se transformó con la llegada del poderoso estribillo de <strong>“When the world is running down, you make the best of what’s still around”</strong>. A continuación, la banda tocó <strong>“Don’t stand so close to me”</strong>, y, por un lado, tuvimos la suerte de que la interpretaran como en su versión original (y no como la versión más “FM” que hicieron en 1986, que fue la más exitosa en Argentina), pero, por otra parte, teniendo en cuanta el estatus de “clásico” de esa canción, fue uno de los momentos menos poderosos de la noche.<br />Luego se despacharon con un par de bienvenidos “hits pero no tanto”: <strong>“Driven to tears”</strong> y <strong>“Truth hits everybody”</strong>. Y después, el estadio deliró, porque lo que se escuchó fue la intro de <strong>“Every little thing she does is magic”</strong>. Aquí, como en casi todo el show, Sting hizo corear al público los correspondientes “i-oooh… i-oooh” que no faltan en casi ninguna canción de la banda. Pero creí notar algo de decepción en su rostro cuando el tipo calló algunos versos para escuchar cómo el público los cantaba y descubrió que la mayoría no se sabía la letra 100%.<br />Luego vino uno de los mejores momentos de la noche, si no el mejor: Copeland se levantó y empezó a tocar toda la percusión posible que tenía a su alrededor (que incluía un gong y un xilofón) para ese sutil comienzo de <strong>“Wrapped around your finger”</strong>. Ahí el que deliró fui yo. Pero el resto del público sólo ovacionó cuando escuchó el sombrío riff de guitarra de Andy Summers. A continuación vinieron los innecesarios pero lamentablemente infaltables <strong>“De do do do, de da da da” </strong>y <strong>“Invisible Sun”</strong>, canción fea si las hay. Y luego Sting agarró un instrumento muy autóctono que no alcancé a ver si era una quena o qué, y se despacharon con <strong>“Walking in your footsteps”</strong>.<br />Se veía venir el final, para el que reservaron una seguidilla de temas bien míticos, comenzando con la obsesiva <strong>“Can’t stand losing you” </strong>(durante la cual, según la prensa, mecharon parte de <strong>“Regatta de blanc”</strong>, aunque no la reconocí, porque sólo escuché ese tema una vez en mi vida). Luego, unos acordes de guitarra que el público había esperado toda la noche: los de <strong>“Roxanne”</strong>, otro tema donde la banda mostró cómo apropiarse del pasado desde un presente en el que se permiten jugar y “jazzear” más sobre las viejas canciones. Lamentablemente, no faltó la parte donde Sting repite ochenta veces “I won’t share, I won’t share, I won’t share, I won’t share, I won’t share, I won’t share you with another boy”. Pero créanme que nadie se quejó. Al terminar la canción, la banda se retiró por un par de minutos, y una de mis amigas dijo “¿No van a tocar “King of pain”? Qué mal…”, a lo cual le respondí “Sí, la van a tocar…y si no lo hacen, te doy diez centavos”. Vale aclarar que esa canción es espectacular, merece todas las loas posibles y es muy significativa para mí y mucha gente que conozco, como mi amiga. Bueno, volvió el grupo al escenario, le grité a Sting “¡Tocá <strong>“King of pain”</strong>!” y, según parece, el tipo me escuchó, porque eso fue lo que sonó a continuación. Y todos felices, aunque para completar el éxtasis hicieron la apoteótica <strong>“So lonely”</strong>, que en vivo pasa de ser un temita pop de cuatro minutos a ser todo un tour de force musical, que resultó, junto con “Wrapped around your finger”, lo mejor de la noche.<br />Y claro, faltaba <strong>“Every breath you take”</strong>. Lindo tema, como todos saben, quizás el más masivo de su repertorio, parecía ser el indicado para cerrar la noche. En efecto, la Policía saludó, Sting se fue del escenario, Copeland también, pero quedó Andy Summers, que comenzó a tocar otro de sus rockerísimos riffs de guitarra, ante lo cual los otros dos regresaron. Y vino el último bis: <strong>“Next to you”</strong>, una de esos olvidados temas de la primera época, que sirvió para cerrar el recital a toda gloria. Despedida del trío, y chau... una lenta salida hacia la cotidianeidad de las calles de Buenos Aires. Sólo faltó la hermosísima “Tea in the Sahara”, pero no se puede pedir todo, ¿no?