Así es, a fines del 2011, llega a los lectores una nueva edición de "las pequeñas reseñas de los estrenos que yo vi del año"... pero no del 2011, sino del 2010. Sí, un año más tarde de lo debido, pero a los lectores regulares eso no les importará (y tampoco a los lectores sobresalientes), y ya llegará la lista correspondiente al 2011. Aclaración: estas reseñas pueden leerse sin temor a que se develen sorpresas de los films en cuestión. Segunda aclaración: no se sorprendan si la mayoría son films de género, pues son las que suelo ver en cine por pensar que en pantalla chica perderían mucho de su impacto.
-“Samarra”: la sitúo en primer lugar porque es el estreno del 2010 que vi antes que cualquier otro, pues lo vi en el festival de Cine de Buenos Aires del 2008. Y por suerte la vi en fílmico, no en DVD ampliado, como se terminó estrenando en el 2010. Pero bueno, la cosa es que una vez más Brian de Palma (mi director favorito) entrega una obra polémica que lo lleva a ser duramente criticado en su país e incluso tildado de “antinorteamericano”. El motivo: retratar los desmanes y horrores en los que toman parte un grupo de soldados yanquis en Irak. La novedad es que De Palma deja de lado su clasicismo narrativo y se suma a la moda del “found footage”, es decir, todo lo que se ve en la pantalla forma parte de filmaciones televisivas o de personajes de la trama. Un film valiente y “necesario” (por poner un lugar común), aunque se aleja tanto del estilo de De Palma que definitivamente no formará parte de las películas suyas que más se mantengan en mi memoria. 7 Aires
-“Luz silenciosa”: otra que se estrenó en formato DVD ampliado y que yo vi antes, en fílmico, durante el Festival de Cine del 2008. El usualmente polémico Carlos Reygadas entregó una película majestuosa ambientada en una colonia menonita, con un estilo reposado que aburrió a muchos pero que formaba un todo perfecto con la esplendorosa fotografía y la historia de un hombre de familia que mantiene una relación paralela con otra mujer. Esta película pedía a gritos verse en pantalla grande y en fílmico: esos planos largos, la lluvia, la repentina emoción de algunos momentos, el comienzo y el final espejados que parecen transcurrir en una sola toma que va de la noche al día y viceversa... Para mí, el mejor estreno del 2010. 10 Aires
-“Hansel y Gretel”: otra que vi antes, en el Festival de Cine del 2009. Una de suspenso/terror oriental que esta vez no se apoya en niños fantasmas, aunque sí hay niños amenazantes. La primera mitad atrapa bastante, pero en su última media hora la película se vuelve increíblemente repetitiva y solemne. Y a diferencia de otras ocasiones en las que hay puntos a favor y en contra, en este caso fue más fuerte la sensación de rechazo que me generó toda la parte final, que definitivamente transforma lo que era una atrapante película en una cosa pretenciosa. 5 Aires
-“Wendy & Lucy”: otra de las grandes películas del año, es una lástima que se haya estrenado en DVD ampliado, pero por suerte la vi antes, en el Festival de Cine del 2009... en fílmico (prometo que es la última vez que digo eso). De Kelly Reichardt, que se está transformando en una de mis directoras favoritas a partir de este film y de “Old joy”. Aquí Michelle Williams (Wendy) deja de lado todo glamour para hacer de una desclasada que intenta llegar a Alaska pero tiene problemas de dinero, de transporte y de perro. Sí, la perra Lucy es su inseparable compañera, y todo lo que hace Wendy por ella constituye gran parte de la trama del film. A partir de un “realismo” minimalista, pesimista y optimista al mismo tiempo, el film logra emocionar con buenas armas. 10 Aires
-“Avatar”: la esperada épica futurista de James Cameron (y su regreso al cine de ficción 12 años después de “Titanic”) se estrenó con un inmenso aparato de promoción que puso el énfasis en los efectos especiales y lo avanzado del 3-D. Esto llevó, naturalmente, a que muchos preguntaran “¿Y la historia? ¿Y las actuaciones?”. Sin irme para ninguno de los dos extremos, diré que los efectos especiales son, en efecto, fantásticos, creando un mundo totalmente creíble de la nada, pero eso no sería valorable por sí solo, así que, con respecto al costado “humano”, diré que las actuaciones están “lo suficientemente en tono para una película de este género”. Pero podrían estar mejor; Cameron está lejos de lograr la empatía con los personajes que obtuvo en, por ejemplo, “El abismo”. Lo que hace disfrutable a “Avatar” es, más allá de todo espectáculo visual, su espíritu de aventura clásica. 8 Aires
-“La Tigra, Chaco”: una pequeña gran sorpresa, este film argentino ambientado “en el interior” tiene todo el encanto y la nobleza como para ganarse a cualquiera. Típica historia de adolescente que regresa al pueblo de su infancia para tratar asuntos familiares y se reencuentra con una antigua amiga que ahora es una mujercilla de la que es imposible no enamorarse. Y el pibe se enamora, y los espectadores también, pero todo el retrato de sus vivencias en el pueblo también es interesante. Como leí en la revista “El Amante”, la película es minimalista pero no porque esté hecha con dos mangos, sino porque sabe contar lo necesario. 9 Aires
-“Tierra de zombies”: no la vi en cine, pero es un estreno del 2010 que vi, así que entra en la lista. Y el motivo por el que no la vi en cine es sencillamente porque estuvo en pocas salas y me la perdí, pero le tenía todas las ganas. ¿Cómo no querer ver una comedia en la que el típicamente nerd Jesse Eisenberg se junta con el típicamente chiflado Woody Harrelson para sobrevivir en un mundo atestado de zombies? La película es todo lo que uno espera de ella, o sea que es muy entretenida pero nada imperativa. Cada uno hace su personaje de taquito y el espectador agradece. 7 Aires
-“Asesino ninja”: me había encantado “V de venganza”, así que esperaba con curiosidad la siguiente película de James McTiegue. Más cuando supe su desvergonzado título: parecía como si alguien se hubiese atrevido a hacer una película setentista (u ochentosa) “straightforward”, o sea, narrada sin ironía ni llamados de atención sobre su estilo. Y así fue. Espíritu clase B, pasión por la narración, artes marciales y policías, todo lleno de lugares comunes “pero bien”. Una película disfrutable (si uno no está en contra del género a priori, ¿y por qué estarlo?). 7 Aires
-“Halloween II”: en el 2007 el músico Rob Zombie dirigió una digna remake del clásico “Noche de brujas” (no vi la original, lo cual ya de por sí es un crimen, pero eso no me impide aplaudir la nueva versión). Y ahora el tipo filmó la secuela de la remake, que de alguna manera también es la remake de una secuela (pues la original también tenía una continuación de la que creo entender que ésta sigue los pasos). Aquí se intensifica más todavía la sensación de podredumbre y pesimismo (la protagonista femenina tiene la vida hecha un desastre aun antes de la reaparición del asesino Michael Myers), pero, admitiendo que este film es más personal, desquiciado y alejado de la media que el anterior, tengo que decir que no me gustó tanto más allá de un gran comienzo. El clasicismo de la primera parte me llegó mucho más. 6 Aires
-“Daybreakers: vampiros del día”: otra de género bien resuelta. En el futuro, la “normalidad” estará en ser vampiro, y uno de los aciertos de este film es el retrato de esa cotidianeidad gris de seres humanos que ya se acostumbraron tanto a su nueva forma que ni siquiera son conscientes de qué es lo que los deprime tanto. Pero cuando el “vampiro con remordimientos de beber sangre humana” Ethan Hawke se une a un grupo de “no vampiros” que se niegan a ser convertidos (comandados por un carismático Willem Dafoe), nace la aventura. Interesantísima y con un montaje muy preciso, fue una de las películas que más placer me dio ver en cine en el 2010. 8 Aires
-“Nine, una vida de pasión”: me gustan los musicales, pero odié esta película. Y no porque fuera una remake del que considero el mejor film de la historia (“Ocho y medio” de Federico Fellini), sino porque es absolutamente aburrida y se siente todo el tiempo el “intento por hacer un film de arte, pretencioso e interesante”. Todo el elenco está insoportable, zafando solamente Marion Cotillard y Penélope Cruz. Es decir que se desaprovecha a Daniel Day-Lewis, que a priori parecía el actor perfecto para hacer de director de cine en conflicto con su arte y con las mujeres de su vida. Y con respecto a lo estrictamente musical: por un lado, es muy perezoso que en el comienzo se recree el escenario de la obra, en donde van apareciendo una a una las actrices coprotagonistas (tal cual como uno se lo imaginaría en un teatro) y, por otro lado, el director Rob Marshall demuestra que las virtudes de su anterior “Chicago” eran sólo excepciones, pues viendo “Nine” uno tiene la impresión de que al tipo no le interesa que se entiendan algunas de las coreografías... ni tampoco que se disfruten. 1 Aire
-“Andrés no quiere dormir la siesta”: una película argentina ambientada en la época de la dictadura que posa su punto de vista en la mirada de un niño. Eso la hace relativamente novedosa para el cine nacional, y le otorga algunos de sus aciertos. Los malos son los malos, como es de esperar, pero los “buenos” también tienen sus grises en esta película. 6 Aires
-“Toy story”: sí, ya sé, es de 1995, pero fue un reestreno (en 3-D) del 2010, así que entra en la lista. Lástima que sólo se pasó en castellano, pero el doblaje era aceptable. Y, como era de esperar, este hiperclásico moderno me compró, con sus dilemas existenciales y su excelente desarrollo de personajes y entretenimiento a toda máquina. No se le puede dar menos de 10 Aires.