<br /><br /><strong>Epílogo: some time in the future...</strong><br />Se acaban todas las guerras, los recursos del planeta son aprovechados de manera de asegurar la subsistencia de toda la población, todos viven felices, y vuelve The Police a la Argentina (y tocan “Tea in the Sahara”). Y también vuelven Roger Waters, Bob Dylan, The Cure, Joanna Newsom, Peter Gabriel… Y vienen Randy Newman, Joni Mitchell, The Who…Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-60290601184639449142007-08-30T17:11:00.000-07:002007-08-30T22:02:36.663-07:00Crónicas desde el ND Ateneo: Los Cocineros en Buenos AiresY finalmente se dio: en uno de sus esporádicos aterrizajes en Buenos Aires, los cordobeses de Los Cocineros llegaron al ND Ateneo (teatro mítico hoy en día si se habla de “nichos culturales cool”). Y desplegaron, cuándo no, un show con toda la onda y el encanto que los caracteriza.<br />Este servidor consiguió su entrada gracias a los generosos trámites de una amiga y co-fan a quien mantendremos en respetuoso anonimato (salvo que pida lo contrario), con quien además presencié el recital. Llegué al teatro después de unas cervezas compartidas con compañeros de trabajo, con un espíritu auspicioso para escuchar las divertidas y trágicas canciones de esta banda… que, sorpresivamente, comenzó el show con un riff que metió a todos en clima: el del comienzo de su hiperclásica “<strong>El arte culinario de amarte</strong>”. Con esa canción que en otras épocas reservaban para el final se metieron al público en el bolsillo, y fue un delicioso placer volver a escuchar frases como “Cocinando una cebolla descubrí una gran verdad: no sos el único motivo que me puede hacer llorar”. Y si de canciones míticas e infaltables hablamos, lo que siguió también fue un hit de su repertorio, la potente “<strong>Io cerco la Titina</strong>”, tema tradicional interpretado como una canzonetta napolitana que desata todo el poderío vocal e histriónico de la cantante Mara Santucho.<br />A continuación se coló un tema nuevo que yo no conocía y luego pasaron a otro cover: “<strong>Eres una flor, una estrella, la luz</strong>”, una cumbia hecha y derecha de Rey Pelusa. Después regresaron a otro de sus míticos hits (parece que decidieron no hacer esperar a los fans sus canciones más representativas): sí, el tango “<strong>Fumando espero</strong>” volvió a transformarse en una cumbia divertida y festiva que arrancó a muchos de sus butacas. Desde ese momento, a los costados de la platea no dejó de haber gente parada en ningún momento. La obligada seguidilla de temas de su último álbum incluyó “<strong>No te rías de mí</strong>” (cantada por el factótum masculino de la banda, Alfonso Barbieri), “<strong>Quién fue</strong>” (una de las pocas canciones de este disco que me llega a fascinar tanto como las anteriores joyas de su repertorio) y “<strong>Fácil frágil</strong>”, tema interpretado por la guitarrista, trompetista y corista Sol Pereyra. Desde mi juicio personal, los temas de este último álbum mantienen el espíritu y el estilo de la banda pero no se me hacen necesarios ni particularmente perdurables, como la mayoría de su repertorio previo. Por suerte, a continuación se mandaron con un clásico que yo nunca los había escuchado tocar en vivo, la grandiosa “<strong>Estación del olvido</strong>”. Y luego Alfonso Barbieri volvió a ser el protagonista para entonar, cada vez con más gracia y carisma, la infaltable “<strong>Flores y sandías</strong>”. De aquella época faltaron algunas imperdibles como “Mami” (de Chico Novarro) y “No te creo” (canción que nos daba la posibilidad de escuchar en vivo en un mismo tema la frase “Que se vayan todos” y el riff de guitarra de “Seven nation army” de los White Stripes), pero bueno, con cinco discos a cuestas ya es imposible que esta banda interprete todo lo que uno quisiera, o todo lo que uno considera los temas más recordados de su repertorio.