-“Sherlock Holmes”: la película más mainstream del modernoso Guy Ritchie resulta ser su mejor film, justamente por buscar algo así como un clasicismo (al menos para sus parámetros) en detrimento del mero aspecto “cool” de sus anteriores “Snatch”, “Revolver” o “Rocknrolla”. Robert Downey Jr aprovecha su nueva fama ganada por “Iron Man” para hacer un personaje que se parece al de ese superhéroe en su cancherismo, pero igual lo perdonamos. Y también se luce Jude Law como Watson; entre ambos crean una relación de complementariedad que no necesariamente es homoerótica (como podría interpretarse fácilmente) pero que tiene, al menos, mucho de celos por parte de Holmes cuando éste siente que su ayudante está a punto de abandonarlo para casarse con una dama de la alta sociedad. 7 Aires
-“El hombre lobo”: Dirección de Joe Johnston (“Rocketeer”, “Cielo de octubre”, “Jurassic Park III”, “Océano de fuego”), música de Danny Elfman, actuaciones de Benicio del Toro y Anthony Hopkins, montaje de Walter Murch, maquillaje de Rick Baker y un espíritu que se propone homenajear a los clásicos del terror de la productora Hammer. Las condiciones estaban dadas para un festín del género, pero, salvo por momentos, la película aburre, y ninguno de los rubros mencionados se sale de la media. De hecho, en gran parte del metraje el maquillaje es reemplazado por efectos digitales que hacen ver todo irreal, en el mal sentido. Una pena. 5 Aires
-“Astroboy”: una grata sorpresa. La clásica historia del niño robot vuelve a cobrar vida en un film animado cuya primera mitad contiene elementos de muerte y abandono bastante sorprendentes para una película infantil. Pero en todo momento se muestra un gran respecto por el espectador y una verdadera pasión por lo que se cuenta, lo cual puede llegar a emocionar a los espectadores bien predispuestos y poco prejuiciosos. 8 Aires
-“Toy story 2”: como la primera parte, es un reestreno en 3-D. Me decepcionó un poquitísimo, solamente por el hecho de que había leído y escuchado que era mejor que la original y no me pareció así. De hecho, el final con todos los personajes entonando una canción pop es algo que luego apareció en muchos films animados de Dreamworks, y en efecto es lo peor de esta secuela. De todos modos, todo esto sólo significa que no le doy 10 Aires, pero sigue siendo una de las joyas de Pixar y se merece 9 Aires.
-“Vivir al límite”: la ganadora del Oscar a mejor película le dio un merecido reconocimiento a Kathryn Bigelow, la directora de las también grandiosas “Punto límite”, “Días extraños”, “K-19”, “Testigo fatal” y los clásicos modernos que me falta ver “Cuando cae la oscuridad” y “El peso del agua”. Esta vez la tipa se mete en la guerra de Irak desde el punto de vista de un comando “desarmabombas” que recibe a un nuevo integrante, un loco de la adrenalina que parece disfrutar de cada momento de riesgo. La película fue tan venerada como discutida ideológicamente, y en parte entiendo la negativa que obtuvo, ya que por mostrar lo que se muestra no necesariamente se produce una crítica a la intervención yanqui en esas tierras. De todos modos, no todo film bélico actual tiene que ser una crítica a Bush (mientras no se pase al extremo opuesto de alabarlo, en cuyo caso sí me parecería deleznable). En este caso la crítica parece estar no en el intervencionismo sino en la sociedad que produce almas que sólo pueden llenarse con el frenesí de la guerra. Para mí basta con la constante tensión y maestría que maneja la película para darle 9 Aires.
-“Percy Jackson y el ladrón del rayo”: otra saga de fantasía, parecida a Harry Potter en el sentido de que hay un joven que descubre que es parte de un mundo mitológico que desconocía (en este caso, el mundo de la mitología griega). Apoyándose en un espíritu de “road movie de videojuego” en el que el protagonista y sus amigos van encontrándose con diversos dioses en cada nivel, la película intenta emular a la saga de Potter por medio de efectos especiales y humor, y lo consigue sólo por momentos. Cuando se delira mucho, no funciona. El interés por el protagonista que se vislumbra durante los títulos del comienzo (un comienzo con el Percy en el fondo de una piscina, aguantando la respiración relajadamente) es una muestra de lo buena que podía haber resultado la película. 6 Aires
-“Desde mi cielo”: después de tantos años llegó la esperada nueva película de Peter Jackson: la adaptación de la novela de culto “The lovely bones”. No estoy de acuerdo con las pésimas críticas que recibió (aunque sí me parece que su visión del Más Allá es un tanto edulcorada y “new age” en el mal sentido del término). Pero considero que lo que funciona en la película funciona bien, y, teniendo en cuenta que el film mezcla estilos y feelings en diversos momentos (comedia, thriller, fantasía, romance, drama lacrimógeno), es elogiable que la mezcla sea una mezcla que se sigue con interés y no una mezcolanza. La protagonista Soairse Ronan se banca la película, y también se luce especialmente Stanley Tucci. 5 Aires, aunque el disfrute al verla era más de lo que indica ese magro puntaje.
-“El imaginario mundo del doctor Parnassus”: otro esperado regreso, esta vez el de Terry Gilliam. Y en un film que, fiel a su tradición, corrió riesgos de no estrenarse, debido a la muerte de uno de sus protagonistas, Heath Ledger. Mágicamente, su reemplazo en diversas escenas por Jude Law, Johnny Depp y Colin Farrell no se siente arbitrario, sino que fluye con la historia del espejo que cambia a las personas que ingresan en él, develando su verdadero ser. Hay efectos digitales pero se amoldan bien al estilo del director, y hay un gran duelo actoral entre la experimentada y conflictuada vejez de Christopher Plummer y el villano deliciosamente demoníaco que interpreta Tom Waits. 7 Aires
-“Alicia en el país de las maravillas”: la segunda gran decepción en la carrera de Tim Burton (la anterior fue “El planeta de los simios”), que incursiona aquí en la moda del 3-D. Los efectos especiales de esta suerte de secuela del clásico de Lewis Carroll son espectaculares, pero la película llega a aburrir, algo inaudito teniendo en cuenta su potencial y su elenco. Quizás el problema principal sea que Alicia parece no sorprenderse de nada, lo cual nos deja sin un protagonista con quien nos podamos identificar. Además, el mundo “real” del que sale y al que vuelve nos deja una introducción y un final algo pedestres y “respetablemente aburridos”. Lo que se salva, además del aspecto visual, es la partitura de Danny Elfman, quien demuestra, con “Alice’s theme”, que se pueden seguir creando clásicos instantáneos de la música para cine. 5 Aires
-“Número 9”: esta película de animación fue producida (pero no dirigida) por Tim Burton, y algo de su estilo oscuro y freak se percibe en los personajes y la ambientación. La historia es interesante: muñecos de trapo (o algo así) intentan salvarse de unas máquinas malévolas y averiguar cómo nacieron y por qué toda la humanidad parece haber desaparecido. A partir de esta premisa y de un gran despliegue visual, el film adquiere todo el look de una obra que se pretende de culto. Desde mi punto de vista, no logra serlo, y sólo llega a los 6 Aires.
-“La isla siniestra”: casi 20 años después de “Cabo de Miedo”, Martin Scorsese vuelve al cine de género, con un thiller/film noir que durante gran parte de su metraje se siente como una película de terror. Si alguien precisaba alguna muestra de su gran manejo de la técnica y la narrativa cinematográfica, aquí tienen esta fiesta descomunal de montaje, fotografía y sonido que crea todo el tiempo un clima tensionante y perfecto para experimentar en la sala oscura de un cine. Básicamente una película clase B filmada con presupuesto “clase A” pero con un feeling que recuerda a aquellas historias paranoicas de Alfred Hitchcock y Jacques Tourner de mediados del siglo pasado. Hay que elogiar también la compilación de música no original que hizo Robbie Robertson, que incluye música cuasiatonal, canciones viejas, obras clásicas y esa belleza llamada “On the nature of daylight”. 8 Aires
-“Vincere”: a pesar de que se estrenó más tarde en el año, la sitúo en este lugar porque la vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Aquí el legendario Marco Bellocchio se despacha con un melodrama que cuenta la historia de una amante de Mussolini que tuvo un hijo suyo y fue encerrada en un asilo para evitar que se divulgue su historia. La protagonista Giovanna Mezzogiorno da todo de sí y logra que nos interese el destino de su personaje, aún cuando mucho del film parece episódico y repetitivo. Es que tampoco falla Bellocchio: su estilo operísticamente melodramático nos mantiene en la butaca como ante el mejor film de intriga hollywoodense. 9 Aires
-“La pivellina”: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Es el primer film de ficción de sus directores, que antes habían dirigido documentales. Y ciertamente tiene un etilo cuasidocumental, con sus escenarios naturales, su ausencia de efectismos y sus actuaciones “realistas”. La historia de una mujer que se hace cargo de una beba abandonada es conmovedora, con buenas armas y nada de golpes bajos. Y los interludios circenses (la mujer y sus allegados forman un pequeño circo ambulante) aportan una bienvenida frescura. 9 Aires
-“Yuki y Nina”: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine. Y otra pequeña obra maestra, una protagonizada por niños (específicamente niñas), que, como todos saben, si están bien dirigidos, se roban cualquier película. Este film co-dirigido por un francés y un japonés cuenta una historia “multicultural”: dos amigas deben enfrentar una posible separación ya que la madre de una de ellas planea irse a otro país. Con esa premisa se logra un conmovedor y siempre divertido relato. 10 Aires
-“La cinta blanca”: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. En un pueblito alemán de comienzos del siglo XX comienzan a ocurrir extraños sucesos, varios de ellos violentos y sin responsables a la vista. Otra película áspera del celebrado Michael Haneke, aunque ésta tuvo varios detractores por su pátina de film “metafórico y oscarizable”. La verdad es que en el momento de ver la película, la historia me resultó lo suficientemente atrapante como para no dejarme llevar por esas críticas. 8 Aires
-“Policía, adjetivo”: otra que se estrenó más tarde pero yo vi antes, en el Festival de Cine de Buenos Aires. Ésta venía bien recomendada y alabada por críticas de todos lados, y sí, es original e interesante, pero no al punto de considerarla una obra maestra. Le dije a una amiga en su momento: “se trata, como su título lo indica, de un policía y un adjetivo”. No, mentira: se trata de un policía y la burocracia legal que lo obliga a hacer un seguimiento de un muchacho que fuma marihuana; ante la posibilidad de mandar a la cárcel a un simple consumidor, el protagonista cuestiona su trabajo y... sí, cuestiona también al diccionario. En este film hay discusiones lingüísticas y cotidianas que se vuelven más interesantes que el procedimiento policial, y que terminan con una gran escena-confrontamiento. Pero antes de llegar a esa escena, hubo algo de aburrimiento. 8 Aires
-“La caja mortal”: grandiosa, ambiciosa e incomprendida película que parece haber nacido para ser de culto (como “Donnie Darko”, del mismo director), esta expansión del cuento de misterio de Richard Matheson es algo así como la serie “Lost” en pantalla grande. Es decir: hay grandeza y emocionalidad visual, hay misterios cuyas respuestas no se explicitan, hay buenas actuaciones de gente que se toma en serio sus personajes (los sorprendentemente empáticos James Marsden y Cameron Díaz), hay aspectos sobrenaturales, hay música deliciosa y sutil (creada por integrantes de Arcade Fire), hay dilemas existenciales. Y, como “Lost”, es una obra que puede irritar a los que busquen un entretenimiento más explícito o menos exagerado en sus locuras. 8 Aires