<br />Volviendo a los temas de su último álbum, siguieron con “<strong>El miedo</strong>” (algo así como un soplo de aire fresco), “<strong>La bailarina</strong>” (algo así como un tema que yo podría calificar maliciosamente como “de relleno”) y “<strong>Cabeza de edificio</strong>” (algo así como un perfecto resumen del género “cumbia contaminada de otros géneros” que la banda cultiva tan bien, en este caso mechando en trompeta la melodía de “Love story” de Francis Lai). Luego, Sol Pereyra volvió a tomar la voz líder para el clásico y bienvenido “<strong>Mercurio</strong>”, y, “siguiendo con el resentimiento femenino” (Pereyra dixit) llegó el mejor tema del último álbum, el clásico instantáneo “<strong>Mejor que nunca</strong>” (sí, el de “Pasa por pasa y presentamelas…”), que en vivo sonó, efectivamente, mejor que nunca. Un tema obviable del nuevo disco (para mi gusto al menos) fue “<strong>El mundo</strong>”. Y cuando alguien pidió un tema del primer disco, el carismático bajista Fonsy Denaro respondió “Esta banda ha evolucionado y se ha ampliado… Hay temas que ya no hacemos”. Fue dicho en tono gracioso, pero la parte de verdad que había en esa afirmación parece indicar que ya no podremos volver a escuchar una despojada joya como “Cariño bonito”. Al menos nadie puede decir que esa ampliación de la banda (que comenzó como un trío acústico y hoy es un sexteto) no está bien aprovechada: la interpretación de cada canción usa de manera precisa los elementos disponibles, logrando una especial combinación de rock, bolero, cuartetazo, ranchera y música disco, muchas veces todo en un mismo tema.<br />Fin de la digresión. Luego del tema siguiente (“<strong>Amor de músico</strong>”, de Los Palmeras), la banda se despidió, aunque obviamente volvieron para unos bises, comenzando por otro de los nuevos clásicos, la graciosa y por momentos rapera “<strong>Requiem para Popi</strong>”. Y, claro, no podía faltar la “<strong>Ranchera del té</strong>”, otra genial contaminación musical que mezcla música mexicana y “El barbero de Sevilla”. En ese momento, gran parte del público estaba metida en el típico trencito humano que se forma casi siempre que suena esta canción en un recital de Los Cocineros. Finalmente, la banda se despidió con su versión “no solemne” del clásico folclórico argentino “<strong>Cuando llegue el alba</strong>”. Y ahí sí, se fueron, dejando a muchos con ganas de más. Habían pasado “sólo” una hora y cuarenta minutos, y uno, rememorando interminables shows en La Vaca Profana, deseaba un mínimo de dos horas, pero bueno… nadie se quejaba. Habían sonado veinte canciones, y una energía arrolladora que valía por mil horas.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-46305470510469627082007-07-09T20:21:00.000-07:002007-07-09T20:44:25.808-07:00NieveY sí, está nevando en Buenos Aires. Yo que pensaba hacer un post sobre lo poco que vi en televisión del megarrecital Live Earth (en especial de la performance de Madonna), y otro post sobre cómo fue el día del ballotage (donde nuevamente tuve que ser presidente de mesa), y otro post sobre una casa enorme que podría apodarse The Office, bastante cómoda para 20 personas pero donde ya casi no caben 35, y otro post sobre un lindo momento vivido en la biblioteca de la Alianza Francesa, escuchando en vivo a Pablo Dacal y rodeado de algunos seres queridos...<br />Bueno, esos posts se postergaban, y finalmente llegamos al día de hoy, donde me parece imperativo decir que está nevando. O sea, dejé de lado crónicas personales y ahora me parece imperativo decir algo que en realidad es obvio, algo que no hace falta leer en ningún lado porque se puede ver a simple vista. Pero es así. Nieva en Buenos Aires, después de casi 100 años (o toda una vida, que es al mismo tiempo más y menos que 100 años). Y la gente sale a la calle (o solamente a sus balcones) y se saca fotos, juega con la nieve, o simplemente observa. O camina. La gran mayoría libera su parte lúdica, maravillados por algo que nunca pensaron que verían.