-“Cómo entrenar a tu dragón”: la primera gran película de dibujos animados de Dreamworks, a la altura de las de Disney/Pixar. Esto es porque, por una vez, dejan de lado las alusiones al universo pop y los gags más propiamente infantiles y se disponen a narrar una historia poniendo el interés en crear un protagonista querible, un universo creíble y escenas en donde se justifica el uso de la animación. Cada vez que “el héroe” y el dragón vuelan juntos, el 3-D se aprovecha con creces y la pantalla emana emoción, por más que en gran parte la relación entre ellos parezca un refrito de la del extraterrestre y el protagonista humano en “E.T.”. Todo esto no es de extrañar si se tiene en cuenta que los directores habían hecho “Lilo y Stitch”, una película de Disney que no vi pero de la que leí críticas muy alabadoras. 8 Aires
-“Furia de titanes”: se criticó mucho que esta película haya sido transformada a 3-D luego de haberse filmado “normal” (lo cual haría que la profundidad de campo no estuviera tan bien lograda como en “Avatar” u otras películas filmadas originalmente con esta técnica en mente), pero ése no era el verdadero problema del film. Esta remake de la película de fantasía de comienzos de los ochenta en la que los dioses griegos se inmiscuyen en las aventuras de Perseo es un típico signo de los tiempos: solemnidad, efectos especiales digitales que muchas veces se ven ridículos, poco carisma en las actuaciones. La vieja versión tenía al menos un interés asegurado en las criaturas stop-motion que creara Ray Harryhausen en su última película, pero ahora no hay nada equivalente que genere la más mínima emoción. Hay un pequeño sabor a aventura en algunos momentos (habría sido imperdonable que desperdiciaran totalmente la idea del enfrentamiento con Medusa), pero nada que salve al film. 5 Aires
-“Carancho”: Pablo Trapero (“Mundo grúa”, “El bonaerense”) entrega su film más mainstream, al menos si tomamos en cuenta su adscripción al género negro y la fama de su protagonista masculino (Ricardo Darín). Claro que si es género negro, es negro a lo argentino, es decir, con ese “realismo sucio” (en el buen sentido del término) de varias de las anteriores obras de Trapero, a las que se suma esta vez un enorme pesimismo. Lo único que puede molestar un poco es cierto aroma a sensacionalismo y “seriedad para ganar premios” que la película adquiere en momentos, y esto también se traslada a la puesta en escena: hay varios virtuosos planos-secuencia que también podrían caracterizarse de exhibicionistas, y aportan a mi apreciación esquizofrénica del film. 7 Aires
-“Iron Man 2”: lamentablemente esta secuela no está a la altura de la primera. Parece haberse tomado la decisión de exprimir los aspectos que hicieron un éxito de la anterior (cosa lógica desde el punto de vista comercial), pero el resultado se siente demasiado calculado. Es decir: el cinismo de Robert Downey Jr. y los diálogos con su secretaria Gwyneth Paltrow en que ambos se interrumpen todo el tiempo llegan a cansar. Las buenas noticias son que Mickey Rourke zafa bien como villano, y Sam Rockwell aporta una frescura equivalente a la de Downey Jr. en el film original. Pero, salvo una gran escena en una carrera de autos, esta película es mucha chispa y poca sustancia. 6 Aires
-“El príncipe de Persia: las arenas del tiempo”: Mike Newell (quien solía hacer films buenísimos o al menos interesantes, como “Bailar con un extraño”, “Cuatro bodas y un funeral”, “Abril encantado”, “Brasco” y “Mi espacio”) entrega esta adaptación del clásico videojuego con Jake Gyllenhaal como protagonista. Y el pibe está bien, pero es lo único aceptable del film junto con el comic-relief de Alfred Molina, y eso no es suficiente. Se intenta apelar a la frescura que caracteriza a, por ejemplo, los films de Indiana Jones, y sólo se logra esto en pequeños momentos. Encima el personaje femenino que acompaña al protagonista parece más un intento de actriz que una persona. 5 Aires
-“Robin Hood”: una vez más en estos veintipico de años, Ridley Scott casi hace una película valorable. Volviendo al género épico y usando una vez más a Russell Crowe, se manda una precuela de la historia de Robin Hood que muestra cómo el tipo se transformó en el héroe que terminó siendo. Si bien la solemnidad a veces es excesiva, esto se contrarresta con toques de humor que funcionan, sobre todo en la relación entre el protagonista y Marian, bien jugada por Cate Blanchett (no estoy de acuerdo con los que opinaron que no hay química entre ellos). Ah, también se luce Max von Sydow (¿cuándo no se luce?). Da un poco de lástima que la película nunca llegue a ser lo mítica o disfrutable que se propone, pero se aplaude el intento de regreso a la aventura clásica. 6 Aires
-“Bye bye life”: distanciándose un poco de su labor como denunciante de males político/sociales (“Whiskey Romero Zulu”, “Fuerza Aérea Sociedad Anónima”, “El Rati Horror Show”), Enrique Piñeyro entrega un documental muy placentero e incómodo al mismo tiempo sobre los últimos días de la fotógrafa Gabriela Liffschitz, quien falleció de cáncer. Incómodo porque vemos en pantalla el sufrimiento real de una persona real, alguien que decidió apurar el rodaje justamente por saber que le quedaba poco de vida. Y placentero porque se ve en ella un desafío a la muerte y al destino, ya que, dentro de lo limitado de sus opciones, se propone hacer muchas cosas y enfrentar la vida con toda la fuerza de los que tienen ganas. Y con mucho humor negro y autoconsciente, una característica que se traslada al film mismo (que, en un acto de honestidad, incluye en un momento una crítica de uno de los miembros de la filmación a la propia película y a la protagonista). 8 Aires
-“Los mejores de Brooklyn”: Antoine Fuqua (“Día de entrenamiento”) sigue con su saga de corrupción policial. Aquí se cuenta la historia de tres policías que sólo se cruzan en determinados momentos del film: Ethan Hawke, Richard Gere y Don Cheadle. Contra lo que podría esperarse, Cheadle es el que menos se destaca, y sobresale más la garra y corazón que ponen Gere y Hawke. El aspecto coral (o “multi-protagonistal”) no sorprende a nadie, y todo el peso del film recae en el carisma de los personajes, es decir que alcanza los 7 Aires.