<br />Nieva en Buenos Aires.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-43586163210397935532007-06-07T21:29:00.000-07:002007-06-07T21:45:36.140-07:00Confesiones de un presidente de mesaAsí es, fui presidente de mesa en las elecciones del domingo 3 de junio. Me llegó una carta del Tribunal Superior de Justicia instándome a que me presentara como primer suplente, pero como faltó el presidente tuve que ocupar ese cargo yo. Y también faltó el segundo suplente, así que fui la única autoridad no partidaria de mi mesa (hubo cuatro fiscales de distintos partidos políticos "ayudándome" o "vigilando", según se prefiera).<br />¿Anécdotas? No muchas. Lo obvio: me firmé el documento a mi mismo, y algunos familiares. También a un compañero de la primaria a quien no veía desde hacía once años. Vi a Mauro Viale, pero no votó en mi mesa. Y, como yo era el "responsable" de la urna y no podía despegarme de ella, me la llevé al baño dos veces (con un policía custodiando, por supuesto). También bajé dos veces a la planta baja con la urna para que votasen personas con alguna discapacidad que les imposibilitaba subir las escaleras.<br />Y, claro, firmé ochenta mil planillas y formé parte del conteo de votos. En esa instancia, las fiscales dejaron de ser buena onda e hicieron todo lo posible por terminar cuanto antes e irse, dejándome para que terminara todo yo (no estuve solo mucho tiempo, veinte minutos nomás). ¿Votos raros? No, sólo un par de sobres tenían boletas cortadas en pedacitos, y uno que tenía una foto de chicas en bikini.<br />Cada tanto debía entrar al cuarto oscuro para chequear que hubiera boletas de todos los partidos y que estuviesen en orden. Y ahí fue donde vi las cosas más curiosas: boletas mezcladas, pilas enteras dadas vuelta, boletas de una pila intercambiadas con las de otra pila, y boletas de un partido puestas arriba de todo de muchas pilas de otros partidos.<br />Casi me daban ganas de decirle a cada votante: "Podés pasar... ¡y no me desordenes las cosas ahí adentro!"<br /><br /><em>Próxima entrega: Confesiones de un presidente de mesa... en ballotage</em>Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-57124231767667386212007-04-30T15:28:00.000-07:002007-04-30T15:39:25.772-07:00Esto es lo que usted no verá en este blogY sí, a pesar de que poca gente lea este blog, no podía dejar pasar todo el mes de abril sin postear nada. Así que, simplemente porque se me canta, voy a mencionar los siguientes eventos a los que he concurrido en los dos últimos meses, de los cuales muy probablemente NO encontrarán ninguna crónica en este blog.<br /><br />-Show teatral/musical de Los Amados en el Teatro Maipo.<br />-Recital de Gustavo Cerati en La Pampa y Figueroa Alcorta.<br />-Recital de Los Cocineros, el grupo de rock argentino más alegre y ecléctico, en Niceto.<br />-Recital de Roger Waters en el estadio de River Plate.<br />-Festival de Cine Independiente Buenos Aires 2007.<br />-Recital de Nacho Vegas, el verdadero Bob Dylan español, en Harrod's.<br />-Recital de Yann Tiersen en Harrod's.<br /><br />Es que todo no se puede... Hasta el próximo post.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-91543552689520622992007-03-21T15:38:00.000-07:002007-03-21T15:57:49.076-07:00Me tiraron el I-ChingBah, en realidad no sé si se dice "me tiraron", el I-Ching no son cartas, es un libro. Lo que tenés que "tirar" son unas monedas raras (que tenés que mojar al tiempo que te lavás las manos, y luego tenés que "secarte" en ellas). Entonces, según como salen esas monedas, te corresponde cierto "dictamen" del I-Ching sobre la duda por la cual lo estás consultando.