-“Brigada A: los magníficos”: quién sabe por qué los vampiros de Hollywood tardaron tanto en llevar la serie de los 80s a la pantalla, pero finalmente llegó la peli de “Brigada A”. En los papeles, el casting se ve perfecto: Lian Neeson canoso emulando al coronel John Hannibal Smith de George Peppard, el galán Bradley Cooper haciendo del ganador Face, el loco lindo Sharto Copley haciendo del loco lindo Murdock y el deportista de lucha libre Quinton “Rampage” Jackson como el fortachón Mario Baracus. Más allá de la teoría, en la práctica el casting funciona (con pico en Murdock y valle en Mario, que realmente tiene un rol y una actuación bastante mejorables). Y la película como totalidad entrega la mezcolanza para la que fuimos a verla: humor y acción que remiten a la serie pero también se adaptan a la espectacularidad de los tiempos que corren. Como muestra bien vale la escena de los héroes cayendo al vacío dentro de un tanque... y usando lógica y locura para zafar de ese cliffhanger. 7 Aires
-“La carretera”: ascética, sutil y enorme, esta adaptación de la mítica novela de Cormac McCarthy (“Sin lugar para los débiles”) es una de esas experiencias para ver en la pantalla grande de un cine. En un futuro postapocalíptico, Viggo Mortensen y su hijo deambulan en dirección al mar y, mientras tanto, intentan salvarse de un sinfín de amenazas que los acechan a cada instante (que van desde el hambre y el clima hasta la mera presencia de otros seres humanos que, en este futuro gris, buscan su propia supervivencia y en el proceso se transforman en el enemigo). La pareja protagónica entrega actuaciones descomunales, el guión es todo lo perfecto que puede ser (presentando varios dilemas éticos sin sobreexplicitarlos) y el devenir de los acontecimientos entrega escenas duras y espeluznantes matizadas con momentos de solaz y algo así como felicidad. Dato triviesco: mientras veía la película, el tono elegíaco y la música me recordaban a esa obra maestra llamada “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”. Luego supe que al menos en lo que respecta a la banda sonora mi percepción tenía cierto sentido, ya que los compositores eran los mismos: Nick Cave y Warren Ellis. 10 Aires
-“Toy story 3”: once años después de la segunda parte se estrenó el motivo por el cual fueron reestrenadas las dos primeras películas de la saga. Más allá del excelente background de los estudios Pixar, muchos temían (temíamos) que esta tercera entrega sería un “cash-in”, es decir, un producto generado sólo para recaudar dinero que rompería con la racha de obras maestras continuadas que significó “Ratatouille”, “Wall-E” y “Up”. Sin embargo, Pixar nos calló la boca a todos: está el chiche del 3-D, sí, pero el humor y el espíritu de aventura siguen tan presentes como antes, y también sigue presente el subtexto sobre el paso del tiempo y la finitud de la vida, que aquí se hace especialmente conmovedor en dos escenas que desarman a cualquiera. Y las incorporaciones de personajes (con voces míticas como las de Michael Keaton, Timothy Dalton y Ned Beatty) se amalgaman con total fluidez al resto de los geniales personajes. 10 Aires
-“El aprendiz de brujo”: Jon Turteltaub vuelve a dirigir a Nicolas Cage en un intento de “blockbuster de aventuras clásicas y humor para toda la familia” (como en “La leyenda del tesoro perdido” y su secuela). El objetivo no es nada del otro mundo, es decir, la película no se propone como un GRAN entretenimiento al nivel de, por ejemplo, Steven Spielberg, sino que su ambición es la de un film pochoclero con un protagonista mínimamente simpático y efectos especiales que mantengan interesado al espectador. Y la presencia de Cage, por supuesto, que imparte sus enseñanzas con algo de bienvenida picardía “deadpan”. Lástima que en las escenas de acción el film sucumbe al típico montaje moderno que no deja entender muy bien lo que sucede, pero bueno, desde el vamos no se le podía pedir mucho, sólo un poco de entretenimiento deshechable, cosa que cumple. 5 Aires
-“Encuentro explosivo”: una película bien noventosa, que, como tal, recupera el “brillo” del star system y trata de emular la frescura, sofisticación y humor de aquellas glorias del Hollywood de oro como “Charada”. Tom Cruise es un misterioso agente que envuelve a Cameron Díaz en una sucesión de aventuras propias del género de espionaje. Lo que debe funcionar en este film funciona, es decir: no importa que en un par de escenas los efectos especiales se sientan digitales (o sea, falsos), pues lo que sostiene la película es la química entre los protagonistas (que realmente están bien cada uno en su rol) y el feeling de aventura internacional a la vieja usanza. 8 Aires
-“Shrek para siempre”: desde el estreno de la primera, cada tres años llega otra entrega de la saga de dibujos animados sobre el ogro bueno, esta vez en 3-D. Si bien la cosa ya cansaba, ésta es mucho mejor que la anodina tercera entrega. Con un argumento un poco menos “canchero y poblado de alusiones al universo pop” que las dos películas anteriores de esta serie, esta cuarta parte narra una aventura lostiana, si se quiere, en la que el protagonista, por aceptar un trato faustiano, crea un presente paralelo en el que nunca existió (a la manera del clásico navideño “¡Qué bello es vivir!”). Esto posibilita que la película le preste atención a algo así como un “argumento propiamente dicho”, lo cual se agradece. Y además, la película parece proponerse como el final de la saga, lo cual también es bienvenido. 6 Aires
-“Miss Tacuarembó”: esta película basada en una novela de Dani Umpi (¡!) está protagonizada por Natalia Oreiro como una fanática de “Flashdance” que no tiene suerte ni en sus sueños de fama ni con los hombres (¡!). La villana del film es... Natalia Oreiro, como una arrugada regenta de un colegio de monjas (¡!), en un papel muy típico de contrafigura de telenovelas. También aparece por ahí Mike Amigorena como Jesucristo (¡!), pues el film está ambientado en un parque de atracciones de temática “cristiana”. La narración va y viene entre dos tiempos (¡!), el actual y el de la infancia de la protagonista. Ah, y hay escenas musicales. Todo lo dicho hace pensar que esta película es una hiperbizzarreada, y en parte así es, pero funciona. Funciona el hecho de que parezca un film para niños pero tenga un argumento un poco más complejo y arriesgado del esperado. Funciona el hecho de que muestra los grises de fenómenos como la religión o la televisión en vez de simplemente rechazarlos. Y funciona el hecho de que no parece tomarse nada en serio cuando en realidad tiene respeto y cariño hacia su protagonista. Por supuesto, no es un film convencional, y eso alejará a muchos espectadores. 7 Aires
-“El recuento de los daños”: Inés de Oliveira César, de quien me había fascinado “Como pasan las horas” y me había aburrido “Extranjera”, estrenó otra historia con reminiscencias de la tragedia griega (esta vez, de Edipo). Un punto medio entre los dos films anteriores, esta película me atrapó y al mismo tiempo me dio sueño (pero quizás venía muy cansado), así que sepan disculpar que no pueda decir mucho más. Es decir, es casi como si no la hubiera visto, pero el recuerdo que tengo es que era como mínimo interesante. 7 Aires
-“Portadores”: oscuro film post-apocalíptico en el que una epidemia causa desconfianzas y distanciamiento entre los seres humanos. A pesar de que este argumento podría haber derivado en una típica película de zombies (sobre todo teniendo en cuenta el juvenil elenco, comandado por Chris Pine, el capitán Kirk de la nueva “Star trek”), el film es más que nada una historia de personajes y de dramatismo y desesperanza. Y la verdad es que es muy bueno: intenso, bien narrado y pesimista hasta la médula. 7 Aires
-“Francia”: uno de los adalides del “nuevo cine argentino”, el ¡uruguayo! Adrián Caetano (“Un oso rojo”, “Bolivia”, “Crónica de una fuga”, “Pizza, birra, faso” en colaboración con Bruno Stagnaro) regresa con algo atípico para su filmografía: la historia de una nena de padres separados (o algo así) que se ven obligados a convivir bajo el mismo techo nuevamente. El film mantiene el interés durante todo el metraje a pesar de ser inclasificable: es drama, comedia, o algo de ambos, pero cualquier categorización en un género le quita su jugosa especificidad a esta experiencia. Por momentos la película parece, como su pequeña protagonista, jugar con las formas y los sonidos, y eso ya lo transforma en una obra feliz, como si se estuviera descubriendo el cine por primera vez. Pero este aspecto “experimental” no le quita humanidad al asunto: el trío protagonista (la nena + los brillantes Lautaro Delgado y Natalia Oreiro como los padres) es absolutamente creíble y querible, y por ahí anda también Daniel Valenzuela entregando una gran actuación. 9 Aires