<br />La cosa es que, del total de ese dictamen, sólo un 15% se ajustaba a lo que pregunté. El resto de la respuesta decía algo así como hay que castigar a los conspiradores (?), aunque no a los secuaces (???). Todavía tengo que dilucidar quién es conspirador y quién es secuaz. Y uno se acercaba a esto buscando respuestas claras...Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-21471692.post-63542496206616193912007-03-08T19:48:00.000-08:002007-03-08T19:51:54.829-08:00Crónicas desde el Planetario: Pedro Aznar en vivo (sí, fue en enero, pero no me anduvo la PC por dos meses...)Domingo 28 de enero, 20:30. Llegué media hora tarde al recital gratis que Pedro Aznar daría afuera del Planetario, pero, como suponía, al principio estaría tocando solamente Roxana Amed, quien no me interesaba tanto (a pesar de que llegué justo cuando interpretaba una interesante versión de “<strong>Durazno sangrando</strong>” de Invisible). Lamentablemente, la mayoría de los medios no había avisado que primero tocaría esta mujer, así que las 5.000 personas que pretendían ver a Aznar a las 20 tuvieron que soportar una hora de espera escuchando a una artista que no les interesaba. Por mí todo bien, pero me dio lástima por ella: en uno de sus últimos temas, la gente empezó a aplaudir antes de que terminara la canción por lo impacientes que estaban, pero ella, interpretando equivocadamente el motivo del aplauso, dijo “Bueno, vamos a hacer un tema más”, a lo cual el público le respondió “¡Nooo!”. Esa negativa sonó bien fuerte, pero ella siguió su plan y se mandó los últimos dos temas de su minirrecital.<br />A continuación llegó Pedro, solitario con su guitarra, y se mandó con “<strong>Lina de luto</strong>”, muy buen comienzo para un recital. Lo raro de este concierto es que había sólo un músico con su guitarra frente a 5.000 personas. Incluso él mismo llamó la atención sobre eso, diciendo que le alegraba este intento de “recitalcito de fogón pero multitudinario”. Las dos canciones que siguieron fueron la gloria para sus fans: “<strong>Tu amor</strong>”, de su repertorio junto a Charly García (canción reconocible ya desde los entrecortados rasgueos de guitarra del comienzo) y el romanticón (en el buen sentido) “<strong>A primera vista</strong>”, que casi se podría decir que es más conocida por la versión de Aznar que por la de su autor original, Chico César. Después siguió “<strong>Fotos de Tokyo</strong>”, que en versión acústica me gusta mucho más que la versión original del álbum del mismo nombre. Luego interpretó “<strong>A un gato</strong>”, un poema de Borges musicalizado por Aznar en 1999, en ocasión del centenario del escritor argentino, pero debo decir que, de ese proyecto de musicalización de poemas, yo hubiese preferido que tocase algo como “Buenos Aires” (nadie puede contra la frase “No nos une el amor sino el espanto, será por eso que la quiero tanto”).<br />El tema siguiente fue “<strong>Después de todo el tiempo</strong>”, bello pero un poco largo para mi gusto. Luego, Pedro invitó al escenario a Roxana Amed, que, remitiendo humorísticamente al rechazo previo que había sufrido por parte del público, dijo de manera autoconsciente “Otra vez yo…”. Y el tema que interpretaron en conjunto fue una versión en castellano de “<strong>Amelia</strong>” de Joni Mitchell, incluida en el último disco de Amed. Esto fue grandioso para mí porque amo la música de Joni Mitchell y ese tema en especial, que tiene una de las líneas de bajo más acogedoras que se hayan creado, pero no estoy muy seguro de que al público en general le haya fascinado este tema (la Mitchell no es muy “masiva” en la Argentina). Luego se fue la Amed del escenario y Pedro le rindió homenaje al fallecido baterista Oscar Moro (compañero suyo desde los tiempos de Serú Girán) interpretando un tema de Los Gatos (banda primigenia argentina donde también tocó Moro) que, según dijo, fue uno de los primeros rocks en castellano que escuchó en su vida: “<strong>El rey lloró</strong>”.