-“Paco”: no la vi en cine, pero la vi. Ya desde el trailer se veía como un film que se encaminaba irremediablemente a críticas malísimas por su ambición, solemnidad, ingenuidad y grandilocuentes actuaciones (de hecho, el trailer pasó a ser un chiste interno entre un grupo de mis conocidos). La sorpresa es, por un lado, que la película no es “tan” mala; algo de su candor y buenas intenciones se transforman en un valor al verla. Por otro lado, la novedad es que no intenta ser una versión argentina de “Traffic” (con “descripción global del flagelo de la droga desde varios aspectos”), sino más bien una versión argentina de los films corales de Robert Altman o Paul Thomas Anderson, o incluso una versión para cine de “Vulnerables”, ya que la trama se centra más en la relación entre varios integrantes de un grupo de autoayuda que en la descripción del “mal social”. Es imposible no sacar algo de placer de un elenco que incluye a Tomás Fonzi, Luis Luque, Juan Palomino, Norma Aleandro, Claudio Rissi, Esther Goris, Guillermo Pfening, Leonora Balcarce, Gabriel Corrado, Sofía Gala... Más bien, es imposible no reírse un poco de las interacciones entre todos ellos (aunque varios compongan personajes honestamente, es decir, sin mirarlos desde arriba). 4 Aires
-“Mi villano favorito”: otro film animado en 3-D que vi en cine a pesar de estar doblado al castellano. Y otra buena película, que parece mezclar la emoción de Pixar y el slapstick de Dreamworks. Si bien se promocionaba su ángulo novedoso de presentar a un villano como protagonista, la verdad es que, como era de esperar, el villano del título es más bueno que un caramelo de mostaza, lo cual quita al film de esa tan moderna obligación de ser original y le da rienda libre a un clasicismo que la ayuda mucho. Y los bichitos amarillos que funcionan como esbirros del protagonista son un gran acierto. 7 Aires
-“El origen”: desde “Memento”, el director Christopher Nolan ganó un seguimiento de culto que no hizo más que acrecentarse con la saga de Batman. Dos años después del megaéxito de “The dark knight”, todos esperaban su siguiente film, sobre todo cuando era promocionado con imágenes misteriosas y se desconocía todo sobre su trama. Finalmente resultó mucho ruido y pocas nueces, es decir, quizás para Hollywood sea un argumento novedoso (un grupo de “ladrones de la mente” debe adentrarse en los sueños de otras personas para descubrir secretos o implantar ideas), pero la ejecución de esa idea se apoya mucho en diálogos explicativos y reglas que no se sienten fluidas sino todo lo contrario: arbitrarias. Y el a veces muy bueno Leonardo Di Caprio no logra generar la empatía suficiente como para que sintamos un supremo deseo de que su personaje logre su objetivo de concretar el robo (mental) del siglo. 5 Aires
-“Depredadores”: veinte años después de “Depredador 2” (y sin tener en cuenta esos impases que fueron la saga “Alien vs. Depredador”) llega esta tercera parte de la saga. Con un elenco raro y atractivo (Adrian Brody, Alice Braga, Danny Trejo y otros conocidos-pero-no-tanto), esta gran película de acción/ciencia-ficción recupera algo del buen gusto que se tenía en este género en la década del 80. Es decir, la película no es una idiotez para descerebrados llena de chistes y efectos-especiales-porque-sí ni tampoco es una cosa solemne (bueno, casi... es ciertamente más seria de lo que podría ser). Con un comienzo impactante y original, el suspenso se mantiene como si fuera la primera vez que estamos viendo a estas míticas criaturas. El desenlace no está a la altura del resto, pero, de todos modos, 8 Aires.
-“El último maestro del aire”: otra película “pasada casi aceptablemente a 3-D después de haberse filmado”. Luego de las brillantes “Sexto sentido” y “El protegido”, M. Night Shyamalan empezó a estrenar films cada vez peor recibidos por crítica y público (“Señales”, “La aldea”, “La dama en el agua”, “El fin de los tiempos”), y creo que el único que sigue sacando algo de disfrute de su estilo soy yo. Pero en esta historia de aventura y fantasía hay poco lugar para su estilo (excepto por un gran plano secuencia en medio de una pelea) y mucho lugar para malas actuaciones. Y es una lástima, porque la historia podría dar lugar a una entretenida película de su género. 4 Aires
-“Plan B”: estrenada solamente en el Malba, esta comedia (¿dramática?) sobre un pibe que finge ser gay para conquistar al novio actual de su ex novia (y de esa manera sacarlo de la competencia) no es la gran cosa que esperaba. Los protagonistas están bien, pero el interés de la primera mitad decae bastante cuando los protagonistas empiezan a mostrar sus incertidumbres. Paradójicamente, es ahí donde la película deja de ser algo que no sabemos qué mostrará a continuación para pasar a ser algo que ya sabemos cómo sigue. Y ni las buenas actuaciones (o intenciones) salvan ese trillado tramo final. 5 Aires
-“Agente Salt”: el regreso al buen cine de espionaje por parte de Philip Noyce (“Juegos de patriotas”, “Peligro inminente”, “El Santo”). Una amalgama entre las espectaculares escenas de acción que son posibles hoy en día y la intriga y el star system de los 80s, con Angelina Jolie brindando una carismática performance que mantiene el misterio sobre su personaje hasta casi el final de la película. Tanto ella como el film fueron menospreciados por el público y parte de la crítica, pero se merecían un mejor trato. 7 Aires
-“Los indestructibles”: en los últimos años Sylvester Stallone volvió con todo a la dirección, con una venerada nueva entrega de Rocky, una no tan venerada nueva entrega de Ramo y ahora este esperado film que reúne a los más famosos exponentes del cine de acción de los 80s y algunos actuales: el propio Stallone, Jet Li, Jason Statham, Eric Roberts, Mickey Rourke, Dolph Lundgren, cameos de Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis... creo que los únicos que no aceptaron fueron Jean-Claude van Damme y Steven Seagal. Se suponía que la película sería un festín que recuperaría lo mejor de ese género de “misiones heroicas” tan de aquella época, pero no resultó tan brillante. Paradójicamente, lo mejor del film son las actuaciones (sólo ver a estos tipos interactuando es un placer), mientras que las escenas de acción, salvo alguna que otra excepción, no tienen nada de espectacular (hay un bienvenido gore, pero nada que permanezca especialmente en el recuerdo, y de hecho en algunos momentos hay un montaje veloz muy de hoy en día que se resiente). En resumen: un film relativamente decepcionante con respecto a lo esperado, pero aun así disfrutable... para el público que esté dispuesto a disfrutarlo. 7 Aires
-“Pájaros volando”: otra pequeñísima decepción, pero muy pequeña. A diferencia de sus actuaciones televisivas, Diego Capusotto está más contenido y humilde, verdaderamente al servicio de la historia. Nuevamente dirigido por Néstor Montalbano y acompañado por Luis Luque (o sea, el mismo trío de “Soy tu aventura”), aquí Capusotto interpreta a una suerte de ex-”rockero bardero” que se va al interior del país a visitar a su primo y se encuentra con un montón de personajes cuasibizarros pero queribles mientras tiene nuevas experiencias alucinógenas, amorosos y... ¿del tercer tipo? Con un humor muy argentino y muy de nicho y apariciones de gente como Miguel Cantilo, Claudia Puyó y Miguel Zavaleta, la película funciona, pero no es todo lo graciosa o apasionante que podría ser. 6 Aires
-“El descenso 2”: la primera parte de esta saga fue una gran sorpresa en el 2004, constituyéndose en una favorita del género de terror para gente como Stephen King y el servidor que les habla. Esta continuación es la típica secuela que trata de apoyarse en las características de la anterior (claustrofobia, traiciones, seres horripilantes acechando en cualquier esquina, personajes femeninos que parecen débiles pero van desarrollando una enorme fortaleza a medida que avanza el metraje). Debido a este espíritu de “fotocopia del original”, la película no tiene personalidad propia y pierde algo de su posible interés. Simplemente zafa porque logra algunas buenas escenas de tensión y porque los protagonistas principales son creíbles (gracias a sus actuaciones, no gracias al guión, que tiene una serie de aspectos bastante inverosímiles). 5 Aires
-“Dos hermanos”: No la vi en cine, pero la vi. Y fue una enorme decepción por parte de Daniel Burman, quien suele entregar cosas mejores. Este era su film más “mainstream”, al menos si se tiene en cuenta el argumento y los protagonistas: Antonio Gasalla y Graciela Borges como dos hermanos que se aman y se odian y deben aprender a cuidarse mutuamente. A pesar de esa descripción, se suponía que Burman iba a darnos humor y emoción, sí, pero en “formato inteligente”. En efecto, no sucumbió a la melosidad y tonterías de las comedias de, por ejemplo, Guillermo Francella en los noventa, pero lo que filmó no fue ni muy gracioso ni muy profundo. Aplaudimos el regreso de Gasalla al protagónico en cine y celebramos, cuándo no, a la Borges. Pero el film en sí se queda en 4 Aires.