<br />Entonces Pedro anunció una seguidilla de seis temas que formarán parte de su próximo disco, todos covers de canciones que él ama y que le “enseñaron” sobre el arte de escribir canciones. A continuación se escuchó una intro de guitarra que hizo aplaudir a todos los que la reconocieron, y los que no lo hicieron al instante sí aplaudieron cuando se escuchó el primer verso y resultó evidente qué canción era: “I was dreaming of the past…”. Sí, era “<strong>Jealous guy</strong>”, el enésimo cover de John Lennon que hace Aznar. Y después de un tema de un ex beatle, ¿qué podía sonar? Efectivamente, un tema de los Rolling Stones. Otra intro de guitarra inconfundible y otra canción romanticona en el mejor sentido: “<strong>Angie</strong>”. Después vino una en castellano: “<strong>Credulidad</strong>”, de Pescado Rabioso (tardé en reconocerla, aunque por la melodía y la letra era evidente que se trataba de un tema de Spinetta). Luego Pedro volvió al inglés para un tema de otro fallecido ex beatle: la gloriosa “<strong>Isn’t it a pity</strong>” de George Harrison, versionada en castellano. La seguidilla de covers de su próximo álbum finalizó con la cereza que faltaba: “<strong>Confesiones de invierno</strong>” de Sui Géneris. Si algo le faltaba a Aznar, era versionar a esa banda. Por si suena como una crítica, aclaro que no lo es, y que esta canción hoy en día le sale mejor a él que al propio Charly García, que ya no puede entonar tan bien (algunos dirán directamente que ya no puede entonar, pero no yo).<br />Volviendo a su repertorio más tradicional, Pedro hizo “<strong>Amor de juventud</strong>” y luego otra de las sorpresas de la noche: “<strong>Yo tengo tantos hermanos</strong>” de Atahualpa Yupanqui. Y siguiendo con Yupanqui, a continuación sonó como un hermoso regalo “<strong>Soledad, Jujuy, 1941</strong>”, uno de los poemas inéditos de Atahualpa que varios artistas musicalizaron en 1999 para un álbum tributo. Éste es, en mi opinión, el mejor tema de ese álbum, y hacía más de dos años que no lo veía a Pedro interpretarlo en vivo, así que escucharlo esa noche fue algo maravilloso, y se ve que mucha gente opinó lo mismo por los impresionantes aplausos que recibió. Luego, Aznar pasó al destornillador, y no, por enésima vez, no me refiero a la bebida, sino a la herramienta, que utiliza para tocar el bajo en “<strong>Muñequitos de papel</strong>”, un tema sombrío que le da pie para exhibir su maestría habitual en ese instrumento. Al terminar, Pedro se fue del escenario y, para los primeros bises, volvió nuevamente con Roxana Amed y su banda, para interpretar una gran versión de “<strong>Friends</strong>” de Led Zeppelin, incluida en el último álbum de Amed. Luego volvió a quedar solo y se mandó con uno de los temas que escribió dentro de Serú Girán: “<strong>A cada hombre, a cada mujer</strong>”, que suele usar para terminar sus shows. Efectivamente, Pedro se fue, pero regresó para el último bis, otro cover de John Lennon que sería la última de las 20 canciones de la noche: “<strong>Love is real</strong>”. Algún malintencionado podría acusar a Aznar de complaciente con su público, ya que los covers que eligió son fácilmente reconocibles y “masivos”, pero, como él mismo dijo, son las canciones con las que creció, las que siempre quiso tocar. De todos modos, lo que hace este repertorio de covers es confirmar que la relevancia de Pedro Aznar no es la que tiene como compositor, sino como instrumentista y cantante (su increíble y elástica voz es uno de los secretos a voces de la música argentina). Esto no quiere decir que no haya escrito buenas canciones, pero, dentro del total de su obra como solista, las composiciones propias ocupan bastante menos de la mitad, sobre todo desde que en los últimos años sacó álbums casi íntegramente dedicados al folclore argentino y a la música brasilera. Pero, más allá de si interpreta temas propios o ajenos, nada de eso habla de su calidad como prodigador de emociones: en eso, que es lo que realmente importa, es un grande.Merrickhttp://www.blogger.com/profile/10367987697054059588noreply@blogger.com1