-“La mirada invisible”: la esperada adaptación de Diego Lerman de la novela “Ciencias morales” de Martín Kohan tiene algunos aciertos que hacen lamentarnos por sus fallas. Julieta Zylberberg y Osmar Núñez están perfectos como la preceptora retraída y el jefe de preceptores de comienzos de la década del ochenta en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Y el colegio en sí también está muy bien: contra lo que dicen muchos puristas, la imposibilidad de filmar en el verdadero edificio no hace que los ambientes que veamos nos parezcan falsos (lo que importa es el “espíritu”, y, como ex alumno, me aventuro a decir que el espíritu está). Pero la película explicita demasiado su título y se vuelca un poco al sensacionalismo y la sordidez “porque sí” (o al menos eso se siente al verla; quizás en la novela todo era más fluido). 5 Aires
-“El hombre de al lado”: la gran película argentina del año. Los creadores de “El artista” perfeccionaron su arte (cuac) y lograron una película en la que cada segundo, cada encuadre y cada línea de diálogo están justificados. Se siguen tirando contra el snobismo, pero con unas performances y un relato más realista, gracioso y tensionante que antes. Sí, tensionante: ésta es una comedia, pero la relación entre los dos protagonistas es siempre imprevisible, aún cuando creemos percibir que uno es una persona enormemente falsa (y por lo tanto siempre actuará movida por su egoísmo y escondiéndolo) y el otro es alguien más inocente. Rafael Spregelbrud y Daniel Aráoz se entregan a la historia como nunca. 10 Aires
-“Sin retorno”: otra gran película argentina. Martín Slípak es el causante involuntario de un accidente, pero Leonardo Sbaraglia es el señalado como el culpable por la sociedad. La visión de los medios es todo lo crítica que podría esperarse, y por eso no sorprende. Lo que fascina es el ritmo del film, digno del cine clásico norteamericano y con uno de los mejores montajes que recuerde haber visto en películas argentinas. Los dos protagonistas verdaderamente se lucen, y también el resto del elenco (que incluye a Federico Luppi, Luis Machín y Ana Celentano). 8 Aires
-“Ga’Hoole: la leyenda de los guardianes”: Zack Snyder es ciertamente un director que trata de impactar desde lo visual (como en las adaptaciones de historietas “300” y “Watchmen”, que no se acercan a la calidad de su más humilde y fabulosa “El amanecer de los muertos”). Era de esperar que el tipo alguna vez dirigiera un film de animación en 3-D. Lo raro es el punto de partida: un mundo en donde los personajes son aves, con familias, enfrentamientos, tradiciones y leyendas como las de un típico mundo de fantasía habitado por seres humanos. El film parece no saber si quiere ser una aventura infantil “apta para todo público” o una épica violenta y sombría (hay mucha maldad en los villanos, y traiciones en el bando de los buenos). A pesar de esto (y del bizarro punto de partida), la película no se siente como una mezcolanza, y de hecho llega a volverse tan tradicional que pierde algo de su individualidad. Al menos el hecho de que los protagonistas tengan la facultad de volar (y que tengan poses y rostros particularmente fotogénicos) aporta al interés visual del film, y en parte se logra algo de emoción cuando se focaliza en esos aspectos. 6 Aires
-“El ocaso de un asesino”: Anton Corbijn (el mítico fotógrafo que debutó en la dirección de cine con el clásico moderno “Control”) vuelve a dirigir otra película con pátina de film de culto. George Clooney (alguien que con el paso del tiempo demostró un verdadero interés en el cine y en proyectos que se salgan de lo fácilmente exitista) hace aquí de un solitario asesino a sueldo que se refugia en un pueblo italiano y comienza una relación con una mujer al mismo tiempo que prepara un “último trabajo” e intenta vislumbrar si está siendo acechado por ex-colegas o empleadores. Todo está narrado con un ritmo “lento” propio del cine europeo setentista, y, contra lo que se podría esperar de una narración tan solemne, la cosa funciona, y logra ser exactamente eso: una versión actual del cine de aquella época. Que, por supuesto, defraudará a los que esperaban algo más hollywoodense, pero allá ellos. 7 Aires
-“Atracción peligrosa”: todavía no vi el debut directorial de Ben Affleck, la aclamada “Desapareció una noche”, pero su siguiente opus recibió críticas casi tan buenas como el anterior, y me llevó de narices al cine. Deudora (otra más) de la gran “Fuego contra fuego” de Michael Mann, este policial muestra a un Affleck que dirige bien, sin aspavientos ni estupideces y con bastante nobleza, una clásica historia de “buenos ladrones” cuyo líder quiere dar un último golpe para dejar el rubro. Como actor, el tipo zafa, pero el que dignifica es su compañero de andanzas, el loquito Jeremy Renner. 8 Aires
-“Resident evil 4: la resurrección”: el creador inaugural de la saga, el “te-filmo-cualquier-historia-con-efectos-especiales-y-alma-clase-B-y-casi-siempre-me-sale-un-mamarracho-pero-a-veces-hago-algo-digno” Paul W.S. Anderson, retorna la dirección en esta cuarta parte. Milla Jovovich vuelve a hacer de la heroína de armas tomar Alice, quien, junto a viejos y nuevos amigos, debe enfrentar zombies, monstruos y otras yerbas. Aunque parezca raro, en este film importan los personajes, o al menos están jugados con carisma e interés por los intérpretes. Esto no justifica el abuso de los efectos digitales y la acción ralentizada cancheramente, características propias de esta serie. Ah, era en 3-D, pero habrán notado que hoy en día eso ya casi no significa nada. 5 Aires
-“Enterrado”: Ryan Reynolds se consagra como actor de films “serios” con este thriller cuyo gancho para atraer al espectador era que toda la acción transcurre en un solo escenario: un ataúd en el que repentinamente despierta un hombre común, que a partir de ahí debe intentar salir por cualquier medio posible. Los títulos del comienzo y la música de Víctor Reyes rememoran claramente a los films de Alfred Hitchcock, y en todo momento el film logra el objetivo hitchcockeano de atrapar al espectador con un punto de partida mínimo y un solo “decorado”. Tensionante, pesimista y terrorífica, esta película no será la obra maestra que muchos auguraban pero es un gran entretenimiento que provoca cualquier cosa menos indiferencia. 8 Aires
-“Ágora”: Luego de los films de suspenso “Tesis”, “Abre los ojos” y “Los otros”, Alejandro Amenábar se atrevió con un género bien distinto cuando filmó el biopic “Mar adentro”, y ahora, seis años después, vuelve a probar nuevo terreno con esta historia ambientada en la Roma del siglo IV donde Rachel Weisz interpreta a Hipatia, una mujer volcada a la filosofía y a la ciencia que fue venerada y criticada al mismo tiempo. Como en las viejas épicas hollywoodenses de los 50s y los 60s, la historia de un grupo de individuos sirve para narrar la Historia, en este caso el ascenso del cristianismo. Y, como en aquellos films, la calidad no depende del dinero invertido, el tema de la película o el renombre de su reparto, sino del guión, la puesta en escena y la dirección de actores. El despliegue visual es majestuoso, sí, pero la película es buena porque logra combinar su ambientación ostentosa con personajes interesantes (sin importar cómo hayan sido en realidad) y una trama que avanza a fuerza de la confrontación de ideas y posiciones ideológicas, cosa rara hoy en día. Todo eso sin perder un ápice de entretenimiento. 8 Aires
-“Red”: del director de la subvalorada “Te amaré por siempre” llegó este film de “acción irreverente”, con un reparto increíble que, de todos modos, no alcanzó para hacer una gran película. Los personajes tienen garra y corazón, pero si sus aventuras pudieran tener algo de emoción y riesgo, el aspecto “cool” que empaña todo el relato le quita seriedad y posibilidad de preocuparnos por ellos. Que conste que está todo bien con la pelada de Bruce Willis, su accidentada relación con Mary-Louise Parker, la locura inocentona de John Malkovich y el solapado romance de los “mayorcitos” Helen Mirren y Brian Cox... pero bueno, todo eso se desaprovechó en un producto relativamente digno pero que no constituye uno de esos films de entretenimiento tan sostenido que hace que querramos volver a ellos una y otra vez. 5 Aires
-“Red social”: cuando se supo que David Fincher (“Pecados capitales”, “El club de la pelea”, “La habitación del pánico”) iba a dirigir “la película sobre Facebook”, muchos pensamos “¿Lo qué?”. Pero claro, la trampa es que, obviamente, no es una película sobre Facebook, sino sobe las personas involucradas en su creación y la historia de ambición, logros, traiciones y juicios que involucró a esos protagonistas. Una película donde encajan a la perfección el montaje, la dirección de actores y el ritmo veloz de los diálogos que escribió Aaron Sorkin (guionista especializado en proyectos donde la palabra está muy presente, como “Cuestión de honor” y la serie “The West Wing”). Una película deliciosa y adictiva, con grandes performances de Jesse Eisenberg (que por una vez se sale de su rol de “chico bueno” para hacer de un egocéntrico que a veces parece no tener sentido de la realidad), Andrew Garfield y un sorpresivo Justin Timberlake. 10 Aires
-“Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 1”: el séptimo y último libro de la saga del niño mago se dividió en dos películas, pues los productores no encontraban manera de hacer entrar todo el argumento en una sola. Y les dio resultado: si bien, como en la anterior entrega, el film termina sin una clara resolución, no hay razón para criticar eso si aceptamos que estamos viendo el equivalente actual de un serial (por más que las películas anteriores sí tuvieran un final más tradicional). Lo que importa es la cohesión interna, y esta primera entrega del final tiene eso, pero también posee un estilo desesperanzado y “contemplativo” que la convierte en lo más parecido a un “film de arte” que puede ser un film de esta saga, con varios pasajes en los que “no pasa nada” y en los que los escenarios principales ya no son colegios y castillos, sino la naturaleza. Por supuesto, el ritmo del film decepcionó a muchos espectadores... ojalá les hubiera importado que lo principal, que es la relación entre los tres protagonistas, estaba allí, y quizás como nunca antes. 7 Aires
-“Skyline: la invasión”: dos especialistas en efectos especiales debutaron en la dirección con esta película sobre un grupo de personas que trata de sobrevivir a una extraña invasión extraterrestre. Y, en efecto, los efectos son espectaculares, pero, para que nadie critique a la película de pensar sólo en los efectos, los directores decidieron que los personajes se comportarían de una manera “realista”, es decir, estúpida, confusa o egoísta según el momento. Nada de esto sería malo si generaran empatía, pero eso sólo sucede con el protagonista masculino, y no es suficiente. Al menos los últimos minutos de la película logran sorprender a partir de un inesperado romanticismo. 5 Aires
-“Machete”: tres años después de haber filmado un falso trailer para la inexistente película “Machete”, Robert Rodríguez entregó el sueño soñado por muchos fans de Danny Trejo... la película “Machete”. Y el resultado es todo lo divertido que uno podría esperar, con Cheech Marin, Michelle Rodríguez, Don Johnson, Jessica Alba, Robert de Niro, Steven Seagal y otras luminarias en diversos roles que brindan a cada uno de ellos grandes posibilidades lúdicas. Lo sorprendente es el énfasis en el aspecto político; la película es una exacerbada defensa de los mexicanos y un ataque a la cultura e ideología de “fronteras cerradas”. Por supuesto, no faltan frases de culto como “You fucked with the wrong Mexican” o “Machete don’t text”. 7 Aires
-“El inmortal”: acción francés, así tal cual eso. Con Jean Reno, nada menos. Un tipo al que la mafia le rinde un ajuste de cuentas y lo deja casi por muerto, aunque... sí, adivinaron, no muere, y quiere venganza. Se sigue con interés, aunque no es gran cosa. 6 Aires
-“La reunión del diablo”: el vilipendiado M. Night Shyamalan (director al que, como dije antes, todavía le tengo confianza y de cuyos films sigo disfrutando) debuta como “creador de la idea original y productor, pero no director”. Esta película logra ser un aceptable exponente de género clase B de “misterio whodunit con algún toque de terror y con moraleja”. Sí, a pesar de cómo suena eso y de lo explícitas que son algunas interpretaciones que algunos personajes hacen acerca de lo que ven, la cosa fluye, y tiene el tino de no estirarse más de lo necesario (dura menos de una hora y media). 6 Aires
-“Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba”: la segunda entrega de la saga había sido mejor que la primera al darle más importancia al espíritu de aventura que a la fastuosidad de los efectos especiales. Y esta tercera las supera a ambas, pues justamente es la que más énfasis le da al desarrollo de personajes y a ese espíritu de matinée que hace que esta vez la abundancia de efectos y el gimmick del 3-D fluyan de manera perfecta con la sensación de “aventuras clásicas” que se pretende (y se logra). 7 Aires
-“Gigante”: no la vi en cine, pero la vi, así que es un estreno del 2010 que entra en esta lista. Una película uruguaya con una atmósfera seca y un protagonista totalmente querible que nos invita a vivir su historia, la de un patovica “de buen corazón” que además trabaja como personal de seguridad de un supermercado y siente una silenciosa atracción hacia una compañera de trabajo. Con un humor deudor de Jim Jarmusch y Aki Kaurismaki, este film se eleva triunfante por sobre la medianía. 8 Aires
-“Mi familia”: no la vi en cine, pero la vi, así que es un estreno del 2010 que entra en esta lista. Y es una pequeña decepción, ya que tuvo reseñas muy positivas y estaba dirigida por Lisa Cholodenko (que supo entregar films como “High art” y “Laurel Canyon”). Annette Bening y Julianne Moore son una pareja cuyos dos hijos (los elogiables Mia Wasikowska y Josh Hutcherson) deciden buscar al padre “biológico” (Mark Ruffalo, en otro acierto del reparto). En verdad las actuaciones son lo mejor de la película; el problema es cierto aire a “provocación/originalidad” que tiene el film, que lo termina afectando un poco, ya que no se ve justificado por lo que uno ve (la trama sólo podría resultar provocativa a alguien que tenga una mente muy cuadrada). 6 Aires
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